Artículos

Desarrollo, Estado y democracia: cómo piensan e influyen tres think tanks brasileños

Development, State and Democracy: how three Brazilian think tanks think and influence

Alessandro André Leme *
Universidade Federal Fluminense, Brasil
Juan Carlos Teixeira Phillips **
Universidade Federal Fluminense, Brasil

Desarrollo, Estado y democracia: cómo piensan e influyen tres think tanks brasileños

Wirapuru Revista Latinoamericana de Estudios de las Ideas, núm. 4, pp. 1-15, 2021

Ariadna Ediciones

Recepción: 01 Septiembre 2021

Aprobación: 10 Diciembre 2021

Resumen: El presente artículo analiza de qué manera conciben el desarrollo, el Estado y la democracia tres instituciones relevantes en el panorama sociopolítico brasileño contemporáneo: a) Fundación Fernando Henrique Cardoso; b) Centro Internacional Celso Furtado; c) Instituto Millenium. Se destacan las aproximaciones, distancias e incluso oposiciones entre los posicionamientos de las instituciones mencionadas, así como de los intelectuales a ellas ligados. ¿Qué quieren decir con desarrollo, Estado y democracia? ¿Qué objetivos se proponen al respecto? ¿Qué piensan acerca de cómo alcanzarlos, mantenerlos o extenderlos? La propuesta tiene como objetivo establecer un diálogo entre dos áreas de conocimiento, a saber: la sociología del desarrollo y los estudios sobre el pensamiento social brasileño y, a través de ello, establecer una interpretación sociológica de cómo piensan e influyen estas instituciones a través de las interpretaciones que producen.

Palabras clave: pensamiento sociopolítico y económico, estrategias para el desarrollo, think tanks, Estado, democracia.

Abstract: Our paper analyses how development, the state and democracy are conceived by three relevant institutions in the contemporary Brazilian socio-political landscape: a) the Fernando Henrique Cardoso Foundation; b) the Celso Furtado International Centre; c) the Millenium Institute. We highlight the approximations, distances and even oppositions between the positions of the aforementioned institutions, as well as those of the intellectuals linked to them. What do they mean by development, the state and democracy? What are their objectives? What do they think about how to achieve, maintain or extend them? Our proposal aims to establish a dialogue between two areas of knowledge, namely, sociology of development and Brazilian social thought studies, and, through this, to put forward a sociological interpretation of how these institutions think and influence through the interpretations they produce.

Keywords: socio-political and economic thought, development strategies, think tanks, State, democracy.

Introducción

Este trabajo es un adelanto de una investigación mayor que se lleva adelante en el marco del proyecto Intelectuales e instituciones en la contemporaneidad: interpretaciones sociológicas en contexto pandémico Covid-2019.1 La propuesta se ubica en la intersección entre la sociología del desarrollo y los estudios sobre el pensamiento social brasileño, buscando abordar el papel de algunas instituciones y actores en la contemporaneidad. En concreto, seleccionamos aquí tres think tanks que han estado inmersos en las dinámicas socio-políticas y culturales de la sociedad brasileña durante las últimas décadas, apoyando a diferentes presidentes e integrando distintas coaliciones después de la redemocratización del país.

El desarrollo, el Estado y la democracia serán tratados a partir de la interpretación sociológica, indagando sobre la manera en que los actores e instituciones piensan algunos temas, dentro de las perspectivas clásicas y contemporáneas, comprendiendo a ciertos actores e instituciones como factores centrales. Actores e instituciones se convierten en factores dinamizadores de la vida social, política, cultural y económica en un determinado contexto y en relaciones sociales específicas.

Muchos intelectuales (entre ellos, economistas, sociólogos, historiadores y especialistas en política) rescataron la importancia del papel estratégico y eficiente del Estado para el desarrollo nacional en un contexto de mercado, globalización y apertura económica, utilizando mecanismos de descentralización de políticas públicas y de mayor aceptación de prácticas de mercado por parte del Estado en una plataforma política social-liberal, en vez del nacional-desarrollismo. El desarrollo, por lo tanto, vendría a través de un énfasis predominante en la iniciativa privada, con pérdida de capacidades estatales en relación a dicho eje. Ese nuevo momento, de mayor fuerza del capital privado nacional y de mayores posibilidades de acceso a fuentes externas de financiamiento, les daría a las instituciones políticas características específicas.

Este ensayo se organiza en dos partes. La primera tiene el objetivo de exponer de manera breve el desarrollo como problema de análisis para la interpretación de estructuras y dinámicas que organizan y regulan los países, principalmente los latinoamericanos. La segunda presenta una corta descripción de los institutos y centros en los que se centra el ensayo y enlista elementos y factores para abordarlos, constituyendo un ejercicio preliminar de análisis.

El desarrollo como problema

Autores de la historia económica, sociología, ciencias políticas y áreas de las ciencias humanas realizaron grandes esfuerzos analíticos e históricos para explicar e interpretar el desarrollo, el crecimiento económico, la industrialización y las formas de superación del atraso económico en países cuyo crecimiento económico era bajo. Fue aumentando la dificultad para justificar el desarrollo a partir de la división internacional del trabajo, es decir, que, a partir del comercio internacional, la lógica de las ventajas comparativas naturalmente llevaría beneficios para todas las naciones en relación con las transformaciones tecnológicas y de circulación de mercancías en la esfera global.

Con el propósito de problematizar la cuestión, Agarwala y Singh organizaron una compilación en 19582 (La economía del subdesarrollo), cuyo contenido estaba anclado en autores de diferentes matrices teóricas y metodológicas de la década de 1950 (con excepción de Resenstein-Rodan, de 1943), que redefinieron el campo de investigación de la economía del desarrollo. El libro se estructuró en seis partes y contempló los principales factores que permearon el debate de los años antes citados.

El historiador económico ruso Alexander Gerschenkron organizó un conjunto de reflexiones, principalmente en torno a discusiones basadas en su texto “El atraso económico en la perspectiva histórica”, sobre el desarrollo de las economías y sus respectivas diferencias y desigualdades. Planteó que el desarrollo de los países atrasados tenía características propias y específicas en sus procesos de industrialización. Su innovación analítica y metodológica es resultado de la superación de dos de las principales estructuras teórico-metodológicas existentes en la misma década. A partir del diálogo crítico con la teoría marxista y la rostowniana, el autor refuta la centralidad explicativa de la lucha de clases de la historia marxista, al tiempo que rechaza el sistema universal de etapas presente en Rostow (1974). El atraso económico, en ese sentido, es tratado de manera comparativa y como portador de una dialéctica, donde el atraso relativo concentra su atención de manera simultánea a problemas y oportunidades. Asimismo, la industrialización retardataria sería un proceso discontinuo y con fuerte necesidad de participación del Estado-nación. El libro publicado recientemente en Brasil (O atraso económico en perspectiva histórica e otros ensayos, 2015), muestra, a través de los doce trabajos que lo componen, un conjunto amplio de discusiones.

Al mismo tiempo, el debate en Europa y Estados Unidos posterior a 1940 contempló un conjunto de reflexiones producidas en el sur, entre ellas, reflexiones latinoamericanas, del este asiático y de África, dando protagonismo a autores de diferentes vertientes provenientes de naciones periféricas, todo en el contexto histórico-económico, político, social y cultural vivido en la esfera global después de la guerra. De modo que la temática del desarrollo y subdesarrollo asumió un rol destacado en las producciones intelectuales, de diferentes matrices teórico-metodológicas, al igual que en la planificación de programas, políticas públicas e inversiones en infraestructura a favor del desarrollo de los países en condiciones (o situaciones concretas) de subdesarrollo.

Muchos autores elaboraron una explicación o interpretación de las respectivas condiciones materiales del desarrollo de las economías capitalistas en estados nacionales diferentes y desiguales (con fines analíticos realizaremos una clasificación epistemológica a partir de la nomenclatura Norte y Sur, para indicar que la posición geográfica y territorial también expresa condiciones materiales distintas y jerarquizadas, que no sólo implican la dominación económica, sino además ideologías de dominación social, política y cultural). Furtado (1978) en su libro Criatividade e dependência na civilização industrial dedica un capítulo a este tipo de reflexión, afirmando que, en el campo de las ideas, de la política y de las prácticas sociales (económicas y culturales) la historia del capitalismo, a partir de la revolución industrial, experimentó un creciente proceso de cambios ideológicos, a pesar de no abandonar totalmente sus premisas. De modo que, a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, la ideología dominante sería la del progreso (realización del individuo iluminista y generalización de la riqueza de las naciones), mientras que, en la segunda mitad del siglo XX, la ideología asume forma hegemónica a partir del desarrollo.

Sunkel y Paz (1970), al analizar los conceptos de desarrollo y subdesarrollo a partir de las influencias externas en América Latina y los esfuerzos latinoamericanos, dieron un salto explicativo sobre su propia condición en la división internacional del trabajo, valorizando la reflexión sobre tres conceptos presentes en la visión cepalina: sistema, estructura y proceso. Sólo es posible alcanzar una interpretación verosímil de las realidades dispares que los países desarrollados y subdesarrollados poseen, a partir de un enfoque de análisis y valoración de los mismos. De manera parecida, Peña (1971) problematiza la condición mexicana del periodo, vinculando la relación de dependencia externa con la producción y reproducción simultánea del desarrollo y subdesarrollo en la esfera global, y reflexionando de manera implícita sobre los factores estructurales del subdesarrollo en su obra.

El campo de las ciencias económicas no es el único que analiza la temática del desarrollo. Las ciencias sociales, (sociología, ciencia política e historia, particularmente), han realizado esfuerzos analíticos y explicativos fundamentales. Se han propuesto explicar, comprender e interpretar el desarrollo y subdesarrollo, desde las dinámicas particulares de los llamados países del “tercer mundo”, desde cuestiones relacionadas con el cambio social y la modernización.

Algunos autores distinguen el crecimiento económico del desarrollo, critican la idea de que exista un proceso universal generalizado, esto supone que las dinámicas endógenas son fundamentales para entender las trayectorias específicas de cada país. En ese sentido, Perroux (1962), propone que los cambios en las estructuras mentales y los hábitos (costumbres y tradiciones) sociales, vinculados a transformaciones institucionales (políticas) garantizan a largo plazo el desarrollo. En consecuencia, el avance del crecimiento de la producción global solo se realiza porque las totalidades sociales realizan avances particulares.

Otros autores como Hagen (1957), Costa Pinto (1975), Myrdal (1956) y Lewis (1960), enfocan sus análisis sobre los cambios sociales, sea por la transposición o paso de sociedades tradicionales a sociedades industriales, marcadas por el cambio tecnológico expresivo, o por la necesidad de cambio al interior de sociedades y Estados altamente desiguales, rurales, con bajo crecimiento económico y alta dependencia externa. A su vez, Touraine (1963), se centra en actores e instituciones y su análisis sobre el desarrollo demuestra la relevancia del problema del proceso social (incluso, la articulación endógena). Blumer (1939), Merton (1958) y González Casanova (1997) analizan y se enfocan en las dinámicas de movimientos sociales y grupos de referencia como factores fundamentales para explicar el cambio.

Las discusiones del siglo XX sobre el desarrollo adquirieron dos perspectivas, en términos generales complementarias entre sí. Es posible hablar por ello de dos paradigmas o epistemologías. La primera, orientada al entendimiento y la explicación del capitalismo. En ese sentido, no existe desarrollo, subdesarrollo, dependencia, industrialización, modernización o cambio social, sino, características de producción y reproducción del capitalismo (como totalidad y especificidad concreta). La segunda, vinculada a las diferentes perspectivas teórico-metodológicas portadoras de las interpretaciones y explicaciones del mundo, del capitalismo y sus diferentes condiciones de desarrollo y subdesarrollo; aquí observamos la clave marxista, la economía clásica, neoclásica, weberiana, funcionalista, estructural-funcionalista, cepalina y las dualistas, las de dependencia (weberiana y marxista), etc.

Los representantes de diversas matrices teóricas orientaron sus esfuerzos hacia la comprensión del capitalismo y concibieron la cuestión del desarrollo como proceso histórico es una variable central. Nurkse (1963); Lewis (1960); Boyer (2004), también Furtado (1978, 2009a y 2009b); Rodríguez (2009) y otros. Es decir, diferentes enfoques terminaron por definir al desarrollo como una categoría central, ya sea para pensar en estructuras o procesos de dinámica social y cambio.

Dichas reflexiones y formas de análisis marcaron inflexiones importantes entre 1940 y 1970, el retorno del debate, se da en un contexto y procesos globales distintos (globalización, revolución tecnológica, etc.) a finales del siglo XX e inicios del XXI, ese retorno no es sólo metodológico y teórico, también es material. Debido a que parte de los problemas económicos y sociales (pobreza, desigualdad) siguen siendo obstáculos para buena parte de los países del mundo, entre ellos, los latinoamericanos.

Nayyar (2014) interpreta la dinámica de la economía mundial a partir de 1950, su importancia y la manera en que los países en desarrollo adquieren durante el proceso ―a pesar de su condición aparentemente más igualitaria, un conjunto de políticas públicas e internacionalización de países en desarrollo―, disparidades respecto a los países desarrollados en nuevos contextos.

Swedberg (2003), en su libro Principles of economic sociology, reconstruye el campo de las investigaciones orientadas al problema del capitalismo, específicamente, al problema económico desde una perspectiva sociológica. Con ese recurso, le otorga un estatus analítico a la sociología económica, mediante investigaciones que integran el análisis de las organizaciones, del mercado, la ley, la política y la cultura. Toda construcción sociológica pasa por esas dimensiones analíticas y conceptuales, ampliando el debate sobre la interrelación del Estado y el mercado.

Amartya Sen (2000) vincula el desarrollo a las libertades humanas, de forma que el análisis del desarrollo, del mercado, del Estado, de las instituciones sociales y de las propias prácticas individuales gana relevancia. De hecho, el autor determina cuatro dimensiones: mercado, Estado, sociedad civil y cultura. Esas dimensiones entrelazadas, permiten entender al “desarrollo como proceso de expansión de libertades sustantivas de [las] personas”.

Asimismo, diversos actores extranjeros problematizaron el desarrollo y sus caminos como método de construcción. Huntington (1996), Porter (1990) y otros observan que las estrategias para el desarrollo están influenciadas por cuestiones culturales (creencias, costumbres, valores y actitudes individuales). La relación entre cultura y economía ya aparecía en Weber, quien teorizó sobre las conexiones con el ethos protestante, caracterizando conductas y prácticas sociales que favorecen un tipo específico de comportamiento económico, capitalista (mediante el trabajo y la inversión).

Los autores citados previamente realizaron estudios cuantitativos y cualitativos, con elementos de política comparada, para justificar por qué, por ejemplo, algunos países experimentaron trayectorias de desarrollo mientras que otros permanecieron subdesarrollados. Huntington y Harrison (2000), por ejemplo, demuestran que, estando en condiciones similares en la década de 1960, Corea del Sur y Ghana estaban en situaciones completamente distintas en la década de 1990.

Rodrik (1999 y 2000), a su vez, caracterizó que el desarrollo económico no puede quedar a merced del libre mercado conducido por la “mano invisible” de Smith, o por la idea de equilibrio general de Walras. Para él, es necesario que los mercados sean apoyados por sólidas instituciones públicas. Por otro lado, afirma que la principal variable para las estrategias del desarrollo pasa por la construcción de alianzas, consensos y conflictos inherentes a los países y sus decisiones frente a opciones y estrategias creadas en la escena nacional y en relación al mercado internacional. De esta manera, destaca las instituciones y las estrategias internas frente a las externas; desde su perspectiva, cada país debe construir su desarrollo mediante las instituciones y actores/clases involucrados y no mediante la importación de modelos externos.

En sintonía con el énfasis puesto en las instituciones dentro de la promoción del desarrollo, Chang (2002) sostiene, partiendo de la denominada “economía política institucionalista”, que, desde mediados de la década de 1940, los países están intentando crear formas de desarrollo. Por eso la cuestión no debe estudiarse exclusivamente desde el retorno del mercado y de la competencia en el mercado internacional. Es preciso observar cómo actúan los Estados y cómo, mediante sus instituciones, regulan y también favorecen el desarrollo económico y social. Por lo tanto, el Estado y el mercado, mediados por las instituciones económicas, son entes que tienen la capacidad de evitar las fallas de la/s institución(es).

Amsden (2009), al discutir las estrategias para el desarrollo del siglo XX (de países que aún no conseguían considerarse como desarrollados), sostiene ―en oposición al discurso hegemónico de regreso al fortalecimiento del mercado y de disminución del rol intervencionista o de planeación estatal― que el Estado es parte de la solución y no del problema para el conjunto de países en vías de desarrollo económico. Para él, el Estado tiene competencias y es necesario para el desarrollo económico (y social) de dichas naciones.

En ese sentido, el debate respecto al desarrollo y a cuáles vías deben seguirse para alcanzarlo, pasa necesariamente por la cuestión de las estrategias económicas en sus factores endógenos y exógenos, tanto para los actores y las clases como las instituciones; incluso deben considerarse las posibilidades y límites de la integración del país en el mundo globalizado.

Muchos autores, aunque por diversos motivos y fundamentos, establecieron debates sobre el vínculo del desarrollo con la transición de un modelo primario-exportador a un modelo urbano-industrial. Dicha transición, o cambio de estrategia, estuvo asociada simultáneamente a una nueva configuración económica, social, política y cultural, incidiendo directamente sobre la forma de organización y reproducción del capital en su tiempo y espacio, redefiniendo formas y estilos de vida, y alterando las pautas de la reproducción social de individuos, grupos o clases sociales de un determinado país.

Es necesario no perder de vista algunos otros pensadores, como Fernandes (1981), Ianni (1986), Oliveira (1988), Tavares (1983) y Cardoso (1970, 1995). Ellos, entre otros, problematizaron la transición del modelo primario-exportador al urbano-industrial, con énfasis en la política económica (orientada hacia adentro o hacia afuera, como en el modelo cepalino), como expresión de las estrategias adoptadas para el desarrollo económico y social brasileño.

Existen innumerables formas de abordar las estrategias de desarrollo de los países subdesarrollados (en vías de desarrollo). Tales estrategias son testimonio de un arco de cuestiones para pensar el desarrollo económico y social de un país, lo que tiene implicaciones para la comprensión de estrategias, actores, grupos y clases que participan de los procesos. Mediante algunos enfrentamientos, conflictos y consensos, las estrategias para el desarrollo se vuelven hegemónicas como resultado de un periodo histórico específico.

Octavio Ianni (2002), al problematizar sobre los tipos y mitos del pensamiento brasileño, acabó reforzando el tema económico del desarrollo, influenciando, por lo tanto, no sólo las prácticas estatales, sino también, la forma en que es pensado su país. Para dicho autor, pensar Brasil implica articular pasado, presente y futuro: lo que fue, lo que es y lo que podrá ser. Ello se inserta de forma dialéctica en interpretaciones nacionales, especialmente en discusiones acerca del desarrollo, tema que marca posibilidades e inteligibilidades sobre Brasil, especialmente a partir de la década de 1930.

Por otro lado, la dimensión política y, consecuentemente, la cuestión del Estado en relación con el desarrollo y la sociedad brasileña tiene un rol central, ya sea por su influencia sobre el capitalismo brasileño o por su relación peculiar con la sociedad. Es importante dirigir la atención hacia la década de 1970. Las cuestiones ambientales entraron en la agenda del desarrollo, con cierta constancia hacia mediados de los ochenta e inicios de los noventa. Posteriormente, esos discursos ganan fuerza dentro de las instituciones estatales y su presencia se vuelve más incisiva.

En el caso brasileño, en particular, la sociología y la ciencia política tienen un protagonismo significativo en las discusiones económicas durante las décadas de 1950, 1960 e inicios de la de 1970. Con la crisis del Welfare State en Europa, al igual que con las crisis fiscales de los países en desarrollo y subdesarrollados con enclaves petroleros (primera y segunda crisis), el tema perdió espacio en las investigaciones académicas.

Con las crisis de los gobiernos de orientación neoliberal en América Latina a finales de los años noventa, las cuales implicaron, en varios casos, la llegada de gobiernos de centro-izquierda, resurgió la necesidad de debatir la importancia del Estado como agente/actor fundamental para la dinámica del capitalismo en los países en desarrollo. De ese modo, se volvió a discutir el problema del desarrollismo, asumiendo nuevas configuraciones. Inició un ciclo de debates considerados neodesarrollistas (también etiquetado como desarrollismo liberal-social). Así, es posible comprender, como reacción a lo indicado, el posterior surgimiento de una nueva derecha, que llevó a la victoria del presidente Jair Messias Bolsonaro, uniendo formas económicas neoliberales, por un lado, y conservadurismo cultural (sobre costumbres), por otro.

En síntesis, podemos enumerar cuatro grandes ciclos estratégicos para el desarrollo de Brasil en el último siglo, asociándolos a diferentes abordajes metodológicos y teóricos. El primero, desde 1930 hasta 1970, caracterizado por el nacional-desarrollismo y por el estructuralismo. El segundo, que se extiende desde 1980 hasta el año 2000, guiado por la influencia neoliberal. El tercero, desde el 2000 hasta el 2015, centrado en el llamado nuevo desarrollismo ―o neodesarrollismo― y el cuarto, a partir de 2016, con el retorno de la agenda liberal volcada al mercado. Los cortes temporales son, por supuesto, meramente didácticos.

Esta breve historia de las ideas de desarrollo/subdesarrollo en América Latina nos ayudará a visualizar y comprender cómo las instituciones en las que ahora focalizaremos la atención las movilizan o no, y de qué maneras, para pensar en los cambios sociales, las relaciones entre Estado y mercado o incluso la cuestión del capitalismo y la industrialización en la actualidad.

Como se verá enseguida, la Fundación Fernando Henrique Cardoso y el Centro Internacional Celso Furtado dan centralidad al concepto de desarrollo como clave interpretativa, pero también como condición/meta a alcanzar, a pesar de los enfoques teórico-metodológicos defendidos por las publicaciones en estos sitios no son los mismos. En el Instituto Millennium, los conceptos movilizados se refieren más a la agenda liberal, como la valoración del mercado, el concepto de Estado de Derecho como salvaguarda de la propiedad privada y las libertades de las personas y el emprendimiento, casi como sinónimo de un individuo atomizado en la actividad económica; en este caso, el cambio social se daría a través de la implantación de una agenda liberal, con más mercado y menos Estado en la economía.

Desarrollo, Estado y democracia: ¿de qué manera piensan algunas instituciones?

En los últimos años hemos estudiado el debate sobre el desarrollo de Brasil y de América Latina desde diferentes perspectivas y contando con distintas fuentes de financiamiento (con financiamiento de CNPq, FAPEMIG y FAPERJ). Entre ellas: el análisis sectorial (sector eléctrico, BNDES y Eletrobrás); las estrategias vinculadas a políticas públicas (Programa Minha Casa, Minha vida, Bolsa Família) o, sobre teóricos del pensamiento social brasileño y latinoamericano (investigaciones sobre la sociología del desarrollo en Brasil, sociología del sociólogo Fernando Henrique Cardoso y otros intelectuales).

Para ampliar dichas investigaciones, “observamos” el presente y buscamos producir una interpretación sociológica sobre la manera en que el desarrollo, el Estado y la democracia son abordados y problematizados por tres think tanks: la Fundación Fernando Henrique Cardoso; el Centro Internacional Celso Furtado y el Instituto Millenium. Las instituciones elegidas agrupan economistas, sociólogos, politólogos, historiadores, antropólogos, incluyendo a ministros de Estado (el actual [2021] ministro de economía, Paulo Guedes, es uno de los fundadores del Instituto Millenium), ex ministros, presidentes del Banco Central y secretarios de diferentes áreas y niveles de la federación brasileña de los últimos treinta años, en un arco temporal que va desde el periodo del gobierno del presidente Sarney hasta la actualidad, con el presidente Jair Bolsonaro.

El problema aquí propuesto debe entenderse como una cuestión de carácter histórico, es decir, entendido como un fenómeno cambiante cuya explicación se ubica en el espacio y el tiempo. Es por ello que utilizaremos algunos elementos comparativos, no como medio para arribar a generalizaciones empíricas, sino como soporte para la formulación de “conexiones significativas entre constelaciones particulares de ocurrencias” (Velasco e Cruz, 1998). En el caso de los fenómenos históricos, no es posible construir inteligibilidad desde las relaciones externas al hecho en cuestión, como se puede hacer en el campo de las ciencias naturales (Física, Química, etc.). Es decir, todo fenómeno histórico está mediado internamente por la intencionalidad de individuos, grupos / clases / actores e instituciones cuya acción social en un campo dado se construye por reflexividad, por un tipo de intencionalidad y/o una razón instrumental o comunicativa. Las instituciones analizadas, incluso, sus espacios en la web, son arenas de disputa, espacios donde se construyen y difunden posibles interpretaciones sobre los rumbos a adoptar en Brasil en torno a los temas aquí propuestos.

En cuanto al debate sobre la relación Estado-mercado, como relación fundamental para el pensamiento del desarrollo, nos apoyamos en diferentes autores y enfoques de la sociología económica, la sociología del desarrollo, el pensamiento social y la economía política, por nombrar los principales. Desde la sociología económica, los enfoques de redes, institucionalista y de la performatividad. Si bien existen diferencias entre ellos, cada uno a su manera termina compartiendo la idea de una arena de disputa, de conexiones entre diferentes actores que terminan produciendo o afectando el comportamiento de unos y otros en estructuras jerárquicas en las relaciones de poder que integran lo local. espacios/regionales con globales, es decir, contribuyen a entender cómo actúan las instituciones consideradas y ayudan a pensar cómo podemos analizarlas.

Por otro lado, entendemos que la incorporación del contextualismo lingüístico (principalmente en el debate sobre la influencia en el campo de las ideas de Quentin Skinner) enriquece el análisis. Creemos que el esfuerzo de análisis de la sociología del desarrollo y el pensamiento social con la historia de las ideas puede aportar ganancias analíticas a la interpretación de cómo estas instituciones piensan y disputan el poder a través de la promoción y diseminación de ideas. Dichos aspectos son importantes porque nos acercan a los procesos de compartir moral donde se articulan textos y contextos con actores, intenciones e instituciones.

Nuestro análisis, todavía en elaboración, permitirá apreciar distintas posiciones, construcciones e interpretaciones sobre el desarrollo y las estrategias para alcanzarlo, así como sobre la relación entre el Estado y la Democracia. Como indicamos, cada think tank está vinculado a un presidente brasileño y a un proyecto económico, social y político, y propone interpretaciones, políticas y estrategias para el desarrollo y perfeccionamiento de las instituciones estatales a favor de los tipos de Estado y democracia adecuados a su misión y visión.

Fundação Fernando Henrique Cardoso

La Fundación Fernando Henrique Cardoso, en su página web, declara:

El objetivo de la Fundación FHC es contribuir para la comprensión y superación de los desafíos que el país enfrenta a partir del siglo XXI. Esa intensa actividad viene siendo reconocida: desde 2009, la Fundación destaca en el Ranking Global de think tanks, instituciones que actúan produciendo y diseminando conocimiento, publicado por la Universidad de Pensilvania, de Estados Unidos. (https://fundacaofhc.org.br/iniciativas/debates)

En Brasil, a principios de la década de 1990, hubo mucho debate sobre las colecciones que los presidentes de la República reunieron durante sus mandatos. Con ello, se creó una ley que responsabiliza a los propios presidentes de la conservación y mantenimiento de las colecciones cuando finaliza su mandato. En el caso del expresidente Fernando Henrique CArdoso, se creó primero un instituto con el objetivo de custodiar la colección presidencial y luego se convirtió en una Fundación incorporando colecciones de otros intelectuales que tenían una trayectoria de alguna manera ligada a la de Ferdando enrique Cardoso.

La Fundación Fernando Henrique Cardoso fue creada por la Ley N° 8.394, del 30 de diciembre de 1991, que ordena la colección privada de los presidentes de la República del Brasil, haciendo responsables a los propios expresidentes de la preservación de toda la colección adquirida durante su paso por la presidencia. En 2004 se creó el Instituto Fernando Henrique Cardoso, y en 2010 se transformó en la Fundación Fernando Henrique Cardoso. A su inauguración asistieron Bill Clinton, Manuel Castells y otros intelectuales, así como otros políticos nacionales e internacionales. La idea fue crear un espacio para que, más allá de contar con un repositorio para la colección presidencial, también fuera espacio de debates, principalmente sobre temas de democracia y desarrollo.

La Fundación Fernando Henrique Cardoso reúne archivos y colecciones personales de dicho expresidente y de miembros de su familia: a) el archivo personal y profesional de su esposa, la antropóloga Ruth Cardoso (1930-2008); b) los archivos personales de su abuelo, Joaquim Ignácio Baptista Cardoso (1860-1924), participe de la proclamación de la República, y otros episodios de la “República Velha” y c) los archivos de su padre, Leônidas Cardoso (1889-1965). También conforman la colección de la Fundación los archivos personales y profesionales de Paulo Renato Souza, exministro de Educación, así como los de Sergio Motta, exministro de Comunicaciones; ambos fueron miembros del gobierno de Fernando Henrique Cardoso.

De acuerdo con la página web de la Fundación,3 desde su conformación se realizaron más de 500 debates sobre los más diversos temas conectados con la democracia y el desarrollo. Asimismo, se editaron más de cuarenta libros, muchos en versión digital y disponibles para el público en general. Actualmente, existen aproximadamente 115 mil documentos en la colección de la Fundación.

Centro Internacional Celso Furtado

El Centro Internacional Celso Furtado está vinculado a estrategias de desarrollo de tipo estatal y de democracia en perspectiva crítica e histórica, vinculada a interpretaciones de corte progresista sobre temas relacionados con la agenda de desarrollo. Dicha institución es apoyada por intelectuales clásicos latinoamericanos, incluidos algunos brasileños cultores de enfoques histórico-estructurales, marxistas, weberianos o decoloniales. Sus interpretaciones también disputan el campo de posibilidades de las transformaciones sociales y estatales.

El centro fue creado por dos motivos: para homenajear a Celso Furtado, por ser uno de los brasileños más destacados del siglo XX, así como dar espacio debate de políticas innovadoras orientadas a promover el desarrollo y a combatir el hambre y la pobreza. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue uno de los que propusieron la creación del Centro Celso Furtado. En este sentido, el centro nació del diálogo entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva con intelectuales vinculados a la agenda neodesarrollista:

El Centro Celso Furtado nació de una propuesta del, entonces, presidente Luiz Inácio Lula da Silva, presentada a Celso Furtado en junio del 2004. Ese centro irradiador de proyectos y políticas innovadoras para el combate al hambre, la pobreza y las trabas al desarrollo, el presidente propuso nombrarlo Celso Furtado. Su creación constituye un justo homenaje a uno de los mejores economistas del siglo XX. A él se debe la comprensión de que las estructuras de poder y de producción requieren ser modificadas para que el desarrollo pueda romper la lógica de dependencia y de la concentración de la riqueza. (http://www.centrocelsofurtado.org.br/interna.php?ID_S=45)

Una vez establecido, el Centro fue dirigido por el economista Luiz Gonzada Belluzo, la economista Maria da Conceição Tavares, así como por la periodista y traductora Rosa Freire D’Aguiar Furtado. El entonces ministro de Estado, Luiz Dulci, presentó el centro en septiembre de 2005, en la conferencia de Helsinki, con objetivo de profundizar, sistematizar y formular proyectos de investigación sobre temas cruciales para el desarrollo en el siglo XXI.

El Centro resguarda la biblioteca personal de Celso Furtado, su actividad va más allá de la formulación de proyectos, pues existen becas de estudio e investigación, publicación de libros y cursos de formación. El área principal del centro es Brasil, especialmente la región noreste, pero también contempla el estudio de países emergentes como China, India, África del Sur y algunos países de Latinoamérica.

Instituto Millenium

Nos interesamos por el Instituto Millenium a fin de analizar sus propuestas y disputas por la sociedad y el Estado, sobre las formas y mecanismos que conducen la agenda económica (desarrollo) y la agenda política (Estado y democracia) con mayor eficiencia, desde su perspectiva. El Instituto Millenium (Imil) es caracterizado en su sitio web como:

[...]una entidad sin fines lucrativos y sin vinculación político-partidaria, con sede en la ciudad de Río de Janeiro. Formado por intelectuales y empresarios, el think tank promueve valores y principios que garantizan una sociedad libre, con libertad individual, derecho de propiedad, economía de mercado, democracia representativa, Estado de Derecho y límites institucionales para la acción de gobierno. (https://www.institutomillenium.org.br/institucional/quem-somos)

El Instituto Millenium caracteriza su composición a partir de formadores e influenciadores que promueven los valores y principios de una sociedad libre, centrada en el libre mercado, las libertades individuales y la democracia vinculada al Estado de Derecho. Además, afirma en el editorial que su financiamiento proviene de las contribuciones de personas físicas y jurídicas (personas e instituciones) del ámbito privado; no reciben recursos públicos. Utilizan ese argumento para contraponer la racionalidad del mercado al Estado, pretendiendo demostrar que el espacio público presenta muchos vicios y que es necesaria su eliminación.

Uno de los desafíos que supone el análisis del instituto es dar cuenta de la manera en que el liberalismo económico y el liberalismo político presentan sus interpretaciones y propuestas. Se abre un campo para analizar cómo esos liberalismos son apropiados y movilizados en esta época, sobre todo, en lo que se refiere a la construcción que entrelaza los argumentos con una agenda conservadora, especialmente en el plano cultural (costumbres), es decir, la articulación entre las agendas liberal y moral.

Desarrollo, Estado y democracia en la pandemia

Dicho lo anterior, cabe preguntarse si la pandemia de Covid-19 modificó la manera en que se piensa e interpreta el desarrollo, el Estado y la democracia desde estos espacios. Esta pregunta se expresa en dos niveles: a) ¿Los efectos de la pandemia para pensar los proyectos citados son coyunturales o estructurales? y b) ¿siguen siendo válidas las teorías de organización económica, política y social movilizadas desde la redemocratización brasileña? Por ejemplo, las válvulas de escape con las que se enfrenta la crisis de la pandemia ¿se apoyan en argumentos y prácticas sustentables proveniente del (neo)liberalismo o del (neo)desarrollismo?

Las reflexiones que producen sobre sí mismas la Fundación Fernando Henrique Cardoso, el Centro Internacional Celso Furtado y el Instituto Millenium en sus páginas web son el eje principal de los temas que consideran más relevantes para pensar en Brasil. Buscamos analizar artículos, publicaciones, contenidos e informaciones en páginas web de 2020 y los primeros meses de 2021, buscando captar así la incidencia de la pandemia Covid-19.

Organizan sus páginas web mediante hiperlinks, convocatorias, llamadas a la publicación de trabajos y otras actividades. La propia arquitectura de dichos espacios virtuales es particular. Entre las páginas web de las tres instituciones, sólo la Fundación Fernando Henrique Cardoso proporciona links referidos al debate de la democracia y el desarrollo; incluso existen propuestas para debatir sobre la trayectoria intelectual y política de Fernando Henrique Cardoso. También se incluyen temas generales de corte internacional, como los problemas ambientales o las tensiones y disputas políticas y económicas mundiales y nacionales, particularmente las latinoamericanas.

En el caso del Centro Internacional Celso Furtado, el interés se pone en el desarrollo y, a partir de eso, se abordan la democracia y el Estado. Además, el centro también funciona como espacio de divulgación de libros, artículos y seminarios que, de modo general, pueden ubicarse en tres categorías: lanzamiento de publicaciones sobre el legado de Celso Furtado; publicación de revistas, seminarios y otras formas de organización para debatir asuntos vinculados al desarrollo, tales como agricultura, contextos rurales, ámbitos industriales, etc.; realización seminarios, cursos de extensión y mesas redondas entre asociados, sobre temáticas como ciudadanía, democracia, seguridad pública y otros. Se trata de actividades atravesadas por la cuestión del desarrollo, pensadas como políticas a favor del desarrollo, en su sentido más amplio.

El Instituto Millenium, por su parte, organiza sus plataformas virtuales con páginas independientes dedicadas a los distintos asuntos en análisis. Por lo tanto, la institución tiene distintos espacios categorías como economía, democracia, libertad, Estado de Derecho y emprendimientos. El instituto articula al Estado y al desarrollo desde la agenda liberal y el tema de la democracia, como constructo intelectual; otorga énfasis a los temas mediáticos y del gobierno, tales como la reforma administrativa, la reforma política y la reforma tributaria.

De manera general, podemos afirmar que la Fundación Fernando Henrique Cardoso y el Centro Internacional Celso Furtado presentan perspectivas críticas que valoran la necesidad del cambio social para revertir la persistente desigualdad social en el país. Ipso facto, el Instituto Millenium deriva el cambio hacia las instituciones y las normas que garanticen las libertades individuales.

Nuestro análisis preliminar de los datos retomados de las páginas web de los tres think tanks revela que el tema de la democracia y del Estado en el espacio virtual de la Fundación Fernando Henrique Cardoso está vinculado a la constitución de instituciones fuertes, pero también a la ampliación de la ciudadanía, a la defensa de la pluralidad de ideas y a partidos políticos fuertes. Existen trabajos que valoran la pluralidad de ideas y que valoran la reforma del Estado con el objeto de que se abran caminos más amplios para el mercado y la sociedad. En ese aspecto, las ideas liberales (políticas y económicas) se presentan con un esmalte que promueve la movilización de los actores y textos publicados.

Para el Centro Internacional Celso Furtado el eje de la democracia y del Estado, aunque subordinado al tema del desarrollo, tiene como base la preconización de que son necesarios cambios sustantivos en la sociedad. La erradicación de la pobreza, la corrección de las asimetrías internas y otros asuntos son centrales desde la perspectiva de la institución.

Nos parece que, en la Fundación Fernando Henrique Cardoso, el debate tiene una tendencia cuya fuerza reside en la forma, más que en cuestiones sustantivas sobre el cambio; la corrección de desigualdades aparece en algunos de sus textos y publicaciones. En el Centro Internacional Celso Furtado el debate aparentemente se acerca más a cuestiones sustanciales, y son más visibles los planteamientos ligados a la generación de cambios reales, efectivos y sobre la óptica de una democracia orientada a “corregir” los modos de funcionamiento de las esferas social, económica y política, más allá del llamado “buen funcionamiento de instituciones”.

El Instituto Millenium aborda el tema de la democracia y el Estado desde la óptica del “buen funcionamiento de las instituciones” y de la realización de cambios necesarios para la modernización del país. Según nuestras observaciones, la idea de modernización en el Instituto Millenium es prácticamente sinónimo de la adopción de la agenda liberal en el Estado y la sociedad, defendiendo las libertades individuales de un lado, y de otro, lanzando munición favorable a la reducción de la capacidad del Estado en términos de sus funciones y, consecuentemente, ampliando la idea del mercado como espacio de distribución racional de recursos económicos y sociales.

Sobre los asuntos del desarrollo, el Centro Internacional Celso Furtado asume una agenda (neo)desarrollista, centrada en reformas y cambios con objeto de que la participación del Estado sea fundamental. Asimismo, cuando reconoce la importancia del mercado para el desarrollo, lo hace a partir de la mediación de, o en relación, con la actuación estatal. Además, el tema del desarrollo también aparece vinculado a la necesidad de corrección de desigualdades regionales, principalmente las que ocurren en el Noreste brasileño, creando afinidades entre la agenda contemporánea y el debate intelectual producido por Celso Furtado en su tiempo, pues fue la región en la que nació.

En la fundación Fernando Henrique Cardoso el tema del desarrollo es abordado sobre todo en relación con las ideas del fortalecimiento e internacionalización de la economía brasileña, a partir del fortalecimiento de los agentes de mercado. A pesar de que, en esta óptica, el Estado tiene relevancia en cierta medida, principalmente en la promoción de estrategias focales a favor del desarrollo, se considera que el agente fundamental es el mercado.

Por su parte, el Instituto Millenium, en apego a su propuesta, asume la agenda liberal con rigor. El desarrollo derivaría de un Estado mínimo y, en contraposición, se fortalece el mercado: para ellos, la iniciativa privada sería la única vía para concretar el desarrollo.

Como ilustración de la forma en que la Fundación Fernando Henrique Cardoso, el Centro Internacional Celso Furtado y el Instituto Millennium abordan los temas aquí investigados, vamos a presentar los temas destacados en cada uno de los sitios, cubriendo un arco temporal reducido: julio a octubre de 2021.

Durante el lapso en cuestión, la Fundación Fernando Henrique Cardoso destacó los problemas de la democracia y el desarrollo en Brasil y el mundo, destacando los problemas de la mujer en el mundo del trabajo, marcado por estereotipos y barreras; consultas sobre qué esperar de la COP26 en Glasgow; la cuestión de los derechos humanos; la democracia en erosión en Brasil hoy, además de debates destinados a valorar y el legado del sociólogo y expresidente Fernando Henrique Cardoso.

El Centro Internacional Celso Furtado continuó destacando y destacando trabajos que rescatan la obra de Celso Furtado (en 2020 se celebró el centenario de su nacimiento) como una forma de interpretar y pensar las posibilidades de superación del subdesarrollo, la pobreza y las diferentes asimetrías aún presentes en Brasil y América Latina. Además de la difusión de libros y conferencias sobre el legado de Celso Furtado, el centro abordó los efectos del Covid-19, los procesos económicos e industriales y la gestión sanitaria; también continuó editando sus publicaciones: a) Cuadernos do Desarrollo, b) Boletín del Observatorio da Industria, c) Colección Pensamiento Crítico, d) Colección Archivos Celso Furtado, e) Colección Economía Política y Desarrollo, y f) Memorias del Desarrollo.

El Instituto Millenium, por su parte, presenta sus destaques sobre los temas más inmediatos de la agenda de gobierno, es decir, produce/difunde artículos que debaten las propuestas de reformas presentes en la agenda de gobierno, presentando aquí una fina sintonía entre las ideas hiperliberales del ministro de Economía Paulo Guedes y los principios defendidos por el Instituto (al que pertenece, como sabemos, el propio Paulo Guedes). Pero también hay compromisos para llevar a cabo otras reformas de carácter liberal / neoliberal. En general, los temas del Tope del Gasto Público (Enmienda Constitucional 95/2016, que limita el gasto público a veinte años); ayudas durante la pandemia, reformas laborales, siempre orientadas a una mayor flexibilidad, reformas previsionales y debates sobre las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en 2022 en Brasil.

Consideraciones finales

A partir de la década del cincuenta, el debate sobre el desarrollo en Brasil ha estado marcado por diferentes enfoques teóricos y metodológicos sobre los problemas económicos y sociales, así como sobre los problemas del subdesarrollo y la dependencia. Desde aquella década, se verifica una fuerte influencia cepalina, así como un enfrentamiento importante entre nacionalistas y partidarios de la apertura a los capitales extranjeros (crecimiento hacia adentro y hacia afuera), así como entre intelectuales estatistas y privatistas, entre otros asuntos centrales en las discusiones de la época. Medio siglo después, las cuestiones sobre el tipo de estrategia para el desarrollo continúan prácticamente la misma pauta, reapareciendo en las nuevas corrientes teórico-metodológicas y práctico-políticas.

En cuanto al debate sobre el desarrollo y sobre qué estrategia sería adecuado implementar, el mismo nos lleva a adoptar perspectivas y/o modelos de estrategias económicas que consideren factores endógenos y exógenos (actores, clases e instituciones). Además, es necesario abordar las posibilidades y los límites de la integración nacional en un mundo globalizado. A pesar de sus diferencias, muchos autores relacionaron el desarrollo con la transición de un modelo primario-exportador a un modelo urbano-industrial. Esta transición o cambio de estrategia representa una nueva configuración que es a la vez económica, social, política y cultural. La influencia directa, tanto en la forma de organización y reproducción del capital en el tiempo y el espacio, como en la redefinición de formas y estilos de vida, de la reproducción social de individuos, grupos o clases sociales en un país determinado, que es influenciado y estructurado por estos procesos. Asimismo, el tema del desarrollo no se agotó entre los años cincuenta y setenta: la cuestión central aún no se resolvió en América Latina, persistiendo la condición de subdesarrollo, pobreza y de grandes desigualdades sociales, étnicas, raciales y de género. Podemos decir que la cuestión del desarrollo es aún una clave analítica pertinente para producir interpretaciones sobre los países latinoamericanos. Como si no fuera suficiente, la actualidad demanda observaciones sobre la crisis de la pandemia Covid-19, que desnudó las desigualdades sociales, problema estructural y crónico en América Latina. Los impactos de la pandemia fueron más severos sobre los más pobres, los negros e indígenas que, en su mayoría, se encuentran en estado subalterno en Latinoamérica.

Nuestro análisis preliminar de las páginas web de la Fundación Fernando Henrique Cardoso, del Centro Internacional Celso Furtado y del Instituto Millenium, instituciones que funcionan como think tanks en el Brasil contemporáneo, demuestra posiciones diferenciadas durante la pandemia de Covid-19, frente al papel otorgado al Estado, la democracia y el desarrollo.

En el Centro Internacional Celso Furtado el problema de la pandemia Covid-19 aparece vinculado a la ausencia de desarrollo en Brasil, es decir, el planteamiento básico es que la superación del subdesarrollo podría impactar, aun si de manera indirecta, en las capacidades del país para hacer frente a eventos fortuitos o adversidades que escapan del cálculo racional y la previsibilidad.

La Fundación Fernando Henrique Cardoso también reconoce que los efectos desiguales de la pandemia Covid-19 revelan la necesidad nacional de superar desigualdades, aunque, mantiene una ambivalencia sobre la actuación de las fuerzas del mercado. A pesar de reconocer que las barreras no son mecánicas, plantea la necesidad de modernizar las instituciones y, en cierta medida, promueve una mayor presencia del mercado en la economía, como alternativa a dicha crisis.

El Instituto Millenium ve en el problema pandémico una evidencia de la tesis a favor del mercado: el problema de Brasil radica en la falta de liberalismo. La institución entiende que la combinación entre un mayor liberalismo, favorecedor del protagonismo de los agentes del mercado, y una menor injerencia del Estado, solucionaría los problemas históricos que el país enfrenta. Por ese motivo, las reformas administrativas, tributarias y políticas promovidas desde el gobierno del presidente Bolsonario son pautas destacadas de su agenda, pues, a partir de ellas, habría mayor libertad para los agentes de mercado, al tiempo que disminuiría la participación del Estado. Por tanto, esa vía es una alternativa mecánica para la solución de los problemas nacionales.

Queda claro que el Centro Celso Furtado coloca al Estado de manera central, necesaria y estratégica. Para dicha institución es el factor fundamental para la superación de desigualdades económicas, sociales y, principalmente, como orientador y corrector de las vastas desigualdades regionales de la nación. Por su parte, la Fundación Fernando Henrique Cardoso acaba produciendo un discurso más bien formal, pues reconoce las desigualdades y problemas sociales en su generalidad y los vincula tanto a la densidad democrática como a la ciudadanía. El Instituto Millenium, finalmente, entiende que toda crisis es una oportunidad para reformar el Estado y realizar concesiones al mercado, ya sea mediante reformas y nuevas líneas institucionales cercanas a las recetas y las “fórmulas mágicas” en correspondencia con los problemas sociales, económicos y políticos nacionales de forma automática.

No parece excesivo sostener que la disputa por narrativas, discursos y propuestas de políticas públicas para la resolución de los problemas crónicos del país, como es el caso de las desigualdades sociales, económicas, políticas, étnicas, raciales y de género, aún se enmarca en la relación Estado-mercado. Como vimos, los planteamientos de los tres think tanks más relevantes del escenario brasileño actual cubren un arco que va desde planteamientos que preconizan una mayor participación estatal a otros que promueven la centralidad de las instituciones de mercado. A pesar de vivir en un nuevo contexto, con muchos cambios tecnológicos, geopolíticos y globales, el problema parece presentarse bajo el mismo formato que el de los debates que tuvieron lugar más de medio siglo atrás.

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Páginas web

Centro Internacional Celso Furtado - http://www.centrocelsofurtado.org.br

Fundação Fernando Henrique Cardoso - https://fundacaofhc.org.br

Instituto Millenium - https://www.institutomillenium.org.br

Notas

1. Para elaborar el artículo los autores contaron con el apoyo financiero de la Fundação Carlos Chagas de Amparo à Pesquisa do Estado do Rio de Janeiro (FAPERJ).
2 Utilizamos la versión publicada por la editorial Contraponto y por el Centro Internacional Celso Furtado en 2010.

Notas de autor

* Departamento de Sociologia. Programa de Pós-graduação em sociologia. Universidade Federal Fluminense.
** Doutorando no Programa de Pós-graduação em sociologia. Universidade Federal Fluminense.

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