1.-¿Qué opinión, que idea tiene Edward Govia sobre la Transformación Universitaria? ¿Qué es la transformación universitaria?
La primera cosa que revisar en torno a la pregunta que haces es saber que se está hablando por el término trasformación, este la verdad tiene un carácter con muchos matices. Sin embargo, para hablar de transformación en un “nivel” de la educación formal, habría también que revisar un poco lo que se viene entendiendo grosso modo por educación y el papel de educación. Ésta, se viene entendiendo de diversas maneras: Primero, en términos tradicionales, la educación viene siendo interpretada como un proceso con diversidad de instrumentos que trata de Ideas, las culturas, las formas de vivir, de pensar, de existir de una generación, y que ésta generación precedente aspira-impone su proyección a otra generación. O sea, la educación se vuelve en un medio-instrumento para la reproducción de unos órdenes, comunitarios y societales, según sea el caso; clásicamente en sociología se habla de éste proceso, como proceso de socialización. Este se entiende como un proceso de internalización de normas y valores, que forman y conforman parte de una sociedad y/o una comunidad, y como éstos (como dijimos anteriormente) pasa de una generación de hombres y mujeres a otros, se trasmiten-comunican e imponen a otra generación de hombres y mujeres. Dicho así, pareciera que la educación es un proceso prácticamente neutro que sólo dependiese de la categoría generación, solamente conservador, que abstrae las diferencias, jerarquías, hegemonías, la diversidad de predominios y los procesos de dominación, que habría que tener en cuenta. Pero esta perspectiva nos presenta el aporte, que existe una división del trabajo en eso que llamamos educación, en ella se encuentran agentes de educación: los “que educan-forman” y los “que son educados y son formados” durante un tiempo determinado. O sea, La educación como institución formal, como producto histórico cultural de unas sociedades determinadas.
Segundo, la educación supone términos formales actuales, la idea de proyecto, supone sociedad, supone la categoría Estado y la gente que forma parte de una sociedad como ciudadanos. Esta idea irónicamente podría expresarse como una maquinita de producción de personas con las características técnicas, simbólico-culturales necesarias en alguna medida en la reproducción de esa sociedad. Esta visión ve a la educación como proceso de homogeneización de las ciudadanías. Sin embargo, si vemos de un poco más de cerca la cosa, ésta perspectiva también abstrae las diferencias y las exclusiones sociales, o por la vía de la invisibilización de sus problemas y necesidades, o por la naturalización de esas diferencias. En estas perspectivas, la educación debe estar ligada a cambios de equilibrio, a reformas, o, a “cambios” para no cambiar nada. Evidentemente este tipo de perspectivas reproductivas por llamarlas de alguna forma, intentan homologar las formas de hacer, de reflexionar el mundo, con carácter de universalidad, unas formas de producción-reproducción de saberes, como en el caso de las sociedades llamadas desarrolladas, donde la “técnica” pareciese que viene ocupando un lugar privilegiado, sobre la cualquier forma de reflexión del mundo que cuestione a estas sociedades. Pareciese que en el marco de la división del trabajo en estas sociedades tecno científicas, los ciudadanos se volviesen consumidores. Por tanto, el problema de las ciudadanías se remitiría a ver las relaciones sociales mediadas como mercancías, y desde el mercado, de allí también un poco, parte de las categorías sociales se organizan, se excluyen como mercancías (o desechos) y desde algún tipo de mercado. En este marco de imposición de estas visiones, representaciones, la educación con su pretensión técnica se viene convirtiendo también en ideología, con múltiples vertientes y formas de dicotomía que se trasponen entre los que reconoce como verdadero-falso, como bueno-malo, eficiencia y eficacia, formación de “individuos críticos”. O sea, si usted es un excelente producto de este sistema, muy integrado, tal como quiere el sistema educativo en este caso: Que tan crítico podrá ser?... La cosa es para reírse o para llorar..
Ciertamente las culturas están lejos de ser homogéneas, como los pueblos que la portan. Las culturas están lejos de ser universales, tal como pretenden, o han pretendido las sociedades occidentales durante ya varios siglos.
Una educación que pretenda ser parte de un proceso de transformación, supone una educación de ruptura con el orden establecido, o con alguna parte de ese orden, supone un cambio estructural que trastoque el orden preestablecido, supone conflictos y resistencias.
La educación que nosotros nos venimos planteando, desde América Latina, desde Simón Rodríguez (para nombrar un monstruo del pensar de esta tierras), es una educación que empieza a buscar ese pasado, o esos pasados diversos que tenemos, y de los que somos en alguna medida producto, estableciendo aquello que nos une y/o distancia de Europa, los EEUU u Occidente; pues , estamos lejos de ser occidentales , tenemos otras cosas, somos mesclas en proceso y parte excluida de la modernidad o la cara negada de esta. Ésta es la primera cosa que debería perseguir, una educación de ruptura en el contexto latinoamericano-venezolano de hoy. Una, que parta desde lo local hasta lo latinoamericano y del caribe. Perseguir lo mismo, al calco, la imitación como sociedades Estados Unidos de América, o integrarse con el sistema capitalista mundial, olvidando lo que podríamos ser y nuestras potencialidades en el marco de otro proyecto de sociedad, hasta ahora ha sido en mucho desacierto, pues nos miramos y pensamos en forma alienada, con otras miradas y pensamientos ajenos. Lamentablemente nuestras universidades siempre ha intentado ser unas instituciones que han tratado de reproducir los modelos de otras sociedades, calcándolos, haciendo muchas veces propaganda de éstas sociedades con tradiciones y formas de organización social que respondieron a esas sociedades, donde se originaron esos modelos y prácticas educativas, esas prácticas sociales. Aun cuando dirás que tenemos procesos como la reforma de Córdoba, que fueron y aún son un hito, entre muchos en américa latina que han dejado su huella.
Retomando el hilo, inventarse hombres que no son de estas sociedades, fabricar hombres y mujeres que no pertenecen a estos territorios, inventarse subalternos con respecto al resto del mundo, supone cosificar a la gente, alejada de eso que tanto la búsqueda como la producción y conformación situacional de eso que llamaríamos sujetos, sujetos sociales, que puestos en dimensión educativa bien podrían estar conformados como producto de la formación en: las personas que ocupan un lugar, profesionales . los ciudadanos. Ahora bien esto supone de punto de partida un proyecto de sociedad global, que se articule a un proyecto educativo distinto, alternativo, emancipador de una parte, pues el conflicto es hacia el exterior; situacional para la liberación desde el interior hacia nuestra américa. Esto supone un proyecto, un proyecto de sociedad alternativo, emancipador y liberador. Anticolonial, anticapitalista y anti patriarcal, que este concatenado a diversidad de modo de producir la vida, ecológicamente amigable, tiene que partir de la diversidad de concepciones y diversidades sobre del tiempo y las temporalidades.
Una educación nuestra, debe hacer un énfasis inicial en que cado hombre o mujer se le tome en cuenta la dimensión de: la persona(con sus singularidades), la formación de un profesional (un trabajador o trabajadora), como la ciudadanía en el marco de las diversidades culturales y la necesaria búsqueda de la interculturalidad. Pero hay que agregar que precisamente estas sociedades crecieron porque se miraron así mismas. Hoy sin embargo, esas mismas sociedades y sus aparatos educativos se encuentran en diversidad de conflictos, con los modelos que casi en forma teologal y las nuevas formas de teología educativa como el Tuning o Bolonia se pretende imponer desde las corporaciones multinacionales al resto de las sociedades que conforman la comunidad europea de naciones.
Nosotros venimos hablando de la transformación universitaria, en el contexto de una América latina que se viene cuestionando el lugar que ocupa, una sociedad que viene pensando hasta qué punto nosotros somos occidentales, hasta qué punto somos similares a otros no occidentales, a partir de nuestras realidades socio históricas y culturales, de hacerse la pregunta: ¿nosotros tenemos acaso el mismo origen societal que de ellos (europeos), de donde “ellos vinieron” nos originamos como cultura? Creo que si empezamos desde los orígenes, ciertamente ya nosotros lo vimos, somos mezcla, flujo de un montonero de culturas en primera instancia: las diversidad de pueblos indígenas, los blancos europeos (entre otros), la diversidad de negros que se trajeron como esclavos y, que pertenecían a una diversidad de pueblos del África. Así como, los grupos humanos que fueron llegando, los que permanecían antes que se llamara lo sucedido encuentro de dos mundos (que de encuentro tuvo poco), el trancazo, el choque entre civilizaciones. O como le dice Dussel la invasión.
En Venezuela las universidades de las que se hablan o son de tres tipo básicamente: las de tipo napoleónica como la universidades autónomas (que poco tienen de autónomas), o, las que pertenecen al modelo norteamericano, como las universidades nacionales experimentales o, las que pertenecen al modelo británico de educación a distancia como la UNA.
Pero su pertinencia está alejada en alguna medida a las necesarias universidades (yo prefiero de educación superior) que América o Venezuela necesitan para una transformación profunda. Plantearse unas instituciones de educación superior para establecer su relación con un proyecto de desarrollo diverso y su relación con el empoderamiento de la gente es un reto inmenso. Hasta ahora las universidades siquiera representan en forma eficiente el empoderamiento de la burguesía nacional, quizás el de la dependencia intelectual y cultural en si, como las modas intelectuales de EEUU y Europa. Pues mayoritariamente, lo que hacen es reproducir los modelos socio educativos , las tecnologías, es copiar, reproducir toda clases de cosas ya dichas en otras sociedades, pero ni siquiera para la producción de nuestras propias ciencias o tecnologías o una similar que alimentara el capital nacional. Aclarando que hay contadas excepciones de gran envergadura en la producción de ciencias y tecnologías.
Entonces hablar de transformación es eso , ruptura, cuando hablamos es ruptura de todo tipo, ruptura en la forma como se organiza ese conjunto de cosas que llaman saberes y conocimientos, ruptura en forma a la estructura como se administran o se construyen los cuerpos administrativos de esas instituciones y los productos, decisiones que van a salir de esos cuerpos, como de los cuerpos de enseñanza-aprendizaje y las cosas que tienen que decir y ruptura en la forma en que debe aprenderse, enseñarse o comunicarse esa ruptura en el primer caso que supone lo que debe aprenderse y enseñarse que respondan como somos y como venimos siendo de ahí viene la incógnita, entonces tendríamos que investigar, indagar, caracterizar, reconocer que es lo que hay, en relación a lo que somos, lo que venimos siendo, en términos técnicos, tecnológicos, sociales, humanos, culturales, en términos del pensamiento, como lo concebimos, en términos de cómo hacemos familia, comunidad, en términos como construimos política o elaboramos la política , para ver qué es lo que somos y venimos siendo para establecer cuál es el horizonte que queremos perseguir, entonces una ruptura en primera parte en términos generales; en términos particulares, la ruptura viene a romper con el modelo de enseñanza y las prácticas educativas ligadas en nuestro caso venezolano, con el rentismo petrolero, con la cuestión agroexportadoras, con el pacto de punto fijo y las formas de como se viene construyendo gobiernos por gobiernos y cosas por el estilo. Ruptura con la adequidad y la copeyanidadpresenta aún en todas las instituciones y actores ligados a las formas de hacer políticas, tanto en la izquierda actual como en las derechas tradicionales, ruptura con el burocratismo.
La ruptura con formas de ejercer política dentro de la institución universitaria, eso supone que es necesaria esa ruptura también con la visión tradicional de quienes son los actores de una comunidad universitaria, quienes son los activos, los pasivos, que lugar ocuparían los estudiantes, los profesores, los trabajadores. Diciendo que tanto profesores, empleados y obreros son trabajadores universitarios, el trabajador universitario que se llama docente que está encargado de “dar”, construir y reconstruir saberes conocimientos e información (con otros) En los campos (partiendo de la propuesta de Eduardo Leal) de la Formación en vez de hablar de docencia, del campo de la Creación Intelectual, en vez de hablar de investigación. Esto visión ya representa sería ruptura, porque estamos rompiendo con la visión tradicional de investigación. Ruptura con la visión de Extensión, y empezamos hablar de Vinculación Social. También tendríamos también que hablar de Producción en una universidad, más allá de reproducción saberes, más allá del caletre y las píldoras intelectuales. O sea, que el tipo, el que las persona se aprendan “a o b” contenido, y deban saber porque carrizo tiene que aprender el cálculo, el termino de política, o el de educación o de conducta. Aspectos sustantivos que dependen de la disciplina en donde se estén formando: las personas en formación tienen que reproducir, construir y reconstruir aprendizaje, la teoría, los saberes necesarios que deben dar respuesta a su entorno, porque ella como sujeto, también viene construyendo su realidad Latinoamérica, realidad que está en reconstrucción de sí misma, partiendo del presente por supuesto. Esta tiene que reconstruirse viendo el pasado y para donde vislumbran los porvenires como apuestas con muchas certezas, para aportar al desarrollo social y de la vida, las formas de desarrollo. Esta tiene que dirigirse a una nueva construcción de hombre, ciudadano y de profesionales que den respuesta a la ruptura producto de esa transformación, un ser humano que viene formándose, y/o viene de un subsistema distinto, que viene sociedades, comunidades y territorio, que vive en una diversidad de temporalidades, y necesariamente debe contribuir a un horizonte histórico y cultural. Para producir y reproducir la vida, estamos hablando de ruptura. La transformación universitaria tiene que estar articulada a la transformación social y si vamos a hablar articuladas también a un pensamiento para la liberación, la descolonización y la emancipación, estamos hablando de romper contra el Estado colonizador, el consumismo, la Colonialidad de los saberes y haceres, para apoderarse de la vida en común, lo que llaman empoderarse en política, “construir pueblos, construir republicas”, en los términos de Simón Rodríguez empoderarse de la vida, lo que llaman destino y se haga con los otros, que construya y organice su destino, esto supone construir comunidad, poner en común y evidentemente debe producir la vida, un nuevo tipo de economía en el caso venezolano, está supeditada por una nueva forma de apropiarse y de producir y de reproducir y construir su territorio desde lo local hasta lo nacional.
2. Esa transformación universitaria que viene desde esa búsqueda de las distintas rupturas, como usted lo nombraba, ¿Busca también en el factor social, transformar no solamente como usted lo indicaba al obrero al docente, al trabajador universitario, busca transformar además a ese sujeto que está en el aula de clases, pero además de eso, busca quiere lograr esa vinculación desde la institución?
Con la gente, con la comunidad, con un pueblo. Para que la institución universitaria lleve una función y esa es la transformación, la primera para decirlo así, la función de una universidad de nuestro tipo, es la liberación de un pueblo, que quiere empoderarse y construir su destino, un destino distinto a las perspectivas del mercado, ligada a una concepción de desarrollo ecológico ambiental, con saberes que reconozcan, que deben reconocer las culturas, reconocer a los otros, que pueda producir tecnología como algo importante que debería incorporarse también a su formación. Así como producir ciencia y saberes sistemáticos que den respuesta junto con la gente a la solución de los problemas desde lo local, lo nacional y latinoamericano para el enfrentamiento con el capital o contra el sistema capitalista mundial.
Esto hace necesario articularse y construir una alianza con los diferentes pueblos y movimientos sociales que buscan liberación y reconocimiento para la liberación, supone que tiene que avanzar como universidad en el reconocimiento de los diferentes actores y actrices, hombres, mujeres, niños, negros no negros, de color, el “problema” de la diversidad sexual, al que hay que darle respuesta y reconocimiento. Pero lo primario es: que toda esa gente avance en el reconocimiento como necesidad en las construcciones de nuevas relaciones sociales y sociables, que permitan la producción de la vida, sino se produce ciencia y tecnología sistemáticamente, sino utilizamos las cosas que son necesarias para producir la vida, la universidad nos sirve de poco. Esta transformación universitaria que se piense así misma con otros, como es el mundo que tenemos, que pensar las siguientes 20 o 30 generaciones, qué pensarían los indígenas que vamos hacer nosotros con este bendito planeta. Una universidad que se transforma, tiene que estar ligada a la calidad, pero la calidad en términos de producción de la vida, del buen vivir, dentro del “vivir viviendo”, como dirían en el caso tanto Chávez (entre otros), pero sobre todo como dirían los indígenas latinoamericanos y como lo han dicho muchos grupos humanos populares en todas partes del mundo, estas visiones o similares las consigues en Europea. La gente anda buscando una vida distinta al capitalismo, una vida distinta donde la gente pueda tocarse, mirarse, sin estar dependiendo de la tecnología. Pero supone, que la universidad está en búsqueda de un nuevo sujeto, que se está transformando. Con el surgimiento de unos nuevos sujetos actores y actrices que están buscando su destino, que quieren reproducir otras formas de ver y aprender. Formar sujetos sociales en estas visiones, implica eso, la persona que tiene la capacidad volitiva popular y capacidad volitiva para transformar dirigir su destino. Estaría asociada a Democracia directa, eso supone el socialismo, socialización de la producción, supone interculturalidad en el marco de la igualdad entre las culturas, supone diversidad de formas de desarrollo, no solo la industrialización n el marco del paradigma del industrialismo. La universidad debe estar en ese proceso para articularse, una institución de un pueblo, en su función para la liberación, va a dar respuesta a las situaciones desde lo local, lo regional, nacional o territorial, rompiendo con la división político territorial (entre otras) que todavía tenemos desde la independencia, la colonia, porque seguimos teniendo un Estado colonial y colonizador, que sigue siendo altamente burocrático, además que las decisiones se rigen con el sino perverso del familismo, compadrazgo, el patriarcalismo, las formas del hacer, que desde el “poder” en su diversidad de formas enuncia y actúa de la manera: “el que está cerca de mí no lo toquen” .
Una universidad que tenga reglas claras, en términos de reconocimiento de trabajo, que pasar por las categorías formación y docencia se construya en una forma distinta a la actual, con la gente. hablarle a una persona que es un ciudadano y en mi caso, que soy docente, hacer el campo propicio del aprender, que aprendemos juntos; y aun mejor, esta formación no solo se da en un salón de clases, también como reconocimiento entre esas personas con la fábrica, con los trabajadores, con las comunidades organizadas, los consejos comunales, como es el caso nuestro con las diferentes organizaciones sociales, para que produzcan la vida, para que rompan con la cultura del petróleo, con el rentismo y la regalía petrolera empezar a producir su vida. Y digo, la producción de la vida porque creo que es el criterio de verdad, éste es el que debe asumir la universidad en todas las acciones y en sus investigaciones y creaciones intelectuales, es como dice la frase de Dussel “Porque va más allá del criterio de verdad es la investigación de una acción debe ser la vida” y esos sucede muchos estamos transformando estamos hablando de un sujeto distinto un sujeto que está en movimiento, un autor lo llama sujeto vivo, se llama Yamandu Acosta aplica la categoría un “sujeto vivo” que no es muerto, es vivo, pues se está transformando en la búsqueda de la liberación .
3. ¿Cómo podemos nosotros desde la inclusión, desde ese concepto que es abstracto para muchos, deje ese cuadro que lo está sosteniendo? ¿Cómo puedo yo desde la inclusión, conseguir esa transformación para luego conseguir ese sujeto necesario , no tanto para el siglo XXI sino de ese sujeto vivo que pueda de verdad generar un aporte a la necesidades que pueda tener el estado y la región latinoamericano?
Perfecto ese es el problema, la inclusión se tomó como un abstracto, y no se tomó como un concreto, ¿qué significaría inclusión para la educación? y yo hablo que la educación tiene que partir de un elemento, una práctica llamada la educación popular, esa que se viene haciendo en Latinoamérica, no solo de chamos, la universidad tiene que ir al liceo, a los jóvenes, a la primaria, debe estar llena de niños, jóvenes de rochela, de música pero también de los saberes que tienen que ver con la ciencia, la tecnología ¿cómo incluyo yo?, Bueno con un grupo en la comunidad y, estos cognitivamente aprendan a saber hacer cosas (de las que podamos en realidad enseñar), que la gente aprenda de verdad, es romper con el modelo de educación napoleónica, con la cuestión del cálculo y la matemática, los ingenieros eso lo copiaron de las universidades europeas. Newton hizo las matemáticas para resolver un problema, en este caso la caída de libre de cuerpos, la gravedad etc. Tenemos que resolver nuestros problemas, como los incluyo, voy a enseñar a los muchachos a sembrar y si ignoro como sembrar, voy aprender a sembrar con ellos, eso es incorporar los saberes, hacer lo mismo con la diversidad de disciplinas: las ingenierías, economías, sociologías, psicologías, letras. Usted tiene que aprender a sembrar y saber cómo se siembra una mata, como se coloca un bombillo, que es electricidad, literatura, para que pueda escribir sobre tal cosa, hasta cartas de reclamo, reglamento historias locales. Yo tengo que construir la historia de mi comunidad, pero con mi comunidad, de los trabajadores co los trabajadores, con las personas que están a mí a lado. La que hace café, las hamburguesas, o los chamos que escuchan esa cosa tan horrible que llaman bachata, y tengo estudiantes que lo escuchan. Habría que preguntarles al menos si saben de dónde viene: ¿“díganme de donde vino, donde se originó la bachata y en cual contexto, donde me incluyo cuando se empieza a producir este género”?, dejar de ser sólo consumidor, más bien productor. Ser consumidor de lo que yo pueda producir, o reflexionar o identificarme, al menos que yo pueda controlar lo que consumo y lo que no. Que pueda tomar decisiones de mi vida, tomar decisiones reales de su destino , las sociedades piden eso, ya que el conocimiento se construye con otros, no porque me lo construyeron, tú vas a ser pobre porque lo has sido toda tu vida y por eso no vas a entrar a la universidad, en alguna medida la transformación universitaria debe ser concreta, supone inclusión en la producción de la vida, de la salud participando directamente con la capacidad de decisión , empoderado cognitivamente , materialmente con las manos , con los haceres porque se aprende con haceres , para construir y reconstruir el país, el territorio, nuestra localidad, tenemos que construir un horizonte, sino estamos perdiendo el tiempo .
4. Para qué ese sujeto vivo andante pueda venir entonces desde la formación, debe reconocer al otro y conocerse para poder conocer al otro?
Desde mismicidad partimos al horizonte y de allí al mundo, luego se vuelve al sí mismo retomando, a él, es uno con nosotros, en eso estoy de acuerdo y siempre compartí que en el marxismo habla del sujeto social cuando Marx habla de individuos de uno con otros. Dussel lo precisa mejor “el individuo no existe es una creación de la modernidad”, existe un hombre, un humano, con una singularidad, especifidades que tiene que ver con la persona, el carácter, la historia, la vida que vivió. La universidad tiene que estar avocada a producir formas de desarrollarse, negarnos tenemos que partir un modelo único ajeno a nuestra vida, sino una actitud que permita que construir unanimidad con otros y otras, respeto al otro, el reconocimiento del otro y construir con el otro, la interculturalidad supone un puente más allá de la tolerancia, que todos lleguen a un acuerdo, pero este acuerdo recuérdese tiene es contrario a formas que nieguen la vida del plantea, que nieguen la vida digna y el buen vivir, que nieguen el empoderamiento del pueblo en saberes y ciencias propias, que nieguen la honestidad y decir la verdad, que niegue tanto el mundo del trabajo la justicia, como el mundo del juego.
5. ¿Cuál sería un punto de partida para lograr esa transformación y ocupación?
El punto de partida seria empezar a tener un orden mínimo para esta universidad que todo el mundo viniera a dar clase, los estudiantes trataran de escuchar y tuviesen lo mínimo para poder estudiar, hay que ocuparse en los recursos para que la gente estudie. Empecemos por establecer los contactos con la gente, los territorios y lugares donde se pueda sembrar, a los muchachos darle talleres, los profesores, obreros a todos y sistematizar esos saberes que química hay detrás de la siembra, que relaciones sociales nuevas podemos construir compartir, relacionarla investigación tiene que dar respuestas a los recursos, “producción de ciencia, alimentos y dignidad”, tres cosas que decía Klever Ramírez el país tiene que apuntar para eso. Supone que significado tiene leer, ocuparse desde ya con la lectura avocarlos a eso, contribuir al desarrollo del país y estén aptos para prepararse. El socialismo del siglo XXI, sin caer en propaganda, hace necesaria una educación socialista, democrática-popular, responsable eficaz-eficiente, humana, lúdica, como hace necesario el trabajo socialista, combatir y sancionar la corrupción y los elementos estructurales que hacen posible, la impunidad hace mucho daño. Un campo vital es trabajar con los jóvenes tanto en los liceos como en la calle o en el campo. En este sentido la universidad puede aportar hasta con las políticas formación interinstitucionales, de las que se alimentaría tanto las gentes, el pueblo como la Universidades y las educaciones superiores: las artes y oficios entre estas. Habría que rescatar la necesidad de estudio para formular políticas en relación a un mejor equilibrio territorial donde lo humano y el ambiente sea la divisa, la vida digna. En este caso sugerir el desarrollo del llamado eje norte llanero como punto de partida y la ruptura con la división política territorial actual debería ser un punto de partida, para pensar en la creación de la riqueza: Nuevas ciudades intermedias, pueblos, campos productivos, empresas de transformación de materias primas y máquinas para hacer maquinas en el marco de nuevas relaciones sociales y formas de propiedad que hagan poderoso al pueblo, le den autonomía y dignidad.
Claro, cualquier transformación o proyecto en el sentido que venimos hablando de ruptura es utópico, en el buen sentido, como lo diría Herbert Marcurse como “un proyecto de lo posible”, o como dice Galeano hablando de Restrepo, “es aquello que nos ayuda a caminar”, pero si nos quedamos aquí haciendo lo mismo, esperando lo mismo, lo que viviríamos es un presente continuo de desgracias y lamentos. Esto supone en esta visión, que la utopía tiene que establecer reglas claras, que va hacerse y como se van hacer las cosas. En este proceso de constitución y construcción de acciones utópicas se deben cumplir reglas, evidentemente con las sanciones respectivas. Las sociedades las tienen, si yo dejo de cumplirlas. En el marco que me refiero, nuestras reglas vienen siendo construidas en el marco de diversidades socio-culturales, la democracia participativa y el socialismo del siglo XXI. Unos más unos menos son más hábiles para una cosa, otros para otra y esa regla tendría que tener en cuenta el problema de las temporalidades, cuanto tiempo le puedo yo dedicar para la transformación y que cada quien lo cumpla, porque supone tener claro el problema de lo teórico, lo práctico, de la división técnica del trabajo en los haceres universitarios: el docente, el investigador (que podrían ser estudiantes u otro integrante de la comunidad) o creador intelectual, la vinculación social, ésta se construye entre el estudiante que tiene servicio comunitario, quien es servidor y el docente con el pueblo. La transformación de este tipo debe necesariamente estar articulada a las practicas curriculares, prácticas educativas, en la cual que hayan procesos de reflexión y sistematización, llevar registros de los aprendizajes. Una utopía de este tipo, un proyecto revolucionario puede ser realizable a mediano, o a largo plazo, pero hay que empezar, se aprende haciendo. Un Castoriadis dice que un proyecto revolucionario es la reorganización y reorientación de la sociedad por la acción autónoma de los hombres, en nuestra república se incluyen a las mujeres. En este sentido: Primero, romper con nosotros mismos, nuestras taras, nuestras limitaciones y todas las formas de pensar colonizador que poseemos y padecemos. Como dice Eduardo Leal “desaprender, aprender y aprender haciendo”, supone volvernos sujetos sociales, tiene que haber coherencia entre las diferentes cosas en la formación, en la creación e investigación y las vinculaciones con la gente. Yo vivo de la comunidad y la comunidad vive de mí, garantizar el aprendizaje e inclusión que dé respuesta a la sociedad que vivo. Segundo, Por estos caminos, debería construirse la unanimidad en las formas de hacer y pensar liberador (con la gente, el pueblo), luego habría que ver que ponemos en común con la diversidad de actores y en ese proceso establecer las pautas del compromiso que apunten a una nueva economía una nueva sociedad. Para eso debería servir una transformación universitaria que sólo se hace en este caso hermanado con un pueblo.
Edward Govia. 2018. UNERMB. Nucleo San Francisco.
Foto: Eduardo Rios.Notas