Servicios
Descargas
Buscar
Idiomas
P. Completa
Trabajar en la calle. Una mirada desde la antropología
Yutzil Tania Cadena Pedraza; Mariano Perelman
Yutzil Tania Cadena Pedraza; Mariano Perelman
Trabajar en la calle. Una mirada desde la antropología
Revista Latinoamericana de Antropología del Trabajo, vol. 8, núm. 17, 2024
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
resúmenes
secciones
referencias
imágenes
Carátula del artículo

Presentación editorial

Trabajar en la calle. Una mirada desde la antropología

Yutzil Tania Cadena Pedraza
UNAM-CONAHCYT, México
Mariano Perelman
UBA-CONICET, Argentina
Revista Latinoamericana de Antropología del Trabajo, vol. 8, núm. 17, 2024
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Los textos aquí reunidos son producto de una convocatoria que realizamos a partir del pedido de la Revista Latinoamericana de Antropología del Trabajo. Los editores fueron muy generosxs con nosotrxs y a la vez nos pusieron en un problema. Nos convocaron para editar un dossier sobre Trabajar en la calle. Esa apertura nos permitió, y nos permite, antes que nada, comprender el modo en que nuestra disciplina construye “problemas” y “objetos” de investigación. Pensar etnográficamente el “trabajar en la calle” requiere exotizar lo que es trabajar, lo que es la calle y lo que es trabajar en la calle.

La convocatoria que armamos fue como tirar una moneda al aire. Nosotrxs teníamos nuestros presupuestos sobre qué podría implicar trabajar en la calle -que desarrollaremos en este texto-, pero queríamos ver quiénes, cómo, de qué forma se piensa el trabajar en la calle desde la antropología. La antropología se va haciendo de forma colectiva. Y este dossier es parte de este proceso, al ser un espacio más donde se reúnen investigaciones que centran su estudio en los trabajos que ocurren y se realizan en la calle, desde aproximaciones que consideran las experiencias de lxs trabajadores.

El llamado tuvo amplia convocatoria. Recibimos trabajos de diferentes lugares sobre el trabajar en la calle en América Latina, sobre todo en Argentina, Brasil y México. La mayor parte de las propuestas -como lxs lectorxs podrán apreciar- se centran en el mundo de “lo popular”, “lo informal”, “lo precario”, “lo ilegal”. Sin embargo, este recorte es una mirada incompleta de los trabajos en la calle. La calle es el lugar de trabajo de miles de personas, incluso de las que intentan regularla.

Abordar el trabajo en la calle es poner en el centro de las reflexiones a la práctica laboral y a la calle como lugar de trabajo, entendiendo como lugar el resultado de un proceso de simbolización del espacio social, en el que el poder, las jerarquías y la diferenciación se expresan en el espacio físico por la posición y acceso a los recursos, incluyendo el tiempo y el espacio (Bourdieu, 1997). Desde esta perspectiva, todo lugar de trabajo resulta de procesos de simbolización que se construyen históricamente, en los que el trabajo no es una práctica homogénea; al contrario, las maneras de concebirlo, valorarlo, organizarlo y espacializarlo hacen parte de diversas dinámicas urbanas y de tiempos históricos específicos de la ciudad (Cadena, 2017; 2020). Desde esta diversidad de formas de trabajo se propone pensar la calle como espacio público, y reflexionar sobre su función y utilidad, pero sobre todo analizarla como lugar de trabajo y resultado de relaciones de poder, formas de gestión, conflictos, experiencias sociales e interacciones entre trabajadores y otros actores sociales como funcionarios públicos, transeúntes, usuarios o clientes. También se contempla que, para diferentes grupos sociales que cuentan con establecimientos más o menos estables, la calle es extensión del espacio de trabajo como sucede con algunos restaurantes, comercios, muestras, ferias, mercados y artistas que ocupan el espacio público -a veces de forma legal y otras ilegal- para difundir o realizar sus actividades o servicios.

El dossier que aquí presentamos aborda la relación entre trabajo y calle. Esta propuesta requiere (re) pensar la calle, el trabajo y el trabajo callejero, y para ello creemos necesario buscar herramientas y recuperar de y en los estudios de la antropología urbana, en y de los estudios de antropología económica y en y de los estudios de antropología del trabajo, herramientas conceptuales y metodológicas con el propósito de visibilizar un andamiaje que aporte en la comprensión, particularmente, de las formas del trabajo que se desarrollan en la calle. No pretendemos aquí hacer un estado de la cuestión, pero sí enmarcar nuestra perspectiva en ciertos debates académicos.

Trabajar en la calle, un cruce entre el trabajo y el espacio público

Las contribuciones, como respuesta a la convocatoria, continúan cierta tradición antropológica en la que se piensa a los espacios públicos como lugar de vida de los “sectores populares”. Esta mirada es aún más fuerte en lo que se conoce como el sur global, donde -según la mirada hegemónica- parecería que las formas malditas del capitalismos tienen lugar. Esa mirada hacia “la calle” se presenta tanto en términos de acceso a recursos como de “infraestructura” (ver la crítica de Cavalcanti & Araujo, 2023). Esta mirada sin ser falsa es incompleta en un doble sentido. Por un lado, construye una desviación de las formas de acumulación y de trabajo entre el “norte” y el “sur”. Por otro, y esto es lo que nos interesa marcar ahora, construye una mirada parcial de los procesos que ocurren en las calles y que construyen la calle como lugar de trabajo.

Un primer punto de partida es flexibilizar la noción misma de trabajo. Esta flexibilidad no remite (sólo) a la flexibilización laboral como forma de acumulación del capital (aunque sin duda se relaciona), sino a una mirada etnográfica del “trabajo”. Esto es, como una categoría nativa, como una práctica compleja que se realiza para la reproducción de la vida, en relación constante con otros ámbitos de vida, otras problemáticas y como una manera de estar, permanecer, acceder y habitar la ciudad.

Con trabajo nos referimos a una multiplicidad de prácticas que se realizan para ganarse la vida, contemplando aquellas que exceden el trabajo formal y el dualismo que se ha establecido con las formas de trabajo consideradas informales, legales o ilegales. Las distintas aproximaciones a diversas realidades dan cuenta de que -especialmente en “la calle”- ser trabajador o estar trabajando no es algo en sí mismo sino una práctica situacional. Los vendedores ambulantes y los recolectores en Buenos Aires pueden referirse a su actividad como trabajo, como changa o, simplemente, decir que están desocupados o sin empleo, depende del contexto. A su vez, diferentes grupos sociales pueden ser catalogados de forma diferente, aún haciendo la misma tarea: género, raza, nacionalidad, edad, son centrales para entender las múltiples formas de comprender el acceso a la vida; por ejemplo, las actividades que parecen tener un lugar liminal en ciertos imaginarios hegemónicos permiten a las personas jugar y probar.

También interesa distanciarnos de pensar dicotómicamente el trabajo en contraposición al no trabajo, pues esta oposición no permite ver las múltiples formas en que las personas de carne y hueso se ganan la vida, ni comprender las interrelaciones que el trabajo entabla con otros ámbitos de la vida. Muchas veces las categorías utilizadas se establecen desde preconceptos morales de lxs investigadorxs -que quedan pegados a categorías pre establecidas- para pensar las prácticas de las personas. Por ello, interesa preguntarnos ¿qué pasa si tomamos en serio las propias categorías que las personas establecen desde su experiencia de trabajar en la calle?

De esta manera, el dossier propone contribuir a los estudios sobre el trabajo y desde la experiencia de los trabajadores, para comprender las situaciones contemporáneas y contemplar las dimensiones de género, generacionales y espacio-temporales que organizan el trabajo. Busca rescatar el enfoque de una antropología del trabajo en diálogo con otras disciplinas, que aborde más allá de las formas hegemónicas del trabajo, que profundice en los procesos denominados como informales y precarios del trabajo para dar cuenta de la complejidad de las diversas relaciones que se conforman alrededor de y constituyen el trabajo en la calle.

Sabemos que desde hace décadas la flexbilización, no ya laboral sino de la vida, ha generado nuevas formas legítimas de acceso a recursos, formas mucho más precarias que exceden el trabajo informal (ver por ejemplo Capogrossi & Quintana, 2021). Pero ese “suffering lot” (Robbins, 2013), que se ha reactualizado con la “crisis de 2008” (Knight & Stewart, 2016), deja afuera una serie de procesos que constituyen esa vida en la calle. No sólo porque no todos los que trabajan en la calle son “pobres” sino también porque no todos los pobres sufren o no todo en la vida de los pobres es sufrimiento[1]. Más allá del etnocentrismo de las academias del “norte” (en donde según ellxs se hace La Antropología con mayúscula), y como el mismo artículo de Robbins plantea en relación a una “anthropology of the good” -y de alguna manera retoma años más tarde (Ortner, 2016)-, se continúan reificando las vidas entre el bien, lo bueno, lo productivo y el sufrimiento. La calle es ese espacio interseccional en el que diferentes grupos, formas de acceder a recursos, estilos de vida y prácticas se entrecruzan. En este entrecruzamiento es que la desigualdad se produce y, desde esa mirada etnocéntrica, la calle suele centrarse en los “sufrientes” y deja de lado procesos sociales y colectivos importantes en la vida de las personas que trabajan en la calle. Frente a esto, lo que se propone es una mirada de la calle -incluso en los trabajos precarios- como lugar de encuentros, de organización, de sociabilidad (Cadena, 2021). Procesos que desde una mirada centrada en el sufrimiento de las personas los terminan dejando de lado.

La precarización de la vida no siempre se correlaciona con formas de empleo más precarias, o la precarización laboral no siempre produce formas más precarias de vida. Esto que parece una paradoja adquiere sentido si nos centramos en la manera en que las personas de carne y hueso construyen formas legítimas de ganarse la vida (Fernández Álvarez & Perelman, 2020; Perelman 2021). El trabajo (entendido como empleo más o menos formal) se fue desdibujando a partir de otras formas de relación -como la deuda (Wilkis, 2024)-; no obstante, también es una forma de integración social y de relación que permite pensar nuevas formas de hacer mundo y de estar en el mundo. Las nuevas -y no tan nuevas- formas de relacionarse con el trabajo y de trabajar para vivir parecen combinar de forma diferente tanto trabajar para vivir como vivir para trabajar. Tanto trabajo como vida deben pensarse no como algo evidente[2], sino como procesos que se construyen en un entramado de prácticas interrelacionadas.

Esto nos lleva a una segunda pregunta: ¿es posible comprender de una forma compleja los entramados de las vidas de las personas? Sobre esto, consideramos que no hay una sola manera de comprender las complejidades y las relaciones que se establecen en las distintas formas de trabajo. Sin embargo, es posible dar cuenta de que el trabajo está en relación constante con diferentes ámbitos de la vida, y en el caso del trabajo en la calle puede ayudar a visibilizar que la precarización de la vida de lxs trabajadorxs (y el trabajo mismo) no está determinada exclusivamente por las condiciones de trabajo. En estos casos se hace evidente que hay procesos estructurales, como la segregación social, espacial, de clase o de género, que condicionan o acentúan desigualdades que se reflejan en la precarización de la vida. La precarización de la vida urbana y la precarización urbana (Campbell & Laheij, 2021) se producen a partir de una serie de procesos que no sólo remiten a las formas de ganarse la vida sino a las transformaciones en el territorio, como mayor contaminación y violencia, mayor dificultad para el acceso a la salud, el transporte etc. Estos procesos afectan a todas las personas. Sin embargo, no lo hacen de la misma forma. Es innegable que gran parte de la desigualdad se expresa en las interacciones que se realizan en el espacio público, en “la calle”. La calle como lugar de trabajo -entendida en un sentido amplio- es un lugar central para comprender el modo en que los sectores populares se ganan la vida. Allí es central la relación con otros grupos sociales y con las diferentes instituciones que componen el Estado. Por ejemplo, como muestra Pires (2017; 2020), el modo en que en la interacción entre personal de seguridad y vendedores ambulantes se expresa una sensibilidad jurídica particular en Brasil, basada en un derecho precario. En Buenos Aires, por su parte, las interacciones entre vecinos y cartoneros en las calles van configurando formas de estar en la ciudad, maneras de acceder a los recursos y vidas desiguales (Perelman 2019).

La calle es el espacio de gestión y producción de los ilegalismos (Pires, Hirata & Maldonado, 2020), de formas de gubernamentalidad (Hirata, 2020), es el centro de la economía (y de la globalización) popular (Rabossi, 2004; Rabossi & Tassi, 2023). La calle es un espacio importante en las formas de ganarse la vida y de hacer personas (Narotzky & Besnier, 2014). La calle es un lugar de producción de valor (Álvarez et al, 2022), un valor que se disputa cotidianamente a partir de las diferentes negociaciones e intervenciones sociales.

Un segundo punto relacionado con el anterior es que, aun flexibilizando la categoría de trabajo, la calle como lugar de obtención de recurso no se reduce a formas de supervivencia -o sea a formas precarias, informales, ilegales de vida. Antes bien, como dijimos, la calle reúne una multiplicidad de actividades: repartidores, vendedores puerta a puerta, fuerzas de seguridad, taxistas, colectiveros, etc. El turismo tiene el espacio público como un locus central. Las veredas son utilizadas por restaurantes para poner mesas, es lugar de ferias populares pero también gentrificadas, de food trucks. La calle es también lugar de trabajo político en tanto espacio de protesta. En varios sentidos, la calle no es sólo espacio público que se diferencia del espacio privado. Las calles de la ciudad se han valorizado como espacio utilizado también por los sectores medios y altos. No solo grupos trabajan en pos de mejorar la infraestructura urbana sino también que luego existe una apropiación de esos espacios. Aquí nos encontramos con un doble proceso. Por un lado, con la capacidad de ciertos grupos de hacer uso de las normas, que no solo logran imponer formas de estar sino también una diferencia entre prácticas legales e ilegales. Los juegos de poder (Telles, 2009) hacen que no importe que las prácticas sean legales o no. Antes bien, resulta central la capacidad que ciertas personas tienen de enmarcar sus prácticas dentro del marco de lo legal y legitimante (Perelman, 2022). Pero al mismo tiempo, esta capacidad diferenciadora está también construida -no siempre de forma intencional- por las investigadoras e investigadores que utilizan categorías diferentes o que retoman los discursos nativos como propios.

Un tercer punto, que también remite a no confundir categorías analiticas con categorías nativas, es que si nos alejamos de las visiones normativistas del trabajo (y sus adjetivaciones) podemos comprender mejor el modo en que la calle es parte del acceso a la vida de millones de personas. Descentrar la categoría de trabajo implica pensar más allá del trabajo, en concordancia con las corrientes que implican repensar la economía (Narotzky & Besnier, 2014), recentrar la economía y la vida (Neiburg, 2022) y las perspectivas centradas en las formas de ganarse la vida (Fernández Álvarez & Perelman, 2020; de L’Estoile, 2014; Narotzky & Besnier, 2014). Ello implica pensar de forma amplia el trabajo y la economía (Perelman, 2021 y 2020). Si como dijimos, una mirada solo centrada en la precariedad implica no ver todo lo que ocurre, centrarse en una dimensión restringida del trabajo también genera un recorte parcial de los procesos que ocurren en la calle, por lo menos en dos dimensiones: la que podríamos considerar laboral y la que podríamos pensar como más allá del trabajo. Las actividades que ocurren en la calle requieren muchas veces generar relaciones con otros actores para poder acceder al espacio público[3].

Por último, la misma noción de calle puede ser puesta en cuestión. Estas formas de pensar el trabajo en la calle, y las calles mismas, abren la posibilidad de re pensar a las personas como infraestructuras (Simone, 2004) en la producción de las ciudades.[4] Retomando la experiencia brasileña sobre los procesos de autoconstrucción en las favelas, Cavalcanti y Araujo (2023) remarcan que las prácticas de las personas que pueden ser entendidas como infraestructura son prácticas de trabajo (cursivas en el original). Pero si agregamos que estas prácticas son parte de una concatenación de relaciones entre diferentes actores (humanos y no humanos), nos encontramos con la posibilidad de pensar el trabajo callejero tanto como productor de personas como productor de ciudad. “La calle” aparece como un hiperónimo, muchas veces se refiere a los espacios públicos urbanos, en especial de las ciudades, construidos por relaciones de poder, y como lugar donde se (re) producen las desigualdades. Dicho esto, la calle en los estudios sociales y urbanos muchas veces suele estar pensada como algo dado; no obstante, la calles y su aceras -como órganos vitales de la ciudad- son los principales lugares públicos donde se expresa lo que las personas viven, perciben y disputan en colectivo y se consolida en la memoria social (Jacobs, 2011; Fernández, 2004). En este sentido una mirada reflexiva sobre la calle como lugar de trabajo implica también pensarla como espacio físico y como el modo en que ese espacio es construido por los diferentes actores.

De esta manera, los estudios que se propone recuperar para este dossier, a su vez, buscan complejizar la calle como un lugar múltiple e interseccional que se transforma en una dimensión central (con sus relaciones de poder, su historia) para comprender el proceso de trabajo y la obtención de dinero, para la sociabilidad, los conflictos y en relación con el disfrute. Así también propone evidenciar las contribuciones y retos que se plantean desde abordajes etnográficos que dan cuenta de la interrelación entre formas de obtención de dinero y la dimensión espacial donde ello ocurre. Trabajar en la calle hace referencia a una manera de relacionarse con el entorno social y urbano. La calle, como espacio vital en la experiencia urbana es considerado el principal espacio público, porque remite a un lugar donde sucede el encuentro entre grupos sociales complejos y diferenciados, pero también porque expresa condiciones socioculturales de la vida urbana, del orden urbano, los conflictos, las disputas, y porque en su relación con el espacio doméstico y privado se expresan las maneras en que los habitantes usan y tienen acceso a los recursos, dialogan con las instituciones y ejercen derechos (Ramírez, 2015; 2021).

La calle -al igual que las casas, que pueden ser espacios sino públicos al menos colectivizados en los que se (re)produce la vida (Motta, 2021)- configura constelaciones espacio temporales, lugares de memoria, incluso cuando ya no existen más (Gordillo, 2004 y 2014). La apropiación de la calle como lugar de trabajo la transforma. La calle no es solo un “recurso”. Las calles como lugar de trabajo implican organización (Perelman, 2018), y son las organizaciones las que usan la calle para trabajar y generar formas organizativas (Fernández Álvarez, 2018). Las calles son el lugar del encuentro, de la urbanidad (Joseph, 2002) y del conflicto.

No solo las “cosas”, incluso los espacios pueden transformarse en recursos y así lograr su conversión (Ferry & Limbert, 2008); también las calles modifican a los actores, a las personas y propician hacer cosas (Latour, 1999). El trabajo en la calle muestra las dinámicas de la vida en las ciudades de hoy, como parte del encuentro cotidiano entre el Estado con los diferentes grupos sociales y como espacio de producción de ciudadanías. Pero buscamos no reificar el trabajo en calle como un todo, como algo homogéneo o como un espacio en el que se ganan la vida los “pobres” o los “sectores populares”. Este dossier es una apuesta por una antropología más simétrica, intentando romper/ usar esa “ranura” de lo salvaje -parafraseando a Trouillot (2003)- para desenterrarla.

El dossier está compuesto por nueve artículos. En el primero de ellos, Rômulo Bulgarelli Labronici plantea que en las calles de los grandes centros urbanos las actividades laborales se hacen visibles en las más diversas formas, abarcando diferentes espacios, con temporalidades específicas y adquiriendo significados y moralidades propias. Su artículo, titulado O emprego da sorte: o trabalho com a loteria do jogo do bicho nas ruas do Rio de Janeiro, analiza la importancia que tiene la calle em el juego de apuestas. Labronici se centra en los “pontos” de juego, localizaciones en las que se hacen las apuestas. Estos puntos -en constante estado de reconfiguración- son parte de una actividad que permanece interconectada a través de una estructura jerárquica, segmentada en diferentes cargos y funciones, pero al mismo tiempo que se extiende por la ciudad con características “rizomáticas” para la producción de sus territorio. Los múltiples puntos generan un territorio de trabajo con características porosas entre lo formal e informal, lo legal y lo ilegal. Mirar la calle como lugar de trabajo también pone en el centro a quienes están en la vanguardia del juego, asumiendo los riesgos diarios que conlleva la profesión. Así, abordar la calle como lugar de trabajo le permite a Labronici abordar el juego, las valoraciones morales en torno a las actividades que se realizan en el espacio público, el orden urbano moral y los circuitos de la informalidad en los que la calle es central. El artículo, sin embargo, no reduce lo informal a la pobreza, sino a un tipo de organización social porosa que está establecida hace décadas en las calles de Río de Janeiro.

El segundo artículo, de Daniel Hernández y Luis Ramírez, Empleo precario, indigencia y mortalidad infantil. La vida marginal de un grupo doméstico en la Ciudad de México, hace énfasis en la economía de subsistencia de una familia que trabaja de semaforear, lo que consiste en adquirir algún ingreso monetario de los automovilistas y otras personas que circulan en vía pública. Los autores ponen en relación el trabajo en la calle con la ausencia de derechos en el caso de personas que viven en condiciones migratorias y de indigencia. A pesar de que el ingreso familiar diario pueda superar el salario mínimo, es la desigualdad y exclusión social la que restringe el acceso a servicios de vivienda, alimentación, salud y educación. En estas condiciones de vida, el trabajo en la calle representa una opción viable para la reproducción de la vida ante la falta de derechos sociales básicos.

En el artículo De manteras a feriantes: territorialidades en el espacio público de la ciudad de La Plata (Argentina), 2019 -2023, Maira Muiños Cirone estudia las estrategias (re)productivas de las manteras y feriantes en el espacio público urbano de la ciudad de La Plata, en el período 2019-2023, desde una perspectiva de género. Plantea que las ferias urbanas y el “tirar manta” se han constituido en parte del paisaje urbano. Sin embargo, están constantemente cuestionadas. El estudio muestra que el habitar las calles pone en tensión los usos legítimos e ilegítimos contemplados desde aquellas representaciones hegemónicas, creadas desde los actores de poder, y configura nuevas formas de comprender sus prácticas y usos. Las manteras deben entonces lidiar contra los desalojos. El texto avanza sobre las relaciones de cuidado y las estrategias esgrimidas desde los núcleos familiares, que son centrales para la realización de su tarea en el espacio público. El artículo muestra los obstáculos y desafíos que han debido sortear las trabajadoras de la feria para poder realizar su labor en el espacio público urbano, implicadas en un proceso de feminización de las luchas, disputando el espacio público como lugar de trabajo, y creando nuevas representaciones sobre él. La construcción de territorialidades demarca las experiencias situadas y da cuenta de una identidad afectiva con las plazas donde realizan su actividad.

Eliana Gabriela Sayago Peralta, en “Trabajar en la calle no es delito”: una aproximación a la venta ambulante en la ciudad de Santiago del Estero (Argentina) a partir de 2021”, aborda los modos en que los trabajadores de la economía popular viven los espacios públicos, se organizan y construyen modos de vivir para la obtención de recursos y dinero. En los procesos de significación se observa cómo estas prácticas van más allá de lo meramente económico, del empleo, y se constituyen como una forma de ganarse la vida. La autora describe las principales dificultades y posibilidades de la venta en el espacio público, y vincula el trabajo en la calle con procesos de reproducción social. A partir de este caso, la calle se propone como una dimensión central para comprender los modos de organización para el trabajo, como un lugar múltiple e interseccional en disputa y mediante el que las personas construyen legitimidad.

En “Estoy arme y arme, arme y arme”: estrategias de migrantes peruanas ante la segregación laboral y espacial, Camila Pilatti nos presenta el caso de las migrantes peruanas que residen en Córdoba (Argentina), quienes además de realizar tareas de cuidados remunerados (a mayores e infancias) realizan servicios de limpieza doméstica y, los días domingo, montan un puesto en la Feria de los Patos como una opción que les permite incrementar sus ingresos. El trabajo en la feria, por cuenta propia, aparece como eje central en la vida de estas mujeres pues es lo que les permite sostener los gastos de la educación de sus hijas e hijos. De esta manera, el caso de estudio que nos presenta la autora plantea la relación entre trabajo de cuidado remunerado y no remunerado, que, en relación con el trabajo en la feria, se entrelazan con los tiempos escolares destinados a la educación de sus hijas e hijos y con la espacialidad de los lugares en los que se trabaja.

Posteriormente, el artículo de María Azucena Feregrino Basurto y Arturo Ledesma Cueto titulado Trabajo y bohemia. Jóvenes artistas de las calles de la Ciudad de México da cuenta del modo en que los artistas callejeros usan las calles de la ciudad como forma de ganarse la vida. El trabajo de lxs artistas callejeros, plantean, sólo se entiende a partir del cruce entre las calles (como espacio público) y el imaginario de las y los artistas llamados callejeros (mitología ocupacional). Lxs autores dicen que la bohemia (como forma de pensar su modo de vida construido a partir de valores, discursos, imaginarios, como el amor al arte, la búsqueda de la libertad creativa, la significación de la juventud, la falta de apego por lo material y el gusto por la itinerancia) se integra en la construcción social de la ocupación de artistas de las calles de la Ciudad de México. Lxs autorxs muestran que esta mirada sobre la vida -y a partir de un “trabajo no clásico” (siguiendo a De La Garza)-, a la que referencian como “romántica”, implica un uso emotivo de las calles y una visión a corto plazo donde no existe un cuestionamiento sobre “el futuro”. El artículo muestra que tanto trabajo como calle son co-constitutivos.

En Caleidoscópio laboral: espaço público e controle no processo de trabalho nas ruas no Brasil, lxs autorxs Patricia Felix, Joana Gomes, Guilherme Rebonato y Lucas Bezerra abordan tres formas de trabajo en la calle: vendedores ambulantes, repartidores mediados por plataformas digitales y personas en situación de calle que recolectan latas de aluminio reciclables. Desde el enfoque configuracionista de Enrique De la Garza abordan estos casos de estudio y analizan la calle como espacio público en conflicto, donde los elementos de control del proceso de trabajo pasan por las intervenciones y formas de regular el espacio urbano, por parte del Estado; dificultando el libre acceso al espacio público.

En Tensiones por el espacio público en la ciudad neoliberal: ferias populares urbanas en el Área Metropolitana de Mendoza (Argentina), M. Florencia Bertolotti y Emanuel Jurado abordan la tensión que se genera entre feriantes y el gobierno de Mendoza a partir de las políticas de renovación urbana basadas en los presupuestos de lo que lxs autorxs refieren como “la ciudad neoliberal”. Los cambios en los usos del suelo llevan a negociaciones y desalojos de feriantes y de las ferias populares urbanas donde el accionar gubernamental genera formas de desterritorialización y re territorialización de las prácticas laborales.

Por último, en Do pagador de promessasao pagador de impostos: cidadania e moralidades na venda nasruas brasileiras, Thiago José Silva presenta el caso de vendedores ambulantes formales e informales en relación con la figura del empresario que surge como mecanismo de regulación y formalización. A partir de esto, el autor plantea el trabajo en la calle como una práctica histórica que se ha mantenido estigmatizada a pesar de los discursos de formalización. En este artículo se presentan las narrativas y los efectos e intentos de formalización de la práctica de vender en la calle, mostrando que los vendedores ambulantes formalizados como microempresarios no gozan del mismo prestigio por el estigma que conlleva trabajar en la calle. El autor analiza la categoría de ciudadanía a través de las narrativas de los trabajadores y, de esta manera, comprende las posiciones de los trabajadores frente al Estado.

Material suplementario
Información adicional

ARK: https://id.caicyt.gov.ar/ark:/s25912755/bdimkbb7t

Referencias
Bourdieu, P. (1997). Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama.
Cadena, Y. (2017). Representaciones, imaginarios laborales y espacios del trabajo en la producción del espacio en la Ciudad de México. En La erosión del espacio público en la ciudad neoliberal (263-293). México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Cadena, Y. (2020). La dimensión simbólica del trabajo no asalariado: género y espacios del trabajo en la Ciudad de México. En Palermo, H. & Capogrossi, L. (comp.). Tratado Latinoamericano de Antropología del Trabajo. Buenos Aires: CLACSO-CEIL-CONICET.
Cadena, Y. (2021). Precariedad laboral, género y desigualdades urbanas en la Ciudad de México. Desacatos. Revista de Ciencias Sociales (67), 32-47.
Cavalcanti, M. & Araujo, M. (2023). Autoconstrução e produção da cidade: outra genealogia dos estudos de infraestruturas urbanas. Estudos Avançados (37), 7–24.
de L’Estoile, B. (2014). “Money Is Good, but a Friend Is Better”: Uncertainty, Orientation to the Future, and “the Economy”, CurrentAnthropology 55(S9): S62–S73.
Fernández Álvarez, M. I. (2018). Más allá de la precariedad: prácticas colectivas y subjetividades políticas desde la economía popular argentina. Íconos - Revista de Ciencias Sociales (62), 21–38.
Fernández Álvarez, M.I. & Perelman, M. (2020). Perspectivas antropológicas sobre las formas de (ganarse la) vida. Cuadernos de antropología social (51). http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/CAS/article/view/8270.
Fernández Álvarez, M.I.; Gaztañaga, J.; Motta, E. & Perelman, M. (2022). Presentación del Dossier #18 Valor(es) y ciudad(es). Quid 16. Revista del Área de Estudios Urbanos (18), 1–7.
Fernández Christlieb, P. (2004). El espíritu de la calle: Psicología política de la cultura cotidiana. El espíritu de la calle.
Ferry, E. E. & Limbert, M.E. (eds.) (2008). Timely Assets: The Politics of Resources and Their Temporalities. School for Advanced Research Advanced Seminar Series. Santa Fe: School for Advanced Research Press.
Gordillo, G. R. (2004). Landscapes of Devils: Tensions of Place and Memory in the Argentinean Chaco. Durham: Duke University Press Books.
Gordillo, G. R. (2014). Rubble: The Afterlife of Destruction. Durham: Duke University Press Books.
Hirata, D. (2020). The Government of Street Vending: Formalizations of Informality and Use of Force. En Brandellero, S.; Pardue, D. & Wink, G. (eds.). Living (Il)Legalities in Brazil: Practices, Narratives and Institutions in a Country on the Edge (19–35). New York: Routledge.
Jacobs, J. (2011). Muerte y vida de las grandes ciudades. Madrid: Capitán Swing.
Joseph, I. (2002). El transeunte y el espacio urbano: ensayo sobre la dispersión del espacio público. Barcelona: Gedisa Editorial.
Knight, D. M. & Stewart, C. (2016). Ethnographies of Austerity: Temporality, Crisis and Affect in Southern Europe. History and Anthropology 27(1): 1–18.
Latour, B. (1999). Factures/Fractures: From the Concept of Network to the Concept of Attachment. RES: Anthropology and Aesthetics 36 (1). https://www.journals.uchicago.edu/doi/10.1086/RESv36n1ms20167474.
Motta, E. (2021). Fazendo Casas, Pessoas e Mundos (No Recôncavo Baiano e Em Uma Favela Carioca). Mana 27(2): e272552.
Narotzky, S. & Besnier, N. (2014). Crisis, Value, and Hope: Rethinking the Economy: An Introduction to Supplement 9. Current Anthropology 55 (S9): S4–S16.
Neiburg, F. (2022). Buscando la vida en la economía y en la etnografía. Mana 28(3). 1–32.
Ortner, S. B. (2016). Dark Anthropology and Its Others: Theory since the Eighties. HAU: Journal of Ethnographic Theory 6 (1): 47–73.
Perelman, M. D. (2011). La estabilización en el cirujeo de la Ciudad de Buenos Aires. Una aproximación desde la antropología. Desarrollo Económico 51(201): 35–57.
Perelman, M. D. (2013). Trabajar en los trenes. La venta ambulante en la Ciudad de Buenos Aires. Horizontes Antropológicos 19 (39): 179–204.
Perelman, M. D. (2018). Disputas en torno al uso del espacio público en Buenos Aires. Caderno CRH 31(82): 87–98.
Perelman, M. D. (2019). Marcher Sur l’inégalité Sociale. Collecte Informelle Des Déchets à Buenos Aires. Espaces & Sociétés.
Perelman, M. D. (2020). Para una antropología amplia del trabajo desde y en Argentina. En Palermo, H. & Capogrossi, L. (eds.). Tratado latinoamericano de antropología del trabajo (231–264). Buenos Aires: CLACSO; CEIL-CONICET;CIECS.
Perelman, M. D. (2021). Más Allá de Lo Económico. Abordajes Etnográficos Sobre Las Formas de Ganarse La Vida (Argentina). En Pérez Castro, A.B.; Contreras Román, R.H. & Contreras Vargas, J.I. (eds.). Ganarse la vida: la reproducción social en el mundo contemporáneo (239–261). Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Antropológicas.
Perelman, M. D. (2022). La venta ambulante en Buenos Aires: economía(s) (i)legales, estética y circulación de objetos. Etnográfica 26 (1): 109–123.
Pires, L. (2017 ). Precários e perigosos: possíveis relações entre formalidade e informalidade em processos de administração de conflitos no Rio de Janeiro. En Gledhill, J.; Hita, M.G. & Perelman, M.D. (eds). Disputas em torno do espaço urbano processos de produção /construção e apropriação da cidade. Salvador de Bahía: UFBA editora.
Pires, L. (2020). Mercados informales y la circulación de la tolerancia:mercancías políticas y relaciones entre sociedad y Estado. Cuadernos de antropología social (51): 135–152.
Pires, L.; Hirata, D.V. & Aranda Maldonado, S. (2020). Apresentação: Mercados Populares, Ilegalismos e suas Regulações pela Violência. Antropolítica - Revista Contemporânea de Antropologia. Antropologia.https://periodicos.uff.br/antropolitica/article/view/47749.
Rabossi, F. (2004). Nas Ruas de Ciudad Del Este: Vidas e Vendas Num Mercado de Fronteira. [PhD. Tesis] Programa de pós-graduação em antropologia social. Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro.
Rabossi, F. & Tassi, N. (2023). Globalización popular en América Latina: por una teoría etnográfica. Cuadernos de Investigación (25).
Ramírez Kuri, P. (2015). Espacio público, ¿ espacio de todos? Reflexiones desde la ciudad de México. Revista mexicana de sociología, 77(1), 07-36.
Ramírez Kuri, P. (Ed.). (2021). Espacios públicos y ciudadanías en conflicto en la Ciudad de México. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Sociales.
Robbins, J. (2013). Beyond the Suffering Subject: Toward an Anthropology of the Good. The Journal of the Royal Anthropological Institute 19 (3). 447–462.
Simone, A.M. (2004). People as Infrastructure: Intersecting Fragments in Johannesburg. Public Culture 16 (3): 407–429.
Telles, V.S. (2009). Nas dobras do legal e do ilegal: ilegalismos e jogos de poder nas tramas da cidade. Dilemas - Revista de Estudos de Conflito e Controle Social 2 (5–6): 97–126.
Trouillot, M.R. (2003). Global Transformations: Anthropology and the Modern World. New York: Palgrave Macmillan.
Notas
Notas
[1] Ver al respecto las críticas y las propuestas de (Fonseca, 2000 y 2005) en torno a los estudios sobre “los pobres” y los “sectores populares”.
[2] Sobre las formas en que se ha pensado la vida y su relación con la economía, ver Neiburg, 2022.
[3] Para el caso de la venta ambulante y de la recolección informal en Buenos Aires se puede consultar Perelman 2013 y 2011.
[4] “This process of conjunction, which is capable of generating social compositions across a range of singular capacities and needs (both enacted and virtual) and which attempts to derive maximal outcomes from a minimal set of elements, is what I call people as infrastructure. (Simone, 2004:410–411)
Buscar:
Contexto
Descargar
Todas
Imágenes
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS por Redalyc