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Movilidad y Desarrollo rural: Acción colectiva de los migrantes en el centro de México
Alejandro Rosendo Chávez; Norma Baca Tavira; Francisco Herrera Tapia
Alejandro Rosendo Chávez; Norma Baca Tavira; Francisco Herrera Tapia
Movilidad y Desarrollo rural: Acción colectiva de los migrantes en el centro de México
Mobility and Rural Development: Migrants' Collective Action in Central Mexico
EUTOPÍA, Revista de Desarrollo Económico Territorial, núm. 22, pp. 33-53, 2022
FLACSO Ecuador.
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Resumen: La migración internacional como un hecho de movilidad es un factor de transformación en las sociedades contemporáneas, por su parte, el enfoque del desarrollo rural territorial se construye con la participación de las personas que viven en el territorio, tomando en cuenta incluso a las personas ausentes, que ayudan en la reproducción de la sociedad. Las asociaciones de oriundos son justamente una manifestación de cómo la migración y la participación han contribuido al desarrollo comunitario en los territorios migratorios. Mediante un acercamiento cualitativo (cuestionarios abiertos y entrevistas semiestructuradas) con diversos actores del municipio de Almoloya de Alquisiras, en el periodo 2017 a 2020. Los resultados arrojan que en la comunidad de origen hay acciones individuales y colectivas, que son encaminadas al desarrollo rural, pero con resultados limitados hasta ahora, por falta de sinergia con los demás actores del territorio y la falta de capacitación de los tomadores de decisiones en la administración pública local.

Palabras clave: Movilidad, Migración, Desarrollo Rural, Territorios Migratorios, Clubes de migrantes.

Summary: International migration as a fact of mobility is a factor of transformation in contemporary societies, for its part, the approach to territorial rural development is built with the participation of people living in the territory, taking into account even absent people, who help in the reproduction of society. The associations of natives are precisely a manifestation of how migration and participation have contributed to community development in migratory territories. Through a qualitative approach (open questionnaires and semi-structured interviews) with various actors from the municipality of Almoloya de Alquisiras, in the period 2017 to 2020. The results show that in the community of origin there are individual and collective actions, which are aimed at rural development, but with limited results so far, due to lack of synergy with the other actors of the territory and the lack of training of decision makers in the local public administration.

Keywords: Mobility, Migration, Rural development, Migratory Territories, Migrant clubs.

Carátula del artículo

Articles

Movilidad y Desarrollo rural: Acción colectiva de los migrantes en el centro de México

Mobility and Rural Development: Migrants' Collective Action in Central Mexico

Alejandro Rosendo Chávez
Universidad Autónoma del Estado de México, Mexico
Norma Baca Tavira
Universidad Autónoma del Estado de México, Mexico
Francisco Herrera Tapia
Universidad Autónoma del Estado de México, Mexico
EUTOPÍA, Revista de Desarrollo Económico Territorial, núm. 22, pp. 33-53, 2022
FLACSO Ecuador.

Recepción: 19 Agosto 2022

Aprobación: 03 Septiembre 2022

Publicación: 27 Diciembre 2022

Introducción

La migración internacional como un hecho de movilidad, hoy es uno de los temas torales de las sociedades contemporáneas. Tanto en el ámbito de los países y sociedades de expulsión como en los de acogida de los migrantes, así como en los más diversos organismos supranacionales y de cooperación internacional, forma parte de sus agendas sociales y políticas, siendo incluso un elemento clave para el desarrollo de las comunidades de origen sobre todo en contextos rurales.

La migración en todas sus formas ha sido una constante a lo largo de la historia y, para muchos, ha sido una vía de supervivencia, de superación, de rito hacia la adultez, para acompañar a miembros del hogar, para estudiar y para aumentar los ingresos (Dirven 2021).

En la coyuntura actual “las migraciones internacionales no sólo se han intensificado, sino que también se han extensificado, diversificándose en sus orígenes, destinos, modalidades migratorias y perfiles de los sujetos involucrados, como resultado del cúmulo de procesos que se ha denominado globalización” (Canales 2015, 5), en donde el territorio mantiene los vínculos entre sociedades.

Para Baca y Román (2017) la migración se ha convertido en un fenómeno que sobrepasa la idea básica del desplazamiento poblacional, pues sugiere también la movilización o movilidad1 de una amplia red de vínculos, dinámicas y recursos sociales y familiares, convirtiéndose así en parte central de la vida cotidiana de quienes se movilizan y se ven afectados por este desplazamiento en sus múltiples dimensiones.

Como ejemplo de lo anterior, Baca (2011) plantea que las movilidades y las migraciones internacionales no son solo las experiencias de algunas personas que se van a otro país, sino que forman parte de procesos socioespaciales que revelan la complejidad de las formas migratorias, y así las prácticas migratorias constituyen un elemento importante del encuentro entre sociedades y de interacción entre territorios, contribuyendo a la reconfiguración de diversos aspectos de la vida social de las comunidades y territorios involucrados.

En este trabajo, las movilidades junto con el territorio, se consideran factores de desarrollo; concibiendo lo territorial más allá de una noción de lugar, de un estado cerrado en sus fronteras, más bien se entiende a partir de las relaciones sociales, económicas, culturales y de poder que lo construyen (Bozzano 2009). De ahí que se considere que la territorialidad debe convocar a una potenciación de sus cualidades, con la concurrencia de intereses y recursos transnacionales puede generar condiciones para que la migración también aporte al crecimiento económico en los lugares de origen y no solo en los de llegada.

En el campo socioeconómico de las movilidades aparecen las remesas tanto familiares como colectivas y con éstas, la referencia de los vínculos que los migrantes construyen entre los territorios de origen y de destino. En el caso de las remesas familiares, su uso puede asumirse como un factor determinante para el sustento, y quizás para el mejoramiento de las condiciones de vida de los hogares de migrantes e incluso estas transferencias monetarias son vistas como parte del proceso migratorio, la familia espera recibirlas y usualmente los migrantes se esmeran en sus empleos para contribuir enviando recursos a los suyos. Las remesas familiares toman un papel importante, a veces fundamental, en la reproducción material de los hogares de migrantes, especialmente en zonas rurales donde el impacto del modelo neoliberal ha deteriorado las condiciones sociales y económicas, quizá más que en el medio urbano-metropolitano.

En el plano territorial, los migrantes han buscado influir y aportar a sus comunidades, un ejemplo es la formación de pequeñas organizaciones filantrópicas y participativas, conocidas como asociaciones de oriundos o clubes de migrantes, cuyo papel ha sido el de recaudar fondos (dólares) para apoyar modestos proyectos de desarrollo local en sus pueblos de origen. La organización de los migrantes ocurre generalmente en Estados Unidos (principal destino de los mexicanos que salen al extranjero)

El papel de estas formas asociativas construidas por migrantes es importante en la vida social de las comunidades de migrantes. Para Fox y Bada (2008) estas organizaciones funcionan como redes de apoyo social, facilitando la consolidación de las redes sociales, así como transmisores de la cultura y valores a las generaciones de nacidos en el extranjero. Además, fungen como apoyo en la defensa de los derechos de los migrantes en la región de asentamiento. Aunque también hay que decir que, si bien estas organizaciones son forjadas por migrantes, su eventual desarrollo depende de múltiples factores, interno y externos, entre los primeros, se encuentra el tipo de liderazgo y su capacidad de gestión ante instituciones y ante los integrantes del club; un aspecto importante es la facilidad para proveer un espacio para que el paisanaje pueda reunirse, y socializar al tiempo que desarrollan estrategias para mantener o fortalecer los vínculos con el terruño. De acuerdo con Vega y González (2017) las organizaciones de oriundos articularon identidades e intereses colectivos; por ello, no es de sorprender que la migración haya estimulado la formación de estas asociaciones.

Entendiendo como asociación de oriundos o club de migrantes a la unión de personas con intereses comunes que, realizan actividades en favor de sus comunidades de origen. Se toma en cuenta que los clubes de migrantes construyen y fortalecen el capital social, a la vez que conducen a sus comunidades a cierto desarrollo social a través de la articulación de las remesas en el origen y en el destino (Hernández 2006).

El análisis se centra en el Estado de México, localizado en el centro del país, aunque como entidad el Consejo Nacional de Población (Conapo 2021, 15) en su índice de intensidad migratoria la clasifica como de “muy baja intensidad migratoria a Estados Unidos, este Estado cuenta con una composición migratoria histórica, diversa e intensa, tanto en las movilidades internas como en las internacionales, en sus orígenes desde el medio rural como desde lo urbano-metropolitano. En el caso de la migración internacional, la zona sur de la entidad en donde podemos encontrar características propias de una migración internacional añeja y tradicional.

En concreto, se analiza el municipio rural de Almoloya de Alquisiras, que en buena medida conforma su vida social, económica, política y cultural con base en el fenómeno migratorio hacia Estados Unidos, el cual se expresa en transformaciones en las dinámicas territoriales asociadas con las movilidades; los cambios generados por el histórico e intenso fenómeno migratorio se manifiestan en todas las dimensiones socioeconómicas y culturales de esta población transnacional.

El objetivo del artículo es mostrar, para el caso de este municipio sureño mexiquense, las acciones promovidas por los migrantes que de alguna forma contribuyen al desarrollo socioeconómico del territorio de origen. Para ello, el documento se estructura en seis apartados. El primero desarrolla una breve discusión sobre la complejización de la migración a tal grado que hoy es visto como un hecho de movilidad por la circulación constante de elementos tangible e intangibles. El segundo apartado presenta y describe las características del enfoque del desarrollo rural territorial resaltando el papel protagónico que tienen el territorio y su relación con la migración y la movilidad. En la tercera sección se identifica la complejidad de las formas de asociación y se reconoce que pese a las dificultades los miembros de las organizaciones de migrantes se esfuerzan para mantenerse agrupados, tomando en cuenta la importancia de factores territoriales del origen de los migrantes para entender los límites y los alcances de los clubes de oriundos en el desarrollo de los territorios migratorios. La siguiente sección se contextualiza el caso de estudio resaltado sus características socioeconómicas. En la sección siguiente se lleva a cabo el análisis de los resultados mencionando las acciones individuales y colectivas de los migrantes encaminadas al desarrollo de su lugar de origen. Hacia el final del artículo están las conclusiones que nos invitan a reflexionar sobre cómo la movilidad y la migración pueden apoyar al desarrollo de los territorios rurales, mediante acciones concertadas entre los actores territoriales.

La migración como un hecho de movilidad

Las migraciones internacionales reciben respuestas cada vez más restrictivas por parte de naciones, que se apegan más al marco jurídico de su soberanía nacional, que a visiones cosmopolitas, humanitarias y solidarias basadas en los derechos humanos de las personas desplazadas o en movilidad. Los estados tienden a definir sus posturas y reacciones bajo una concepción de la migración como problema y fuente de inestabilidad política, económica y social (Herrera 2007).

Así, la problemática migratoria contemporánea forma parte de las características básicas del proceso de acumulación que define al capitalismo actual, por ende, no es un factor aislado, mucho menos circunstancial, sino que subyace en la matriz productiva, de circulación y de consumo, que en un determinado contexto social, político y cultural ha posibilitado diversas formas para la expansión del fenómeno migratorio (Massey 2016).

La respuesta a los problemas que plantea la migración masiva (discriminación y xenofobia, trata de personas, crisis humanitaria, entre otras) apunta a una cuestión de movilidad, influenciada por la visión de los países industrializados, es decir, buscando la manera de incorporar al fenómeno migratorio a la economía global (el uso de la fuerza de trabajo específica para los nichos económicos que quieren mantener o potenciar), poniendo énfasis sobre la circulación del capital humano; el crecimiento de la función del sector privado en la gestión migratoria y el discurso dominante con respecto a la migración, que se enfoca en aumentar la productividad (Pellerin 2011).

En consecuencia, la movilidad ha surgido para describir nuevas formas de migración en el contexto de la globalización. En donde los organismos internacionales y las organizaciones sobre las migraciones han convertido a la movilidad laboral en una estrategia central para generar desarrollo en las comunidades de origen, teniendo como factor principal la participación de los migrantes y sus remesas (OIM 2008).

Lo que se destaca en la articulación de los procesos migratorios es que hoy se habla de las lógicas de circulación, movilidad repetida e intercambios constantes que acompañan a éstos. En el caso específico, “la forma en que los sistemas migratorios desarrollados históricamente se encuentran reconfigurados por formas más complejas de transferencias multiformes” (Faret 2007, 329). Por consiguiente, para abordar los flujos migratorios contemporáneos, se deben necesariamente tomar en cuenta las lógicas de circulación humana, del capital, de las mercancías y de las ideas que acompañan a la migración en sí misma (Faret 2010).

En concordancia, Lara (2010) menciona que uno de los cambios más importantes de las migraciones actuales y que poco se menciona es que se ha transformado en un fenómeno de movilidad, donde la migración al igual que la sedentarización, pueden ser observadas como manifestaciones concretas de la movilidad y circularidad de todo tipo.

Por lo tanto, la movilidad ha generado un desafío a las definiciones consuetudinarias de sociedades, naciones, ciudades y regiones, donde se asocia con el flujo y la libertad, en oposición a la fijación territorial por los vínculos y las fronteras nacionales (Bærenholdt 2013). Para entender la reconfiguración de los territorios e incluso para generar procesos de crecimiento económico, sobre todo en comunidades con características rurales.

La idea de movilidad como un elemento organizador de las dinámicas sociales para individuos y grupos en situación migratoria, es una referencia a la circulación de personas, bienes y valores en un espacio estructurado por flujos migratorios hasta la construcción de los territorios migratorios, en el que se va más allá de la salida o llegada, tomando en cuenta las formas de organización y el significado de los procesos desarrollados (Faret 2007).

Para De Hass (2009) en algunos países, ha habido un cambio profundo en la gestión del fenómeno migratorio; de una cuestión de migración, se estarían moviendo hacia una de movilidad. Hoy los investigadores y hacedores de políticas que se ocupan de cuestiones de seguridad humana señalan que es la movilidad internacional plantea mayor complejidad.

La movilidad permite la fusión con el concepto territorio más que una noción de lugar y de Estado encerrado en sus fronteras, permite entender que el territorio son relaciones sociales, económicas, culturales, con el ambiente. Cuando se habla de territorialidad se hace referencia a las cualidades específicas de las áreas en las que la gente vive, en donde los contextos, permiten, favorecen o dificultan la movilidad y circulación. Con la complejidad de las conexiones y los problemas de seguridad en juego, la movilidad se ha convertido en el movimiento central en la creación de sociedades. Los estudios de movilidad desempeñan un papel en el desarrollo de la crítica de la sociedad actual, por ejemplo, cómo generar desarrollo más inclusivo (Sheller y Urry 2006).

Por tanto, se sugiere una nueva forma de entender la migración, como una fluidez en la circulación de las personas, efímera y, sobre todo, reversible, pero también es una oportunidad de desarrollo siendo que los migrantes mantienen los vínculos con la comunidad de origen, sobre todo los de origen rural.

Enfoque del desarrollo rural territorial

La tesis principal de este enfoque es que se construye con la participación de las personas que viven y trabajan en el territorio, pero también de las personas ausentes que ayudan a la reproducción de la sociedad. La innovación a la que asocian con el desarrollo es el resultado de procesos sociales, en donde las personas tienen la capacidad de romper con tendencias y patrones históricos y de establecer nuevas instituciones y nuevos órdenes económicos en el territorio (Schejtman y Berdegué, 2004; Berdegué 2014; Karlsen y Larrea 2015; Berdegué y Favareto 2019; Berdegué, Christian y Favareto 2020).

Para Fernández de Castro, García Zamora y Villa Freyer (2019) el territorio, es un conjunto de relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una identidad y un sentido de propósito compartidos sobre el que se ejerce algún tipo de autoridad. La clave aquí es la comprensión del territorio como una construcción social, donde los actores son quienes configuran con sus relaciones el significado y la apropiación de un determinado espacio físico y social. Estas relaciones son tanto de colaboración como de conflicto y el espacio que es apropiado y significado por los actores (dotado de territorialidad) es a la vez un medio de afirmación para ellos mismos y su identidad

Un ejemplo de lo anterior, son las asociaciones de oriundos que desde Estados Unidos han buscado influir en el desarrollo de los territorios migratorios, sobre todo los de origen rural y generalmente de comunidades con larga historia migratoria. Por lo tanto, la formación del desarrollo rural territorial debe plantearse como un ejercicio de construcción colectiva, participativa, horizontal y flexible, centrada en los actores y en sus organizaciones.

Alburquerque (2015), al decir que un territorio es un conjunto de actores que viven en un lugar, con su organización social, económica y política, su cultura e instituciones, así como el entorno físico del que son parte; otorga un papel central a los actores y no se refiere necesariamente a ningún nivel territorial específico, es decir, no se habla exclusivamente del nivel municipal, local, regional o global. En concordancia con Trivelli y Berdegué (2019), quienes definen al territorio como un espacio socialmente construido y, por ende, como un conjunto de estructuras, instituciones y actores, más que una geografía con determinadas condiciones físico-biológicas.

Desde estas perspectivas, se define el desarrollo territorial como el proceso de participación y movilización de diferentes actores (públicos y privados), ausente o presentes, en el que estos debaten y se ponen de acuerdo en las estrategias que pueden guiar el comportamiento individual y colectivo. Cuestiones que se observan en la forma en que los migrantes mexicanos se han organizado y la forma en que participan en conjunto con las autoridades de los diferentes niveles de gobierno.

Se pone de manifiesto que los actores son el centro de lo que entendemos por desarrollo rural. No existe tal desarrollo sin actores, pueden ser organizaciones y también individuos. Normalmente en estos procesos de desarrollo se tienen en cuenta a las organizaciones: un gobierno, una agencia de desarrollo, una empresa, un centro de formación académico profesional: tecnológico, una universidad o una organización de la sociedad civil, por ejemplo, las asociaciones de migrantes.

Las asociaciones de oriundos o clubes de migrantes

El asociacionismo migrante, o la dimensión organizativa de las comunidades migrantes, actualmente han tenido una creciente visibilidad dentro de los estudios sobre las migraciones, su importancia es resaltada cada vez más por los medios de comunicación y la clase política de los países de origen y de llegada, lo que se debe en buena medida a la capacidad desplegada por los propios migrantes de diversas nacionalidades y en distintas latitudes para dotarse de diversas formas de asociación y acción, y con ello convertirse en actores colectivos e interlocutores de otros actores sociales en los territorio de origen (Escala 2016).

Esta forma de asociarse y ayudar a sus comunidades ha ido de la mano con la migración misma, y ofrece la posibilidad de examinar las dinámicas migratorias desde unidades de análisis que se sitúan entre los desplazamientos de individuos aislados y sus familias, hasta los flujos masivos y constantes. Tomando en cuenta a los migrantes como actores del desarrollo en los territorios migratorios, esto a partir del potencial económico de las remesas y de la probada solidaridad de los migrantes con su territorio de origen, en conjunto con la movilidad y circulación constante de diversa índole (Baca 2006).

Para Escala (2016) son múltiples los orígenes de las asociaciones de migrantes, que van desde aquellas que cuentan con características institucionales por su trayectoria y dimensiones, hasta un vasto cúmulo de grupos modestos. Todas ellas ilustrando las continuidades con la sociedad y la cultura de los territorios de origen, o bien la influencia de sus nuevos entornos en los sitios de llegada. No obstante, las formas asociativas más extendidas son aquellas vinculadas con el pueblo de origen, revelando la fuerza del vínculo del paisanaje (Moya, 2005).

“En México estas organizaciones tienen sus antecedentes en la década de 1960, con el objetivo de ayudar a los expatriados en el extranjero (especialmente en el caso de enfermedad o muerte), para después financiar proyectos sociales y recreativos en sus comunidades de origen” (Aparicio y Meseguer 2010, 397). También se formaron organizaciones locales para construir o mejorar iglesias y para financiar fiestas patronales (Goldring 2002).

Con estas experiencias, los grupos recurrieron a otros proyectos comunitarios, como la construcción de escuelas, salones comunitarios, clínicas y campos deportivos, perforación de pozos, instalación de sistemas de agua potable y pavimentación de carreteras. En muchos casos, los equipos y ligas deportivas ayudaron a establecer la base organizativa para las asociaciones (Goldring 1992; Baca 2006: García 2008).

Acciones organizadas en el territorio

La participación y organización en estos clubes o asociaciones de migrantes es relativamente cohesionada, con lazos estrechos que siguen reglas básicas de discusión grupal y toma de decisiones y se adaptan a las circunstancias cambiantes ya sea uniéndose a otros grupos para formar federaciones o eligiendo nuevas autoridades. La mayoría de las organizaciones son una amalgama de familias que se unen para mejorar sus territorios de origen. Los líderes de los clubes suelen ser elegidos democráticamente (Orozco y Lapointe 2004).

Sus miembros están bien “establecidos” en Estados Unidos, y muchos de sus líderes tienen una relativa estabilidad económica y son residentes legales o ciudadanos estadounidenses, la mayoría fueron beneficiados con la reforma migratorias de 1986, lo cual les permite viajar a México y regresar con frecuencia (Fox y Bada 2008).

Según Orozco y Lapointe (2004) tres son los elementos principales que determina cómo las asociaciones identifican las necesidades de la comunidad, primero, la estrecha relación con el territorio de origen mediante la organización de un club espejo, éste a menudo transmite las necesidades o prioridades en el territorio y para ayudar a coordinar la implementación de los proyectos, actúan como enlaces entre los clubes, y las instituciones gubernamentales. El trabajo de estos grupos ha dinamizado la participación en temas específicos y ha generado una mayor participación en las decisiones locales.

En segundo lugar, las decisiones de los proyectos se basan en la percepción de los líderes en Estados Unidos, cuando viajan a la comunidad de origen, y a menudo sugeridas por miembros de la familia y amigos. Por último, algunos clubes optan por centrarse en causas específicas, como ayudar a migrantes en la defensa de sus derechos, cuando sufren un accidente o en un fallecimiento. Otro factor son las emergencias inesperadas causadas por afectaciones debido a fenómenos naturales.

En México existen múltiples ejemplos de cómo funcionan estas asociaciones, en el territorio de estudio encontramos como factor común la feria anual, que en algunos casos están dedicadas y patrocinadas por los mismos migrantes, y en la cual los “ausentes” regresan con sus familiares y vecinos a convivir, estas visitas son una manera de estrechar y consolidar las relaciones comunitarias. Dentro del programa anual de la feria del pueblo se dedica un día completo a los migrantes como una forma de reconocer el papel que juegan en la sobrevivencia de sus familias y de la labor que llevan a cabo en la comunidad.

Por lo tanto, las asociaciones de oriundos tienen un impacto directo en las comunidades al proveer bienes que benefician las necesidades colectivas en salud, educación e infraestructura económica. Pero también hay contribuciones importantes sobre la participación cívica, que es posible vislumbra porque la mayoría de los migrantes que participan en este tipo de asociaciones están acostumbrados a pagar impuesto y a cumplir con sus obligaciones, al mismo tiempo acostumbrados a exigir sus derechos y rendición de cuentas.

Contextualización del caso de estudio

El análisis en este trabajo considera al Estado de México (entidad federativa de México más poblada y muy diversa en su territorialidad), que en las últimas tres décadas ha adquirido gran importancia, sobre todo, por el número de migrantes que se desplazan a Estados Unidos y la cantidad de remesas que reciben los hogares mexiquenses.

El caso de estudio Almoloya de Alquisiras, municipio del Estado de México perteneciente a la zona sur, particularmente en la Región XII de Tejupilco, que según datos oficiales está conformada por 11 municipios, mismos que albergan localidades mayoritariamente rurales, la región cuenta con 3, 544 km2 que equivalen a 20.21 por ciento del total del territorio estatal (GEM 2020).

Es importante señalar que la falta de oportunidades en el territorio de estudio representa para la población uno de los principales motivos para migrar, ya sea al interior del país o fuera de él, en busca de mejores oportunidades de empleo, ingreso, educación, servicios entre otros y cuyo objetivo final es lograr una mejor calidad de vida. Hoy el municipio continúa caracterizándose por la marginación, producto del escaso desarrollo económico, la desatención en materia de inversión y la falta de compromiso gubernamental con el desarrollo (Baca 2011).

Este territorio cuenta con una gran tradición migratoria internacional que tienen sus orígenes desde mediados del siglo XX y contrario a lo que se puede pensar, por las dificultades para cruzar y las condiciones en Estados Unidos, todavía los jóvenes están buscando irse a trabajar a los campos de Pensilvania o a California, para pizcar champiñones, fresas, jitomate y pepino, o a los aserraderos, establos u otras actividades agrícolas. Igualmente, podemos encontrar una gran variedad de experiencias: desde aquellos que tuvieron éxito en Estados Unidos hasta los que regresaron sin tenerlo o, simplemente, lo consideran como una experiencia más en su vida y también los que nunca volvieron.

Materiales y métodos

Se lleva a cabo un análisis de corte cualitativo, tomando en cuenta argumentos de Ariza y Velazco (2012) quienes mencionan que el enfoque cualitativo hacen posible un primer acercamiento a la complejidad actual de la migración internacional por el carácter situado y contextual, que obliga al investigador a un contacto directo con el proceso migratorio, en el territorio mismo; la búsqueda de profundidad antes que de extensión; el examen detallado y microscópico de los datos y el carácter flexible y orientado a la teoría del proceso de indagación.

Para cumplir con el planteamiento metodológico, se aplicaron 100 cuestionarios a hogares migrantes, 20 entrevistas semiestructuradas a migrantes y tres entrevistas a autoridades municipales, en el periodo 2017-2020. La selección de los y las entrevistadas se llevó a cabo por el método de muestreo no probabilístico (bola de nieve).

Las entrevistas a autoridades municipales se realizaron con el objetivo principal de tener una contextualización del municipio y conocer las acciones que se están llevando a cabo en relación a la participación organizada de los migrantes en el municipio. Tomando en cuenta que los actores institucionales son claves en la puesta en marcha de programas o políticas relacionadas con el desarrollo rural de la comunidad de origen.

En las entrevistas y cuestionarios a migrantes se abordaron temas como el flujo de migrantes e información, se analizan las remesas individuales y colectivas, la participación comunitaria, su experiencia migratoria, la pertenencia a algún club de migrantes y los beneficios de las remesas colectivas en el territorio de estudio.

Resultados

Para dar cuenta de la participación de los migrantes, se considera analizar las acciones individuales y colectivas, que están contribuyendo al bienestar de las familias e impactando en el desarrollo de los territorios migratorios. Cuestiones que podemos observar si analizamos las diferentes movilidades que ocurren en el territorio de estudio como elementos fundamentales del desarrollo rural.

Movilidades y acciones individuales

Los datos relacionados con las acciones individuales se traducen en conocer las diferentes movilidades encontradas en el territorio de estudio, como el flujo y circulación de diversa índole, manifiesta en el desplazamiento de personas e información, los medios de contacto y con el envío de remesas monetarias y en especie de los migrantes.

En la gráfica 1, se observa que hasta el día de hoy existe una circulación constante de migrantes a Estados Unidos.


Fuente:
Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.

La importancia de conocer el número de veces que los migrantes alquisirenses han ido a Estados Unidos nos abre el panorama de la circulación y flujo de personas que tiene el territorio de estudio, aun con los peligros y las dificultades que enfrentan los migrantes y las condiciones imperantes en Estados Unidos (discriminación, xenofobia, recesión económica, política antiinmigrante). Otro punto importante es que de las 100 personas encuestadas el 60 por ciento tiene pensado volver a Estados Unidos, ya sea de forma legal o ilegal.

Otro elemento significativo de la movilidad y circulación es el análisis de los medios de comunicación por los cuales los migrantes se mantienen en contacto con sus familiares cuando están en el “otro lado”, como se observa en la gráfica 2.


Fuente:
Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.

Los datos muestran que todos se comunica por teléfono, en segundo lugar, encontramos a las redes sociales, dentro de éstas se identificaron el whatsapp y facebook, tal vez, el dato para este indicador es bajo en relación con otros contextos, pero cabe aclarar que el sistema de internet y señal para teléfonos móviles es deficiente en el municipio, lo anterior también va relacionado con el número de personas que utilizan el correo electrónico. También se puede observar que la comunicación por medio de cartas prácticamente ha desaparecido.

Otro indicador para dar cuenta de las movilidades en el municipio de estudio son los diversos flujos de información, que van dirigidos a saber cómo están las personas aquí y allá, para conocer el avance de los proyectos que se tienen e incluso para el flujo de las ideas y experiencias. Como se menciona a continuación:

“A veces hablo por teléfono, pero yo casi ni hablaba con mi mujer, ella era la que me hablaba para saber cómo estaba, para avisarme cómo van mis hijos, y para ver el día que venía para acá a México o cuando necesitaba dinero para mis hijos, yo poco me comunico, es que yo iba a trabajar, mis hijos son los que hablan con sus primos allá del otro lado, por el celular o con la computadora del ciber, nos mandan saludos y nos dicen cómo estamos y cómo están ellos” (Álvaro, Almoloya de Alquisiras, México, 23 de enero de 2017).

Un elemento fundamental relacionado con la movilidad y el desarrollo del territorio de origen es el dinero o las remesas que los migrantes envían a las familias. Para la pregunta envían dinero a sus familiares, cuando se encuentran en Estados Unidos, el cien por ciento contestó que sí. Esto se puede constatar con lo que menciona un migrante:

“Yo les mandaba el dinero a mis familiares, en la comida es en lo que se gastan lo que yo les mando. Yo les mando para que se lo gasten, para comer y para vestir a mis hijos, para que los mande a la escuela su mamá, cada quince días yo les mandaba el dinero, como unos 400 0 600 dólares cada quince días, a veces menos” (Cristian, Almoloya de Alquisiras, México, 8 de noviembre de 2018).

El gasto de las remesas que envía los migrantes se utilizan para solventar necesidades básicas de la familia, cuestión que ya había sido reportada en la teoría, en esta ocasión se confirma que el mayor gasto se hace para satisfacer necesidades básicas, como se muestra en la (tabla 1).

Cuadro 1
Gasto de las remesas

Fuente: Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.

Los resultados muestran que las remesas se gastan, primero, en solventar las necesidades básicas, en segundo lugar, en la salud del núcleo familiar, seguido de la educación de los hijos; cuando se tienen cubiertos estos aspectos, se utilizan para hacer mejoras en la vivienda y pagar las deudas, que tal vez están relacionadas con los préstamos de dinero para el viaje a Estados Unidos.

Cabe resaltar que en el apartado otros, encontramos respuestas diversas tales como: la construcción de una casa, para pagar los trabajos de la siembra, para ahorrar, para comprar un auto y para los imprevistos. Finalmente, los proyectos productivos tienen el porcentaje más bajo, lo que demuestra que lo que se gana en el “otro lado” no es suficiente para generar inversión y en su caso crecimiento económico, pues las necesidades básicas consumen casi la totalidad de las remesas.

En lo que respecta a las remesas en especie o artículos enviados y que muchas veces vienen a la par con las remesas monetarias, existe un flujo considerable de artículos para el hogar y de herramientas para ayudar las labores productivas y en algunos casos hasta automóviles. Como se muestra en la gráfica siguiente.


Fuente:
Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.

Las remesas en especie que más envían o traen consigo los migrantes cuando retornan son los electrodomésticos, en segundo lugar, los juguetes, en tercer lugar, las herramientas que se ocupan para las actividades agrícolas, cosas que aquí en México tienen un costo más elevado o no las hay, tales como las motosierras y la maquinaria que se ocupa en los invernaderos.

En lo que se refiere a los automóviles de las 11 personas que sí trajeron 9 de ellas fue en los primeros viajes principalmente en la década de los 90, y sólo dos han traídos recientemente, la razón es la dificultad y costo elevado para legalizarlos. Finalmente, dentro de la opción otros se tienen una gran diversidad de respuestas que van desde libros y recetas hasta imágenes de algún santo.

Acciones organizadas de los migrantes alquisirenses

Las labores llevadas a cabo por los migrantes organizados están encaminadas con la participación en los clubes de migrantes. La forma, frecuencias e importancia de participación están directamente relacionadas con la inversión y crecimiento económico en el territorio de estudio.

Los resultados muestran la nula participación en estas asociaciones por parte de los migrantes retornados, que se encontraban en el territorio de origen al momento de aplicar los cuestionarios. Cuando se contrastan los resultados anteriores con la información recolectada en las entrevistas, se observa que los migrantes que pertenecen y participan en los clubes de migrantes todos se encuentran en Estados Unidos y en su mayoría son migrantes que ya tienen la residencia y cuentan con cierta estabilidad laboral y económica, por lo tanto, van y viene, como los podemos constatar en las palabras de un migrante:

“Sí, yo no sé bien como está la cosa, pero mi hermano y sus compañeros de trabajo que son de aquí de Almoloya, de los Ranchos, ellos son los que participaron en el club, y gracias a eso se terminó de encementar la entrada, y mi hermano me habló para preguntarme cómo estaba la cosa, yo le dije que si era cierto lo del proyecto y por eso se animaron. Lo que pasa es que mi hermano está en Pensilvania, él ya tiene muchos años de que se fue, tiene más de 30 años por allá y ya hasta tiene papales, él va y viene y cuando se ofrece viene dos o tres veces por año, ha trabajado con los mayordomos para sacar la fiesta y como le gusta participar” (Diego, Almoloya de Alquisiras, México, de 8 de marzo de 2019).

Otra cuestión a resaltar es que las acciones que se han llevado a cabo con las asociaciones o clubes de migrantes, la gente las asocia o confunde con las acciones propias de las autoridades municipales, como lo podemos ver en el siguiente relato:

“…no sé bien qué cosas se han hecho, lo que sí sé es que el municipio ha hecho lo de la carretera, lo del drenaje, la pavimentación de las calles, lo de la escuela; hicieron un aula, el presidente actual y creo que también está haciendo lo de las banquetas de aquí, mira no se puede decir que no se ha hecho nada porque, aunque sea poco si se ha trabajado” (Mario, Almoloya de Alquisiras, México, 5 de septiembre de 2018).

En términos generales, la participación de los migrantes organizados ha sido constante en el territorio, como lo puede constatar el director de Desarrollo Social del municipio:

Mira se ha estado trabajando con los clubes de migrantes, No puedo dar fechas exactas, pero si te puedo decir que en los tres años sí participaron, junto con el gobierno federal, el estatal y el municipal. Cuando se trabajó se incorporó recursos con el diputado o con alguna asociación civil. Se trabajó con aproximadamente 10 comunidades, todos fueron encementados, solo hubo dos proyectos diferentes en la comunidad de Tepehuajes en donde pidieron banquetas y en Jaltepec se solicitó drenaje. En todos los casos los migrantes participaron con el pago de la mano de obra (Palemón, funcionario público, Almoloya de Alquisiras, México, 12 de abril de 2019).

La presidenta del club de migrantes de Almoloya de Alquisiras comenta que en el año 2019 las gestiones y proyectos están detenidos por el cambio de administración en el ayuntamiento, y que existe incertidumbre sí se va a seguir trabajando, porque cuando llegan nuevas administraciones buscan trabajar con personas de su confianza:

“Creo esto va a seguir, no vamos a dejar que se pierda el club de migrantes, porque nos costó mucho trabajo formarlo, al principio participaba pura familia, de mi familia que vive allá, en el otro lado, pero ahora ya se han estado uniendo más, nuestros vecinos, su familia, y gente que no conocíamos, pero eso sí gente de Almoloya. Lo único que nos falta es alguien que nos sepa organizar, porque el que nos han organizado son los del ayuntamiento, pero si no quieren trabajar con nosotros, tendremos que trabajar como sea, pero siempre es bueno que alguien que no sea de la comunidad nos organice” (Hortensia, Almoloya de Alquisiras, México, 19 de abril de 2018).

En los relatos anteriores muestran algunas las limitaciones que se tienen en el territorio; la falta de organización y los pocos conocimientos que se tienen en la gestión y elaboración de proyectos, aunado a la desconfianza de la gente, cuestiones en la que se tendrían que trabajar para iniciar un proceso de desarrollo, en donde los migrantes tienen que seguir participando activamente, junto con los demás actores que convergen en los territorios migratorios.

Discusión

La acción de los migrantes encaminada al desarrollo de su territorio está plasmada en su compromiso con sus lugares de origen, haciendo sinergia con los demás actores del territorio como los gobiernos municipales, estatales y nacionales e incluso se han integrado a otros actores institucionales como las diputaciones y las organizaciones de la sociedad civil.

Aunque en el sur del Estado de México todavía no se puede hablar de cierto grado de maduración como las federaciones de clubes Zacatecanos, Jaliscienses y Michoacanos, las cuales han surgido como nuevos actores sociales, como nuevos promotores del desarrollo local, que respaldan a sus comunidades de origen, manteniendo los vínculos con el lugar de destino, con un sentido de pertenencia en ambas (García 2003).

Se ha dado por sentado que en las demás entidades de México se cuenta con las mismas formas y el mismo grado de organización y maduración que en las de mayor tradición migratoria. En el caso de los municipios rurales del sur del estado de México, como lo es el caso de estudio, existe un alto grado de improvisación, en donde los clubes de migrantes se constituyen por familiares de los mismos funcionarios públicos.

La historia de los clubes de migrantes nos muestra cómo han cambiado sus proyectos sociales en las diferentes fases de su existencia: inicia con trabajos de reparación de iglesias, cementerios, parques públicos y deportivos; después promueven proyectos de agua potable, electricidad, pavimentación de calles, escuelas, centros de salud y centros de cómputo. Finalmente, los más antiguos, habiendo resuelto las necesidades de infraestructura básica de sus comunidades, comienzan a comprometerse con los proyectos productivos (Orozco y Lapointe 2004).

De acuerdo con lo anterior, en el territorio de análisis se estaría en la segunda etapa, en donde los proyectos están relacionados con infraestructura básica, sin embargo, se están haciendo esfuerzos para pasar a la tercera etapa, enfocada en una transición de cultivos de temporal hacia cultivos más comerciales, se ha pensado en proyectos productivos relacionados con los invernaderos, sin tomar en cuenta que existen una gran carencia organizacional, en la gestión y en la rendición de cuentas.

Por su parte Aparicio y Meseguer (2010) mencionan que, ante la enorme importancia de las remesas y su potencial para contribuir al desarrollo, los organismos internacionales y los gobiernos de los países expulsores están diseñando políticas para incentivar el envío de remesas por canales formales y fomentar su uso productivo.

Es cierto que ha existido voluntad política para el diseño e implementación de políticas encaminadas a detonar el desarrollo en los territorios migratorios, sin embargo, el estado y el mercado e incluso las organizaciones de la sociedad civil le han dejado todo el peso a la migración y los migrantes para que sean ellos sean los detonantes del desarrollo.

El impacto que se puede avizorar con una participación organizada de los migrantes enfocada a la realización de proyectos sociales que eleven el nivel de vida de la población e incidan favorablemente en el desarrollo local; puede reflejarse en tres cuestiones fundamentales: a) cohesionan a los lugares de origen con los de destino, b) ser interlocutor con los tres niveles de gobierno y c) permite financiar obras sociales en regiones antes excluidas de la inversión pública. Que es lo que ha estado sucediendo en Almoloya de Alquisiras, con sus limitantes propias.

En concordancia con Baca (2006) quien menciona que las organizaciones de migrantes desarrollan un papel central en el fortalecimiento de los vínculos con los pueblos de los que provienen originariamente sus miembros; a través de los clubes de migrantes se canalizan las remesas colectivas y se estimula la inversión comunitaria en México, acciones que están más cercanas a generar desarrollo en los territorios de migración o territorios migratorios.

Para Fox y Bada (2008) el equilibrio entre la participación de funcionarios del gobierno local, los beneficiarios de los proyectos y grupos de migrantes ha demostrado ser un desafío, porque en muchos casos los gobiernos municipales invierten en obras que no son de su prioridad.

En estos casos, la relación entre los migrantes organizados y las autoridades municipales tienen un papel por encima de los comités, formados por miembros originarios de la comunidad, que en la mayoría de los casos son organizaciones improvisadas, debido en parte a la deficiente capacitación y bajos niveles de alfabetización. Características que encontramos en el territorio analizado.

Conclusiones

En un escenario en donde el fenómeno migratorio permea en la vida de las sociedades contemporáneas es obligado pensar en acciones dirigidas a potenciar las características territoriales, aprovechando la movilidad y circulación de diversa índole, que trae consigo este proceso, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en los territorios de migración, y en el cual el enfoque del desarrollo rural territorial debe tener un papel relevante.

Son precisamente las asociaciones de migrantes las que han buscado influir en el desarrollo de los territorios migratorios, sobre todo los de origen rural y generalmente de comunidades con una larga historia migratoria, como lo es nuestro caso de estudio. Por lo tanto, la formación del desarrollo rural territorial debe plantearse como un ejercicio de construcción colectiva, participativa, horizontal y flexible, centrada en los actores y en sus organizaciones.

Así es como las demandas de los migrantes organizados han llevado a la participación de los gobiernos municipales, estatales y federales para hacer coincidir sus donaciones y exigencias. Aunque todavía hay actores que no han cumplido con su responsabilidad social, las instituciones de educación e institutos de investigación no han cumplido a cabalidad con el compromiso que tienen con la población, y en este caso en particular, con los migrantes y sus familias. Para ayudar a los comités en la organización, en las gestiones y en el diseño de proyectos.

Siendo este tipo de comités de la comunidad de origen el eslabón más débil. Es aquí donde debería tomar importancia el papel de las instituciones de educación superior, para el acompañamiento y el desarrollo de capacidades, mediante una labor continua de extensión e investigación, tratando que el conocimiento teórico se lleve a la práctica, mediante la implementación de metodologías participativas, por ejemplo.

En términos generales se cumplió con el objetivo que se trazó, porque ha quedado de manifiesta la participación activa de los migrantes, materializada en la circulación constante de personas y en el envío y recepción de remesas, tanto colectiva como individuales. Además, su participación y organización en los proyectos comunitarios son reconocidas, siendo acciones que generan bienestar, especialmente en las comunidades que han visto su tejido social debilitado por la salida masiva de migrantes en edad productiva.

Material suplementario
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Notas
Notas
1 De acuerdo con Faret (2010); Lara (2010);Baca (2011) ; Román y Baca, (2017) uno de los cambios más importantes de la migración actual es que se ha transformado en un fenómeno de movilidad, donde la migración puede ser observada como manifestación concreta de la movilidad y circularidad de todo tipo, no sólo de personas.

Fuente:
Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.

Fuente:
Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.
Cuadro 1
Gasto de las remesas

Fuente: Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.

Fuente:
Cuestionario para hogares con migrantes en Estados Unidos, 2017-2020.
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