Resumen: El fomento de la lectura ha sido uno de los temas sustanciales de la educación contemporánea. A través de la formación convencional en instituciones educativas se intenta fortalecer estas actividades. Sin embargo, también a partir de espacios como las bibliotecas se busca potenciar esta habilidad, fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Definida como una de las piedras angulares para la adquisición de conocimiento, el propósito de este trabajo de investigación pretende definir, establecer y comprender las estrategias para el fomento de la lectura en la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil, Ecuador. Se parte del principio básico que una biblioteca favorece el desarrollo de la comunidad creando un espacio para el aprendizaje, promoviendo el crecimiento intelectual a través de la búsqueda de información. En este sentido, a partir de una perspectiva metodológica cualitativa y cuantitativa, el presente estudio busca definir las estrategias de la lectura empleadas en los niños y adolescentes de la biblioteca en mención. En el contexto de la pandemia provocada por la Covid-19 se han tenido que replantear las técnicas para fortalecer el hábito lector. Es por esta razón que como uno de los resultados de esta investigación se destaca el aporte comunitario de la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil y la forma en que se han compartido ideas sobre la lectura con el propósito de comprender aquello que el autor ha querido transmitir por medio de su obra.
Palabras clave: Biblioteca, la lectura: proceso de enseñanza y aprendizaje, conocimiento, hábito lector.
Abstract: The promotion of reading has been one of the main themes of contemporary education. Conventional training in educational institutions seeks to strengthen these activities. However, spaces such as libraries also seek to enhance this ability, fundamental in the teaching and learning process. Defined as one of the cornerstones for the acquisition of knowledge, the purpose of this research work is to define, establish and understand the strategies for the promotion of reading in the Library of the University of the Arts of Guayaquil, Ecuador. It is based on the basic principle that a library promotes the development of the community by creating a space for learning, promoting intellectual growth through the search for information. In this sense, from a qualitative and quantitative methodological perspective, the present study seeks to define the reading strategies used in the children and adolescents of the library in question. In the context of the Covid-19 pandemic, techniques to strengthen the reading habit had to be rethought. It is for this reason that one of the results of this research highlights the community contribution of the Library of the University of the Arts of Guayaquil and the way in which ideas on reading have been shared with the purpose of understanding what the author has wanted to transmit through his work.
Keywords: Library, reading: teaching and learning process, knowledge, reading habit.
Artículos
Estrategias para el fomento de la lectura en la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil
STRATEGIES FOR THE PROMOTION OF READING IN THE LIBRARY OF THE UNIVERSITY OF THE ARTS OF GUAYAQUIL
Recepción: 18 Julio 2021
Aprobación: 20 Agosto 2021
Publicación: 23 Agosto 2021
El estudio de las estrategias para el fomento de la lectura ha sido objeto de diversas investigaciones, sobre todo en los últimos años. La lectura ha sido considerada como la llave que conduce a las personas a encontrarse con el conocimiento y uno de los motores dinamizadores de la cultura. Se trata, en todo caso, de una de las creaciones más útiles, dignas y hermosas que ha creado el ser humano. Por esta razón se buscan estrategias para que, desde temprana edad, los niños empiecen a interesarse por la lectura, destacando procedimientos que contribuyan a enriquecer el proceso lector.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. A los niños, a estas alturas del siglo XXI, se los educa con recursos distintos que a quienes aprendieron a leer en tiempos pasados. Y más aún cuando se hace referencia a fomentar el hábito lector en estos infantes en la época actual en que impera la pandemia. Los procedimientos para la enseñanza son diferentes y las estrategias también. Una de las estrategias más fructíferas para el fomento de la lectura es la inclusión de la biblioteca, pues favorece en el estudiante la autonomía y responsabilidad académica, mediante recursos y servicios de información y comunicación, para que sean capaces de generar cambios y transformación en su proceso de aprendizaje.
En este sentido, el presente trabajo de investigación pretende determinar las mejores estrategias para acercar a niños, niñas y adolescentes al hábito de la lectura en la Universidad de las Artes en Guayaquil. Para ello se parte de la premisa de que la biblioteca es un servicio de apoyo al aprendizaje integral del estudiante.
La pandemia provocada por la Covid-19 generó un sinnúmero de circunstancias y adversidades que dejaron una realidad en evidencia: el ser humano no estaba preparado en ningún aspecto. El ámbito educativo no fue la excepción. Por ello, se tuvieron que rearmar procesos educativos sobre la marcha para que la formación de los estudiantes no se detuviera. Uno de los aspectos en los que se ha hecho más énfasis ha sido en fomentar el hábito lector de los niños, niñas y adolescentes aprovechando recursos como los que disponen las bibliotecas.
De esta manera, el presente trabajo de investigación indaga en las estrategias que han surgido para el fomento de la lectura en la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil. Con ello se ha pretendido que el proceso de enseñanza y aprendizaje no se detenga, sino que se dinamice, haciéndose énfasis en la promoción del proceso lector.
La sociedad de la información ha diversificado los sistemas de comunicación, ello impone un nuevo reto para atender la diversidad metodológica que ha acompañado a estos cambios. A partir de un abordaje metodológico cualitativo y cuantitativo, el presente estudio busca definir las estrategias de la lectura empleadas en los niños y adolescentes de la biblioteca. Se trata de un estudio de carácter descriptivo y transversal. Para ello se empleó una encuesta dirigida a 120 estudiantes de octavo a décimo año de educación básica, que con asiduidad utilizan los servicios de la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil. La muestra fue seleccionada de manera no probabilística, considerando como criterio de inclusión la frecuencia con que visitan la biblioteca y usan sus servicios tanto en el ámbito de la presencialidad como en la virtualidad. Adicional a ello, se empleó el método bibliográfico y documental que permitió sistematizar los indicadores para la sistematización teórica de las estrategias para el fomento de la lectura en la biblioteca en mención y que se encuentran presentes en la literatura especializada.
El hábito lector: concepciones principales
La lectura es una de las actividades que más beneficios le puede traer al ser humano, pues es un hábito de comunicación que permite desarrollar los pensamientos cognitivos e interactivos de cualquier lector, el leer permite construir con facilidad nuevos conocimientos. Según Diez (2021), el hábito de la lectura puede mejorar las condiciones sociales y humanas de cualquier lector, el leer permite pensar con reflexión y desarrollar los aspectos cognitivos del cerebro lo que ayuda a ejercitar todas las células y estar siempre activos para cualquier actividad que se realice en la vida cotidiana.
Para Flores (2016), en la formación del hábito lector la lectura de textos literarios, como cuentos y novelas de carácter nacional o internacional, cumple un rol fundamental porque contribuye a la comprensión del mundo en su diversidad cultural, histórica y social; posibilita la creación de asociaciones e interpretaciones críticas sobre las distintas realidades. Por ello, se requiere que en el desarrollo del hábito lector las personas consideren la lectura como un placer por sí misma
Varela (2018) considera que leer es un procedimiento íntimo, unipersonal, cuya verdadera importancia está en que cada lectura transforma al ser humano, pues hay libros que cambian la vida haciendo que las personas no sean las mismas después de haberse asomado a ese mundo visto por otros, pues así como la lectura se convierte, para algunos, en un refugio o evasión ante un mundo que en un momento determinado puede ser hostil o extraño, también, y casi siempre, lo leído amplía la visión de ese mundo y trasciende lo meramente lúdico, estético, emotivo y aún lo cognitivo.
Al respecto, se consultó a los estudiantes qué entiende por hábito lector y este fue el resultado.
En esta pregunta de la encuesta, un 10% de estudiantes señaló que entiende por hábito lector un procedimiento que implica la repetición de la lectura, mientras que un 59% señaló que lo entiende como la acción de realizar la lectura en forma automotivada y periódica. Para un 13% un hábito lector es la lectura con atención y pensamiento creativo. Finalmente, un 18% sostuvo que se trata de una costumbre fomentada por medio de las tecnologías.
Desde la perspectiva de Cardona et al. (2018), el hábito lector se entiende como la acción de realizar la lectura en forma automotivada y periódica, por considerarse no solo como una opción de entretención, sino también como medio de aprendizaje, adquisición de nuevo conocimiento y acceso a la cultura. Además, se considera que está regularizado por los gustos e intereses del individuo, por ello se debe considerar como lectora aquella persona que declara leer cualquier tipo de material escrito y si explora prácticas lectoras en soporte impreso o electrónico.
En este contexto, Arista y Paca (2015) señalan que el deseo de leer nace al asociar la lectura con el placer, la satisfacción y la sensación de logro y entretenimiento; por tanto, el deseo es el factor más poderoso para generar un hábito de lectura que trasciende el imperativo social y el mandato académico o laboral.
Según Sánchez (2020), el hábito es un modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes y por ello ha de entenderse que el hábito lector implica la repetición de la lectura. En ese sentido, el hábito lector pasa a formar parte del estilo de vida del sujeto, de esa forma la lectura se convierte en una praxis intencional del sujeto porque supone algún tipo de satisfacción.
Sobre las características del proceso lector
La enseñanza de la lectura en la educación está relacionada con la intención de incentivar en los niños su apropiación para incorporarlos a la comunidad de lectores y escritores, formarlos como ciudadanos de la lectura escrita y para lo cual es importante tomar como referencia las prácticas sociales de la lectura y la escritura. Para Silveira (2013), a través de la interacción con textos diferentes a los de aprestamiento; por ejemplo, los cuentos, se busca el relacionamiento y construcción conjunta entre alumnos y alumnos-docentes, de manera tal que se promueva el ejercicio de múltiples lecturas, cada niño puede interpretar la lectura de manera distinta y realizar varias interpretaciones de la misma.
A este respecto, Munita (2019) señala que la competencia literaria se entiende como la capacidad de saber leer literatura, gozar de ella y valorar los textos literarios. La capacidad de leer literatura involucra un comportamiento lector que le permita la construcción del sentido del texto en el que intervienen actividades psicomotrices y de razonamiento; que, al combinarse con un comportamiento lingüístico adecuado, permite la comprensión del lenguaje escrito. Por esta razón, algunos autores sostienen que lo más importante para la formación del hábito lector es la motivación.
La motivación es un aspecto de enorme relevancia en varios ámbitos de la vida humana. Como constructo teórico de naturaleza multifactorial, permite explicar por qué las personas se interesan en ciertas actividades persistiendo en ellas y evitan hacer otras. Por ello, la motivación lectora es un proceso de aprendizaje intencionalmente educativo cuyo objetivo final será la autodedicación hacia la lectura que, a su vez, hará al sujeto desarrollar el hábito lector y que tendrá como impacto secundario conseguir una actividad permanente en el tiempo, postura que podría asimilarse al concepto lifelong learner que implica una actitud o aprendizaje a lo largo de la vida (Avendaño, 2017, p. 4).
Desde la perspectiva de Cardona et al. (2018), el hábito lector se entiende como la acción de realizar la lectura en forma automotivada y periódica, por considerarse no solo como una opción de entretención, sino también como medio de aprendizaje, adquisición de nuevo conocimiento y acceso a la cultura. Además, se considera que está regularizado por los gustos e intereses del individuo, por ello se debe considerar como lectora aquella persona que declara leer cualquier tipo de material escrito y si explora prácticas lectoras en soporte impreso o electrónico.
Al respecto, se consultó a los estudiantes sobre las características del proceso lector y este fue el resultado.
En esta segunda pregunta de la encuesta se consultó a los estudiantes acerca de las características que consideran que debe tener el proceso lector en los niños, niñas y adolescentes. Para un 27% debe priorizarse lo lúdica. Un 62% señaló que se deben emprender actividades que combinan lo entretenido con el aprendizaje. En cambio, para un 10% la lectura debe priorizar lo audiovisual. Finalmente, apenas un 1% señaló que se trata de una actividad docente que fortalece la creatividad en los estudiantes.
Según Guerra y Forero (2015), se requiere entonces del esfuerzo por parte de los docentes para hacer acompañamiento en los procesos de lectura de los estudiantes y se precisa también trascender las viejas prácticas de lectura, para evitar que el estudiante pueda sufrir una desadaptación que lo conduzca a una deserción temprana. Es necesaria la intervención de los docentes explícitamente dirigida a la adquisición de adecuadas estrategias de lectura para comprender los textos, porque el hábito lector no está reservado a estudiantes con capacidades excepcionales, sino que cualquier sujeto es susceptible de adquirirlo, toda vez que lo haga consciente y se esfuerce en la práctica.
Según Sánchez (2020), el hábito es un modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes y por ello ha de entenderse que el hábito lector implica la repetición de la lectura. En ese sentido, el hábito lector pasa a formar parte del estilo de vida del sujeto, de esa forma la lectura se convierte en una praxis intencional del sujeto porque supone algún tipo de satisfacción.
La lectura en tiempos de pandemia
En la actualidad, en tiempos de pandemia, se torna aún más trascendental entre las familias que, por razones sanitarias, han tenido que pasar más tiempo en sus casas. Sumado a lo anterior, cuando entre los miembros de la casa existen pequeños, esta acción todavía se convierte aún más en un elemento indispensable para poder lograr que ellos sobrelleven de la mejor manera el confinamiento.
Según Cabrera (2020), a partir de la pandemia y la suspensión de clases presenciales, se modificaron abruptamente los parámetros de la educación a lo largo y a lo ancho del país. No hay vínculo presencial estudiante-docente ni tampoco de los alumnos entre sí; el dictado de las materias se alteró, no hay recreos ni horarios, casi no hay conversación directa y tampoco posibilidades de observar integralmente conductas o actitudes.
En este contexto, Cáceres (2020) manifiesta que en esta pandemia se ha evidenciado las enormes diferencias en que vivimos. Una segregación siempre ocultada, siempre menospreciada, pero que ahora se hace más preocupante cuando las mayorías populares de la sociedad se ven afectadas en todos los ámbitos.
Para Castellví y Breogán (2020), la innovación, más allá de su simplista visión como sinónimo de acciones novedosas o creativa, apuesta por la consecución del máximo aprendizaje, aumentar la motivación del alumnado, favorecer la participación de la comunidad en las escuelas y generar contextos donde la convivencia entre todas las personas sea plenamente positiva. De allí la importancia de fomentar la lectura.
Al respecto, se consultó a los estudiantes sobre las estrategias para fomentar la lectura y este fue el resultado.
En esta pregunta, los estudiantes identificaron las estrategias que consideran que se deben emplear para fomentar el hábito lector en los niños, niñas y adolescentes en tiempos de pandemia. Para el 50% se deben hacer hincapié en juegos interactivos, en cambio para un 5% se deben compartir experiencias y conocimientos, mientras que para un 22% se deben realizar tareas y actividades con su oportuna valoración y de forma entretenida. Un 6% opinó que se debe comunicar la retroalimentación de las actividades. Finalmente, un 17% que una estrategia exitosa tendría que utilizar todos los recursos que presentan las bibliotecas.
La educación está atravesando por grandes transformaciones con la expansión de las tecnologías de información y comunicación. Pando (2018) destaca que para cumplir con éxito las expectativas en la promoción del fomento lector los estudiantes se deben considerar las siguientes características:
• Compartir experiencias, conocimientos y pedir la participación activa de los estudiantes.
• Socializar los contenidos de manera lúdica.
• Enviar y recibir tareas, actividades y evaluaciones con su oportuna valoración y corrección, de forma entretenida.
• Comunicar la retroalimentación de las actividades, así mismo escribir comentarios de la tarea si es necesaria.
• Utilizar todos los recursos que presentan las plataformas virtuales.
En este sentido, Barrera y Guapi (2018) explican que las plataformas virtuales son una modalidad formativa que se aplica en la educación presencial y no presencial, que pese a la distancia facilita la comunicación entre docentes y dicentes, incorporando muchas herramientas y recursos en la formación para enriquecer el aprendizaje.
A criterio de Navarrete (2021), el camino a la lectura es largo y requiere de reforzamiento continuo, que depende en gran medida de las conducciones de los docentes, por lo que se sugiere seguir construyendo el abanico de posibilidades de estrategias de lectura e innovar con la participación de los alumnos, algo que durante esta pandemia se ha realizado y que sin lugar a duda se seguirá reflexionando.
Dentro de este marco, Guardiola y Baños (2020) señalan que la pandemia provocada por la Covid-19 ha llevado a considerar a la lectura no solo como una fuente de formación e información, sino que puede aportar al individuo otros valores necesarios para su salud y bienestar. Por ello, la lectura no sólo entretiene e informa, sino que puede tener otras propiedades, preventivas y saludables al mejorar el bienestar de los lectores.
En esta línea, Cabrera (2020), la lectura está siendo una gran aliada desde que comenzó la pandemia para despertar la creatividad de los estudiantes. Por esta razón enfatiza en el valor de la lectura como un factor de equilibrio frente a la fatiga digital y a la infoxicación durante ese período. Los efectos de la fatiga digital van desde la dificultad para concentrarse a molestias visuales, depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos. En este contexto, la lectura de los más pequeños se muestra como un remedio eficaz para contrarrestar la sobrecarga digital de los días de confinamiento.
La inclusión de las bibliotecas para fomentar el hábito lector
Desde el punto de vista académico se considera a la lectura como uno de los procesos más complejos, pues incluye desde la puesta en funcionamiento de un elevado número de neuronas y áreas del cerebro humano, hasta la integración de la herencia cultural, las tradiciones, las experiencias, las necesidades, los motivos y el conocimiento de quien lee. En este sentido, las bibliotecas cumplen un rol preponderante en el fomento del hábito lector. Se define la biblioteca como el servicio en el que se reúnen, organizan y usan los recursos documentales necesarios para el aprendizaje de los estudiantes, la adquisición de hábitos lectores y la formación en el uso de la información.
Para Mora (2018), la biblioteca constituye un servicio de apoyo al aprendizaje integral del estudiante. En su mejor expresión favorece en el estudiante la autonomía y responsabilidad académica, mediante recursos y servicios de información y comunicación, para que sean capaces de generar cambios y transformación en su proceso de aprendizaje.
Por su parte, Área (2016) señala que el concepto de biblioteca se encuentra vinculado con dos procesos educativos fundamentales en el aprendizaje de los estudiantes: el acceso e inmersión en la cultura, así como ofrecer un espacio para el trabajo autónomo de los estudiantes donde puedan experimentar la libre exploración sobre los objetos y recursos del conocimiento.
Al respecto, se consultó a los estudiantes sobre las ventajas de incluir a las bibliotecas en la promoción del hábito lector y este fue el resultado.
En esta última pregunta de la encuesta se consultó a los estudiantes acerca de las ventajas de incluir a la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil en el proceso del hábito lector de los niños, niñas y adolescentes. Para un 13% se trata de apoyar el proyecto educativo institucional. Un 15% señaló que una de las ventajas es fomentar el proceso educativo. Apenas un 3% respondió que entre los beneficios consta el hecho de organizar actividades que conciencien en el plano cultural. Finalmente, la mayoría, es decir un 69%, indicó que la principal ventaja es fomentar la lectura y promover los servicios de la biblioteca.
Según Ripalda, Macías y Sánchez (2020), la biblioteca de aula permite al niño ser parte de un grupo de lectores que lo va formando como partícipe de una comunidad en la que existen derechos y también responsabilidades. Se trata de espacios que ayudan a los niños a compartir ideas, hacer reflexiones y análisis de lo que han leído, irán construyendo nuevos conocimientos con la orientación de los docentes.
Por esta razón, Escoriza (2015) considera que las bibliotecas juegan un papel importante en la formación lectora y la formación documental, pues la enseñanza debe adaptarse a los cambios sociales y tecnológicos donde la recogida, selección, recuperación y transmisión de información son aprendizajes imprescindibles, y el alumno debe disponer de las estrategias precisas para lograrlo. En este sentido, la biblioteca tiene requerimientos muy importantes que cumplir en cuanto a su gestión, pues este espacio de apoyo para el aprendizaje se hace ideal cuando se presenta una dinámica en la que se comparten y asumen objetivos, dando respuestas colectivas a la necesidad de innovación que plantea la práctica pedagógica.
Según Cáceres (2020), las bibliotecas de la actualidad son el punto de encuentro de los actores educativos y la sociedad en general, los espacios bibliotecarios son dinámicos promoviendo la libre consulta, la lectura, el juego, reconociendo que el acervo bibliotecario al estar estructurado y organizado, incorpora nuevas tecnologías, beneficiando en la organización correcta, facilitando la realización de la investigación. La biblioteca es el auxiliar directo de los niños, maestros y público en general, pues tiene como función fortalecer en el lector el interés por el conocimiento, aportando en el aprendizaje significativo a través del manejo de los libros para la búsqueda de datos.
A criterio de Kepa (2016), la importancia de aprender a leer utilizando las bibliotecas favorecen al niño en el desarrollo del lenguaje. Al establecer un plan estratégico para el rincón de lectura, los docentes sabrán qué actividades realizaran en cada parcial y cómo se motivará al niño hacia el hábito lector. Cada período lectivo, los docentes deben reunirse por nivel y seleccionar los saberes que aplicaran sobre la lectura
La investigación realizada identificó varias de las estrategias empleadas para el fomento de la lectura en la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil. Se caracterizó el proceso lector de estudiantes consultados. A partir de ello se llegó a la conclusión que la lectura debe priorizar lo lúdico, se deben realizar actividades que combinen el entretenimiento con el aprendizaje y que las actividades encomendadas por los docentes deben promover la creatividad de los estudiantes.
Se determinaron las estrategias para fomentar el hábito lector como el hecho de compartir experiencias y conocimientos, comunicar la retroalimentación de las actividades, realizar juegos interactivos con los niños y la elaboración de tareas y actividades con su oportuna valoración y de forma entretenida.
Es importante señalar que entre las ventajas de incluir la biblioteca en el proceso del hábito lector de los niños, niñas y adolescentes consta el hecho de apoyar el proyecto educativo institucional, fomentar el hábito y placer por la lectura, organizar actividades que conciencien en el plano cultural e incentivar la lectura y promover los servicios de la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil.
Citación/como citar este artículo: Andrade, G., Benavides, J. y Vallejo, P. (2021). Estrategias para el fomento de la lectura en la Biblioteca de la Universidad de las Artes de Guayaquil. ReHuSo, 6, 74- 83. Recuperado de: https://revistas.utm.edu.ec/index.php/Rehuso/article/view/3776