Tema

LAS ARTES COMO FORMA DE RESISTENCIA EN TIEMPOS PANDÉMICOS

THE ARTS AS A FORM OF RESISTANCE IN PANDEMIC TIMES

Eva Marxen a
School of the Art Institute of Chicago, Estados Unidos

LAS ARTES COMO FORMA DE RESISTENCIA EN TIEMPOS PANDÉMICOS

Quintana: revista do Departamento de Historia da Arte, núm. 21, pp. 1-23, 2022

Universidade de Santiago de Compostela

Resumen: En el presente artículo mostramos cómo las artes han servido como forma de resistencia para enfrentar los efectos de la pandemia y del confinamiento. Desde 2020, la pandemia del Covid-19 ha reificado las injusticias sociales previamente existentes. Varios colectivos han organizado formas de resistencia para oponerse a las desigualdades y formas de opresión. Como ejemplo concreto se ofrece la red de la comunidad filipina en Barcelona, Cataluña/España. Esta comunidad se ha visto especialmente afectada por el Covid-19 debido a su empleo predominante en sectores de servicios, a menudo en condiciones de explotación que reflejan los legados del colonialismo. A través de una metodología etnográfica, en el marco de la antropología gramsciana y un enfoque decolonial, este trabajo analiza tanto el impacto del Covid-19 en esta comunidad como sus formas de resistencia. Se pone especial énfasis en las y los jóvenes de dicha comunidad y cómo han hecho uso de las artes para resistir los perjuicios de la pandemia. Para conseguir dicho objetivo se recurre al arte crítico, así como a varios principios de la arteterapia.

Palabras clave: Artes, resistencia, pandemia, arte crítico, arteterapia, etnografía, antropología.

Abstract: In this article we show how the arts have served as a form of resistance facing the impacts of the pandemic and confinement. Since 2020, the Covid-19 pandemic has reified previously existing social injustices. Several collectives have organized forms of resistance to oppose inequalities and forms of oppression. As a concrete example, the network of the Filipino community in Barcelona, Catalonia/Spain, is offered. This community has been especially affected by Covid-19 because of their predominant employment in service sectors, often in a condition of exploitation that reflect the legacies of colonialism. Through the method of ethnography and within the framework of Gramscian anthropology and a decolonizing approach, this paper analyzes both the impact of Covid-19 on this community and their forms of resistance. Special emphasis is placed on the adolescents of the community and how they have made use of the arts to resist the impacts of the pandemic. To achieve this goal, the concept of critical art is used, as well as various principles of art therapy.

Keywords: Arts, resistance, pandemic, critical art, art therapy, ethnography, anthropology.

INTRODUCCIÓN

El presente estudio se basa en una investigación etnográfica realizada desde junio de 2020 y cuya continuación se prevé hasta 2023.

Se trata de una etnografía multi-situada que incluye los impactos de la pandemia en la comunidad filipina en Barcelona, así como en Filipinas. Lo multi-situado comprende también los vaivenes entre la investigación participativa presencial y virtual, ya que las restricciones pandémicas de contactos sociales han impuesto el cambio a la investigación virtual.

En el año 2020, pude recuperar la red de contactos conformada en una investigación anterior vinculada con mi tesis doctoral ( Marxen 2012 y 2013a). Se trataba de una etnografía multi-situada realizada durante cinco años entre Cataluña (radicada en Barcelona) y Filipinas (principalmente la zona metropolitana de Manila, la provincia de Batangas y la ciudad de Los Baños).

En el marco de esa investigación desarrollé el método de la etnografía desde el arte ( Marxen 2018, 2012, 2009) para poner énfasis en las creaciones artísticas de los participantes en el proceso de investigación, otorgándoles un rol activo en el trabajo de campo.

En el artículo presente el enfoque radica en los jóvenes de la comunidad filipina en Barcelona y sus empeños en diferentes formas artísticas como la música, la escritura creativa y particularmente las artes plásticas. Mostramos cómo las artes han sido un recurso útil para los adolescentes como forma de resistencia para enfrentar las aflicciones resultantes de la pandemia y el confinamiento.

Para demostrar dicha cualidad y potencialidad de las técnicas artísticas, recurrimos a la teoría del arte, la filosofía política, la hermenéutica, las ciencias sociales y políticas. Resumimos las elaboraciones sobre las confluencias entre el arte y la antropología contemporáneas. Además, incluimos a la Sociología de la imagen desarrollada por Silvia Rivera Cusicanqui ( Cusicanqui 2018) en el contexto de las descolonizaciones de la investigación.

Asimismo, enlazamos la etnografía con algunos de los principios de la arteterapia crítica de orientación psicoanalítica con una comprensión antropológica ( Marxen 2018 y 2020b). Aunque la población juvenil filipina que conformó este estudio no eran usuarios de la arteterapia institucionalizada, sí recurrieron por su propia cuenta a los principios más esenciales de la arteterapia relacionados con el empoderamiento, la exploración de significados e identidades, la expresión de emociones, la auto-reflexión, las inter-subjetividades, el poder expresivo y la sublimación.

METODOLOGÍA

Etnografía multi-situada

Como ya se ha mencionado previamente, se ha llevado a cabo una etnografía multi-situada, enlazándola con una etnografía previa ( Marxen 2012 y 2013a). Ambas investigaciones son unipersonales, es decir llevadas a cabo por mí como única investigadora.

Para el trabajo presente, se han investigado los impactos de la pandemia en la comunidad filipina en Barcelona, en Filipinas y a un nivel global. Esto se ha logrado mediante el estudio de la prensa local (catalana/española), filipina e internacional, libros académicos y populares recientes sobre la pandemia, así como artículos académicos sobre Covid. Aunque no se citarán todas estas fuentes en el texto, todas ayudaron a ampliar la comprensión de los procesos y las dinámicas relacionadas con Covid. Condujeron a más conocimientos y ampliaron el horizonte epistemológico sobre la pandemia (Marxen en prensa). Al mismo tiempo, se ha trabajado con participantes de diferentes edades (adolescentes y adultos), de distintas procedencias (Filipinas, Barcelona) y ámbitos (trabajo comunitario, mediación, política local/ayuntamiento, enfermería, antropología médica, educativo). De este modo se puede definir una pluralidad de políticas, estrategias y alternativas articuladas o inarticuladas. Según Marcus ( Marcus 1998), se trata de crear una yuxtaposición de varios lugares y contextos concebidos etnográficamente. A través de las yuxtaposiciones, se exploran todos los posibles resultados y se ponen en diálogo lo que a menudo aparece fragmentado ( Marxen 2012).

Lo multi-situado comprende también los vaivenes entre la investigación participativa presencial y virtual, ya que las restricciones pandémicas de contactos sociales han impuesto el cambio a la investigación virtual ( Hernán García, Lineros González y Ruiz Azarola 2021; Zambrano 2021; Fradejas García et al. 2020; Lupton 2020; Mansilla 2020; Meneses Cárdenas 2020; Montes de Oca y Gómez Rojas 20201).

Las ventajas de la presente investigación que facilitaron el cambio al formato virtual fueron en primer lugar, el trabajo de campo con adolescentes y jóvenes adultos que ya antes de la pandemia estaban acostumbrados a las modalidades diversas de comunicación y participación en línea (véase por ejemplo Feixa 2014).

En segundo lugar, resultaba beneficioso el hecho de haber podido recuperar en el año 2020 la red de contactos conformada en una investigación anterior vinculada con mi tesis doctoral ( Marxen 2012 y 2013a). Se trataba de una etnografía multi-situada realizada durante cinco años entre Cataluña y Filipinas, en la que se analizaban tanto las realidades inmigratorias y las dinámicas emigratorias, así como los flujos y las prácticas transnacionales ( Sayad 2010). Durante esta época pude establecer contactos de confianza y de profundidad, la base para el estudio actual 2. Los contactos previos asimismo ayudaron a contextualizar la vasta oferta de eventos híbridos u online para seguir. En este sentido, destacó el debate online trasmitido desde Filipinas Talakayang Bayan para Kalusugan. Isang Bayan, isang Laban sa COVID, isang Tunguhin sa Kalusugan (8 de mayo de 21; Encuentro comunitario para la salud: una nación, una lucha contra el Covid, una misión para la salud) organizado por Sambayan, una nueva coalición política que compite contra cohortes del actual presidente de extrema derecha Duterte para las elecciones de 2022. El evento fue moderado por Michael Tan, destacado antropólogo médico de la Universidad de Filipinas, a quien conocí en su universidad durante mi estadía en Filipinas 2009/2010 y con cuyos escritos he trabajado desde entonces.

Además, seguí la ceremonia híbrida del Ayuntamiento de Barcelona (18 de diciembre de 2020), en la que premiaron entre otros a Macrina, líder de la comunidad filipina, como la ganadora de la medalla de méritos en migraciones. Con ella trabajé tanto en la primera como la actual etnografía.

Como última ventaja para el formato de investigación online ha sido útil el enfoque en las producciones artísticas de los implicados. Como antropólogos y etnógrafos debemos recurrir a nuestras habilidades para trabajar con objetos culturales y sus procesos sociales, así como para “rediseñar lo que ya se ha diseñado” ( Marxen 2012; Marcus 1998). Lo visual se convierte en campo ya que se trata de representaciones simbólicas, con potencial de resistencia ( Montes de Oca y Gómez Rojas 2020; Cusicanqui 2018). Además, moviéndonos en lo digital, la escritura no constituye el remedio de expresión hegemónico ( Meneses Cárdenas 2020).

Participación, participantes y relaciones sociales prolongadas

De junio a diciembre de 2020, así como de mayo a septiembre de 2021 y de diciembre 2021 a febrero 2022, pude realizar una observación participante presencial en el Raval de Barcelona. Mi observación participante se basa en primer lugar en haber sido residente y vecina del Raval Norte desde 2005. Este barrio es el centro de la comunidad filipina. Mi lugar está rodeado de vecinos filipinos, iglesias, negocios y centros comunitarios. En la arquitectura tan densa de las viviendas del Raval, puedo escuchar constantemente a mis vecinos de origen filipino comunicándose por patios y balcones.

Cuando las cifras de contagios volvieron a alcanzar su punto máximo en noviembre de 2020 en Barcelona, dos de mis entrevistas formales tuvieron que realizarse virtualmente (mediante la aplicación Zoom), para poder respetar el distanciamiento social.

Debido a mis compromisos académicos, continué mi etnografía en línea desde Chicago desde diciembre de 2020 hasta mayo de 2021 y nuevamente a partir de finales de febrero 2022 hasta el presente.

En total, entrevisté en profundidad a cinco personas, cuatro de la comunidad filipina de Barcelona y la secretaria del Consejo Municipal de Inmigración del Ayuntamiento de Barcelona. Las entrevistas fueron grabadas y transcritas literalmente para su posterior análisis. Las grabaciones y/o transcripciones fueron luego enviadas a los participantes. Todas las entrevistas estaban abiertas, con algunas preguntas iniciales sobre el impacto de Covid y de las restricciones sociales en la comunidad filipina y sus formas de resistencia.

Salvo una más corta, todas las entrevistas duraron más de una hora. Eran principalmente en español. Con todos los participantes hubo un seguimiento por Whatsapp 3 y correo electrónico sobre los distintos temas que habían salido en las entrevistas.

Las entrevistas formales en persona se denominan en el texto BCN/INICIALES/AÑO y las entrevistas en línea OL/INICIALES/AÑO.

Además, pude entablar conversaciones informales con 10 miembros activistas, algunos de ellos pertenecientes a la comunidad filipina y otros residentes en el barrio del Raval. Dichos contactos se desplegaron según el sistema de bola de nieve. A partir de las personas contactadas en mi etnografía anterior (2007-2012), pude ampliar mis conexiones a nuevos círculos sociales. Volví a conectar por Whatsapp con dos participantes que se habían convertido en amigos cercanos. Ambos se habían mudado lejos de Barcelona después de 2012. Me reconectaron con amigos en Barcelona. Estos contactos iniciales llevaron a los siguientes participantes, ampliando el círculo que creció como una bola de nieve.

El formato de entrevistas abiertas había sido elegido para flexibilizar la relación de poder entre el participante y la investigadora. Además, en el texto, en gran medida se ha dado voz a las personas entrevistadas de una manera sustancial y sin editar.

Se trata de "decir más" dejando hablar a los demás como alternativa a la autoridad fonológica de la etnógrafa. La polifonía intenta relativizar la distancia entre los discursos de los dominantes y los dominados ( Clifford y Marcus 2010; Bakhtin 1981, 1984). Si bien la modalidad polifónica permite diferentes voces sin censura, no cuestiona del todo la propia representación y, por tanto, el conocimiento etnográfico. Debemos ser conscientes de las falsas democratizaciones y no debemos ceder a ellas acríticamente. Durante el proceso de investigación y publicación, el investigador inevitablemente tomará alguna decisión importante sobre el uso de los datos a favor de su propio propósito.

En la misma línea, se han incluido como material etnográfico distintas creaciones de los participantes, como sus artículos en prensa y se ha prestado especial atención a sus creaciones artísticas.

Particularmente a través de la visibilización de su expresión artística y también de sus palabras, se da espacio a la agencia de los participantes. La etnografía se transforma en una relación social prolongada y potencia las colaboraciones entre el investigador y el investigado ( Marxen 2018, 2012; de Martino 2008).

Otro objetivo principal de la etnografía es obtener una comprensión de “cómo las personas lidian con los significados” y cómo intentan “darle sentido a su experiencia”. Para ello, necesitamos un compromiso con las personas, construyendo “empatía de forma ‘intensiva e imaginativa’” ( Tan 2008, 5, 11).

En primavera de 2022 realicé un seguimiento con un enfoque directo a las artes realizadas por jóvenes de la comunidad filipina: Concretamente, he vuelto a entrevistar a una adolescente. Al mismo tiempo, he llevado a cabo conversaciones presenciales, así como conversaciones por Whatsapp con adultos de la comunidad filipina quienes están trabajando directamente con los jóvenes y quienes saben informar sobre sus últimos avances artísticos. Con su ayuda, pude ampliar la información sobre las actividades culturales y artísticas públicas como exposiciones, conciertos y la ópera del Liceu en Barcelona en las que participan los jóvenes y algunos incluso la protagonizan.

Narrativas alternativas y las artes

Dentro de las relaciones etnográficas, se deben crear espacios para mostrar las narrativas alternativas y de resistencia. Estos espacios ofrecen modelos diferentes, opuestos a la hegemonía, capaces de deconstruir las vidas institucionalizadas y las situaciones de dominación. Se pueden modificar las identidades dominantes y reforzar la agencia, entendida como capacidad de (auto)determinación. Se alcanza un “lenguaje menor” en el sentido de Deleuze y Guattari ( Deleuze y Guattari 1978), que se encuentra en los márgenes del pensamiento mayoritario, refractándolo y activando sus potenciales escondidos ( Marxen 2018, 2012; Fortun 2010; Tyler 2010; Marcus 1998).

Las artes han sido consideradas espacios ideales para la refracción de los discursos hegemónicos porque son capaces de desterritorializar sentidos, formas y significaciones para después reterritorializarlos de una manera distinta que abre nuevas perspectivas para el futuro ( Deleuze y Guattari en Marxen 2020b; Carnevale 2013).

Arte y antropología contemporáneas

La lista de referencias sobre las confluencias del arte y la antropología contemporáneas es larga y ha crecido significativamente en las últimas dos décadas, tal como se manifiesta en los números especiales “La antropología de la imagen: intrusiones mutuas entre el arte, la filosofía y la antropología” (editado por Andrade y Elhaik 2018) y “El arte de las prácticas de investigación entre el arte y la antropología” (editado por Rikou y Yalouri 2018).

Centrándose en los encuentros entre el arte contemporáneo y la antropología, García Canclini ( García Canclini 2010) describió el “giro etnográfico”, es decir artistas que se apoyan en prácticas de investigación etnográfica (antes mencionado por Foster 1995, 305) y el “giro transdisciplinario” en el arte contemporáneo que construye puentes entre las artes, la antropología y la sociología. En particular, los artistas han impulsado la etnografía y la antropología para ir más allá del logocentrismo en las preocupaciones representacionales sin resolver aún el autoritarismo de la representación en sí ( Marxen 2020b, 2012, 2009; Basu y Macdonald 2007). Tanto el arte como la antropología emplean métodos experimentales, colaborativos, participativos y sociales. Además, ambos tienden a estéticas de proyectos y prácticas de cierre incierto, de “laboratorio abierto”, que permiten la ambigüedad. Inevitablemente introducen el concepto del proceso abierto, es decir, creativo. Aspiran a conceptualizaciones y diseminaciones sociales, multi-situadas y participativas ( Marcus 2010).

Uno de los logros importantes de las artes consiste en ofrecer experiencias epistemológicas ( Marxen 2020b, 2018; García Canclini 2010; Buck-Morss 2011) en el sentido que “los procesos artísticos son lugares epistemológicos en los que arte y sociedad, estética y sociología, revisan sus modos de hacer y conocer” ( García Canclini 2010, 225).

Muchos artistas y antropólogos contemporáneos comparten el afán de oponerse a narrativas totalizadoras, dominantes, así como respuestas universalizables con el fin de destotalizar sus obras o textos ( García Canclini 2010; Marxen 2020b, 2018).

Ambas partes han coincidido en la deconstrucción de conceptos clave como la investigación, la participación, la colaboración, la alteridad, el transnacionalismo, la crítica institucional, el archivo y archivismo.

Descolonizar la investigación

Los procesos mencionados se oponen a las metodologías extractivistas, que “extraen información de los objetos de investigación de manera muy similar a las industrias mineras que extraen minerales y petróleo de la naturaleza” ( Sousa Santos 2018, 14-5, traducido por la autora del inglés).

“Al ofrecer contrarrelatos y diferentes formas de ver el mundo, se genera una investigación emancipadora” ( Thyson 2003, 72, traducido por la autora del inglés; Brown y Strega 2015; Tuhiwai Smith 1999). De este modo, se puede otorgar agencia a los participantes, tal como se han descrito previamente los objetivos de la etnografía.

La investigación descolonizadora incluye una co-construcción de significado. En la presente etnografía hacemos especial justicia a ello colaborando en la visibilización de las creaciones artísticas. Después de la primera entrevista con Katrina en 2020, nos comunicamos por correo electrónico y Whatsapp 4 sobre el proceso creativo y el significado de sus obras de arte. Luego, hicimos un seguimiento en 2022. Con Nats, tuvimos una dinámica recíproca de citarnos mutuamente los artículos sobre la creación artística durante la pandemia.

De acuerdo con la Sociología de la imagen de Cusicanqui ( Cusicanqui 2018, 88), no vemos en las imágenes “tan solo fuentes de apoyo, que solo ilustran las interpretaciones más generales de la sociedad” sino las comprendemos “como piezas hermenéuticas en y por sí mismas…”. Las imágenes resultantes pueden sobrepasar lo verbalmente establecido más allá de un único significante determinante, abriendo nuevos significados y posibilidades ( Marxen 2020a, 2012). Al mismo tiempo, pueden mostrar las fracturas de los discursos normativos, y la manera en que el mundo es, en lugar de cómo debería ser ( Cusicanqui 2018). Sin embargo, el uso de imágenes (ya sea produciéndolas o reutilizándolas) no implica automáticamente un enfoque crítico. Éste más bien requiere incluir la consciencia de eventuales “falsas democratizaciones” e instrumentalizaciones ( Delgado 1999; Marxen 2020a y b, 2018; Bourdieu y Haacke 1994).

Con la oralidad, junto con la producción de nuevas imágenes y la relectura de imágenes existentes, se puede constituir una práctica descolonizadora que puede recuperar recuerdos reprimidos y proyectos alternativos. Estas prácticas son comunicativas y dan espacio a una multiplicidad de personas y colectivos, para que sus historias alternas emerjan con una pluralidad de significados. Los discursos proliferantes se despliegan en varias direcciones, y no son colapsados en una determinación lineal y unidimensional. Con las artes se pueden expresar momentos que han permanecido rebeldes “al discurso integrador y totalizante de la ciencia social y sus grandes narrativas” ( Cusicanqui 2018, 88).

Con esta comprensión de las imágenes en la antropología extendemos lo multi-situado también, metodológicamente, a las artes.

El arte como forma de resistencia

Exploramos las artes como forma de resistencia, concretamente en el contexto de un grupo de jóvenes de la comunidad filipina en Barcelona. Miramos cómo les ha servido para enfrentar las aflicciones resultantes de la pandemia y el confinamiento.

Para demostrar dicha capacidad del arte, recorrimos a la teoría del arte, la filosofía política, la hermenéutica, las ciencias sociales y políticas, así como la arteterapia.

En primer lugar, las artes tienen una mayor eficacia simbólica en comparacióncon lo verbal. Tienen un plus de libertad que le permite sobrepasar lo que estaverbalmente pautado, denunciar un malestar en el presente que abre y anuncia, al mismo tiempo, horizontes a posibles alternativas: una libertad futura. Asimismo, pueden condensar diferentes tiempos en una sola obra ( Marxen 2016; Vattimo 2005; Gadamer 1997). Para ello, es preciso que cumplan con lo que Mouffe ( Mouffe 2007, 67) ha llamado un “arte crítico”. De acuerdo con la politóloga, el término “arte crítico” tiene preferencia por encima de “arte político”, debido a que éste último se considera redundante y lleva inevitablemente a una topología incorrecta. Todo el arte acoge una dimensión política, ya que refleja un orden simbólico determinado. Al mismo tiempo, la política siempre acoge una dimensión estética en el orden simbólico de las relaciones sociales. Las artes nunca existen en un vacío cultural. Siempre están interconectadas con las estructuras de una sociedad, a las que pueden reificar o desafiar. El arte crítico se opone a los mecanismos de control y opresión de la sociedad, desafiando los discursos sociales hegemónicos en el sentido de Gramsci, facilitando espacios para la resistencia, las alternativas, y eventualmente el potencial para el cambio. Varias autoras ( Marxen 2020b, 2018, 2016, 2013b; Mouffe 2007 y Longoni 2011) reflexionan en este sentido y han identificado diferentes formas y posibilidades en la práctica del arte crítico, siendo el “arte activista” la más obvia, pero no la única manera de usar el arte para oponerse a la opresión. Longoni, ( Longoni 2011) por ejemplo, discute una “politicidad” en las artes.

En otro lugar ( Marxen 2016) ya he mostrado cómo el arte puede ser un medio para que los subalternos 5 puedan hablar y ser escuchados. Recurriendo a Guattari y Negri ( Guattari y Negri 1996) y Foucault ( Foucault 2001), resalté las capacidades de los sujetos vulnerables para desafiar el orden dominante y el discurso hegemónico. Han tenido una experiencia directa con la indiferencia del sistema. Debido a esto, sus conocimientos son corporalizados, de la experiencia o vivencia misma y menos del fruto de un aprendizaje formal y textual. Para Negri y Guattari ( Guattari y Negri 1996) las subjetividades marginalizadas son los mejores analizadores del dominio capitalista. Sus imágenes, su expresión no son tanto ideológicas sino más bien corporalizadas. Son subjetividades muy propensas a encontrar nuevas formas de expresión y de creación. El arte, por su eficacia crítica y simbólica, es especialmente idóneo para representar estas experiencias más allá del mainstream, capaz de refractar el discurso dominante, hegemónico ( Marxen 2016).

Además, las artes han sido consideradas espacios ideales para el desarrollo de la subjetividad porque son capaces de deconstruir los discursos dominantes y de “romper sentidos, formas y significaciones” tanto en el ámbito personal como en el social, estando ambos permanentemente imbricados. “Mediante la decodificación y la desterritorialización, las artes pueden funcionar como máquinas deseantes” ( Deleuze y Guattari en Marxen 2020b, 101).

Arteterapia

Las artes relacionadas con la subjetividad nos llevan a los principios de una arteterapia crítica de orientación psicoanalítica con una comprensión antropológica ( Marxen 2018, 2020b). Se trata de un funcionamiento no-directivo con las condiciones necesarias para un trabajo subjetivo orientado a sostener la capacidad de simbolización (véanse los detalles del funcionamiento en Marxen 2011). Concretamente alude al “espacio potencial” en el sentido de Winnicott ( Winnicott 1971 y 2003). La parte antropológica consiste en la visión crítica del discurso dominante de la hegemonía en el sentido gramsciano ( Gramsci 1981), concretamente del discurso biomédico y sus instituciones de diagnóstico (por ejemplo, El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM, por sus siglas en inglés). Gramsci ya había considerado la enfermedad como un proceso socio-político así como la incorporación de las desigualdades sociales. Según este autor, el cuerpo era un terreno de conflictos de hegemonía ( Pizza 2005).

Con la ayuda de Winnicott y sus referencias a la deprivación social, una combinación de sus ideas psicoanalíticas y las etiologías sociopolíticas del malestar, tanto a nivel práctico/clínico y teórico, es posible lograr un espacio potencial de arteterapia crítico hacia los discursos dominantes (ver también Loewenthal 2015). En este espacio potencial, los participantes pueden sentirse aceptados y lo suficientemente cómodos para crear sus narrativas con el fin deconstruir vidas institucionalizadas y situaciones de dominación. Para este fin, se reconocen seriamente los saberes de los participantes para no considerarlos como portadores de faltas o víctimas. Como resultado, su agencia como capacidad de autodeterminación es fortificada, de modo que puedan desarrollar o intensificar sus maneras de resistencia.

Como señalamos anteriormente, aunque los jóvenes filipinos que participaron en este estudio no eran usuarios de la arteterapia institucionalizada, sí se sirvieron autónomamente de los principios más esenciales de la arteterapia: el empoderamiento, la exploración de significados e identidades, la expresión de emociones, la concienciación, la auto-reflexión, las inter-subjetividades y el poder expresivo ( Leavy 20156).

Las artes les han servido como “escudo y defensa” (Sisma 2021, 36, traducido por la autora del inglés) y gracias a ellas los adolescentes han podido encontrar “una salida para sobrevivir a la sombría realidad de la pandemia”.

Por añadidura, la arteterapia se basa en el concepto de la sublimación ( Kramer 1998, 1993, 1982; Marxen 2011), entendiendo la misma como elaboración subjetiva de un posible traumatismo u otros acontecimientos, ya que las artes apoyan a los individuos para dar sentido a estas ocurrencias, como por ejemplo frente a la pandemia, de forma constructiva. Además, a los jóvenes de la comunidad filipina se les ha aportado un reconocimiento social con sus éxitos en los concursos, publicaciones y conciertos desarrollados ( Laplanche 1987; Marxen 2011).

De esta manera, las artes han podido operar como puente al mundo externo. Estando confinados, a través de internet los jóvenes artistas han podido crear y mantener estos puentes por medio de su participación en concursos de arte, la transmisión de su música online, así como la publicación de sus escritos ( Sisma 2021).

RESULTADOS

En España, el confinamiento del 13 de marzo 2020 obligó a millones de estudiantes a quedarse en casa durante casi tres meses. El confinamiento con restricciones totales o parciales de socialización conformaron el entorno para que, entre algunos jóvenes, las artes se convirtieran en un mecanismo de supervivencia. A continuación, describimos algunos testimonios que dan cuenta de esta experiencia:

Nats me dijo (OL/N/21) que tiene “tres historias centradas en tres adolescentes de Kudyapi”, la asociación cultural filipina conocida por su coro juvenil en Barcelona. Las actividades artísticas han sido publicadas en la revista The Filipino Expat Magazine por Nats Villaluna Sisma ( Sisma 2021).

“Aislados del mundo exterior, los niños y adolescentes no tuvieron más remedio que buscar formas de adaptarse, ajustarse y sobrellevar la situación”. Ellos, "ya sea por casualidad o por elección, usaron este 'aislamiento' para exprimir sus jugos artísticos y mantener intacta su cordura".

Amber Ocampo, de 16 años, se contagió con Netflix durante los primeros días del confinamiento. No había manera de saber cuándo podría volver a ver a su novio, a sus amigos o ir a sus partidos de voleibol o reanudar su práctica coral. Amber prefirió que la dejaran sola en el refugio solitario de su habitación. Empezó a preocuparse por cosas al azar. Acostumbrada a tener una vida activa, su moral comenzó a desmoronarse. A medida que se prolongaba el encierro, Amber se perdía lentamente a sí misma. Comía, miraba Netflix, dormía y discutía con su madre. Se sintió incomprendida. “Literalmente me sentía tan deprimida que lloraba todas las noches. Me sentí como un don nadie durante esos días. Ya no quería existir”. Una noche, tratando de ahogar sus penas, agarró su guitarra y comenzó a tocar, rasguear y tararear ( Sisma 2021, 36, traducido por la autora del inglés)

Eduard Caringal de 13 años elaboró el impacto de la pandemia en su primera novela. Pasar la mayor parte del tiempo solo en su habitación le dio a Eduard la oportunidad de reflexionar sobre sí mismo y sobre la vida en general.

Me di cuenta de que el mundo solo gira en torno al dinero. Me enfada que aún tengamos que pagar la hipoteca de la casa, aunque mi padre se haya quedado sin trabajo. Si no pagamos, nos echarán de nuestra casa. Si nos echan, tendremos COVID en la calle ( Sisma 2021, 38)

En el contexto local y global, la pandemia del Covid-19 ha reificado las injusticias sociales previamente existentes ( Ortega y Orsini 2020; Žižek 2020; de Moura Costa Matos y García Collado 2020; Marxen en prensa). Entre otros colectivos, la comunidad filipina en Barcelona, se vio especialmente afectada debido a su empleo predominante en sectores de servicios y del cuidado, a menudo en condiciones de explotación que reflejan los legados del colonialismo (1565-1898). Como consecuencia de esta situación, la pandemia llevó a un desempleo masivo cuando los negocios de restauración y turismo cerraron en marzo de 2020. Igualmente en el ámbito del servicio doméstico había bajas masivas. Algunos miembros de la comunidad filipina se vieron expuestos a pérdidas existencialistas como el hogar o de no tener suficiente comida para ellos y sus hijos (OL/M/21; BCN/FA/21; OL/N/21).

Sobre todo al inicio de la pandemia, las cuidadoras y enfermeras estaban expuestas a una falta seria de medidas de protección contra los contagios. Enfermeras filipinas reclamaron esta calamidad tanto en Filipinas como en la diáspora ( Abenojar 2021; OL/M/21; Abrugena 2020).

Gracias a su alto capital social la comunidad filipina en Barcelona ya había establecido antes de la pandemia una red de ayuda mutua que incluso se ha denominado un “sistema filipino de bienestar en el Raval” ( Marxen 2012, 360). Con él apoyaron a sus miembros en casos de crisis, así como en situaciones de explotación laboral. Sabemos que “en caso de emergencia las relaciones sociales son clave para la subsistencia” ( Fradejas García et al. 2020, 16). Conjuntamente con el ayuntamiento de Barcelona, compuesto por partidos de izquierda y de centro, y su agenda de justicia social, la red de la comunidad filipina logró mitigar las peores consecuencias del Covid-19. El capital social incluye la asidua colaboración con los agentes políticos locales. Ambas partes aprecian mutuamente su colaboración (OL/M/21; BCN/FA/21; OL/N/21).

Sin embargo, el trabajo comunitario tiene sus limitaciones. A nivel global, el coronavirus ha puesto en evidencia el entrelazamiento entre salud, trabajo y bienestar, así como la necesidad de cambios estructurales ( Mansilla 2020; Ortega y Orsini 2020; Padilla y Gullón 2020).

Katrina Oamil, de 14 años, y sus compañeros de clase se encontraron abrazándose, gritando y saltando cuando se anunció oficialmente el cierre. Aunque estaba preocupada porque su padre quien todavía estaba trabajando y podía infectarse en cualquier momento, Katrina no tuvo tiempo de deprimirse. Su madre se ocupaba de cocinar y hornear todos los días. La casa siempre olía a comida. No había espacio para estar triste. Katrina aprovechó el encierro para hacer lo que realmente ama hacer. Recogió sus materiales artísticos y dibujó ( Sisma ibid.)

Aunque su madre perdió su trabajo en hostelería al inicio de la pandemia, encontró otro después de unos meses. El nuevo trabajo, enfermera en una residencia de ancianos, además le brindó la satisfacción de haber vuelto a su oficio, en congruencia con su formación (OL/K/21).

Katrina “enfocó su energía en sus obras de arte. Se encontró con concursos de arte infantil en todo el mundo. Decidió enviar sus obras a Texas y otra a Tokio.” Meses después, su obra de arte ganó la mención de honor en Texas ( Sisma 2021, 38).

Nats me contacta con Katrina, ya que entre los tres adolescentes de su reportaje, me une con ella la preferencia por las artes plásticas.

Katrina me explica en un encuentro por Zoom en 2021 que ya se había introducido en diferentes formas de arte (dibujo, música) antes de la pandemia (OL/K/21).

Las artes, tanto la música como las artes visuales, la ayudan a expresar sus sentimientos.

-Y ¿podrías resumir … los beneficios que tiene el arte para ti o qué importancia tenía en el confinamiento?

-Bueno en sí el arte lo que me ayudó bastante porque cuando, no sé, estoy como aburrida quiero expresar un sentimiento, me gusta más hacerlo través del arte, tanto la música como el arte es como una manera de desahogarme y además bueno para, para poder pasar el tiempo y también para mostrar mis habilidades que tengo. Mediante de concursos o proyectos y durante la cuarentena me ayudó bastante porque claro al no poder salir como siempre tenías que quedarte en casa. Entonces, lo que he hecho es intentar probar maneras diferentes de poder dibujar con técnicas o probar cosas que nunca me he atrevido a dibujar, por ejemplo, a mí siempre me ha gustado mucho dibujar a personas. Entonces me he hecho este reto de intentar dibujar a personas mientras veo, no solo una imagen si no lo que hice con ese actor, videos series o escucho música y también pues para poder relajarme también para pasar el tiempo. Y sí es eso, me ha ayudado bastante (OL/K/21)

Tanto durante la entrevista como después, por correo electrónico y Whatsapp, me comparte más imágenes y sus significados.

Oamil, Katrina, 
							La pandemia, 2020
Fig. 1
Oamil, Katrina, La pandemia, 2020

Dibujó la figura 1 antes del confinamiento.

…ya llegó la noticia del COVID. Entonces veía como las noticias y tal y vi como a un señor que, en ese momento, claro la mascarilla no se llevaba …, no se conocía muy bien. Entonces veías a gente con bufanda…. Específicamente entonces me interesó mucho una foto, que había un niño con una bufanda así (OL/K/21)

El barco ( fig. 2) solitario refleja el aislamiento durante el confinamiento: “… a la hora de dibujarlo me di cuenta que el barco estaba aislado, como nosotros durante la cuarentena” (OL/K/21).

Oamil, Katrina, 
							El barco aislado, 2020.
Fig. 2
Oamil, Katrina, El barco aislado, 2020.

Las figuras 3 y 4 se refieren al medio ambiente y en qué medida la pandemia se relaciona con el abandono y destrucción del mismo por parte de los adultos. La persona de la imagen 3 tiene los ojos tapados para no ver la realidad. Al mismo tiempo, piensa estar protegida bajo el paraguas de la tierra.

Oamil, Katrina, 
							Apatía, 2020.
Fig. 3
Oamil, Katrina, Apatía, 2020.

Entonces yo quiero representar ese tipo de personas mediante este dibujo …, estas personas en las redes sociales diciendo, salvando el mundo y tal pero no hacen nada porque atrás suyo se ve como el desastre. Y me imaginé estas gafas de sol que es como para hacerse la ciega que no ve nada. Entonces aquí representa la contaminación, aquí lo de la caza de… bueno la pesca que la pesca está afectando mucho al ecosistema marítimo. Esto es lo de Australia lo que pasó lo quise representar también y el Covid, la mascarilla también y bueno eso es más o menos (OL/K/21)

Oamil, Katirna, 
							Lord of the Shit, 2020.
Fig. 4
Oamil, Katirna, Lord of the Shit, 2020.

La figura 5 nos muestra que muchos sueños no pueden hacerse realidad. Por eso la chica de la camisa azul borra su reflejo en el espejo.

Oamil, Katrina, 
							Reflection, 2020.
Fig. 5
Oamil, Katrina, Reflection, 2020.

Siguiendo la Sociología de las imágenes de Cusicanqui ( Cusicanqui 2018), podemos ver particularmente las imágenes de Katrina como piezas hermenéuticas de y por sí mismas que muestran la desesperación de las ilusiones perdidas de toda una generación ( Reflection) y la severa destrucción del medio ambiente ( Apatía).

El embrollo del virus va más allá de las personas, es decir al medio ambiente y, lo que es más importante, a nuestro cuidado por él. La codicia capitalista ha explotado comunidades enteras y la tierra. Esto, sin embargo, no se debe al virus sino a los humanos (Mujica en Évole 2020, en congruencia con la imagen de Katrina Apatía). Para combatir las pandemias presentes y futuras, necesitamos cambios estructurales en el trinomio humano-capital-medio ambiente ( Padilla y Gullón 2020). Desde un enfoque decolonial, debemos observar el conocimiento indígena que se basa en principios colectivistas con una base ecológica ( Kovach 2015).

Volviendo a la entrevista con Nats, nos concentramos en los beneficios que pueden ofrecer las artes durante la pandemia y el confinamiento (OL/N/21).

Considera “el arte como escudo y defensa” ( Sisma 2020, 36) y me cita:

La gran ventaja de la expresión artística es que uno puede expresar sus sentimientos, problemas, penas de manera más indirecta. Respeta el mecanismo de defensa de las personas porque quizás aún no se ha concretado la idea o es demasiado doloroso ponerla directamente en palabras.

El lenguaje de las imágenes es más indirecto y, por este motivo, puede proporcionar más seguridad. Esta posibilidad que ofrece el arte para la expresión simbólica en un contexto terapéutico se ha conceptualizado en todas las terapias creativas (arte-, danza-, drama- y musicoterapia, escritura creativa), como distanciamiento estético ( Marxen 2011).

Nats concluye que las artes durante los confinamientos se convirtieron en “una salida para sobrevivir a la cruda realidad de la pandemia” ( Sisma 2021, 36). El arte como forma de resistencia.

El arte también puede funcionar como puente hacia el mundo exterior durante periodos de aislamiento, tal como ocurrió durante el confinamiento. Entonces, con la emisión de canciones en las redes sociales o el envío de un dibujo para un concurso o una exhibición, se puede ayudar a mantener el vínculo con el mundo exterior.

Adicionalmente, es una forma de tomar agencia y de empoderamiento. Cambiar, eventualmente, de estar deprimido, aislado, encerrado, pasivo a estar activo, creativo (OL/N/21).

Para Katrina, el arte le ha ayudado en momentos de aburrimiento. Le ha servido para expresar sus sentimientos y para dar sentido a la situación de la pandemia, el confinamiento y la deprivación de su vida social anterior. Simultáneamente, el arte le abrió un campo de experimentación. Apreció los nuevos retos y la satisfacción de haber sabido enfrentarse a ellos. Además, pudo demostrar sus habilidades en concursos, lo que le ha brindado un reconocimiento social. En resumen, ha sabido beneficiarse de los efectos terapéuticos y sublimatorios del arte. Más allá de esto, el arte le puede facilitar una salida profesional.

Ya en nuestra primera entrevista habla de sus sueños profesionales y yo le informo de la cercanía de la escuela superior de arte y diseño, La Massana, adscrita a la Universidad Autónoma de Barcelona, ubicada en nuestra vecindad, el Raval. Yo misma daba clases en la Escola durante 12 años.

- ¿Ya piensas hacer algo en esta línea?

-Eh, sí, de hecho, he tenido desde pequeña este sueño de poder ser animadora, bueno ilustradora... es como un sueño que siempre he tenido ya desde pequeña.

…Vale es como vamos a estudiar bien para poder llegar a este sueño. Es eso mi sueño poder estar en Pixar o Disney.

- ¿Conoces la Escola La Massana, en Barcelona, en la calle Hospital? … Porque tienen un ciclo formativo de ilustración.

- ¿Ah, sí?

-… solían, solían ser los mejores de país. ¡Sí! ¡Especialmente en ilustración eh! ...

-Muchas gracias por la información,

-Primero, por supuesto, tienes que terminar el instituto, el bachillerato y todo eso, pero, incluso tienen un bachillerato artístico también público… (OL/K/21)

En la siguiente entrevista (OL/K/22) Katrina ya habla de los tramites oficiales que está siguiendo para presentarse formalmente al bachillerato artístico de La Massana. Sigue con la ilusión de la profesión de ilustradora, pero ahora también considera el campo de la educación artística.

Aunque con el final del confinamiento y la vuelta a las clases y actividades presenciales, ya no siente los momentos de aburrimiento y más bien le han vuelto a abundar las actividades, sigue desarrollando una práctica artística muy seria. Me comenta que observa el mundo alrededor de ella. En un primer paso transfiere sus observaciones a su móvil con la aplicación Samsung Notes, agregando a veces notas de texto. Después, transfiere los dibujos a su libreta para finalmente pasar las más valoradas por ella misma al papel de tamaño grande. Según Katrina, es un proceso personal que le ayuda a entenderse a ella misma y dar sentido al mundo que le rodea. Este proceso de significación le resulta más fácil representarlo en un dibujo.

Recientemente, planea volver a presentarse a concursos internacionales de arte. Actualmente está presentando un cartel para la fiesta de St. Jordi (San Jorge) que se celebra masivamente en toda la ciudad de Barcelona y en toda Cataluña el 23 de abril (OL/K/22).

Simultáneamente, en la música es muy activa. Con el coro de Kudyapi participa en la nueva producción del Liceu de Barcelona La gata perduda (La gata perdida), un nuevo proyecto de enfoque comunitario, co-creado con unas 50 asociaciones del barrio del Raval para la temporada 2022/23 ( https://www.liceubarcelona.cat/es/el-liceu-produce-una-nueva-opera-co-creada-con-el-barrio-del-raval). El título hace referencia a la escultura del gato de Botero en la nueva Rambla del Raval. En la figura 6 vemos un dibujo de Katrina que hizo antes de la pandemia para el calendario del Raval 2020. Su dibujo es del mes de diciembre y representa el “feminismo en el Raval, que todas las mujeres tienen que ser libres” (Katrina, comunicación por email, 10.6.21).

Oamil, Katrina, 
							Raval, 2019.
Fig. 6
Oamil, Katrina, Raval, 2019.

Le hacen mucha ilusión los ensayos. Eduard y Amber participan igualmente en el coro de Kudyapi para la ópera. Una de las solistas también es de origen filipino.

Amber además dio un concierto en marzo de 2022 con las canciones que compuso durante la pandemia.

Nats Villaluna Sisma, director del coro Kudyapi, conjuntamente con Arnel Lamorena, me informan en febrero de 2022 en Barcelona del evento del Liceu. De la misma forma, comenta que están preparando la publicación de la novela que escribió Eduard durante la pandemia en formato de libro para niños.

CONSIDERACIONES SUMARIAS

Las obras de arte creadas durante o a raíz de las pandemias han tenido una larga tradición durante los siglos que abarca obras de distintas disciplinas artísticas distribuidas por épocas tan distantes desde por ejemplo El Decamerón ( Boccaccio 1353/2019) con las novelas cortas contadas durante la peste en Florencia hasta la película contemporánea portuguesa Los diarios de Otsoga ( Fazendeiro y Gomes 2021) sobre el rodaje de una película en tiempos del Covid, una propuesta que logra situarse en las antípodas luminosas del confinamiento.

En 2022, entre los implicados adolescentes de nuestra investigación, es posible observar experiencias con éxitos importantes, fruto de sus empeños artísticos durante el confinamiento. El proceso artístico les ha servido para expresar sus sentimientos relacionados con la pandemia. Estos beneficios van claramente ligados con los principios básicos de la arteterapia: la exploración de significados, la expresión de emociones, la concienciación, la auto-reflexión, las inter-subjetividades y el poder expresivo. Las artes les han servido como espacio de subjetividad, como refugio y resistencia para elaborar y resistir los impactos de la pandemia y del confinamiento. En estos espacios han sabido crear sus elaboraciones, visiones, expresiones y narrativas alternativas. En particular, han sabido expresar los fracasos del sistema neoliberal ( Apatia de Katrina; las reflexiones de Eduard) y la necesidad de la sobrevivencia más allá de la biológica (en congruencia con Agamben 2020, Moura Costa Matos y García Collado 2020).

Finalmente, las artes les han brindado satisfacción personal, reconocimiento social y por ende empoderamiento hasta una posible salida profesional. Por lo cual se ven cumplidas las condiciones de la sublimación, tanto entendida como un proceso de elaboración subjetiva del acontecimiento de la pandemia como el alcance de un reconocimiento social y externo ( Laplanche 1987, refiriéndose a Lowenfeld y Eissler en el primer caso y a Freud en el segundo; para una síntesis sirve también Zito Lema 1990). Kramer ( Kramer 1993) señaló la importancia de la satisfacción personal para un proceso exitoso de sublimación en arteterapia.

Una de las claves para este proceso ha sido el capital social de la comunidad filipina en Barcelona. A nivel continuo y de manera rigurosa ofrecen actividades artísticas de alto nivel. Queda como recomendación para los agentes gobernantes locales seguir el ejemplo y crear el acceso público y gratuito a actividades artísticas de diferentes tipos y de financiación pública para la población, especialmente la juvenil.

Sin embargo y de ninguna manera, queremos considerar el arte como un remedio contra todos los malestares y desastres y aun menos restar importancia a las responsabilidades sociales y políticas de las sociedades y sus gobiernos para no perpetuar las situaciones de injusticias sociales.

A nivel metodológico, el uso de una etnografía multi-situada ha demostrado ser muy adecuado para investigar las realidades pandémicas debido a su flexibilidad geográfica, social y conceptual. Queda para el futuro próximo el reto de seguir redefiniendo el rol, las relaciones ( rapport) y la presencia del etnógrafo en el campo, así como la reconceptualización del mismo en relación a la territorialidad. Por último, las nuevas realidades virtuales nos recuerdan a los antropólogos nuestra capacidad para trabajar con los objetos culturales, como las obras de arte y los procesos sociales ( Montes de Oca y Gómez Rojas 2020). En este sentido, las artes, sus procesos y recepciones sociales como los conciertos, exposiciones, críticas, circulaciones en red, etc. resultan especialmente importantes para el proceso de investigación.

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Notas

2 Con razón se han señalado los retos de la investigación virtual en cuanto al establecimiento de contactos de confianza y de confidencialidad. Laura Beatriz Montes de Oca y Ana Carolina Gómez Rojas: Proyecto de investigación: Etnografía en tiempo real (México: UNAM, 2020) .
3 Varios autores ya han puesto en relieve la importancia de las redes sociales y especialmente la idoneidad de la aplicación Whatsapp para la investigación virtual cualitativa. Jorge Alberto Meneses Cárdenas, “Etnografía digital multisituada: jóvenes universitarios y universitarias estudiando desde casa en tiempos de covid-19,” Cadernos de Campo 29, no. 2 (2020): 1-19 y Montes de Oca y Gómez Rojas: Proyecto de investigación.
4 Una vez más resaltamos la agilidad que ofrece esta aplicación para los diálogos espontáneos que sirven para la co-construcción de saberes y significados sin ignorar la exclusión que sufren algunos colectivos por falta de acceso a internet. Meneses Cárdenas, “Etnografía digital multisituada.”
6 Leavy ha señalado como estos principios de las terapias creativas han servido para la investigación basada en las artes (ABR, abreviatura en inglés para Art-Based-Research), predominadamente aplicada e incluida en las investigaciones cualitativas.

Notas de autor

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