REFLEXIONES SOBRE LA PROPUESTA DE THOMAS PIKETTYY ACCIONES COMPLEMENTARIAS

REFLECTIONS ON THE PROPOSAL OF THOMAS PIKETTY AND COMPLEMENTARY ACTIONS

Felipe PEARL ZORRILLA
Comité Estatal de Productividad y Competitividad del Estado de Tamaulipas, México

REFLEXIONES SOBRE LA PROPUESTA DE THOMAS PIKETTYY ACCIONES COMPLEMENTARIAS

Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades, SOCIOTAM, vol. XXVI, núm. 1, pp. 265-273, 2016

Universidad Autónoma de Tamaulipas

Resumen: La publicación del libro de Thomas Piketty, “El capital en el siglo XXI”, ha sido una oportuna coincidencia o una planeada oportunidad para discutir un tema que viene preocupando –y muchas veces indignando– no sólo a pensadores serios, a analistas aficionados o a gobernantes de buena fe, sino a miles, quizá millones, de ciudadanos de todo el mundo.

El tema de la desigualdad es tan antiguo como el hombre y ha subsistido con base en las armas, en el poder y hasta con las justificaciones más remotas y atrevidas. Pero en las últimas décadas, con la apertura de las cifras, la transparencia de las informaciones y la posibilidad mediática de comparar diferencias de ingresos y niveles de vida, el tema de la desigualdad social es un concepto clave para la sana convivencia de toda sociedad.

Palabras clave: desigualdad, economía reflexiva, acción correctiva.

Abstract: The publication of Thomas Piketty´s Capital in the Twenty-First Century has been a timely coincidence or a planned opportunity to discuss an issue that is troubling and often-times causes discomfort, not only in serious thinkers, amateur analysts, or rulers of good faith, but thousands, perhaps millions, of citizens around the world.

The topic of inequality is as old as mankind and it has survived based on weapons, in power, or even in the most remote and daring justifications. But in recent decades, with the opening of the figures, transparency of information and the possibility of media to compare diflerences in earned income and standards of living, the theme of social inequality became a key concept for healthy coexistence of the society as a whole.

Keywords: Inequality, reflective economy, corrective action.

CONCIENCIA UNIVERSAL

En las últimas ediciones del Foro Mundial de Davos la desigualdad dentro de los países y entre las naciones ha sido un tema que ha preocupado a los expertos, gobernantes y empresarios que acuden a esa cumbre internacional.

La gran aportación de Piketty es presentar –en forma ordenada, accesible y contundente– su teoría de que la Acumulación del Capital crece, en términos generales, más rápido que la tasa de desarrollo económico, y se puede comprobar desde que hay estadísticas confiables en varios países, algunos de ellos supuestamente ejemplos de igualdad y equidad, excepción hecha de los inesperados períodos de las dos conflagraciones mundiales y sus efectos inmediatos.

Pareciera que las guerras de ese tipo son terribles instrumentos de igualdad social. El tema de por sí controversial recibió una visión optimista de su propia remediación con las teorías del respetado Premio Nobel de Economía, Simon Kuznets, de que había “fuerzas equilibradoras del crecimiento, la competencia y el progreso técnico” que conducen espontáneamente a una reducción y a una armoniosa estabilización de las desigualdades en las fases avanzadas del desarrollo.

La propuesta de Piketty es en sentido pesimista. No hay comprobación de que ese equilibrio se dé en forma automática y, por el contrario, los ejemplos de países donde se ha logrado paliar o reducir la brecha de las desigualdades ha sido con políticas definidas y estrategias expresas.

El autor francés lo basa en políticas públicas y, por lo tanto, en la decisión de los gobernantes. Pero yo creo que debe haber una grande y activa participación de la sociedad civil.

PROPUESTA DE PIKETTY

Para resolver esa tendencia creciente y aparentemente imparable de la desigualdad, Piketty plantea la aplicación de un Impuesto Mundial sobre el Capital.

Reconoce que es una medida muy difícil de aplicar, pero le llama una “utopía útil”. Propone que se vaya aplicando por etapas, quizá primero por países o regiones, para luego ir intentando su cobertura mundial.

Afirma que en Estados Unidos y en varios países europeos existen ya bases de dicho impuesto y los controles bancarios a las transmisiones de dinero entre países, así como las propias políticas internas como las de China, son avances en ese sentido.

Precisa que dicho impuesto no sustituye a otros ingresos fiscales, estima que no pasaría de tres a cuatro puntos del Producto Interno Bruto (PIB), pero subraya que no sería para financiar al Estado, sino para regular los extremos y posibles defectos del capitalismo a ultranza.

Propone, de hecho, un impuesto mundial a la riqueza no mayor al 2%, salvo en los casos de fortunas superiores a los 1000 millones de euros, donde habla de tasas del 5 al 10%.

Por otro lado, propone un mayor Gasto Público, que representara hasta 2/3 partes del PIB, pero asegurando un ejercicio justo, transparente y eficiente del mismo.

Y cuestiona con argumentos interesantes la necesidad de aumentar el Salario Mínimo a niveles que aseguren mayor bienestar y poder de compra a las grandes masas.

REFLEXIÓN

Siento un gran respeto por todos los empresarios que arriesgan su capital, que aportan su trabajo, visión y creatividad para iniciar, crecer y expandir sus negocios, sean éstos pequeños, medianos o corporaciones multinacionales. Y creo que el premio o recompensa justa y razonable a esa iniciativa emprendedora debe estar basada en las utilidades que dicha empresa genera. En su momento, tienen todo el derecho legal y humano de transmitir la propiedad de sus empresas y activos adquiridos a lo largo de su vida a las personas o instituciones que decidan. Es un principio básico de libertad.

Lo que debemos proteger es que ese crecimiento de la riqueza individual vaya acompañado de un compromiso social, vía impuestos, donaciones, acciones cívicas, etc., que les permitan compartir con los menos favorecidos, en la medida de sus posibilidades y deseos.

Cuando la actitud esperada en ese sentido no se da, y la acumulación de capital pareciera ser el único y principal objetivo, no existe una conciencia social, y se van acentuando las diferencias económicas y sociales. La teoría de Piketty señala que es cuando la sociedad y los Gobiernos deben plantearse soluciones que permitan convivir en un mundo más armónico, equitativo y justo.

Pero no creo que un Impuesto Mundial al Capital o un Estado Paternalista y Protector sean las soluciones mágicas. Las dramáticas diferencias que menciona Piketty, y que la realidad cotidiana nos transmite, requieren de soluciones más amplias, donde se involucren diversas estrategias y una mayor participación ciudadana.

Pareciera que en dicha solución hay dos enfoques distintos, pero que pudieran ser complementarios:

  1. 1. 1. Por un lado, una distribución más equitativa de la riqueza existente.

    2. Por otro, la creación de más oportunidades, para que mayor número de personas tengan acceso a mejores niveles de ingreso y bienestar.

En el primer escenario entran las propuestas de Piketty, con las modalidades que cada país decida y con las resistencias del status quo que cada afectado ejercite.

En la segunda vertiente es donde quisiera aportar algunas ideas.

PROPUESTAS COMPLEMENTARIAS

Estimo que la situación bajo análisis trasciende las soluciones meramente económicas y fiscales, y se adentra en consideraciones éticas y sociales. Además, considero que podrían implementarse otras medidas fiscales y de gasto público que ayudarían a reducir las desigualdades.

Cito algunos:

  1. 1. 1. Un mayor apoyo a emprendedores con capital de riesgo. Si las empresas son generadoras de riqueza, y lo que faltan son empresarios y empleos, una forma de generar ese círculo virtuoso es apoyando con recursos competitivos o capital de riesgo a los jóvenes que tienen un proyecto viable. Si la concentración de ingresos es debido, en parte, a un reducido grupo de propietarios del capital, en la medida en que “democraticemos” o “ampliemos” ese grupo de empresarios, podremos mejorar los ingresos de muchas personas que, teniendo el talento, la idea o la visión, carecen de los recursos financieros para implementar su proyecto. Lo menciona José Martí Pellón como una forma de promover la inversión, en su libro “La sociedad de la información: el reto del siglo XXI”.

    2. Un programa de capacitación focalizada a las actividades, carreras o destrezas que mayor demanda y remuneración económica ofrecen los mercados. El reiterado divorcio entre la oferta y la demanda de empleos es una fuente de pobreza relativa, un desperdicio de recursos públicos y privados, y una causa de mayores diferencias sociales. Si el Gobierno, la Academia y la Sociedad realizaran realmente un esfuerzo serio de Vinculación, Comunicación y Motivación, incluyendo casos exitosos como el “Modelo dual” de Alemania, podrían formarse cuadros en carreras o técnicas que se requieren, y que tenderán a obtener mejores ingresos que las personas subempleadas o que estudiaron profesiones o especialidades saturadas o de bajos ingresos.

    3. Una política de Estado que aliente la inversión privada pero que desmotive la acumulación excesiva de capital y sus manifestaciones más desafortunadas.

    4. La promoción permanente en los tiempos oficiales de los medios masivos y, desde luego, en prensa y redes sociales, sobre la responsabilidad social de los que más tienen y las oportunidades disponibles para los menos afortunados.

    5. Aprovechar la disposición y compromiso social de muchos medios masivos privados para fomentar la Responsabilidad Social de los más afortunados y su compromiso o “hipoteca social”, como le llama el maestro David Noel Ramírez Padilla.

    6. Crear una cultura de filantropía, conciencia social y programas de apoyo donde se premien públicamente las acciones igualitarias. Bernardo Klinksberg habla del “voluntariado social”, que permite volcar miles de personas a ayudar a quienes menos tienen, tanto con apoyo material, como con educación y, a veces, lo más importante, con atención y esperanza de que podrán salir adelante de su marginación.

    7. Diseñar profesionalmente una campaña donde se privilegien los valores de trabajo, ahorro, inversión, honradez, etc., y se desalienten y exhiban los comportamientos y acciones de derroche, excesos y descomposición social.

    8. Que haya una supervisión o vigilancia de todos los indicadores que muestren ampliaciones del gap o diferencias entre las diferentes clases socio-económicas. Que, por ejemplo, el Índice Gini se publique con la periodicidad que se permita, y se expliquen las áreas, sectores y regiones donde las diferencias se amplían, al mismo tiempo que los casos exitosos, donde se logran reducciones y mejoras.

    9. Que se refuercen todas las acciones fiscalizadoras ante las corrupciones, malos manejos o ineficiencias de servidores públicos, que sean castigados con ejemplaridad legal y social, cuyo costo económico es enorme y que los ahorros que esas medidas generen se destinen a los programas sociales que permiten reducir desigualdades.

    10. Tomar en cuenta y promover aún más la movilidad social de los empresarios. Con el arribo de nuevas tecnologías se producen efectos irruptores que afectan hasta teorías como la de Piketty. De pronto, en pocos años, surgen nuevas e inmensas fortunas de personas que no han heredado nada, que inclusive comenzaron con muy modestos recursos, pero que con su talento e imaginación han logrado reducir sus “distancias” igualitarias, con casos como los de Google, Microsoft, Twitter, Facebook, Amazon, Uber, Instagram, etc.

    11. Que haya una participación más propositiva del Banco Central, que no premie con dinero fácil o barato en forma desigual, sino que al contrario, democratice y facilite el acceso a créditos a tasas preferenciales o con capital de riesgo a los niveles medios y bajos de ingresos, y a las micro, pequeñas y medianas empresas.

    12. Reestructurar el régimen de pensiones para asegurar mejores niveles de ingresos a los adultos en edad de jubilación y establecer incentivos al ahorro de las clases medias y bajas.

    13. Reforzar todas las instituciones oficiales y cívicas que luchan contra los monopolios, las concentraciones, los abusos del poder, los enriquecimientos ilícitos, el tráfico de influencias y to- dos aquellos delitos sociales que muchas veces provocan más inequidades que la tasa de crecimiento analizada por Piketty.

CONCLUSIONES

Creo que la obra de Piketty es una gran aportación al estudio de las desigualdades y contribuye con propuestas concretas que buscan darle soluciones a esa grave problemática, ancestral y actual.

La intención de este ensayo no es detenerme en el análisis. Creo que en ese tema y en muchos más estamos sobre diagnosticados. Lo que urgen son soluciones. Piketty, en forma clara y valiente, hace sus propuestas.

Con la mejor intención intento proponer una serie de acciones complementarias que ayuden a lograr una sociedad más justa, equitativa, progresista, que viva en paz y con dignos niveles de bienestar compartido.

BIBLIOGRAFÍA

1 ATKINSGON, B.A. (2015). Inequality: What Can Be Done?, Harvard University Press.

2 KILKSBERG, B. www.pagina12.com.or, Biblioteca Bernardo Kliksberg.

3 MART P., J. (2001). La sociedad de la información: el reto del siglo XXI.

4 PIKETTY, Th. (2015). El Capital en el Siglo XXI, Fondo de Cultura Económica.

5 ROSANVALLON, P. (2016). How to Create a Society of Equals, Foreign Affairs, Vol. 95, N. 1.

6 STIGLITS, J. (2015). The Great Divide (Unequal Societies and What We Can Do about Them?), New York, W.W. Norton & Company.

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