I. ESCENARIOS

La dimensión del poder en el discurso de Jair Bolsonaro.

The dimension of the power in Jair Bolsonaro´s speech

Daniel Zen
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina

La dimensión del poder en el discurso de Jair Bolsonaro.

deSignis, vol. 31, pp. 127-136, 2019

Federación Latinoamericana de Semiótica

Recepción: 10 Marzo 2019

Aprobación: 20 Junio 2019

Resumen: En este ensayo realizamos una aproximación al análisis sociosemiótico del primer discurso oficial de Jair Bolsonaro como presidente electo de Brasil, tras los resultados electorales del 28 de octubre de 2018. A tal efecto, enfoques que consideran y ponderan el carácter contextual e ideológico de la producción social de sentidos resultan productivos.

Palabras clave: Sociosemiótica, Angenot, Verón, Bolsonaro.

Abstract: The aim of this article is to make an approach to sociosemiotic analysis of the first official speech of Jair Bolsonaro as elected president of Brazil after the election results of October 28, 2018. For this purpouse, theoretical categories that consider and ponder the contextual and ideological nature of production social of senses are useful.

Keywords: Politic Speech, Sociosemiotics, Angenot, Verón, Bolsonaro.

1. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo aborda lineamientos sociosemióticos y los pone en relación con primer discurso oficial del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, tras conocerse los resultados electorales que lo proclamaron vencedor en los comicios el 28 de octubre de 2018, a las 20 horas de ese país.

A tal efecto, la teoría del discurso social de Angenot y la teoría de los discursos sociales de Verón resultan productivas, en tanto han generado categorías aplicables de análisis desde enfoques que en ambos casos consideran y ponderan el carácter contextual e ideológico de la producción social de sentidos.

Desde tal punto de partida, se arriesga a modo de hipótesis en esta labor introductoria que parte de la construcción política que ha llevado por la vía electoral a Bolsonaro al Palacio del Planalto y que se cristaliza en el producto discursivo concreto que aquí se propone analizar, permite reconocer desde la tradición sociosemiótica francesa –de la cual ambos autores forman parte– ciertas condiciones de producción vinculadas a ideologemas preexistentes en la tópica contemporánea del vecino país.

A continuación se expone la traducción al español del discurso de Bolsonaro efectuado apenas confirmada su victoria, que fue reproducido en vivo por los principales medios de comunicación de Brasil. Luego, procederemos a la labor analítica.

2. PRIMER DISCURSO OFICIAL DE BOLSONARO COMO PRESIDENTE ELECTO¹

Creo en la capacidad del pueblo brasileño, que trabaja de forma honesta, de que podemos juntos –gobierno y sociedad– construir un futuro mejor.

Este futuro del que hablo y creo, pasa por un gobierno que cree las condiciones para que todos crezcan. Esto significa que el gobierno federal dará un paso atrás –reduciendo su estructura y la burocracia, cortando desperdicios y privilegios–, para que las personas puedan dar muchos pasos adelante.

Nuestro gobierno va a romper paradigmas: vamos a confiar en las personas. Vamos a desburocratizar, simplificar y permitir que el ciudadano, el emprendedor, tenga más libertad para crear y construir y su futuro. Vamos a ´desatar´ a Brasil.

Otro paradigma que vamos a romper: el gobierno de verdad, que es la Federación. Las personas viven en los municipios, por lo tanto, los recursos federales irán directamente del gobierno central a los estados y municipios. Colocaremos de pie la federación brasileña. En ese sentido es que repetimos que necesitamos más Brasil y menos Brasilia.

Mucho de lo que estamos fundando en el presente traerá conquistas en el futuro. Las semillas serán lanzadas y regadas para que la prosperidad sea el designio de los brasileños del presente y del futuro. Este no será un gobierno de respuesta sólo a las necesidades inmediatas. Las reformas que nos proponemos serán para crear un nuevo futuro para los brasileños. Y cuando digo eso, hablo con una mano extendida hacia al campesino trabajador del caucho en el corazón de la selva amazónica y la otra para el emprendedor sudando para crear y desarrollar su empresa. Porque no existen brasileños del sur o del norte. ¡Somos todos un solo país, somos todos una sola nación! ¡Somos una nación democrática!

Romperemos el círculo vicioso del crecimiento de la deuda, sustituyéndolo por el círculo virtuoso de menores déficits, deudas decrecientes e intereses más bajos. Esto estimulará las inversiones, el crecimiento y la consiguiente generación de empleos. El déficit público primario debe ser eliminado lo más rápido posible y convertirse en superávit. Este es nuestro propósito.

A los jóvenes, una palabra del fondo de mi corazón: ustedes han vivido un período de incertidumbre y estancamiento económico. Ustedes fueron y están siendo probados a probar su capacidad de resistir. Prometo que eso va a cambiar. Esta es nuestra misión. Gobernamos con los ojos en las futuras generaciones y no en la próxima elección.

Liberaremos a Brasil y al Itamaraty² de las relaciones internacionales con sesgo ideológico a las que han sido sometidos en los últimos años. Brasil dejará de estar apartado de las naciones más desarrolladas. Buscaremos relaciones bilaterales con países que puedan agregar valor económico y tecnológico a los productos brasileños. Recuperaremos el respeto internacional por nuestro amado Brasil.

Durante nuestra caminata de cuatro años por Brasil, una frase se repetía muchas veces: ´Bolsonaro, tú eres nuestra esperanza´. Y yo les digo que cada abrazo, cada apretón de manos, cada palabra o manifestación de estímulo que recibimos en esta caminata han fortalecido nuestro propósito de colocar a Brasil en el lugar que merece.

En ese proyecto que construimos, caben todos aquellos que tienen el mismo objetivo que el nuestro.

En el momento más difícil de esa caminata, cuando, por obra de Dios y del equipo médico de Juiz de Fora³, me fue obsequiada una nueva acta de nacimiento, no perdimos la convicción de que juntos podríamos llegar a esta victoria. Es con esta misma convicción que afirmo: les ofrecemos un gobierno decente, que trabajará verdaderamente para todos los brasileños.

Somos un gran país, y ahora vamos juntos a transformar ese país en una gran nación. ¡Una nación libre, democrática y próspera!

3. ENFOQUES NO INMANENTISTAS

Se observa un punto de contacto teórico entre los desarrollos de Angenot y Verón que puede servir de norte en éste análisis y que posibilitaría, en términos prácticos, que el mismo decante en la identificación de marcas puntales de significación en la red semiótica; red que en el ojo analista solo puede tratarse de una reducción y que, por otra parte, constituye un recorte desde un punto de vista ternario o pierciano: el mismo que el autor argentino abona para su teoría de los discursos sociales.

Ese punto de contacto es el carácter no imnanentista de los discursos: desde esta óptica, en la semiosis social la única realidad es la intertextualidad, debido a que no es posible más que a nivel binario –es decir, lingüístico– desentrañar un producto discursivo en sí mismo. Al respecto, advertirá Angenot (2010:75) de la imposibilidad de disociar lo que se dice de la manera en que se lo dice, el lugar desde el que se lo dice y los fines diversos que se persiguen; Verón (1980:126) argumentará que un discurso es una configuración espacio-temporal de sentido y que por lo tanto mal podría agotarse en su inmanencia, si de lo que se trata es estudiar la cadencia de sentidos.

La consecuencia práctica posible de tal coincidencia epistemológica entre ambos autores sobre la no inmanencia del discurso y sobre un quehacer analítico que enfoque las producciones de sentidos como fenómenos sociales, contextuales y entonces complejos e históricos, es la detección de ideología. Por ello proponemos para el análisis del discurso de Bolsonaro efectuar esa detección en el plano de las gramáticas de producción –con lo cual limitamos este recorte sin enfocar la temática específica de la circulación y el reconocimiento–.

Pero lo cierto es que en este punto Angenot y Verón toman distintos caminos en el cómo, sobre el modo de encarar el trabajo semiótico.

El primero encuentra útil adentrarse a un análisis de la tópica. En la intertextualidad Angenot encuentra el reino de los lugares comunes, la doxa, que podría entenderse como el conjunto de ideologemas o elementos de sentido situados históricamente que son constitutivos del discurso social y que para dicho autor francés reflejan el dispositivo global de enunciación en un momento dado –Julia Kristeva, en sintonía con Angenot, ofrece una definición muy locuaz de la noción de ideologema: “Ideologema remite a la función intertextual que se materializa en los diversos niveles de la estructura de cualquier texto y que condensa el pensamiento dominante de una determinada sociedad en un momento histórico”(Kristeva 1978:49)–.

Por su parte, Verón encuentra útil tomar un camino deconstructivo donde las operaciones de asignación de sentido dejan marcas inscritas en la superficie de los productos discursivos. Esas marcas, mediante el esfuerzo sociosemiótico que establece las relaciones entre una propiedad significante y sus condiciones, se convierten para el analista en huellas de otras condiciones o conjunto de condiciones que fueron significante previo en la infinita semiosis social.

Con estos lentes, Verón construye su hipótesis de que los sentidos circulantes exhiben un sistema de relaciones. Enarbola así su teoría de los discursos sociales, una especie de sociología del sentido a la que, si se nos concede, llamamos de ese modo a la luz de su definición como “el estudio de los fenómenos sociales en tanto procesos de producción de sentido” (Verón 1980:125).

En definitiva, si la propuesta analítica de Angenot busca desentrañar ideologemas del dispositivo global enunciador en los discursos circulantes –lo decible global– y la de Verón procura detectar en ellos marcas que se conviertan en huellas de condiciones de producción y reconocimiento de otros discursos para dar cuenta de los fenómenos sociales, consideramos que intentar reconocer en este recorte los principales elementos del paquete axiológico de la primera alocución oficial de Jair Bolsonaro al ser electo presidente de Brasil, resulta un esfuerzo de análisis provechoso desde una perspectiva sociosemiótica: entendemos que de esa manera podrían ser exhibidos algunos de los nuevos sentidos hegemónicos circulantes en dicho país.

4. DE LA DIMENSIÓN IDEOLÓGICA A LA DEL PODER

El componente ideológico en el discurso de Bolsonaro podría obtenerse si redujéramos la relación tríadica de semiosis a dos componentes: el del producto –discurso– y el del objeto –destinatario–, ignorando las condiciones de producción y las de reconocimiento.

Pero al suprimir la cadencia semiótica infinita, señala Verón, solo es posible un trabajo meramente descriptivo, de corte inmanentista. Ergo, sentencias que fueron lanzadas por Bolsonaro en el discurso analizado como las que siguen, se agotarían apenas en sí mismas, sin mayor sentido que el expreso:

- “Creo en la capacidad del pueblo brasileño, que trabaja de forma honesta, de que podemos juntos -gobierno y sociedad- construir un futuro mejor”.

- “Liberaremos a Brasil y al Itamaraty (Ministerio de Relaciones Internaciones de Brasil) de las relaciones internacionales con sesgo ideológico”.

Sin embargo, esa óptica binaria es insuficiente para dar cuenta del sentido profundamente más complejo que tienen esas frases proferidas por quien las profirió, donde las profirió y en el momento socio-histórico en que lo hizo. Sentido complejo que, además, por la propia participación de los sujetos y colectivos en el seno de la sociedad, es susceptible de ser comprendido –de distintos modos, pero comprendido al fin– por prodestinarios –adherentes–, paradestinatarios –no adherentes a convencer– y contradestinatarios –oponentes–.

El “espesor de lo real” (Verón, 1980: 133) o la dimensión del poder va apareciendo entonces a medida que se van detectando marcas que evidencian el proceso ternario de la construcción de sentido y se identifican como huellas de otras condiciones de producción anteriores.

Con esto intentamos decir que, por ejemplo, la frase de Bolsonaro: “Creo en la capacidad del pueblo brasileño, que trabaja de forma honesta, de que podemos juntos –gobierno y sociedad– construir un futuro mejor”, adquiere otro sentido si se toma en cuenta que desde la vuelta de la democracia en Brasil se produjeron varios de hechos significados por la opinión pública como casos de corrupción gubernamental y empresarial, entre los que pueden citarse a los supuestos sobornos y sobreprecios para la construcción de estadios para el Mundial de fútbol 2014 –que dieron lugar a las manifestaciones masivas “Não vai ter copa” [No va a haber mundial]4 – o, más recientemente, a la denominada Operación “Lava Jato / Odebrecht”, que salpicó a buena parte del establishment brasileño y que consiguió instalarse en la agenda pública con sus múltiples bemoles, incluido el apresamiento del expresidente socialista Luiz Inácio Lula Da Silva y su consiguiente impedimento para ser candidato presidencial en 2018, cuando lideraba casi todos los sondeos de opinión.

También la frase de Bolsonaro: “Liberaremos a Brasil y al Itamaraty de las relaciones internacionales con sesgo ideológico”, puede considerarse para un análisis sociosemiótico como una marca en el “discurso de referencia” (Verón, 1980: 132) si se observa su relación con las gramáticas de producción.

Vale recordar que a nivel diplomático, Brasil fue uno de los países que lideró el integracionismo latinoamericano durante el periodo presidencial del Partido de los Trabajadores (Lula Da Silva 2003-2011 y Dilma Rousseff 2011-2016). Los intentos por fortalecer el Mercosur e impulsar otro proyecto más amplio como fue Unasur, pueden citarse como muestras de la tónica con que Brasil encaró las relaciones internacionales, en un momento donde varias naciones del continente compartían a grandes rasgos una vocación diplomática regionalista, auto-identificada discursivamente con la izquierda o el progresismo. En contraposición, los colectivos opositores a los gobiernos nacionales con esa impronta operaron dispositivos de enunciación en los que se tendía a equiparar la noción oficialista de integracionismo latinoamericano con una postura antiglobalizadora, aisladora, que de acuerdo a ese kit argumental, perjudicaba los intereses económicos y de financiamiento de los países.

Teniendo en cuenta que esas huellas aparecen en el discurso de Bolsonaro al identificar la marca “Liberaremos (…) del sesgo ideológico”, es posible desentrañar el proceso de sentido indicando que la afirmación del presidente electo de Brasil podría estar recogiendo el sentido circulante de aquellos colectivos opositores a los entonces gobiernos nacionales de izquierdas, con la misión discursiva de imprimirle un carácter positivo a una potencial gestión diplomática orientada a otros polos de poder, como podría ser el que lidera Estados Unidos, a la luz de recientes promesas del presidente de ese país, Donald Trump5, de forjar un nuevo y mejor vínculo con Brasil.

5. DISCURSO HEGEMÓNICO E IDEOLOGEMAS

Los discursos hegemónicos que interesan a Angenot cumplen determinadas funciones que garantizan ese lugar central en lo decible global. Y el que profirió Bolsonaro apenas confirmada su proclamación puede considerarse como parte importante de una discursividad que ya es hegemónica en su país. Detectar algunas de esas funciones, supone también poner en evidencia cierto lugares comunes, ideologemas preexistentes que componen el sistema enunciador hegemónico brasileño.

5.1. Función de saturar y expandir

La hegemonía puede ser percibida en el campo del discurso social como una bola de nieve en rodaje que expande y agiganta su ejido de temáticas, imponiendo saberes –mayormente doxológicos desde nuestro punto de vista– y parámetros argumentativos, de modo tal que los desacuerdos o también los nuevos acuerdos, que en ocasiones son elementos hegemónicos del pasado, se sitúan también en referencia a los elementos dominantes de la tópica.

A esa función del discurso de saturar y expandir los sentidos circulantes también la observamos en el discurso post-victoria de Bolsonaro, con una particularidad: la apelación a “falsas rupturas” (Angenot 2010: 62-63), que no son otra cosa que la revitalización de ideas antiguas –en ocasiones obsoletas– para dar la impresión de innovación.

Bolsonaro afirmó: “Vamos a ´desatar a Brasil´ (...). Colocaremos de pie la federación brasileña. En ese sentido es que repetimos que necesitamos más Brasil y menos Brasilia”.

En Brasil, como en casi todos los países de América del Sur, las luchas de la independencia y las consecuentes discusiones sobre organización del Estado ocurrieron de lleno en el siglo XIX, dando como resultado las organizaciones federales, con mayor o menor grado de centralidad, hoy existentes. Bolsonaro retoma esta antigua idea anclado desde una discursividad eminentemente política que pondera lo “anti-político” y parece efectuar una operación de enunciación tendiente a igualar Brasilia –sede física del gobierno nacional– con la idea de burocracia estatal ineficiente, reclamando una menor participación del Estado, en oposición a las políticas intervencionistas de los gobiernos del Partido de los Trabajadores, su adversario, “el otro”.

El problema de la alteridad se vincula con el componente agónico constitutivo del discurso político y como sostiene Fatala es inseparable de él:

“Aunque podemos considerar que la triada comunidad-territorio-historia como un diagrama que actualiza todas las construcciones nacionales, conviene retener que su semiosis está motorizada por la alteridad. No es casual, entonces, que el discurso político se inscriba en el modo agónico y que su construcción de colectivos requiera siempre de los fantasmas del otro”. Fatala (2013:207).

5.2. Función de representar el mundo

“Mucho de lo que estamos fundando en el presente traerá conquistas en el futuro. Las semillas serán lanzadas y regadas para que la prosperidad sea el designio de los brasileños del presente y del futuro. (…)”, expresó Bolsonaro.

Advierte Angenot que la hegemonía busca crear paquetes de sentidos para hacer asequible el mundo que se presenta desordenado y multifactorial, cuestión de algún modo comparable a calibrar esos “lentes culturales con los que los seres humanos viven su existencia”, al decir de Franz Boas (1964:123), o a organizar esa “urdimbre o trama de significaciones que el hombre mismo ha construido y en la que vive”, al decir de Cleeford Geertz (1973:96).

Volviendo al caso, observamos que en el citado pasaje del discurso de Bolsonaro aparece con claridad la función hegemónica de representar la realidad. La noción evocada de “fundar” en tal proceso de significación oficia como un articulador semiótico en la operación tendiente a organizar el sentido de lo real y homogeneizarlo. Y en este aspecto, la temporalidad juega un papel clave. En efecto, Bolsonaro procura imprimir un sentido negativo al pasado reciente en el que sus opositores gobernaban, un sentido esperanzador a un presente signado por su advenimiento al poder y un sentido positivo al futuro, de indeleble bienaventuranza para Brasil, que luego completa con la afirmación: “(…) Cada palabra o manifestación de estímulo que recibimos en esta caminata han fortalecido nuestro propósito de colocar a Brasil en el lugar que merece”.

5.3. Función de producir la sociedad y sus identidades

Quizás una de las funciones más evidentes de los discursos hegemónicos según Angenot sea la de generar un principio de comunión para producir el sentido colectivo de “sociedad” y de las “identidades”. Si la economía, las instituciones y la vida social separan, “la lógica de la hegemonía dóxica busca el consenso, el espíritu cívico; los grandes ideologemas políticos (el Progreso, la Patria, el Enemigo) realizan con estridencia esta unanimidad”, afirma Angenot (2010:71).

En el discurso de Bolsonaro la construcción de un colectivo –el “nosotros” – queda expuesta. La delimitación del enemigo –los “otros”–, también.

Veamos primero la idea de “nosotros” que construye el dirigente político: “Hablo con una mano extendida hacia al campesino trabajador del caucho en el corazón de la selva amazónica y la otra para el emprendedor sudando para crear y desarrollar su empresa. Porque no existen brasileños del sur o del norte. ¡Somos todos un solo país, somos todos una sola nación!”

Para dimensionar la significación de esta frase es necesario adentrarse al plano connotativo, ternario, y referirse a otros sentidos subyacentes y arraigados profundamente en el imaginario brasilero. El norte, pobre históricamente, tiene mayor cantidad de población afroamericana, menor potencia económica y menor participación en el PBI nacional. El sur, rico, tiene mayor cantidad población blanca o mestiza e impacta de manera decisiva en el total de lo producido por Brasil. A raíz de esta situación cierto sentido muy extendido y circulante hace gala de esa productividad, despreciando al norte discursivamente e incluso aludiendo a ideas separatistas como manera de desprecio6.

Veamos ahora la construcción del enemigo por parte de Bolsonaro, operación que en este caso se realiza inclusive sin nombrarlo: “A los jóvenes, una palabra del fondo de mi corazón: ustedes han vivido un período de incertidumbre y estancamiento económico. Ustedes fueron y están siendo probados a probar su capacidad de resistir”. “Les ofrecemos un gobierno decente, que trabajará verdaderamente para todos los brasileños”.

Ambas afirmaciones contienen el fantasma del otro, la dominancia del pathos, construyendo un no-nosotros que podría incluir a la izquierda (Partido de los Trabajadores), aunque también a los partidos conservadores Movimiento Democrático Brasileño (MDB, partido del presidente Michel Temer) y Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quienes paradójicamente fueron aliado del Bolsonaro en el Congreso hasta que lanzó su candidatura presidencial.

6. VINCULACIONES Y CIERRE

El primer discurso oficial de Jair Bolsonaro como presidente electo de Brasil fue analizado considerando la dimensión del poder que propone Verón en su teoría de los discursos sociales, reivindicando el carácter ternario de la semiosis social y señalando algunas huellas que exhiben condiciones de producción de otros discursos presentes de modo connotativo.

Luego se detectaron en el citado discurso algunas de las funciones que, de acuerdo al enfoque de Angenot, cumplen los discursos sociales como dispositivos hegemonía, configurando lo pensable y lo decible.

A nuestro entender, de ese traslado analítico al caso en cuestión, surgen ciertos sentidos que circulaban previamente a la victoria de Bolsonaro en la tópica brasileña y que el dirigente retomó. Sean llamadas condiciones de producción por Verón o ideologemas para Angenot, encontramos presentes en la tópica contemporánea de Brasil las categorías con sentido peyorativo “Corrupción”, “Burocracia estatal ineficiente”, “ideologización”; y las categorías con sentido reivindicativo “Propiedad privada”, “Individualismo”, “Apolítica”.

Como cierre resta ponderar una vez más la importancia la sociosemiótica otorga a los análisis de tipo no inmanenstista, en la concepción de que solo desde miradas que hacen eco del carácter intertextual y situado de los discursos sociales aparecen sus capacidades generativas, aquellas que dan cuenta de la dimensión del poder y en consecuencia, de los sentidos hegemónicos y de los que no lo son.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANGENOT, M. (2010) El discurso social. Los límites históricos de lo pensable y lo decible. Siglo XXI Editores: Buenos Aires.

BOAS, F. (1964) Cuestiones Fundamentales de la antropología cultural. Nueva York: Ed. Mcmillan.

FATALA, N. (2013) “El lugar del otro en la construcción discursiva de los sujetos colectivos”. Serie especial de la Revista de la Associazione Italiana di Studi Semiotici. (AISS). Roma: Ed. Nuova Cultura.

GEERTZ, C. (1973) La Interpretación de las Culturas. Barcelona: Ed. Gedisa.

KRISTEVA, J. (1969 [1978]) Semiótica I. Madrid: Ed. Fundamentos.

VERÓN, E. (1980). La semiosis social. Barcelona: Ed. Gedisa.

Notas

1. Traducción del autor del discurso de Jair Bolsonaro el 28 de octubre de 2018 a las 20 horas, tras conocerse su victoria presidencial en Brasil.
2. Nombre popular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
3. Localidad del estado de Belo Horizonte donde Jair Bolsonaro recibió una puñalada en el abdomen en un acto de campaña en septiembre de 2018.
4. Traducción del autor.
5. Artículo al respecto del saludo de Donald Trump a Bolsonaro tras la victoria electoral de éste último. https://www.lanacion.com.ar/2186371-trump-felicito-bolsonaro-dijo-quiere-trabajar-codo
6. Artículo referido a movimientos separatistas del centro y el sur de Brasil. http://www.telam.com.ar/notas/201607/157099-brexit-brasil.php
HTML generado a partir de XML-JATS4R por