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Profesionalización autogestiva de los periodistas mexicanos organizados

Salvador de León Vázquez *
Universidad Autónoma de Aguascalientes, México

Profesionalización autogestiva de los periodistas mexicanos organizados

Global Media Journal México, vol. 15, núm. 28, pp. 78-99, 2018

Tecnológico de Monterrey

Recepción: 26 Noviembre 2017

Aprobación: 24 Marzo 2018

Resumen: Este artículo presenta una aproximación a estrategias autogestivas de profesionalización llevadas a cabo por periodistas organizados. Se analizan dos casos: La Red de Periodistas de Juárez (RPJ) y el Consejo de Periodistas del Papaloapan (COPAN). Ambos grupos emergen en un contexto hostil para el periodismo en México, orientando sus actividades hacia la capacitación para la autoprotección y la adquisición de habilidades profesionales. La discusión conceptual parte del modelo de profesión, relacionado con la institucionalización de los conocimientos, la colegiación y la autonomía profesional, para ponerlo en debate con otras ideas sobre profesionalización. El diseño metodológico consistió en observación y entrevistas, así como en la revisión sistemática de la actividad en línea de las redes de periodistas. Los resultados refuerzan la necesidad de definir el periodismo a partir de las prácticas de sus agentes. En ese sentido, el ideal periodístico aceptado por los grupos de periodistas organizados es distinto al normativo liberal; lo mismo que los valores, actitudes, habilidades, conocimientos y redes que se activan y que difieren en objetivos y alcances. Esto permite discutir críticamente que no existe un solo modelo periodístico profesional, sino diversas expresiones del periodismo definidas por sus propias prácticas.

Palabras clave: Periodismo, profesionalización, autogestión, subpolítica, región.

Abstract: This article presents an approach to self-management professionalization strategies carried out by organized journalists. Two cases are analyzed: The Journalists Network of Juarez (RPJ) and the Council of Journalists of the Papaloapan (COPAN). Both groups emerge in a hostile context for journalism in Mexico, orienting their activities towards training for self-protection and the acquisition of professional skills. The conceptual discussion is based on the professionalism model, related to the institutionalization of knowledge, collegiality and professional autonomy, to put it in debate with other ideas on professionalization. The methodological design consisted in observation and interviews, as well as in the systematic review of the online activity of journalists' networks. The results reinforce the need to define journalism based on the practices of its agents. In that sense, the journalistic ideal accepted by groups of organized journalists is different from the liberal norm; the same as the values, attitudes, skills, knowledge and networks that are activated and that differ in objectives and scope. This allows to critically discuss that there is no single professional journalistic model, but different expressions of journalism defined by their own practices.

Keywords: Journalism, professionalism, self-management, subpolitics, region.

Estrategias de los periodistas organizados

En el contexto actual de creciente violencia en contra de periodistas en México, fenómeno complejo del cual dan cuenta suficientes trabajos académicos como el coordinado por Del Palacio (2015), hemos visto emerger grupos organizados de periodistas que se han conformado en lo que ellos mismos llaman “redes” (Relly & Gonzalez, 2014; De León, 2015). Ejemplos de estos grupos son: Red de Periodistas de a Pie, FotorreporterosMX, Los Queremos Vivos, Grupo Prensa Oaxaca, Casa de los Derechos de los Periodistas, Red de Periodistas de Juárez, Red de Periodistas de Veracruz, Red de Periodistas de Sinaloa, Consejo de Periodistas del Papaloapan, y el colectivo que integra a periodistas, activistas y académicos Nuestra Aparente Rendición, entre otros.

En una primera instancia, se identificó a las acciones de estos grupos de periodistas organizados como una reacción a la hostilidad. Periodistas de diferentes partes del país se agruparon para desarrollar una defensa de sí mismos y de sus compañeros. Se capacitaron en temas de autoprotección personal puesto que las estructuras estatal y corporativa no ofrecían garantías para su seguridad en el cumplimiento de su trabajo. Esta actividad ya ha sido analizada a profundidad en otros momentos (De León, 2015; De León, Bravo & Duarte, 2018), por lo que en este espacio no se reiteran dichos aspectos; tampoco se ignora que están relacionados, sin embargo, aquí nos enfocamos a otro matiz del complejo conjunto de acciones que estas redes llevan a cabo: la autogestión en la capacitación y actualización como una expresión de la construcción del profesionalismo.

Conforme fueron consolidándose, estos grupos o redes fueron transitando a instancias de capacitación entre pares, actuando colaborativamente y articulándose entre sí, a lo largo del territorio nacional. En ese sentido, fueron desarrollando estrategias autogestivas solidarias para agregar valor a su ejercicio del periodismo mediante el intercambio de experiencias y la adquisición o refinamiento de habilidades en diversas aristas: temáticas, técnicas, narrativas y éticas.

Dado que estos grupos organizados de periodistas no son, en sentido estricto, colegios profesionales, y muchos de sus miembros no cuentan con título universitario en periodismo, o quizás en ninguna rama, nominalmente no constituyen instancias de profesionalización de acuerdo con el modelo de las profesiones liberales: conocimientos institucionalizados en una carrera universitaria, colegios profesionales que vigilan y sancionan el ejercicio de la profesión, autonomía técnica que evita que agentes externos interfieran con las normas del ejercicio, y la formulación de un código ético.

A partir de lo anterior, es pertinente abrir el debate sobre la consideración de otras concepciones de “profesión” en el caso del periodismo, puesto que en la recolección de los datos de esta investigación es claro que los participantes identifican las actividades de las redes de periodistas como aportes a su status profesional y una especie de formación remedial para quienes no obtuvieron un título universitario, haciendo elástico ese concepto, que no debe partir de una definición normativa y, en ese sentido, esencialista, sino de la revisión de las prácticas reales de los actores sociales.

El objetivo de este trabajo es el de entender qué significan las actividades de formación y capacitación de los grupos organizados de periodistas y en qué medida estas actividades pueden ser reconocidas como elementos constituyentes de profesionalismo (González, 2014). El modelo desarrollado por Shoemaker y Reese (1996) y, posteriormente, adaptado para la investigación internacional comparada (Hanitzsch et al, 2010) explica la parte de la profesión periodística relacionada con la gran industria informativa, es decir, el cumplimiento de los roles profesionales que se espera de los periodistas en las empresas que forman parte del sector mediático, la manera en la que se espera que ejecuten las rutinas de producción noticiosa: lo mainstream.

Sin embargo, ese modelo no explica múltiples condiciones de los periodistas fuera de los límites y lógicas del sector empresarial, en este caso, las redes de periodistas organizados y sus estrategias autogestivas. Éstas son prácticas que se plantean y se resuelven en los espacios extrainstitucionales, alternos a los de la industria periodística y la formación profesional formal, aunque sus actores también formen parte de ellos.

La formulación de “lo profesional” en el periodismo

El estudio de Hallin y Mancini (2004) sobre los sistemas mediáticos en los países occidentales es enriquecedor porque demuestra que las prácticas de producción informativa no son uniformes en las regiones del mundo. Los resultados que ofrecen han esclarecido, a nivel estructural, los debates sobre cómo deberíamos definir las relaciones que se entretejen como prácticas mediáticas, para lo cual el contexto es fundamental.

A partir de sus tres modelos -el pluralista polarizado, el corporativista democrático y el liberal- demuestran que no se puede pensar la profesión periodística de manera única y ceñida a un solo modelo, aunque sea el dominante como es el caso del modelo liberal o norteamericano. Las prácticas periodísticas se instituyen sobre relaciones sociales complejas que han ido construyéndose de manera histórica, y esa historicidad diferente en cada región establece marcos diversos de gestión y ejercicio del periodismo y de la activación del sistema mediático en general.

La revisión de la literatura permite identificar varias preocupaciones de los investigadores en relación al estudio del profesionalismo en el periodismo tales como la ideología profesional como espacio social en donde se negocia y consensa el “deber ser” de la profesión (Nixon, 2011; Morieson, 2012; Altmeppen, Arnold & Kösler, 2012; Sjøvaag, 2013); las innovaciones tecnológicas que modifican las exigencias profesionales para los periodistas (Wallace, 2009; Himelboim & McCreery, 2012; Mäenpää, 2014; Revers, 2014); el impacto de la formación universitaria en el grado de autonomía, el status profesional y las condiciones de su reconocimiento (Naït-Bouda, 2010; Das, 2007; Leteinturier, 2010; Ruusunoksa, 2006); la relación de la producción periodística con el sistema político y los asuntos públicos (Mercado, 2015; González, Sierra y Benítez, 2014; Brüggemann, Engesser, Büchel, Humprecht & Castro , 2014; Revers, 2013; Edy & Snidow, 2011); los roles profesionales con relación al género, posición de autoridad, condiciones laborales, entre otras cosas (Mellado, Márquez, Mick et al, 2016; Frisque, 2014; Papa, & Collet, 2013; Anden-Papadopoulus & Pantti, 2013); el estudio de las prácticas especializadas del periodismo (Hanusch, 2011; Boyer, 2006; Diana, 2013; Montérémal & Souanef; 2013) y la satisfacción laboral de los periodistas (Espino, 2016; Leteinturier, 2010; De Bruin, 2000).

Silvio Waisbord (2013) discute que un pensamiento estanco que defina un modelo específico como profesional es “un concepto normativo, [en el que] el periodismo profesional está típicamente asociado con la clase de reporteo que sigue los ideales del periodismo moderno, ‘occidental’ y, particularmente estadounidense, como la objetividad, la justicia y el interés público” (Waisbord, 2013, p. 7), sin embargo, en la realidad aparece orientado al mercado y organizado burocráticamente, como ha sido extensamente demostrado en toda la producción de estudios sociológicos del periodismo. En ese tenor, Aldridge & Evetts (2003) señalan que el profesionalismo en periodismo es un conjunto de valores e identidades que no se relacionan con su práctica per se, sino con sentidos movilizados por los empleadores como una forma de disciplina.

Waisbord (2013) plantea que las profesiones son campos sociales en permanente interacción, por lo que sugiere acercarse a marcos de pensamiento como el de los campos sociales de Pierre Bourdieu (2007) puesto que la profesionalización no es un dato dado e inmutable, es un proceso en construcción compuesto por relaciones sociales.

Recientemente, Hughes, Garcés, Márquez-Ramírez & Arroyave (2016) han dado cuenta de la dificultad de ejercer una autonomía profesional desde el campo periodístico al estudiar la percepción de periodistas en México y Colombia, apareciendo condiciones situacionales e históricas muy complejas, lo que constituye una comprobación empírica de los argumentos previamente expuestos.

Otros aspectos en ese mismo tenor son que la colegiación de los periodistas en México ha sido débil y vinculada al poder político y diversos estudios documentan ampliamente la celebración de sofisticados convenios de publicidad gubernamental para el control de los medios (Reyna, 2016). Esta última situación deja en suspenso cualquier otro aspecto relacionado con la libertad de prensa, la vigilancia del entorno político [watchdog] y la autonomía profesional. A eso hay que sumar los cambios en el mundo del trabajo que a menudo adelgazan, flexibilizan y precarizan el trabajo periodístico (Frisque, 2014), así como nuevas estrategias corporativas políticas y de mercado (Demers, 2005).

La emergencia de las estrategias autogestivas en el periodismo mexicano

En México la hostilidad contra el gremio se ha exacerbado obligando a los periodistas a acciones solidarias de las que se desprende la materia de esta investigación: la profesionalización autogestiva. Ya algunos autores han identificado la emergencia de grupos espontáneos denominados “redes de periodistas” que desarrollan acción social para enfrentar la violencia en su contra (Relly & González, 2014; De León, 2015).

Cierto sector de periodistas se organizó para presentar un bloque de seguridad (Relly & González, 2014). Esa acción los llevó a desarrollar talleres sobre autoprotección. Poco a poco se constituyeron en espacios reconocidos para la actualización profesional y la capacitación, en los ámbitos locales, en diferentes temáticas relacionadas con el quehacer periodístico, y bajo una tarea autoasumida de educación continua, fenómeno que González (2014) asocia con el concepto comunidades de autonomía profesional colectiva.

De manera que sus actividades constituyen una suerte de colegiación no institucionalizada, con una organización horizontal y no jerárquica, mediante una configuración reticular que les permite la colaboración y la capacidad de vincularse con agentes externos. En otras palabras, se trata de una experiencia autogestiva de profesionalización que surge de comunidades espontáneas, independientes y dialógicas.

El tipo de prácticas agrupadas bajo este término de profesionalización autogestiva son actividades de capacitación y actualización profesional, así como el intercambio de experiencias para compartir sugerencias y herramientas de trabajo. Estas acciones se conforman como el ejercicio de una subpolítica que realizan los ciudadanos relegados del ejercicio del poder político para buscar soluciones a problemáticas no atendidas por las instituciones (Beck, 2006). Una forma de organizarse es a través de redes formales o informales que se expresan y actúan desde la extra-institucionalidad (Lechner, 2000), único espacio disponible para ellos. Las redes pueden diluirse y desaparecer una vez que la problemática ha sido resuelta o, como sucede en muy pocos casos, pueden llegar a desarrollar cohesión y mantenerse para actuar en la reivindicación de causas cada vez más sólidas (Bauman, 2002), como parece ocurrir en este caso.

La subpolítica es una categoría que Beck (2006) deriva del análisis de los riesgos que caracterizan a las sociedades contemporáneas. En este caso, el riesgo de la violencia amenaza la integridad física del periodista como individuo, pero también las condiciones para ejercer con libertad y responsabilidad la profesión periodística. De todos los planteamientos anteriores surge la pregunta de investigación ¿Cómo se constituye la agencia colectiva de las redes de periodistas en México frente a los riesgos y por qué es así? Parte de esa agencia colectiva pasa por la profesionalización autogestiva.

La subpolítica tiene, como una de sus expresiones, a las “prácticas profesionales críticas y alternativas” (Beck, 2006, p. 319), las cuales aparecen como una manifestación del contrapoder desde abajo, de los subordinados, frente a las intervenciones desde arriba. Las redes de periodistas corresponden a este fenómeno, al aparecer como un espacio alternativo, interpelando desde su existencia misma a las formas normalizadas de ejercicio del poder y del control sobre las representaciones mediáticas del acontecer.

Estrategia metodológica

Para esta investigación, se acudió a las ciudades de Tuxtepec, Oaxaca (al sureste del país) y Ciudad Juárez, Chihuahua (en la frontera con Estados Unidos), con la finalidad de tomar contacto con el Consejo de Periodistas del Papaloapan (COPAN)1 y la Red de Periodistas de Juárez (RPJ)2, respectivamente. La elección de estas redes obedeció a la disposición con la que éstas aceptaron integrarse al estudio. Se solicitó a varios de estos grupos su participación, y en estos dos se logró el acceso, por lo que se integraron los estudios de caso correspondientes.

La RPJ es una organización compuesta por cinco reporteras adscritas a la empresa periodística El Diario, el cual se ha caracterizado por ser una voz crítica y apoyar a sus trabajadores para que cursen estudios de posgrado en universidades de Estados Unidos. Las integrantes de la RPJ asumen una tarea de ética del cuidado (Kohen, 2005) recuperando una expresión femenina de ciudadanía en la que se preserva la vida a través del cuidado. Aunque en su unidad organizativa sólo son cinco, en sus acciones inciden sobre gran parte los periodistas de Ciudad Juárez. Su adscripción a El Diario les otorga prestigio y credibilidad frente al gremio, y sus acciones solidarias las han legitimado. Sus aprendizajes provienen de sus vínculos con la Red de Periodistas de a Pie, una red muy reconocida por su trabajo en favor de los periodistas del centro del país y por la calidad periodística de sus integrantes que ha alcanzado reconocimiento internacional. Sus actividades son financiadas por fundaciones.

El COPAN también está constituido por un grupo pequeño de periodistas, hombres y mujeres, con una vocación más relacionada con la actividad política y el activismo. Sus charlas y actividades son abiertas y suelen realizar coloquios con activistas y políticos, buscando comprometerlos con la defensa de la libertad de expresión y la defensa de los periodistas. Su poder de convocatoria y legitimidad ante el gremio procede de la articulación con la Defensoría de los Derechos Humanos del Estado de Oaxaca y de sus vínculos con el Grupo Prensa Oaxaca, a grado tal que el COPAN es la única instancia reconocida para la credencialización de periodistas en las poblaciones de la cuenca del Papaloapan. La credencialización ha sido una estrategia en las acciones para hacer frente a la violencia contra periodistas, permitiendo el otorgamiento de un status.

En las visitas a ambas redes, fue posible observar algunas actividades de sus integrantes y la relación que mantienen con sus colegas. Asimismo, se pudieron aplicar entrevistas en profundidad que permitieron reconstruir sus acciones, sus atributos y su sentido.

Las entrevistas en profundidad se desarrollaron a partir del siguiente guion:

  1. 1. Las características de la red en la que participa.
  2. 2. Las características de las actividades que realizan, su modo de participación individual, el motivo y la finalidad que las orientan.
  3. 3. La enunciación de los obstáculos que enfrenta el ejercicio del periodismo.
  4. 4. Las expectativas sobre el futuro del periodismo en México.

Las entrevistas se realizaron durante los años 2015 y 2016; fueron entrevistadas cuatro de las cinco integrantes de la RPJ por separado, así como dos miembros del COPAN de manera individual, y cuatro más en forma colectiva. Posteriormente, se estableció un proceso de análisis de las entrevistas para llegar a una reinterpretación considerando categorías analíticas procedentes de conceptos contenidos en las perspectivas teóricas previamente expuestas.

Es importante aclarar que este aparato metodológico corresponde a una investigación más amplia relacionada con la acción colectiva de las comunidades de periodistas frente al riesgo, y para este artículo sólo se toma en cuenta la información relacionada con las estrategias de profesionalización, por lo que este texto corresponde a la presentación de resultados parciales del estudio.

Resultados de investigación

Las redes de periodistas constituyen un espacio diferenciado debido a su ubicación geográfica, que representa no solamente una colocación física sino un contexto regional con problemáticas sociales, económicas y políticas distintas. Eso también implica el acceso o la falta de recursos humanos, materiales y financieros lo cual, a su vez, determina el alcance y la intensidad de la gestión para hacer viables las actividades de capacitación. La capacidad autogestiva les permite a las redes de periodistas favorecer la autonomía con relación a saberes expertos, les otorga un tipo de colegiación, aunque de carácter extra institucional.

Identificamos que las formas de la acción social y los valores que la orientan son diferentes en cada grupo. A pesar de que ambos grupos son mexicanos, están emplazados en sitios con historia y cultura locales diferentes, lo que permite suponer que tales condiciones inciden directamente en la construcción de un ideal compartido sobre lo que debe ser el periodismo, condición que orienta la autocapacitación en función de las carencias que se requiere subsanar para alcanzar ese ideal.

Por un lado, la Red de Periodistas de Juárez (RPJ) se localiza en Ciudad Juárez, Chihuahua. Es una población ubicada en la frontera con Estados Unidos, lo que les permite un mayor acceso a recursos de distinta índole (económicos, tecnológicos, académicos,3 entre otros), y representa un receptáculo de ideas diversas que confluyen en ella como parte del tránsito entre dos países. Esta ciudad también se ha caracterizado por ser una de las ciudades más violentas de México. Las integrantes de la RPJ narran que el origen de su organización aparece de la mano de la exacerbación de la violencia en México y del desencanto ante las asociaciones tradicionales de periodistas complacientes con el poder político. Definen a la RPJ como un espacio para dialogar las experiencias vividas y/o sufridas, la protección de periodistas y la capacitación y actualización.

La red surge en un momento muy crítico por la violencia que vivíamos en Ciudad Juárez los periodistas, por la situación que teníamos que vivir en la cobertura de violencia. Y era un estrés muy fuerte, era estar en escenas de veinte homicidios al día, entonces en esos espacios que buscábamos para platicarnos cómo nos iba, para discutir lo que vivíamos, hasta para vivir los silencios que eran necesarios en su momento, empezamos a ver que éramos muy vulnerables. Y que teníamos muchas cosas y que necesitábamos aprender a ser, o enfrentar situaciones de cómo auto protegernos (fragmento de entrevista).

La violencia también fue el detonante que hizo surgir al Consejo de Periodistas del Papaloapan (COPAN), que se ubica en la ciudad de Tuxtepec, en la zona que divide a los estados de Oaxaca y Veracruz, región en donde han ocurrido la mayor parte de los homicidios de periodistas en México: “Con diecisiete agresiones registradas en el estado y tres más en la Cuenca, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (FEADLE) y sus mecanismos de protección no han servido de nada” (fragmento de entrevista).

El COPAN está conformado por un número no definido de comunicadores las ciudades de Loma Bonita y Tuxtepec, pero representado por siete periodistas, hombres y mujeres, de diferentes medios informativos. El COPAN surgió como una recomendación de la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca, con la finalidad de otorgar credenciales a periodistas configurándose como una organización horizontal, buscando reducir abusos ocasionados por la negación de las empresas informativas de la región para acreditarlos. El COPAN ha hecho mucho más que emitir credenciales, ha avanzado en la generación de un programa de capacitación y actualización, así como en la vinculación con activistas.

La siguiente tabla sintetiza la información obtenida mediante las técnicas de investigación, en donde se organizan las categorías de análisis para entender la acción social que dirige la profesionalización autogestiva:

Tabla 1
Categorías de la profesionalización autogestiva de las redes de periodistas
Acciones de profesionalización autogestivaOrientación de la RPJOrientación del COPAN
Formación académica de los integrantesContraste entre periodistas con posgrado y otros sin estudios formalesEquilibrio entre periodistas con formación profesional y sin estudios formales
Principio de asociaciónPeriodistas “en activo”Periodistas reconocidos entre sí
Capacitación y actualizaciónAutoprotección, temática, técnica, ética y coyunturalTemática, política, técnica y ética
Límites reconocidos de la autonomía profesionalLimitada por la agencia del periodista, por sus capacidades técnicas y por la violenciaLimitada por la violencia, el poder político y las capacidades técnicas del periodista
Valores profesionalesApego a valores liberalesApego a valores cívicos
Fuente elaboración propia

Desagregando los elementos contenidos en la tabla anterior, la RPJ se preocupa por el marcado contraste en la formación académica de los periodistas en Ciudad Juárez. Existen quienes tienen estudios de posgrado a nivel maestría cursados en Estados Unidos gracias a su ubicación fronteriza, financiados por su propio medio (en el caso de El Diario); pero también hay otros sin siquiera estudios profesionales formales. Unos y otros constituyen la fuerza de trabajo de los medios en ese lugar, lo que implica la existencia de grandes brechas en cuanto a desempeño profesional, condiciones laborales, remuneración, reconocimiento social, posibilidades de ascensos, entre otras cosas. Las integrantes de la RPJ, que reciben un salario alto, cuentan con posgrado y otros privilegios, se sienten comprometidas a apoyar a los colegas que no gozan de las mismas oportunidades.

En la reunión en la que estuvimos en diciembre que éramos ciento veinte, cuando todos hablábamos de: “híjole a este colega le pagan 20 pesos por nota ¿no? Éste no tiene seguro social, éste no tiene trabajo fijo, o sea tiene que vender publicidad para poder garantizar su jalecito ¿no?”. Entonces tú dices “no manches, yo tengo seguro de vida, tengo gastos médicos mayores tengo carro del año de la empresa, tengo salario superior a los 25 mil pesos, no manches, no me puedo quejar ¿no?”. O sea, hasta vergüenza me da decir mi sueldo ¿no? O sea, hasta vergüenza me da decir mis prestaciones cuando el panorama de los demás es tan desolador ¿no? (fragmento de entrevista).

La situación es diferente en Tuxtepec, Oaxaca, cuya lejanía con el centro político del estado y su difícil accesibilidad generan marginación en muchos sentidos, uno de ellos tiene que ver con la formación profesional. Como consecuencia, pocos periodistas tienen formación académica de nivel licenciatura, la mayoría ha aprendido el oficio en la práctica, la profesión es económicamente precaria para casi todos, y no hay un medio informativo que sobresalga por la alta capacitación de sus periodistas. Quienes tienen título académico son principalmente los que han inmigrado desde otros lugares. Lo anterior ocasiona una baja profesionalización del gremio periodístico en las localidades de la cuenca del Papaloapan y se deriva de la falta de opciones de formación profesional en la región.

Lo anterior se relaciona con la conformación de identidades profesionales, que está definida por sus principios de asociación. Para la RPJ quienes gozan del acceso a las actividades de capacitación y actualización son los periodistas “en activo”, independientemente de si cuentan con título universitario o no. Con ello se refieren a quienes están trabajando en un medio informativo haciendo labores propias de reporteros, corresponsales o freelancers. En ese sentido, las actividades de capacitación se visualizan como una oportunidad de equilibrar a los que no tienen formación académica con quienes sí la adquirieron, a través de una especie de educación continua que a todos beneficia. En las actividades organizadas por la RPJ no se admiten publirrelacionistas, estudiantes, académicos, empresarios de medios y, mucho menos, políticos.

Por su parte, el COPAN busca incluir a los periodistas que los propios colegas reconocen como pares. Con esta medida buscan eliminar a otros personajes que suelen hacerse pasar por periodistas en las actividades públicas tales como los agentes del Estado y los miembros de la delincuencia organizada. El elemento que les permite hacerlo visible es la credencial otorgada por el COPAN. La emisión de este documento les ha permitido aglutinarse, porque les otorga el reconocimiento público del ejercicio de su profesión, particularmente a aquellos que no cuentan con estudios universitarios. Asimismo, es un instrumento de trabajo para poder acreditarse en situación de cobertura.

Ambas agrupaciones, la RPJ y el COPAN, han surgido de manera espontánea, informal. Sin embargo, recientemente han buscado formalizarse mediante la emisión del instrumento notarial llamado “acta constitutiva”, para formalizarse en la figura jurídica de asociaciones civiles de acuerdo con la legislación mexicana. Ambas agrupaciones surgen contra las asociaciones tradicionales de periodistas que constituyen, a ojos de sus integrantes, el esquema corporativista del gobierno y su partido como refirieron Fernández (1993) y Bohmann (1994) para el esquema mediático de la segunda mitad del siglo XX.

Entonces estuvimos [previamente] en la Asociación [de Periodistas de Ciudad Juárez], aunque había muchas cosas que no nos parecían, entre ellas, por ejemplo, que se cobraba cuota y pues, básicamente, era una cuota mensual, pues era membresía ¿no? Y tenías que estar pagando, y si no [pagabas], te daban de baja, entonces, nosotros veíamos que ese dinero realmente no se traducía en beneficios para los periodistas y más en las situaciones en las que nos encontrábamos ya en ese momento ¿no? De riesgo (fragmento de entrevista).

En cuanto a las actividades de capacitación propiamente dicha, la RPJ mantiene de manera permanente los talleres de autoprotección debido a la incapacidad del Estado de ofrecer solución al problema de la violencia contra periodistas. Generan una programación temática anual para responder a las fundaciones que financian sus actividades, adecuándose a los procesos que pueden ser anticipados. Por otro lado, responden a las coyunturas, como cuando cambió el sistema penal judicial en México, y hubo que adecuar los procedimientos de cobertura a las nuevas disposiciones jurídicas. Otra preocupación permanente en la capacitación que ofrecen a los colegas es el desarrollo de habilidades técnicas: producción audiovisual, fotografía periodística, manejo de datos, narrativas, etc.

Nosotros hacemos un proyecto de año. No creas que estamos muy organizadas, pero tenemos un proyecto de año, y eso porque es una propuesta que tenemos que entregar para la gente que nos está dando el apoyo [financiero]. Entonces entramos en una serie de discusiones y debates sobre qué es lo que necesitamos ahora, por ejemplo, el primer año era autoprotección, seguridad. El segundo año ya lo hicimos más a transparencia e investigación periodística, y así nos estamos manejando. Entonces establecemos los lineamientos generales. Y aparte de considerar esos, y ajustar los temas a esos lineamientos que queremos empezar a impulsar, hay asuntos coyunturales como que de repente se viene la elección; o sea, a lo mejor es algo que no pensamos en el proyecto del año pero que, de todas maneras, lo encajamos y decimos “okey, vamos a organizar algo en relación a esto” (fragmento de entrevista).

El COPAN, por su parte, procede con una orientación más cívica, sus capacitaciones se orientan a debates sobre la libertad de expresión, la responsabilidad social del periodismo, los mecanismos formales desde los que se puede exigir la protección a los periodistas, y la vinculación con líderes de la sociedad civil organizada, sin temor de ser señalados como periodistas militantes, lo que no les parece contradictorio a su ideal de periodismo (diferente al ideal liberal que apela a la objetividad a través de la separación de hechos y opiniones), pues lo consideran su responsabilidad social frente a los abusos de poder de los caciques locales. En ocasión de la visita a Tuxtepec de Jorge, un periodista miembro de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) del estado de Veracruz, para ofrecer una conferencia, se discutió sobre la necesidad de atender las carencias profesionales y de seguridad de los comunicadores de Oaxaca y Veracruz:

Jorge arremetió contra los empresarios mediáticos que forman parte de la comisión [la CEAPP] y que nunca asisten, con lo que demuestran su total falta de interés por los problemas de sus trabajadores. También criticó a los compañeros periodistas que no hacen valer su voz: “la lealtad se recompensa, y eso es lo que ellos esperan”, dice refiriéndose a que buscan quedar bien con el gobernador Duarte. Antonio [líder del COPAN] y Jorge han estado planeando una reunión en Xalapa, una especie de seminario con periodistas y activistas (fragmento del diario de campo, 6 de febrero de 2015).

Algunos ejemplos de cursos y talleres que estos grupos llevan a cabo, en la tarea de profesionalización autogestiva son los siguientes:

Tabla 2
Talleres y cursos de la RPJ y el COPAN
Red de Periodistas de JuárezConsejo de Periodistas del Papaloapan
-Curso para saber cubrir en el marco del nuevo sistema penal acusatorio -Taller de periodismo disruptivo -Taller binacional de seguridad para periodistas -Taller básico digital de México -Taller de periodismo de datos -Primera jornada sobre caricatura periodística -Taller de cobertura electoral -Taller de periodismo económico -Taller de metodología de investigación periodística y acceso a la información pública -Taller de periodismo humano -Taller de fotografía, lenguaje visual y técnicas narrativas -Taller sobre cobertura de la migración-Jornadas por la transparencia -Primer encuentro de periodistas y activistas del sureste -Segundo encuentro de periodistas y activistas del sureste -Desmitificación del periodismo cultural -“Piensa Libre” Foro de ciudadanía y prensa -Diálogos sobre violencia y periodismo -Mesa de análisis: “Transparencia y publicidad oficial”
Fuente elaboración propia

Con relación a estos cursos, talleres, seminarios y jornadas, en ambos grupos se manifiesta como una preocupación central mantenerse actualizados. La capacitación no solamente sirve para atender la carencia de quienes no tienen título universitario, sino también para renovar los conocimientos de quienes sí lo adquirieron:

Estamos impulsando o generando nuevas generaciones de periodistas, ¿cómo estamos trabajando los actuales periodistas en activo?, o sea, ¿qué necesitamos tenemos que tener una actualización constante y es algo que vemos que no se da?, o sea, no se da ni por la empresa y a veces es poco los que también queremos hacerlo, o sea, me gustaría ver a más gente capacitándose y entender la importancia de esto, o sea, en algo estamos fallando, y yo creo que viene de nuestra misma formación académica ¿no? O sea, y que sentimos que la universidad nos lo dio todo, y ya quedó, pero no es cierto, el periodista necesita una constante capacitación, lectura, actualización, este, por la diversidad de temas que manejamos, porque tenemos una responsabilidad con la sociedad de presentar la información, cómo presentársela cómo adecuársela, y no nada más adecuársela a las condiciones tecnológicas o a nuevos esquemas y hacerlos ¿no? Si no ¿cómo enfrentar? No es lo mismo enfrentar a una víctima de una tragedia general, o de una situación climatológica, o un asunto de seguridad (fragmento de entrevista).

Las integrantes de la RPJ reconocen limitaciones a su autonomía profesional de manera principal en dos aspectos: la violencia homicida contra los periodistas y la inequidad de género.

Igual, a la mejor, tenemos que demostrar que podemos, que no puedo decir que no como mujer, o sea, le entras o le entras ¿no? Y el hombre si quiere si no pues total, no pasa nada y como mujer, nos ha costado mucho ganarnos los espacios. O sea, nos ha costado más ganarnos ciertos espacios en el ejercicio del periodismo, o sea, creo que es muy reciente la incorporación de la mujer a temas fuertes, a que la mujer esté en toma de decisiones dentro de una sala de redacción, o sea, yo por decir soy la primera mujer que llevo una dirección editorial de El Diario en 38 años de operación, o sea, eso te va pintando más o menos cuál es el panorama que tenemos ¿no? (fragmento de entrevista).

En el caso del COPAN, la violencia es también factor de falta de autonomía, pues consideran que “en Oaxaca los agreden y en Veracruz los matan”. No encuentran respaldo en sus jefes, ni en sus empresas, y mucho menos en el Estado, que se ha convertido en el principal agresor de periodistas en esa zona. Encuentran solidaridad en la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca, en otras redes de periodistas del país, así como en las organizaciones de la sociedad civil. Estas condiciones se convirtieron en elementos movilizadores para que los periodistas de ambas regiones apostaran por la autocapacitación:

Aunque ya habíamos tenido escenarios de ese tipo, pero no estábamos preparados para algo de esta magnitud, o sea, como periodistas siempre hay riesgos, como periodistas siempre enfrentas a víctimas, como periodista siempre vas y buscas corrupción y te va generando una serie de circunstancias que te puede afectar, pero no a la dimensión que lo teníamos ¿no? Porque nos veían como enemigos, nos veían como salvadores, nos veían como jueces, nos veían como todo. Pero realmente nosotros nada más éramos periodistas (fragmento de entrevista).

Respecto a los valores profesionales que asumen, la RPJ se adscribe a los valores del periodismo estadounidense. Presumiblemente esto es un efecto de su contexto de frontera, su formación de posgrado en universidades de Estados Unidos, su relación cercana con la prensa de El Paso, Texas, así como los premios que organizaciones norteamericanas -como el International Center for Journalists (ICFJ) - les han otorgado. Defienden la importancia de la neutralidad, de la objetividad, de la distinción entre las opiniones y las noticias, así como la de cumplir con la función social de ser el cuarto poder, ese extra poder que vigila a los demás [watchdog] y cuando ocurren abusos tiene la responsabilidad de exhibirlos.

Por otro lado, el COPAN, reconoce la relatividad de los valores periodísticos tradicionales como la objetividad, y prefieren hablar de responsabilidad social, ejerciendo un periodismo que constantemente editorializa los acontecimientos, reduciendo la distancia entre opiniones y noticias como una manera de tomar posición, efectuando un periodismo combativo y denunciante de las condiciones de injusticia social. Aquí también, presumiblemente el contexto de marginación y exclusión fortalece esta visión de periodismo militante que no se contenta con ser objetivo, sino que obliga a tomar posición de cara a los cacicazgos locales que impiden el desarrollo en su sentido más amplio.

Finalmente, en este contexto de riesgo y de precarización de la profesión periodística, aspectos que precisamente motivaron la emergencia de las redes de periodistas, se les pidió a los participantes que realizaran un ejercicio de pensamiento de futuro, para imaginar si hay esperanza para el sostenimiento y afianzamiento de la profesión. Para ellos, la existencia de las propias redes es el testimonio de la esperanza de futuro a través de la solidaridad y articulación que desde ellas se genera para construir agencia colectiva de gremio frente a los riesgos estructurales.

Sabes que yo lo veo muy alentador por muchos motivos ¿no? Por esta articulación, porque nos estamos dando esperanzas todos, porque estamos aprendiendo mucho, este, porque también hay muchas organizaciones de la sociedad civil que están con nosotros, y que hay mucha, mucha, ¿cómo te diré? ¡Híjole! Mucho entusiasmo ¿no? Si Carlos -que sobrevivió al intento de asesinato- está haciendo el jale, pues ya sería una vergüenza no hacerlo uno ¿no? Yo creo que hay mucha esperanza, yo tengo mucha esperanza, yo tengo mucha fe en que las cosas mejoren, en que nosotros podamos hacer un cambio y siento que hay mucho entusiasmo ¿no? (fragmento de entrevista).

Yo siento que nuestra profesión es tan, tan noble y flexible que, en medio de todo este panorama que a lo mejor puede ser muy gris, hay aspectos muy esperanzadores, primero que, ver un movimiento de periodistas articulados viviendo a kilómetros de distancia sin conocerse, con un fin en común, o al menos con una coincidencia: ser periodista, investigar. Eso, para mí ha sido lo más esperanzador, o sea que ha habido como un despertar. Porque como gremio somos muy incrédulos, escogemos el orgullo, desacreditamos el trabajo del colega en automático porque es la competencia... Entonces el hecho de articularnos y ver, y de aceptar el trabajo de otro (fragmento de entrevista).

Discusión final

El periodismo tiene algunos rasgos que son universales, en tanto que es una práctica inventada en occidente y exportada después a las sociedades occidentalizadas. Habría que reflexionar que conforme el periodismo fue asentándose en cada región, se fue incorporando a las texturas y culturales locales, modificándose para adecuarse, y el estudio de Hallin y Mancini (2004) da cuenta de ello.

Norbert Elias (1990), apunta la necesidad de reconocer las interdependencias de los agentes sociales y sus relaciones, generando configuraciones más o menos fijas en el tiempo y en el espacio, pero siempre susceptibles de transformarse conforme las relaciones entre los agentes cambien. Por ese motivo, la profesionalización del periodismo no puede ser tomada como una categoría fija sino, como lo argumenta Waisbord (2013), como un campo relacional conformado por los agentes y definido por sus prácticas.

De manera que el periodismo profesional, debe ser estudiado desde sus propias prácticas reales (más que ideales), y, en ese sentido, desde su propia lógica práctica que orienta las relaciones interdependientes de los sujetos que conforman el campo social que identificamos como profesión, el cual obedece a un contexto histórico y social, y solamente en ese contexto situacional son coherentes las acciones de los agentes, los sentidos que las movilizan y las lógicas que las gobiernan (Bourdieu, 2007).

En el caso de las prácticas periodísticas vinculadas con las actividades de la Red de Periodistas de Juárez y del Consejo de Periodistas del Papaloapan, en México, esas relaciones se configuran de acuerdo a su propia historicidad, cultura y contexto social y político, entre otras cosas, constituyendo sus propios ideales, ante lo cual adecúan sus prácticas y su organización gremial desde abajo, interpelando a los mecanismos del poder.

Reconocer esas formas de autorganización, autocapacitación, autoactualización, que hemos llamado “profesionalización autogestiva”, da la pauta para reconstruir inductivamente qué significa ser periodista profesional en el contexto de los agentes. Por ejemplo, la discusión sobre la autonomía editorial pasa a segundo plano cuando los periodistas están siendo asesinados por causa de su trabajo, lo que les obliga a readecuar lo que van a entender por libertad para ejercer su profesión.

Aunque los grupos organizados de periodistas no constituyen una regularidad de la práctica del periodismo en el mundo, y ni siquiera en México, sin embargo, en sus propias localidades han tenido un impacto percibido por el propio gremio, ofreciendo alternativas de crecimiento profesional, aprendizajes vitales e incluso, una palestra desde la cual posicionarse de cara a los obstáculos y desafíos del contexto en el que ejercen su profesión.

En términos de la investigación inductiva, este trabajo es pertinente porque analiza dos casos que salen de la normalidad de la actividad profesional de los periodistas. En ese sentido, este estudio es exploratorio y descriptivo, en busca de sus condiciones de ocurrencia, interacciones de los agentes, historicidad de los procesos sociales que les dan origen y la identificación de posibles categorías de análisis. Habrá que avanzar en su profundización, así como en la descripción de otros casos, en estudios comparados de las expresiones y las acciones de los grupos organizados de periodistas en México, adecuadamente analizados en su contexto local de existencia, que muestren la diversidad en la que los agentes enfrentan los desafíos que las tensiones de las sociedades contemporáneas exigen al periodismo.

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Notas

3 En cuanto a los recursos académicos, algunas universidades de Texas como las de El Paso y Austin, han apoyado las acciones de la RPJ y, en general, las acciones para aminorar la violencia contra los periodistas en México.

Notas de autor

*Autor para correspondencia: Salvador de León Vázquez, sdeleon@correo.uaa.mx

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