DOSSIER

Feminización del proletariado migrante y comunidad doméstica capitalista. Discusión en torno al artículo “Migración laboral femenina y superexplotación de la fuerza de trabajo en Marx”.

Feminization of the migrant proletariat and capitalist domestic community. Discussion about the article "Female labor migration and superexploitation of the labor force in Marx."

Josemanuel Luna
Centro Universitario CIFE, México
Jorge Veraza
UAM, México
Gonzalo Flores
Universidad Pedagógica Nacional, México

Feminización del proletariado migrante y comunidad doméstica capitalista. Discusión en torno al artículo “Migración laboral femenina y superexplotación de la fuerza de trabajo en Marx”.

RELIGACIÓN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 3, núm. 11, pp. 136-142, 2018

Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades

Recepción: 30 Junio 2018

Aprobación: 14 Septiembre 2018

Josemanuel Luna: El artículo permite observar cómo la migración de los países de la periferia hacia los del centro está adoptando nuevas formas y dinámicas. Los estudios sobre la migración no solamente tratan de la migración económica, que es la más estudiada, o de la migración por desplazamiento de fuerza laboral, sino también de los desplazamientos poblacionales por motivos ambientales o por violencia, pero el artículo tiene el valor de mostrar la migración como un elemento que acompaña el desarrollo del capitalismo.

Al poner a Marx en el centro de las discusiones sobre el tema de la migración utilizando el concepto de sobreexplotación de la fuerza de trabajo se intenta desarrollar el marxismo. En este caso, se trata de dar cuenta de la compleja situación de la fuerza de trabajo migrante desde la perspectiva de la crítica de la economía política y de superar la mirada estructuralista y dependentista sobre la migración que permeó los discursos marxistas en la segunda mitad del siglo XX.

Las autoras visibilizan el papel de la mujer en los fenómenos migratorios contemporáneos, lo cual permite observar la feminización del proletariado como parte del proceso de proletarización de la humanidad. Este fenómeno históricamente ha sido un correlato de la automatización del proceso del trabajo. La migración de mujeres trabajadoras es una segunda etapa de los procesos migratorios posterior a las migraciones de trabajadores durante gran parte del siglo XX. La participación de la mujer es mayor en el mercado mundial de trabajo migrante tanto por razones familiares —es decir, para reunirse con la pareja o con su familia que está en el extranjero— como por estar insertas en un proceso de proletarización en su país natal.

Considero que es importante distinguir la migración legal y la migración ilegal pues cada una de éstas representa condiciones diferentes de reproducción de la fuerza de trabajo. No corren la misma suerte los trabajadores de México que entran de forma ilegal a Estados Unidos que los obreros calificados, profesionistas y científicos y que son parte de la fuga de cerebros que emigran porque no encuentran en su país de origen oportunidades para elevar su nivel de vida.

Otra cuestión es la presión a la baja que ejerce la fuerza de trabajo migrante sobre los salarios de la población residente como parte del ejército industrial de reserva. Además de la reducción salarial general, e incluso, sobre todo entre los migrantes, por debajo del valor de la fuerza de trabajo, el rechazo ideológico de los obreros nativos hacia los obreros migrantes dificulta la unidad de la clase proletaria.

Un aspecto del problema que no tratan en su artículo es el tránsito de los migrantes, en este caso de la mujer migrante, del país natal de residencia al país de destino. Este proceso de tránsito que emprenden las mujeres migrantes tiene particularidades que lo distinguen de la migración de varones no solamente por los peligros a los que se enfrentan por ser mujeres sino también por la dinámica de la migración. En otras investigaciones se observa que los hombres se sienten más seguros o tienden más a migrar en compañía de hermanos, primos o amigos, mientras que las mujeres tienden más migrar de manera individual, en solitario. Ellas inician el proceso de inmigración mediante acuerdos con coyotes que son conocidos por la familia y que ya han ayudado a pasar la frontera a sus padres o a sus hermanos. Esta es una característica peculiar de la migración de mujeres pues se convierten en compañeras de los coyotes que, en ocasiones, son varios que las llevan del país de residencia al de destino.

En general, creo que es importante observar no solamente qué pasa con la fuerza de trabajo migrante una vez que llega al país destino sino también el proceso desde que son orilladas a tomar la decisión de migrar. En cada una de las partes del proceso se van estructurando las condiciones para que la sobreexplotación se consolide cuando las mujeres migrantes se insertan en el mercado de trabajo.

Jorge Veraza:La intervención de Nashelly y Ana, no ubica el tema de la migración principalmente en referencia a la sobreexplotación de la fuerza de trabajo, sino en referencia a la acumulación de capital y del ejército industrial de reserva. Es por aquí que resaltan el tema de la explotación de la fuerza de trabajo y de la superexplotación de la fuerza de trabajo. Así que, visto el conjunto, tenemos que el estudio de la migración en el contexto del mercado mundial tiene muy pocas referencias, aunque decisivas y esenciales, en los tres tomos de El capital, pero se nos ofrece un aporte en vista de la elaboración de lo que sería el libro tercero de la Crítica de la Economía Política.

Recordemos el plan de seis libros que Marx promete en el Prólogo a la Contribución a la Crítica del Economía Política en 1859. El primero es El capital, que fue publicado en tres tomos; el segundo trataría sobre la propiedad del suelo; el tercero sobre el trabajo asalariado y es aquí en donde —sobretodo— estaría ubicándose el aporte de Ana y de Nashelly; el cuarto es sobre el Estado; el quinto sobre el Comercio Exterior y el sexto sobre el Mercado Mundial. La reconstrucción completa que este

último sexto libro de la crítica de la economía política es la que nos entregaría todos los aportes que, en el libro tercero, sobre el trabajo asalariado, puedan ofrecerse; por ejemplo, temas como el de la migración y los flujos de la fuerza de trabajo a nivel mundial.

El tema de la reproducción de la fuerza de trabajo está poco tratado en El capital. En los esquemas de reproducción tenemos una teorización sobre la reproducción del capital; mientras que adjunta o subordinada, tenemos a la reproducción de la fuerza de trabajo; es decir, no se le aborda en cuanto tal, sino como un factor sometido a la reproducción del capital, pues este último es el tema de los tres tomos de El capital.

Por eso, cuando Claude Meillassoux en Mujeres, graneros y capitales discute, cuestiona o echa de menos que Marx no haya tratado en El capital con igual precisión la reproducción la fuerza de trabajo con la que aborda la reproducción de capital, olvida que esto es así, justamente, por el objeto teórico de los tres tomos de El capital. Pero, si nos ubicamos en el terreno del libro tercero de la crítica de la economía política dedicado al trabajo asalariado, aquí sí entra completamente el tema de la reproducción de la fuerza del trabajo.

Es muy interesante que en los flujos internacionales haya habido fases. Una fase donde emigran sobre todo los obreros varones. Posteriormente, la proletarización de la humanidad que lleva a cabo el proceso de acumulación capitalista a nivel mundial empieza a desarraigar completamente a toda la familia y empieza a expulsar a las mujeres como apéndices del obrero, y luego a las mujeres como centro de la familia; y, luego, como fuerza de trabajo principal a ser explotada. Cada vez, conforme el desarraigo es mayor, conforme la acumulación originaria de capital empieza a ser más fuerte, conforme la acumulación salvaje de capital neoliberal avanza avasalladoramente, es la mujer la que va mostrando el hilo rojo de cómo avanza el capital en su proceso de acumulación y desarrollo.

Pero eso nos entrega un nuevo problema, Primero ubicamos la partida del hombre trabajando en otra nación y la familia intentando reproducirse, por ejemplo, en México. Posteriormente, es toda la familia la que se encuentra reproduciéndose en otra nación y esta nueva forma de familia desarraigada, llegada a otras formas de cultura, de consumo, etcétera; claramente muestra una figura sociológica antes inexistente, en el núcleo de reproducción de la fuerza de trabajo. Núcleo que no se restringe a la familia nuclear. Para nombrar este núcleo, he propuesto el concepto de comunidad doméstica capitalista en oposición a la comunidad doméstica pre capitalista que, supuestamente, la familia monogámica vino a sustituir en la época capitalista.

La comunidad doméstica capitalista aparece en la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del siglo XX, pero, muy pronto, se comienza a reconfigurar la comunidad doméstica pre capitalista más allá de la familia monogámica. Es decir, empieza a reconfigurarse una comunidad doméstica que es irreductible a la de la familia, pero que ya no es pre capitalista, sino capitalista; que está perfectamente integrada al mercado y una de cuyas figuras sería, precisamente, esta familia obrera transterrada que se liga a nuevas formas de reproducción modernizadas, a nuevas formas de consumo. Es súper explotada, aunque tiene un mejor nivel de vida que el que pudo haber gozado en su país natal.

Paradojas como ésta, pueden ser explicadas mediante el concepto de comunidad doméstica capitalista, el cual es muy vasto y tiene mucha riqueza. En el momento en que las mujeres empiezan a migrar masivamente, se configura dentro del capitalismo esta nueva figura de reproducción de la fuerza de trabajo, que ocurre a través de la comunidad doméstica capitalista y que tendría en el libro tercero de la crítica de la economía política su lugar de exposición y de análisis.

Finalmente, pienso que vale la pena remarcar el tino de Ana y Nashelly al exaltar el concepto de superexplotación de la fuerza de trabajo, porque es así que tienen sentido objetivo para el capital social mundial los grandes flujos migratorios de fuerza de trabajo hacia a diversas zonas del planeta. En un lugar se la explota, pero en otro lugar se la súper explota.

También pienso que, como parte del trabajo a realizar para este libro tercero de la crítica de la economía política, habría que ver en toda su complejidad las diversas formas de superexplotación de la fuerza de trabajo, como parte de un proceso global de reproducción de la misma. Por supuesto, tenemos las formas clásicas que trata Marx.

Pienso que el propio desarrollo del capitalismo ha traído consigo nuevas formas de superexplotación de la fuerza de trabajo, que no son las directas que ocurren al pie de la máquina, vamos a decir: de las máquinas de las empresas mexicanas, o al pie de las máquinas norteamericanas donde está migrando la fuerza de trabajo. También se dan formas de explotación que ocurren de manera indirecta, porque pesan sobre la reproducción el sujeto social. No solamente la lacra del trabajo asalariado, sino también un consumo cada vez más nocivo que participa en las distintas cualidades que puede tener la reproducción de la clase obrera a nivel mundial.

Este consumo nocivo le reporta al obrero gastos en salud o gastos en consumos adicionales que compensan a los consumos básicos, pero que son de tipo nocivo. Así que, los gastos en salud —y demás—se convierten en el salario que no alcanza para pagar las medicinas, las cirugías, para reproducir la vida si le añadimos todas las características de la vida moderna y que se completan con las dimensiones del consumo.

Y si a esto sumamos que el neoliberalismo viene privatizando la educación, la salud, etcétera, ámbitos que formaban parte de conquistas obreras, en referencia a complementar el salario, entonces tenemos formas de superexplotación de la fuerza del trabajo que llegan, por rodeo del consumo, hasta la manera en que se va a reproducir la familia o la comunidad doméstica capitalista ampliada. Se ve la siguiente paradoja: por un lado, la superexplotación que están sufriendo los migrantes, porque les pagan un salario más bajo que a los obreros del país nativo; pero, por el otro, les es más conveniente a los migrantes porque ese salario es más alto que el que devengarían en su país natal. A esta superexplotación se le añaden las otras formas de superexplotación que viene desde el consumo nocivo, que acabo de ilustrar.

Yo he realizado un ensayo dedicado a analizar todas las formas de súper explotación qué tienen que ver con la subordinación real del consumo bajo el capital y con el proceso renovado de acumulación originaria de capital; la cual nombro acumulación originaria residual y terminal de capital que, con despojos de agua, de aire, de tierra, a la población, impacta en el consumo obrero y en la reproducción de la fuerza de trabajo a la baja. Es decir, si por un lado el capital estuviera pagando completo los salarios, por otro lado está despojando a la población de bienes que son necesarios para su salud y para la reproducción, entonces, además de la superexplotación directa que se puede verificar en el tema del trabajo y en el pago que le están dando a nivel circulatorio de modo directo, está ocurriendo otra sobreexplotación de la fuerza de trabajo que puede verificarse solo si observas la reproducción completa de la fuerza de trabajo: su salud, su educación, sus consumos, su medio ambiente, etcétera.

Cierto, no hay lugar para hacer una reflexión de tal naturaleza en los tres tomos de El capital, dado su objeto teórico. Hay que inscribirlo, en toda su complejidad, en el libro tercero de la crítica de la economía política, que es en donde veo que el trabajo Ana Alicia y Nashelly ofrecen un gran aporte, además del análisis de la realidad total y el enriquecimiento de la sociología contemporáneo.

Gonzalo Flores: Como apuntaron Josemanuel y Jorge, el tema de la migración de las mujeres trabajadoras permite pensar el capitalismo contemporáneo de modo profundo y renovador.

La superexplotación se ha generalizado en el capitalismo del siglo XX y del siglo XXI a un ritmo creciente en términos temporales y espaciales y en forma sistemática.

Al observar la migración en relación con la ley general de la acumulación de capital y la superexplotación del trabajo se entienden aspectos importantes de las llamadas “economías emergentes” cuyas contradicciones se muestran de manera distinta a la que nos deja ver el pensamiento económico neoliberal. La superexplotación de una fuerza de trabajo abundante ha sido una de las claves de la conformación de las condiciones locales de producción y realización de plusvalor y en la integración de estas economías en la acumulación de capital a escala mundial. Pero según Michael Roberts y otros autores las dificultades que ahora están encontrando estas economías para emplear su fuerza de trabajo nativa y proletarizarla incluso en condiciones de superexplotación ya no les van a permitir desempeñar funciones que destraban problemas de la economía mundial.

Observar el problema de la migración en relación con la ley general de acumulación permite criticar la teoría de la “transición demográfica” que intenta explicar los cambios históricos de la composición poblacional sin tomar en cuenta la acumulación de capital, es decir que en el capitalismo este proceso determina los cambios demográficos.

El problema de la migración en condiciones de sobreexplotación supone un grado de sometimiento de las fuerzas productivas procreativas en el que el papel del Estado nación es muy importante. En el texto se señala claramente la relación entre migración y fuerzas productivas técnicas, pero este fenómeno también tiene que ver con el sometimiento de las fuerzas productivas procreativas, y en este sentido es crucial el papel del Estado y de las políticas públicas relacionadas con la reproducción de la fuerza de trabajo.

Además, me parece muy atinado que Ana y Nashelly señalen en su artículo la relación entre la migración y las fuerzas productivas técnicas. En una primera etapa histórica —señalan, comentando a Marx—, la población presiona sobre las fuerzas productivas. Éstas no son suficientemente potentes para sustentar a la población y ésta tiene que migrar hacia otros espacios. En el capitalismo la situación se invierte. Ahora son las fuerzas productivas las que ejercen presión sobre la población y esto propicia la migración.

Como decía Jorge, este tema corresponde al libro tercero de la crítica de la economía política. Creo que se podría decir que el plan de los seis libros de la crítica de la economía política tiene como eje el desarrollo de las fuerzas productivas, y que el libro uno tendría como objeto de estudio principal las fuerzas productivas técnicas. No solamente se habla de fuerzas productivas técnicas ahí, pero éste es el objeto de estudio central. El libro dos, que trata de la propiedad del suelo, tendría como objeto de estudio central a las fuerzas productivas naturales, y en el libro tercero, sobre el trabajo asalariado, la categoría de análisis que está en el fondo es la de las fuerzas productivas procreativas y sería ahí donde la superexplotación y la migración serían tratadas ampliamente y ahí es donde el concepto de comunidad doméstica capitalista permite criticar el sometimiento capitalista de las fuerzas productivas procreativas. El libro cuarto de la crítica de la economía política trataría del Estado y este agente participa del proceso de sometimiento de la población. Se lo puede ver como una fuerza productiva general, política.

Si, como digo, la crítica de la economía política tiene como eje el desarrollo de las fuerzas productivas, la investigación sobre los trabajadores migrantes podría quedar así ubicada en el plan de seis libros proyectado por Marx.

Ana Alicia Peña: Les agradecemos mucho sus comentarios. La intervención de Jorge me parece muy rica porque permite pensar futuros trabajos y, también, el contexto de la investigación que hemos estado haciendo. Sí pienso que el artículo está enmarcado en el libro tercero de la crítica de la economía política. Es necesario pensar este tema en el contexto de ese libro tercero, trabajarlo de manera ordenada.

En otros trabajos hemos retomado la idea de que la superexplotación del trabajo no sólo debe estudiarse en el ámbito del trabajo, sino que hay otros mecanismos que la hacen posible. En este artículo no tematizamos el tema del consumo, no lo hemos desarrollado con la precisión que está mencionando Jorge; hemos referido en general cómo las dinámicas de consumo están sometiendo a las familias y a los trabajadores migrantes, pero es importante precisar esos temas desde la perspectiva que nos sugiere.

El tema de las mujeres migrantes nos abrió una panorámica y una serie de problemáticas que nos interesa mucho, que queremos seguir trabajando. Lo habíamos trabajado hace cuatro años. Ahora, a propósito del bicentenario de Marx y que nos invitan a publicar esa reflexión inicial, abordamos nuevamente el tema y cuestiones tan importantes como la comunidad doméstica capitalista y otros relativos a la reproducción social. Creemos que ésta es una tarea importante para el futuro.

Acerca de la distinción entre migración calificada y no calificada de la fuerza de trabajo que menciona Josemanuel, pienso que efectivamente sí son condiciones distintas. Eso es algo que se ha discutido en otros trabajos. En este artículo no se hace la distinción entre migración documentada e indocumentada porque en el ejemplo que ponemos de las mujeres que trabajan en la industria de alimentos, éstas inician como mujeres indocumentadas y en un segundo período ya tienen documentos, son mano de obra documentada, pero que desafortunadamente, aunque tengan visa de trabajo, no se modifica radicalmente la condición que sufren. Si bien la indocumentación implica más vulnerabilidad actualmente el que las familias de migrantes documentados eso no es garantía de que no se encuentren en condiciones de superexplotación.

Tampoco consideramos en este trabajo el punto que señala Josemanuel acerca de que la migración además de ser una presión para la disminución salarial da lugar a un choque ideológico con la clase obrera nacional, las reacciones xenofóbicas, la competencia, etcétera. Éste es un medio más de control sobre la clase trabajadora no sólo migrante, sino nacional y regional, es decir de varios países de una región.

Respecto del proceso de tránsito de la migración al que refiere Josemanuel, hay varios estudios que a la violencia que se ejerce contra las mujeres en este proceso. Pienso que en relación con este problema lo que más se ha estudiado es la trasmigración, o sea el proceso de paso de las mujeres de centroamericanas a través de México, donde un muy alto porcentaje de mujeres son violentadas. Está también el caso que Josemanuel refiere, en el que las mujeres tienen que relacionarse con el coyote para poder llegar a Estados Unidos. Sin duda tendríamos que reconocer la violencia que están viviendo las mujeres en los lugares de donde salen, sus comunidades. Es importante ver el proceso completo.

En efecto, como menciona Gonzalo en su comentario, Marx habla de la relación entre la migración y las fuerzas productivas técnicas. Actualmente ya se está empezando a reconocer el fenómeno como migración forzada, pero no desde la perspectiva de Marx sino como de debida a causas ambientales, políticas o militares. Por eso no se entiende la dinámica forzada que sí se vuelve visible desde el punto de vista de la relación con las fuerzas productivas técnicas. Hemos pensado hacer un artículo para mostrar cómo trata Marx el problema

Nashelly Ocampo: No habíamos abordado el tema de las mujeres porque no queríamos enredarnos con el tema del feminismo y no habíamos encontrado el modo. Pero en la feminización de las migraciones encontramos un camino desde el cual podemos trabajar el problema de la comunidad doméstica capitalista, que es muy importante para entender el sometimiento de las mujeres en relación a la acumulación de capital.

Nosotras hemos tratado de considerar el concepto de comunidad doméstica capitalista en oposición al discurso que pone en el centro de la discusión el cuerpo, pero el cuerpo como objeto aislado, individualizado, sin tener en cuenta el contexto reproductivo. Esta discusión nos da elementos para intentar esta crítica a este concepto de cuerpo, que también en el ámbito de la educación, se ha vuelto volátil, desde el punto de vista del sometimiento integral de la población (familiar, reproductivo inmediato). Los comentarios de Jorge y Gonzalo nos ayudan a integrar argumentos para trabajar ese concepto.

Información adicional

citar como: Luna, J., Veraza, J., & Flores, G. (2018). Feminización del proletariado migrante y comunidad doméstica capitalista. : Discusión en torno al artículo “Migración laboral femenina y superexplotación de la fuerza de trabajo en Marx”. Religación. Revista De Ciencias Sociales Y Humanidades, 3(11), 136-142. https://revista.religacion.com/index.php/religacion/article/view/171

Josemanuel Luna: Candidato a Doctor en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor Investigador del Centro Universitario CIFE. E-mail: josemanuellunanemecio@yahoo.com.mx

Jorge Veraza: Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Es profesor de tiempo completo de la UAM Iztapalapa en el área de Psicología Social. E-mail: jorgeveraza@yahoo.com.mx

Gonzalo Flores: Doctor en Economía Política por la Facultad de Economía de la UNAM. Profesor de tiempo completo de la Universidad Pedagógica Nacional-Morelos. E-mail: gonzalofloresmondragon@yahoo.com.mx

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