Recepción: 01 Junio 2022
Aprobación: 01 Agosto 2022
Publicación: 01 Mayo 2023
DOI: https://doi.org/10.26512/patryter.v6i12.43035
Resumen: Con fundamento en la práctica espacial, las representaciones del espacio, los espacios de representación y los modelos económicos del capitalismo se llevó a cabo un análisis espacial sobre el desarrollo histórico de la producción social del turismo en la Cabecera Municipal de Ixtapan de la Sal, México. Por lo cual, se hizo uso de la metodología mixta, con prevalencia en la cualitativa, y mapas temáticos de 1980 y 2013, para develar que la explotación de los recursos sociales, naturales y culturales por un grupo de élite local produjo transformaciones tanto físicas como simbólicas en el destino turístico, tales como: la concentración de infraestructura física y equipamiento vial, la expansión física hacia zonas con riqueza natural, la fragmentación socioespacial, y la dependencia económica hacia el turismo, así como cambios en los imaginarios de la población local y flotante.
Palabras clave: ciudades turísticas, producción socioespacial, Ixtapan de la Sal, Pueblo Mágico.
Resumo: Com base na prática espacial, as representações do espaço, os espaços de representação e os modelos econômicos do capitalismo levou a cabo uma análise espacial sobre o desenvolvimento histórico da produção social do turismo na Cabecera Municipal de Ixtapan de la Sal, México. Por isso, fez-se uso da metodologia mista, com prevalência na qualitativa, e mapas temáticos de 1980 y 2013 para revelar que a exploração dos recursos sociais, naturais e culturais por um grupo de elite local produziu transformações físicas e simbólicas no destino turístico, tais como: a concentração de infra-estruturas físicas e de equipamentos rodoviários, a expansão física para zonas com riqueza natural, a fragmentação socioespacial e a dependência económica do turismo, bem como mudanças nos imaginários da população local e flutuante.
Palavras-chave: cidades turísticas, produção socioespacial, Ixtapan de la Sal, Cidade Mágica.
Abstract: Based on spatial practice, representation of space, spaces of representation and economic models of capitalism, a spatial analysis was carried out on the historical development of the social production of tourism in the Municipal Capital of Ixtapan de la Sal, Mexico. Therefore, the mixed methodology was used, with prevalence in the qualitative, and thematic maps of 1980 y 2013 cut to reveal that the exploitation of social, natural, and cultural resources by a local elite group produced both physical and symbolic transformations in the tourist destination, such as: the concentration of physical infrastructure and road equipment, physical expansion into areas with natural wealth, socio-spatial fragmentation, and economic dependence on tourism, as well as changes in the imaginaries of the local and floating population.
Keywords: tourist cities, socio-spatial production, Ixtapan de la Sal, Magical Town.
1. Introdução
Dentro del binomio hombre-entorno se destaca al turismo como un factor en la colonización y configuración de los espacios, dado que implica el desplazamiento desde un foco emisor a otro receptor, así como la construcción de infraestructura turística a partir de la valoración de recursos físicos y culturales (Jiménez, 2013; Pié i Ninot, 2013; Vera, 2011). Lo anterior se refleja en el siglo XXI, donde la globalización a través de la competencia interlocal ha diseñado y producido ciudades turísticas como espacios centrales para cualificar la oferta del ocio bajo la intervención del poder socio-político (Pié i Ninot, 2013; Theodore, Peck & Brenner, 2011).
Las ciudades turísticas como materialización ideológica del capitalismo han generado diferentes impactos, por ende, para su estudio se debe considerar cómo se han producido mediante sus “piezas mínimas” materiales y simbólicas. Lo material se refiere a la construcción de infraestructura y equipamiento turístico, que articulado con la globalización tiende a refuncionalizar los espacios receptivos (Pié i Ninot, 2013; Camino, Lima, Reyes & Barrera, 2013; Vera, 2011). Mientras que la parte simbólica incluye la imagen que organismos públicos y privados desean proyectar mediante el ordenamiento del espacio de acuerdo con las relaciones de poder, y su transformación en un sitio de consumo condicionado por cuestiones sociodemográficas, vías de comunicación, etc. (Rosa, 2013; Vera, 2011; Sassen & Roost, 1999).
De manera que, el análisis de una ciudad turística incluye tanto lo espacial como lo social, lo que permite reconocer su proceso de apropiación, producción, transformación e impactos tanto físicos como simbólicos en el contexto de un cambio en el turismo y en el turista del periodo fordista al posfordista (del turismo tradicional de masas a la experiencia alternativa personalizada, de conquista laboral al objeto de consumo básico), donde impera la refuncionalización urbana del espacio público, y el contraste entre el imaginario social y el político dominante (Rosa, 2013; Vera, 2011; Delgado, 2007; Sassen & Roost, 1999).
En México, el turismo forma parte de la agenda institucional federal, al considerársele como una estrategia de crecimiento económico, de desarrollo local y bienestar social (López-Levi, 2015; Velázquez, 2012), por lo cual, en el 2001, la Secretaría de Turismo (Sectur, 2015) creó el Programa Pueblos Mágicos (PPM) para promover la diversificación de la oferta turística al interior, la gestión de inversiones y turistas en beneficio de la comunidad receptora e impulsar la participación de actores sociales, políticos y económicos (Pérez-Ramírez & Antolín-Espinoza, 2016; López-Levi, 2015; Méndez & Rodríguez, 2013; Hoyos & Hernández, 2008). Sin embargo, tal programa federal ha resultado ser un escenario de consumo turístico estandarizado y centralizado y, un espacio de negociación económica y simbólica; dado que el beneficio económico es de alcance sociogeográfico específico, con fragmentación y exclusión socioespacial, homogeneización estética focalizada, explotación de recursos naturales y culturales, entre otros, además, destacan los imaginarios de empresarios y de autoridades para fomentar la captación económica (López, Valverde & Figueroa, 2018; Pérez-Ramírez & Antolín-Espinoza, 2016; Fernández, 2016; López-Levi, 2015; Velázquez, 2012; Covarrubias, Vargas & Rodríguez, 2010).
Ejemplo de una ciudad turística bajo la denominación de Pueblo Mágico que ha sufrido transformaciones espaciales y simbólicas para fomentar el desarrollo económico mediante la explotación de recursos naturales, es Ixtapan de la Sal. Por lo que, el objetivo general de este trabajo fue el análisis de las transformaciones socioespaciales que ha producido el turismo en la Cabecera Municipal del Pueblo Mágico Ixtapan de la Sal (figura 1), con fundamento teórico en las prácticas materiales, las representaciones del espacio y los espacios de representación y, los modelos económicos del capitalismo para comprender la reconfiguración espacial y social desde una perspectiva integral, en la que se incluye una postura histórica, geográfica, social, cultural, económica y política (Díaz, Osorio & Palmas, 2020). Para la investigación se aplicó la metodología mixta con prevalencia en la cualitativa mediante entrevistas a profundidad a las autoridades municipales, los empresarios, a la población local y flotante, y una encuesta no probabilística y por conveniencia a turistas, además, del uso de mapas temáticos de 1980 y 2013, que dan cuenta de las transformaciones físicas y simbólicas que ha experimentado el espacio del destino en la industrialización, el neoliberalismo y la globalización.
Al inicio del texto se presenta el marco teórico que sustenta el trabajo, posteriormente la metodología aplicada, los resultados de acuerdo con los modelos del capitalismo y, por último, las consideraciones finales.
2. La producción socioespacial .
Desde la perspectiva crítica, la ciudad como el espacio de la sociedad capitalista es considerada como un producto y productor social. Es producto al ser resultado de una acción social basada en la planificación racional y de las demandas sociales, mismas que cambian con el tiempo y, es productor al ser soporte de las relaciones sociales y económicas, de las fuerzas productivas y la división del trabajo (Lefebvre, 2013).
Para producir la ciudad, la sociedad capitalista se apropia del espacio preexistente de acuerdo con la valoración de los recursos naturales y culturales y, mediante el apoyo de la política y la planificación urbana, recorta, clasifica y asigna funciones al espacio; por lo tanto, destruye/construye nuevos espacios que son estilizados para ser atractivos, además, fomenta el proceso de urbanización, promueve prácticas socioespaciales o discursos sobre el espacio y organiza redes que favorecen la producción de bienes de consumo, de inversión y de rentabilidad, por lo que planifica el hábitat, el trabajo, la circulación y el ocio, y asimismo genera transformaciones físicas y simbólicas en los habitantes y los usuarios. Es decir, hay una lógica de producción del espacio (mercantil), una lógica de dominación (estatal) y una lógica de apropiación (social) que están en contradicción (Lefebvre, 2013).
Entonces, el espacio sirve para gestar proyectos y estrategias que aseguren la rotación de capital mediante su consumo, como lo son las ciudades preconcebidas, con carácter repetitivo y visual, que son escenarios creados por la planificación racional urbana (tipo residencial, comercial y de ocio) que tienden a la homogeneización, a la espectacularización (símbolos de felicidad, riqueza) y estetización para ser atractivos para la inversión y el consumo, así como a la generación de prácticas socioespaciales que impactan en la cotidianidad de los habitantes y usuarios mediante la regulación de actividades, imposición de reglas y el fomento de deseos para adquirir los productos en el espacio. De manera que, la producción capitalista del espacio concebido por los expertos difiere del espacio social que es vivido por el usuario, donde se desarrolla la vida cotidiana, la identidad cultural, lo espontáneo, entre otras cualidades, que son valorizadas, apropiadas y mezcladas por el capital para crear mercancías novedosas y lugares definidos (simulacros, cuyos modelos exitosos se reproducen para generar competencia entre ciudades) para que se consuman y aseguren la rentabilidad capitalista, al mismo tiempo que comunican distinciones sociales mediante símbolos de estatus (poder, riqueza), y contradicciones espaciales y sociales (lo tradicional/lo moderno).

Entonces, en un primer momento se da la producción espacial, posteriormente la acumulación y dominación del espacio y el tiempo mediante el consumo de los productos en el espacio y, con ello, el establecimiento de barreras materiales y simbólicas (segregación), la disimulación de las relaciones de explotación y dominación de los recursos naturales y la población (Lefebvre, 2013; Harvey, 1990).
En esta investigación se retoma la trialéctica del Lefebvre (2013) porque permitió el análisis espacial y social del proceso de producción del espacio turístico al considerar el tiempo histórico, las fuerzas productivas y, la capacidad práctica del poder hegemónico para fragmentar y jerarquizar el espacio, intervenir en la interacción de los sujetos con su espacio y generar tanto rentabilidad como procesos de homogeneización-fragmentación socioespacial, reducción de la participación y significación de la vida social de usuarios y habitantes en la ciudad, entre otros. Es decir, la trialéctica de Lefebvre (2013) es una teoría que permite el estudio físico, mental y social del proceso de producción del espacio mediante la práctica espacial, las representaciones del espacio, y los espacios de representación; dimensiones que se explican a continuación a partir del trabajo de David Harvey (1990), uno de los mayores representantes de los estudios urbanos de corte marxista.
2.1. El modelo teórico de Harvey
A David Harvey “se le ubica dentro de la corriente neomarxista de la sociología urbana y geografía crítica, dado que retoma a la ciudad como un objeto específico de análisis por medio de las prácticas espaciales tanto materiales como simbólicas” (Díaz, Osorio & Palmas, 2020, p. 47). Tales prácticas espaciales sirven para la acumulación del sistema capitalista; puesto que tal sistema económico genera configuraciones geográficas y geopolíticas, cambios en los procesos laborales y en los hábitos del consumidor que le garanticen rentabilidad (Harvey, 1990). Específicamente, las nuevas condiciones de producción capitalista, tales como: la flexibilidad laboral (por contrato o subcontratación), el aumento de empleo en el sector servicios, la comprensión espacio-temporal, la expansión geográfica, la aceleración de los ritmos de innovación de los productos, la competencia interlocal (exploración de nichos de mercado especializados y de pequeña escala), entre otras, han favorecido a la urbanización, la circulación y el consumo.
Entonces, la ciudad, al ser símbolo del sistema económico capitalista y de la producción social del espacio, se puede analizar para identificar que la valoración del suelo urbano, la organización y modificación de las representaciones y las prácticas espaciales que, junto con sus consecuencias físicas y simbólicas, responden a procesos económicos, sociales, políticos y culturales, mismos que pueden ser explicados mediante la experiencia en la vida cotidiana. Precisamente para identificar la producción del espacio urbano en la sociedad capitalista y las contradicciones materiales (físicas) y simbólicas (imaginarios) que genera la construcción del capital fijo a través del tiempo en un determinado lugar, Harvey (1990) retoma las prácticas materiales, las representaciones del espacio y los espacios de representación (Lefebvre, 2013) que cruza con cuatro variables: la accesibilidad y distanciamiento, la apropiación y uso del espacio, la dominación y el control del espacio y la producción del espacio (figura 2): .

Las prácticas materiales son los actos y acciones de los sujetos que conforman un espacio social, cuya manifestación es la infraestructura física en un determinado tiempo, y que aseguran la producción y la reproducción social (organizan el espacio, las relaciones entre personas, las experiencias, etc.), que en ejecución repetida crean rituales, memorias y la experiencia del espacio.
Por su parte, las representaciones del espacio son las imágenes concebidas por especialistas que muestran la capacidad de la sociedad para disponer de sitios privilegiados, por lo que su análisis permite identificar la distancia social, psicológica y física y, las jerarquías espaciales. Y los espacios de representación se refieren al espacio vivido y experimentado mediante imágenes y símbolos, cuyo análisis remite a las variables atracción/repulsión hacia un espacio, las barreras simbólicas, etc., de los usuarios y habitantes, es decir, de quienes asumen los códigos, las prohibiciones y las imposiciones del espacio percibido. Mientras que la accesibilidad y el distanciamiento se refiere al flujo de bienes, servicios y personas hacia determinados espacios que han sido construidos para ser consumidos; la apropiación y uso del espacio es la valoración y la apropiación del suelo por determinados actores sociales mediante ambientes construidos; la dominación y el control del espacio es la configuración de espacios determinados por las relaciones de poder a partir de un ambiente construido o del capital fijo y, la producción del espacio se refiere a la infraestructura física que ha sido concebida y tiene impactos en lo imaginado (Díaz, Osorio & Palmas, 2020; Harvey, 1990).
A través del tiempo, los discursos y los productos en y sobre el espacio han podido aplicarse al estudio espacial del turismo porque dan cuenta de su forma de organización, su poder transformador y de los impactos socioespaciales que genera en donde se implanta como una actividad económica y práctica social.
2.2. Modelos económicos del capitalismo y turismo
De acuerdo con Harvey (1990), el desarrollo histórico del capitalismo involucra al régimen de acumulación y la regulación social, espacial y política para garantizar el consumo. En este sentido, la acumulación es una condición de la reproducción capitalista basada en la renovada separación de la población y sus medios de producción, sus activos públicos, bienes comunes, etc., que se valorizan, privatizan y mercantilizan (Merchand, 2013; Composto & Ouviña, 2009). Tal acumulación obra como una solución espacio-temporal en momentos de reestructuración capitalista, al incorporar territorios, relaciones sociales y mercados que garanticen rentabilidad; sin embargo, genera apropiación del espacio, relaciones asimétricas, intercambio y desarrollo desigual (Harvey, 2004 en Merchand, 2013).
Ejemplo de la privatización y mercantilización del espacio, así como de los recursos naturales y culturales, es el turismo, dado que se le concibe como una práctica social y una actividad económica que impulsa el desarrollo, pero también como un instrumento de cooptación y planificación, ante los procesos de producción y acumulación capitalista (Schenkel & Almeida, 2015; Harvey, 1990). Por lo cual, el desarrollo del capitalismo manifestado en diferentes etapas permite contextualizar las experiencias y las transformaciones espacio-temporales de un destino turístico (Harvey, 1990). Para fines de la presente investigación, se lleva a cabo el análisis en el marco de los modelos capitalista que han configurado el desarrollo en México; la industrialización (1945-1970), el neoliberalismo (1970-1990) y la globalización (1990-a la fecha); puesto que conllevan cambios demográficos, económicos, institucionales y ambientales, encaminados a la homogeneidad bajo la planificación racional (Pérez & Farah, 2002).
Además, son etapas que han permitido comprender las implicaciones históricas que el turismo ha producido como práctica utilizada por el Estado para impulsar el desarrollo económico (Barbini, Cruz, Roldán & Cacciutto, 2012; Ibáñez & Rodríguez, 2012) y, en el caso de Ixtapan de la Sal, porque la información recabada respecto a los usos de suelo y los bienes y servicios disponibles permitieron la construcción de los mapas temáticos de 1980 y 2013.
La industrialización implica la centralización de la mecanización y el trabajo especializado para producir bienes estandarizados (Pérez & Farah, 2002; Harvey, 1990); mientras que el Estado aplica políticas fiscales y monetarias para la inversión pública, los sindicatos fomentan los derechos laborales como el tiempo libre, el cual a su vez es promovido como turismo masivo por organismos internacionales como una forma de desarrollo económico, con repercusiones como la diversificación de los usos del suelo, la dependencia política y económica, la comercialización de recursos naturales, etc. (Barbini, et al., 2012; Ibañez & Rodríguez, 2012; López, 2004; Harvey, 1990). Por su parte, el neoliberalismo apela por la apertura comercial, la dispersión geográfica, la competencia internacional e interlocal, la flexibilidad laboral, la planificación participativa; por lo que el Estado crea condiciones favorables para la inversión, entre otras estrategias identificadas (Pérez & Farah, 2002; Harvey, 1990). En el turismo se manifiesta mediante opciones derivadas de las motivaciones y necesidades personales basadas en la conciencia de los valores naturales, sociales y comunitarios que se conocen como turismo alternativo, es decir, actividades donde el turista participa y está en contacto con la naturaleza y las expresiones culturales de las comunidades de acogida.
Pero esto implica diferentes categorías, tales como; ecoturismo, turismo de aventura, rural, cultural, entre otros (Ibañez & Rodríguez, 2012). La globalización implica la expansión comercial e industrial facilitada por la tecnología, integración e internacionalización de empresas, por lo cual, se da una descentralización de grandes compañías que comercializan productos y servicios que pretender abarcar diferentes sectores sociales, pero que en realidad dan paso a la homogeneización de condiciones de vida de las personas, a la estandarización de la cultura y a la reconfiguración territorial (cambios socio-espaciales y reorientación de usos) de acuerdo a la lógica del capital (Diniz & Moquete, 2011; Serrano-Barquín, 2008). Ante el turista más informado, exigente y preocupado por la experiencia y la calidad de su viaje; surge la especialización del turismo de acuerdo con las singularidades espaciales que dan paso a la experiencia simulada, la desterritorialilzación, la fragmentación material y simbólica, entre otras expresiones (Diniz & Moquete, 2011; López, 2004; Vera & Marchena, 1990).
2.3. Metodología
Para el análisis de las transformaciones socioespaciales que ha producido el turismo en la Cabecera Municipal del Pueblo Mágico de Ixtapan de la Sal y específicamente, para identificar el proceso de apropiación, uso y producción del espacio turístico tanto material como simbólico mediante las prácticas materiales del capital y, las percepciones de las autoridades municipales, los empresarios, los habitantes y los turistas; se recurrió a la metodología mixta, misma que implica la complementación de lo cualitativo y lo cuantitativo para la comprensión, la explicación e interpretación del fenómeno estudiado. Sin embargo, prevalece el enfoque cualitativo, dada la necesidad de recuperar las experiencias de los actores sociales para la comprensión de los cambios socioespaciales del destino turístico (Delgado & Gutiérrez, 1999).
En esta parte cualitativa se implementó la triangulación de datos, por lo cual, se revisaron y analizaron fuentes documentales (planes y programas de desarrollo del destino turístico), y estadísticas para obtener información sobre la accesibilidad, uso, apropiación y control del espacio y de los recursos naturales del municipio; específicamente sobre el desarrollo de la infraestructura vial, del equipamiento turístico, del agua y del suelo. Posteriormente se aplicaron técnicas propias del método etnográfico, tales como la observación no participante que permitió identificar el uso del espacio del destino turístico por parte de la población local y flotante; y los recorridos de campos permitieron identificar, contactar y entrevistar a los informantes clave entre junio y noviembre del 2018 (Gómez, 2010; Valles, 1999).
Se contactó y se les aplicaron entrevistas semiestructuradas a: 4 autoridades municipales en las instalaciones del ayuntamiento y del balneario municipal; a 11 trabajadores y/o empresarios de hoteles y/o restaurantes y, a 20 pobladores locales o con 20 años de residencia en el municipio mediante el uso de la técnica de bola de nieve, quienes fueron ubicados en sus casas particulares, establecimientos comerciales o en el Centro Histórico. Los temas que se indagaron durante las entrevistas semiestructuradas se relacionaron con su percepción sobre la denominación Pueblo Mágico, el turismo y los cambios económicos, sociales, culturales y urbanos que ha producido en el municipio. Cabe destacar que también se incluyó el mapa del relieve de la experiencia, que incluye las variables emociones (seguridad/comodidad, inseguridad/incomodidad) y los espacios (balneario municipal, parque acuático, hoteles y spa, y plazas y jardines), así como la narrativa de la relación emoción/espacio, para identificar el uso y el control de espacio y de los recursos naturales (Rodó-de-Zárate, 2014).
En lo cuantitativo, se analizaron datos estadísticos (población total, viviendas, establecimientos y servicios turísticos, entre otras) procedentes de fuentes secundarias, tales como las páginas y reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2019); además, se aplicó una encuesta por muestreo no probabilístico y por conveniencia a 192 turistas en el Jardín Central y en las aproximaciones del Parque Acuático de este Pueblo Mágico, entre julio y septiembre del 2018. El cuestionario se conformó de preguntas relacionadas con el perfil sociodemográfico, la percepción del destino y, los cambios socioeconómicos y urbanos notados a través del tiempo. Además, la aplicación de la encuesta sirvió para identificar y contactar a los turistas para agendar una entrevista a profundidad. En total se realizaron 23 entrevistas a turistas en sus casas particulares, y/o en el Centro Histórico de Ixtapan de la Sal, en las que se les cuestionó en relación con sus experiencias en el destino a través del tiempo (espacios visitados, actividades realizadas), cambios urbanos, económicos, sociales, y culturales percibidos, así como el mapa del relieve de la experiencia.
Las entrevistas de los informantes clave fueron transcritas y sometidas al análisis del contenido; mientras que los resultados de los cuestionarios aplicados a los turistas se procesaron en un documento Excel, lo cual, permitió la generación de datos estadísticos y gráficas. Posteriormente, se triangularon los datos de la revisión bibliográfica sobre el desarrollo del municipio como destino turístico, las percepciones y experiencias de los actores sociales en el municipio y en espacios turísticos (balneario municipal, parque acuático, hoteles y spa y, plazas y jardines), que dan cuenta de las prácticas, el uso y control del espacio y de los recursos naturales por parte de las autoridades, los empresarios, la población local y flotante para la comprensión de las transformaciones socioespaciales del turismo en el destino turístico.
Para la elaboración del análisis espacial del destino turístico se hizo uso de los Sistemas de Información Geográfica, por lo que se buscó y recuperó información relacionada con los usos de suelo en fuentes documentales (planes y programas de desarrollo municipal), y datos estadísticos (INEGI) del equipamiento vial e infraestructura turística del Ixtapan de la Sal. Tal información documental y estadística disponible fue gestionada, transformada y georreferenciada mediante el programa ArcGIS, lo que dio como resultado la representación gráfica de dos momentos histórico, es decir, los mapas temáticos de 1980 y de 2013, que dan cuenta de la transformación de uso del suelo, la expansión de la mancha urbana y el incremento de la infraestructura turística; en consecuencia, de las representaciones del espacio de la Cabecera Municipal de Ixtapan de la Sal.
3. La producción socioespacial de Ixtapan de la Sal
El municipio de Ixtapan de la Sal se ubica al sur del Estado de México, a 65 kilómetros de la ciudad de Toluca; su cabecera municipal es la ciudad con el mismo nombre. El clima que predomina según la clasificación de Köppen es ACwg, es decir, semicálida y subhúmeda con lluvias en verano, y con temperatura media anual entre 18°C y 22°C; cuenta con 3 vías de acceso: la autopista de cuota Tenango-Ixtapan de la Sal, la carretera Ixtapan de la Sal-Coatepec Harinas y la carretera Federal 55 México-Axixintla (Gobierno Municipal, 2013, 2009).
En 1930, Ixtapan de la Sal era un punto turístico incipiente, pero en 1940 tuvo un impulso con la llegada del Sr. Arturo San Román Chávez quien construyó el “Hotel Ixtapa”, lo que a su vez contribuyó a la inauguración de la carretera Toluca-Ixtapan de la Sal (Cruz, Cadena-Inostroza & Zizumbo-Villarreal, 2011; Arias, 2007), promoviéndose la llegada de turistas internacionales y la construcción de servicios de alojamiento de distintas categorías, principalmente en la Cabecera Municipal. De manera que, en 1980 Ixtapan de la Sal ya era considerado como un polo de desarrollo turístico estatal; sin embargo, a partir de 1990 la expansión urbana continuó al autorizarse la construcción de conjuntos urbanos y fraccionamientos y la inauguración de la autopista Tenango del Valle-Ixtapan de la Sal (Díaz & Osorio, 2021).
A través del tiempo, la Cabecera Municipal de Ixtapan de la Sal se ha consolidado como un destino turístico, principalmente por el uso, aprovechamiento y explotación del agua termal y del suelo; de hecho, el municipio cuenta con 10 borbollones de agua termal; cuatro de ellos para la explotación turística y económica del municipio. Dos de ellos se encuentran en el norte, en el Parque Acuático (Baños de San Gaspar), otros dos en el Balneario Municipal (aguas termales del Barrio de Santa Catarina o Bañito); el resto se encuentra en casas particulares y en una casa de descanso denominada Ixtamil. Sin embargo, con la diversificación de la oferta turística en Ixtapan de la Sal se fue incrementando la infraestructura de alojamiento, generándose con ello un modelo de expansión en áreas urbanizables que se refleja en la oferta de lotes de las inmobiliarias. Modelo que se vio extendido gracias al nombramiento del lugar como Pueblo Mágico en 2015 (Secretaría de Turismo, 2015).
De manera que, se ha podido documentar que las aguas termales han sido el recurso natural que propicia la llegada de población flotante y turistas, es decir, es la materia prima sobre la que operan las fuerzas productivas para fragmentar, ordenar, transformar y configurar el destino turístico, que hoy en día abarca el suelo. Y que este proceso ha generado la urbanización progresiva del municipio, pero a un mismo tiempo, impactos distintos en los imaginarios de los turistas y de la población local.
3.1. Análisis socioespacial de Ixtapan de la Sal en la industrialización
En el espacio preexistente de Ixtapan de la Sal, los arrieros que conducían metal desde Real de Minas Zacualpan a Tenango del Valle, en su paso por la Cabecera Municipal, centro de este estudio, aprovechaban para hospedarse en casas viejas y, acudir a un borbollón de agua termal al aire libre denominado “el Bañito” (figura 3), que junto con la población local visitaban dadas las propiedades curativas (Díaz & Osorio, 2021). Sin embargo, fue el gobernador Isidro Fabela quien invitó a Ixtapan de la Sal al Sr. Alfredo San Román Chávez, el que identifica el potencial turístico del lugar y decide obtener la concesión de las aguas termales, con lo cual inicia la organización y la configuración socioespacial mediante las prácticas materiales, dado que, como lo indican algunas autoridades municipales, se dio un cambio de actividad económica primaria (agricultura) a una terciaria (turismo), lo que a su vez promovió el flujo de bienes, de turistas y de fuerza de trabajo. Y es que no solo implicó la explotación de las aguas termales, sino la apropiación y uso del espacio ante la edificación de la “Nueva Ixtapan” en 1939 por parte del Sr. San Román
Con la explotación de las aguas termales y la construcción del hotel del Sr. San Román se propicia la dominación y control del espacio por parte del sector privado, ya que es a partir de 1940 que se construyen diferentes hoteles y pensiones cerca del Balneario Ixtapan; promoviéndose además la producción del espacio ante la creación de infraestructura, tales como “El Paso del Gólgota”[i] (Flores, 1986-1987), el balneario “Bañito chiquito” y el “Balneario de la Cruz” en el Barrio de Santa Catarina, administrado por la autoridad municipal (Dirección de Desarrollo Económico y Turismo, 2017).
Es decir, con todo este equipamiento se dio un impulso en la oferta turística que, a su vez, influyó para el desarrollo del equipamiento vial; éste fue el caso de la Carretera Federal N.55 Toluca-Ixtapan de la Sal que mejoró la accesibilidad de turistas nacionales y extranjeros (procedentes en su mayoría de Estados Unidos) a esta región. Además, el Sr. San Román dio un impulso estético material y simbólico al Boulevard principal que atraviesa la ciudad, que en un primer momento recibió el nombre de “Jacarandas”; posteriormente “San Román” y hoy en día se conoce como “Boulevard Ixtapan-Tonatico”. Aunado a la construcción de las representaciones de la Diana Cazadora (figura 4) e Iztapancíhuatl permitieron la mercantilización de las aguas termales y el fomento de la identidad del turismo de salud enfocado al mercado norteamericano. De aquí que el entonces gobernador Isidro Fabela denominara a Ixtapan de la Sal como un destino turístico (Gobierno Municipal, s.f.).
Es decir, desde las representaciones del espacio, específicamente desde el discurso gubernamental se comenzó a promover el turismo masivo en la zona, dado que se concebía como una forma de desarrollo económico que hacía posible la diversificación de los usos del suelo y la comercialización de los recursos naturales existentes, como las aguas termales.


Esta producción del espacio basada en la urbanización y en la creciente oferta turística de Ixtapan de la Sal (producto de la concesión para la explotación de las aguas termales y de la construcción del hotel por parte del Sr. San Román), repercutieron en los espacios de representación tanto de la población local como flotante.
En lo imaginado generó la contradicción atracción/repulsión al tratarse de espacios con flujo de fuerza de trabajo local y foránea que ofrecían capacitación y seguridad social pero a un mismo tiempo, repulsión; porque con el paso del tiempo tal concesión se convirtió en apropiación por determinados actores sociales generando inconformidad en la población. Cabe destacar que los empleados ingresaban en los puestos más bajos; sin embargo, la capacitación les permitía obtener otro trabajo tanto dentro como fuera del municipio y del estado.
También, los sindicatos de los trabajadores fomentaron los derechos laborales, principalmente el acceso al seguro social, aunque la carga de trabajo era bastante con poca remuneración. De acuerdo con determinados testimonios, dentro de los espacios de deseo del Sr. San Román se encuentra la apropiación y posesión de espacio a través de la compra de terrenos que posteriormente vendía y por consecuencia, facilitaba la expansión urbanística. En lo imaginado de los turistas, Ixtapan de la Sal se convirtió en un espacio de atracción, donde se valoraba su clima, la vegetación, el relieve y la calidez de los dueños de los servicios; un lugar propio para el descanso, el convivio y la diversión en familia, y en el que el atractivo principal son las aguas termales curativas y/o terapéuticas que hasta la fecha caracterizan al Pueblo Mágico, específicamente al Balneario Ixtapan.
Este proceso de apropiación y control de los recursos naturales, principalmente de las aguas termales y del suelo, se traduce en producto y productor social, ya que no sólo fue condicionado el uso del suelo sino también la práctica turística, dado que ésta inició con la construcción del Balneario y el Hotel Ixtapan. Y la producción del espacio turístico en la Cabecera Municipal continuó extendiéndose en las siguientes tres décadas; ejemplo de lo anterior, es la inauguración del monumento a los Mártires de Ixtapan en el Centro Histórico (Flores, 1986-1987).
3.2. Análisis socioespacial de Ixtapan de la Sal en el neoliberalismo
Para 1975 en Ixtapan de la Sal prevalecía la actividad agropecuaria; sin embargo, se da una paulatina incorporación de tierra rural a usos urbanos debido al incremento de las actividades terciarias, dando cabida al flujo de bienes, turistas, fuerza de trabajo y por consiguiente, jerarquías urbanas. Ejemplo de lo anterior, es que en 1980 había 3 mil 298 viviendas particulares con un total de 18 mil 834 habitantes, siendo la Cabecera Municipal el espacio con más población urbana y con mayor concentración de servicios turísticos, principalmente en la calle Juárez debido a su cercanía con el “Balneario Ixtapan”, como se puede observar en la figura 3 (Gobierno Municipal, 2009; Gobierno del Estado de México, 1980)

Se enfatiza que el uso del espacio por parte del gobierno se dio cuando se construyó el libramiento de la Carretera Federal, la Terminal de Autobuses y se remodeló la Cabecera Municipal; mientras que el control del espacio por parte del sector privado se manifestó con el cambio generacional de la familia San Román, la que transformó el Balneario en un parque acuático. La producción del espacio turístico continuó en 1995 cuando se inauguró la autopista Tenango del Valle-Ixtapan de la Sal, dándose posteriormente una apropiación del espacio por parte del mercado inmobiliario, debido a la construcción de nuevos hoteles y fraccionamientos de tipo residencial campestre (Dirección de Desarrollo Económico y Turismo, 2017).
Por otra parte, la figura 5, como representación visual de los usos del suelo y los servicios turísticos de 1980, indica la incorporación de tierra rural a usos urbanos y con ello, el proceso de homogeneización-fragmentación, debido a que en la Cabecera Municipal se concentraron los servicios y las viviendas, la construcción de infraestructura turística y la remodelación urbana que implementó el Gobierno para impulsar al municipio como un Polo de Desarrollo Turístico, todo como parte del Plan Nacional de Turismo; mientras que las áreas colindantes se dedicaban a las actividades primarias (Gobierno Municipal, 2009; Gobierno del Estado de México, 1980).
Es decir, el discurso espacial político indica un proceso de planificación e intervención para promocionar al destino a través del embellecimiento del municipio, para mostrarlo como un escenario atractivo para la inversión y el consumo. De aquí que, para 1995, se construyeron hoteles de 5 estrellas de talla internacional (Hotel Marriot), así como fraccionamientos residenciales como un ejemplo de la apertura comercial, la dispersión geográfica y la competencia interlocal; satisfaciéndose las motivaciones de los turistas en términos de su conciencia en torno a lo natural.
En este sentido, debe destacarse que tanto las prácticas materiales como las representaciones del espacio produjeron contradicciones en la percepción de la población local y flotante, Por ejemplo; el jardín municipal, que en un inicio era un lugar abierto que se utilizaba para colocar el tianguis, fue remodelado, generando estos cambios diferentes y contradictorios espacios de representación manifiestos en la no familiaridad con el lugar, y el desequilibrio ante el cambio de la dinámica social producida por la reubicación del tianguis. Asimismo, se da una pérdida de identidad paralela por la falta de información relacionada con las piezas arqueológicas prehispánicas extraídas del jardín; lo que, sin embargo, fomentó el “libre” tránsito al salir de la iglesia, ubicada a un costado del jardín municipal.
Por otra parte, la inauguración del Parque Acuático implicó la contradicción del fenómeno atracción/repulsión, debido a que dejó de ser un lugar destinado al descanso familiar, y de salud para personas de la tercera edad, pasando a ser un espacio de distracción y diversión para grupos con determinado estatus económico, es decir; se fueron generando barreras simbólicas, así como la no familiaridad ante la implementación de normas higiénicas. Mientras que para la población local se convirtió en un espacio de representación de distancia ya que no podían acceder a él por ser “caro”; también se volvió lugar de repulsión debido a la explotación exclusiva de las aguas termales ejercida por la familia San Román y a la falta de información sobre las vigencias de las concesiones. Y, a un mismo tiempo, se convirtió en espacio de deseo, como se infiere del testimonio; “(…) la gente casi no acude porque se rentan las aguas a los señores estos (…) deberíamos haber preservado todo[s] esos recursos para uso propio del pueblo” (Entrevista concedida por el poblador local 17, Ixtapan de la Sal, Estado de México, México, en septiembre de 2018).
Con la inauguración de la autopista de cuota Tenango del Valle-Ixtapan de la Sal se generaron los espacios de representación de distancia, atracción, impulso a la propiedad privada y, a un mismo tiempo, la creación de barreras simbólicas socioespaciales, debido a que se redujo el tiempo de acceso al destino y con ello, el incremento de visitantes y turistas, la venta de terrenos por parte de ejidatarios y su compra realizada por inmobiliarias. Todo ello a partir de 1995, cuando se construyeron hoteles de 5 estrellas y fraccionamientos de tipo campestre en toda la zona, haciéndose evidente que, ante la oferta-demanda inmobiliaria, se consolidó el ramo de la construcción, la inmigración laboral y el turismo residencial, situación que generó barreras simbólicas tales como la fragmentación socioespacial, tal y como se menciona en el siguiente testimonio; “(…) ha crecido muchísimo para las colonias para abajo (…) porque acá arriba es carísimo (…)” (Entrevista concedida por el poblador local 2, Ixtapan de la Sal, Estado de México, México, en junio de 2018).
Además, con el crecimiento poblacional natural y social, emergieron problemas como la inseguridad y la falta de acceso a servicios públicos, principalmente al abasto de agua en determinadas colonias al sur del municipio. Mientras que los terrenos de “arriba” se convirtieron en espacios de deseo, dada su cercanía con el Parque Acuático; sin embargo, éstos se concentran en determinados propietarios. De aquí que, durante esta etapa, el suelo se ha convertido en un instrumento para gestar proyectos que aseguren la rotación del capital mediante su consumo, en este caso, bajo el mercado inmobiliario y la oferta turística.
3.3. Análisis socioespacial de Ixtapan de la Sal en el neoliberalismo
Para el año 2013, la Cabecera Municipal continuó siendo el espacio donde se desarrollaron las prácticas materiales, dado que producía el flujo de bienes al concentrar 17, 640 habitantes entre diferentes tipos de uso de suelo, que van desde el comercial alto hasta el habitacional precario (figura 3). Mientras que el flujo promedio anual de turistas, asegún autoridades municipales, era de 4 millones, datos que, de acuerdo con la encuesta realizada, permitieron observar que 97% de los turistas era de procedencia nacional; el 79% mayores de 61 años que viajaron en familia; 74% quienes llegaron al destino en automóvil propio y 50% quienes pernoctaron por lo menos una noche en hoteles. Cabe resaltar que, en base con los resultados de los cuestionarios aplicados, Ixtapan de la Sal es un destino que visitan tres veces al año (40%), porque se concibe como un sitio tranquilo, familiar y de salud, cuyas temporadas de mayor demanda son Semana Santa, vacaciones de verano e invierno. Tal estacionalidad turística ha incidido en la fuerza laboral, primordialmente en la flexibilidad en determinados puestos (meseros, apoyo en cocina, camaristas), por lo que la población local y migrante debe buscar varios empleos como estrategia ante la poca oferta de trabajo.
Para solucionar la estacional turística de este destino, se promovió la producción del espacio, cuyas manifestaciones son la ampliación de la autopista Tenango-Ixtapan y el nombramiento Pueblo Mágico (2015). Tal denominación tuvo como objetivo potenciar la inversión y el turismo al interior basado en el atractivo de las aguas termales, por lo que el apoyo económico que deviene de tal distinción fue destinado a la mejora de la imagen pública en el primer cuadro del Centro Histórico, la cual atiende el ambulantaje y ciertos indicadores de sustentabilidad y competitividad para los comercios, de acuerdo con el reglamento de imagen urbana y Pueblos Mágicos, en el entendido que tales acciones producirían una derrama económica, generación de empleos y desarrollo en los habitantes (Secretaría de Turismo, 2015).
Sin embargo, la renovación urbana derivada del nombramiento, implicó la construcción y el aumento de establecimientos de hospedaje y, por consiguiente, de la popularización de reservas en espacios de hospedaje alternos a través de la plataforma Airbnb, lo que, de acuerdo con las autoridades resultó en 1642 habitaciones ofertadas para aproximadamente 6 mil 000 personas; para satisfacer la demanda turística durante la temporada alta. Asimismo, comenzaron a proliferar comercios de diversos giros como es el caso de alimentos, ropa y abasto, entre otros, propiciándose un cambio en la imagen urbana, el uso y el precio del suelo. Y es que precisamente, el 60.1% de la Población Económicamente Activa se encuentra dedicada al comercio y sector servicios, lo que ha generado una dependencia económica que se agrava ante la estacionalidad y la oferta turística limitada (Gobierno del Estado de México, s.f.).
Lo que se afirma está representado en la figura 6, donde se muestra la concentración de bienes y servicios impulsados por el ámbito privado y público, así como los usos de suelo de la Cabecera Municipal de Ixtapan de la Sal del 2013, los que se clasifican en: uso comercial alto, de equipamiento, habitacional popular, habitacional precario, de interés social y residencial medio. Cabe destacar que dentro de la categorización de uso comercial alto, se encuentra el Parque Acuático y el Hotel Ixtapan; en el uso de suelo equipamiento y residencial medio está “Gran Reserva”[ii]; equipamiento e infraestructura que pertenece a la tercera generación de la familia San Román y sus socios, quienes tienen el control de los recursos naturales que les permite el desarrollo turístico e inmobiliario.
De manera que, la Cabecera Municipal se muestra como el espacio producto y productor al concentrar las prácticas materiales y ser objeto de las representaciones del espacio debido a que la explotación del agua termal y del suelo (en la parte norte) se encuentran en manos principalmente de la familia San Román, la que, con los proyectos impulsados por el Gobierno han fomentado la conformación de una sociedad capitalista local, así como de la generación de los procesos de homogeneización y fragmentación socioespacial (Gobierno Municipal, 2013), que se identifican en fraccionamientos “cosmopolitas” como “Rancho San Diego” y “Gran Reserva”, y en colonias populares como la 5 de mayo, todo lo cual ha provocado la especulación y el crecimiento poblacional al sur de Ixtapan de la Sal; mientras que al norte este proceso es menor, debido a que la posesión de los terrenos se encuentra en personas estratégicas. Incluso en la prestación de los servicios se observa una segmentación del mercado turístico de acuerdo con el poder adquisitivo, como lo indica el siguiente fragmento; “Ixtapan de la Sal es para dos clases de personas; para personas con dinero y para personas de todo (…) [el] balneario del municipio es más accesible al pueblo (…)[el Parque Acuático] es muy caro (…)” (Entrevista concedida por el turista 10, domicilio privado, Estado de México, México, en octubre de 2018).
El espacio de representación atracción/repulsión, distancia/deseo del sector público está integrado por proyectos que trataron de mejorar la oferta turística del Centro Histórico; los cuales van desde la profesionalización del personal hasta la denominación Pueblo Mágico, y que han tenido impacto en las percepciones de los empresarios, la población local y flotante. Como ejemplo, puede afirmarse que la profesionalización y la capacitación al personal para mejorar la atención al cliente no ha tenido el impacto deseado debido a la rotación de personal; mientras que resulta imperativo la estandarización de servicios e instalaciones de los hoteles locales que se ha visto limitada por los problemas con los costos y la escasez del vital líquido, principalmente en temporada alta.
Cabe resaltar que son los descendientes de los dueños de los hoteles y los restaurantes (relevo generacional) quienes son conscientes de la necesidad de la creación de experiencias que diversifiquen la oferta turística. Incluso se han hecho propuestas al respecto, mismas que han sido desestimadas ante el poder de decisión e influencia de algunos personajes locales. Por otra parte, la ampliación de la autopista de cuota ha generado contradicciones entre los pobladores, ya que aun cuando reduce tiempo y espacio para llegar al destino turístico, brindando seguridad, rapidez y comodidad, también se traduce en trayectos cortos con cuotas de peaje muy caras; de aquí que, sea una población “flotante” la que acuda con regularidad, siendo la que no pernocta en el destino.


En cuanto a la mejora de la imagen pública del Centro Histórico (figura 7), ésta ha creado barreras simbólicas que se revelan en lo imaginado por parte de los diferentes actores sociales que acuden al destino y quienes habitan en él; para el gobierno municipal esto ha permitido la visibilización y la diversificación de la oferta, de manera que “la población turística ya no se quede en la parte del norte y baje al centro (…)” (Entrevista concedida por la Autoridad Municipal 2, Ixtapan de la Sal, Estado de México, México, en junio de 2018); sin embargo, también ha implicado cambios en las prácticas culturales, tales como la reubicación de la fiesta patronal. Para los vendedores ambulantes, el jardín central se ha vuelto un espacio de negociación, ya que tienen que renovar constantemente el permiso para su ubicación; en la población local ha causado confusión el intento de recuperar la imagen tradicional de pueblo en lo que hoy es una ciudad.
Para otros habitantes, los alrededores del jardín central se han convertido en un espacio de deseo, puesto que consideran que se remodelaron las casas de “ricos” o “caciques”, quienes aprovecharon la oportunidad para colocar negocios que les permiten incrementar su poder adquisitivo; otras personas opinan que con la denominación de Pueblo Mágico se incrementaron los precios de los servicios o consideran que Ixtapan de la Sal es un “pueblo trágico” dada la inseguridad, la menor afluencia de turistas, etc. Mientras que la población flotante identifica al destino como un espacio de balnearios, con infraestructura turística moderna, tranquilo, para el descanso, pero un lugar caro.
Así, la planificación espacial de acuerdo con los intereses del sector público y privado, ha propiciado la fragmentación socioespacial y la artificialidad en Ixtapan de la Sal, así como la reconfiguración de los espacios de representación atracción/repulsión, la no familiaridad, la construcción de barreras simbólicas y de espacios de deseo, ya que se pueden identificar las inversiones multimillonarias en infraestructura turística como los hoteles de gran lujo, el Parque Acuático y los fraccionamientos campestres con campos de golf exclusivos (Gobierno Municipal, 2013; Gobierno del Estado de México, s.f.).
Sin embargo, la población local se imagina en condiciones de desigualdad, inseguridad, e incluso, desterritorialización como se infiere del siguiente testimonio; “(…) jugábamos al trompo en la calle, a las canicas (…) La calle era nuestra (…)” (Entrevista concedida por la pobladora local 9, Ixtapan de la Sal, Estado de México, México, en octubre de 2018); mientras que las autoridades y empresarios crean experiencias que atraigan a más turistas, pero a costa de la explotación de los recursos naturales y culturales del municipio.
4. Consideraciones finales
El modelo de Harvey nos permitió identificar y analizar que la valorización de recursos naturales es fuente para incentivar el flujo de bienes, servicios y personas, lo que, a su vez genera concepciones visuales y discursivas del espacio desde posiciones de poder, que establecen jerarquías espaciales e impactos físicos y simbólicos en la población que hace uso la infraestructura donde, a un mismo tiempo, se explotan los recursos naturales. Cabe resaltar que las prácticas materiales, las representaciones del espacio y los espacios de representación cambian con el tiempo y de acuerdo con los intereses de la población que tiene el poder sobre el espacio y sus recursos naturales; sin embargo, son dimensiones de análisis que permiten la comprensión integral del proceso de producción de un destino turístico al incluir una postura histórica, geográfica, social, cultural, política y económica.
Ejemplo de lo anterior, es el desarrollo histórico de las prácticas socioespaciales de la Cabecera Municipal de Ixtapan de la Sal, cuyo análisis permitió comprender cómo los cambios en la propiedad de los recursos naturales, sociales y culturales han ido convirtiendo al destino turístico en un espacio producto y productor del capital, y con ello, se ha generado una fragmentación socioespacial y simbólica de acuerdo con las diferentes etapas del sistema económico capitalista.
5. Contribuciones de las autoras:
Alejandra Díaz Castañeda: conceptualización; metodología; análisis formal; investigación; escritura original, preparación del borrador; redacción – revisión y edición; recursos; curación de datos; administración del proyecto; adquisición de fondos.
Maribel Osorio García: conceptualización; metodología; análisis formal; investigación; escritura original, preparación del borrador; redacción – revisión y edición; recursos; curación de datos; administración del proyecto; adquisición de fondos.
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Notas