I. ESCENARIOS
Homenaje a Eliseo Verón, en asociación.
Tribute to Eliseo Verón, in association
Homenaje a Eliseo Verón, en asociación.
deSignis, vol. 29, pp. 137-143, 2018
Federación Latinoamericana de Semiótica
Resumen: La figura y la obra de Eliseo Verón son centrales en la constitución del CIM (Centro de Investigaciones en Mediatizaciones), fundado en 2011 en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Su objeto de estudio es el campo de las “mediatizaciones” bajo el supuesto de la creciente complejidad de los procesos comunicativos que involucran tecnologías mediáticas. El abordaje epistemológico, teórico y metodológico de los fenómenos bajo estudio en las distintas investigaciones radicadas en el CIM se funda en la perspectiva socio-semiótica de Eliseo Verón, en diálogo transdisciplinar con otros enfoques provenientes de las Ciencias Sociales y Humanas.
Palabras clave: Eliseo Verón, homenaje, comunicaciones, mediatizaciones, socio semiótica.
Abstract: The work of Eliseo Verón is central in the constitution of the CIM (Centro de Investigaciones en Mediatizaciones), founded in 2011 at the National University of Rosario, Argentina. Its object of study is the field of “mediatizations” under the assumption of the increasing complexity of the communicative processes that involve media technologies. The epistemological, theoretical and methodological approaches of the phenomena under study in the different researchs of the CIM are based on the socio-semiotic perspective of Eliseo Verón, in a transdisciplinary dialogue with Social and Human Sciences
Keywords: Eliseo Verón, tribute, communications, Mediatisations, socio semiotics.
1. UN DEBATE FUNDACIONAL
Cuando en una subjetividad lo que está en juego es la afectividad, las escenas suelen remontarse a dimensiones primitivas, tempranas, fundacionales, de aquello en que un sujeto, sin saberlo, devino. Bajo el signo del aprés coup, quiero remontarme, entonces, a una escena temprana del campo intelectual argentino, que demuestra la centralidad tanto de la obra como de las prácticas de Eliseo Verón en el mismo.
En su libro de 2001 La batalla de las ideas, que cubre el periodo 1943-1973, Beatriz Sarlo ubica en la sección Antología -correspondiente al capítulo 4 dedicado a Historiadores, Sociólogos e Intelectuales- bajo el Subtítulo “Estructuralismo y Marxismo”, los siguientes textos:
- un texto de Eliseo Verón, “Muerte y transfiguración del análisis marxista”, que se había publicado en 1966 en la revista Marcha de Montevideo, y que luego, en 1968, se incluiría como capítulo de Conducta, Estructura y Comunicación, editado por Jorge Álvarez;
- la respuesta de Juan José Sebreli a dicho texto, titulada “Polémica con Eliseo Verón”, también del año 1966;
- y un tercer texto de Oscar Masotta, titulado “Anotación para un psicoanálisis de Sebreli”, que había sido preparado para publicarse en Marcha en 1967 (publicación que estaba prohibida en Argentina por la dictadura de Onganía) y que publicaría luego Jorge Álvarez en 1968 en el libro de Masotta, Conciencia y Estructura.
Es importante detenerse en las condiciones de producción de estos textos que hacen a uno de los debates centrales del campo intelectual argentino.
Luego de la caída del gobierno peronista, el programa de los intelectuales se encontraba encaminado, desde distintas perspectivas, a la reflexión sobre la vinculación de dos universos: las elites y las masas; los letrados y el pueblo.
La consolidación de las ciencias sociales cientificistas desde mediados de la década del 50 produce un rechazo de la tradición ensayística acusándola de especulativa, impresionista y generalista.
Los primeros sociólogos se graduaron en 1961 produciendo una actualización teórico-metodológica de cuya modernización dará datos y cifras Eliseo Verón en Conducta Estructura Comunicación de 1968, y en Imperialismo, lucha de clases y conocimiento. 25 años de sociología en Argentina, de 1974.
Todo ello produjo, en buena parte del campo intelectual argentino, una reacción antipositivista y una defensa del ensayo de interpretación, la cual fue tildada -por los llamados “cientificistas”- como una manifestación de la tradicional desconfianza hacia el empirismo -acusado de “norteamericano”- que caracterizó al arielismo desde comienzos del siglo XX.
Estos debates tempranos lo que indican, entre otras cuestiones, es que los procesos de industrialización y cambio social hacían eje en la necesidad del cambio disciplinario.
Enfatiza Beatriz Sarlo que, en dicho contexto de los 60, la figura de Masotta no tenía equivalente en el campo cultural, y señala a Eliseo Verón como el intelectual afín a Masotta en el campo de las ciencias sociales. Es por ello que expresa que seguir sus recorridos -de Verón y de Masotta- implica “hacer revista de las ideas que fueron verdaderamente influyentes en esos años” (Sarlo 2001: 94).
Oscar Masotta hace ingresar a las disciplinas sociales y humanas objetos como la literatura, la filosofía, el pop art, las culturas mediáticas, la estética, el psicoanálisis, en un movimiento que va desde lo sartreano al estructuralismo, de Merleau-Ponty a Lacan.
Eliseo Verón produce una avanzada teórica al traducir y prologar la Antropología Estructural de Claude Lévi-Strauss para Eudeba, en 1962, y presenta la primera entrevista argentina al antropólogo francés, publicada ese mismo año.
Masotta, por su parte, fue el introductor de Lacan en Argentina; todos gestos que produjeron -aproximadamente para 1965- una puesta en cuestión de la mirada sartreana-.
2. LA DISCUSION EPISTEMOLOGICA
La discusión epistemológica que atraviesa los 60 tiene que ver con el binomio “conciencia” o “estructura”: León Rozitchner, por ejemplo, se ubicaba en el primer término; Masotta y Verón en el segundo. La semantización de la violencia política en los medios, y la narración de la fotonovela, son de esta época.
Masotta publica su libro sobre el pop art en 1967. Sus argumentos coinciden con los de Verón en su Introducción a Lenguaje y Comunicación Social, también de 1967 (pero publicado en 1969). La semiología estructuralista daba la clave para la crítica de la dominación simbólica.
Sin embargo, ya en 1970 Verón señalaba -en el artículo “Actualidad de un clásico; la moda del estructuralismo” publicado en el número 9 de 1970 de la revista Los Libros- que había sido fundada por Héctor Schmukler en 1969- la manera desordenada en que se había importado el estructuralismo, el cual, decía Verón, convertido en una ideología de moda, se mezclaba vía Althusser con el marxismo, y vía Lacan con el psicoanálisis. Lingüística, psicoanálisis y marxismo eran los tres ejes sobre los que pivoteaba el debate en las ciencias sociales y humanas.
Pero la latino americanización de la crítica sobre cultura de masas produjo una ruptura con este enfoque, incluyendo a los nuevos formatos -desde el volante de fábrica hasta las crónicas y los poemas- en una interpretación no-semiológica, por los intelectuales llamados “populistas” por su apelación a lo nacional-popular (Sarlo 2001: 99), como Ford, Rivera y Romano. Estos nuevos objetos, que habían estado monopolizados por el análisis semiológico o la estética pop, eran abordados, entonces, como prácticas que hablan del pueblo, y en tanto el pueblo habla de la nación, tematizan, en fin, al peronismo. De este modo, se llamaba la atención sobre la instauración, por parte de los intelectuales nombrados como “populistas”, de una mirada mitológica de la cultura popular, liberada tanto de la semiología como de la tendencia pop.
Sin embargo, Eliseo Verón se mantenía en su programa. Muy tempranamente, en 1962, en el primer número de la revista Cuestiones de filosofía, de la cual era uno de sus directores, se publica una aseveración con consecuencias no sólo teóricas: “Para la línea de pensamiento en que se sitúa esta publicación la filosofía está ligada a la realidad social en que surge”, postulaba ahí Verón. Se posiciona, de tal modo, a la filosofía por fuera de la universidad, ligándola al componente efectivo de la experiencia histórica. La escena académica ya resultaba insuficiente, más aun luego de la intervención de 1966, y dicho clima resultaba interceptado a partir de los debates sobre el “verdadero” marxismo
.
Este es el sentido de la crítica de Eliseo Verón a los dos best-sellers de Juan José Sebreli, Buenos Aires, vida cotidiana y alienación de 1964, y Eva Perón ¿aventurera o militante? de 1966.
En “Muerte y transfiguración del análisis marxista”, de 1968, Verón ponía en evidencia el éxito de mercado de los libros de Sebreli, hecho que, según su punto de vista, demostraba “el pasaje del análisis marxista al mito del análisis marxista”.
Mediante un estilo barthesiano -los argumentos de Verón indicaban su afinidad con las Mitologías-, denunciaba las operaciones mistificadoras que adoptan un lenguaje de reduplicación del discurso del sentido común y alimentan a los medios de comunicación de masas.
3. Y LA DISCUSION POLITICA
El debate que suscita este artículo de Verón -la respuesta de Sebreli y una intervención de Oscar Masotta- revela la significancia cultural y política de los argumentos presentados. En síntesis Verón afirma que los libros de Sebreli, en tanto objetos de comunicación de masas, son mensajes sociales (habla de mensaje en sentido técnico) cuya circulación no depende de las intenciones de Sebreli. Estos textos, dice Verón, se presentan como análisis crítico, desmitificador, desde un punto de vista marxista, de ciertos aspectos de nuestra realidad social: la vida cotidiana en Buenos Aires, o el fenómeno Eva. Sin embargo -señala Verón- no se encuentran en ellos “los gestos del análisis marxista” ni “sus resultados concretos”. Al contrario, apunta que dichos textos constituyen la institucionalización del “mito” del análisis marxista en nuestro campo intelectual, y que este mito vende. La noción de mito -a la manera de Barthes- impregna la forma de los libros de Sebreli, concluye Verón.
Ahora bien, se pregunta Verón en ese momento, ¿por qué estos libros se venden ahora? Y señala entonces las condiciones que tienen que ver con una transformación de las pautas de consumo de grupos de clases medias y altas que se estaba desarrollando desde hacía varios años en Buenos Aires, y que coincidía con la aparición e instalación en Argentina del “estilo moderno” en el diseño de productos culturales, en el estilo literario, en el modo de presentar los temas. Las publicaciones del tipo “política-cultura-información” al estilo Time, hecho que también veía en Francia, producían un cambio estilístico con modificaciones en el contenido ideológico de los mensajes. Tanto Primera Plana como las revistas para el hogar y para la mujer, como Claudia y Para Ti, y también Leoplán donde apareció por primera vez el trabajo de Sebreli sobre Eva.
Verón ubica acertadamente, entonces, el éxito de los libros de Sebreli en un proceso de cambio que afecta a las características de la mediatización de la cultura de masas en áreas de urbanización avanzada, mediante la creación de nuevos mitos culturales, entre ellos el de la cultura marxista.
La crítica, entonces, tendrá que describir la realidad oscurecida por el mito, de modo de poner de manifiesto la deformación que éste contiene. Los libros de Sebreli, dice Verón, son libros sin datos, autoevidentes, que el lector simplemente deberá creer o no.
¿En qué consiste esta argamasa mítica de la escritura de Sebreli? Una mezcla de saber sociológico difuso, vago e impreciso, dice Verón; un bagaje cultural común a un lector medio de Primera Plana que se juega entre la banalidad y la tautología, un puro gesto sociológico asociado al uso de ciertos conceptos.
Dice Verón que, por ejemplo, bajo el nombre de “ecología” Sebreli “nos informa que la burguesía vive en Barrio Norte”. También destaca, en nota al pie, la “mala información o falta de experiencia” de Sebreli, quien dice que en París o Roma la burguesía europea se ofrece en espectáculo a todo el mundo, y entonces como la burguesía argentina no se pasea ante los ojos de los porteños, Sebreli concluye que está acorralada por el avance de nuevas clases y necesita procurarse lugares apartados y círculos cerrados.
Al respecto concluye Verón, de manera lapidaria: “Pero los que van a contemplar a los burgueses en la Vía Véneto o en los Campos Elíseos no son los parisinos ni los romanos, son simplemente los turistas. Los burgueses europeos no se ofrecen en espectáculo: han ido a verlos. Buenos Aires es una ciudad sin turistas, ese personaje que transforma en espectáculo hasta los últimos rincones de innumerables ciudades del mundo...”, y remata, también de manera lapidaria, caracterizando el “lenguaje” de Sebreli: “He aquí, pues, la fórmula de este lenguaje “revolucionario”: 60% de proposiciones de apariencia empírica; 30 % de anécdotas y recuerdos; 10 % de metáforas poetizantes, muchas extraídas de la terminología del marxismo”. Todo esto lo dice Verón en 1966.
El palabrerío de la respuesta de Sebreli (en “Polémica con Eliseo Verón”, 1966) se puede sintetizar en un gesto de devolución del mismo argumento: responde Sebreli que Verón sigue el análisis estructuralista de Lévi- Strauss, que es el último grito de la moda, y lo único que logra es una apología del estructuralismo.
Oscar Masotta, por su parte, interviene en el debate con un título cuya ironía conduce a una hipótesis poderosa: “Anotación para un psicoanálisis de Sebreli” (Masotta 1968) destroza a Sebreli, reivindica a Verón, habla de marxismos sui-generis, del concepto de praxis en Althusser, y de que el marxismo puede no coincidir con el comunismo.
4. LA GESTACION DE UN CAMPO EPISTEMICO
Los términos de este debate fundacional creo que enlazan con un núcleo básico del estructuralismo que me parece estuvo siempre presente en el estilo de Verón.
Parafraseando a Milner (2003), podemos decir que hay algo de inevitable en el estructuralismo para toda analítica: la especificidad “diferencial” del trabajo de la lengua, o dicho de otra manera, el punto de vista de la diferencia.
Esta cuestión, más el componente “ético” del “pretendidamente frío y cientificista fundador del estructuralismo”, dice Verón en 2006 prologando el “tomito” de Emilio De Ipola -como el mismo De Ipola lo nombra- titulado Tristes tópicos en las ciencias sociales, son cuestiones presentes en toda la obra de Verón.
Se pregunta Verón en este prólogo: “¿En qué consistió, en su momento (1955), la provocación de Lévi-Strauss al llamar Tristes Trópicos a la obra que presentaba, fundamentalmente, su trabajo de campo en Brasil?”. Y responde: “Consistió en evocar, por oposición, la doxa turística asociada a los viajes, al trópico en general, y al Brasil en particular -alegría, calor, música, sensualidad-, con el fin de elaborar la tristeza del antropólogo respecto de sus objetos, particularmente los llamados «salvajes» del Brasil”.
Por lo tanto -escribe Verón en 2006- Tristes Trópicos “es una implacable denuncia de la ideología y las instituciones de la modernidad (incluidas las instituciones universitarias) formulada desde la profesión de antropólogo”.
Tanto es así que con lo único que no jode De Ipola en sus Tristes Tópicos, es justamente, con Levi-Strauss, posicionando, de tal modo, la ironía de su título como respetuoso tributo.
He ahí, entonces, un programa en común.
Para terminar, podemos apuntar, entonces, un núcleo duro de este debate que considero de plena vigencia en la actualidad: los productos socio-culturales, si no se analizan también desde la semiótica, son, simplemente, mitologías. En algo de eso consiste, creo, la gran enseñanza que nos legó Eliseo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
MASOTTA, O. (1968) Conciencia y estructura. Bs As: Jorge Álvarez. PP 196-200.
MILNER, J C. (2003) El periplo estructural. Figuras y Paradigma, Buenos Aires: Amorrortu
SARLO, B. (2001) La batalla de las ideas (1943-1973), Buenos Aires: Ariel Historia.
VERÓN, E. (2006) “Prefacio”. En De Ipola, E. Tristes Tópicos de las Ciencias Sociales. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
___________(1970) “Actualidad de un clásico; la moda del estructuralismo”. Los Libros n°9.
___________([1968] 1995) Conducta Estructura Comunicación. Buenos Aires: Amorrortu.
___________(1974) Imperialismo, lucha de clases y conocimiento. 25 años de sociología en Argentina. Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo.
____________(1969) Introducción a Lenguaje y Comunicación Social, Buenos Aires: Nueva Visión.
____________ (1962) “Prologo.a la edición de Antropología Estructural de Claude Lévi-Strauss. Buenos Aires: Eudeba.
Notas