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LA CONVERGENCIA DE SALAS DE REDACCIÓN EN BOLIVIA: LA CONTINUIDAD DE LA CULTURA IMPRESA
THE CONVERGENCE OF NEWSROOMS IN BOLIVIA: THE CONTINUITY OF PRINT CULTURE
LA CONVERGENCIA DE SALAS DE REDACCIÓN EN BOLIVIA: LA CONTINUIDAD DE LA CULTURA IMPRESA
Global Media Journal, vol. 17, núm. 32, pp. 60-74, 2020
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
Recepción: 31 Marzo 2020
Aprobación: 05 Mayo 2020
Resumen: Estudios previos sobre el impacto de la tecnología en el periodismo tienden a concluir que los esquemas tradicionales quedaron atrás. Otros, enfocados en la convergencia, suelen abordarla como proceso de gestión, desarrollando modelos ideales de integración de redacciones. En este artículo examinamos los matices del desarrollo de la convergencia de redacciones en Bolivia, particularmente en los diarios La Razón y Página Siete. Bajo un enfoque metodológico cualitativo, indagamos en la convergencia a partir de diferentes factores asociados a ella (las rutinas de producción, la política institucional y la percepción de los periodistas). Los resultados sugieren que, si bien la digitalización ha implicado cambios en los periodistas y en su labor, la lógica del periodismo tradicional, anclada en el impreso, persiste en entornos convergentes. Encontramos que la convergencia se desarrolla, no como integración, sino como una cooperación ocasional de redacciones en términos de intercambio de datos y alertas mutuas de información. Ese proceso representa la pugna de dos culturas periodísticas diferenciadas, una buscando imponerse y mantenerse vigente por encima de la otra. Así, la investigación permite desmitificar aquellas corrientes teóricas que apuntan a la ruptura de los esquemas tradicionales del periodismo como un fenómeno generalizado y motivado por el desarrollo tecnológico.
Palabras clave: periodismo, convergencia, culturas periodísticas, Bolivia.
Abstract: Previous studies on the impact of technology on journalism tend to conclude that it has left behind traditional practices, norms and values. Others, focused on journalistic convergence, tend to approach it as a management process, developing ideal models of editorial integration. This article examines the nuances of the development of newsroom convergence in Bolivian press, particularly in the newspapers La Razón and Página Siete. Under a qualitative methodological approach, convergence was investigated based on a variety of factors (the news routines, the institutional policy and the perception of journalists). The results suggest that although the digitalization of communication platforms has involved changes for journalists and their work, the logic of traditional journalism, anchored in the printed form, still persists in convergent environments. In addition, we find that convergence develops, not as integration, but as an occasional cooperation of newsrooms in terms of data exchange and mutual information alerts. This process is a struggle between two different journalistic cultures, one seeking to impose itself and remain in force above the other. Thus, the research allows us to demystify those theoretical currents that point to the rupture of traditional journalistic practice as a generalized phenomenon, motivated by technological development.
Keywords: journalism, convergence, journalistic cultures, Bolivia.
Introducción
En los últimos años, los debates académicos sobre periodismo han puesto énfasis en los cambios que la digitalización de las plataformas de comunicación genera en la profesión y en quienes la practican (Bro, 2010; Pavlik, 2000; Rost y Liuzzi, 2012; Scolari et al., 2008). La tendencia en estos estudios es dar por sentado que la tecnología transformó la práctica periodística a nivel global y rompió con sus esquemas tradicionales o que al menos los pone en riesgo (Singer, 2003; Deuze, 2005). Uno de los conceptos más empleados para abordar la incidencia del avance tecnológico en el periodismo es el de convergencia, entendida como la “cierta combinación de tecnologías, productos, personal y geografía entre las esferas antes distintas de la prensa, la televisión y los medios online” (Singer, 2004, p. 3), o como “una (creciente) cooperación entre salas de redacción y otras partes de la moderna compañía mediática anteriormente distintas” (Deuze, 2004, p. 140).
El presente artículo se enmarca en la convergencia de salas de redacción, o lo que Salaverría y García (2008) denominan “redacciones integradas”, cuestionando el fenómeno como algo generalizado e indagando en las especificidades que adquiere en determinados contextos, particularmente en el boliviano. Esto porque trabajos como el desarrollado por Hughes (2009) dan cuenta que la profesión no evoluciona de manera uniforme, y que en ciertos ámbitos adquiere rasgos de sistemas mediáticos híbridos. Además, de acuerdo con Hanitzsch (2007), si bien ideales tradicionales como la objetividad y la imparcialidad [parte del llamado “modelo liberal de periodismo”] parecen dominar en muchas redacciones de países muy diversos —y uno puede encontrar similitudes en cuanto a rutinas profesionales, procedimientos editoriales y procesos de socialización—, persisten valiosas diferencias entre culturas periodísticas nacionales. Estos matices nos llevan a ver al periodismo como cultura periodística, definida como “la arena en la cual diversas ideologías profesionales luchan por la interpretación dominante de la identidad y la función social del periodismo” (Hanitzsch, 2007, p. 370). El autor plantea una conceptualización de la cultura periodística a partir de tres de sus elementos constitutivos —roles institucionales (responsabilidades normativas y contribuciones funcionales a la sociedad), epistemologías (criterios de validez de la evidencia), e ideologías éticas (juicios para determinar si una práctica es justificada o ética)—, divididos luego en siete dimensiones principales: intervencionismo (el grado en el que los periodistas persiguen un objetivo particular o promueven ciertos valores), distanciamiento del poder (posición del periodista respecto de la fuente de poder en la sociedad), orientación al mercado (subordinación a las metas del mercado o al interés público), objetivismo (referida a cómo alcanzar la verdad), empiricismo (alude a cómo los periodistas justifican una verdad), relativismo (el grado en el que los individuos basan su filosofía moral personal en reglas éticas universales) e idealismo (consideraciones sobre las consecuencias que tendrán las respuestas a los dilemas éticos).
Ahora bien, la mayoría de las aproximaciones a la convergencia resaltan su base tecnológica, lo que lleva al malentendido común de que la tecnología dirige el cambio en los medios, ignorando los factores sociales del proceso (Quandt y Singer, 2009). Asimismo, estudios realizados principalmente en Europa y Estados Unidos han examinado el tema desde un enfoque de gestión, planteando modelos o niveles ideales de convergencia (Dailey et al., 2005). Nuestro acercamiento no hace énfasis en el componente tecnológico ni en la convergencia como integración ideal de redacciones. Se centra en analizar el fenómeno al interior de la organización noticiosa con base a tres elementos: las rutinas de producción de las redacciones, la política institucional del medio y la percepción profesional de los periodistas. Las perspectivas teóricas escogidas para ello fueron la sociología de la producción de noticias —orientada hacia los procesos sociales que dan lugar a la producción de noticias como las normas operativas de los medios, las rutinas organizacionales y ocupacionales y los valores profesionales, entre otros (Hernández, 1997) —, y la cultura periodística, que es entendida como la arena de lucha entre diversas ideologías profesionales (Hanitzsch, 2007).
Este artículo está dividido en cuatro secciones. En la primera se hace un repaso de los estudios sobre la convergencia periodística, enfatizando los vacíos que la presente investigación busca llenar. Luego se detalla la metodología empleada (cualitativa), explicando los métodos y técnicas a los que se recurrió y su aplicación. Las últimas dos secciones corresponden respectivamente a los hallazgos de investigación y a una reflexión en torno a sus implicaciones para el periodismo.
Entre el ideal de la integración y la complejidad del fenómeno
El significado de la convergencia se ha ido complicando cada vez más. En la mayoría de los casos, las definiciones se han expresado de forma implícita y quienes lo han hecho explícitamente difieren en sus criterios (García et al., 2008). Esa disparidad se debe en parte a los diversos enfoques adoptados para estudiar la convergencia: empresarial, tecnológica, entre plataformas, profesional y cultural. El concepto esquivo de convergencia obedece además a la pluralidad de enfoques desde los que ha sido estudiada. En ese sentido, es posible distinguir tres tipos de convergencia: la técnica o digital, la económica y la funcional (Meneses, 2010). La primera implica la desaparición de las barreras existentes entre las industrias mediáticas, las telecomunicaciones y la computación (De Sola Pool, 1983). La segunda se materializa con las grandes fusiones entre empresas de medios y de telecomunicaciones, así como en las alianzas estratégicas que dan lugar a la concentración de la producción de contenidos en unos cuantos grupos; mientras que la convergencia funcional se refiere a la hibridación de los servicios de los medios (Meneses, 2010). Una definición que abarca todos los ámbitos del fenómeno y la reflexión de diferentes autores es la que describe a la convergencia periodística de la siguiente manera:
Un proceso multidimensional que, facilitado por la implementación generalizada de las tecnologías digitales de telecomunicación, afecta al ámbito tecnológico, empresarial, profesional y editorial de los medios de comunicación, propiciando una integración de herramientas, espacios, métodos de trabajo y lenguajes anteriormente disgregados, de forma que los periodistas elaboran contenidos que se distribuyen a través de múltiples plataformas, mediante los lenguajes propios de cada una (Salaverría y García Avilés, 2008, p. 35).
En un contexto periodístico, las definiciones apuntan al ideal de una convergencia completa: aquella en la que editores multimedia evalúan cada acontecimiento noticioso según sus méritos y asignan el equipo más apropiado para la historia, o en la que equipos híbridos de periodistas trabajan juntos para planificar, reportar y producir una historia, decidiendo en el camino qué partes de la historia son contadas mejor de manera impresa, televisiva o digital (Erdal, 2011). La convergencia precisamente alude a lo que ocurre en una sala de redacción, específicamente a la cooperación entre periodistas de prensa, televisión y medios online para contar una historia a tantos miembros de la audiencia como sea posible, a través de una variedad de sistemas de distribución (Castaneda, 2003). Nuestros hallazgos darán cuenta que el ideal de la integración no siempre es visto como el camino a seguir por los líderes de la organización noticiosa.
Al igual que en el campo conceptual, el estudio de la convergencia también ha mostrado diversos matices al identificar la existencia o no del fenómeno. El modelo desarrollado por Dailey et al. (2005), por ejemplo, asume que cualquier forma de convergencia que no constituya una integración total es sólo una etapa más del proceso. García et al. (2009) esbozaron una matriz de convergencia para el análisis y comparación de redacciones integradas con base a cuatro áreas del desarrollo del proceso: alcance del proyecto, administración de la redacción, prácticas periodísticas y organización del trabajo. A partir de ellas, construyeron tres modelos de convergencia: el de integración total, el multimedia y el de coordinación de plataformas aisladas. En el primero, la arquitectura e infraestructura para la producción multicanal están combinadas en una sala de redacción y controladas por un sistema central de noticias que gestiona el flujo de trabajo. Aquí, la convergencia es una meta estratégica. En el modelo multimedia, los reporteros trabajan en salas de redacción separadas o secciones diferenciadas para cada plataforma, pero están interconectados por coordinadores multimedia y rutinas de trabajo. Este tipo de colaboración alude a un proceso por el cual más de una plataforma es simultáneamente comprometida para transmitir contenido, aunque ello no siempre ocurre de forma integrada. En el tercer modelo, la cooperación no es implementada en la recolección de noticias, tampoco en su producción y distribución. Cuando la cooperación ocurre, lo hace en un proceso de abajo hacia arriba, más o menos por casualidad y a iniciativa individual de los periodistas. Estos modelos no permiten ver aquellos aspectos del periodismo tradicional que permanecen y conviven con las nuevas estructuras, lógicas y prácticas. Si bien gran parte de los hallazgos de García et al. (2009) sirvieron de marco teórico en este proyecto, este se nutre de igual modo del resto de la literatura revisada para entender mejor la complejidad de la convergencia.
En América Latina, el también llamado periodismo convergente ha sido explorado a partir de los cambios que genera en los periodistas y sus rutinas (Meneses, 2010; López y Mellado, 2006; Zaragoza, 2002), o con base en el análisis formal de las versiones web de diarios (Tejedor-Calvo, 2010; Said y Arcila, 2011). En Bolivia no se ha investigado la convergencia, sino el periodismo digital (Cabrero, 2005; Tejedor-Calvo, 2010; Murillo, 2011; Said y Arcila, 2011). Si bien estos estudios dan cuenta del grado de aprovechamiento que el periodismo hace de las nuevas tecnologías, lenguajes y narrativas, no incorporan a los periodistas ni a los procesos sociales que inciden en la producción de noticias (rutinas, política institucional y percepción profesional) como objeto de estudio.
Metodología
La investigación de la que habla este artículo busca hacer una primera aproximación a la convergencia periodística en Bolivia, una que llene los vacíos mencionados en la sección anterior. Bajo esa premisa, fue guiada por las siguientes preguntas de investigación:
Pregunta general
¿Cómo se desarrolla el proceso de convergencia de salas de redacción impresa y digital en los diarios bolivianos La Razón y Página Siete?
Preguntas específicas:
¿Cuáles son las rutinas de producción de las redacciones impresa y digital en los dos diarios y en qué condiciones y circunstancias llegan a encontrarse, si es que lo hacen?
¿Qué rol juega la política institucional en el proceso de convergencia de salas de redacción en ambas publicaciones?
¿Cómo perciben los periodistas de los dos periódicos la convergencia con relación a su identidad profesional y a las necesidades de capacitación que el proceso les plantea?
Dado que el estudio reflejado en este artículo se enmarca en los procesos sociales que dan lugar a la producción de noticias en entornos convergentes, era preciso que la metodología empleada permitiera comprender la complejidad de dichos procesos. A decir de García et al. (2009), la investigación sobre medios da cuenta que los estándares y prácticas periodísticas constituyen sistemas socialmente construidos que lidian con procesos de trabajo complejos debido a la organización de los flujos noticiosos y a que se deben explicar roles y competencias. Los autores señalan que frente a esto el estudio de caso es el método considerado válido para captar dicha complejidad ya que permite analizar un fenómeno contemporáneo en su propio contexto. Se trata de un método eminentemente cualitativo que se centra en los parámetros de un caso particular, empleando fuentes diversas de información (observación directa, entrevistas, grabaciones transcritas y documentos) como evidencia para validar ciertas conclusiones (García et al., 2009). Por tanto, empleamos un enfoque predominantemente cualitativo para examinar la convergencia de redacciones a partir de casos concretos: los diarios bolivianos La Razón y Página Siete. La investigación cualitativa resultaba útil además para indagar en la convergencia desde el punto de vista de los periodistas. Mediante la observación y las entrevistas, este tipo de investigación permite obtener información que una vez analizada lleva a la comprensión de un determinado hecho de un modo inductivo (Soler, 2011). Así, bajo un enfoque cualitativo, optamos por entrevistas en profundidad semiestructuradas y observación participante para analizar las rutinas de producción, la política institucional y la percepción profesional de los periodistas en torno a la convergencia. Ambas técnicas de investigación fueron aplicadas entre diciembre de 2012 y enero de 2013.
En los dos diarios se realizaron un total de 26 entrevistas a periodistas de las ediciones impresa y online con diferentes cargos (periodistas, editores, jefes de área y directores). En cuanto a las preguntas formuladas, se pidió a los entrevistados describir su trabajo diario y mencionar las herramientas que emplean para realizar el mismo, identificar obstáculos en su labor y explicar en qué consistía la relación con sus colegas de la otra sala de redacción. Con respecto al último aspecto, se les solicitó además precisar cuándo revisaban la otra edición y para qué lo hacían; si habían escrito alguna vez para la otra plataforma, y qué opinaban en general de la otra edición y de la relación existente entre periodistas de ambas redacciones. El cuestionario dirigido a los periodistas de la redacción digital incluyó una pregunta sobre percepción profesional relacionada con la convergencia. Y en el cuestionario elaborado para los periodistas con cargos jerárquicos de jefes de área y directores se incorporaron preguntas referidas a cuestiones en las que sólo ellos tienen injerencia directa: el proceso de creación o relanzamiento de la edición digital, la selección del personal para ambas redacciones, el trato salarial de los periodistas y el manejo de contenidos entre una edición y otra. Además de las preguntas base, se hicieron preguntas adicionales que surgieron durante cada entrevista. Las entrevistas se efectuaron en los lugares de trabajo de cada periodista y fueron grabadas con su previo consentimiento.
La observación fue estándar. No ingresamos a las redacciones de incógnito, sino que los periodistas estuvieron conscientes de que nuestra presencia era parte de una investigación de campo. Se realizaron siete sesiones de observación participante en cada medio, 14 en total, las cuales tuvieron una duración de al menos tres horas y se realizaron de manera alternada por la mañana y por la tarde. La observación permitió analizar la convergencia en su propio contexto y confrontar en el terreno de las prácticas cotidianas la información recogida en las entrevistas. Abarcó el ambiente físico de las dos salas de redacción (ubicación e infraestructura), y el ambiente de trabajo, aspecto en el cual se observaron actividades diarias de trabajo en cada redacción, así como aquellas en las que los periodistas de una y otra sala interactuaban de alguna manera. Sobre ese aspecto, se observaron además las situaciones de tensión o conflicto que dicha interacción generaba. El método se aplicó también en reuniones y conversaciones de trabajo de cada redacción —que, en el caso de la impresa, se dividían por secciones noticiosas— y reuniones de editores, en las cuales se abordaba el trabajo de ambas salas. Finalmente, se observó la participación de los periodistas con cargos jerárquicos en las rutinas de ambas redacciones.
Por tratarse de una primera aproximación, se optó por una muestra de dos diarios. Se trata de periódicos que operan en La Paz, capital política del país (sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Electoral) y cuya producción noticiosa incide en la agenda informativa nacional. Elegimos un medio con muchos años de experiencia (La Razón) y otro de reciente creación (Página Siete) para examinar las particularidades y matices de la convergencia en medios con rasgos diferentes. Los medios fueron elegidos además porque sus versiones digitales estaban entre los sitios con mayor acceso y visibilidad en internet (Said y Arcila, 2011). Respecto de la selección de los periodistas para las entrevistas y la observación, estos fueron escogidos según sus funciones y grado de participación en la convergencia, de forma que pudieran representar las áreas periodísticas y las de gestión de ese proceso. Asimismo, la división natural existente en ambos medios en cuanto a ocupaciones —editores, periodistas, jefes de área y directores— facilitó dicha selección.
Hallazgos
De la sistematización e interpretación de los datos se desprendieron una serie de hallazgos, desarrollados en torno a nuestras categorías de análisis: las rutinas de producción de ambas redacciones (la impresa y la digital), su encuentro y las tensiones en torno a la convergencia, el rol de la política institucional, sus alcances y límites, y la percepción profesional de los periodistas con relación al fenómeno estudiado.
El encuentro ocasional de redacciones
La primera categoría analizada fueron las rutinas de producción de las redacciones impresa y digital, así como la relación entre ellas. Encontramos que los periodistas de una y otra redacción han asimilado sus rutinas de trabajo, aunque todavía no han incorporado en ellas algún tipo de tarea para una plataforma diferente a la propia. En el caso de las redacciones digitales, las rutinas implican sobrecarga de trabajo, actividades múltiples y simultáneas, y una dependencia de agendas de información externas, algo que incide en la generación de contenidos propios. Aunque la relación entre redacciones es percibida como excluyente o inexistente, se evidenció que las rutinas de producción de ambas salas sí llegan a converger, pero solo en ciertos casos: la réplica en la edición digital de contenidos publicados previamente en el papel, los turnos de fin de semana, cuando los periodistas de la edición digital lo son también del impreso, aunque no viceversa, cuando existen disposiciones internas para que los periodistas del papel escriban para la edición digital, en coyunturas informativas relevantes y cuando existe disposición del periodista a cooperar, y cuando periodistas de una redacción revisan la edición generada por la otra.
En suma, concluimos que lo que existe entre periodistas de ambas salas es una relación de cooperación ocasional en términos de intercambio de datos y alertas mutuas de información, uno de los principales hallazgos de esta investigación. Esto trae implicaciones no solamente a las concepciones ideales de convergencia —la asignación de plataformas diversas para contenidos elaborados por redacciones híbridas (Erdal, 2011)—, sino también a la labor periodística y al contenido noticioso. El desarrollo de nuevas habilidades y de una mayor capacidad de trabajo en equipo se frustra porque solo los periodistas digitales elaboran productos para más de una plataforma y porque los periodistas impresos únicamente interactúan con sus pares si así lo ordenan los jefes o si ello no significa romper las lógicas tradicionales del periodismo. Una periodista digital alude a este tipo de relación esporádica, pero necesaria: “Es [una relación] de ayuda mutua porque a veces a ellos [los del impreso] les conviene, trabajamos algunos temas y ellos los bajan; y nosotros siempre necesitamos teléfonos [de fuentes]” (periodista 24).
Esta cita refiere además a la mutua dependencia entre ambos grupos de periodistas. Pero, aunque se necesiten uno al otro, su acercamiento no es constante: una de las paradojas de la convergencia y un ejemplo de su complejidad. La relación a la que los periodistas entrevistados hacen referencia nos recuerda a cómo Deuze (2004) describe el proceso de convergencia en términos de una “creciente cooperación” (p. 140) entre salas de redacción y otras áreas de la empresa mediática antes diferentes. En este caso, la colaboración no se extiende a otras secciones de los periódicos analizados, sino que se limita a las redacciones impresa y digital. Lo encontrado sigue también la línea desarrollada por García y Carvajal (2008), según la cual “la convergencia usualmente implica diferentes tipos de cooperación entre diversas plataformas, no necesariamente de forma integrada. La colaboración puede ir desde el intercambio de información entre periodistas y escritorios en diferentes salas de redacción, a varias formas de reempaquetado de contenido por distintas plataformas” (p. 235).
Las tensiones de la convergencia
También en el ámbito de las rutinas de producción, identificamos que la convergencia genera dos situaciones de conflicto o tensión entres las redacciones impresa y digital, protagonizada en ambos casos por los periodistas impresos que se resisten a colaborar con sus colegas o a compartir con ellos contenidos primiciales. Es un poderoso indicio de que aun en tiempos de convergencia, la lógica del periodismo tradicional o impreso convive, no siempre de forma pacífica, con una cultura digital que busca ganar espacio. Estos conflictos quedan reflejados en las palabras de algunos de los periodistas entrevistados: “Es más rápido estar pegado a los canales estatales y encontrar todo lo que está ocurriendo que estar llamando al colega del impreso” (periodista 14).
No [escribo para la edición digital] porque no hay espacio, nos metemos directamente a hacer nuestra página […] a veces por celos, porque piensas que la nota que estás haciendo, si se la pasas a ellos, cuando sale al éter, la van a poder cubrir los otros, la competencia. Entonces prefiero callarme (periodista 16).
Las ideologías profesionales en el periodismo pueden ser vistas como conjuntos distintivos de valores relacionados con el periodismo, orientaciones y predisposiciones que se articulan como cultura profesional dominante (el periodismo objetivo, por ejemplo) o como un agregado contrahegemónico de valores (como el periodismo cívico o el periodismo de paz) (Hanitzsch, 2007). Ello nos permite reflexionar sobre el proceso de convergencia en los diarios La Razón y Página Siete, haciendo la distinción entre dos culturas periodísticas: la impresa y la digital. Y es que las diferencias entre las culturas profesionales de un medio y otro pueden obstaculizar el proceso de convergencia porque generan problemas prácticos cuya resolución es complicada, así como conflictos entre las rutinas que imperan en cada cultura periodística (Silcock y Keith, 2006; Huang et al., 2004). Así, la resistencia a compartir contenidos adquiere sentido si tomamos en cuenta que, en el periodismo [tradicional], la cultura de la producción valora mucho las historias exclusivas (García y Carvajal, 2008), mismas que dejarían de serlo al publicarse en tiempo real. Aunque intelectualmente los periodistas puedan entender o incluso apreciar la lógica convergente, “a muchos todavía les incomoda compartir ideas, información o fuentes” (Singer, 2004, p. 10).
La convergencia como objetivo institucional
Fue posible concluir que la política insitucional, parte de la estructura organizacional que permite o restringe el trabajo periodístico, juega un rol transversal en el proceso de convergencia de redacciones en los diarios analizados. Ello porque guarda relación con el encuentro de rutinas de producción. Pero la existencia de disposiciones expresas orientadas a la cooperación entre los dos grupos de periodistas, como aquella que hace posible la ubicación de las redacciones en un mismo espacio, no garantiza la misma en el plano de las prácticas periodísticas por las circunstancias particulares en las que éstas tienen lugar.
Mientras que en La Razón encontramos una política institucional orientada a fomentar la colaboración entre redacciones, lo que hubo en Página Siete fue una disposición sobre escribir en más de una plataforma, la cual quedó atrás por su falta de aplicación. La estrategia de convergencia no fue discutida de manera abierta con los periodistas en ninguno de los diarios. El cambio fue socializado principalmente a nivel gerencial y de editores. Si bien las redacciones digitales analizadas son resultado de decisiones institucionales, su tamaño y algunas de sus características varían de un medio a otro. En los dos casos, están ubicadas en el mismo espacio que las redacciones impresas, algo que a criterio de los jefes favorece el trabajo colaborativo o integrado. Pero ya vimos que la proximidad entre las redacciones no implica necesariamente un trabajo conjunto. Por otro lado, y en cuanto al tamaño de las redacciones, la situación de los diarios analizados refleja una tendencia mundial marcada por la precariedad laboral de los periodistas digitales, evidenciada cuando medios destinan a su producto en internet un equipo reducido de profesionales (López y Mellado, 2006). En ambos periódicos, los jefes optaron por “reciclar” periodistas de la redacción impresa para conformar o fortalecer la redacción digital, lo que conlleva la falta de especialización del personal que allí trabaja. Aún así, el tratamiento salarial en ambas redacciones parece no variar.
Percepción profesional en torno a la convergencia
El desafío central que el periodismo digital representa para el periodismo desarrollado en medios tradicionales está en la noción de profesionalismo (Singer, 2003), la cual se apoya en una serie de valores ideales condensados en cinco categorías: servicio público, objetividad, autonomía, inmediatez y ética (Deuze, 2005). De ahí la pertinencia de incorporar a nuestro estudio de la convergencia la percepción profesional de los periodistas que integran las redacciones digitales de los medios estudiados. En ambos casos, quienes conforman la redacción digital no ven afectada su condición de periodistas al trabajar para esa plataforma. La siguiente cita resume esa percepción: “Uno no deja de ser periodista si trabaja en una edición digital, sólo que debe adaptarse a esa nueva plataforma, con sus ventajas y limitaciones, como en cualquier otra” (periodista 2).
Esa identidad está anclada en valores del periodismo tradicional —asociados a su vez con el periodismo impreso— como la contrastación de los datos, la redacción adecuada, el tratamiento riguroso de la información, la búsqueda de nuevos temas y la presentación completa de los hechos. Es una percepción apoyada en la labor misma de informar y en valores como la objetividad y el servicio público:
Claro que considero periodismo lo que hago, se hace el mismo tratamiento riguroso, es igual [que en el impreso] […] por lo menos el editor nos exige mucho esa parte […] nosotros le decimos que cuatro párrafos bastan porque la lectura tiene que ser más ágil, pero él siempre nos hace hacer notas completas (periodista 24).
Otros estudios (Sarrica et al., 2010) concluyeron que los periodistas consideran a internet como herramienta útil principalmente para funciones prácticas, pero no para mejorar las tareas y valores centrales de su profesión. Ello podría explicar que la identidad profesional de los periodistas digitales permanezca atada al periodismo impreso. Internet tampoco ha conseguido reducir —al menos en la percepción de los periodistas— la importancia de la comunicación oral e interpersonal debido a que el periodismo es una profesión “relacional, y una red de relaciones confiables es necesaria para la producción de buenas noticias” (Sarrica et al., 2010, p. 418). La siguiente cita, de un periodista digital, ejemplifica tal argumento:
[…] en un principio consideré que trabajar en la edición digital sí afectaría mi labor como periodista, principalmente porque no habría más trato directo con las fuentes de información, sino a través de otros medios como el teléfono o el correo electrónico […] el contacto cara a cara es fundamental para encontrar esos pequeños detalles que nos ayudan a estructurar una buena noticia (periodista 13).
Finalmente, encontramos que el cambio de plataforma (del papel impreso a la versión web del diario) es visto por los periodistas digitales como un crecimiento o como un reto profesional, uno que además requiere de adaptación y de nuevas destrezas y que implica un trabajo muchas veces de escritorio.
Discusión
Más allá del interés que ha despertado entre investigadores, la convergencia de salas de redacción es parte de la realidad mediática de diferentes países. En el caso boliviano, tanto las rutinas propias de las plataformas digitales como la coexistencia de salas de redacción han implicado cambios para los periodistas, quienes ahora se ven en medio de ambientes de trabajo que les exigen ser más colaborativos entre sí, desarrollar nuevos conocimientos y habilidades para, sobre todo, lidiar con la tecnología. Al mismo tiempo, la lógica del periodismo tradicional, asociada al impreso, aún predomina en la prensa boliviana pese a la cierta evolución de esta en el terreno del periodismo digital y la convergencia. Dicha tendencia se traduce en la preeminencia de la plataforma sobre el contenido para el manejo de información exclusiva.
La organización de las redacciones, tradicionalmente jerárquica y centralizada, tampoco ha sido modificada. Autores como Pavlik (2000) afirmaron que en la prensa digital las estructuras de los diarios se volverían más planas y la distancia entre jefes y subordinados sería más corta. Esto no ha ocurrido en nuestro caso, ya que identificamos que la cooperación entre periodistas impresos y digitales está de alguna manera mediada por la jerarquía, pues se ve facilitada si es el jefe quien la solicita. La continuidad del periodismo tradicional está presente además en la percepción que los periodistas digitales tienen de sí mismos. No han dejado de considerarse periodistas al pasar de la redacción impresa a la digital —tránsito que a la vez confirma la dominancia del periódico de papel, cuyo personal fue reciclado para alimentar al equipo web— y su identidad profesional está anclada en valores normativos que han regido el trabajo de los periódicos convencionales como la objetividad, el servicio público y la autonomía.
El estudio realizado en los diarios bolivianos es útil para desmitificar aquellas corrientes teóricas que apuntan a la ruptura de los esquemas tradicionales del periodismo como un fenómeno generalizado a raíz del desarrollo tecnológico. En el campo del periodismo digital, se logró profundizar en sus rutinas de producción y en lo que estas implican para los periodistas y para las organizaciones noticiosas en una realidad concreta. El estudio contribuye además a identificar lo que esta práctica todavía conserva del periodismo tradicional o impreso. Siendo que la literatura disponible sobre el tema se nutre mayormente de análisis descriptivos de soportes digitales, el presente trabajo robustece la indagación de aspectos no suficientemente explotados.
En cuanto a la convergencia de salas de redacción, la investigación aquí descrita fortalece el entendimiento de esta como fenómeno complejo porque va más allá de modelos ideales o niveles de convergencia —los cuales abundan en la literatura existente— que, si bien ayudan a reflexionar en torno a ciertos elementos del proceso, no ayudan a una comprensión integral del mismo. De otro lado, nuestro estudio abordó la convergencia como proceso de gestión, pero no se quedó en ese nivel de análisis, sino que añadió otros que tienen que ver más con la percepción y prácticas de los periodistas en torno al fenómeno. En términos generales, contribuimos a particularizar el periodismo digital y la convergencia en un escenario concreto. Para ello nos apoyamos en el concepto de cultura periodística como la arena de lucha entre ideologías profesionales diferentes (Hanitzsch, 2007) y en el peso que ejerce para que existan diferentes formas de hacer periodismo.
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Notas de autor
Autor para correspondencia: Victor Quintanilla-Sangueza, email: vico_qs@hotmail.com
Enlace alternativo
https://gmjmexico.uanl.mx/index.php/GMJ_EI/article/view/383 (pdf)