Editorial
Recepción: 10 Octubre 2020
Aprobación: 30 Noviembre 2020
Publicación: 30 Noviembre 2020
Estimados lectores
Desde el primer caso reportado a finales de 2019, la COVID-19 se propagó a lo largo del planeta, con repercusión en cada esfera de la sociedad. La salud y la educación, así como sus respectivas ramas y esferas, pueden exponerse como las más afectadas; la primera por la necesidad de la creación de tratamientos, protocolos y atención especializada, y la segunda por la necesidad de salir de los escenarios docentes habituales (las aulas) para implementar estrategias como la educación a distancia. Cuba, con un sistema de salud y de educación privilegiado, ha mantenido la docencia médica, al explotar la educación en el trabajo.
La universidad médica cubana actual ha fomentado el quehacer investigativo del estudiantado a lo largo de los años. Esto se manifiesta en las revistas científicas estudiantiles y la existencia de jornadas científicas estudiantiles (JCE), desde el nivel institucional hasta el nivel nacional.(1) La COVID-19 ha afectado el desarrollo del quehacer investigativo del estudiantado, al imposibilitar que se cumpla el ciclo investigativo habitual y los eventos nacionales planificados.
Las JCE constituyen una de las actividades extracurriculares más importantes en que el estudiante participa. En ellas se les brinda la posibilidad de mostrar las habilidades adquiridas durante el curso con respecto a las investigaciones científicas, prepararlos para su vida futura, además de encaminarlos hacia la publicación de sus resultados.(2)Ante este cambio en la dinámica habitual de los ciclos investigativos, surge la acertadadecisión de crear eventos científicos estudiantiles virtuales, estrategia que se ha implementado en muchas universidades de ciencias de la salud cubanas. Si bien esta alternativa no permite que el estudiante puedadefender sus investigaciones presencialmente, brinda la motivación para superarse, ypermite el desarrollo de lala ciencia joven.
Las revistas científicas estudiantiles han jugado un papel importante en la integración y desarrollo de estos eventos, al fungir como comités científicos de los mismos. Esto propiciaque los trabajos premiados, y aquellos con la calidad requerida, se incorporen a los procesos editoriales y se publiquen, como un estímulo y a la vez enseñanza para el futuro.
Si bien esta nueva dinámica no es la esperada por aquellos con más años en la universidad médica, constituye una alternativa válida para mantener la investigación científica estudiantil activa. Los autores consideran que es necesario que las universidades integren esta modalidad, para de esta forma dar a sus estudiantes la posibilidad que la COVID-19 ha limitado.
CONFLICTO DE INTERESES
La autora declara que no existe conflicto de intereses.
CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA
La autora se encargó de la concepción, redacción – borrador inicial, redacción – revisión y edición del artículo.
FUENTES DE FINANCIACIÓN
La autora no recibió la financiación para el desarrollo de la presente carta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Benitez-Rojas LdlC. Publicar en el pregrado y revistas científicas estudiantiles, la solución integral de un problema. Spimed [Internet]. 2020 [citado 10/09/2020]; 1(1):e2. Disponible en: http://revspimed.sld.cu/index.php/spimed/article/view/2
2. Benítez-Rojas LdlC, Nieves-Cuadrado JC, Rodríguez-González N, Benítez-Rojas AR, Rojas-Pérez SdlC. Producción científica estudiantil a través del II Evento Científico Estudiantil Nacional de Oncohematología ONCOFORUM 2019. Revista EsTuSalud [Internet]. 2019 [citado 10/09/2020]; 1(1):e12. Disponible en : http://revestusalud.sld.cu/index.php/estusalud/article/view/12