Resumen: Desde siempre danza y fotografía han permanecido íntimamente ligadas y sin embargo, es un mundo desconocido el impacto que estas fotografías tienen en las redes sociales y en los futuros bailarines. En particular, la red social Instagram, muy dinámica y de fácil manejo, contiene cuentas que son un buen repositorio de danza (fotografía y video), siendo un medio rápido de difundir un anuncio o compartir información con otras escuelas. Pero hay algo más: Instagram es una red social para darse a conocer, y por tanto un buen medio para hacer renacer la importancia que tiene la danza en la sociedad. La fotografía y el video es una herramienta educativa idónea para que un aspirante a bailar pueda mejorar y crecer a la vez que pueda valorar el desarrollo y el aprendizaje a través del tiempo. En este proyecto, ‘Instagram’ es considerado como un repositorio de fotografía, un elemento motivador y de difusión de la danza a escala mundial, un complemento más, y la fotografía es la herramienta de este proyecto de co-creación entre el fotógrafo y futuro bailarín, que consigue que ambos crezcan en armonía con sus cualidades.
Palabras clave: DANZA, INSTAGRAM, CO-CREACIÓN FOTÓGRAFO / BAILARÍN, BALLET CLÁSICO.
Abstract: Dance and photography have always been related, but the impact that these photographs have on social networks and in the personal evolution of the future dancers, is an unknown world. In particular, Instagram is a very dynamic and easy to use social network. In Instagram, there are accounts with very good repository of dance (photography and video) and it is possible to spread and/or share information with other schools of dance very quickly. But the most important feature of Instagram is that with a good use, people meet dancers, and it is a good way to revive the importance of dance in society. But it cannot be forgotten that for an aspiring dancer, photography/video is an educational tool to improve and grow and to value the evolution over time. In this project, Instagram is a repository of photography, an element of motivation and information about dance on a global scale, a complement to day-to-day work. The photography is the tool of a co-creation project between the photographer and the future dancer, growing in harmony with their skills.
Keywords: DANCE, INSTAGRAM, CO-CREATION PHOTOGRAPHER / DANCER, CLASSICAL BALLET.
La danza y la fotografía: Una temática en auge en las redes sociales
Dance and photography: A theme on the rise on social networks
Recepción: 11 Marzo 2019
Aprobación: 02 Mayo 2019
El presente trabajo es una reflexión sobre la relación entre la danza y la fotografía, y las repercusiones que tales disciplinas tienen en las redes sociales, y en particular, Instagram (Ramos Macías 2015; Saalsaa 2017).
Por una parte, la representación estática de la danza se remonta a las pinturas rupestres (Castelo Ruano 1990), más tarde en el siglo XIX, donde aparece la fotografía y el impresionismo destaca el trabajo del pintor Edgar Degas (1834-1917),conocido como ‘el pintor de las bailarinas’. Pero no es el único pintor, otros como Pablo Picasso, también expresan su admiración a la belleza y expresividad del cuerpo humano en movimiento (Jiménez Guerrero 2016). En fotografía, disponemos de las fotografias de la controvertida bailarina holandesa Mata Hari1, de cuyo cuerpo y belleza se ha escrito mucho. Posteriormente mujeres como Isadora Duncan, Ruth St. Denis, Mary Wigman, Anna Pavlova, Margot Fonteyn y Martha Graham, son fotografiadas mostrando la capacidad lingüística de expresión del cuerpo humano mientras resurge el bailarín masculino con Rudolf Nureyev, Vladimir Vasíliev y Mijaíl Barýshnikov, cuyos cuerpos representan la fuerza atlética, potencia y vigorosidad. Todos, hombres y mujeres, trasmiten vitalidad y emociones a la audiencia. Hasta estos momentos, la fotografía de danza, adquiere un carácter documental dado que el fotógrafo es pasivo y se limita a captar el lenguaje corporal y la representación en el escenario. Un paso más es capturar el movimiento utilizando la fotografía en secuencias como los casos de Eadweard Muybridge y Marey (De la Iglesia García 2012). Pero el fotógrafo cambia y abandona ese carácter documental, y empieza a ser más creativo y es entonces donde la fotografía se convierte en arte, un ejemplo es el proyecto de danza de NYC de (Browar & Ory 2016). La fotografía de movimiento tiene dos vertientes: la secuencia, con o sin superposición o larga exposición, frente a la congelación del movimiento, pero ambas siguen siendo una representación 2D muy condicionada por la interpretación del fotógrafo. Dejando el carácter estático de la imagen, surge el video, y por tanto la videodanza, que mantiene en la memoria la representación del movimiento (Cardona Espinosa 2010), al principio desde un punto fijo, el punto de grabación, y posteriormente con los avances tecnológicos, se hacen montajes desde varios puntos, convirtiendo esa representación 2D, en una representación 3D interpretada por el cámara. Al final del camino se encuentra el cine, que no se limita a reproducir solo el movimiento, sino que está orientada a la transmisión de un ballet desde el ojo del director y que da como resultado ‘la magia del cine’. La videodanza, que experimenta con la danza y la imagen, y los comienzos del cine, van a tener una evolución tecnológica en paralelo y van a crear el concepto de videoarte. Finalmente, no olvidar que para sacar una fotografía de danza hay que saber que la danza, suma muchas disciplinas, la pintura (composición-iluminación), el teatro (puesta en escena y dirección), la música (silencio, armonía), con el lenguaje corporal para transmitir un mensaje-historia.
Por otra parte, el impacto que las redes sociales tienen en esta generación derivado de su uso es un tema de discusión, principalmente para las generaciones que han crecido y se han desarrollado sin teléfono móvil, que les supone un cambio radical en la forma de comunicarse. Instagram empieza a funcionar en octubre del 2010, y se basa en el intercambio de fotos, y posteriormente videos, con un manejo simple y dinámico, buscando compartir y trasmitir emociones. Utilizando únicamente la cámara del teléfono móvil se puede publicar fotografías, videos, etiquetar a personas incluyendo mensajes, así como colgar historias con una vida limitada que desaparecen, al igual que las noticias se hacen viejas.
Una cuenta de Instagram bien configurada y alineada a una temática, en este caso la danza, es una forma idónea de estar informado del trabajo de las mejores compañías de ballet, conocer quien las constituye, qué programas tienen en vigor y en definitiva adquirir muchísima información de valor y actualizada, para jóvenes estudiantes de la danza y en particular del ballet clásico. Toda esta información visual y textual genera una pregunta ¿Instagram ayuda a estos jóvenes? Se han encontrado respuestas muy antagónicas, con afirmaciones tales como que ‘crea expectativas irreales’ (Vishneva 2018), ‘conflictos culturales’2 entendiéndolo como una ‘pérdida de tiempo’ (Howard 2018), o que ‘fomenta la creatividad en los futuros bailarines’ (Wright 2018), es ‘impulsador y renovador’ (Wilson Mau & Giordano-Adams 2016), y envía ‘mensajes motivadores’ (Beard 2017). El perfil de estos jóvenes aspirantes, que han crecido con las redes sociales, es de falta de tiempo, compatibilizando los estudios con muchas horas de entrenamiento en la escuela de danza, convirtiéndose las redes sociales en su válvula de escape diaria para disfrutar de una fotografía, de un video de ballet o de la historia de un bailarín/bailarina reconocidos. El tiempo pasa siguiendo el impacto de su propia historia o fotografía, revisan sus ‘likes’ y ‘comentarios’, mientras descansan (Kourlas 2015). En este punto recordar que la fotografía y el video son herramientas educativas que se llevan utilizando desde hace mucho tiempo para el perfeccionamiento de la danza (Acocella 2017; De la Garza 2012; Michal 2017).
La fotografía de danza también se ha ido transformando a lo largo del tiempo con la propia evolución de estilos, tecnología y usos. La publicación en Instagram ‘orientada’, de fotografías, es la mejor publicidad que uno puede hacerse de sí mismo, y de la danza en sí (Amores 2018; Ferrández 2017; Kourlas 2015), consiguiendo abrir una ventana al mundo, donde se hace visible el duro trabajo disciplinado y en general se comprende mejor lo que es la danza (arte, ciencia y técnica) (Pigem 2017).
La relación entre fotografía y danza, en una revisión del estado del arte dentro de Instagram, tiene muchas aplicaciones, que van desde los fotógrafos que sacan a los bailarines y bailarinas en los estudios, donde la danza y los movimientos toman otras versiones (@rachelnevillephoto, @lucrephoto, @carlosquezadaphotographer, @dayvera, etc), hasta los fotógrafos del escenario y de entrebastidores, teatros y musicales, que trabajan en condiciones muy desfavorables de luz y movimiento para captar el momento (@markolich, @_olgado, @littleshao, @jack.devant, @lachlense.photography etc).
Pero también hay fotógrafos que sacan a los bailarines a la calle y mezclan arquitectura con la vida cotidiana, trabajando con el contraste entre danza, vida cotidiana, arquitectura urbanística, luces y sombras…, para hacer arte y enviar un mensaje. Tal vez sea @jordanmatter el autor más famoso en este estilo con varios libros publicados sobre diferentes temáticas (Matter 2012, 2016).
Sin embargo, ninguno de los casos anteriores son el objeto de este trabajo, donde la composición de la fotografía se obtiene del trabajo en equipo entre el fotógrafo y el bailarín o bailarina, dirigiendo la fotografía a mejorar y a valorar en el tiempo el progreso del bailarín/bailarina, y donde la fotografía y la danza crecen a la vez, dado que después de una sesión orientada se buscan, de forma compartida, mejoras y nuevas ideas.
En esta línea hay más hashtags que agrupan publicaciones que se encajan en una temática especifica dentro de la danza, como #balletlife, #balletfeet #ballerinaproject, #ballerinashape y #ballerinaonpointes. También hay que destacar el trabajo de cada uno de los bailarines y jóvenes aspirantes compartiendo fotografías de grandes saltos o posiciones artísticamente impactantes con el entorno, bailarines con cuerpos preparados para la expresión, siendo un referente la cuenta de @paulogonzalez_official, @vasilliev.art. Pero todo esto quedaría limitado si se quiere trabajar con otras cualidades que los bailarines tienen que desarrollar desde el principio, como la interpretación, el lenguaje del cuerpo y el movimiento fluido (#AKC, #camerasanddancers) que se consigue cuando ambos están en armonía en uno mismo, que acompañado de la música se alcanza lo que decía Balanchine: «El baile es música hecha visible» (citado en Giles 2013) o un transmisor de emociones como dice Tamara Rojo (citada en Bravo 2014). Esta primera parte del trabajo, compuesto por 23 sesiones fotográficas, se limita al crecimiento personal, y por tanto hay muchas otras fuentes, cuentas de coreógrafos, teatro y compañías de danza que son seguidas aunque no se encuentran incluidas.
La fotografía de la calle, a color o en blanco y negro, es una fuente de ideas infinita, pero siempre compaginado con otras referencias que enseñan que la expresión del ser humano es tan rica como otros lenguajes @streetphotographyinternational, @street_fashion_ballet, @street_street_beat, @streetanomaly, @streetartfilm, @urbanstreetphotogallery, @subwaygram.
El objetivo principal de este trabajo es establecer una metodología basada en fotografías periódicas, que ayuden al desarrollo y perfeccionamiento del bailarín o bailarina, a mejorar su técnica y a mantener esa motivación tan necesaria para poder crecer estéticamente mientras se está construyendo una base de datos visual de su desarrollo artístico privada y pública a decisión personal del bailarín o bailarina con el apoyo de la información disponible en Instagram.
La fotografía y la co-creación son las herramientas utilizadas para ayudar al bailarín o bailarina a perfeccionar la técnica de expresión corporal del cuerpo, que es la que finalmente capta el espectador. Para ello es preciso que el trabajo se desarrolle en escenarios tranquilos, y preferiblemente entornos naturales donde las ideas puedan fluir, al igual que el movimiento, que es lo que se va a denominar ahora una unidad de trabajo o ‘sesión fotográfica orientada’.
Los resultados a alcanzar son una mejora del conocimiento del cuerpo (habilidades versus limitaciones), el estudio de las herramientas que se pueden utilizar para resaltar más las propias cualidades, pero también existe una parte psicológica que ayuda a seguir trabajando cuando el bailarín contempla una buena fotografía o un video de ensayo y se gusta a sí mismo. Hay que recordar que no todos los bailarines y bailarinas tienen las mismas cualidades físicas y que no solo son las cualidades físicas las que hacen brillar a un bailarín en escena. Las deficiencias en el lenguaje corporal e incapacidad de dominarlo pueden oscurecer sus cualidades estéticas.
Por otra parte grandes escuelas de ballet requieren para los cursos de verano de fotografías de posturas determinadas, y videos o audiciones para hacer la preselección dado el gran número de solicitudes que tienen, y por tanto trabajar con la fotografía de forma rutinaria, ayuda a conseguir mejorar estos resultados, de año en año (English National Ballet School, Royal Ballet School...).
La metodología que se presenta a continuación está asociada con la primera fase de este trabajo (6 meses de trabajo). El trabajo de fotografía, se centra en la fotografía estática/artística y solo se aborda el movimiento con el estudio de una secuencia de fotografías ó congelamiento de la imagen. Se han hecho pruebas de videos cortos, videos a cámara lenta, pero sería una segunda fase de trabajo.
La metodología se va a dividir en las siguientes partes:
El fotógrafo aporta la parte técnica de la fotografía, conoce la cámara y sus limitaciones técnicas, respecto al tipo de fotografía que quiere tomar. Es un predictor de movimiento y tiene los suficientes conocimientos de ballet para poder identificar los momentos que hay que fotografiar. La exposición, va condicionada a la velocidad del movimiento y la luz del escenario. La composición es un arte en crecimiento dentro del fotógrafo y debe cubrir las necesidades del bailarín o bailarina.
El bailarín o bailarina aporta la técnica y conocimiento del ballet, y tiene ilusión e interés por aprender y mejorar su técnica. Las sesiones son un complemento de las enseñanzas básicas (profesionales), y un refuerzo a su formación.
En cuanto a los escenarios, se buscan escenarios naturales, sustitutos de las salas de las escuelas de danza, y son uno de los puntos más críticos, debido a que hay espacios que ofrecen estímulos que hacen trabajar otros sentidos en el bailarín (#totheseadance). En estos escenarios los bailarines bailan o trabajan determinadas posiciones sin espejo. La falta de espejo hace aplicar lo que saben, pero con otros sistemas de referencia que no son los habituales. Por tanto hay que buscar lugares inspiradores y hay que trabajar con otros estímulos, como por ejemplo, la brisa (aire y sonido), juegos de luces urbanas (luces y sombras), paredes que hacen de escenarios (contrastes de colores con siluetas), esculturas o arquitectura (líneas que se mezclan con la escultura y movimientos integrados con grandes diseños de edificios o mobiliario urbano de diseño,) o la naturaleza (libertad y armonía del movimiento). Ambos, fotógrafo y bailarín, se alinean en una historia que contar y un objetivo que alcanzar.
La unidad de trabajo se va a denominar ‘sesión fotográfica orientada’. Esta unidad está definida por un tiempo, denominado ‘el tiempo de duración’. Los bailarines están ilusionados y cansados a la vez, hay que saber cuándo parar y la experiencia aconseja que no se exceda más de 1 hora y 30 minutos, o incluso menos tiempo en determinadas sesiones. El cuerpo se cansa y trabajar con el tiempo correcto ayuda a la continuidad del proyecto a largo plazo. ¿Qué tiene que pasar en la sesión fotográfica? el sitio debe inspirar una historia, hay que recordar el momento y trabajar con la transmisión de un mensaje. Tiene que ser un momento muy relajado, sin distracciones para establecer ese vínculo mágico entre el fotógrafo, el bailarín y el movimiento. Muchas veces las fotografías captan el nerviosismo y bloqueos antes de salir a escena y otras la fuerza de transmitir, el amor o la tristeza que invade la música. Las sensaciones que capta el espectador deben ser registradas por la cámara.
El fotógrafo aparte de tener conocimientos de danza y fotografía, debe escuchar al bailarín o bailarina para definir la composición final de la fotografía. El fotógrafo debe saber parar si la sesión no cumple las expectativas, y además comprometerse con los tiempos.
El bailarín o bailarina debe comprometerse a ayudar al fotógrafo, indicando qué está bien o mal técnicamente, y complementando la parte artística. Es una forma de estimular la imaginación y trabajar con la capacidad creadora desde el principio. El bailarín enseña al fotógrafo y ambos refuerzan sus conocimientos asociados a la danza.
En la relación que surge entre ambos, se destaca lo siguiente:
Base de datos fotográfica histórica. Se crea una base de datos fotográfica histórica basada en la información disponible en internet y redes sociales de compañías de ballet, bailarines y fotógrafos de danza. La información de Instagram se ha tabulado y se presenta a continuación (tabla 1)
De la comunicación entre el fotógrafo y el bailarín se genera un crecimiento mutuo en las disciplinas de la fotografía y la danza, pero el fotógrafo además de nutrirse del bailarín necesita las aportaciones de profesores de danza y de los conocimientos que aportan los libros de danza (Haas 2010; Pittsburgh Ballet Theatre 2011; Taylor & Taylor 2008; Vaganova 1969) para que ese fotograma sea útil para el bailarín.
Definición de un plan de trabajo basado en pequeños objetivos.
Para el diseño del programa:
Se estudia la base de datos fotográfica recopilada, donde hay dos grupos de fotografías: un grupo formado por las que gustan y enriquecen la imaginación del fotógrafo, porque presentan una exposición y composición combinada con la perfección técnica que ofrece el bailarín o bailarina en sus posiciones, y otro grupo de fotografías que se guardan porque se alinean con los objetivos con los que se quiere trabajar, y que se utilizan como punto de partida. También se tienen en cuenta otros recursos, como referencias bibliográficas de fotógrafos especializados en la danza.
Definición de las actividades que se van a realizar para cada uno de los elementos de estudio. Selección del material fotográfico que se va a utilizar, como la lente, las luces, y el decorado si se requiere.
Se crea un cronograma flexible, para definir unos tiempos de compromiso y flexible para que se adapte a la situación en la que se encuentra el bailarín en ese momento.
Durante la sesión fotográfica, se analizan conjuntamente con el visor, en pequeños descansos, con el visor los fotogramas obtenidos para realizar ajustes.
Se seleccionan y reprocesan los archivos raw para posteriormente visualizarlos y comentarlos en grupo. Este es el momento más importante porque surgen nuevas ideas para trabajar en futuras sesiones.
Se vuelve a pre-seleccionar una o dos fotografías para publicar en las redes sociales, con un texto explicativo del trabajo realizado.
Actualización del programa de actividades definido por la información que se ha recopilado, por las necesidades y feedback de los profesores.
Los resultados que se presentan son el plan de trabajo realizado hasta la fecha de publicación del presente trabajo y un grupo de fotografías del tipo de trabajo realizado en las sesiones.
Plan de trabajo
El plan de trabajo realizado, con los elementos trabajados y observaciones, se presenta en la tabla resumen (tabla 2), cuya información se extrae de una hoja de cálculo. La hoja de cálculo contiene todos los elementos trabajados y observaciones, que a efectos prácticos es un cuaderno de trabajo. El número de sesiones ha sido 23 y la frecuencia ha sido semanal, realizando una sesión como mínimo por semana. Los elementos se han definido como partes del cuerpo y técnicas específicas del Ballet clásico, incluyéndose solo los trabajados Tabla 2. Elementos de trabajo. Descripción breve del tipo de trabajo.
En relación con las actividades y objetivos a alcanzar, se estudian las colocaciones, y la evolución del cuerpo humano a través del tiempo, se estudia el potencial del cuerpo y el bailarín/bailarina empieza a controlar sus capacidades. Para ello se realizan diferentes tipos de tareas que generalmente define el fotógrafo, desde sujetar una flor y bailar con ella, hasta salir al exterior e integrar el cuerpo en un árbol, un banco, una escultura.
Algunas fotografías seleccionadas para su posterior publicación (figuras 1, 2, 3 y 4).
Fotografías del trabajo de pies y su evolución con el tiempo
Líneas de los brazos y armonía con el cuerpo. Movimiento controlado por la falda.
Trabajo de posición de puntas y expresión con puntas
Diferentes ambientes de sesiones. Trabajo de manos, brazos, cuerpo, piernas, puntas, expresión.
De cada sesión, se escoge una fotografía (se aplica postprocesado para darle un toque artístico) para publicar en Instagram. La influencia de Instagram para el fotógrafo y el bailarín es muy positiva, si se da un buen uso de la red social, tratándose de una fuente de ideas y trabajos que se comparten a nivel mundial. Hay que seguir a todos, famosos y menos famosos, y siempre con la convicción de que uno está creando su propio proyecto.
Este trabajo no busca valorar el impacto psicológico que pueden tener más o menos likes o seguidores, sino el desarrollo técnico y personal, el crecer artísticamente con las cualidades y capacidades que uno puede desarrollar. Aunque son pocos los que llegan, los docentes, deben dar la mejor formación y utilizar todas las técnicas innovadoras que ayuden a estos aspirantes a ser competentes. La información que ofrece Instagram es libre y está al alcance de todos, es una fuente de inspiración, conocimiento, un lugar donde se va ver el crecimiento y la evolución de un joven bailarín con el tiempo.
Es difícil valorar objetivamente la metodología propuesta, el proceso de aprendizaje en un bailarín es lento y requiere muchas horas de trabajo. En esta fase inicial de trabajo, tanto el bailarín como el fotógrafo, han aprendido a mejorar de sus errores y mantienen una ilusión de seguir haciendo el trabajo mejor. Como se ha mencionado, una bonita fotografía siempre es un elemento motivador que ayuda a seguir trabajando, pero para llegar a esa bonita fotografía hay muchas de menor calidad que son rechazadas por el bailarín y por el fotógrafo, pero que cumplen su objetivo que es aprender y superarse.
En esta primera fase, 23 semanas, el bailarín ha identificado hábitos y errores básicos, y tiene más soltura en la ejecución, se podría decir que técnicamente es más limpio y eso se advierte en el número de fotografías necesarias para seleccionar una buena. El bailarín o bailarina puede conocerse más a sí mismo, sus capacidades y sus límites, con lo que logra una seguridad de cara a afrontar retos más importantes.
El fotógrafo ha aprendido y sigue alimentándose de las nuevas tendencias en la fotografía asociada a la danza de las redes sociales, libros y artículos. En 23 sesiones entiende más las necesidades del bailarín y se ha vuelto mucho más crítico.
Las grandes compañías de ballet y actualmente cualquier curso de verano que se presenta con cierto nivel y prestigio, requiere a los solicitantes, material fotográfico y videográfico, convirtiéndose en muchos casos en la primera carta de presentación para lograr el objetivo de ser pre-seleccionados para una audición en muchos casos. Ambos fotógrafo y bailarín son más competentes para alcanzar buenos resultados.
Motivación personal es una realidad que tanto el fotógrafo en su campo, como el bailarín o bailarina evolucionan conjuntamente y todo, poco a poco, va saliendo mejor. Los fotógrafos ven sus fotografías como pequeñas obras de arte o proyectos con buenos resultados, mientras el bailarín o bailarina siente una gran satisfacción de ver los resultados de su esfuerzo diario.
En el trabajo se han hecho referencia a solo algunas cuentas de Instagram, hashtags, y escuelas de ballet, y las seleccionadas son las que más se ajustan al comentario y más han tenido influencia en esta primera fase. Actualmente los autores trabajan con un grupo de referencias más amplio y el estudio de todas ellas con sus peculiaridades es objeto de otro trabajo que se está realizando en estos momentos.
En general se puede afirmar que hay una gran riqueza en la fotografía y la danza en Instagram, así como que las redes sociales roban mucho tiempo y que es necesario un autocontrol. Los perfiles de los bailarines y el trabajo de las grandes compañías es un sueño que hay que controlar porque todo no es alcanzable, pero también se han descubierto compañías pequeñas muy comprometidas. Actualmente se desconoce el impacto de las redes sociales en esta generación, si los intervinientes, gestores de cuentas de fotografía, danza, arte, arquitectura, comparten información saludable, es un recurso de apoyo para el desarrollo de estos jóvenes aspirantes a bailar. El buen uso de las redes sociales y la selección de información conlleva un mejor uso del escaso tiempo que se tiene.
La conclusión final es que hay que hacer lo mejor que uno puede hacer, pero para alcanzar este objetivo, el conocerse a sí mismo es básico y para ello, la fotografía y salir al exterior para expresar y sentirse libre es fundamental.
Agradecer a Miren Oihana Legorburu, estudiante de ballet clásico, por su pasión por superarse día a día, por el feedback y por impulsar este proyecto logrando que este artículo se haga realidad. También el autor quiere agradecer el trabajo que hacen las academias de ballet, por la calidad en la formación y las virtudes que transmiten de responsabilidad, disciplina y constancia, trabajo y perfeccionamiento. Finalmente, ningún artículo se escribe solo, hay mucha gente que ha dado soporte: en la revisión bibliográfica: Nieves Lorenzo Escolar, de la sección de biblioteca del centro de Náutica y Transporte Marítimo de la Escuela de Ingeniería de Bilbao UPV/EHU, y en la redacción, Inmaculada Lopez Lluch.
Fotografías del trabajo de pies y su evolución con el tiempo
Líneas de los brazos y armonía con el cuerpo. Movimiento controlado por la falda.
Trabajo de posición de puntas y expresión con puntas
Diferentes ambientes de sesiones. Trabajo de manos, brazos, cuerpo, piernas, puntas, expresión.