I. ESCENARIOS

Sobre esas aperturas de Verón al medio, al juego, a la observación

On those openings of Verón in the middle, to the game, to the observation

Oscar Steimberg
Universidad Nacional de las Artes de Buenos Aires, Argentina

Sobre esas aperturas de Verón al medio, al juego, a la observación

deSignis, vol. 29, pp. 91-97, 2018

Federación Latinoamericana de Semiótica

Resumen: En la última etapa de la obra de Verón se amplía el retorno y el despliegue de diferentes accesos a los dispositivos de producción de la significación. Estos son indagados para ejemplificar el trabajo de un observador constitutivamente provisorio, como lo serían, frente a él, los actores sociales de cada momento discursivo. Y el reconocimiento de esos personajes puede ser útil para acceder a su definición, también a la vez final y provisoria, sobre los usos del tiempo.

Palabras clave: dispositivos, producción, significación, observador, tiempo.

Abstract: In the last stage of Verón's work, is extended the return and deployment of different accesses to the devices to produce meaning. These devices are investigated to exemplify the work of a constitutively provisional observer, as they would be, in front of him, the social actors of each discursive moment. The recognition of those characters can be useful to access their definition on the uses of time, also at the same time final and provisional.

Keywords: devices, production, significance, observer, time.

1. INTRODUCCION

Eliseo Verón ha dejado legados de conocimiento y de método. Pero puede dudarse, en relación con ambas palabras, de su justeza o su adecuación a lo que esos legados ofrecen. Ocurre cuando el conocimiento se evoca en sus momentos de nombrar o de percibir, y el método es elección de perspectivas o novedoso ángulo de visión o reconocimiento. Y es imposible, tratándose de la obra de Verón, no adjudicar un lugar central a esas aperturas y a sus procesamientos de experiencia y de memoria.

En lo que sigue se tratará de reconocer o de enumerar algunas, sin seguridad de no estar dejando de lado algo de lo más representativo y útil; con un propósito, digamos, de conversación

2. TIEMPO Y SUJETO

Un homenaje a Eliseo Verón, en un espacio de trabajo que incluye estudios como los suyos, no puede no entenderse como el inicio o la continuidad o, sobre todo, la evocación reconocedora de un diálogo. Las discusiones y polémicas de Verón mostraban su condición dialógica en sus continuidades: en diferentes oportunidades su discurso retomó planteos, respuestas y reformulaciones que extendían, diversificaban o, a veces, recomenzaban un intercambio de proposiciones o hipótesis.

Intentando el ejemplo: en otro lugar (Jitrik 1999), tratando de analizar los temas y modos de los diálogos, en general polémicos, mantenidos en el ámbito local sobre temas de semiótica y comunicación por Verón y Oscar Masotta, referentes ambos de sucesivas generaciones de investigadores en distintos campos de búsqueda, intenté focalizar diferencias de estilo. Los trabajos de Verón parecen orientarse, en un comienzo, al logro de una prosa científica desdramatizada. Sin embargo, el componente dramático no queda ausente: vuelve, aun en aquel momento, a través de la intensa definición de la posición entre-textos del polemista (que no excluye, por ejemplo, el reconocimiento inicial de un sentimiento general de rechazo al comentar, por ejemplo, los textos de Georges Politzer, en una crítica que abarca también las introducciones locales de José Bleger). Pero además se instala en un nivel más general de la enunciación ensayística, a través de la valorización de lo que en términos kuhnianos pudo definirse como el contexto de descubrimiento, contra el de verificación prevalente en lo que entonces podía considerarse la ciencia social “normal”, o la naciente comunicología deudora de una perspectiva conciencialista del intercambio de signos. Aquí también, una configuración estilística particular se manifiesta prevalentemente a través de una enunciación característica: la constante dimensión polémica muestra los rasgos de una política del texto, empeñada en evitar las repeticiones de la normalización académica.

En el comienzo de la revista Lenguajes, un artículo de presentación del primer número (1974) terminaba de componer una parada dialógica que en distintos momentos había enfrentado a Eliseo Verón con Oscar Masotta, pero que también vale para ubicar en sus novedades y continuidades aquel momento del discurso de Verón: tal vez una diferencia estilística capital de su escritura frente a la de Masotta podría rastrearse recorriendo sus opuestas actitudes hacia la inserción autobiográfica, al menos hasta entonces.

Y con la misma insistencia se despliega en sus artículos, junto a los rasgos de la conformación enunciativa de su estilo, la presentación de temas que, instalados primaria o secundariamente, actualizan en cada texto el señalamiento del carácter ocultador que encontraba propio de esa ciencia normal (como lo ideológico que no dice su nombre) y de la condición desarmada y fugaz del trabajo científico local (trabado por la de una socialidad científica que es vista desvaneciéndose en cada ruptura político-institucional).

En un momento posterior de esos recorridos aparecerá un confluyente reconocimiento a las búsquedas de Masotta: Verón valorará precisamente en sus cambios de encuadre y perspectiva de búsqueda (los ocurridos en la producción de Masotta de la crítica existencial al psicoanálisis lacaniano, pasando en un productivo y extenso momento intermedio por el estructuralismo y la teoría y la crítica de la contemporaneidad artística) la continuidad de una preocupación orientada a la constitución de una teoría del sujeto de insistente actualidad en ese momento.

Pero era, al menos, la segunda vez en que se expresaba esa valoración. La primera fue en relación con “Psicoanálisis y semiótica”, en 1970. Entonces, la figura del observador no era el centro, como lo fue después. Pero un sujeto cambiante y oscuramente definible de un momento de la circulación textual, sí. La pregunta era por quién o qué discute, cuando se enfrentan dos concepciones de la significación. Criticando los fundamentos y el método de un artículo en el que Verón planteaba la problemática de los “códigos de la acción”[1] trabajando, específicamente, sobre los efectos de sentido de una ilustración publicitaria, encontraba Masotta que Verón “inocentaba” el texto al postular significados que una lectura psicoanalítica traspasaría hacia otra lógica, en la que irrumpiría la dimensión del goce[2].

Era la puesta en fase de algunas peticiones de principio de cada uno de ambos textos: en el de Masotta, la de que la semiología podría enriquecerse (des-inocentarse) reflexionando desde la teoría psicoanalítica sobre la formación de sus conceptos; es decir, desde una teoría de la que recuerda que su campo es el del sujeto, un sujeto intersticial con derivas tramadas desde el inconsciente; en el texto de Verón, la de que un acto (por ejemplo, un gesto) significa de manera diferente con respecto a la de una proposición verbal, porque un lazo de contigüidad espacial y temporal en una secuencia hace de él un “signo ambiguo”, que la semiología debía reconocer como problema a partir de análisis textuales específicos.

2- DISPOSITIVOS DEL MEDIO,DISPOSITIVOS DE LA OBSERVACION

Los recorridos de Verón por las proposiciones y construcciones analíticas que construyeron la figura del observador se encontraron en distintas etapas de su trabajo, y fueron arribando, a través de diferentes instancias de su formulación, al momento de La semiosis social, 2,[3] con plurales replanteos críticos pero también con homenajes que se mostraron como parte inescindible de la descripción y la proposición.

En un libro de algunos años atrás, en el que profundizó una de las líneas retóricas de su escritura -con un sujeto de discurso auto referido pero en tercera persona, con momentos como los de una novelística de la enunciación (1999)-, había agradecido a Barthes sus puestas en escena de la instancia de la observación, y de sus recursos inevitablemente escriturales: además de “hacer del saber una fiesta”, la escritura se mostraba en él (las referencias, los homenajes, estaban en distintos lugares del libro, incluyendo el principio y el final) como el instrumento supremo de la observación, que es “una cuestión de ponerse de costado, por decirlo así, más que de metalenguaje”. Y entonces la clave: “Barthes lo había comprendido. Y había comprendido también que sólo la escritura le permite a uno ponerse de costado”.

Sobre el objeto de esa observación: a lo largo del conjunto de la obra de Verón, pueden reconocerse diferentes accesos a los –también diferentes, cambiantes y fundamentalmente provisorios- dispositivos de producción de la significación. Que serían indagados desde perspectivas elegidas para ejemplificar el trabajo de un observador también constitutivamente provisorio, como lo son, frente a él, los actores sociales de cada momento discursivo. Y en el final de su último libro una pregunta, una entrada en conversación pide ser discutida, otra vez, a partir de la definición de diferentes usos del tiempo.

Diferentes usos del tiempo estarán entre las instancias de conformación del discurso puesto en circulación por ese actor que habla con sus recursos expresivos –de medio, de género, de práctica discursiva- y que no puede no entrar en conflicto con cada uno de esos universos de recursos.

De este modo, vuelve a tomar la escena la oposición entre sistemas sociales y socio individuales. Y ciertas peticiones de principio insisten como a lo largo de otros momentos de su obra; como, desde un principio, la de que un acto hace sentido a partir de los efectos de unos dispositivos de producción de la significación y de unos modos de circulación y reconocimiento de su resultante textual. Podemos acceder ahora a la puesta en fase de esas proposiciones con las orientadas a la acentuación, en la última parte de su obra, de una epistemología de la observación, a partir de la que se definen aspectos y niveles de la tensión que ve desplegarse entre sistemas y subsistemas sociales, por un lado, y sistemas socio individuales, por otro, y de la que atiende los registros históricos de su diferente relación al espacio y al tiempo. Y de su también diferente relación con los dispositivos de mediatización.

De manera constante, los cambios en la teoría y en la posibilidad contemporánea misma de producción del conocimiento aparecerán condicionados por los procesos de mediatización: por los cambios en los dispositivos mediáticos y por su relación con las prácticas sociales en su conjunto. Y ciertos cambios retóricos serán registrados como informantes de cada nueva tensión entre la voluntad de objetivación del primer momento y el crecimiento de la valoración de dimensiones no referenciales del texto en los siguientes: empieza a incluirse un yo que algunos años después instalará en el texto una objetivación diferente de la inicial, a través de su inclusión como actante narrativo con momentos sorprendentemente novelísticos, en tanto personaje de la investigación científica que exhibe sus límites psicológico-comunicacionales (psicológicos pero también comunicacionales) a la manera de un ejemplo de Goffman. Así, en el “yo, por ejemplo, soy tímido...” (1987) con que se exponen los campos de indagación de un análisis de la gestualidad y la coreografía “espontáneas” de un sujeto particular de discurso; en ese caso, el de un expositor académico... que se presenta en primera persona y, por las confesionales referencias, como la imagen social de él mismo).

Y en esas y otras ocasiones, Verón volvió sobre textos escritos en distintos momentos de sus recorridos. Así, en la presentación de Fragmentos de un tejido ( 2004), comentando Comunicación y neurosis (1970) , y asociando distintas entradas a la problemática de la articulación de “ los niveles microscópicos y macroscópicos del funcionamiento social”. Reitera que no se trata allí, como lo dice la fórmula clásica, de relacionar “el individuo” con “la sociedad”: en todos los niveles se encontrarán configuraciones estratégicas que no pueden ser reducidas a la racionalidad instrumental de los actores. Y esta conclusión aparecerá como fundamental para quienes se interese en las estrategias identificables en los discursos mediáticos, y particularmente en los colectivos que ellas implican. Hasta en el artículo ”Los medios en recepción: desafíos de una complejidad” (1991), donde se señala la dificultad de la clase política para “recobrarse y tomar conciencia del nuevo contexto (mediático) en el que se obstina en repetir las mismas figuras retóricas”.

La obstinación puede ser un rasgo de la configuración de un tiempo. Pero en el discurso de Verón se le adjudica una centralidad, podría decirse, inédita en estos campos temáticos. En la relación, por ejemplo, con el estatuto de la creencia, en Perón o muerte (2003):

“El sentido no es ni subjetivo ni objetivo: es una relación (compleja) entre la producción y la recepción, en el seno de los intercambios discursivos.

Esta relación sólo puede ser adecuadamente captada desde la posición de observador, que es la que ocupa el analista del discurso. (…) Pero ponerse fuera de un juego no quiere decir ocupar la posición de lo que sería un observador absoluto; significaría simplemente jugar a otro juego (en este caso, se trata de ese discurso que se llama ‘ciencia’. Lo que podemos llamar el ‘principio del observador’ afirma solamente que no se puede al mismo tiempo jugar a un juego y observarlo(…) La ciencia no es un meta juego: ella es apenas un juego entre otros”.

3. LA OBSERVACION PUESTA EN JUEGO; LOS JUEGOS DE LA OBSERVACION

La preocupación insistía algo más de diez años después, en el último capítulo de La semiosis social, 2. Allí desarrolla, en un párrafo de extensión similar y de emplazamiento igualmente conclusivo, una proposición confluyente con la primera parte de la de entonces, y la problemática temporal se articula de manera general con la del juego a definir.

En el final de Fragmentos… ¿se esperaba el momento del compartir una pregunta, una conversación? Muy probablemente, una discusión. Pero no es difícil imaginar diversos tipos de planteos, de paradas enunciativas mediante las que podría mostrarse la condición contemporánea de la proposición.

En los tiempos de Efectos de agenda Verón había reunido anotaciones sobre programas mediáticos y desempeños artísticos de borde. Escribe por ejemplo sobre la cantante Marisa Monte, que “hacía de las rupturas interpretativas con los géneros su principal rasgo estilístico”. Y que sería entonces otro caso de no linealidad de la comunicación social, porque “la circulación del sentido es comparable a lo que los físicos llaman ‘un sistema alejado del equilibrio”, que sólo puede advertirse desde la posición del observador… que no puede no ponerse de costado. Ahí, la referencia a la recuperación por Barthes de la palabra, pero sobre todo del escribir. ¿Como objetivo de búsqueda, pero también de juego? ¿Con un discurrir que podría parecerse, por ejemplo, al de una línea melódica? En el comienzo de La semiosis social, 2, se convoca a Peirce: Thought is a thread of melody running through the succession of our sensations. Tal vez esa instancia lúdica haya venido creciendo, en la escritura de Eliseo, a lo largo de toda su obra.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

JITRIK,N (1999) “Masotta / Verón en 1970. Una escena polémica entre psicoanálisis y semiótica”. En Historia crítica de la literatura argentina, T. 10. Buenos Aires: Emecé.

MASOTTA, O. (1968) Conciencia y estructura. Bs As: Jorge Álvarez. PP 196-200.

VERON,E. (1968) “El fetichismo de lo concreto”. En Conducta, estructura y comunicación. Buenos Aires: Amorrortu.

----------------(1974a)” Presentación”. En Lenguajes, N° 1. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.

----------------(1974b) “La semiología y el estructuralismo en Argentina y Chile”. En Lenguajes, N°1, Buenos Aires: Nueva Visión.

---------------- (1970) “L’analogique et le contigu (Note sur les codes non digitaux)”, Communications 15, Seuil, Paris. En castellano: “Los códigos de la acción”, enVerón (1968).

-----------------(1999) Efectos de agenda. Barcelona: Gedisa,

----------------- (1987) “Corps et métacorps en démocratie audiovisuelle”. Après-demain. Paris. PP 293-294.

------------------(2013) La semiosis social, 2. Buenos Aires : Paidós.

SIGAL,S. – VERON,E (2003) Perón o muerte. Buenos Aires: Eudeba.

Notas

[1] La referencia de Masotta es a “L’analogique et le contigu (Note sur les codes non digitaux)”, Communications 15, Seuil, Paris, 1970. En castellano había aparecido con el título “Los códigos de la acción” en E. Verón: Conducta, estructura y Comunicación.
[2] “Reflexiones transemióticas sobre un bosquejo de proyecto de semiótica translingüística”, en Conducta.
[3] E. Verón, La semiosis social, 2, Buenos Aires, Paidós, 2013.
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