Reportes de Investigación

Fenómenos naturales y desastres humanos en la prensa impresa de México. De la información a la representación social

Patricia Andrade del Cid
Universidad Veracruzana, Mexico
Rubén Flores González
Universidad Veracruzana, Mexico
Flor de María Mendoza Muñiz
Universidad Veracruzana, Mexico

Fenómenos naturales y desastres humanos en la prensa impresa de México. De la información a la representación social

Global Media Journal México, vol. 14, núm. 27, pp. 124-148, 2017

ITESM

Recepción: 01 Septiembre 2017

Aprobación: 02 Noviembre 2017

Resumen: La prensa mundial concede poca importancia a los temas medioambientales, salvo en los casos en que se producen desastres humanos relacionados con fenómenos naturales. Es por ello que se hace necesario conocer cuáles son las representaciones mediadas por la prensa mexicana de estos acontecimientos. Con el objetivo de caracterizar las representaciones sociales de la prensa impresa mexicana sobre el referente fenómenos naturales y desastres humanos, a partir de ciertas cualidades del discurso informativo, se realizó un análisis de contenido de 1,638 notas en 21 diarios de nueve estados de la República. Se observó la predominancia de notas básicas emitidas por fuentes oficiales. También se encontraron diferencias por estados en cuanto al grado de espectacularización o escabrosidad de la noticia. Se presume que la dominancia de fuentes oficiales tiene que ver con el ejercicio de rutinas periodísticas orientadas a economizar los recursos humanos y materiales de los medios. Por último, se argumenta que las diferencias entre estados respecto a la escabrosidad de las noticias dependen de la cultura de la región, y de la representación social de los fenómenos naturales que es característica de dicha cultura.

Palabras clave: comunicación ambiental, desastres naturales, desastres humanos, representaciones sociales.

Abstract: The world’s press gives little importance to environmental issues, except when natural phenomena create human disasters. Because of this, it is necessary to understand the mediated representations in Mexican newspapers of such events. Thus, a content analysis was performed on 1,638 notes published on 21 newspapers from 9 states; with the objective of characterizing the social representations of natural phenomena and human disasters, as presented in the informative discourse. As a result, the dominance of basic information from official sources was observed. It was also found that there were differences among states regarding the levels of grimness of the published information. It is presumed that the dominance of official sources is related to the exercise of journalistic routines oriented towards efficiency in the use of material and human resources of the media. Finally, it is argued that differences among states about the spectacularizing of the news are explained by the cultural background of the region where the news are produced.

Keywords: environmental communication, natural disasters, human disasters, social representations.

Introducción

En 2014 y 2015, diez universidades que pertenecen a la Red de Observatorios Mediáticos del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC) analizaron notas ambientales en 21 medios impresos, que se editan en ocho estados de la República mexicana. Este análisis obtuvo como resultado relevante que 60% (1,638 noticias) de las noticias tuvieron como referente los temas fenómenos naturales y desastres humanos. A partir de estos resultados, el estudio que se presenta tiene como objetivo caracterizar las representaciones sociales de la prensa impresa mexicana sobre fenómenos naturales y desastres humanos, a partir de ciertas cualidades del discurso informativo. Así mismo, busca determinar similitudes y diferencias respecto a las cualidades mencionadas, entre algunas regiones de México.

Las Representaciones Sociales

En los últimos años, por la influencia de la psicología cognitiva y el procesamiento de la información, el análisis de los efectos en comunicación se orienta hacia el estudio de las mediaciones, a veces identificadas como representaciones sociales y a veces consideradas estas últimas el producto dialéctico de ellas.

La elaboración de representaciones se presupone en la conducta de todos aquellos seres vivos dotados de capacidad e iniciativa de aprendizaje. Cuando poseemos un modelo de la realidad o una representación de la misma, podemos operar cognitivamente sobre ella, imaginarnos posteriores contactos, establecer estrategias de acción, e incluso, imaginarnos otras realidades. A diferencia de las representaciones individuales, las representaciones sociales son imposibles sin comunicación, es decir, se integran y constituyen por la vía de la mediación comunicativa.

El modelo de representaciones sociales de Sergei Moscovici (1979), aportó categorías que permitieron observar la dinámica de construcción de una representación de lo social.

Para Moscovici:

La representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. La representación es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen tangible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberando los poderes de su imaginación (Moscovici, 1979, pp. 17-18).

Una teoría que integra conceptos cognitivos distintos como actitud, opinión, imagen, estereotipo, creencia, etc., puede ubicarse como constructo teórico intermedio entre lo psicológico y lo social. Así la representación de lo social es una

Forma de conocimiento de sentido común bajo la forma de representaciones sociales. La interacción social influye sobre el comportamiento (o el pensamiento) de los individuos implicados en ella, y es al tratar de poner en práctica sus reglas, cuando la sociedad forja las relaciones que deberá existir entre sus miembros individuales (Moscovici, 1994, p. 69).

Las representaciones sociales son también sistemas de referencia interpretativa para dar sentido a la interacción social y, por lo tanto, pueden explicar una realidad cotidiana. Las referencias son otras categorías que le sirven a los grupos sociales para clasificar las circunstancias, los fenómenos y a los individuos con quienes tenemos algo que ver. Esos sistemas de referencia son las características que las representaciones contienen y que se relacionan con el acto de un pensamiento por el cual un sujeto se relaciona con un objeto: este puede ser una persona, una cosa, un acontecimiento material, psíquico o social, un fenómeno natural, una idea o una teoría, y puede ser real, imaginario o mítico pero necesario, porque no hay representación sin objeto.

En este estudio se intenta encontrar en los titulares de la prensa esa materialización simbólica que se construye a través de las palabras y de la forma en que estas construyen realidad.

Una representación social también representa a un grupo social, es decir, es un conocimiento socialmente elaborado y compartido por un determinado grupo. Para Moscovici (1994) la forma en que el individuo construye el acto social, los significados y símbolos, está constituida por distintos espacios (o grupos): el nivel de escolaridad, la ocupación, los ingresos, la colonia o región del país que se habita. Es en ese escenario fragmentado donde se construyen las representaciones sociales, o el relato mítico.1

El medio ambiente como representación social

La importancia que se le da a la teoría de las representaciones sociales, dentro de las investigaciones en ciencias sociales, ha aumentado debido a que estas constituyen formas de pensamiento y conocimiento propios de las sociedades modernas en las cuales los individuos consumen ideas ya formuladas.

Para Calixto (2008) las representaciones sociales se forman en la parte subjetiva de los individuos, se manifiestan en sus acciones cotidianas y pueden ser consideradas como estructuras cognitivo-afectivas, ya que en ellas se reconstruye la realidad, permitiendo “la conceptualización de lo real, a partir de la activación del conocimiento previo” (Calixto, 2008, p. 32).

Dentro de las representaciones sociales se forman conjuntos cognitivos a partir de opiniones, informaciones y creencias que permiten construir, organizar y comunicar el comportamiento social; es decir, se adaptan al marco sociocultural y al conocimiento que surge de los intercambios socioculturales (Navarro, 2013).

En La construcción social de la realidadBerger y Luckman (1972) explicaron la potencialidad del lenguaje como herramienta de reproducción de ambientes sociales. Desde su punto de vista, cada sociedad asigna un significado especial a sus prácticas de vida, de acuerdo con su orden social; es decir, los valores y normas predominantes en ese momento de la historia. Cada miembro de una sociedad crea sus representaciones dentro de un proceso cultural, social y mental, vinculado a las prácticas de éste dentro de su grupo, permitiendo su adaptación en distintos contextos y condiciones históricas, “son conjuntos socio-cognitivos, organizados de forma específica y regidos por reglas propias de funcionamiento” (Abric, 2001, p. 8).

El término de “medio ambiente” no ha sido excepción para el trabajo bajo la teoría de las representaciones sociales. Se puede pensar que en la actualidad el medio ambiente constituye una clase de objeto ideológico, que a su vez genera otros objetos derivados del mismo (conflictos ambientales, eco-ciudadanía, desarrollo sustentable, etc.), y que cada vez está más presente en los discursos mediático y político. Al respecto, Reigota (1995) señala que dentro de la comunidad científica no hay un consenso sobre el significado concreto del término medio ambiente, por lo que, debido a su carácter variado y difuso, este no sería un concepto científico sino una representación social.

Reigota (1995) propone una tipología en la cual clasifica a las representaciones sociales del medio ambiente en tres tipos: naturalista -dirigida a aspectos físico-químicos y a la flora y fauna-, globalizante -considera las interacciones entre aspectos sociales y culturales-, y antropocéntrica -orientada a la utilidad que tienen los recursos naturales para la vida del ser humano-. En ese sentido, trabajando dentro del tipo globalizante de las representaciones sociales del medio ambiente, Lezama (2008) afirma que la naturaleza es representada por algunos grupos sociales como violenta o agresiva, imponiéndose por encima de las actividades humanas, mientras que en otros se presenta como frágil y vulnerable.

El constructo “medio ambiente” se forma a partir de las representaciones sociales que los individuos construyen con base a valores, expectativas y preferencias; una singularidad del pensamiento social que permite la comprensión de la realidad social y física, y que se compone por diversas formas de pensamiento y de acción compartidos por un grupo social determinado (Navarro, 2013).

El campo de las ciencias sociales que aborda el estudio de los problemas ambientales desde la construcción social, le otorga relevancia -o irrelevancia- al tema del que se trate, en función de la forma en que son internalizados por la sociedad en ámbitos normativos, cognoscitivos y simbólicos (Eder, 1996). Desde ese enfoque los problemas que tienen que ver con el daño ambiental deben su existencia a una valoración estrictamente social. Serían las normas sociales las que posibilitan que una situación ambiental adquiera el estatus de objeto de preocupación (Andrade, 2013).

En la sociedad del Siglo XXI, que se expresa y conforma a través de información mediatizada, son precisamente los medios los que expresan esas normas sociales, resultado de mecanismos cognitivos y estructurales que les aporta la propia comunicación. Se entiende aquí que el poder que los medios articulan en su actividad mediadora emana del proceso mismo de la comunicación, porque la actividad comunicativa implica e incluye la emisión y fundamentación de representaciones sociales.

Esto significa que la construcción y la política del medio ambiente, tendrá que ver con las distintas esferas del orden social (tipo globalizante). La propia noción de medio ambiente puede ser resultado de diversos ámbitos: la intervención de la economía, el conocimiento, los valores, las normas, lo simbólico y lo cultural, así como el terreno de lo ideológico y político (Andrade, 2013).

Debido a la importancia que en la actualidad adquieren los problemas ambientales, es de nuestro interés averiguar las representaciones sociales que se publican en los titulares de la prensa impresa de México sobre desastres humanos y fenómenos naturales para revelar valores y normas sociales.

La agenda informativa y las representaciones sociales

Luhmann (2000) afirma que los medios proveen un fondo de realidad y se encargan de reimpregnarlo permanentemente. Producen pues, memoria social, o sea, temporalidad colectiva, y con ella la base necesaria para la consecución de la comunicación social. La agenda informativa trasciende la información en sí misma, vuelve a la comunicación social protagonista de la vida social y de la esfera pública.

Por eso Luhmann (1997) afirma que la tematización de la agenda pública es la operación más sustantiva para la conformación de la opinión pública contemporánea, porque la

opinión pública ya no es el resultado de la libre discusión racional de los temas de interés público por parte de los individuos -como en los inicios de la democracia liberal- sino que se manifiesta más bien como una estructura formada por temas institucionalizados, al obedecer a una valoración de relevancia por parte de los medios de comunicación (Luhmann, 1997, p. 277).

También destaca: “La opinión pública es una apariencia autoproducida por la comunicación pública: una especie de espejo en el que la comunicación se espejea a sí misma” (Luhmann, 2009, p. 209). La metáfora del espejo remite a la comprensión de los procesos cognitivos en la emisión y recepción del mensaje, así como al alcance de las representaciones sociales y del relato comunicativo como expresión del imaginario colectivo de cada grupo o colectivo social.

Enfatiza el análisis de personas como valores informativos: “las personas son punto culminante donde se cristaliza la selección y la representación de las noticias [...] la relación con la persona facilita la moralización del acontecimiento” (Luhmann, 2009, p. 326). Por eso, en la actualidad, los estudios de agenda informativa se orientan hacia los estudios de representaciones sociales, como visiones del mundo destinadas a ser compartidas a través del análisis de actores (Andrade, 1998).

Luhmann (2009) afirma que el carácter público de la información se sostiene por la “aceptación pública de los temas” (Luhmann, 2009, p. 20). Con estas afirmaciones parece rescatar y resignificar lo que la tradición entendió por ámbito público y por opinión pública (Aguilar, 2017): esto es, el significado tradicional de la vida pública en el que viven y se neutralizan las particularidades restrictivas de la psicología privada, de la ética familiar, de las costumbres comunitarias y de los intereses sociales singulares de grupos sociales, que se conserva (y reproduce) por la “institucionalización” de los temas de la opinión, a través de la agenda informativa.

En consecuencia, la investigación de agenda lleva a contextualizar el hecho y la materialización de sus resultados en el relato. Esos relatos sociales promueven -a través de sus contenidos y de las formas de expresión que se emplean para ellos-, o bien expectativas entre aspiraciones y deseos, o bien, reafirmación de valores, creencias y opiniones (Andrade, 2007), es decir, representaciones sociales consolidadas. Esta definición se acerca al ejercicio de la memoria social que los relatos de los medios nos proveen, según Luhmann (2009). Las hipótesis sobre la agenda informativa, la expresión de la noticia como representación social, y su relación con la comunicación social, la cultura y los procesos sociales, constituyen el objeto de este análisis: conocer cómo son presentados los titulares sobre fenómenos naturales y desastres, en distintos estados de la república, así como los actores que en la noticia son protagonistas de algunos rasgos y atributos informativos. Esta expresión alcanzará las creencias y los valores de los lectores de la prensa, expresando al mismo tiempo, la norma social acerca de los desastres humanos y los fenómenos naturales.

Las representaciones del medio ambiente y los desastres humanos en la prensa

La cobertura de información medioambiental no parece ser de particular importancia para la prensa internacional o nacional, en tanto las notas sobre este tema suelen ser escasas y presentarse en las páginas interiores de los periódicos (Carabaza, 2007; Ortiz, 2015). No obstante, dentro de la categoría de “medio ambiente” destacan las notas relacionadas con fenómenos naturales potencialmente peligrosos, o con consecuencias catastróficas, como parte de una tendencia natural de los medios a privilegiar el morbo, la escabrosidad y el espectáculo en el manejo de la información (Larrondo, 2006; Lozano, Sánchez y Morales, 2017; Ortiz, 2015). Sin embargo, este privilegio en la cobertura de fenómenos naturales es de corta duración, de tal manera que, más allá de las notas inmediatas sobre los acontecimientos catastróficos, no se promueve la conciencia de las causas económicas y políticas que subyacen a la vulnerabilidad de algunas comunidades frente a los fenómenos naturales (Carabaza, 2006; Larrondo, 2006). Aunque breves, las representaciones del sufrimiento humano en la prensa suelen ser aprovechadas con efectividad por las organizaciones de la sociedad civil (OSC) e instituciones para canalizar ayuda a los grupos afectados por fenómenos naturales, aunque la noticia tiende a desvanecerse de la agenda antes de que se realicen acciones de alto impacto a favor de la conservación ambiental, y de la reducción de las desigualdades sociales, orientadas a prevenir catástrofes futuras (Ashlin y Ladle, 2007) .

En ese sentido, la prensa también representa de forma diferente a distintas comunidades de acuerdo con su capacidad para lidiar con la naturaleza. Suele estereotiparse a los ciudadanos del primer mundo como sujetos capaces y en control de situaciones difíciles. Por otra parte, los ciudadanos de países en desarrollo, o tercermundistas, suelen estereotiparse como indefensos, con organización e infraestructura deficientes. En ese sentido, las notas sobre fenómenos naturales y desastres humanos dividen al mundo en zonas de seguridad o de peligro (Joye, 2010).

Las rutinas periodísticas ejercen, asimismo, cierta influencia en la formación de representaciones sobre el tema medioambiental. En general, se conoce que la prensa -especialmente en un contexto de crisis económica- tiende a privilegiar el uso de fuentes gubernamentales e institucionales.

Lo anterior tiene dos propósitos: obtener información con un grado relativamente alto de confiabilidad, por una parte, y, por otra, evitar la investigación periodística profunda sobre los acontecimientos, lo cual representaría mayores gastos tanto para los periodistas de a pie, como para el medio en el que están adscritos. Como consecuencia de esto, las notas periodísticas suelen ser en su mayoría escuetas, simples, carentes de análisis profundo, y representan principalmente los intereses y la ideología de las instituciones que producen -cuidadosamente- la información (Amado, 2015; Mayoral, 2005; Schudson, 1997). Todo lo cual, ha sido observado en relación con la cobertura de notas ambientales, en donde suelen estar ausentes como informantes los ciudadanos, los especialistas y las organizaciones civiles (Arbeláez, 2015; Carabaza, 2007; Kitzinger, 1999; Rodríguez y Bezunartea, 2016).

Paradójicamente, otra rutina periodística -la de contrastar fuentes con puntos de vista opuestos con respecto a un asunto- ha tenido también una repercusión importante en el tratamiento específico del cambio climático. Si bien la intención de esta práctica es la de generar información balanceada, ha permitido el enaltecimiento de fuentes no expertas -negacionistas del calentamiento global- al mismo nivel que las fuentes científicas. En la opinión pública, esto ha tenido como consecuencia que parezca que existe una discusión en curso respecto a la veracidad del calentamiento global, cuando en realidad se observa un consenso sobre el tema entre fuentes expertas (Boykoff y Boykoff, 2004).

Como conclusión del presente capítulo, se debe señalar que la presente investigación se enmarca dentro de la tradición académica -frecuente en Latinoamérica- de conocer cuáles son las representaciones que hacen los medios sobre el medio ambiente (Carabaza, 2007). Observándose que, en general, la naturaleza se representa como algo potencialmente peligroso, que de forma episódica o esporádica ocasiona sufrimiento a ciertos grupos vulnerables, sobre todo en regiones tercermundistas, sin que existan causas profundas sociales o políticas relacionadas con las afectaciones en que participa algún fenómeno natural.

Metodología

El presente trabajo tiene por objetivo caracterizar las representaciones sociales de la prensa impresa mexicana sobre fenómenos naturales y desastres humanos, a partir de ciertas cualidades del discurso informativo. Con este propósito se tomaron en cuenta 21 medios impresos de México, editados en nueve estados del país. Los periódicos analizados fueron elegidos a partir de su tiraje,2 o a partir de la evaluación de su capital local. Se construyó un libro de códigos como instrumento de seguimiento diseñado a partir del conocimiento de la estructura de la información, siguiendo las hipótesis de la teoría de la agenda informativa expuesta en la sección precedente. Se capacitó a un equipo de nueve investigadores en la codificación de las notas, quienes a su vez capacitaron a equipos de estudiantes, adscritos como asistentes de investigación a la Red de Observatorios del CONEICC. Pese a lo numeroso del grupo de codificadores, se observó una confiabilidad inter-juez aceptable, evaluada mediante el coeficiente alpha de Krippendorff (2011), cuyo valor promedio fue de .85 para las variables en observación.

El libro de códigos y los resultados del seguimiento del primer año fueron publicados en la edición anual del CONEICC: Perspectivas de Comunicación en el 2015. A 22 años de investigación en el CONEICC(Andrade y Mendoza, 2015). La Tabla 1 da cuenta de los diarios y los estados incluidos en la muestra.

Tabla 1
Muestra de diarios analizados durante el periodo 2014-2015
EstadoDiario
Ciudad de México (232)La JornadaEl UniversalReforma
Coahuila (273)El Siglo de TorreónVanguardiaZócalo
Puebla (141)El Sol de PueblaSíntesisDiario Cambio
Guerrero (245)El Sur (de Acapulco) Novedades (de Acapulco)
San Luis Potosí (158)El Sol de San LuisEl Pulso de San Luis
Baja California Norte (47)La Crónica de Baja California
Veracruz (294)La Opinión de Poza RicaEl Diario del IstmoDiario de Xalapa
Yucatán (129)Milenio YucatánDiario de Yucatán
Jalisco (119)El InformadorNTR El Diario de Guadalajara
Fuente: Elaboración propia Nota: Se muestra entre paréntesis el número de notas analizadas.

La muestra transcurrió durante dos semanas naturales y una aleatoria. Como puede observarse, en total se analizaron 1,638 notas informativas. Quedaron excluidos de este análisis los llamados géneros de opinión, es decir, columnas políticas, artículos editoriales, cartones o caricaturas.

Procedimiento de análisis

Con el objeto de construir rasgos representativos de los discursos, se clasificaron las notas con técnicas del análisis de contenido para crear nuevas categorías que las reagruparan según criterios semánticos (Andrade, 2007). De esa manera los códigos concertados se clasificaron en las siguientes variables de la categoría cualidades:

  1. Estereotipación. Cuando se menciona la presencia de un estereotipo (ricos, pobres, etc.). Ejemplo: “Los pobres son las víctimas de los desastres”; “Parecería que no aprendimos nada acerca de los huracanes”, suele ser negativa.

  2. Escabrosidad. Referido al morbo que puedan representar las palabras. Ejemplo: “Niño pierde a su familia en el desastre”; “Talan manglares para construir centro comercial”, “Agoniza Huracán Patricia, hay sólo daños menores”; puede ser positiva o negativa.

  3. Básica. Cuando la noticia ofrece datos básicos, sin exageración, “Huracán Ana pasa frente a Hawái”; “Abre la CRM centros de acopio”.

  4. Estas variables fueron de carácter dicotómico, codificadas con 1 si la cualidad estaba presente en la nota periodística, y con 0 si la cualidad estaba ausente.

Por otra parte, se llevó un registro de los actores que fungieron como fuente de las notas, organizando esta variable en las siguientes categorías: 1) investigadores, académicos o especialistas; 2) dependencias o funcionarios de gobierno; 3) ejército y/o marina-armada de México; 4) dependencias o funcionarios internacionales; y, 5) organizaciones de la sociedad civil mexicanas. Cabe señalar que en el caso de que dos o más actores aparecieran mencionados en una misma nota, se registró solo al actor “protagonista”, de acuerdo al espacio concedido a su participación.

Por último, con el propósito de determinar diferencias entre las representaciones presentadas según el estado de procedencia de la nota, y según el actor-fuente, se realizaron dos análisis de varianza de un factor (ANOVA), utilizando el software estadístico SPSS v.21, en donde los estados y los actores fungieron como factores de agrupación.

Resultados

La Tabla 2 presenta la frecuencia y el porcentaje de las notas según el actor-fuente, y la cualidad de la información.

Tabla 2
Frecuencia de notas según las variables de clasificación utilizadas
VariablesFrecuenciaPorcentaje
Actores
Investigadores, académicos o especialistas442.69
Dependencias o funcionarios de gobierno132180.65
Ejército o marina armada de México120.73
Dependencias o funcionarios internacionales503.05
Organizaciones de la sociedad civil21112.88
Cualidades
Estereotipación533.24
Escabrosidad41725.46
Básica116871.30
Fuente: Elaboración propia

Como puede observarse, las dependencias gubernamentales fueron los actores dominantes del origen de las noticias, mientras que la gran mayoría de las notas analizadas fueron de tipo básico. La Tabla 3 presenta los valores promedio de las cualidades observadas, de acuerdo con el estado de emisión de la nota, y el actor que la origina.

Tabla 3
Medias de las cualidades según estado y actor
EstadoEscabrosidadEstereotipaciónBásica
MDEMDEMDE
Veracruz0.340.470.070.250.600.49
Coahuila0.240.430.030.170.730.44
San Luis0.270.440.030.180.700.46
Jalisco0.390.490.050.220.560.50
BCN0.190.400.000.000.810.40
Yucatán0.190.390.020.120.800.40
CDMX0.250.430.020.150.730.44
Guerrero0.180.380.020.130.800.40
Puebla0.220.420.020.140.760.43
ActorEscabrosidadEstereotipaciónBásica
MDEMDEMDE
Académicos.34.4800.66.48
Funcionarios.24.43.03.17.7.44
Fuerzas Armadas.08.2900.92.29
Funcionarios internacionales.500.4800.50.51
OSCs.29.460.070.26.64.48
Fuente: Elaboración propia

Análisis de varianza (ANOVA) por estados

El análisis de varianza de un factor ANOVA, determinó que existen diferencias significativas entre las medias de los estados de publicación para la variable “escabrosidad”: F(1629) = 4.36, p = 00; para la variable “estereotipación”; F(1629) = 2.45, p = 01; y para la variable "básica"; F(1629) = 6.69, p = 00.

Con el fin de determinar entre qué estados estaban las diferencias, se utilizó la prueba post-hoc de Tukey y se observaron diferencias significativas para la variable “escabrosidad” entre Veracruz y Yucatán (p = .03), Veracruz y Guerrero (p = .00), Jalisco y Coahuila (p = .05), Jalisco y Yucatán (p = .01), y Jalisco y Guerrero (p = .00).

Para la variable “estereotipación” solo se observaron diferencias significativas entre Veracruz y Guerrero (p = .02).

Para la variable “básica” se observaron diferencias significativas entre Veracruz y Coahuila (p = .01), Veracruz y Yucatán (p = .00), Veracruz y Ciudad de México (p = .01), Veracruz y Guerrero (p = .00), Veracruz y Puebla (p = .01), Jalisco y Coahuila (p = .02), Jalisco y Baja California Norte (p = .04), Jalisco y Yucatán (p = .00), Jalisco y Ciudad de México (p = .02), Jalisco y Guerrero (p = .00), y Jalisco y Puebla (p = .01).

Resumiendo los datos anteriores, se puede observar que los estados de Veracruz y de Jalisco destacaron por emitir notas significativamente más “escabrosas” que el resto de las entidades; por lo mismo, las notas publicadas en estos estados fueron menos neutrales, es decir, significativamente menos “básicas”.

Análisis de varianza (ANOVA) por actores

El análisis de varianza de un factor ANOVA, determinó que existen diferencias significativas entre las medias de los actores que emiten la información según la variable “escabrosidad”; F(1637) = 5.85, p = 00; para la variable “estereotipación”; F(1637) = 3.57, p = 01; y para la variable “básica”; F(1637) = 5.85, p = 00.

Utilizando la prueba post-hoc de Tukey se observaron diferencias significativas para la variable “escabrosidad” entre funcionarios internacionales y funcionarios mexicanos (p = .00), funcionarios internacionales y fuerzas armadas (p = .02), y funcionarios internacionales y OSC’s (p = .02).

Según la variable “estereotipación”, se observaron diferencias significativas entre funcionarios mexicanos y OSCs (p = .01). Por último, para la variable “básica”, se observaron diferencias significativas entre funcionarios mexicanos y funcionarios internacionales (p = .00), entre funcionarios mexicanos y OSCs (p = .03), y entre fuerzas armadas y funcionarios internacionales (p = .03).

En resumen, los funcionarios internacionales fueron el actor que destacó por emitir información más “escabrosa” en comparación con los funcionarios mexicanos, fuerzas armadas, y OSCs. Asimismo, la información emitida por las OSCs fue más “estereotipada” en comparación con aquella emitida por funcionarios mexicanos. Por último, la información emitida por funcionarios mexicanos resultó más “básica” que aquella emitida por funcionarios internacionales y OSCs; y la emitida por fuerzas armadas resultó más “básica” en comparación con la emitida por funcionarios internacionales.

Discusión

La mayoría de la prensa impresa analizada informa con datos básicos sobre los fenómenos naturales y desastres humanos. Asimismo, los actores principales son funcionarios y dependencias oficiales. Estos resultados son un reflejo de las rutinas de trabajo de los medios y periodistas, para quienes recurrir a las fuentes gubernamentales simplifica la tarea de obtener información con que llenar los espacios informativos, especialmente si solo se reproduce el contenido de comunicados oficiales. Más aún, podríamos especular que las fuentes gubernamentales representan los fenómenos naturales y desastres humanos de forma neutra, o “básica”, en tanto su comunicación debe tener un carácter funcional, pues existe el compromiso de informar a la población, sin alarmismo.

Por el contrario, resulta mucho más alto el grado de “escabrosidad” en las notas cuyo origen son funcionarios y dependencias internacionales. En ese sentido, hay que señalar que la mayoría de dichas notas se refieren a fenómenos y desastres en sus países de origen. Por ejemplo: “Mortal tormenta azota a Filipinas”; “30 barcos pesqueros desaparecen en Yemen por ciclón Chapala”. Aquí se presume cierto grado de gatekeeping en los diarios, cuyos equipos editoriales estarían seleccionando las notas internacionales más “escabrosas” para su publicación. Estando referidas a lugares remotos, los medios no tienen responsabilidad ni efecto en las poblaciones afectadas o probablemente afectadas, lo cual elimina todas las notas relativas a la prevención, y deja solamente aquellas que se refieren a los efectos. De la misma manera, los diarios nacionales no tienen ninguna responsabilidad en controlar el alarmismo en las comunidades afectadas.

En cuanto a los estados de origen, destacaron Veracruz y Jalisco por el contenido “escabroso” de las notas. Por una parte, esto se debe a la cultura de la región en que es emitida la información, notándose en Veracruz una tendencia a representar los sucesos de forma amarillista Dado que el marco teórico propuesto decidió analizar los titulares sobre los fenómenos naturales y desastres humanos, para encontrar en ese relato representaciones sociales de la cultura del lugar en que es emitida la información; se aplicó el factor ANOVA que permite descubrir similitudes y diferencias en las noticias analizadas. En los resultados descubrimos que lo titulares de las noticias sobre fenómenos naturales y desastres humanos expresan diferencias significativas entre estados de la República y la variable actores de las noticias.

En la Tabla 4 se destaca que el estado de Jalisco (0.39) y Veracruz (0.34) presentan la media mayor en cuanto a rasgos de “escabrosidad” en las notas publicadas. Le siguen la prensa que se edita en Ciudad de México (0.25), San Luis Potosí (0.27), Coahuila (0.24) y Puebla (0.22). Algunos titulares de la prensa Jalisco, Veracruz y Ciudad de México:

“Escabrosas” Veracruz.

“¡Aguas con el río! Se mantiene alerta por fuertes lluvias”.

“¡Castigados por las lluvias!”.

“¡Nos congelamos y sin agua! Temperaturas de menos 4° en Perote”.

“Escabrosas” Jalisco:

“El huracán que se convirtió en monstruo”.

“Destrucción en paraíso”.

“Lluvias y Patricia dejan 10 mil casas dañadas”.

“Escabrosas” Ciudad de México.

“Lo que vivimos fue algo aterrador”.

“¿Y ahora cómo salimos?”.

“BCS parece blanco de un bombardeo”.

Por su lado, la cualidad de “Estereotipación” se utilizó poco en la prensa analizada, sin embargo, las pocas notas que nos arroja el análisis destaca una visión que se manifiesta en el entorno, el contexto y cultura: “Mueren seis indígenas por alud”; “Pegó a los más vulnerables en El Paraíso, Colima”. El uso de los estereotipos lo manifestaron más los actores que representan a las organizaciones civiles, así como la prensa impresa del estado de Veracruz.

En cuanto a la variable “Escabrosidad”, Veracruz tiene diferencias significativas con los estados de Yucatán y Guerrero. Y el estado de Jalisco con Coahuila, Yucatán y Guerrero. Esto quiere decir que mientras más “Escabrosa” es una información en un estado de la República, es más “Básica” en el otro.

Respecto al análisis de los actores que moralizan el acontecimiento, suelen aparecer con mayor frecuencia las “Dependencias o funcionarios de gobierno” (80.6%) pero los rasgos de la información que emiten pertenecen a la categoría “Básica”. Mientras que los actores que representaron a los “Funcionarios internacionales” (.50 de la media), los académicos (.34 de la media) y las organizaciones de la sociedad civil (.29 de la media) utilizaron más rasgos de “Escabrosidad” en la información:

Ejemplos de la utilización de “Escabrosidad” por la variable actor “Funcionarios Internacionales”:

“Mortal tormenta azota a Filipinas”.

“Potente sismo dejó un muerto en el Salvador”.

“30 barcos pesqueros desaparecen en Yemen por ciclón Chapala”.

Así también, se interpreta que mientras los “Funcionarios internacionales” describen los fenómenos naturales con rasgos de “escabrosidad”, las fuerzas armadas la describen con rasgos “básicos”.

“Básicas”: Fuerzas Armadas

“Abren los puertos a los ribereños”.

“Cancela crucero arribo a Cozumel por frente frío”.

“Provoca frente frío cierre a todo tipo de navegación”.

La importancia de destacar la diferencia reside en que cada grupo social reproduce rasgos que contienen una representación social de su propio colectivo, lo que según Luhmann (2009) se inscribirá en la (su) memoria social, base para la consecución de la comunicación social. Y de acuerdo a Moscovici (1979), las representaciones sociales serán representativas de un grupo social, es decir, es un conocimiento socialmente elaborado y compartido por un determinado grupo. A través de los rasgos -cualidades- de los titulares encontramos que los medios impresos y sus periodistas están permeados por una realidad ideológica y política respecto a los problemas medioambientales.

Se comprueba que esa realidad ideológica subyace a la cultura, y se vehiculizan a través del lenguaje conformando -ciertas- representaciones sociales sobre los desastres humanos y los fenómenos naturales. Así lo demuestra el análisis cognitivo de los titulares sobre fenómenos ambientales y desastres humanos: 25% de las notas analizadas presentó rasgos de “escabrosidad”; esta cualidad se origina en la cultura -y en la cultura popular- ambos aspectos sociales son representaciones sociales, entendidas como sistemas de codificación e interpretación proporcionados por la sociedad (Jodelet, 1986).

El entorno o contexto es fundamental para entender el proceso de mediación, ya que de la misma manera en que opera la comunicación, las noticias que emiten los medios impresos construyen sentido con y para sus lectores. Por eso es que el proceso de mediación constituye en sí mismo una norma social que constituye una representación social con características hegemónicas.

Este estudio colabora en el entendimiento de que la opinión pública puede ser analizada a través de la agenda informativa. Lo que nos interesa discutir es que la opinión pública no es un proceso que se desarrolle en un lugar, y no parece un objeto que quede fijado discursivamente sobre un soporte como lo es un sondeo, o la interpretación de una estadística publicada en un diario.

Para conocerla habrá que indagar en los aspectos que reproducen la cultura hegemónica y sus representaciones sociales, porque son vehículos que reproducen discursos y que logran que un tema de interés público como los fenómenos naturales y los problemas ambientales se estructuren y reproduzcan bajo la norma social de los colectivos analizados.

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Notas

1 Moscovici (1994) describe que la sociedad contemporánea se orienta más por el mito que por el conocimiento “racional”.

Notas

2 Según lo registrado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

Notas de autor

Autor para correspondencia: Rubén Flores González, e-mail: ruben.flores.gn@gmail.com

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