El estudio de Terrero Yépez et al. (2025) evidenció que cepas específicas de Trichoderma spp., como T. lentiforme F19 y T. harzianum F73, reducen significativamente la severidad del moko bacteriano en plátano. A su vez, promueven el crecimiento en altura, diámetro y vigor de las plantas. Este doble rol como biocontrolador y bioestimulante posiciona a Trichoderma como un pilar del manejo integrado de enfermedades.

Acaro Reyes y Cevallos (2025) realizan una revisión exhaustiva sobre hongos asociados al cultivo de banano con potencial biotecnológico. Su enfoque destaca especies endófitas y micorrízicas arbusculares con efectos positivos comprobados en la absorción de nutrientes y la tolerancia al estrés, lo que refuerza el valor de tecnologías que incrementan el rendimiento y sostenibilidad, reduciendo la dependencia de agroquímicos.

Ambos trabajos comparten una visión: el microbioma del banano representa un reservorio de soluciones naturales. La combinación de cepas de Trichoderma spp. con hongos micorrízicos endófitos pueden generar sinergias que fortalezcan la resistencia de los bananos a enfermedades, mejoren la eficiencia nutricional y favorezcan la adaptación a condiciones adversas. No obstante, se requiere validar estas interacciones en campo, así como desarrollar protocolos compatibles y estandarizados para su formulación.

El modelo productivo dominante en la agroindustria bananera continúa siendo intensivo y dependiente de agroquímicos, con impactos negativos en la salud, el ambiente y el acceso a mercados diferenciados. Las alternativas biológicas aquí descritas ofrecen caminos alineados con objetivos de sostenibilidad, seguridad alimentaria y apertura hacia mercados orgánicos. Sin embargo, su implementación exige claridad regulatoria, formación técnica y estrategias de difusión adaptadas a las condiciones socioproductivas de los agricultores.

Para garantizar una producción sostenible, resiliente y competitiva en cultivos como el banano, es necesario focalizar esfuerzos en el desarrollo y adopción de soluciones biotecnológicas, el fortalecimiento institucional y la articulación entre actores clave del sector. En este marco, se plantean las siguientes prioridades estratégicas:

• Establecer redes colaborativas de investigación para medir la efectividad de estos microorganismos bajo condiciones de campo.

• Desarrollar protocolos estandarizados y replicables para su producción, mezcla y aplicación.

• Impulsar alianzas público-privadas entre universidades, centros de investigación e instituciones agrícolas para la transferencia de la tecnología generada.

• Invertir en programas de capacitación dirigido a agricultores, asociaciones, técnicos extensionistas, academia, entre otros, integrando tecnologías biológicas dentro de sistemas agroecológicos existentes.

Los artículos incluidos en este dossier destacan que la biotecnología basada en el uso de microorganismos, y en particular el uso de Trichoderma spp. y hongos micorrízicos, pueden constituir una alternativa clave para el fortalecimiento de una producción bananera más sostenible, eficiente y resiliente a las amenazas fitosanitarias. La articulación entre investigación aplicada y el análisis estratégico resulta fundamental es clave para traducir estos avances en políticas públicas y modelos productivos que puedan replicarse a mayor escala.

La salud del banano depende tanto del microorganismo invisible en la raíz como de la voluntad institucional para potenciar su uso. Este dossier, respaldado por la Agencia de Exportadores de Banano del Ecuador y su Comité Científico integrado por especialistas de centros de investigación, universidades y empresas público-privadas busca consolidar al Foro de BANANA TIME como un evento comercial, técnico, y científico con visión de futuro.