DOSSIER

De la esperanza a la desesperanza en Bolivia. El gobierno de Evo Morales y Álvaro García linera frente a las comunidades indígenas

From hope to despair in Bolivia. Evo Morales y Álvaro García Linera government’s confronting indigenous communities

Danilla Aguiar
Universidad de Alcalá, España

De la esperanza a la desesperanza en Bolivia. El gobierno de Evo Morales y Álvaro García linera frente a las comunidades indígenas

RELIGACIÓN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 4, núm. 16, pp. 98-103, 2019

Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades

Recepción: 02 Febrero 2019

Aprobación: 29 Mayo 2019

Resumen: García Linera aparece como figura fundamental en la política boliviana del siglo XXI como gran portavoz de un grupo en el poder. Vicepresidente hace más de una década junto a Evo Morales, se destaca como uno de los intelectuales más emblemáticos del país y de América Latina. Su trayectoria política e intelectual atraviesa la actuación en el Ejército Guerrillero Tupac Katari, en el Grupo Comuna y la docencia, para entonces lograr ocupar uno de los puestos más altos del Estado boliviano. Sin embargo, es posible observar cambios en su pensamiento y acción política en relación al aparato del Estado. Si antes había una tendencia a verlo como un instrumento de dominación política, ahora figuraría como único medio de consolidar hegemonía alcanzada por su partido, el MAS, evitando el retorno de las antiguas clases dominantes, aunque bajo pena del alejamiento de los movimientos sociales de la sociedad dinámica del gobierno. Pretendemos abordar tales contradicciones, entendiendo que esos cambios reflejan políticamente en la Bolivia contemporánea.

Palabras clave: Estado, Bolivia, hegemonía, García Linera.

Resumo: García Linera aparece como figura fundamental na política boliviana do século XXI como porta-voz de um grupo no poder. Vice-presidente há mais de uma década junto a Evo Morales, destaca-se como um dos intelectuais mais emblemáticos do país e da América Latina. Sua trajetória política e intelectual perpassa a atuação no Exército Guerrilheiro Tupac Katari, no Grupo Comuna e docência, para então lograr ocupar um dos postos mais altos do Estado boliviano. Contudo, é possível observar mudanças em seu pensamento e ação política em relação ao aparelho do Estado. Se antes havia uma tendência a enxergá-lo como um instrumento de dominação política, agora figuraria como único meio de consolidar hegemonia alcançada pelo seu partido, o MAS, evitando o retorno das antigas classes dominantes, mesmo que sob pena do afastamento dos movimentos sociais da dinâmica do governo. Pretendemos abordar tais contradições, entendendo que essas mudanças refletem politicamente na Bolívia contemporânea.

Palavras-chave: Estado, Bolívia, hegemonia, García Linera.

Abstract: García Linera appears as a fundamental figure in Bolivian politics of the 21st century as a great spokesman for a group in power. Vice President for more than a decade with Evo Morales, stands out as one of the most emblematic intellectuals of the country and Latin America. His political and intellectual trajectory runs through the Tupac Katari Guerrilla Army, the Commune Group and teaching, to be able to occupy one of the highest positions in the Bolivian state. However, it is possible to observe changes in his thinking and political action in relation to the state apparatus. If before there was a tendency to see it as an instrument of political domination, it would now appear as the only means of consolidating hegemony achieved by its party, MAS, avoiding the return of the old ruling classes, even if under penalty of remoteness from the social movements of dynamics of government. We intend to address such contradictions, understanding that these changes reflect politically in contemporary Bolivia.

Keywords: State, Bolivia, hegemony, García Linera.

Introducción.

La colonización en la región andina ha sido un proceso constante desde principios del s. XVI que ha ido destruyendo instituciones y el tejido social de los ayllus por el acceso y expropiación de los territorios indígenas. Además, los procesos de aculturación dejaron su impronta en la región. Sin embargo, pese al lastre colonial, las comunidades instaladas en los Andes, han conseguido salvaguardar importantes estructuras de su organización comunal mantenidas desde época pre-colonial. En el contexto de Bolivia, las poblaciones indígenas han sido protagonistas de un gran número de movilizaciones en defensa de sus ayllus, su identidad y sus derechos al territorio, lo que ha podido crear un importante legado cultural que actualmente se reproduce en diversos puntos del país.

Los préstamos dejados por la época colonial y no superados durante la República, definieron una conciencia indígena fuerte que ha crecido como barrera frente el capitalismo, por ello, la aparición de Evo Morales en el plano político como primer indígena con opciones a gobernar junto con García Linera, activista y portavoz de los movimientos indígenas-campesinos de Bolivia, crearon grandes expectativas de cambio, un cambio acogido desde la descolonización y el triunfo de las poblaciones indígenas que vieron una oportunidad de recuperar su lugar en la Historia.

El presente artículo recoge uno de los temas insertados en el marco de investigación de mi tesis doctoral siendo, tras largas lecturas, el resultado de un proceso de reflexión y compresión de la realidad del Estado Plurinacional de Bolivia, y cuyo objetivo está dirigido a comprender la realidad que alberga actualmente el mismo, invitando a la reflexión sobre su construcción dentro de un contexto global neoliberal y, a su vez, de reivindicaciones indígenas de carácter ancestral.

El Gobierno de MAS y las esperanzas de Bolivia.

Si hay algún pensamiento que invade mi mente al escribir sobre García Linera, es hablar sobre la esperanza y desesperanza creada a partir de la idea Nacional y de Estado de Vivir Bien en Bolivia.

Álvaro García Linera ha desarrollado su trabajo dentro del campo de la sociología y la política mostrando preocupación e implicación hacia los movimientos indígenas bolivianos. Estuvo vinculado con procesos de organización de las comunidades en la zona del altiplano, llegando a formar parte de la dirección ideológica del Ejército Guillermo Tupak Katari (EGTK) -movimiento indianista- Katarista1 (Felipe Quispe)- una de las pocas fuerzas guerrilleras propiamente indígena en América Latina; así, Álvaro García Linera se convirtió, según Ramírez Gallegos y Stefanoni (2006), en uno de los más importantes teóricos y portavoces de los movimientos indígenas y campesinos bolivianos. Años después, tras la desarticulación de EGTK (1992), García Linera se hizo visible en el ámbito público y a nivel intelectual; la política comienza a tener un papel preponderante en su trayectoria destacada por su trabajo de corte marxista. Con su texto: Forma valor, forma comunidad2 , obra dedicada a El Capital y dirigida al estudio de las lógicas organizativas de la modernidad, pretendió crear un contrapunto con las lógicas organizativas en el mundo andino (Gallegos y Stefanoni, 2006: 97). El trabajo de Linera despertó cierto interés entre una sociedad rural boliviana agrupada desde la Reforma agraria de 1952 en sindicatos campesinos, sin embargo, la Bolivia rural experimento un cambio que alejó a las comunidades indígenas de su agrupación sindical. Este (re) surgimiento indígena, desde una perspectiva menos político-sindical y más llena de carga cultural e identitaria, ha ido creciendo con fuerza y gran organización llegando a crear la división de poblaciones indígenas en sindicatos campesinos cocaleros y en comunidades indígenas reivindicadoras de su territorio originario, situación que genera gran crispación en el plano socio-político de Bolivia, pero este es un aspecto que retomare más adelante.

La llegada, en el año 2005, del primer presidente indígena al Estado Plurinacional de Bolivia –con mayoría absoluta de votos- acompañado de Álvaro García Linera a la Vicepresidencia del Gobierno, despertó grandes ilusiones en la población indígena boliviana, tanto originarios como sindicalistas. Se albergó una esperanza de cambio basada en la escucha de un discurso político que hizo hincapié en la identidad étnica indígena y dirigió una dura crítica hacia el liberalismo económico, por lo tanto, el gobierno de MAS (Movimiento al Socialismo) suponía terminar con los “males crónicos”3 de Bolivia: la discriminación, la desigualdad, en definitiva, todas consecuencias de las políticas liberales. De este modo, Evo Morales, descendiente de una comunidad campesina del altiplano, se convirtió en la imagen de la confianza y en la imagen del cambio. De aquí nace la esperanza; las elecciones del 2005, en la que existió gran participación en las urnas, tuvo un objetivo claro: optar por un nuevo rumbo para Bolivia y ese rumbo era MAS respaldado por un apoyo mayoritariamente rural (Romero, 2006: 41-49).

Por qué hablo de esperanza. Las luchas indígenas en Bolivia y el Vivir Bien como elemento de cambio.

Si hay una característica propia que hace sobresalir a las poblaciones indígenas en Latinoamérica, destacando la región andina, es su capacidad de organización, resistencia y la no renuncia a sus identidades. A lo largo de su historia, desde el s. XVI hasta la actualidad, las comunidades indígenas andinas han demostrado su capacidad de resistencia y movilización a la hora de luchar por los derechos que les pertenecen teniendo que recorrer siglos de encrucijadas contra el tsunami colonial hasta la actualidad. Estas movilizaciones, lejos de desvanecer al compás del sistema capitalista, han sido alimentadas por el mismo reforzando la conciencia e identidad indígena para organizarse y enfrentarse a los Estados nacionales con el fin de reclamar los derechos al territorio comunal originario que les ha sido, (y actualmente les sigue siendo), expoliado por el sistema neoliberal4 . Paso a citar algunos de los movimientos recientes: en los años ochenta el Movimiento Katarista-indianista (Manifiesto de Tiwanaku, 1973) fue una(s) organización(es) de resistencia desde Potosí a La Paz como respuesta a las amenazas de expoliación; por su parte, la Marcha por el Territorio y la Dignidad (1990) encabezó un movimiento de más de 1000 campesinos que reclamaban al Estado un derecho territorial anterior a su existencia (carácter ancestral); el Movimiento cocalero del Chapare, surgido tras la expulsión de familias mineras e indígenas de la economía capitalista a causa de un ajuste estructural (Dongil, 2018: 54); Marcha por la defensa del TIPNIS (2011- 2012 y actualidad); y finalmente, la marcha de Mallku Q’uta (2012) y Tacovo Mora (2015) cierran esta lista. En este contexto surgió el liderazgo de Evo Morales y la creación de las bases de MAS5 .

Estas experiencias histórico-sociales de lucha han sido el marco de inspiración para la política del actual gobierno boliviano. Se lanzó un discurso basado en la recuperación de elementos andinos-ancestrales a través de la creación del término “Vivir Bien” que fue incorporado al texto Constitucional de Bolivia, en el año 2009, como propuesta alternativa al sistema capitalista de consumo que ha conducido a una crisis mundial de carácter medioambiental y social. Este significativo avance, junto con la dotación constitucional de derechos a la Madre Naturaleza, creó un gran arraigo de esperanzas en las comunidades indígenas de Bolivia6 . Otro factor importante en la reforma del texto constitucional es la importancia que se ofrece – al menos de forma teórica- al carácter pluri- cultural del país, convirtiéndose en un pilar de cohesión para la creación de un nuevo Estado basado en el respeto e igualdad predominando la búsqueda del Vivir Bien en convivencia colectiva, reconociendo la existencia de culturas indígenasoriginario-campesinas como depositadoras de saberes, conocimientos, valores, espiritualidad y cosmovisión. A través de estos elementos fue pretensión desmontar el Estado Neoliberal, a través de la “indianización” del Estado Plurinacional se creó un referente de reconocimiento y un nuevo modo de articulación en torno a lo indígena (García Linera, 2014: 54-55). Este viraje que se planteó desde el gobierno de Morales y García Linera, supuso un sentimiento de esperanza y reconocimiento para los pueblos originarios de Bolivia tras siglos de segregación. A partir de la reforma constitucional, parecía que lograr la armonía de Vivir Bien, era más real que nunca.

La idea de Vivir Bien se presentó como una expresión que pretendió condensar todo el contenido indoamericano constituyendo, para las poblaciones indígenas-campesinas, una propuesta de corte post-capitalista que no suponía una forma teórica o utópica (como si ha resultado ser para las poblaciones indígenas la idea de desarrollo y bienestar promulgada desde el sistema económico hegemónico), sino que se trataba de una propuesta ancestral con siglos de experiencia y además, superviviente en muchas comunidades indígenas andinas tras los incuestionables daños coloniales (Carvalho y Friggeri, 2015: 11). Se concibió también, como una apertura a la recuperación y mantenimientos de las TOC (actualmente TIOC –territorios indígenas-originarios campesinos-), un espacio donde desempeñar su identidad desde la convivencia en comunidad con el entorno natural. Así, la incorporación del Vivir Bien como forma de vida en Bolivia, fue acogida desde la experiencia indígena como una alternativa para desarrollarse plenamente desde la “recuperación” de su forma consuetudinaria de articulación y organización.

Camino a la desesperanza: Una corriente socialista-estatista del Vivir Bien.

Con la creación del Vivir Bien y su puesta en práctica desde el Estado, surgen tres corrientes: La propuesta Socialista- estatista llevada a cabo por la gestión desde el gobierno y dos corrientes más, críticas con la forma de Vivir Bien expuesta desde la práctica socialista del Gobierno Boliviano de MAS. Este modelo ha terminado generado gran malestar entre las comunidades indígenas originarias, por la gestión pública del un Vivir Bien que enfatiza en la equidad social dejando de lado asuntos como el medioambiental, cultural y de identidad. Esta forma política que se plantea desde el Estado, se autodenomina como: “Socialismo Comunitario”7 y su objetivo parece estar proyectado hacia una apertura de la convivencia entre el imaginario indígena y los postulados del mercado, a partir de una idea de recuperación de la identidad indígena como elemento nacional boliviano, fundida con una perspectiva política de izquierdas basada en el ideal marxista de lucha de clases.

Frente a esta realidad las comunidades originarias se postulan rechazando la modernización de lo indígena y las formas comunitarias de la vida social, articuladas con y en el mercado, e invitan a repensar qué se quiere decir cuando se habla de lo indígena, la descolonización o el Vivir Bien siendo necesario saber qué imaginario se pretende invocar, porque se está haciendo uso de concepciones filosóficas indígenas para formar con ellas los nuevos léxicos de dominación; como Rivera (2018) dice:

…el Estado populista travestido, trafica con el bagaje simbólico indio apropiándose de la simbología de sus ancestros de años de lucha para usarlas como herramientas de consolidación de nuevas élites de poder armadas de ropajes que les son ajenos, se apropia de la plusvalía simbólica que representa la emblemática de lo indio y a la vez niega la condición de sujetos a las abigarradas multitudes que reclaman un “vivir Bien” de veras y no un simulacro. Condimentado con retóricas legalistas, poses anti-imperialistas y socialismos del s. XXI (p. 38).

A través de esta declaración, queda reflejado el sentimiento de desencanto existente y la respuesta rotunda hacia esta afrenta.

Por lo tanto, la puesta en práctica del Vivir Bien proclamado por el Gobierno ha impulsado en Bolivia la profundización del modelo exportador: ampliando las fronteras del extractivismo, flexibilizando las leyes a favor de empresas mineras, petroleras y la agroindustria, dejando al margen la economía comunitaria. Todo ello crea una gran dificultad en la transición hacia un Vivir Bien real (Huanca Salles, 2017: 34).

Desesperanza. La actualidad de las comunidades indígenas en Bolivia. La lucha por el acceso al territorio y la defensa de los derechos de la Naturaleza.

En la Bolivia actual existe una legislación que pretende regular las condiciones jurídicas de acceso a la tierra tanto para campesinos como para los ayllus indígenas: La Ley de Reforma Agraria de 2 de agosto de 1953 y la Ley Nº 715 del Instituto Nacional de Reforma Agraria de 1996 (Ley INRA), junto con la actual medida del Saneamiento de Tierras8 , suponen un amparo de las necesidades de sindicatos y productores cocaleros. Teniendo en cuenta la importancia que el territorio tiene para el desarrollo de los ayllus, estas medidas exponen a las comunidades originarias a una grave situación. A esta dura ley de regulación territorial, hay que añadir el especial contexto en el que se encuentran las comunidades indígenas, lugares los cuales mantienen sus costumbres económicas, sociales, jurídicas y culturales, que les permite asegurar su permanencia. El territorio está vinculado a la protección constitucional quien lo declara indivisible e inembargable y cuyo acceso está basado en un proceso de reconocimiento y certificación como territorio que fue ocupado ancestralmente por un determinado grupo indígena, reconociendo así su espacio como existente antes de la República.

La especial ubicación de estos territorios indígenas se centra en zonas de importantes recursos naturales, haciendo de ellos un atrayente foco de atención tanto para empresas extractivistas como para la agroindustria. Esta localización conlleva que las empresas internacionales mineras (el 32% de las concesiones, en el 2008, estaban en territorios indígenas) y el propio Estado, que salvaguarda los derechos mercantiles apoyando a dichos proyectos, sometan a las comunidades indígenas a un incesante asedio (Sanjinés, 2013:4-9). Esta realidad geográfica y legislativa sumada al derecho de embargo de tierras al que el Estado se aferra, hace peligrar las zonas ancestrales y la salvaguarda de las comunidades indígenas originarias y su entorno natural dado el alto impacto ecológico que generan las actividades extractivistas y de agroindustria; un claro ejemplo es el proceso al que se ve sometido el contexto del TIPNIS,

El conflicto actual sobre la situación del Parque Nacional Isiboro Secure (TIPNIS), es producto de las acciones del gobierno boliviano y su empeño en la construcción de una carretera que atraviesa el territorio indígena de dicho parque. La finalización del proyecto conllevara graves impactos medioambientales a causa de la desforestación y el acceso del monocultivo (hoja de coca), los proyectos petroleros y la evidente migración de las poblaciones indígenas. A esta grave situación del TIPNIS, pueden añadirse un elevado número de experiencias concretas de comunidades que luchan por los derechos de la Naturaleza, los suyos propios y su acceso a la Tierra.

Para afrontar estos retos, existe una labor consensuada de comunidades indígenas que unen sus fuerzas para ejercer su derecho de pertenencia a un municipio a través de su identificación y se manifiestan mediante pacíficas y organizadas movilizaciones; en la más cercana actualidad es la Nación Q’hara Q’hara quien está encabezado una marcha del Sucre a La Paz en protesta por la vulneración de los derechos de los pueblos indígenas. Esta Marcha cuenta con once resistencias indígenas llegadas de toda Bolivia demandando la titulación colectiva de sus territorios, el paro de grandes obras como la carretera del TIPNIS y denunciando cualquier otra vulneración de los derechos a la Naturaleza. Esas reivindicaciones están experimentando la reacción del Estado quien está ejerciendo grandes presiones sobre las mismas, llegando a incurrir en los Consejos Indígenas a través de los sindicatos cocaleros a favor de los intereses de los productores de coca y a negar el alojamiento por parte de otras comunidades a los marchantes.

El Estado Plurinacional de Bolivia se enfrenta en la más rotunda actualidad a una grave y delicada situación socio-cultural. La población indígena está dividida por distintos intereses marcados por el sistema capitalista o por la reclamación de derechos ancestrales, dos bloques que están creando una imponente fricción y que irremediablemente tendrá repercusiones en las urnas el próximo mes de octubre de 2019. El socialismo comunitario del MAS, encabezado por Evo Morales y A. García Linera, ha creado una de las mayores desilusiones en las comunidades indígenas de Bolivia.

Conclusiones

El ideal marxista que desde el MAS se ha querido instaurar en Bolivia con el fin de perseguir un objetivo de nación equilibrada, ha sido planteado desde la idea de Vivir Bien mediante una aleación de elementos filosóficos y simbólicos indígenas con el ideal europeo de izquierdas (marxismo), sin haber tenido en cuenta la característica boliviana de multiculturalidad más que de clases. Desde este planteamiento se ha querido abrir una vía de modernización indígena con el propósito de encontrar un equilibrio entre lo ancestral y lo actual, entre la comunidad y el capital, prácticas que han conducido a una división del pueblo boliviano indígena. La respuesta de los ayllus no se ha hecho esperar nunca a lo largo de la Historia, y no está siendo de otra manera en la actualidad, queriendo demostrar que lo indígena no se deja modernizar. Quizás el gobierno de Morales y García Linera deba dirigir su proyecto no hacia una mezcla de saberes culturales sino, plantear una yuxtaposición cultural, respetando las características indígenas sin crear una obligatoriedad de disimulada “aculturación”.

El ideal marxista que desde el MAS se ha querido instaurar en Bolivia con el fin de perseguir un objetivo de nación equilibrada, ha sido planteado desde la idea de Vivir Bien mediante una aleación de elementos filosóficos y simbólicos indígenas con el ideal europeo de izquierdas (marxismo), sin haber tenido en cuenta la característica boliviana de multiculturalidad más que de clases. Desde este planteamiento se ha querido abrir una vía de modernización indígena con el propósito de encontrar un equilibrio entre lo ancestral y lo actual, entre la comunidad y el capital, prácticas que han conducido a una división del pueblo boliviano indígena. La respuesta de los ayllus no se ha hecho esperar nunca a lo largo de la Historia, y no está siendo de otra manera en la actualidad, queriendo demostrar que lo indígena no se deja modernizar. Quizás el gobierno de Morales y García Linera deba dirigir su proyecto no hacia una mezcla de saberes culturales sino, plantear una yuxtaposición cultural, respetando las características indígenas sin crear una obligatoriedad de disimulada “aculturación”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Acosta Espinoza, A. y Martínez, E., (2009) El Derecho de la Naturaleza. El futuro es ahora, Quito, Abya Yala. Acosta Espinoza, A. y Martínez, E., (2009), EL Buen Vivir, una vía para el desarrollo, Quito, Abya Yala.

Acosta Espinoza, A. y Martínez, E., (2009), EL Buen Vivir, una vía para el desarrollo, Quito, Abya Yala.

Álvarez Cuartero, I., Conflicto, negociación y resistencia en las Américas, Universidad de Salamanca- AEA, España, 2017.

Carvalho, W. Roberto y Friggeri, F. Pablo, (2015), Heterogeneidad estructural y Socialismo del Buen Vivir, Polis, nº 40, p. p. 1-15.

Chivi Vargas, Idón M., Bolivia. Nueva Constitución política del Estado. Conceptos elementales para su desarrollo, Vicepresidencia del Estado Plurinacional, 2010.

Colque Fernandez, Gonzalo, (2005), Construyendo normas y derechos sobre la tierra, La Paz, Fundación Tierra,

Dongil Martín, M., (2018), Buen Vivir, heterogeneidad y ética para un nuevo humanismo global, Religación. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol.3, nº10, Junio, p.p. 51-60.

García Linera, Álvaro, (2014), Identidad Boliviana. Nación, Mestizaje y Plurinacionalidad, La Paz, Vicepresidencia del Estado Plurinacional.

García Linera, A., Chavez León, M., Costas Monje, P., Sociología de los movimientos sociales. Estructuras de movilizaciones, repertorios culturales y acción política, Plural Editores, La Paz, 2010.

García Linera, A., Socialismo comunitario. Un horizonte de la época, Vicepresidencia del Estado. Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Bolivia, 2015.

García Linera, A., La potencia Plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia, CLACSO- Prometeo, Buenos Aires, 2008.

García Linera, A., (2006), La política de los movimientos sociales en Bolivia, ICONOS Revista de Ciencias Sociales, nº25, p.p. 91-107.

Gómez, L.A., (2006) La disputa por el tiempo. El Pachacuti en marcha en Bolivia, Movimiento indígena en América Latina: resistencia y proyecto alternativo, vol. II, p.p. 437-443.

Guarachi Huanca, P., (2005), La vida en torno a la tierra, La Paz, Fundación Tierra.

Huanacuni Mamani, F., Buen Vivir/Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas, CAOI, Lima, 2010.

Huanca Salles, C., (2017), Reconstrucción del Ayllu: Los desafíos del movimiento indígena en Bolivia bajo el socialismo del s. XXI, Lasaforum, vol. 48.

IPDRS, Informe 2017. Acceso a la tierra y territorio en Sudamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela), IPDRS, La Paz, 2017.

López García, J. y Gutiérrez Estévez, M., América Indígena ante el siglo XXI, Fundación Carolina, Madrid, 2009.

Pérez Cubero, M. E., (2018), Sociedad y Naturaleza. Perspectiva de la riqueza natural de América Latina y la política ambiental del constitucionalismo andino, Religación. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 3, nº 10, Junio, p.p. 35-49.

Ramírez Gallegos, J. y Stefanoni, P., (2006), La política de los movimientos sociales en Bolivia. Diálogo con Álvaro García Linera, Iconos. Revista de ciencias Sociales, Quito, nº25, p.p. 91-107.

Rivera Cusicanqui, S., Ch’ixinakaxutxiwua: una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores, Tinta y Limón, Buenos aires, 2010.

Rivera Cusicanqui, S., Un mundo Ch’ixi es posible. Ensayos desde un presente en crisis, Tinta y Limón, Buenos Aires, 2018.

Notas

1 Katarismo e indianismo son corrientes políticas nacidas durante los años setenta que surgen como respuesta al colonialismo, desde una emergencia ”india” que debía surgir desde la conciencia indentitaria aymara
2 Forma Valor, forma comunidad fue escrito durante su encarcelación en los años 90, tras la desarticulación de EGTK..
3 Entendiendo males crónicos como la herencia colonial, dirigiendo un discurso descolonizador y sustentado en la recuperación de los valores indígenas.
4 Desde la época colonial las tierras comunales indígenas les fueron expropiadas a favor del latifundio y la creación del sistema de haciendas. Actualmente, a causa de la incursión de petroleas, hidrocarburos y los sindicatos cocaleros, se continúan invadiendo territorios y recursos de uso común para los ayllus.
5 En la actualidad el sistema cocalero está suponiendo una “abrasión” de las tierras comunales indígenas en Bolivia, hasta el punto de crear una alarmante división indígena entre cocaleros y ayllus originarios..
6 El Vivir Bien o vida en comunidad y armonía, fue recogido en el texto constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia en el año 2009.
7 Socialismo Comunitario, es un término complejo que se antoja a ser investigado más a fondo, pero desde mi perspectiva lo acojo como una forma de unificar a la diversidad poblacional de Bolivia con fines de una nuva creación de Estado- Nación. Se trata de un concepto que pretende agrupar e incluso “homogeneizar” lo diverso bajo el velo del significado tradicional de “socialismo” y la característica especifica de “comunidad” de los pueblos indígenas bolivianos.
8 Saneamiento: Proceso técnico-jurídico que se aplica en el Estado Plurinacional de Bolivia con el objetivo de regular el derecho a propiedad sobre la tierra.
HTML generado a partir de XML-JATS4R por