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La conformación de la Patagonia como región mirada desde la prensa: El Mercurio de Valparaíso y El Magallanes (1893-1910)

The conformation of Patagonia as a region seen from the press: El Mercurio de Valparaíso and El Magallanes (1893-1910)

Marion Andreé Jiménez Sandoval *
Universidad Alberto Hurtado, Chile

La conformación de la Patagonia como región mirada desde la prensa: El Mercurio de Valparaíso y El Magallanes (1893-1910)

Revista Territorios y Regionalismos, núm. 6, pp. 1-9, 2022

Universidad de Concepción

Recepción: 30 Junio 2021

Aprobación: 23 Septiembre 2021

Resumen: El presente trabajo trata de analizar cómo se construye la noción de región de la Patagonia en la prensa entre los años 1893 y 1910 en Chile. Para lo cual se escogieron como periódicos El Mercurio de Valparaíso y El Magallanes. Observando los discursos que construyeron tanto el espacio geográfico como a los sujetos que habitan la región. El Mercurio de Valparaíso muestra los discursos que el grupo hegemónico tiene sobre la Patagonia. El Magallanes en cambio, se enfoca en los discursos que determinan la realidad social de la región. Donde el capital, el Estado y las intersubjetividades juegan un papel clave para comprender la Patagonia en el período de tiempo que se está analizando. Vislumbrando que el establecimiento del Estado y el capital en la zona generaron una doble colonialidad. Que se expresó en la exclusión de la población Aonikenk. Situación que se fundamentó en las nociones de civilización y barbarie que determinaban la posición de la población indígena en la estructura social que estaba presente en la Patagonia. Construcción discursiva que era producida y reproducida por el Estado a través de diferentes instrumentos y dispositivos culturales de la época, como es el caso de la prensa escrita.

Palabras clave: Patagonia, Aonikenk, discurso, prensa.

Abstract: This paper tries to analyze how the notion of the Patagonia region is constructed in the press between 1893 and 1910 in Chile. For this purpose, El Mercurio de Valparaíso and El Magallanes were chosen as newspapers. Observing the discourses that constructed both the geographic space and the subjects that inhabit the region. El Mercurio de Valparaíso shows the discourses that the hegemonic group has about Patagonia. El Magallanes, on the other hand, focuses on the discourses that determine the social reality of the region. Where capital, the State and intersubjectivities play a key role in understanding Patagonia in the time period under analysis. Understanding that the establishment of the State and capital in the area generated a double coloniality. This was expressed in the exclusion of the Aonikenk population. This situation was based on the notions of civilization and barbarism that determined the position of the indigenous population in the social structure present in Patagonia. This discursive construction was produced and reproduced by the State through different instruments and cultural devices of the time, such as the written press.

Keywords: Patagonia, Aonikenk, discourse, press.

Introducción

El presente artículo analiza la formación territorial como región de la Patagonia Austral de Chile a través de la visión periodística de El Mercurio de Valparaíso y El Magallanes. Se escogió 1893 porque es cuando el Estado chileno manda expediciones a la Patagonia para establecer los protocolos que complementarán el Tratado divisorio con Argentina de 1881, en función de resolver los conflictos que aún persistían en el territorio. Asimismo, ya en esta época hay presencia de instituciones estatales en la zona. Se consideró como terminó 1910, ya que es el momento en que el Estado de Chile cumple 100 años desde los comienzos del proceso de emancipación de la dominación española. Para esta época el Estado chileno va a tener una mayor presencia en la Patagonia Austral. Esta investigación se realizó desde la perspectiva de la sociohistoria, esto debido a que el tiempo-espacio estructural y el transformativo de las modalidades “son capaces de explicar cómo de una realidad y unas formas de organización social especifica se fue transitando progresivamente a otra” (Charry, 2017, p.40). En este caso cómo una zona aislada del control efectivo de la soberanía estatal chilena, se transforma en una región con sus propios conflictos y especificaciones sociales, donde no hubo un control continuo y efectivo por parte del Estado, sino que hubo constantes fluctuaciones respecto al establecimiento de la soberanía chilena, así como la instauración de una frontera infructuosa con Argentina, donde se genera trashumancia entre el territorio argentino y chileno, pasando a llevar las fronteras nacionales.

Para analizar las fuentes se escogió como metodología el Análisis Estructural de Contenidos del sociólogo Jean Pierre Hiernaux, que es una metodología al mismo tiempo que una teoría. Debido a que al proponer un procedimiento de trabajo, se enfoca en construir y describir las directrices que organizan los modelos culturales y “que tienen como referencia las representaciones a través de las cuales los actores definen su medio, se construyen a sí mismos y actúan” (Rodríguez, 2008, p. 218). Esta metodología permite observar los principios ordenadores que funcionan dentro del discurso, que definen cómo se construye y conforma un territorio y los sujetos que viven en él. Lo que revela las lógicas culturales y lo “particular de la cultura, su capacidad de producir distinciones simbólicas de la realidad, las que varían según los diferentes grupos sociales en un momento histórico determinado” (Rodríguez, 2008, p. 218). El aporte que entrega esta metodología “es la pretensión no solo de comprender los contenidos subyacentes en un determinado soporte (discurso, entrevista, imagen, etc), sino también la búsqueda de la estructura simbólica de su producción” (Rodríguez, 2008, p. 219), intentando metodológicamente, extraer el sentido o sistema de percepción inmerso en un determinado soporte.

Se escogió El Mercurio de Valparaíso ya que representa al grupo hegemónico que controlaba el poder político y económico del Estado de Chile durante el período estudiado. Por lo tanto, evidencia la noción de Estado y sociedad que se buscaba alcanzar. El Magallanes se seleccionó porque es el periódico que muestra la visión local de las autoridades políticas y económicas de la zona.

Como es un trabajo sobre prensa2, lo que se realiza es un análisis de discurso, entendiendo que “el análisis de discurso apunta a exponer el carácter construido de la realidad a través de una construcción discursiva” (Pinedo, 2012, p.37). Por lo tanto, lo que se observa es la construcción discursiva de la Patagonia como región. Theo Van Dijk postula que en todos los discursos podemos encontrar huellas del contexto, que permiten vislumbrar las características sociales del hablante. Como base de la dilucidación del concepto de discurso se considera la definición que utiliza José Martínez respecto a Michael Foucault en Arqueología del Saber, donde discurso se entiende como “prácticas que forman sistemáticamente los objetos (sobre los) que hablan” (Martínez, 2011, p.30). Wodak y Fairclough interpreta “el discurso –el uso del lenguaje en el habla y en la escritura- como practica social” (Fairclough & Wodak, 2000, p.367). Esto quiere decir que es una relación dialéctica entre un suceso discursivo particular y las situaciones, instituciones y estructuras sociales que lo involucran. Esta relación es bidireccional, lo que significa “el discurso está moldeado por las situaciones, instituciones y estructuras sociales, pero a su vez les da forma” (Fairclough & Wodak, 2000, p.367). Lo social moldea el discurso, pero este, a su vez, constituye lo social. Por lo tanto, lo que se va a observar en El Mercurio de Valparaíso y El Magallanes son las prácticas discursivas que construyen socialmente a la Patagonia como una región, con sus propias especificaciones.

La idea de región presenta abundante literatura sobre cómo abordar las relaciones sociales y el espacio, sobre todo en cuanto a la construcción de una identidad regional. Pero también es importante en la conformación de la región, la presencia del Estado. “La acción del Estado junto a la agencia de actores locales y supralocales, aportan un marco explicativo para los procesos identitarios a escala regional” (González, 2021, p.249). Dentro de las regiones también hay diferentes colectividades, que interactúan entre ellas y con las agencias del Estado, donde hay momentos específicos, continuidades y discontinuidades de procesos. Esto quiere decir que,

Una región y sus identidades pueden ser comprendidas tanto desde su condición histórica, como desde una coyuntura emergente. A esto se suma la intersubjetividad y la condición situacional de establecer identificaciones y adscripciones. Por tanto, la identidad regional debe ser entendida como un objeto con múltiples dimensiones, donde destacan componentes históricos, coyunturales e intersubjetivos (González, 2021, p.250)

La Patagonia como región no es solo geografía, sino que es un espacio donde han existido un conjunto de relaciones intersubjetivas entre los colectivos, las instituciones, agencias, capitales, entre otros. Por lo tanto, para ver la construcción de la Patagonia como región es necesario abordarla desde diferentes áreas. Para el caso de este artículo se analizarán, dos fases, la primera hace referencia a su situación geográfica; la segunda a su relación con el Estado, capital e indígenas.

La geografía de la Patagonia

Las diferentes características geográficas que existen a lo largo del territorio chileno, fue uno de los problemas que tuvo que afrontar el Estado para ejercer su soberanía. A esto se debe sumar el establecimiento de las fronteras con los Estados colindantes. Durante el siglo xix, específicamente la segunda mitad, se realizaron un conjunto de expediciones incentivadas por el Estado, para generar informes y cartografías para conocer espacio. Estos instrumentos es necesario considerarlos como productos culturales que se utilizaban para categorizar, caracterizar y definir las distintas áreas geográficas. Que manifiestan “una comprensión espacial de las cosas, conceptos, condiciones, procesos o eventos del mundo humano” (Delrio, 2018, p.8). Esto quiere decir que el conocimiento sobre la geografía esta mediado por los sujetos que ocupan los territorios, así como por quienes realizan los estudios cartográficos y expediciones. Las cartografías son “una imagen históricamente construida” (Delrio, 2018, p. 9). Desde este punto de vista las cartografías e informes sobre la Patagonia, se deben comprender discursivamente en su contexto, en el caso del período estudiado, la búsqueda de la consolidación de la soberanía del Estado chileno tanto del territorio como de su población.

La segunda mitad del siglo xix fue donde Chile estableció sus fronteras nacionales, en el norte del país con el fin de la Guerra del Pacífico se instauraron los límites con Perú y Bolivia. Con Argentina se instituyó el Tratado de 1881, donde la división fronteriza constaba de tres partes: a)la primera hacía referencia una línea imaginaria que se establecía desde el norte hasta el paralelo 52 de latitud sur, que estaba sobre las cumbres más altas de la cordillera de los Andes, que dividían las aguas; b)la segunda se enfocaba en “la parte austral del continente i al norte del Estrecho de Magallanes desde una línea imaginaria que partía de Punta Dungeness en la boca del Estrecho, siguiendo las mayores elevaciones de la cadenas de colinas hasta tocar el divortium aquarum del paralelo 52”(Sanhueza, 2012, p. 23); c) y la tercera encauzaba la división de Tierra del Fuego en dos parte una occidental para Chile y una oriental para Argentina. Esta división tuvo dos problemas, el primero fue el desconocimiento de la zona geográfica de los ríos y montañas; el segundo, efecto del primero, es que se habían considerado más de un punto geofísico de referencia. Situación que “multiplicó las diferencias de interpretación y las reclamaciones territoriales” (Sanhueza, 2012, p. 24).

Debido a los conflictos que se generaron, entre 1893 y 1902 Chile y Argentina desarrollaron un conjunto de protocolos para complementar el Tratado de 1881, con el fin de zanjar las disputas. “Las excursiones a la región patagónica se orientaron por el estudio de los recursos fluviales de norte a sur” (Sanhueza, 2012, p. 27). Desde un comienzo Hans Steffen3 se dio cuenta que no era posible establecer una frontera desde la división de las aguas y las cumbres más altas de la cadena montañosa. “La cadena montañosa en la Patagonia Occidental estaba cortada por un conjunto de ríos que nacían más Oeste respecto a lo que se observaba en el sector norte del macizo andino” (Sanhueza, 2012, p. 32). Esto complejizaba establecer una concepción limítrofe, es por esta razón que Steffen propuso ver a la Patagonia como una región, “sugirió verla en su totalidad de modo de obtener una división regional, fundada en el conjunto de todas las condiciones geográficas” (Sanhueza, 2012, p. 32).

Desde ya es posible observar que la Patagonia por sus características geográficas debía se considerar como una región, los factores geográficos es los primero que determina la Patagonia como región. De hecho, cuando se observan las noticias o menciones sobre la Patagonia en el Mercurio de Valparaíso, sus características geográficas es lo que más sobre sale. La Patagonia en El Mercurio de Valparaíso se constituye como región y parte del Estado chileno desde su especificación geográfica indómita. El Estado chileno “marca su base en la idea de independencia y soberanía política… en la necesidad de autoafirmación de Chile como república independiente; pero esta necesidad política poco a poco va adquiriendo también un fundamento cultural que implica la búsqueda de una vinculación identitaria por parte de la población” (Urizar, 2012, p.214). Esto plantea la necesidad de establecer una “elaboración simbólica y el desarrollo de ejes unificadores de la sociedad” (Urizar, 2012, p.214). Estos debían considerar las diferencias geográficas del territorio, por lo tanto, también era necesario conocerlo y estudiarlo. Lo que dio paso al Museo Nacional, “como parte de una política de Estado, consideraron en mayor o menor medida la necesidad de contar con un espacio específico donde depositar, luego estudiar y posteriormente dar a conocer” (Urizar, 2012, p.215), los objetos que se consideraban específicos del territorio nacional.

El museo nacional se constituyó de la información recolectada en los viajes hechos por científicos respecto al territorio del Estado chileno. Las “expediciones científicas recogían información, tanto en términos geográficos como en relación con sus riquezas naturales, sobre áreas desconocidas para el Estado” (Urizar, 2012, p.218). De igual forma, “los viajes coinciden con las políticas de ampliación de territorio de la República a lo largo del siglo xix” (Urizar, 2012, p.218). Un ejemplo de esto fue la integración de la Patagonia Occidental y el Estrecho de Magallanes al territorio nacional. Ya hacia el 1876 había estudios importantes de la Patagonia, considerando tanto su geografía como población indígena. El desarrollo del Museo Nacional marca el proceso del establecimiento del Estado chileno en la Patagonia. La primera integración de la Patagonia al Estado chileno fue a través de los dispositivos culturales, en este caso el Museo Nacional. Donde se organizaba y exhibía la información sobre la flora, fauna y geografía de la Patagonia, que era recolectada por los viajes de exploración a la región. Esto se puede considerar como primera fase de la construcción de la identidad y caracterización regional de la Patagonia en su relación con el Estado chileno.

Estos informes sobre la Patagonia también van a significar una categorización de su población indígena. En El Magallanes, durante 1894 van a aparecer distintos relatos, ensayos y crónicas de antropólogos, científicos, intelectuales, botánicos, naturistas, entre otros. Quienes van a ser caracterizados como superiores, mientras que el otro indígena al que estudian es un inferior. Los textos que componen estos especialistas son una red en cadena donde se describe de forma negativa al otro en función de las características positivas del nosotros. Para este caso el código objeto sería raza, con dos grandes disyunciones superior e inferior, esta última se asocia al indio. En cambio, la idea de superior se va nutriendo de asociaciones como europeo, blanco, civilización y dolicocéfalos. Quienes realizaron los viajes de expediciones establecen una relación de asimetría con la población de la región. Donde ellos ocupaban una posición de superioridad, debido a que tenían la función de estudiar esta región indómita.

La Patagonia entre el Estado, el capital y los Aonikenk

Para imponer su soberanía en la Patagonia el Estado de Chile tuvo que realizar sus propias expediciones, para establecer sus instituciones. Esto se debió a que “la Patagonia Austral no estuvo sujeta a la administración colonial efectiva hispana” (Casalí & Harambour, 2021, p. 204), por lo tanto, no había una estructura pre-Estado sobre la cual instalar sus instituciones. Argentina y Chile tuvieron que esforzarse por establecer su soberanía en la zona. El colonialismo llegó a la zona con el establecimiento del Estado y el desarrollo portuario, desplegándose un doble colonialismo. Esta doble colonialidad, por un lado, el Estado y por otro el capital, influyó en la relación entre el Estado (instituciones) y la población Aonikenk. Los Estados nacionales latinoamericanos, siguieron reproduciendo sus estructuras y lógicas de exclusión. La colonización tiene diferentes formas de dominación, en su mayoría basadas en la diferenciación de razas, los colonos representan la raza superior y la civilización, mientras que los colonizados representaban el atraso. Una de las características que determinó la colonización durante la segunda mitad del siglo xix, fue la idea de progreso, “el argumento humanitario que obliga a las razas superiores a llevar a cabo su deber con respecto a las razas inferiores aún no encaminadas por la senda del progreso” (Ferro,1994, p.33). Se ha criticado constantemente la violencia que se ha generado en la colonización, la que en muchos casos es contraria a los supuestos ideales de civilización impuestos por la metrópoli, “la colonización trabaja para descivilizar al colonizador, para embrutecerlo en el sentido literal de la palabra, para degradarlo, para despertar sus recónditos instintos en pos de la codicia, la violencia, el odio racial, el relativismo moral” (Césaire, 1950, p.15). La colonización significó un acto de violencia y represión, donde el colonizador podía ejercer su voluntad sobre la población indígena, el colonizador se barbarizaba mientras intentaba civilizar al colonizado. Esto se evidencia en El Magallanes, donde se muestra imagen de superioridad de los colonizadores, mientras que los Aonikenk, son vistos como inferiores. En la Patagonia los colonos no solo representaban la civilización, sino también la presencia del capital en la región.

En esta zona las actividades económicas se desarrollaron en formato de enclave, en una primera instancia hubo intercambios con los con los Aonikenk; en una segunda pretensión se intentó el desarrollo de minería, sin ser fructífera; fue finalmente la ganadería ovina la que hizo productiva a la región. Esta actividad económica tuvo directa influencia en la exclusión, que hubo hacia a los Aonikenk, principalmente porque esta se desarrolló en el área donde transitaba este pueblo indígena. “Los empresarios generaron gracias al racismo de Estado que los favoreció” (Casalí & Harambour, 2021, p. 205), una acumulación de tierras y capitales extranjeros, desplazando a la población indígena Aonikenk, limitando su capacidad de trashumancia por el territorio y afectado su economía de subsistencia de caza de Guanacos y Ñandús. Este colonialismo de asentamiento que hubo en la Patagonia Austral respecto a la población indígena, “no se desplegó explotándolos económicamente sino removiéndolos” (Harambour & Barrena, 2019, p. 27). Esta exclusión del territorio que sufrieron los indígenas, especialmente los Aonikenk, se suma a que existió “un terror creciente practicado fuera del alcance de la ley y favorecido por esta, que situó a los <<salvajes>> fuera de la nacionalidad e incluso de la humanidad” (Harambour & Barrena, 2019, p. 29). La presencia de los colonos también apareció en El Mercurio de Valparaíso, las dos fechas importantes son: Martes 2 de Mayo de 1905, pág. 5 Colonizaciones extranjeras y Nacionales en el sur; y 7 de mayo de 1905, pág. 9 que muestra un listado de los colonos a quienes se les conceden terrenos en el sur y Patagonia. Se observa el incentivo por colonizar los territorios extremo sur del país, también hay una sobrevaloración de la cultura europea, apelando a la asimilación cultural. Se utiliza lo nacional como sinónimo de raza y cultura. Lo que va transformando las relaciones intersubjetivas de la Patagonia como región, con presencia del Estado, población indígena Aonikenk y población extranjera. En El Magallanes se muestran los conflictos territoriales de la Patagonia que existía entre los indígenas y los colonos, a lo largo de las publicaciones del período. Pero estas relaciones subjetivas se fueron complejizando aún más, ya que el desarrollo del capital, a través, de la ganadería ovina, generó que surgieran nuevos actores sociales en la región como fue el proletariado. Asimismo, también surgieron nuevas identidades, como fue la presencia croata en la región. Que tuvo una fuerte influencia en el desarrollo de agencias, interviniendo en el desenvolvimiento de instituciones en la región de la Patagonia.

La consolidación del Estado y su instalación en la Patagonia, trajo consigo un proceso de imposición de identidad nacional. Hacia fines del siglo xix los territorios australes de Argentina y Chile “se rectificaban y homogenizaban conforme se fortalecía el aparato de Estado hacia 1880” (Vezub, 2011, p. 639). En este proceso de instalación del Estado, se mantuvieron las relaciones de dominación que se habían gestado en las colonias y con las misiones. “Desde el evento construido como conquista estatal de la Patagonia se materializaron relaciones de desigualdad en la organización y representación del espacio social” ( Delrio, 2018,p.11). La población indígena fue categorizada como el estrato inferior de la sociedad. “Los sujetos y colectivos étnicos han sido situados diferencialmente en relación con los espacios de producción, distribución y consumo, y los espacios públicos y privados”( Delrio, 2018,p. 11). A esto se debe sumar las características geográficas de la zona, que era representada como área indómita. Situación que hizo que distintos especialistas quisieran estudiar el territorio y su población. “El viajero busca entrar en esas sociedades a través del conocimiento de sus lógicas internas, pero sin dejar de verlos como marginales, primitivos y tampoco de compararlos con los del mundo civilizado” (Delrio, 2018,p. 23). Desde ya se tenía una visión negativa hacia la población indígena de la Patagonia, especialmente la Aonikenk que era con quienes los viajeros tenían más contacto. La mayoría de los relatos de científicos intentan establecer una historicidad de viaje, “en el cual el futuro se impone al pasado o, en viejos término, la civilización a la barbarie o mundo primitivo” (Delrio, 2018, p. 31). La Patagonia representaba ese pasado, que estaba lejos de ser civilización. En este contexto el Estado chileno intentaba establecer sus fronteras con Argentina, instaurando delimitaciones. La frontera es presenta como un “dispositivo de conocimiento que trata de fijar las movilidades” (Delrio, 2018, p. 31). La idea era evitar la trashumancia de la población Aonikenk, los que eran “cazadores nómades” (Rodríguez & Delrio, 2000, p.10). Por lo tanto, no tenían un asentamiento fijo, sino que se movían por todo el territorio (que constituye la Patagonia Chilena y Argentina) en busca de cazar guanacos y ñandús. Pero esta relación entre el Estado y la población indígena Aonikenk presentaba dicotomías. Un ejemplo es el escrito del, 10-8-1894 en El Magallanes en pág.1, donde sin mayor definición de qué tipo de género es y quién es el autor, se muestra un texto extenso sobre patagones, el escrito se denomina Indios Patagones. En este caso el código objeto es el patagón, los códigos calificativos son pereza y errantes (asociaciones), y sus disyunciones en el son comerciantes y asentados. Estos cuatro ejes calificativos, nos permiten observar que la construcción del patagón es más compleja, que una simple descripción negativa, ya que en el mismo texto se puede apreciar como las características que son atribuidas (ociosos y errantes) a los patagones se van dicotomizando, permitiendo ver que también son percibidos como comerciantes y sujetos que están asentados. Esto muestra como estos pueblos indígenas fueron adaptándose a los nuevos contextos territoriales, a pesar de que a nivel discursivo va a primar su caracterización como errantes. La situación nómade de los Aonikenk va a ser el principal problema del Estado chileno para el establecimiento de la frontera con Argentina. Situación que transgredía la consolidación del Estado chileno. Las prácticas estatales “no solo se materializaron en las instituciones que lo conformaban, sino también…en la presencia estatal simbólica, a través de íconos, símbolos, banderas, gestos y actos” (Delrio, 2018, p. 31). En base a los que se esperaba generar una identificación de la población con la identidad nacional chilena, que evitara, restringiera y sancionara el desplazamiento al territorio argentino, violando la frontera nacional.

A lo largo de las publicaciones de El Mercurio de Valparaíso y El Magallanes van aparecer como disyunciones las nociones de: blanco/indio y civilización / barbarie. Cada uno de estos códigos tiene sus propias asociaciones: blanco-superior e indio-inferior; civilización-Europa y barbarie-primitivo. Las concepciones de superioridad e inferioridad mantienen la categoría de raza como un eje diferenciador entre diferentes pueblos. Se presenta el conflicto territorial de la Patagonia que existía entre los indígenas y los colonos. “La raza como categoría de diferencia se construye a partir de una multiplicidad de marcad o prácticas: el color de piel, la etnia, la lengua, la cultura e inclusive la religión” (Cartagena, 2021, p.18). La categorización por raza significa que hay una racialización de los cuerpos. “En este proceso se establecen los parámetros de normalidad y de superioridad racial que marcan los límites con la otredad” (Cartagena, 2021, p.18). En ambos periódicos los indígenas son el otros, apareciendo “el enfrentamiento entre el Nosotros y los Otros en el discurso se manifiesta a través de la polarización de las características positivas atribuidas al Nosotros y de las características negativas atribuidas al Otro” (Arrunátegui, 2010, p. 437). La prensa en su discurso periodístico refuerza “los estereotipos y generalizaciones, porque el discurso opera dentro de campos de representación y significación que ya constituyen estereotipos y generalizaciones a priori” (Del Valle, 2005, p 94). Como es posible observar, la Patagonia se construye como región no solo por su construcción discursiva de su geografía, sino también por las prácticas sociales discursivas que determinaban la posición de los sujetos respecto al territorio, el Estado, al capital y la sociedad.

Conclusiones

Como se ha visto a lo largo de este artículo la construcción de la Patagonia como región tiene directa relación con la construcción discursiva de los dispositivos culturales y sociales, que determinaban, caracterizaban y categorizaban la geografía e intersubjetivades. La Patagonia es un ejemplo cómo el discurso es una práctica social que construye realidades. Ya que fueron tanto los discursos estatales como de viajeros y estudiosos, los que construyeron a la Patagonia como región, determinando incluso a la población que ocupaba el territorio. Los periódicos produjeron y reprodujeron estos discursos. En El Mercurio de Valparaíso es posible observar la visión que tenía el grupo hegemónico sobre la Patagonia Austral, lo que se reduce principalmente a la idea de una geografía indómita, denominación con la cual también se caracterizaba a su población. Esta situación es lo que evidencia la necesidad de incentivar un colonialismo de asentamiento, donde población europea ayudará a superar la situación de barbarie en que se encontraba la Patagonia. Este colonialismo a nivel discursivo mantuvo la misma estructura de categorización de la colonización española, donde lo indígena representaba el atraso y los colonos eran superiores, reproduciendo la relación de asimetría. El Magallanes como periódico local, evidencia los conflictos intersubjetivos desde los cuales se construye la Patagonia como región, evidenciando sus especificidades. En este periódico se puede ver como emerge una identidad regional en conjunto con la imposición de una identidad nacional, que busca adjudicar a la Patagonia a su soberanía. La construcción de la Patagonia como región es un proceso sociohistórico, que muestra cómo se van conformando las realidades y estructuras sociales de la región.

Referencias

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Fuentes

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Notas

2 La prensa desempeñó un papel importante en las consolidaciones de los Estados nacionales latinoamericanos, en cuanto ha sido un instrumento para exponer ideas, al mismo tiempo que fomentaba el debate sobre los asuntos públicos. “Asistimos al caso de una prensa, extraordinariamente activa y prolífica, desde el punto de vista de expresar cierto espacio público” (Santa Cruz, 2010, p.38). Los diarios en la segunda mitad del siglo xix fueron una herramienta tanto de intelectuales y políticos, donde no solo han expuestos sus preocupaciones respecto al devenir de las sociedades y Estados durante la segunda mitad del siglo xix. Si no también fueron el lugar donde se expusieron las críticas ante la realidad que se vivía, que no respondía a los cánones o mejor dicho ideales utópicos que representaba Europa. De igual forma, la prensa en la segunda mitad del siglo xix experimentó varias transformaciones. “Los grandes diarios de Santiago y Valparaíso van reemplazando poco a poco el antiguo estilo doctrinario y discursivo por otro en que predomina lo informativo” (Subercaseaux, 2011, p.344). Esto generó que emergiera una nueva forma de hacer periodismo, que se dedicaba a “recoger las noticias, aumentar el número de páginas” (Santa Cruz, 2011, p.648), todo esto en función de adaptarse a las necesidades y gustos que se estaban generando en el público. La ley de Imprenta promulgada en 1872 “creó las condiciones de legitimidad institucional necesarias para que paulatinamente se instalaron proyectos periodísticos que apuntaban hacia la idea de una prensa de empresa” (Santa Cruz, 2011, p.651). Lo que significó que se comenzara a desarrollar el periodismo liberal moderno, que tiene como expresión orgánica la empresa periodística. El periódico fue el medio de comunicación social dirigido a la formación de la opinión pública durante el siglo xix. La prensa fue uno de los medios que sirvieron para dar a conocer la realidad en la que estaban las clases bajas, se desarrolla toda una cultura sobre tomar conciencia del lugar que se ocupa en la sociedad y de cómo exigir sus derechos. Hay una “pérdida de legitimidad social e ideológica del orden liberal-oligárquico” (Ossandón & Santa Cruz,2005, p.27). La cultura popular masiva reivindica la legitimidad de su ciudadanía, haciéndose visible a través de la prensa. La prensa se desarrolló en un mercado informativo y cultural, naciendo como característica de la prensa moderna, la noticia. La prensa liberal se relaciona con la incorporación de Chile al capitalismo, situación que es cuestionada. Pero lo que sí es cierto, es que la modernidad trajo consigo un tipo de pensamiento liberal, bajo el cual se desarrolló la prensa y la cultura de masas. A nivel de corriente de pensamiento, Chile estuvo instalado en el proceso modernizador-liberal.
3 Friedich Emil Hans Steffen geógrafo germano que fue el perito contratado por Chile para realizar los estudios topográficos de la Patagonia, para establecer protocolos limítrofes con Argentina.

Notas de autor

* Dra.© en Sociología de la Universidad Alberto Hurtado, correo: marion.boxing@gmail.com https://orcid.org/0000-00030955-7211
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