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Laboratorios de prácticas artísticas en la comunidad: Procesos transformadores que suscitan el interaprendizaje y la interculturalidad en la educación superior
Patricio Sánchez-Quinchuela
Patricio Sánchez-Quinchuela
Laboratorios de prácticas artísticas en la comunidad: Procesos transformadores que suscitan el interaprendizaje y la interculturalidad en la educación superior
Artistic practice laboratories in the community: Transformative processes that foster interlearning and interculturality in higher education
AusArt, vol. 13, núm. 1, pp. 129-145, 2025
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
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Resumen: La verticalidad en la educación con el pasar del tiempo ha sido muy cuestionada al igual que sus paradigmas de enseñanza unilateral que parten desde la hegemonía social y económica de quien tiene el crédito o credibilidad de poseer el conocimiento o los saberes. Pues, de este hecho no es ajeno el campo artístico y cultural. En ese contexto, como una alternativa, presentamos la sistematización de una experiencia que aborda una asignatura transversal en la formación artística de profesionales de la Universidad de las Artes en Ecuador que a partir de una metodología y la dotación de herramientas prácticas para trabajo en campo, logran procesos inmersivos en zonas periféricas de la ciudad como barrios o comunidades en donde la articulación y entrelazamiento de la academia con la sociedad in-situ bajo el principio del diálogo de saberes, crea el escenario propicio para dinamizar el interaprendizaje basado en el compartir de conocimientos de todas las personas involucradas en el proceso dando espacio a la vez, a una vivencia intercultural que transforma las percepciones, visiones, estéticas y compromisos sociales a partir de conocer y convivir un espacio de tiempo con nuevas realidades y grupos humanos vulnerables que encuentran en las prácticas artísticas y culturales un medio educativo para transmitir y visibilizar su cultura.

Palabras clave: PRÁCTICAS ARTÍSTICAS, DIÁLOGO DE SABERES, INTERAPRENDIZAJE, COMUNIDAD, INTERCULTURALIDAD.

Abstract: The verticality in education has faced significant scrutiny over time, much like its unilateral teaching paradigms that arise from the social and economic hegemony of those deemed credible holders of knowledge. This is also true in the artistic and cultural fields. In this context, as an alternative, we present the systematization of an experience that addresses a cross-cutting subject in the artistic training of professionals at the Universidad de las Artes in Ecuador. This approach, utilizing a methodology along with providing technical tools for fieldwork, enables immersive processes in peripheral areas of the city, such as neighborhoods or communities. Here, the articulation and intertwining of academia with society in situ —based on the principle of a dialogue of knowledge— creates a conducive environment for fostering inter-learning. This is achieved by sharing the expertise of all participants involved in the process while simultaneously allowing for an intercultural experience that transforms perceptions, visions, aesthetics, and social commitments. This transformation arises from engaging with new realities and human groups who find in artistic and cultural practices an educational means to convey and make visible their culture.

Keywords: ARTISTIC PRACTICES, DIALOGUE OF KNOWLEDGES, MUTUAL LEARNING, COMMUNITY, INTERCULTURALITY.

Carátula del artículo

Laboratorios de prácticas artísticas en la comunidad: Procesos transformadores que suscitan el interaprendizaje y la interculturalidad en la educación superior

Artistic practice laboratories in the community: Transformative processes that foster interlearning and interculturality in higher education

Patricio Sánchez-Quinchuela
Universidad de las Artes (Guayaquil), Ecuador
AusArt, vol. 13, núm. 1, pp. 129-145, 2025
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Recepción: 23 Septiembre 2024

Aprobación: 12 Noviembre 2024

1. Introducción

La educación y formación formal en el campo artístico como parte de la educación superior en el Ecuador, no data de mucho tiempo e historia, pasada como podría ocurrir en otras latitudes del mundo. Pues, si lo compararnos con los países europeos que llevan una tradición de varios siglos de historia en este campo ligado a la academia frente a un naciente camino ecuatoriano que arranca con la creación de la Facultad de Artes en la Universidad Central del Ecuador en 1967 con la carrera de Artes plásticas y luego en 1972 con la carrera de Teatro, lo que da cuenta de alrededor de cinco décadas de procesos formativos en artes que se insertan en la educación superior ecuatoriana.

Para finales del siglo XX e inicios del XXI varias universidades en el Ecuador le apostaron a la formación artística con la implementación de distintas carreras. Pues son más de 10 universidades que cuentan con carreras profesionales en este campo de las cuales las más demandadas por el número de estudiantes cursantes tomando el caso de la Universidad de las Artes, de sus 8 carreras que son: Artes sonoras y musicales, Artes visuales, Cine, Creación teatral, Danza, Pedagogía de las artes y humanidades, Literatura, Producción musical y sonora; las tres más demandadas son: Artes visuales, con el 29.2%, seguido de Artes sonoras y musicales con el 13.8% y Cine con el 13.5% del total de matriculados en las 8 carreras. Pues las tres carreras juntas representan el 56.5% del total de estudiantes1.

Estos procesos de formación artística en la educación superior, han sido notablemente influenciados tanto en las visiones como en las metodologías por una concepción europea de la práctica y estética artística. Pues, dando una mirada a quienes fueron los primeros docentes de la primera facultad de Artes, la mayoría de docentes en las principales asignaturas eran de origen extranjero o nacionales graduados en el exterior principalmente en europea. Este hecho marcó de alguna forma una fuerte influencia del pensamiento eurocéntrico en el país y la región durante muchos años. Frente a esta realidad desde mediados y finales del siglo XX, han surgido varios pensadores en Latinoamérica como Larreategui, Paulo Freire, Dussel, Quijano, De Sousa Santos y Bolívar Echeverria entre otros, quienes a partir de su criticidad al pensamiento hegemónico han impulsado y posicionado nuevas epistemologías como la de los estudios culturales, profundizando y poniendo en debate ámbitos como la decolonialidad, la educación popular, la etnicidad, la interculturalidad entre otros. Al respecto, traemos como referencia lo mencionado por Buenaventura de Sousa Santos sobre los desafíos y crisis de la universidad en el siglo XXI:

La primera fue la crisis de la hegemonía, resultante de las contradicciones entre las funciones tradicionales de la universidad y las que le fueron atribuidas a todo lo largo del siglo XX; por un lado, la producción de la alta cultura, el pensamiento crítico y los conocimientos ejemplares, científicos y humanistas, necesarios para la formación de las elites de las que se venía ocupando la universidad desde la edad media europea (2007, 21).

Sin embargo, en el campo educativo los métodos o metodologías de aprendizaje no han sido del todo innovadores y más bien han estado ligados a los métodos tradicionales de conocimiento bancario en mucho de los casos. La tradicional transmisión del saber a cargo del docente que es quien lo tiene, hacia el receptor que es el estudiante carente de saberes considerado un ser al cual hay que depositarle los conocimientos para que los memorizara y recitara casi literalmente ha sido y en algunos casos sigue siendo el paradigma de enseñanza.

Bajo ese pensamiento hegemónico, históricamente la universidad en el devenir del tiempo se ha posicionado en el imaginario social como la instancia casi absoluta de producción y validación del conocimiento por encima de otras formas o medios connaturales de construir el conocimiento. Estas diferencias a veces son abismales entre la hegemonía académica y el conocimiento de la comunidad, de la sociedad expresada de alguna manera en sus múltiples estratos populares, ancestrales de construcción no académica que es marginalizado, minimizado o en muchos casos considerado como conocimiento periférico no científico por ende no válido, pero que sin duda para nuestro entender ese conocimiento marginalizado se dinamiza en otros escenarios con otras formas de relacionarse y que a su vez, tienen igual significancia e importancia para la transformación de las sociedades.

Estos hechos han inspirado a muchos en la posibilidad de construir, de-construir y reconstruir el conocimiento en la relación vivencial directa de un territorio con su gente, siendo la vinculación con la sociedad un espacio de encuentro intergeneracional que palpa de alguna forma la realidad de la vida cotidiana de sujetos en determinados ecosistemas portadores de experiencias, conocimientos y saberes diversos.

Frente a lo expuesto, la universidad debe urgentemente innovar y propiciar metodologías alternativas donde debe despojarse del paradigma clásico del maestro poseedor del saber que transfiere el conocimiento como depósito bancario a la sociedad, a la comunidad carente de esos conocimientos (acción llamada también como transferencia de conocimientos y tecnología), desvalorizando así los saberes de la gente que simplemente tienen otras formas de hacer, pensar y actuar. Y más aún, en una sociedad ecuatoriana declarada constitucionalmente como diversa y pluricultural.

En este contexto, la implementación de laboratorios de prácticas artísticas en la comunidad nos abre las puertas para compartir saberes y conocimientos. Por ende, promover y ejercitar procesos de interaprendizaje, aportar en la construcción de conocimiento colectivo en base al dialogo de saberes donde será necesario una verdadera relación horizontal que de-construya las posiciones subordinadas del alumno-estudiante y el poder del maestro. Un espacio de encuentro de saberes diversos que dialogan entorno a los temas de interés de la gente que compromete en cada acción de su vida los pocos o muchos recursos disponibles de la comunidad para su desarrollo. Una especie de ecología de saberes como lo propone Buenaventura:

La ecología de saberes es, por así decir, una forma de extensión en sentido contrario, desde afuera de la universidad hacia adentro de la universidad. Consiste en la promoción de diálogos entre el saber científico y humanístico que la universidad produce y los saberes legos, populares, tradicionales, urbanos, campesinos, provincianos, de culturas no occidentales (indígenas de origen africano, oriental, etc.) que circulan en la sociedad (Santos 2007, 67).

2. Desarrollo
2.1. Las prácticas artísticas

En primera instancia partimos de la noción o entendido de las prácticas artísticas como una herramienta o medio que nos permite como sujetos de una comunidad universitaria acercarnos y relacionarnos con una comunidad o territorio en donde las prácticas artísticas son consideradas como el ejercicio práctico que realiza una persona o grupo de personas de algún género artístico clásico como la pintura, la música, el teatro, la danza, o algún formato moderno como la producción audiovisual, la creación por medios digitales entre otras, que es de su interés en donde: «no es primordial la estética o la consecución en sí mismo de la presentación de una ‘obra artística’ sino, el ejercicio en sí mismo de aquel lenguaje y, tal vez la muestra de esa práctica como parte de un proceso de interaprendizaje» (Sánchez-Quinchuela 2023, 67)

Para el caso de nuestra experiencia la implementación de las prácticas artísticas se desarrolla en territorios y con personas externas a la universidad de manera preferente con personas de sectores vulnerables de la sociedad que generalmente se asientan en sitios urbanos marginales o periféricos, así como en barrios céntricos invisibilizados por las autoridades. En tal razón, las actividades de las prácticas artísticas se adecúan a las posibilidades, disponibilidades y alcances de estos sectores con las limitaciones que ello demanda con el fin de motivar el campo de la producción y circulación de productos artísticos y culturales

Bajo esta mirada las prácticas artísticas necesitan del dinamismo de barrios o comunidades interesadas en desarrollar estas actividades, mediante la gestión de sus dirigentes y el apoyo de organizaciones sociales, artistas y gestores independientes o de entidades de cooperación al desarrollo que se articulan para impulsar junto con la universidad estas actividades en el territorio en donde se prioriza la interrelación con la cotidianidad y realidad de la comunidad con todas sus fortalezas y potencialidades así como sus debilidades y amenazas que encuentran un medio de expresión en las prácticas artísticas y sus diversos lenguajes, para exponer y mostrar tanto al interior de la misma comunidad como al exterior su problemática social, sus formas de vida, sus desafíos, visiones y aspiraciones.

Es así que las prácticas artísticas que logran un impacto visual a corto y mediano plazo son las artes visuales y dentro de ello la producción de murales en el espacio público. Pues, son las paredes de las casas del el barrio o la comunidad los lienzos donde se impregnan los mensajes de los participantes de este tipo de talleres que como producto final alcanzan la elaboración de algún mural colaborativo realizado entre miembros de la comunidad junto con estudiantes de la universidad, artistas locales y algunos docentes que desde unos lenguajes artísticos nos relatan la vida de la comunidad y el territorio. Siendo que «Relatar significa, y en relación con la ciudad, una práctica social, no necesariamente oral o escrita, mediante la cual una comunidad construye e instaura una relación significativa con el lugar que permite denominarlo, señalarlo y construirlo simbólicamente a través de la experiencia y la memoria» (García Maidana 2007,49).

Es esa memoria social la que encuentra una posibilidad de ser expresada en los espacios donde se implementan las prácticas artísticas por medio de laboratorios al interior de la comunidad en donde, los participantes serán los creadores de los contenidos simbólicos producto de un intercambio y dialogo de saberes en torno a la memoria social. Pero la producción simbólica realizada en la comunidad debe ser expuesta o mostrada en el territorio y es ahí donde la circulación de esa producción tiene sus repercusiones o efectos transformadores a nivel comunitario (Bang & Wajnerman 2010, 94).

2.2. Laboratorio en la comunidad

Antes de abordar esta asignatura de laboratorio en la comunidad, primero nos debemos acercar a una definición de comunidad que nos permite un mejor entendimiento de la realidad de esos diversos contextos de comunidad en nuestro entorno.

Para el caso de Ecuador el entendido de comunidad está relacionado al término comuna, término asignado a las poblaciones rurales en las que viven o habitan campesinos, indígenas de pueblos y nacionalidades, así como mestizos dedicados a las actividades agropecuarias, esto tanto en la sierra como en la Amazonía; mientras que en la costa son las poblaciones vinculadas principalmente a las actividades de la pesca artesanal y producción de artesanías. Por ende, estas comunas o comunidades se encuentran en zonas periféricas o marginales como territorios alejados de los centros urbanos.

En el caso de las comunas en la costa al igual que las comunidades indígenas y comunidades barriales en la sierra y el resto del país, cuentan con su propia estructura organizativa y política que ejercen el liderazgo administrativo para la convivencia de los miembros de la comunidad. Esta organización política administrativa tiene su propio origen incluso antes de la llegada de los españoles a los territorios de lo que hoy conocemos como Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, entre otros países de Latinoamérica.

Posteriormente en la época republicana en el año de 1937 se promulga la primera Ley de comunas en el Ecuador, la misma que reconoce su estructura política administrativa y otorga el reconocimiento a este tipo de organizaciones con historia ancestral, aunque en la práctica sean consideradas de menor importancia dentro de la sociedad.

Un aspecto importante de anotar es que, al momento de cuantificar la población de una comunidad, prevalece el número de familias que la componen por encima del número de individuos pertenecientes a la comunidad. Esta práctica no es menor, ya que esto demuestra la importancia del núcleo familiar como la unidad de análisis en la que se basa la estructura organizativa de una comunidad.

La comunidad tiene su historia y su memoria y su forma de ser se traslada o permea en los barrios y al igual que toda sociedad también se constituye como un campo de lucha de poder dada en la relación de sus miembros o integrantes. Sin embargo, los objetivos comunes prevalecen como un colectivo sobre lo individual dando primacía al encuentro en un territorio como se podría referir: «La comunidad, además de ser el punto de encuentro, es el espacio físico y simbólico que concentra un entramado semiótico que se crea, se interpreta y se ordena con un sentido lógico» (Méndez Oliveros 2020, 5).

Con el entendido que la comunidad es un ente vivo y lleno de riquezas en un espacio territorial, un desafío para la educación superior siempre ha sido acercarse, llegar y relacionarse con la comunidad de forma horizontal. Y es allí, donde surge y se asienta la propuesta de la asignatura de Laboratorio en la comunidad de la Universidad de las Artes, universidad que fue creada en diciembre de 2013 en donde como parte de su currículo aparece esta asignatura que se imparte por primera vez por el año 2016. Desde aquel entonces su visión y sentido se ha ido fortaleciendo en el marco de la libertad de cátedra que le asiste a cada docente dentro de la autonomía universitaria otorgada constitucionalmente. Pues, su visión se enmarca en llevar a cabo proyectos propuestos y ejecutados entre estudiantes y miembros de comunidades específicas externas al contexto universitario, basándose en paradigmas educativos referidos a la educación popular, las pedagogías críticas, la etnoeducación, la educación intercultural bilingüe, las pedagogías feministas y la educación para la liberación. Apuestas epistemológicas que surgen desde el siglo XX en la región del sur de América.

Esta propuesta ha posibilitado que tanto docentes y estudiantes tuvieran la oportunidad de acercarse, conocer y comprender otras realidades latentes de la sociedad; salir del encierro clásico del campus universitario, saber que existen otras realidades que cobija una ciudad, otras gentes con sus historias y formas de vida que habitan territorios que posiblemente son similares a los que nosotros mismos habitamos en las cuales las prácticas artísticas pueden ser una herramienta para encontrarnos, conocernos y reconocernos como fuente de un ejercicio de interculturalidad. Así lo refiere Ana Carrillo, primera docente de esta asignatura en la Universidad de las Artes:

Una de las cosas claves, aunque alguna gente piense que no es importantes es el conocer, ósea salir y descentrar la universidad. Mover la mirada hacia otro lado. Preocupa el pensar que estamos encerrados en la universidad creando conocimiento que pocas veces se democratiza. Pues debemos pensar cómo podemos salir, atravesar esa pared porosa en donde estudiantes y docentes conectemos lo que esta adentro y lo que está afuera. Esta materia descentra la universidad, facilita estar frente a frente con el otro políticamente iguales con personas que no están dentro de la universidad; posibilita confrontar con lo que hemos construido como externo y reconocer que el otro existe2.

Este encuentro intencionado entre universidad y comunidad en su territorio es lo que llamamos laboratorio, espacio en donde se juntan las necesidades, así como saberes que tiene y ofrece la comunidad con la disponibilidad, experticias y conocimientos de estudiantes y docentes de la universidad en dinamismo con gestores culturales o educadores comunitarios que son parte de la comunidad y el entorno para abordar el campo de lo artístico y cultural desde la práctica. Estas acciones en efecto son un ejercicio de interculturalidad ya que provocan el contacto en espacios de encuentro con procesos de intercambio entre culturas diversas con sus conocimientos, saberes, valores, tradiciones, lógicas y racionalidades distintas (Walsh 2005, 45). Pues, al interrelacionarse de hecho se propicia espacios de interaprendizaje y desarrollo de capacidades individuales y colectivas sobrepasando las diferencias sociales y culturales.

En esta perspectiva sobre estos aprendizajes significativos vale referir lo mencionado por Méndez sobre las prácticas artísticas y este tipo de intervenciones en su artículo sobre el arte comunitario que topa el ámbito de la inclusión como una acción necesaria para efectos de interculturalidad:

En este sentido, el ejercicio artístico comunitario es un pretexto para la experimentación, el encuentro, la formación, la generación de conocimiento y la reflexión, que se entrelaza con el hacer, el pensar y el sentir. Estas prácticas reconocen al ser humano como un ser creativo por naturaleza que desarrolla sus habilidades en función de un conocimiento. Por ello, se observan espacios habilitados para la participación de las y los locatarios del barrio, sin ningún tipo de restricción, pues a lo que se alude es la inclusión y a la escucha constante (Méndez Oliveros 2020, 8).

De otra parte, también debemos resaltar que el desarrollo de estas prácticas artísticas en estos espacios territoriales con diversos actores sociales constituye sin duda, una dinámica que permite el incremento de acceso a los bienes y servicios artísticos y culturales de comunidades y barrios populares. Visto así, el laboratorio en la comunidad promueve entonces el ejercicio de la creatividad y la producción simbólica de la comunidad y su gente a través de los lenguajes artísticos. Al respecto Rosario García y Catalina Montenegro mencionan:

[...] son creaciones que, en el contexto donde se realizan, remueve a otras y otros artistas-docentes en formación, profesorado y personal de la institución; abren espacios de diálogo y promueven el cuestionamiento sobre esta realidad. En este sentido, el trabajo realizado no son solo proyectos artísticos, sino también un lugar de reflexión social (2020, 13).

2.3. Breves características del territorio donde se implementan los laboratorios

Los territorios intervenidos con la implementación de los laboratorios que son parte de este estudio se encuentran ubicados en el sector de Isla Trinitaria y el suburbio en el suroeste de la ciudad de Guayaquil en Ecuador. Sectores populares considerados urbano marginales y de alta inseguridad. En el caso particular de Isla Trinitaria es un territorio de varios ramales del Estero Salado. Se constituye con alrededor de cincuenta cooperativas y precooperativas de vivienda que en la actualidad son barrios que albergan en su mayoría a población afrodescendiente, que poblaron este territorio con procesos de inmigración principalmente en la década de los ochenta. Estos grupos humanos son originarios de la provincia de Esmeraldas y actualmente se han convertido en una población significativa en la ciudad de Guayaquil. Al momento la población afrodescendiente en el país representa el 4,8% de los 16.938.986 ecuatorianos3.

En este sector se cuenta con organizaciones sociales que impulsan el desarrollo de actividades deportivas y culturales principalmente. Dentro de ellas se identifica a organizaciones que impulsan el desarrollo de actividades artístico-culturales aliadas a la Universidad de las Artes: fundación Karibú, Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y afines UNTHA, colectivo África Mía, asociación comunitaria Hilarte entre otras. Cabe mencionar que estas organizaciones son propias del lugar y que tienen como ejes de trabajo la identidad cultural, la defensa de derechos, la lucha por la equidad y la búsqueda de oportunidades.

2.4. Una metodología de trabajo: Implementación y desarrollo de los laboratorios de prácticas artísticas en la comunidad

La implementación de los laboratorios se apoya en la parte metodológica en la mediación cultural en donde por medio de la técnica de elaborar proyectos de intervención artística o de talleres de prácticas artísticas de manera participativa, se aborda la memoria social de la comunidad o el territorio teniendo como consecuencia el fortalecimiento de las relaciones e interrelación de la comunidad y su gente.

Los laboratorios identifican principalmente a su público objetivo que son niños, niñas y jóvenes incluyendo a adultos mayores que habitan en el sector de isla Trinitaria (zona urbano marginal) en la ciudad de Guayaquil-Ecuador. Se constituyen grupos de entre 10 y 15 participantes quienes inician los talleres en su territorio con la facilitación temática de los estudiantes de la asignatura de laboratorio y el acompañamiento del docente durante un período semestral.

En base a consensos entre el grupo de estudiantes, docente, gestores comunitarios y participantes de la comunidad se implementan los talleres de prácticas artísticas que se da como un mecanismo de enseñanza-aprendizaje dirigido a niños, niñas y jóvenes. A la luz de este estudio la asignatura de laboratorio en la Comunidad se entrelaza con un proyecto de vinculación con la sociedad de la Universidad de las Artes denominado «Pacha: Dispositivos móviles para el levantamiento de la memoria viva en territorio»4 que tuvo por objeto el poner en ejecución un proceso de aprendizaje compartido desde la educación en artes, utilizando dispositivos móviles de cultura, con el fin de poner en valor la presencia de comunidades diversas en la ciudad de Guayaquil. Este proyecto se ejecutó en alianza con distintas organizaciones de la sociedad civil principalmente con la asociación comunitaria Hilarte con quien se implementa el proyecto en el barrio Desarrollo Comunal, sitio del embarcadero de las Canoas y sus alrededores en el sector de Isla Trinitaria y la Fundación Afrodescendiente Karibu y su radio de acción en la Avenida ‘La 25’ en el suburbio sur oeste de Guayaquil (zonas urbano marginales) desde abril de 2021 hasta marzo de 2024.

Por ende, los laboratorios se asientan en grupos objetivos que persiguen un mismo fin como lo refiere Alfredo Palacio garrido en su artículo sobre el arte comunitario: «un grupo de personas unidas por un mismo vínculo, experiencias, historia o intereses comunes. Normalmente definido por oposición a la cultura dominante. Se trata normalmente de colectivos desfavorecidos, marginados en alguna forma o simplemente con necesidad de dejar oír su voz» (Palacios Garrido 2009, 206).

2.5. Metodología del laboratorio

Aquí se describe los pasos secuenciales que se ejecutan para la implementación de los laboratorios:

  1. 1. Sesiones introductorias a estudiantes mediante trabajos grupales colaborativos interdisciplinares para conocer y analizar con información secundaria los territorios a intervenir. Así también conocer y practicar técnicas y herramientas para desarrollar trabajo inmersivo en comunidades.
  2. 2. Diálogos de interés común interinstitucional entre la Universidad de las Artes y la entidad mediadora o gestora en la comunidad, asociación comunitaria Hilarte y fundación afrodescendiente Karibu.
  3. 3. Reconocimiento mutuo del territorio que habitan la comunidad y los interesados del proceso. Universidad-comunidad y viceversa en visitas de campo.
  4. 4. Levantamiento de intereses y expectativas de los beneficiarios de la comunidad en el marco del proyecto Pacha mediante talleres participativos o entrevistas.
  5. 5. Conformación de grupos de trabajo de estudiantes de la Universidad de las Artes en función de las expectativas e intereses planteadas por los beneficiarios de la comunidad, así como las potencialidades, experticias, intereses y destrezas de los estudiantes de la Universidad de las Artes en concordancia con la visión del docente de la asignatura de laboratorio.
  6. 6. Planificación preliminar en base a la elaboración de proyectos de talleres de prácticas artísticas o productos artísticos o culturales como parte de una implementación de planes de mediación cultural para la comunidad en los sectores a intervenir.
  7. 7. Socialización y retroalimentación de la planificación de los planes de mediación cultural o proyectos de talleres de prácticas artísticas con los beneficiarios o participantes.
  8. 8. Planificación definitiva de los planes de mediación cultural o proyectos de talleres de prácticas artísticas con los aportes de la socialización y retroalimentación.
  9. 9. Puesta en marcha de los talleres de prácticas artísticas con la realización de convocatorias abiertas a los miembros de la comunidad.
  10. 10. Implementación de los talleres de prácticas artísticas en la comunidad en base a procesos de inter-aprendizaje entre docentes y estudiantes de la Universidad de las Artes y los beneficiarios de las actividades del proyecto.
  11. 11. Levantamiento de entrevistas a personas referentes de la comunidad sobre la memoria social del barrio o territorio como insumos para los talleres de prácticas artísticas.
  12. 12. Socialización de productos o resultados alcanzados por los participantes o beneficiarios de los talleres de prácticas artísticas en el marco del proyecto de vinculación con la sociedad hacia y con la comunidad.
  13. 13. Sesión de retroalimentación entre los involucrados sobre el proceso realizado en cuanto a los talleres de prácticas artísticas o productos artísticos culturales expuestos en la comunidad.
  14. 14. Ensayo de escritura académica por parte de los estudiantes de la Universidad de las Artes con la tutoría del docente sobre la experiencia vivencial de las prácticas artísticas implementadas y desarrolladas en la comunidad en el marco de la asignatura de laboratorio en base a preguntas generadoras.

Actores involucrados en la implementación del laboratorio:


Figura 1

Actores involucrados en laboratorio

En este punto es necesario exponer las dificultades por las que atraviesan también este tipo de intervenciones y como sobre la marcha se han ido sorteando algunas soluciones.

Por un lado, están los recursos limitados para sostener las actividades que se desarrollan en el territorio; sean estos para cubrir cierta bonificación de voluntarios comunitarios, financiamiento para movilización de beneficiarios, gestores comunitarios, estudiantes y docentes de la universidad. Frente a esta dificultad, cada actor involucrado en estos procesos aporta con su disponibilidad de tiempo y capacidades, así como con materiales y recursos que coyunturalmente tienen a la mano.

Por otro lado, la realidad ecuatoriana sufre en los últimos años un incremento inusitado de inseguridad y violencia. En tales circunstancias, las autoridades gubernamentales de turno han dispuesto frecuentemente dictámenes de estados de excepción o toques de queda, los mismos que impiden o atemorizan a la ciudadanía de estar en contacto presencial interrelacionados en los espacios públicos de los territorios o comunidades. Ante esta dificultad la propuesta de horarios para el desarrollo de las actividades es acordadas de mutuo acuerdo identificando espacios y tiempos adecuados entre todos los involucrados con el fin de incidir en la necesidad de juntarse y más no de aislarse.

También son una dificultad la poca disponibilidad de infraestructura. Pues, son espacios poco adecuados con los que cuenta una comunidad para el desarrollo de las prácticas artísticas. Por lo que, ha sido necesario adaptarse a las realidades territoriales y con la creatividad de la gente de la comunidad ocupar el espacio público como la calle, el parque y otros espacios comunitarios para transformarlos con murales coloridos en espacios acogedores para el desarrollo de estas y otras actividades.

3. Elementos relevantes encontrados

A lo largo de la intervención del proyecto Pacha de la Universidad de las Artes desde 2021 hasta inicios de 2024 en articulación con la asignatura de Laboratorio en la comunidad se puede identificar sin duda, los siguientes elementos relevantes:


Figura 2

Adolescentes del barrio Desarrollo Comunal en taller de monigotes dirigido por Miguel León, estudiante de la Universidad de las Artes Miguel (originario de Isla Trinitaria).

Registro fotográfico de la asignatura Laboratorio en la comunidad paralelo 05, 2023.


Figura 3

Mural en el sector conocido como el embarcadero de las canoas en Isla Trinitaria pintado por las artistas Maria Triviño y Maura Bazurto.

Registro audiovisual asignatura de Laboratorio en la comunidad paralelo 05, 2023.

En primera instancia los talleres de prácticas artísticas, así como los eventos artísticos que se desarrollan en la comunidad se convierten en un espacio de paz frente al incremento de violencia que vive actualmente Guayaquil y el Ecuador en su conjunto. En tal virtud, estas actividades pueden ser una estrategia para la contención o prevención de la creciente violencia.

Como un segundo aspecto importante se anota la participación de niños, niñas y jóvenes en las prácticas artísticas que inciden en su autoestima, desarrollo personal, así como en sus proyectos de vida y en el aprendizaje de nuevos lenguajes expresivos y simbólicos que canalizan sus necesidades de expresión en medio de una sociedad aún excluyente con los sectores periféricos sean estos urbanos o rurales. En esta perspectiva anota Miguel León estudiante de la Universidad de las Artes y habitante a la vez de Isla Trinitaria acerca de su experiencia en estos procesos dentro de un ejercicio de escritura académica:

[...] brindarles una forma de expresarse, de tener un conocimiento que se les ha sido negado o no son instruidos en las prácticas de este tipo; todo esto en casos únicos se logra hasta darles voz de alguna manera a grupos étnicos como el afroecuatoriano, así logrando contar sus historias de manera única, puesto que, esto fortalece la identidad individual y colectiva, proporcionando una voz a la comunidad, creando una especie de empoderamiento5.

Un punto importante que se visualiza es la dinamización de las relaciones sociales e interacción al interior de la comunidad entre padres y madres de familia que acompañan las actividades de sus representados y dan respaldo a las entidades aliadas a la comunidad.

Como cuarto punto debemos mencionar la recuperación u ocupación del espacio público como calles o parques de los barrios o comunidades para el desarrollo de actividades artísticas y culturales que juntan a las familias y les recupera el sentido de pertenencia.

Un quinto elemento que se evidencia es el fomento del paradigma de interaprendizaje y aprendizaje situado co-construido entre la gente de la comunidad con estudiantes, docentes de la universidad, gestores y educadores comunitarios en un trato que promueve la horizontalidad y valía de las distintas formas de conocimientos y saberes. Así lo reflexiona Juan Martínez, estudiante de la asignatura de Laboratorio en la comunidad:

Estas prácticas constituyen procesos formativos para la comuna, pero también es un ejercicio de doble aprendizaje, porque el estudiante de arte también se tiene que adaptar a los procesos y dinámicas que cada comuna constituye, esa flexibilidad y reordenamiento del método, instaurado desde la academia, es un ejercicio de proyección del profesional real, puesto que se lo prepara para las variables de cambio que el mundo real dicta6.

Finalmente, se identifica una débil presencia en los sectores populares, urbano marginales o periféricos de la ciudad de los entes gubernamentales encargados del ámbito del arte y la cultura. Pues, en los sectores referidos en este estudio no se identifica algún programa que promueva las prácticas artísticas en el territorio.

4. Conclusión

Los laboratorios en la comunidad son una experiencia que se basa en procesos de interaprendizaje y de aprendizaje situado en el cual, tantos estudiantes en proceso de formación artística de nivel universitario junto con habitantes niños, niñas y jóvenes de una comunidad con sus familias se encuentran en un espacio territorial urbano marginal para compartir, co-construir conocimiento en base al diálogo de saberes desde una posición horizontal. Esta es una forma de develar que el conocimiento no solo se construye en los claustros académicos sino también en otros espacios diversos.

Los productos o resultados alcanzados en la implementación de las prácticas artísticas por medio de talleres en la comunidad, ha transformado la imagen visual del Barrio o sector, así como su dinámica en la confianza y relación de los habitantes de la comunidad con los visitantes o personas externas que se relacionan con un barrio, como es el caso en esta sistematización del barrio Desarrollo Comunal y otros barrios con la mediación de una organización de la sociedad civil como es la asociación comunitaria Hilarte o la fundación afrodescendiente Karibu en el suroeste de Guayaquil.

Es necesario atreverse a conocer otras realidades que son parte de una misma ciudad, de un mismo territorio, de abrir la posibilidad de encontrarse con el otro para conocerse y reconocerse como seres diversos, pero en igualdad de derechos y deberes como seres que compartimos una misma historia y nos compromete el ideal de una convivencia intercultural urgente en tiempos complejos de segregación racial.

Esta apuesta metodológica de los laboratorios de prácticas artísticas en la comunidad va más allá de la justificación para el uso u ocupación del tiempo libre en actividades artísticas, ya que es sin duda una posibilidad para fomentar la cohesión social al interior de las familias y entre familias que habitan un territorio o una comunidad. Pues a partir del involucramiento de niños niñas y jóvenes en las prácticas artísticas se interrelacionan promoviendo espacios de convivencia en paz frente a una creciente violencia de la sociedad.

Material suplementario
Referencias bibliográficas
Bang, Claudia Lia & Carolina Wajnerman. 2010. «Arte y transformación social: La importancia de la creación colectiva en intervenciones comunitarias». Revista Argentina de Psicología 48: 89-103. http://hdl.handle.net/11336/188341
García Maidana, María Soledad. 2007. «El tiempo de lo efímero: Apuntes para la reflexión en torno a las prácticas artísticas contemporáneas y el espacio de la ciudad». Ensayos: Historia y Teoría del Arte 13: 45-82. https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/50203
García-Huidobro Munita, Rosario & Catalina Montenegro González. 2020. «Las prácticas artísticas con enfoques feministas como experiencias educativas que promueven la transformación social». Educare 24(1): 440-455. https://doi.org/10.15359/ree.24-1.23
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Notas
Notas
[1] Fuente: Informe de Rendición de cuentas 2023 de la Universidad de las Artes.
[2] Entrevista a Ana Carrillo, septiembre de 2024.
[3] Resultados nacionales definitivos del Censo Ecuador 2022.
[4] Proyecto de vinculación con la sociedad de la Universidad de las Artes, ejecutado entre abril de 2021 y marzo de 2024 que involucró alrededor de 11 docentes y más de 500 estudiantes inmersos en distintos territorios de la ciudad de Guayaquil. El proyecto se articula con la asignatura de Laboratorio en la Comunidad y propicia el espacio para la realización de prácticas preprofesionales de servicio comunitario de las, los estudiantes logrando diversos productos artísticos como cortometrajes, clips musicales, talleres, ponencias académicas, artículos indexados. La particularidad de este proyecto es que articula las funciones de vinculación, investigación y docencia. Esta información es recabada del expediente del proyecto mencionado del archivo digital de la Dirección de Vinculación con la Sociedad de la Universidad de las Artes.
[5] Miguel León. Ensayo de escritura académica, 2 de febrero de 2024.
[6] Juan Martínez. Ensayo de escritura académica, 2 de febrero de 2024.

Figura 1

Actores involucrados en laboratorio


Figura 2

Adolescentes del barrio Desarrollo Comunal en taller de monigotes dirigido por Miguel León, estudiante de la Universidad de las Artes Miguel (originario de Isla Trinitaria).

Registro fotográfico de la asignatura Laboratorio en la comunidad paralelo 05, 2023.

Figura 3

Mural en el sector conocido como el embarcadero de las canoas en Isla Trinitaria pintado por las artistas Maria Triviño y Maura Bazurto.

Registro audiovisual asignatura de Laboratorio en la comunidad paralelo 05, 2023.
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