Artículos

Habitabilidad un estudio desde la vivienda social en México como espacio habitado

Habitability a study from the social housing in Mexico as an inhabited space

JESÚS ENRIQUE DE HOYOS MARTÍNEZ
Universidad Autónoma del Estado de México, Mexico
VERÓNICA ALBARRÁN CARRILLO
Universidad Autónoma del Estado de México, Mexico

Habitabilidad un estudio desde la vivienda social en México como espacio habitado

Vivienda y Comunidades Sustentables, núm. 11, pp. 51-61, 2022

Universidad de Guadalajara

Recepción: 07 Julio 2021

Aprobación: 17 Septiembre 2021

RESUMEN.: La relación entre el espacio habitado y el espacio edificado es una relación que se ha abordado tradicionalmente desde el paradigma de la habitabilidad. En la actualidad, para México se ha convertido en una condición sustantiva de investigación, como resultado de la producción de vivienda social basada en esquemas espaciales que no han favorecido la vida digna e inclusiva de amplios grupos de población en el país (CONEVAL, 2018). El diseño se ha sujetado a restricciones de índole normativo imperante en las disposiciones a nivel estatal y local, así como las propias del Plan Nacional de Vivienda (pnv) y las políticas públicas habitacionales de México por más de 60 años.

Es evidente la necesidad de estudiar a la persona y su cultura, así como su relación con el espacio que habita y el cómo lo habita, de modo que nos centraremos en el análisis del espacio habitado y el espacio edificado bajo las premisas del ser y del estar de la casa, tanto de la persona que habita, así como del habitáculo.

Por tanto, el propósito es estudiar el habitar del ser y el estar, con la finalidad de valorar como influyen en la experiencia de habitar y la gestación de la habitabilidad como proceso que acontece en la relación interior y exterior. El artículo se desarrolla desde la dimensión conceptual y normativa: la primera se propone desde la identificación de las características del habitar-habitabilidad, en tanto que la segunda se propone a partir de un recorrido longitudinal como línea de tiempo.

Palabras clave: habitabilidad y vivienda, habitar ser y estar, espacio habitado.

ABSTRACT.: The relationship between inhabited space and built space is a relationship that has traditionally been approached from the paradigm of habitability. Currently, for Mexico it has become a substantive research condition, as a result of social housing production based on spatial schemes that have not favored a dignified and inclusive life for large population groups in the country. Its design has been subject to normative restrictions prevailing in the provisions at a federal and local level, as well as those of the National Housing Plan (pnv) and the public housing policies of Mexico for more than 60 years.

The need to study the person and his/her culture, as well as his/her relationship with the inhabited space and how it is inhabited is evident. Thus, we will focus on the analysis of the inhabited space and the built space under the premises of being and of staying in the house, both for the person who dwells, as well as for the dwelling.

Therefore, the purpose is to study the inhabiting of being and staying, to assess how they influence the experience of living and the development of habitability as a process that occurs in the relationship between interior and exterior. The article is developed from the conceptual and normative dimension: the first is proposed from the identification of the characteristics of inhabiting-habitability, while the second is proposed from a longitudinal perspective, as a timeline.

Keywords: Housing inhabit, habitability, inhabited space.

INTRODUCCIÓN

Desde mediados del siglo XX, Heidegger (2016) abordaba la crisis del habitar, que corresponde a la incapacidad de hacer del espacio edificado un espacio habitado, derivado de una producción arquitectónica que no concuerda con la forma de habitar del ser humano. Su construcción se ha visto caracterizada por una deslegitimación de la persona, resultado de la omisión de sus necesidades, experiencias o formas de vida. La edificación de espacios impersonales, sin contenido, han limitado su apropiación por parte de quienes residen en ellos, restringiéndose a servir de resguardo. Así, éste se ha convertido para las personas en un lugar donde se está físicamente pero no se es. La casa, espacio habitado por excelencia, se ha transformado en residencia, domicilio o vivienda. Al carecer de cualquier tipo de consideración de sus hábitos y costumbres, sus ritos y mitos, que definen su forma de ser persona, demuestran que el hombre ha fallado en desarrollar conocimiento sustancial sobre lo que supone un hábitat adecuado para su propia especie.

En este sentido se mira pertinente la reflexión sobre la forma en la que el habitar del individuo se ve afectado por los espacios contemporáneos producidos para su residencia. Si la crisis del habitar es reforzada por las dinámicas contemporáneas que inciden en la transformación del hábitat del hombre, perpetuando prácticas inadecuadas, ¿Cómo aportar, desde la academia, al estudio que permita un mejor entendimiento entre ser humanoespacio habitado? Es del interés del presente artículo abordarlo a partir de la reconsideración del ser y el estar en el habitar y la habitabilidad.

El artículo se estructuró en tres partes. La primera consistió en la reflexión filosófica del habitar a partir de las posturas de Heidegger (2016) y Morales (1984), y el reconocimiento de la relación entre espacio habitado-edificado, que permitió un primer acercamiento al concepto de habitabilidad. La segunda parte se centró en el estudio retrospectivo del desarrollo de los estudios de la habitabilidad como determinantes del espacio edificado, tanto en el habitáculo como en la conformación del asentamiento humano, lo que permitió analizar la congruencia entre los paradigmas identificados y las características de la relación habitar-habitabilidad. La tercera etapa permitió el análisis de la concepción de habitabilidad en los Planes Nacionales de Vivienda, basado en la reflexión y estudio del espacio habitado como argumento central del ser y estar. Con base en lo anterior, se desarrolla una idea tendiente a definir la habitabilidad como la aproximación al estudio desde la legitimación de la persona y su ambiente construido.

UNA REFLEXIÓN FILOSÓFICA DEL HABITAR Y LA CONCEPTUALIZACIÓN DE LA HABITABILIDAD

Entre las reflexiones filosóficas del habitar que se produjeron en el Siglo XX, surgen las posturas de Heidegger y Morales, en la determinación sobre la esencia del habitar, principalmente en la relación ser y espacio habitado. Para Heidegger, habitar equivale a ser, es decir, el hombre es en la medida que habita. Con ello refiere a que la forma de ser del hombre determina la forma de habitar, pues considera el habitar como algo que proviene de su interior, que exterioriza y refleja en su forma de vivir y con-vivir. Para ello, describe una serie de condiciones que le permiten a la persona habitar, entre las que destaca el permanecer y residir en paz. (Heidegger, 2016, pág. 152).

El hombre permanece entre los mortales y con la tierra, que le sustenta (físicamente) y le provee para su subsistencia; por consiguiente, modifica la tierra a partir de su forma de ser (determinada por sus hábitos, costumbres, ritos y mitos), y reside libre y preservado de daño y amenaza. Habita al abrigar y cuidar la esencia del Todo (que reconoce como Cuaternidad), manteniendo el equilibrio y aceptando su lugar entre aquello con que coexiste; al mismo tiempo que construye tanto cultura como edificios. (Heidegger, 2016, págs. 153-154).

Por su parte, Morales sostiene que el hombre originalmente se encuentra errante en la vastedad, puesto que la tierra es inicialmente inhóspita e inhabitable. Este medio hostil, le genera una sensación de desamparo, de aquí surge la necesidad de determinar su relación con todo aquello que le es ajeno. Así, el hombre llega a habitar a partir de un proceso en el que necesita orientarse en el espacio genérico y posteriormente situarse en él, tanto para reconocerse, así como para ordenar las cosas con las que reside, es así que se reconoce el estar en el lugar. (Morales, 1984, pág. 182).

Esta relación ser humano-espacio habitado, le permite convertir la vastedad (espacio genérico) en lugar (espacio producido). Ello lo logra por medio de un proceso de auto-domesticación, seguido de la domesticación del espacio a partir de la repetición de los actos cotidianos, creando hábitos y costumbres que le permiten mirarse en el espacio. A partir de esta fijación (estar) el hombre puede comenzar a ser. (Morales, 1984, págs. 210-211).

Esferas de relación en el habitar.
FIGURA 1
Esferas de relación en el habitar.
Fuente: Elaboración propia.

Estas propuestas de Heidegger y Morales, que reconocemos en este trabajo como la diferencia del análisis del ser y el estar, presupone la base y argumento central de la disertación para la habitabilidad a partir del hábitat, el cual se presenta como sigue: Para Heidegger el habitar es ser, mientras que para Morales implica estar. Para Heidegger, el hombre originalmente habita, puesto que se trata de un elemento intrínseco e indisociable de su ser. Para Morales, el hombre y el espacio originalmente se encuentran separados, y es en la unión de ambos que se llega al habitar. Por consiguiente, la relación del hombre como ser y estar, se encuentra en la ubicación de como éste (persona) se identifica en el espacio-tiempo.

Esta argumentación permite identificar que el ser es el interior en tanto que el estar es el exterior. Es posible argumentar esta afirmación del interior y el exterior como categorías por un lado opuestas y al tiempo complementarias que entendemos como dinergia1 (Doczi, 2012, pág. 2). El hombre se habita al interior en un primer momento, es decir, a sí mismo; y posteriormente co-habita con el exterior, es decir, con lo que se ubica espacialmente fuera de él. Heidegger lo reconoce como ser. En tanto que Morales centra el ser en el autorreconocimiento de la persona en el espacio, lo que nos propone como la auto-domesticación. Al relacionar en sociedad, entre él y otro, se desenvuelve un proceso que define como la domesticación de lo otro. Si ser implica aquello que proviene del interior del hombre, estar le permite relacionarse con el espacio que le contiene, es decir, con el exterior.

En la relación del ser interior y el estar exterior como la vinculación del espacio-tiempo que envuelve como ambiente, en el encuentro del interior y el exterior se presentan lo individual y lo colectivo como esferas relacionales en el proceso de habitar como acto poiético; donde lo individual surge como proceso de construcción personal y lo colectivo como proceso de co-construcción.

Siguiendo con los argumentos de Heidegger y Morales. Heidegger se refiere con adjetivos tales como “permanecer”, “residir”, “abrigar” y “cuidar”, (Heidegger, 2016, pág. 2) como formas en las que la persona se hace presente en el espacio-tiempo; con ello, alude a que el ser está íntimamente relacionado con el estar. En tanto que en Morales observamos que plantea una disociación entre la persona y el espacio-tiempo al proponer que el lugar no existe de forma original, ya que este se configura en la relación del ser con el estar, afirmando que el hombre “hace lugar” para habitar. (Morales, 1984) En esta reflexión evoca a las categorías del interior y el exterior, al tiempo de contemplar tanto lo individual y lo colectivo; relación que se observa en los hábitos, mitos, ritos y rutinas. (De Hoyos Martínez, Alvarez V, & Jiménez J., Habitar la Vivienda, 2015, pág. 10)

Hombre y espacio-tiempo es una relación inherente a la naturaleza de la vida, relación que transforma y se transforma continuamente. A este fenómeno se le identifica con el proceso de configuración del concepto de “lugar”, como aquella fracción del espacio-tiempo donde acontece el ser y el estar, tanto en su multiescalaridad como su multidimensionalidad vista esta relación como una relación en la complejidad (De Hoyos Martínez, 2010). En síntesis, la relación del ser que identificamos como persona y el estar que reconocemos con el ambiente contiene elementos de relación del interior con el exterior.

La habitabilidad, por tanto, se realiza como resultado del proceso de habitar. Es decir, es el proceso de relación que la persona tiene con el otro y con lo otro en el espacio tanto natural como edificado y habitado. Por consiguiente, hablar de habitabilidad implica el reconocimiento del habitar en continuo, es decir es un gerundio. Pero ¿cómo se ha construido el concepto de habitabilidad y cómo se relacionan el ser y el estar en la aproximación al entendimiento de este fenómeno?

RELACIÓN HABITAR HABITABILIDAD

Este proceso será desarrollado en dos momentos, el primero de ellos contempla un breve recorrido por el tiempo donde las formas de habitar y con ello, la habitabilidad, han sido desarrolladas; para en un segundo momento delimitar las características, análisis y reflexión del habitar y la habitabilidad.

Primero, se identifica la relación habitar-habitabilidad en el tiempo, es el propio proceso de ser y estar en el lugar, es decir, vivir el lugar y transformarlo de forma cotidiana a través de actos iterativos. Este será un breve análisis de aquellos momentos que han influido en el proceso de habitar que se muestran en la configuración del asentamiento humano y con ello, de la habitación. El recorrido nos permitirá hacer algunas reflexiones en torno a las transformaciones en el proceso de habitar, así como de las preocupaciones y ocupaciones de la comunidad.

Este recorrido lo realizamos con especial interés en la ciudad:

Mercado (1995), citado por Sulbarán Sandoval y Rangel Rojas (2018), confirma que el fenómeno de habitar transita al proceso de habitabilidad, mismo que identifica con el grado en que una edificación se ajusta a las necesidades y expectativas de los moradores, y se define por una diversidad de factores físicos y psicológicos que forman parte de la cotidianidad de la persona. (Sulbarán Sandoval & Rangel Rojas, 2018, pág. 31)

Con el breve recorrido es posible identificar que la aproximación a la habitabilidad en el tiempo ha sido paulatina y los grandes pasos no han estado presentes. Asimismo, es posible identificar que la dimensión técnica y tecnológica han privado en el proceso. Por tanto, habitar se entiende como la relación del ser y el estar que es la convivencia del interior y exterior. Este es un fenómeno que se formula a partir de una vertiente técnica, mismo que como fenómeno está presente en el ciclo de vida y construcción (bioconstrucción). Es por tanto la técnica que no debe de contaminar. (Álvarez Vallejo, De Hoyos Martínez, Jiménez Jiménez, Valdés Garcés, & Romero Guzmán, 2020, pág. 21) Cuando se desarrolla la técnica en conciencia, es posible identificar los procesos tecnológicos, donde lo tecnológico es el proceso sistematizado y pensado de la técnica tradicional, misma que arraiga a la persona como humano al establecer relación con el otro y ese gran otro que es la naturaleza (plantas, animales entre otros).

En un segundo momento, se analiza el habitar y la relación con la habitabilidad y se acepta a esta como constructo multidimensional, basado en la relación entre el habitante ser y el lugar edificio estar (como elemento cuyas características se adecúan al primero). Por su parte, se cuenta con miradas como la de Castro (1999), referido en Moreno Olmos (2008): la habitabilidad es “la cualidad que tiene un lugar como satisfactor de las necesidades y aspiraciones del habitante”. (Moreno Olmos, 2008, pág. 53) Por tanto, se contempla que la habitabilidad se dimensiona como un elemento valorativo del ser y el estar conformado por:

Si de necesidades y aspiraciones se trata, es pertinente revisar detenidamente el principio del habitar desde el ser en el que el hombre desarrolla como poiesis (Maturana, (1997) (2006)) un papel creativo en la construcción del espacio “lugar”. La habitabilidad se convierte entonces en un acto poiético, que entendemos como creación, en un proceso tanto objetivo como subjetivo, lo cual abre la posibilidad de observar respuestas en el plano tanto físico como sensorial del espacio construido urbano-arquitectónico.

Se vuelven relevantes las categorías asociadas al interior y a la individualidad, centrándose en la experiencia única y personal que cada ser humano tiene en el espacio, misma que depende de las múltiples dimensiones de su forma de ser-estar-habitar. “Entonces es posible pensar (…) el reconocimiento de los distintos modos de construir no sólo espacios físicos delimitados, sino lugares donde se recrea la condición humana.” (De Hoyos Martínez, Álvarez Vallejo , & Jiménes J., 2015) También se contempla la propuesta y análisis de la evolución de los modos de habitar (Valladares Anguiano, Chávez González, & López de Asiain, 2015, pág. 20). Se considera que la valoración de la habitabilidad no puede ser universal, puesto que depende de la experiencia de cada persona, y varía de acuerdo con su cultura, el lugar que habita, costumbres, entre otros. (Mena Romaña, 2011, pág. 299).

Exige entonces “indagar cómo viven los sujetos, sus condiciones de existencia y sus expectativas para transformar estas condiciones” (Gazmuri Núñez, 2013, pág. 41). La propuesta de Sulbarán y Rangel en relación con la habitabilidad se sustenta en la …“diversificación, adaptabilidad, que proporcione respuestas adecuadas a la variedad de modos de vida y estructuras de convivencia presentes en la actualidad y su evolución en el tiempo.” (Sulbarán Sandoval & Rangel Rojas, 2018, pág. 31)

Desde esta perspectiva, la construcción individual y colectiva del espacio habitado es donde se reconoce la habitabilidad que se ubica en torno al ser y al estar, bajo las siguientes consideraciones:

De modo que cuando se habla de una vivienda diversificada y adaptable, se reconoce la individualidad del ser y la necesidad de que ésta se adecúe a su forma de vida, pero también a la colectividad, puesto que las estructuras de convivencia están presentes en el ambiente (estar), en el encuentro con el otro y con lo otro.

A partir de lo anterior, es posible visualizar que el enfoque original de la habitabilidad se centró en el estar, tanto en el espacio interior como en el exterior, ocupándose de mediar el encuentro entre el ser y todo aquello fuera de él. Posteriormente, evolucionó a enfocarse en un aspecto más personal, centrado en el estar individual, y en las respuestas sensoriales del ser a las condiciones del espacio edificado conocido como habitáculo.

La exploración de la habitabilidad en relación con el ser. En este sentido se interesa por la persona y por su percepción del espacio habitado. Reconoce las dimensiones que sobrepasan el plano físico-espacial, y analiza la habitabilidad como un acto poiético. El último enfoque analizado media entre el interior y el exterior, centrándose tanto en el reconocimiento del ser en el espacio a partir de sus hábitos, como de la construcción colectiva de la identidad, que se refleja en la cultura, y que a su vez se exterioriza en el espacio, haciendo de él lugar.

EL HABITAR Y LA HABITABILIDAD DESDE LOS PROGRAMAS NACIONALES DE VIVIENDA

Es importante considerar que el ser y el estar como se han planteado en el proceso de habitar y la habitabilidad, necesariamente nos llevan a conocer el cómo se aborda desde los asuntos oficiales y qué peso se le ha otorgado desde la élite gubernamental a través de políticas públicas; para ello, se analizan los últimos tres Programas Nacionales de Vivienda (pnv), documentos oficiales en los que se presentan el cúmulo de políticas públicas en materia de vivienda por parte del gobierno federal. (Ver tabla 1)

TABLA 1
Resumen de los elementos asociados a la habitabilidad en el PNV.
Resumen de los elementos asociados a la habitabilidad en el PNV.
Fuente: Elaboración propia a partir de documentos oficiales.

El análisis efectuado al pnv en tres periodos será desarrollado en dos niveles que nos permitan identificar en primer lugar, los enfoques de la política pública que le otorgaron sentido a su diseño y aplicación y, en segundo lugar, si se sustenta en la inclusión o no de la habitabilidad:

  1. 1.
    • El primero, pnv 08-12, se caracteriza por su enfoque hacia la asequibilidad y sustentabilidad, lo que significó centrarse en el rezago habitacional en términos cualitativos, poniendo énfasis en las condiciones financieras, por otro lado, se hace referencia al proceso de producción y con ello el ciclo de vida. Se canalizan los esfuerzos por su provisión a nivel cuantitativo y por su ubicación en relación con el contexto para alcanzar el equilibrio entre el hombre y la naturaleza, dándole mayor peso al estar colectivo. (DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACION, 2021).

    • El segundo, pnv 14-18, contempla el desarrollo ordenado y sustentable, lo cual pasa por la cantidad y calidad de viviendas que se mira como rezago y el impacto al ambiente como prioritarios. También hace referencia a los esquemas de vivienda, en el que se reconocen las múltiples formas de la familia y sus sistemas de financiamiento y finalmente el acceso a la información que implica toma de decisiones con información eficiente y anticipada. Se reconoce un análisis fundamentalmente territorial, cuantitativo y financiero en función de las posibles necesidades tanto del individuo como del entorno. Es evidente que muestra avances en el interés por la diversidad cultural de la población, fundamentalmente en las áreas urbana y metropolitanas, por encima de las organizaciones tradicionales de las comunidades. (DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACION, 2021).

    • El tercero, pnv 18-24, hace énfasis en la vivienda adecuada que reconoce las 7 dimensiones del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de las Naciones Unidas, el cual se sustenta en Derechos Humanos. Con ello, se le busca dar una dimensión de derecho a la vivienda, es decir, atender la necesidad básica de la población. Asimismo, hace referencia al Derecho a la ciudad, propuesta igualmente sustentada en los derechos humanos; e incluye la categoría de vivienda “digna”. Se observa, desde las bases de elaboración del pnv vigente, que todavía predomina la mirada al exterior, así como las condiciones necesarias para habitar en las características del habitáculo. Es posible distinguir el interés por la multiescalaridad y multidimensionalidad del comportamiento del espacio habitado. (SECRETARÍA DE DESARROLLO AGRARIO, TERRITORIAL Y URBANO. Gobierno de México, 2019).

  2. 2. El análisis de la habitabilidad en los tres pnv y el grado de importancia asignada a esta. Para ello se consideran los siguientes cuestionamientos: ¿Cómo se relaciona el enfoque de habitabilidad abordado en los últimos pnv con respecto al habitar como una condición del ser y el estar de la persona?, ¿De qué manera son reconocidas en cada planteamiento las dimensiones del interior, del exterior y de la relación entre ambos, cómo categorías del habitar?, ¿Alguno de los enfoques considerados es pertinente para el estudio de la habitabilidad como relación entre el espacio habitado y el espacio edificado?.

Los pnv parecen haber sufrido una transición en cuanto al enfoque con el que se reconoce la habitabilidad.

Es evidente en el análisis del pnv que existe un interés desde las políticas públicas de establecer condiciones en relación con el estar-habitar. Sin embargo, a pesar de que los discursos representan el interés de la población, también son reflejo de una forma de gobierno que no necesariamente conecta con las necesidades y requerimientos de esta. La preocupación por asegurar la subsistencia (estar), pudiera ser causal de que otras dimensiones de carácter no material sean relegadas.

Un plan sabemos debe ser incluyente al tiempo de reconocer la multidimensionalidad del fenómeno habitar. Este supone un trabajo sumamente complejo tanto en su elaboración discursiva como en la aplicación en el territorio, por las restricciones que toda política pública trasmite al diseño. Si bien se identifican los elementos que influyen en el estar principalmente en el plano material, tanto al interior del espacio edificado como al exterior de este, cuando esta relación se busca extender a las emociones, este proceso se dificulta y por ello, este esfuerzo se observa menor y sólo es posible mirarlo cuando la persona transforma el espacio edificado en espacio habitado.

CONCLUSIONES

El estudio abordó la habitabilidad que se entiende en el habitar, por medio de la confrontación entre el ser y el estar. Derivado de su forma de ser, el hombre transforma el espacio para estar de determinada manera, creando el espacio habitado, que reconoce como lugar. De esta unión surgen las dinergias interior-exterior, individual-colectivo, público-privado que caracterizan la experiencia del habitar permitiéndole al hombre vivir y con-vivir. Por consiguiente, se determinó que el habitar es la forma de ser del hombre en primera instancia, pero también de estar, pues la relación hombre-espacio es indisociable.

A partir de ello se reconoce un primer enfoque de la habitabilidad hacia el exterior y lo público como medida de ordenamiento y subsistencia colectivo, que evoluciona hasta el cuestionamiento del ser y del espacio habitado, como aquel donde el hombre se ha exteriorizado a partir del reconocimiento de su forma de vida. Se concluye que la habitabilidad como proceso implica el reconocimiento de elementos tanto valorativos como relacionales en el acto de habitar. Tanto la reflexión del habitar como la identificación de las características de la habitabilidad permiten considerar como elemento fundamental el reconocimiento de la complementariedad entre ser-estar, puesto que identifica la relación entre cultura, técnicas de construcción y diseño del espacio.

En el análisis de los pnv se identifica esta misma transición, tras lo cual se concluye que el problema se ubica en la aplicación de las políticas públicas a partir del diseño. En el proceso de habitar a partir del diseño como medio para reconocer el ser y el estar es indispensable desarrollar variables e indicadores de orden cualitativo que caminen en favor del ser en el estar material del hábitat. Esta tarea nos sugiere la necesidad de replantearnos el concepto de habitabilidad:

La habitabilidad es tanto la valoración de la persona como ser en el acto de habitar en el espacio construido y edificado con base en su forma de vida (sus hábitos y costumbres), tanto como las aspiraciones de la persona y del grupo en un espacio-tiempo que tiene como referente a la cultura.

Así, se determina que los siguientes componentes pueden ser considerados en la habitabilidad con base en el estudio del espacio habitado:

Lo anterior posiciona a las formas de habitar al centro del estudio y sugiere la necesidad de identificación de variables asociadas.

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Notas

1 Es un proceso general de formación según un modelo: la unión de opuestos complementarios, que juntos tienen un poder generativo.
2 Para ello, se definieron estándares mínimos exigibles tanto para el habitáculo como en el exterior de este, con la intención de asegurar el bienestar físico de las personas que habitan el lugar.
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