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Rodar el pueblo: estructuras de aprendizaje juvenil y acogida comunitaria

Arturo Ramírez Ruíz
Instituto Superior de Ciencias de la Educación, México

Rodar el pueblo: estructuras de aprendizaje juvenil y acogida comunitaria

Revista CoPaLa. Construyendo Paz Latinoamericana, vol. 8, núm. 18, 2023

Red Construyendo Paz Latinoamericana

©Revista CoPaLa, Construyendo Paz Latinoamericana

Recepción: 20 Marzo 2023

Aprobación: 07 Abril 2023

I. Introducción.

El presente artículo surge de experiencias de investigación que he desarrollado al norte de la zona metropolitana de la Ciudad de México en el pueblo urbano de Santa María Nativitas Tultepec, tiene como propósito mostrar las formas en las que la acción juvenil organizada, a través de la realización de rodadas bicicleteras, construye estructuras de aprendizaje y acogida comunitaria, que configuran espacios para convivir y vivir-con los otros. El trabajo se desplegó partiendo de la intersección formada entre los planteamientos decoloniales y un posicionamiento crítico de las Ciencias de la Educación (Tenti, 1987) que posibilita mirar las experiencias de participación juvenil como generadoras de aprendizajes culturales y comunitarios que van más allá del ámbito escolar hegemónico y rebasan las nociones institucionales y adulto céntricas que comúnmente definen lo juvenil. La perspectiva metodológica se fue construyendo bajo el paradigma cualitativo, se tejió en diálogo entre las nociones básicas de la Investigación Participativa (De Shutter, 1983), y los planteamientos de las metodologías horizontales (Corona & Kaltmeier, 2012)., (Rufer, 2012), sumándose elementos de los estudios socioculturales de la etnografía, como la observación participante y la realización de entrevistas semiestructúrales dialógicas; así como datos tomados de documentación provenientes de fuentes secundarias de instancias Nacionales, como el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, el Bando municipal, y notas periodísticas; por último, incorporando la documentación y el análisis fotográfico sociológico como constructora de relatos sociales.

El trabajo se desprende de mi tesis de Maestría en Investigación Educativa[1] y se inscribe en el desarrollo del programa del Doctorado en Ciencias de la Educación[2], ambos, en el Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México. Y representa un esfuerzo continuo de re-flexión de la experiencia generada en el encuentro epistémico entre un yo investigador, y las y los jóvenes con quienes he desarrollado un trabajo de acompañamiento desde los ámbitos comunitarios y escolar[3], vistos desde los campos de la investigación educativa y la participación comunitaria que he desarrollado en el pueblo de Tultepec en la última década.

A partir de ello, se han configurado nociones ordenadoras que han constituido un locus de enunciación que articula la experiencia del investigador, su implicación y planteamientos teóricos acerca del juvenicidio (Valenzuela, 2009), condiciones juveniles precarizadas, (Nateras A. , 2020) reinscripción biográfica (Reguillo, 2010), participación juvenil (Vommaro, 2008) y procesos de territorialización (Lindón, 1999), formando así referentes desde los cuales se teje una metodología que pretende rebasar la enunciación a una adscripción paradigmática y se asume como un posicionamiento ético, político y cultural (Hernández, 2020), en el que , la investigación en su conjunto adquiere sentido para los sujetos que en ella participan, lo cual, es puesto sobre la mesa en el segundo apartado del presente artículo. En el tercer apartado se contextualiza y describe de forma densa la acción colectiva juvenil de las rodadas bicicleteras realizadas en Tultepec, contemplando los elementos culturales, micro y macrosociales, temporalidades, y territorialidades puestas en juego. Dando paso al cuarto apartado en el que se muestra cómo es que las rodadas bicicleteras, construyen estructuras de aprendizaje y acogida comunitaria, que configuran espacios para convivir y vivi-con los otros, constituyendo así una forma de acción juvenil organizada, ello como parte de un proceso de resistencia cultural y reapropiación de espacios que moviliza saberes culturales y comunitarios. Por último en el quinto apartado se presentan los frutos derivados del diálogo epistémico generado con las y los jóvenes de esta comunidad, dando cuenta de la construcción de un horizonte de sentido común, en el que, no obstante a las condiciones de precarización juvenil, y a los procesos de avallasamiento de lo comunitario que se viven en la cotidianidad de un pueblo que se resiste a ser devorado por el implacable avance de las ciudades globales, se apuntala una pequeña posibilidad de escenarios de un futuro posible y de esperanza para todas y todos.

II. Rodar en el pueblo, la construcción de una perspectiva teórico-metodológica desde la participación juvenil.

Los planteamientos vertidos en este apartado, como posibilidad, devienen del proceso analítico que se realizó a partir de la triangulación del corpus empírico obtenido en la experiencia desarrollada en mi tesis de maestría, siguiendo los planteamientos propuestos por María Bertely, se estableció un diálogo paralelo y multirreferencial entre las categorías etnográficas provenientes del campo de investigación, las categorías teóricas construidas por otros investigadores y las categorías propias del autor (Bertely, 2000). A partir de este proceso, como lo señala Erickson (1989) se construyeron los planteamientos que a continuación se presentan.

En concordancia con lo planteado por (Bobadilla, 2022), Parto del hecho de suscribir el acto de pedalear la bicicleta como un acto político de resistencia, y de reivindicación de derechos, las rodadas comunitarias en Tultepec pueden ser pensadas como la posibilidad de constituir un método de auto intervención que genera aprendizajes que cuestionan la visión hegemónica, adulto céntrica y patriarcal bajo la cual se han abordado los procesos de participación juvenil y los aprendizajes culturales.

tratara de sustentarse a lo largo del presente escrito, sin embargo, es menester reconocer desde que referentes se ha formado dicha aseveración.

Comenzare por enunciar que las reflexiones presentadas han sido elaboradas desde el campo disciplinar de la educación con jóvenes, en el que, en fuerte medida, desde la tradición de la ciencia y la educación moderna, los aprendizajes culturales y la participación juvenil, se han conformado como objetos de estudio que han sido definidos e intervenidos mayoritariamente desde lógicas hegemónicas, que por un lado constriñen lo educativo a lo escolar, y por otro reducen lo juvenil a la figura o posición de estudiantes, es decir que lo educativo es tal, siempre y cuando devenga de lo establecido institucionalmente por la escuela, y el joven existe para la institución escolar desde el referente universal del ser estudiante. Por lo que, pensar las rodadas bicicleteras como espacios de participación juvenil que generan aprendizajes comunitarios, se presenta como una fuerte posibilidad de cuestionar el conocimiento hegemónico que se ha construido sobre la participación juvenil y los aprendizajes culturales desde las ciencias de la educación.

El construir una perspectiva teórico-metodológica acorde a lo anteriormente planteado requiere desarrollar una investigación situada y contextualizada (Hernández, 2020), generar un diálogo epistémico entre los sujetos de la investigación y así, constituir una verdadera experiencia de aprendizaje (Barcenas, 2000) que contribuya en la transformación de la realidad comunitaria (De Shutter, 1983). Es decir, construir un ejercicio dialógico y horizontal que asume las asimetrías que existen entre los sujetos de la investigación y a partir de ello generar una producción, un horizonte de sentido compartido Rufer (2012) en el que se constituye un conocimiento mutuo de los sujetos que se relacionan en el acto de investigar, en términos de Boaventura de Sousa todo conocimiento es autoconocimiento (Santos, 2012).

Pensar en rodar el pueblo, desde las experiencias de participación juvenil, y a partir de ello, construir una perspectiva teórico-metodológica, tiene que ver con el asumir que la teoría no define y encajona las realidades que viven cotidianamente los sujetos de la investigación, y que la metodología no es la aplicación consecutiva de una serie de pasos establecidos y herramientas dadas aplicables correspondientes según el campo de conocimiento bajo el cual se desarrolla la experiencia de investigar, es decir, que lo metodológico más allá de ser una técnica que conlleva la aplicación de una serie de herramientas, tiene que ver con el posicionamiento epistémico, las lógicas de intelección con las que se recupera un cuerpo conceptual, y la construcción dialógica del sentido bajo el cual se desarrollan las técnicas y herramientas de investigación.

De esta forma, la metodología desarrollada, tuvo como punto de partida establecer que el ejercicio de investigación tiene que ver con la generación de un conocimiento corporeizado y contextualizado, en el que, para posibilitar la comprensión del otro y de lo otro, se requiere dar lugar al locus de enunciación del sujeto investigador, y reconocer el intercambio subjetivo generado entre los sujetos de la investigación, por tanto, la metodología se fue tejiendo a partir de la vinculación permanente entre la experiencia de los sujetos en la práctica y acción juvenil de rodar el pueblo, la vida cotidiana del pueblo de Tultepec, y la mirada construida por medio de la fotografía. Constituyendo así una narrativa en la que el registro etnográfico se fue desplazando para dar lugar a una experiencia de investigación participativa, en la que, por medio de la fotografía, como herramienta de investigación y de intercambio subjetivo, se documento de manera directa diferentes momentos en los que la participación juvenil se integraba como elemento esencial de las prácticas comunitarias del pueblo de Tultepec, destacando las llevadas a cabo en las festividades correspondientes al día de muertos, las festividades en honor a San Juan de Dios, santo patrono de los pirotécnicos, y por supuesto las rodadas bicicleteras, todas ellas realizadas en el periodo de tiempo comprendido entre el año 2012 y 2022, realizándose la documentación de más de cincuenta diferentes momentos de la participación juvenil llevada a cabo en Tultepec, aunque para el presente artículo, solo se presenta y analiza la narrativa construida a partir de la rodada nombrada “muertitos rodantes” llevada a cabo en el mes de noviembre del año 2022.

Dicha narrativa surge de la participación del investigador como parte del colectivo “Bicicletando Tultepec”, e integra la experiencia de diferentes sujetos participantes de las rodadas, mismas que emergieron del diálogo establecido a partir de la realización de diversas entrevistas, algunas de ellas realizadas en el escenario comunitario a pie de calle y sin ningún tipo de guion pre establecido, y otras realizadas en momentos creados exprofeso para ello y bajo la figura de entrevistas semiestructuradas. Sumándose a ello la narrativa construida en el entorno virtual, lo que llevó a desarrollar una búsqueda, selección y análisis de materiales audiovisuales publicados en la red social de Facebook del colectivo y de algunos de sus participantes. De igual forma se realizaron entrevistas con la y el cronista municipal, y con algunos funcionarios más del Ayuntamiento municipal, integrando también, elementos de análisis realizados a partir de la información recabada de fuentes secundarias como lo es el bando municipal, bases de datos estadísticos, notas periodísticas e información documental acerca del municipio.

III. Un poco de contexto: Tultepec, un pueblo urbano originario.

Me presento como un sujeto investigador que es parte del pueblo, y que ha sido atravesado por su vida comunitaria, construyendo así vínculos que me han permitido rebasar la figura del avecindado e insertarme en el desarrollo de algunas prácticas comunitarias. Desde mi referente profesional, a lo largo de diecisiete años he establecido una relación con la comunidad vinculándome con ella desde el trabajo comunitario, mi labor como orientador educativo en escuelas secundarias y más recientemente desde la investigación educativa. Como residente de la comunidad quién desde hace once años vive en ella, y desde mi referente familiar, como padre de familia de una niña y un niño que desde su nacimiento has sido parte de la vida comunitaria del pueblo.

Tultepec se localiza al norte del Valle de México, es un municipio que tradicionalmente se dedica a la elaboración artesanal de la pirotecnia, y destaca por el gran desarrollo de manifestaciones artístico-culturales como lo es la danza, la música y las artes plásticas, inmerso en un contexto altamente urbanizado es clasificado como un centro urbano que se inscribe en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Por ende, se le define como una comunidad completamente urbana, sin embargo, al caminar sus calles podemos darnos cuenta que el tiempo y el espacio se viven distintos que en la ciudad, imágenes, sonidos y en general la atmosfera es diferente, siguiendo los planteamientos de Portal (1997), puedo definir a Tultepec como un pueblo urbano originario, ya que, más allá de las condiciones urbanizadas de su contexto, en su organización y estructura comunitaria podemos encontrar elementos sociales y culturales que lo vinculan con un modo de vida anclado en elementos rurales, como su calendario festivo, la religiosidad popular, mayordomías, su estructuración territorial de barrios, sus actividades económicas preponderantes, los fuertes elementos de identidad cultural, las comunidades de práctica y su organización social basada en gran parte aún en estructuras de parentesco. Un elemento central que organiza la vida comunitaria es la festividad, en la que, pirotécnica, música, danza y artes plásticas tejen la vida cotidiana, en el pueblo se dice que en Tultepec todos los días son de fiesta. Si este no es tu día, ¡cáele a la mayordomía!, recita un breve refrán local.

Tultepec agoniza
Fotografía No. 1
Tultepec agoniza
archivo propio (2022), fotografía tomada con teléfono celular.

Un elemento que forma parte permanente de la vida comunitaria es la permanente tensión entre el modo de vida urbano y los elementos sociales, culturales e identitarios que lo sostienen aún como un pueblo, lo cual involucra procesos de resistencia cultural e identitaria que ponen en juego la actualización de los procesos de transmisión cultural, la reconfiguración y resignificación territorial, y la permanencia y resignificación de las tradiciones, procesos en los que la participación de las y los jóvenes adquiere singular importancia.

La fotografía No. 1 Tultepec Agoniza, da cuenta de los elementos referidos y las tensiones anteriormente nombradas, la toma se realizó frente una barda al momento de despedirme de los mayordomos de las celebraciones en honor a Nuestra Señora del Refugio, patrona de este barrio, una danzonera interpretaba la pieza Nereidas cuando decidí hacer la toma. Este instante refleja una imagen en la que podemos observar una escena típica del pueblo. La calle libre, tranquila y limpia, una barda que anuncia una casa amplia de una sola planta, un gran árbol que se asoma desde su interior, paisaje limpio, sin contaminación visual, sin edificios, anuncios espectaculares o propagandas tapizando la barda, vemos un mural pintado que evidencia el escenario comunitario que se vive actualmente. Ya que Tultepec forma parte de las vías de acceso al nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles[4] por lo que, durante los últimos años ha sufrido la intervención de la Secretaría de Desarrollo Turístico (SEDATU), quien ha ejecutado diversas obras de supuesto embellecimiento y mejora de la infraestructura urbana, pero que, fueron realizadas sin tomar en cuenta el contexto histórico, social, cultural de la comunidad.

El centro del pueblo que es la principal plaza pública fue destruido, tumbaron las jardineras, quitaron los árboles y pretendieron demoler su quiosco, el corazón simbólico de la vida comunitaria. La nueva arquitectura pareciera estar diseñada para evitar el encuentro entre las personas, se dibuja un lugar de paso, un no lugar (Auge, 2000) . El mural fotografiado da cuenta de ello, un corazón sangrante atravesado por un avión ilustra un cartel en el que se lee Tultepec agoniza, sin embargo, este elemento se ubica en la orilla de la barda intervenida, luce fuera del cuadro principal del mural, está allí, pero no es incorporado, es mantenido al margen, a sus colores opacos y oscuros, se contrastan los demás elementos, como si estos le estuvieran resistiendo, de cierta forma el mural convoca a resistir y a apropiarse nuevamente de los espacios perdidos, en el caso de Tultepec, quienes mayormente responde a la convocatoria es la juventud, “la participación juvenil es uno de los vehículos que ayuda a transitar de lo rural a lo urbano y de lo urbano a lo rural, generado así nuevos elementos que se incorporan a las prácticas comunitarias que tienen como génesis componentes de gran arraigo que a pesar de ser distintos renuevan y reafirman las tradiciones”… (Ramírez A. , 2018, pág. 144) es en este sentido que la participación juvenil toma un papel de gran importancia en la vida comunitaria. De esta forma las prácticas comunitarias de Tultepec representan un pequeño espacio para el desarrollo de la participación juvenil, en el que pueden generarse condiciones distintas al orden hegemónico y adulto céntrico en el que la participación de los jóvenes tiene cabida si, solo si, esta es tutelada y cooptada por el oren institucional e incorporada en medida en la que aporta elementos para mantener vigente el orden establecido de los sistemas dominantes (Vommaro, 2008).

En este escenario, en medio de la disputa entre el pueblo y la ciudad, otro elemento de tensión tiene que ver con el crecimiento y explosión demográfica de la comunidad, si bien, históricamente Tultepec ha sido una población receptora de migrantes, el desarrollo industrial del Valle de México, y el desbordamiento urbano de la siempre creciente Ciudad de México, han llevado a un incremento exponencial de la población, a mediados de los años setentas, cuando inician las olas migratorias al municipio, se reportaba una población total de 11, 480 personas (Gobierno del Estado de México, 1973), posteriormente según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística en el año 2000 se contaba con 93,277 (INEGI, 2023) habitantes y por último en el 2022 se registraron 157,645 (INEGI, 2023), en general en un aproximado de 50 años, la población del municipio creció un estimado del 1,370 %. Lo que, además, del crecimiento propio de la comunidad originaria o nativa, en su mayoría, implica la llegada de pobladores provenientes de diferentes regiones del propio Estado de México, de otros estados de país, e incluso de Centro América. Por lo que, se hace presente otro punto de tensión en la vida cotidiana del pueblo, la incorporación o exclusión de los nuevos pobladores y sus referentes culturales en las prácticas comunitarias. Y en este punto nuevamente la participación juvenil adquiere un papel central en tanto que “la participación juvenil también se desarrolla como facilitadora del procesos de aculturación de los recién llegados, los procesos de reproducción cultural también se llevan a cabo por medio de la participación juvenil desarrollando practicas comunitarias, apropiándose de los espacios, especialmente la calle, donde se generan nuevas figuras de parentesco ritual basadas en la experiencia juvenil” (Ramírez A. , 2018, pág. 146).

Como podemos ver, la participación juvenil representa un elemento de resistencia de la vida comunitaria del pueblo ante el avance voraz de la urbanidad que representan las ciudades globales, escenario en el que las comunidades y los sujetos son invisibilizados y cosificados. En la comunidad existe una amplia red de grupos y colectivos de jóvenes que participan en la vida del pueblo, unos agrupados a partir de su pertenencia a una comunidad de práctica, otros convocados por redes de parentesco, aquellos identificados por pertenecer a alguna cultura juvenil, afición deportiva o incluso quienes están ligados a grupos parroquiales de la iglesia. La red de participación juvenil es muy diversa, cada grupo se muestra independiente, pero en vinculación y movilidad permanente, la participación de muchos jóvenes transita de un grupo o colectivo a otro, su inclusión no es exclusiva a un grupo ni excluyente de participar en otro. Hay quienes se agrupan en crews de grafiteros, colectivos artísticos, o incluso en asociaciones civiles, pero, en esta ocasión el presente artículo pone en diálogo la experiencia generada en el colectivo autonombrado como Bicicleteando Tultepec, que a lo largo de nueve años y a través de la realización de rodadas bicicleteras han construido escenarios educativos juveniles que estructuran aprendizajes culturales de acogida comunitaria.

IV. Rodadas como escenarios educativos juveniles que estructuran aprendizajes culturales de acogida comunitaria.

Al definir las rodadas como escenarios educativos juveniles es necesario enunciar y dar cuenta de la perspectiva desde la cual estamos mirando a la educación, pensamos en ella desde un sentido amplio y complejo que va más allá de lo formal institucionalizado que representa la escuela moderna, definiendo lo educativo como procesos de participación social y formación de sujetos culturales, en los que por medio de la participación se generan aprendizajes culturales comunitarios, siguiendo lo establecido por Wegner (2001) quien refiere que el conocer es hacerse participe del mundo por medio de las prácticas, y que los aprendizajes deben producir significados múltiples que permitan dar un sentido individual y social a la vida de los sujetos y el mundo que les rodea; donde las actividades individuales, quedan integradas en sistemas de actividad comunitaria significativa (Alvarez, 1983).

De esta forma podemos establecer que los procesos educativos se constituyen más allá de las aulas escolares y que los aprendizajes generados responden a la cotidianidad de los sujetos y sus comunidades, y no al currículo, planes y programas establecidos desde un orden institucional hegemónico que históricamente ha negado, invisibilizado y borrado los aprendizajes y saberes generados desde otros referentes y latitudes.

Los procesos de aprendizaje cultural comunitario giran en torno a una lógica contraria a la establecida en la educación escolarizada institucional, Maritza Gómez (1997) establece que el sentido de los primeros se despliega a partir del aprender a ser parte de la comunidad, lo que implica dos dimensiones de saberes mediante los cuales se adquieren los valores de atributo de la comunidad, las lógicas de sentido, formas de percibir la vida; en general el ethos y la cosmovisión comunitaria, entendidos estos elementos como las formas socialmente construidas de lo que debe ser la comunidad.

Continuando con los planteamientos de Gómez (2004), también nos refiere que el aprendizaje comunitario se basa en construir saberes de valor social y económico para el grupo, lo que implica transitar por diferentes niveles de participación y desarrollar diversas experiencias que integren los diferentes saberes. Propone cuatro tipos de saberes, todos ellos vinculados con el aprender a ser parte de la comunidad: saber ver a la comunidad, saber hacer comunidad, saber ser comunidad y saber devolver a la comunidad. Estos saberes son construidos mediados por las diversas formas de participación que los sujetos desarrollan, siendo las prácticas comunitarias lo que estructura dichas formas de participar.

Es decir, las prácticas comunitarias son los escenarios en los que se desarrollan las experiencias de participación, en tanto que, representan espacios y tiempos específicos de la vida comunitaria donde se elaboran las identificaciones sociales centrales de una comunidad, se ponen en juego le reproducción cultural (Portal, 1997), y representan procesos constante de negociación de significados (Wegner, 2001) que se generan en la tensión entre conocimiento y experiencias previas del sujeto y de la comunidad e intereses de ambos.

Al definir las rodadas como escenarios educativos juveniles, está implícito el reconocerlas como prácticas comunitarias, en tanto que, configuran tiempos, espacios y otros elementos en los que las y los jóvenes desarrollan un tipo de participación comunitaria, y generan aprendizajes culturales que les posibilitan ser y hacer comunidad. De forma particular el nombre de este apartado se refiere a aprendizajes culturales de acogida comunitaria, esta forma de definir los aprendizajes que están en juego mediante la participación juvenil desplegada en las rodadas es resultado de una conceptualización complementaria a los planteamientos realizados por Maritza Gómez (2004)(1997), quien en sus propuestas refiere que para que los sujetos puedan ser parte de la comunidad, deben de hacerse de diferentes tipos de saberes que les permitirán tener acceso a los elementos que conforman el ethos y la cosmovisión comunitaria. Sin descartar los aportes señalados, y partiendo de ellos, propongo pensar un poco a la inversa, es decir, reflexionar respecto a las formas en que la comunidad puede acoger e incorporar a los sujetos por medio de sus colectividades, debe establecer condiciones en las que los sujetos puedan desarrollar experiencias que les posibiliten conformar otros saberes, complementarios a los referidos por la autora y así generar aprendizajes de acogida comunitaria que posibiliten a los sujetos hacerse de los elementos mínimos que le permitan convivir y vivir con la comunidad.

Como ya se refirió el definir las rodadas como escenarios educativos, tiene que ver con que en ellas se establecen tiempos y espacios para el desarrollo de una práctica comunitaria, pero más allá de ello, se representa la trama simbólica de la vida comunitaria y se desarrolla un inter juego complejo de elementos históricos, sociales y culturales que rebasan la diada de tiempo y espacio, por lo que, al establecer los elementos que configuran este escenario, hablaremos de territorialidad, hacer comunitario, aprendizajes y saberes culturales comunitarios, e intercambio subjetivo.

V. Bicicleteando Tultepec, rodar con y en el pueblo, la constitución de una forma de acción juvenil comunitaria organizada.

En el apartado anterior se presentaron las rodadas como escenarios educativos juveniles que estructuran aprendizajes culturales de acogida comunitaria, ahora, en este apartado tratare de dar cuenta de como las rodas, más allá de presentarse como escenarios aislados, se articulan entre sí para configurar Bicicleteando Tultepec como una forma de acción juvenil organizada, en este sentido, la acción comunitaria, se constituye en la suma de las experiencias individuales de cada sujeto vividas en un contexto común, es decir que cada sujeto desarrolla y significa de forma particular su participación, pero está además de desarrollarse enmarcada por un sentido comunitario, aporta elementos que se suman a la participación de los otros, construyendo así un accionar colectivo organizado.

Bicicleteando Tultepec nace en un momento en el que la vida comunitaria se vio trastocada por la presencia de grupos de delincuencia organizada, los secuestros y las extorsiones se hicieron parte de la cotidianidad, en septiembre del 2013 el Ayuntamiento Municipal solicitó la intervención del gobierno federal y se instaló una Base de Operaciones Mixtas[5], desde la cual el ejército, y las policías federal, estatal y municipal, ejecutaban acciones conjuntas con el fin de incidir en la reducción de la comisión de delitos de gran impacto.

La comunidad fue sitiada, por la delincuencia organizada y por los cuerpos militares y policiacos, recuerdo un par de ocasiones en las que circulaba algún convoy de estas fuerzas interinstitucionales de seguridad, que al detener su marcha, soldados y policías saltaban de sus vehículos, con armas en mano corrían y disipaban la posible comisión de algún delito que pusiera en riesgo la seguridad nacional, arrinconaban y cateaban a aquellos sujetos que les parecían ser peligrosos, y les advertían gran sospecha, sujetos que resultaban ser jóvenes reunidos para tirar barrio[6] y beber cerveza en la esquina de la calle. De esta forma la expresión de la vida juvenil se vio sitiada, en resistencia a ello y como respuesta, un grupo de mujeres y hombres jóvenes decidieron hacer algo al respecto, juntos, tomar sus bicicletas y salir a rodar las calles del pueblo.

De esta manera una participación casi esporádica y llena de creatividad fue constituyendo una acción juvenil organizada que a través de las múltiples experiencias desarrolladas en nueve años se ha logrado colocar como una importante practica comunitaria del pueblo. Al inicio bicicleteando surgió como parte de las actividades propuestas al interior de la organización Kiosko Colectivo[7], que es una agrupación juvenil que desarrolla acciones comunitarias a partir del arte y la cultura, en este sentido, las primeras rodadas se presentaron como una forma emergente de ocupar el espacio público, y vincular la vida cotidiana de un pueblo bicicletero con el desarrollo de actividades artísticas y culturales, y así reforzar los lazos comunitarios “kiosko se enfocaba en realizar talleres, y la parte de nuestra vida cotidiana, que es andar en bicicleta, se ocupó para decir, ocupemos las calles, queríamos que la gente tuviera esos lazos de conocerse, que tomáramos otra vez el pueblo en nuestras manos” (Chucho, comunicación personal, 30 de marzo de 2023). Sin embargo, en poco tiempo, las rodadas comenzaron a tomar vida propia, y surge como tal la figura de Bicicleteando Tultepec, separándose de la organización de Kiosko Colectivo, manteniendo la visión de ocupar el espacio público, pero complejizando la experiencia de rodar el pueblo, generando procesos de territorialización (Lindón, 2010), en el sentido del uso y significación social del espacio, integrando a las rodadas algunos otros elementos que se vinculan de forma permanente con las tradiciones, la vida cultural y la organización comunitaria, haciéndose presentes nociones de ideas sobre autogestión, ciclismo urbano, sustentabilidad, cuidado del entorno y de la comunidad, intergeneracionalidad, la formación y el cuidado del otro, y la coexistencia pacifica entre los espacios y agentes de la vida institucional y la vida comunitaria del pueblo. “bicicleteando, no es un equipo ni un staf, son mis amigos, mis compadres, mi banda, mis hermanos, somos un crew, una manada donde los grandes cuidamos a los pequeños” (Ganso, comunicación personal, 24 de marzo de 2023). Es importante destacar, que si bien, existe un funcionamiento que el colectivo autodefine como orgánico, si se desarrolla una figura de liderazgo, que en este caso es asumido y reconocido en Ganso “hay un guía, pero no es un liderazgo político, presidencial por así decirlo, es un liderazgo donde todos somos parte de un mismo organismo, de la misma tribu, todos tenemos la misma función, de que el organismo que es bicicleteando funcione de manera dinámica” (Ganso, comunicación personal, 24 de marzo de 2023), quien reconoce que su experiencia se ha configurado en un vaivén entre los espacios comunitarios de Tultepec, y los espacios escolares (académicos y no académicos) transitados por su paso en el Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan y la Facultad de Ciencias Políticas en la Ciudad Universitaria, ambos espacios pertenecientes a la Universidad Nacional Autónoma de México.

En la actualidad el colectivo Bicicleteando Tultepec, del cual, formo parte[8], está conformado por una red intergeneracional de mujeres y hombres, en el que las y los principales actores son jóvenes, quienes se encargan de organizar las rodadas, dinamizar la red y vincular a los demás integrantes. Su conformación es abierta y solo está sujeta al nivel de compromiso en la participación de cada sujeto, no existen requisitos de participación, registro de asistencia, cedulas de inscripción u organigrama definido, “nunca se sabe cuántas personas van a llegar a las rodadas, no hay manera de saberlo o medirlo, yo no tengo la capacidad moral de decir: ¿me vas a acompañar o no?, ¿vas a llegar a la rodada a apoyar, o no?, no, para nada, recordando a Kierkegaard, es siempre dar un salto de fe, dar el cien, yo me preparo y es dar un salto al abismo, yo no creo mucho en la autoridad como para decir: necesito que llegues a tales horas, soy más de fe, yo, ya di mi cien, ojalá pueda multiplicarse” (Ganso, comunicación personal, 24 de marzo de 2023). Características que representan la construcción de un orden otro, distinto a los espacios institucionalizados y cargado de significados y sentidos que se han desprendido desde lo comunitario, pero reinterpretados y resignificados por medio de la experiencia juvenil, y aunque no existe un reglamento que exprese reglas explicitas, se desarrollan reglas tacitas, no escritas, pero que dotan de sentido a la acción comunitaria. Estas reglas tienen que ver básicamente con tres aspectos, uno, la gratuidad y libre acceso a las rodadas, es decir, que cualquiera puede participar sin importar su procedencia social, económica, etaria, religiosa o preferencia sexual, dos, la vinculación de las rodadas con algún aspecto de la vida comunitaria del pueblo, y tres, la no adhesión a cualquier instancia institucional de gobierno o la adscripción a algún movimiento proveniente de cualquier partido político.

Para poder dar cuenta de las formas en que las rodadas se asumen como escenarios educativos juveniles que estructuran aprendizajes culturales de acogida comunitaria, y que , Bicicleteando Tultepec, representa la constitución de una forma de acción juvenil comunitaria organizada, presentaré la metodología propia que este colectivo ha construido como forma de lleva a cabo las rodadas, dividiendo este complejo proceso de organización social en tres momentos, que se entretejen por medio de la narración de una de las rodadas más representativas del colectivo: muertitos rodantes.

Primer momento: organización, diseño y logística.

La imagen 1 Cartel Muertitos Rodantes, es el principal medio mediante el cual se difundió la rodada, circulándolo de manera directa, al menos, con los cinco mil setecientos seguidores del perfil de Facebook que tiene el colectivo. En el cartel encontramos elementos que muestran parte del sentido y la lógica de organización, estructura, forma y contenido de la rodada. Se anuncia el motivo por el cual se realizará la rodada, fecha, horarios y lugares en los que se llevará a cabo, pero, más allá de acotar la práctica a un tiempo y lugar definido, se convoca a crear una temporalidad histórica y subjetiva en la que en el presente se hace manifiesto el pasado y se proyecta el futuro.

Cartel Muertitos Rodantes
Imagen 1
Cartel Muertitos Rodantes
Perfil de Facebook Bicicleteando Tultepec

A lo largo de nueve años este colectivo se ha insertado en la dinámica comunitaria, llevando a cabo rodadas que ahora son consideradas como tradicionales y que cada año se realizan[9], estas responden a días festivos de la cultura mexicana como la rodada de bigotes y sombreros que se realiza dentro del marco festivo por el día de la independencia nacional, corazones rodantes que alude a la celebración del día del amor y la amistad, saca los reyes que invita a los niños a rodar con sus juguetes traídos por los reyes magos, o como en el caso del cartel, muertitos rodantes que es parte de las celebraciones por el día de muertos. Además, también se realizan rodadas que responden de manera emergente a la vida cotidiana de la comunidad, vinculándose con algún acontecimiento de importancia para el pueblo o respondiendo a problemáticas del ámbito macrosocial que afectan a la comunidad. Por ejemplo, rodando al pasado, que se realizó en con el motivo de conocer las zonas de excavación y rescate arqueológico cuando en la localidad se encontraron restos fosilizados de mamuts[10], o las rodadas bájate del auto y súbete a la bici, y rodando por la vida que convocaban a una reflexión sobre el cambio climático, el medio ambiente y la ecología.

Si bien las reflexiones de participantes que no pertenecen al colectivo no están estudiadas, si existen, y ellas señalan que la experiencia de rodar se construye en lo familiar, valoran los espacios de convivencia comunitaria que se contrastan con las pocas opciones de esparcimiento y encuentro que proporciona la urbanidad, y hacen notar la importancia de los esfuerzos por difundir las tradiciones comunitarias. De esta forma, la experiencia y reflexiones generadas de quienes participan en las rodas se construyen en vinculación con los elementos de la vida cotidiana del pueblo.

En el proceso de investigación se pudo observar que las formas comunitarias de apropiación de los sentidos que adquiere rodar el pueblo se concretan en la participación constante de las practicas comunitarias, discursos, tomas de posturas, y realización de acciones que fortalecen la estructura comunitaria, tal es el caso de Matt, que es un niño que no es oriundo de la comunidad, sin embargo, puede y hace uso de la palabra en un espacio público, como se muestra en la fotografía no. 2, y además de compartir su experiencia, la lleva y materializa en otros escenarios comunitarios, por ejemplo, él, en su celebración de su cumpleaños número ocho pidió a sus padres realizar una mini rodada con sus vecinos al interior del fraccionamiento donde vive. A demás se ha observado que la comunidad comienza a retomar a la bicicleta como herramienta cotidiana de movilidad, favoreciendo así el cuidado del medio ambiente.

Estos planteamientos sin duda alguna representan un gran logro en el quehacer de Bicicleteando, sin embargo, se reconoce que existe un inmenso desafío, en el que la vida comunitaria del pueblo se vive y se desarrolla en medio de grandes tensiones, constantes cambios y procesos complejos, que requieren ser reconocidos y trabajados por todas y todos.

La proyección del territorio que se va a rodar es otro elemento de gran importancia, esta se realiza al trazar la ruta de la rodada, partiendo siempre del quiosco del pueblo, al respecto en esta ocasión Ganso enuncia lo siguiente: “estamos aquí, en el centro, el quiosco de Tultepec, el origen, el quiosco sigue siendo el corazón, nuestro origen, lo que nos da identidad como pueblo” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video], Elaboración propia), de esta forma se va configurando una espacialidad que parte del reconocimiento de lo que comunitariamente nos precede y en cierta medida nos define, y se vincula con una temporalidad configurada entre diferentes tiempos “ esta rodada es especial, es un acto que respalda el paseo de los muertitos que se realiza desde hace 147 años, imagínense como era antes, no había luz eléctrica, todo eran veredas, es una rodada colaborativa entre el festival y bicicleteando, esperemos que esto siga doscientos años más, proyectémonos en el futuro” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia), el ejercicio de memoria trae el pasado hacia el presente, y la práctica nos proyecta hacia un futuro posible, o al menos deseado, configurando así el territorio donde se desarrollará esta puesta en escena.

La ruta es pensada con base en un profundo conocimiento de la comunidad, tomando en cuenta diversos factores que tienen que ver con cuestiones técnicas, como la seguridad con la que circulara el contingente, y con elementos de contenido histórico, social y cultural, de esta forma el desplazamiento adquiere un sentido a partir del espacio y temporalidades configuradas y del movimiento de los cuerpos que los transitan “rodar ayuda a que los niños conozcan su entorno, conozcan su cuerpo, pedalear te ayuda ver cosas que no ves desde el automóvil, te ayuda a romper limites… cambia tu visión del mundo al moverte en bicicleta, creemos mucho en ese sentido de ser pueblo bicicletero” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia), En muertitos rodantes, la ruta trazada recorre la zona centro del pueblo, se desplaza hacia la parte alta de la comunidad para llegar al panteón nuevo, posteriormente baja nuevamente a la zona centro atravesando una pequeña brecha y finalmente llega al panteón viejo.

Un elemento más que da forma a este primer momento de la rodada se desprende del motivo y el trazado de la ruta, y es la actividad o las actividades que se desarrollan en los lugares que se visitan, lejos de desplazarse de un lugar A a un lugar B, las rodadas representan acciones que tienen sentido y significaciones, que como se mencionó anteriormente se desprenden de la vida comunitaria del pueblo, o responden de manera emergente a problemáticas que se viven en la comunidad, estas actividades se relacionan con el sentido mismo de la rodada y pueden ser muy diversas, desde una tarde de juegos tradicionales, la proyección de un documental, una charla con la cronista del pueblo, la pinta de bardas, la visita a un museo, la elaboración de un taller de fabricación de papalotes, primeros auxilios o mecánica básica para bicicletas. El definir estas actividades conlleva una organización respecto su realización, se establece quienes las guiaran, si será un miembro del colectivo o se invitara a alguien más para ello. También se distribuyen las tareas relacionadas con la logística que implica cada actividad en cuanto la obtención de los recursos que se requieren y su transportación.

Cabe destacar que todas las rodadas que organiza el colectivo, independientemente del tipo de actividad que se realice y el lugar que se visite, son gratuitas, lo cual implica la gestión de los recursos materiales a ocupar y la búsqueda de colaboradores dispuestos a participar solidariamente, sin generar algún tipo de honorario o remuneración. Sumando a esta organización otro elemento a considerar son los actores que formaran parte de la rodada, distinguiendo cuatro diferentes procedencias: miembros del colectivo, organismos institucionales, comunidades de practica de la comunidad, y otros colectivos ya sean de la comunidad o de otras localidades. Por ejemplo, en el cartel podemos observar que en la parte inferior están colocados dos logotipos, uno que es el propio del colectivo y otro que pertenece al Festival Calaveras y Muertitos, que es una actividad que se realiza por vía institucional a través del Ayuntamiento Municipal.

De manera general puedo decir que el primer momento corresponde a la planeación de la rodada (organización, diseño y logística), y que en él se establecen los sujetos que participarán, las actividades a realizar, así como la temporalidad, espacialidad y territorialidad que se desarrollara, cabe señalar que los diferentes elementos mencionados dentro de esta etapa se relación de forma permanente y son multi referenciales, es decir, que entre ellos existe una interacción compleja que no es estática. Por lo que, en la vida cotidiana no se presentan de forma línea uno de tras de otro, y que en el presente artículo se muestran con cierta consecución con el fin de poder ser analizados.

Segundo momento: ejecución de la rodada.

Este momento corresponde a la realización de la rodada, la convocatoria da a conocer una hora de reunión y una hora de salida, con un lapso de 30 minutos entre ellas. Este periodo de tiempo es siempre incierto, las y los organizadores están a la expectativa de cuantos asistentes acudirán, nunca se puede precisar con antelación, pueden llegar cientos o solo algunos. Sin embargo, en medio de este escenario incierto, la rodada comienza a tomar forma.

La fotografía número dos “Compartir la palabra, construir la experiencia”, fue tomada en el centro de Tultepec antes del iniciar la rodada, retrata a Matt y al Ganso, quienes han tomado la palabra y ocupado la tarima principal del festival calaveras y muertitos. Ganso es un joven oriundo del pueblo, él es quien liderea el colectivo. Siempre, antes de dar el banderazo de salida, toma la palabra y da un breve discurso, en esta ocasión la narrativa desplegada vincula elementos que tiene que ver con las tradiciones y la identidad comunitaria “nos gusta mucho vivir aquí en Tultepec, disfrutamos mucho de nuestro pueblo, de nuestras tradiciones… seguimos defendiendo nuestro origen como pueblo bicicletero,” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia).

“Compartir la palabra, construir la experiencia”
Fotografía No. 2
“Compartir la palabra, construir la experiencia”
archivo propio (2022), fotografía tomada con teléfono celular.

Posterior a su discurso, invita a los demás a compartir sus experiencias o expectativas en torno a las rodadas, en algunas ocasiones pasa el micrófono o megáfono a quienes se integran por vez primera, en otras pide participen personas que poseen mayores conocimientos o experiencia en la temática de la rodada en turno, en esta ocasión, invito a hacer uso de la palabra a Matt quien es un niño de diez años que ha participado en bicicleteando desde que tenía uno, primero rodaba en una silla instala en la bicicleta de su papá, posteriormente lo hizo en su triciclo y hoy en día pedalea su propia bicicleta. Él toma la palabra y comparte su experiencia con el público en general, relata cómo creció y paso de ser un bebe a un niño mayor mientras pedaleaba su bicicleta y conocía el pueblo donde ha crecido, “yo inicie en la bicicleta desde muy chiquito, era un bebe cuando me empezaron a llevar a rodadas, se siente bien que vas conociendo el pueblo donde creces y como dice Alonso, vas rodando y dices ¡wow, este es mi pueblo, aquí voy a crecer!, y se siente muy bien porque sabes que vas con seguridad” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia), de esta forma Matt da cuenta de cómo la experiencia de rodar el pueblo está incorporada en su desarrollo como sujeto. Y así, como para él, existen otros participantes para quienes el rodar ha sido un elemento que los acompaña en el desarrollo de sus vidas, niños pequeños que ahora son jóvenes, o quienes anteriormente rodaban solos y ahora lo hacen en compañía de sus vecinos del barrio o sus familias propias.

Mientras se dan los discursos, una joven con su teléfono celular comienza a realizar videograbaciones y narraciones de lo que acontece mientras transmite en vivo por Facebook, enfoca a los oradores en turno y posteriormente voltea el celular para grabar a quienes van llegando y se preparan para iniciar la rodada, desde ese momento y hasta el final ella permanece realizando esta video crónica on line. Simultáneamente otro miembro del colectivo inicia un detallado registro fotográfico, captura a todo aquel que toma la palabra, y a la mayoría de personas que se van incorporando a la rodada, en general la gente posa gustosa para las fotografías, una toma casi obligada, es la foto grupal, donde todos los participantes, o al menos la gran mayoría, se integran.

Ambos registros se realizan en el sentido de convocar a participar y al mismo tiempo generar un testimonio histórico de las practicas comunitarias vividas desde la acción juvenil de rodar el pueblo, “para quienes están viendo la transmisión y quieren incorporarse aún pueden hacerlo, la rodada apenas comienza, vamos a detenernos aquí, por cierto, este es el famoso mural, años, años, tiene este mural, ¡hola!, si, ya nos conocen somos bicicleteando Tultepec, que bonita postal” (Bicicleteando Tultepec, 2023). De esta forma la convocatoria[11] y el sentido de la rodada se potencializa por medio del uso de las redes sociales, en este caso, se presenta un elemento nuevo en la práctica, que tiene que ver con la virtualidad, el cual es insertado por medio de la acción juvenil, de esta forma, se suma un elemento más para la reapropiación y resignificación de las prácticas culturales, hecho que es incorporado por la comunidad en general. Hoy en día, Ganso, a título personal, recibe invitaciones de diversos indoles para realizar la documentación y transmisión en línea de diferentes practicas comunitarias, por mencionar un par, recientemente fue convocado en el recibimiento de un par de mayordomías, y en la realización de una expo de tatuajes local.

“Portadores del listón”.
Fotografía No. 3
“Portadores del listón”.
archivo propio (2022), fotografía tomada con teléfono celular.

Antes de iniciar la rodada se ajustan los últimos detalles logísticos, se confirma asistencia de los miembros del colectivo y se distribuyen algunos roles. La fotografía No. 3 en su primer plano visualiza a los portadores del listón, quienes al igual que Matt, son parte del colectivo desde hace varios años, en su caso, la transición de niños a jóvenes adolescentes ha sido acompañada por las experiencias vividas en bicicleteando, y ese día ocupan uno de los lugares más representativos, ya que ellos son quienes encabezan al contingente durante todo el recorrido, marcan el paso y el ritmo que ha de llevarse, y en ningún momento son rebasados por los demás. Asumir este rol implica un sentido de compromiso hacia todos los participantes, y de igual forma es motivo de orgullo y reconocimiento, no cualquiera lo realiza.

Otro rol que se lleva a cabo es el de bloqueador, su función es ir cuidando al grupo bloqueando las calles para evitar el paso de los automóviles, ellos, se adelantan al contingente, bloquean alguna calle, esperan a que pasen todos los participantes o a ser relevados por otro bloqueador para nuevamente adelantarse y bloquear la siguiente calle. Esta tarea es algo delicada, el bloquear el paso de los automóviles puede generar algún descontento con los conductores, por lo tanto, se debe de realizar con gran tacto y respeto, pero a la vez con firmeza, afortunadamente nunca se ha registrado algún incidente con los automovilistas de la comunidad, esto da muestra de la incorporación y aceptación de las rodadas en la vida cotidiana del pueblo.

“Para que puedan seguir”
Fotografía No. 4
“Para que puedan seguir”
archivo propio (2022), fotografía tomada con celular.

Un papel más es el de barredora, quienes toman este lugar permanecen al final del contingente y quedan al pendiente de cualquier incidencia que pudiera presentarse, sobre todo con los participantes que van quedándose rezagados, de igual forma, revisan que el grupo ruede compacto, y al percatarse de alguna dispersión avisan a quien coordina la rodada para detener el contingente y poder reagruparse. Esta posición por lo regular recae en quienes tienen una mayor experiencia, conocimientos y habilidades que les permitan resolver y atender las posibles incidencias.

La Fotografía No. 4, muestra a un participante de la rodada que lleva montada en su bicicleta, una bicicleta más pequeña, la cual, pertenece a una pequeña niña quien iba rodando en compañía de su mamá y su papá, pero que al sufrir una avería, detuvieron su marcha, en ese momento quienes conformábamos la barredora nos acercamos para atender la situación, al notar la descompostura, alguien aceleró su paso para alcanzar a los punteros, notificarles lo ocurrido y detener la marcha de todo el contingente, posteriormente quien aparece en la imagen revisa la bicicleta de la niña, y determina que no puede ser reparada en ese momento, ante ello, la mamá y el papá, en primer instancia deciden no continuar en la rodada, sin embargo, ellos fueron interrumpidos, escuchándose: yo me llevo la bicicleta para que puedan seguir junto con todos. Acto seguido la barredora toma la bicicleta la acomoda y la rodada continua su marcha, haciéndose visible el sentido comunitario de cuidar al otro.

A pesar de haber designado quienes fungirán como bloqueadores y barredoras, normalmente durante la rodada algunos participantes notan la labor que realiza cada figura y se adhieren a ella. En algunas ocasiones al trabajo de bloqueo y barredora se suman oficiales de la policía municipal, un par de elementos en motocicleta colaboran en la realización de los bloqueos y una patrulla apoya a la barredora acompañando al contingente durante todo el recorrido. En esta ocasión antes de comenzar a rodar un oficial se acercó a Ganso para preguntar sobre la ruta que seguiríamos y ponerse de acuerdo sobre el acompañamiento que realizaría la policía, en otras ocasiones el acompañamiento se da de forma más espontanea, sin acuerdo previo, pero la mayoría de veces los policías se hacen presentes sin intervenir en la logística y planeación establecida por el colectivo.

Después de haber organizado la logística, Ganzo nuevamente toma la palabra y lanza otro breve discurso, para después dar indicaciones generales sobre la forma en la que se desarrollara la actividad, y tras una cuenta regresiva los portadores del listón comienzan a rodar y las angostas calles del centro de Tultepec se inundan de bicicletas. El recorrido normalmente se realiza sin mayores inconvenientes, en esta ocasión el contingente solamente se detuvo un par de ocasiones para reagruparse y continuar la marcha, el primer punto de llegada fue el nuevo panteón municipal, ubicado en la parte alta de la comunidad a unos cuatro kilómetros de distancia del centro. Al llegar ahí el contingente se detiene en la entrada y es recibido por personal del Ayuntamiento Municipal, quienes dan la bienvenida y proporcionan agua a los participantes.

“La tradición tiene voz”
Fotografía No.5
“La tradición tiene voz”
archivo propio (2022), fotografía tomada con teléfono celular.

Las tomas de las fotografías 5 y 6, son parte de una misma escena en la que Ganso nuevamente toma la palabra y comienza a hablar sobre la importancia de las tradiciones, enfatizando que muertitos rodantes es una actividad que se adhiere al Paseo de los muertitos, que es una procesión propia de la comunidad realizada el 31 de octubre en vísperas de día de muertos. Al hablar sobre ello pide a una mujer que le ayude a recitar el “Ánimo vivo” que es un pequeño canto tradicional del pueblo que es entonado por los niños a la hora de pedir calaverita[12], “¿Quién va a acompañar el ánimo vivo?, es para que los niños lo conserven y lo puedan continuar, es un canto antiquísimo, no se tiene registro de donde salió, pero que tiene mucho que ver con Tultepec” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia).

“Las tradiciones se toman”
Fotografía No.6
“Las tradiciones se toman”
archivo propio (2022), fotografía tomada con teléfono celular.

Como lo muestra la fotografía No. 5, ella toma el megáfono y recita el breve canto junto con los niños que le acompañan, mientras los demás guardaban silencio y ponían atención al canto. Al terminar el breve canto, Ganso narra como era el pedir calaverita en su niñez, “recuerdo que cuando éramos niños salía con mis tíos a pedir calaverita, con unos costales, mucha música, mucha tabora” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia), pregunta a los demás si lo recuerdan, le responden que sí, y él complementa la afirmación, toma la botella de agua que sostenía con su mano derecha, y la eleva al tiempo que refriere “los valores no se han perdido, están aquí, como esta botella de agua, nada más hay que destaparla y tomarlos con la mano firme”.

Después de permanecer en el panteón nuevo por aproximadamente 30 minutos el grupo se reintegra para continuar con la rodada y dirigirse al panteón viejo que se ubica en las orillas del centro del municipio, el ritmo de la rodada fue más acelerado, bajamos de la zona alta para entrar al centro transitando por un par de calles de terracería, que se asemejan más a los caminos rurales de un pueblo que a las avenidas citadinas, más allá de la ausencia de alumbrado público y la nulidad de carpeta asfáltica, la atmosfera rural se va formando en el pedalear la brecha, en medio de árboles y algunos pequeños sembradíos, la oscuridad y el sonido desprendido de las piedras, el aire y el canto de los insectos, te atraviesan.

Al salir de este camino, antes de incorporarnos a una de las principales avenidas de la localidad, paramos la marcha para poder reagruparnos, Ganso nuevamente tomó la palabra, y habla acerca de las razones por las que decidió pasar por este lugar, destacando que representa el último reducto de un espacio natural que es parte del pueblo, invitando a los participantes de mayor edad a recordar cómo era el Tultepec de sus infancias, cuando podían salir a jugar al campo, haciendo notar la importancia de perder los espacios naturales, y la responsabilidad que tenemos todos de cuidarlos, “nosotros somos bicicleteando Tultepec, ellos son bicicleteando, recuerden que los espacios son comunitarios y tenemos que cuidarlos… tenemos que disfrutar de estos árboles, en unos cinco años, tal vez, ya no van a estar aquí, entonces disfrútenlos” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia).

La rodada continua y conforme nos acercábamos al panteón viejo, se iban sumando más participantes, al final, se convocó un aproximado de 300 personas entre vecinos del pueblo y de localidades aledañas, así como colectivos de ciclistas provenientes de la Ciudad de México y de otros municipios de la zona norte del Estado de México, haciendo de esta actividad una de las rodadas de mayor magnitud en la región.

“Llegando al viejo panteón”
Fotografía No. 7
“Llegando al viejo panteón”
archivo propio (2022), fotografía tomada con teléfono celular.

La fotografía No. 7 retrata el momento del cierre de la rodada cuando llegamos al panteón viejo, Ganso se cerciora de que hayan llegado todos los participantes, se comunica con las barredoras para corroborar que no exista ningún incidente. Se acerca con el diputado local del distrito y la Sindica del Ayuntamiento y nuevamente toma la palabra, se dirige hacia los policías que acompañaron la rodada, “más que al policía quiero agradecer al individuo, a este muchacho y a sus compañeros, que han hecho un trabajo sinérgico impresionante, hay muchas concepciones negativas de los policías, y hoy, déjenme decirles que cuidara tantos niños ya tantas familias, no es una tarea sencilla, yo les hago un reconocimiento muy especial” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia), enfatizando que más allá de ser policías, son miembros de la comunidad a quienes agradece haber cuidado del colectivo. Posteriormente cede la palabra al diputado y la sindica, quienes dan la bienvenida, reconocen el trabajo que ha realizado el colectivo bicicleteando e invitan de manera general a los asistentes a recorrer el panteón, haciendo alarde de haber sido remodelado. En respuesta, Ganso toma por última ocasión el micrófono “¿cómo ven, pasamos a hacer el recorrido al panteón?, sería con mucho respeto, incluso vamos a hacerlo caminando, es parte de la historia de Tultepec, mucha gente está aquí, están los restos de nuestros antepasados, porque de ahí venimos, nosotros somos producto de los tultepequenses de hace cien años, un día nosotros vamos a estas así” (Ramírez A.(29 de octubre 2022) Rodada paseo de los muertitos [obtenido de archivo de video] , Elaboración propia).

Posteriormente se incorpora a la escena el nuevo cronista del pueblo, quien también invita a participar en la lectura de leyendas, que fue una actividad programada para el cierre de la rodada y propuesta por el Ayuntamiento y los organizadores del festival calaveras y muertitos. En ese momento el grupo se dividió en tres, quienes entraron a recorrer el panteón, los que permanecieron en la entrada escuchando las leyendas, y quienes se dirigieron al centro del pueblo para atender alguna otra actividad del festival. Recordemos que está rodada es parte de las actividades del festival calaveras y muertitos, y que, durante su realización de forma simultánea se estuvieron desarrollando diversas actividades, culturales, recreativas y gastronómicas. Pocos minutos después, una repentina lluviecilla disperso por completo el contingente, lo que impidió que se realizara un cierre formal de la rodada, e interrumpiendo las actividades propuestas por el Ayuntamiento Municipal.

Tercer momento: valoración.

La última etapa refleja un tiempo y espacio meta rodada, ya que se constituye posterior a su realización, y tiene que ver con la valoración y apropiación de la experiencia generada, a pesar de ser el momento menos explorado por el ejercicio de investigación, pienso que es de importancia, al menos, visibilizar algunos elementos.

Un par de días posteriormente a la rodada, en el perfil de Facebook se publica una crónica audiovisual de lo acontecido, mostrando la mayoría de fotografías tomadas y videos realizados, comienzan a aparecer comentarios a lo publicado, algunos son vertidos por quienes participaron en la rodada, pero otros son hechos por personas que no asistieron a ella, y que, de algún modo, la narrativa desplegada a partir de los videos y las fotografías les convoca.

Otro escenario donde se presenta este proceso de valoración y apropiación de las rodadas es en la comunidad misma, días después, algún participante puede ir transitando la calle, cuando alguien se acerca y le dice: ¡te vi! andabas con los de las bicicletas, ¿cómo estuvo?, igual y para la próxima me lanzo, es decir, la acción y los participantes en ella son reconocidos por la comunidad misma. En el sentido opuesto, un participante de la rodada puede volver a transitar lugares por donde pasó en su bicicleta, y ser convocado por ello, ¡pasamos por aquí!, y llegamos desde la otra calle, es todo derecho, pero ¡qué bueno que fuimos a dar la vuelta! De esta forma, el último momento de la rodada moviliza un proceso de valoración y apropiación de esta acción juvenil colectiva, en tanto que, los participantes directos en ella, así como los sujetos que de forma periférica la testimoniaron, toman una postura de lo acontecido, en algunos casos, respondiendo a la convocatoria lanzada por las y los jóvenes de juntos hacer comunidad.

Al mostrar cómo se desarrollan los momentos de las rodadas (organización, diseño, logística, ejecución y valoración) podemos establecer que Bicicleteando Tultepec, representa una manera de participar en la vida del pueblo, que se constituye como una acción juvenil organizada, en tanto que, despliega una serie de prácticas que movilizan saberes culturales y comunitarios, ejercicios de la memoria, y procesos de apropiación del territorio, que en sí, constituyen la acción cultural de aprender a ser y hacer comunidad. Es decir, que la participación juvenil se establece como acción organizada, en tanto que, representa una práctica colectiva guiada por el sentido de la construcción de lo comunitario.

VI. Conclusiones.

La narrativa construida sostiene el planteamiento de pensar las rodadas como practicas comunitarias que construyen estructuras de aprendizaje. Dichas estructuras se sostienen en las formas que adquiere la organización de las rodadas, los modos de participación, la construcción de la territorialidad publica, y la pertenencia comunitaria. Encontramos diversos elementos que nos hablan de la construcción de una temporalidad en la que el devenir del presente se juega en la proyección de un futuro posible y la prospectiva del pasado. Lo que éramos como pueblo, seremos como posible ciudad, pero somos como pueblo urbano originario.

De igual forma se da cuenta de la construcción de una territorialidad, las rodadas implican el desarrollo de acciones sociales territorializadas (Lindón, Narrativas autobiográficas, memoria y mitos: una aproximación a la acción social., 1999) en las que ponen en escena sentidos y significados diversos que se desprenden de la memoria del pueblo, las tradiciones, pero también de la condición de crisis y precariedad en la que las y los jóvenes desarrollan sus vidas y que los lleva a la apropiación de dicho territorio, creando micro espacios y micro culturas locales contextualizadas que se configuran a partir de la interacción de elementos locales y extra locales. (Erickson, 1989).

La temporalidad y la territorialidad puestas en juego en el desarrollo de las rodadas abren la posibilidad para generar aprendizajes culturales comunitarios, que tiene que ver con el aprender a hacer comunidad, de cierta forma los aprendizajes se movilizan en torno a rodar el pueblo, rodar con el pueblo, ser acogidos por el pueblo y hacer comunidad. En este sentido estos aprendizajes de acogida comunitaria se desarrollan a partir de la capacidad de los sujetos y la comunidad de recibir al otro a partir del vínculo establecido entre sujetos y comunidad.

Estos aprendizajes comunitarios de acogida se vinculan con la noción de Aprendizajes comunitarios planteada por Maritza Gómez (2004), en tanto que tienen como fin que los sujetos logren ser parte de la comunidad y se hagan de los elementos culturales identitarios que la conforman. Sin embargo, se distinguen de ellos en cuanto a los saberes por los que transitan los sujetos ya que, según lo mostrado en la narrativa construida, se evidencia la aparición de los siguientes saberes

Los aprendizajes comunitarios de acogida generados en las rodadas, ponen en juego estos saberes en el contexto de la vida cotidiana de las y los jóvenes de Tultepec, en el que las relaciones que establece la comunidad con su juventud se desarrollan de forma tensa entre la precarización de la vida juvenil y el juvenicidio (Valenzuela, 2009), y el reconocimiento y la posibilidad de la reinscripción biográfica (Reguillo, 2010), mientras las comunidad se debate entre la tradición y la modernidad, y la vida urbana y el ser pueblo. En este escenario diverso, tenso y complejo, adquiere una gran relevancia el poder establecer la posibilidad de espacios para convivir y vivir-con los otros y lo otro. Y las rodadas representan una breve posibilidad para ello.

Los aprendizajes de acogida comunitaria representan la posibilidad de convivir y vivir-con lo otro, siendo esto otro, sujetos, tiempos, lugares o tradiciones. El aprender la acogida comunitaria tiene que ver con el poder conocer al otro y a partir de ello reconocerme en él, aprender a cuidarme de forma colectiva, también es hacerse cargo del otro y cuidar de él como los otros se harán cargo de mí. Aprender a resistir, transformar y sostener, no tiene que ver con confrontarme con el otro y destruirlo, más bien, como lo muestra la narrativa construida, tiene que ver con el reinventarnos para preservarnos en común.

De forma breve, resumida y contundente, puedo sostener que las rodadas bicicleteras realizadas por las y los jóvenes de Tultepec, dibujan una posibilidad para construir juntos un futuro posible, conviviendo y viviendo-con lo otro, que es diferente a mí, pero en parte me constituye como sujeto. No obstante el colectivo bicicleteando y las rodadas asumen las tensiones antes referidas y dentro de un escenario comunitario altamente jerarquizado logran constituirse como una alternativa de posibilidades otras a las instituidas.

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Notas

[1] Tesis titulada como participación juvenil y estructuras de aprendizaje comunitario en Santa María Tultepec, realizada entre el año 2014 y 2018.
[2] Programa del cual formo parte en la actualidad con el proyecto de investigación De ida y Vuelta, del Lugar al No Lugar: Participación Juvenil, Educación Comunitaria y Aprendizajes culturales como elementos estructuradores de Prácticas Comunitarias en Resistencia ante la Ciudad global en un Pueblo Urbano Originario.
[3] En mi periodo de estudios a nivel licenciatura en el área de la Piscología, de manera paralela al ámbito universitario, me formé en los campos clínico terapéutico y comunitario, desde los modelos de atención de comunidad y barrios terapéuticos. Y en el campo educativo he desarrollado una experiencia como profesor en los niveles medio superior y superior, pero principalmente como orientador educativo en el nivel secundaria.
[4] El aeropuerto Internacional Felipe Ángeles es una de las obras de mayor impacto del actual gobierno federal de México.
[5] Las Bases de Operaciones Mixtas, es una iniciativa que surgió en el sexenio del presidente Felipe Calderón y tomó fuerza durante la administración de Enrique Peña Nieto, se define como un despliegue operativo que mantiene y encabeza la propia Secretaría de la Defensa Nacional con el fin de garantizar la seguridad interior de la nación,
[6] Tirar barrio, es una expresión juvenil utilizada en México para hacer referencia a ocupar el espacio público, el cual se relaciona con la lucha o defensa del espacio, la construcción de una territorialidad juvenil, identidad y sentido de pertenencia hacia el espacio geográfico del barrio y el grupo de pares que en él se instala.
[7] Kiosko colectivo se funda en el reencuentro de varios jóvenes que años atrás habían formado parte de otro colectivo juvenil llamado Voladora, en el que también se desarrollaban actividades artístico-culturales a nivel comunitario.
[8] La participación que había desarrollado en las rodadas de bicicleteando, fueron en un inicio como asistente, invitado en primera instancia por mi hermano quien en era parte del grupo. En algunas ocasiones asistía solo, en otras se integraban mi esposa e hijo, y posteriormente también se hicieron participes mi hija menor y mi cuñado. Con el tiempo, al participar y después colaborar en las rodadas, bicicleteando Tultepec se configuro como un referente importante al interior de nuestra familia y se configuro cómo un fuerte vínculo con la comunidad, las rodadas, junto con otros elementos más, nos hicieron del pueblo.
[9] A excepción de los dos años de confinamiento que se tuvieron en México a causa de la pandemia ocasionada por el COVID.
[10] En el año 2015 en excavaciones que se realizaban para obras de drenaje profundo, se encontraron los restos fosilizados de lo que hoy es una de las osamentas más completas y en mejores condiciones que se han encontrado en México, posteriormente en el año 2020 cuando se realizaban excavaciones en un relleno sanitario del municipio se encontraron más restos de mamuts que se ubicaban en un sistema de trampas elaboradas por el hombre, este descubrimiento es el primero en su tipo en todo el mundo.
[11] Convocatoria en un doble sentido, primero del llamado a participar, hacerse presentes en la acción que se realiza, y el segundo, el sentido de la interiorización de la acción.
[12] Del canto Ánimo vivo se desconoce la autoría y la fecha de la cual data, pero ha perdurado generacionalmente por medio de la tradición oral, y en la actualidad aún es recitado para pedir calaverita en día de muertos. Ánimo vivo, ánimo muerto, quiero mi pan para mi muerto, muerto si hubieras corrido, no te hubieran alcanzado, pero como no corriste, ahora te llevan cargando, amen.
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