LEYENDAS Y TRADICIONES EN LA SEMANA SANTA CUBANO-HAITIANA DE BÁGUANOS*

LEGENDS AN DTRADITIONS INTHE CUBAN-HAITIAN SEMANA SANTA OF BÁGUANOS

Yosvanys González Murillo
Centro Universitario Municipal Báguanos, Cuba
Tomás Renal Macena
Centro Universitario Municipal Báguanos, Cuba
Raquel Morales González
Universidad de Holguín, Cuba
Midelvys Renal Bembó
Centro Mixto “Osvaldo Socarrás Martínez”, Cuba

LEYENDAS Y TRADICIONES EN LA SEMANA SANTA CUBANO-HAITIANA DE BÁGUANOS*

Boletín Antropológico, vol. 36, núm. 96, pp. 308-326, 2018

Universidad de los Andes

Recepción: 23 Mayo 2017

Aprobación: 07 Marzo 2018

Resumen: El presente trabajo es resultado del proyecto sociocultural para el rescate, preservación y valorización de la cultura de los inmigrantes haitianos en la comunidad de Báguanos. Recoge un estudio etnográfico sobre algunas de las leyendas y tradiciones que giran alrededor de la Semana Santa cubano-haitiana en Báguanos; así como su significación cultural dentro de la misma. Se abordan, en fin, aspectos esenciales de la cultura de los haitianos y su presencia en la zona antes mencionada; teniendo como base los testimonios orales recolectados sobre esa cultura extranjera.

Palabras clave: Cultura popular tradicional, tradición oral, identidad cultural, leyendas.

Abstract: The present research is due to the sociocultural project to rescue, recognize and preserve the Haitians immigrants’ culture in Báguanos´ community. It has an ethnographic study about some legends and Traditions that goes around the Cuban-Haitian holly week in Báguanos and it´s cultural significance as such. Es- sential hints of this haitians´ culture and it presence in the mentioned zone, having as a base the oral testimonies recopiled about that forcing culture.

Keywords: popular-traditional culture, oral tradition, cultural identity, legends.

1. INTRODUCCIÓN

El concepto cultura es un término polisémico, a él se han referido diversos autores asumiendo varias posturas desde diferentes disciplinas, dentro de ellos Kahn (1975), García (1996). La cultura está estrechamente relacionada con lo popular; por lo que se puede dialogar sobre la existencia de una cultura popular tradicional, que desde nuestro punto de vista está ligada a los procesos de comunicación o diálogo que con carácter horizontal se establece entre los diferentes grupos sociales que conforman las comunidades. Pérez & Marañón (2011) refieren que los pueblos, comunidades o grupos étnicos conservan la memoria histórica de sus tradiciones culturales a lo largo del desarrollo de la humanidad de forma cohesionada en defensa de sus raíces.

Para Arévalo (2004), la herencia colectiva y el legado del pasado es la tradición, pues se renueva en el presente, de hecho, actualiza y renueva el pasado desde el presente. La idea de tradición remite al pasado pero también a un presente vivo. Lo que de él queda en el presente, es la tradición, es decir, la permanencia del pasado vivo en el presente.

Según Feliú (citado por Pérez & Marañón, 2011), la cultura popular tradicional es cultura por ser un resumen de expresiones que se transmite con el desarrollo de nuevas tradiciones, que define y determina la perdurabilidad de las manifestaciones culturales y su índice de desarrollo, lo que la hace tradicional. Desde nuestro punto de vista, la cultura popular tradicional permite que los miembros de las comunidades, grupos sociales o étnicos expresen su forma de ver la vida, y su identidad cultural a través del diálogo o proceso socializador que establece la dinámica de la vida cotidiana.

Al concepto identidad cultural han direccionado sus estudios científicos diferentes autores. En la búsqueda bibliográfica se encontraron varias definiciones con diferentes enfoques:

Ella no existe sin la memoria, sin la capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos o referentes que le son propios y que ayudan a construir el futuro (Enebral, 2012). La identidad cultural de un pueblo es una categoría histórico social y cultural, pues viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, su lengua, instrumentos de comunicación entre sus miembros, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, es decir, los sistemas de valores y creencias, cuyo rasgo propio es su carácter inmaterial y anónimo por ser producto de la colectividad. (Enebral, 2012).

Es un proceso sociopsicológico a partir de la identificación de un grupo humano, es la expresión de las culturas tanto culturales como naturales o intangibles compuesto por aquellos elementos que viven en el espíritu mismo de las culturas: la tradición oral, poesías, ritos, la medicina tradicional, la música, las danzas, la cocina, las leyendas, entre otros muchos ejemplos. (Enebral, 2012)

También se denomina identidad cultural de un grupo social determinado (en este caso los inmigrantes haitianos y sus descendientes en Báguanos) o de un sujeto determinado de la cultura, a la producción de respuestas y valores que, como heredero y trasmisor, actor y autor de su cultura, este realiza en un contexto histórico dado como consecuencia del principio sociopsicológico de diferenciación – identificación en relación con otro(s) grupo(s) o sujeto(s) culturalmente definido(s)” (García, 1996).

Siguiendo lalógica de todolo que se expresaconanterioridad, se puede afirmar que la fiesta de la Semana Santa cubano-haitiana constituye una forma de reafirmación de la sociedad Baguanense en el marco de la sociedad nacional cubana.

La cultura popular tradicional encierra un grupo de prácticas y tradiciones que contribuyen al fortalecimiento y preservación de nuestra identidad cultural; que está determinada por la forma en que la comunidad asume de manera consciente todas las manifestaciones o construcciones materiales e interpretaciones subjetivas, creadas en su devenir histórico.

La transferencia de vivencias, costumbres, creencias y tradiciones a través del lenguaje oral ha permitido divulgar testimonios relacionados con las tradiciones legadas a las nuevas generaciones y las experiencias individuales y colectivas de los seres humanos, que incluye elementos mitológicos, cuentos folklóricos, adivinanzas, trabalenguas, canciones de cunas, costumbres, refranes y leyendas.

A partir de la relación sistémica entre ellos, y su preservación, se pueden conocer diversos elementos identitarios de comunidades, grupos sociales o étnicos. Tal es el caso de las leyendas y tradiciones culturales que recrean la imaginación popular de los baguanenses en torno a la celebración de la Semana Santa por los inmigrantes haitianos y sus descendientes.

Dentro de la cultura popular cubana existen un gran número de leyendas y tradiciones. Para el autor resulta atinado aclarar que estas expresiones socioculturales e históricas son totalmente ajenas a las producciones literarias e intelectuales, constituyen memorias genuinas de sus portadores en la comunidad de Báguanos, testigo de las migraciones haitianas. Por la importancia sociológica, histórica, antropológica y sociocultural de todas esas leyendas y tradiciones que han perdurado hasta la actualidad, y su influencia en la cultura y tradiciones que conforman la historia de esta región.

Se abordan, en fin, aspectos esenciales de la cultura de los haitianos y su presencia en la zona antes mencionada; por tanto, el objetivo de la investigación estuvo centrado en: la reconstrucción e interpretación de las leyendas y tradiciones que giran alrededor de la Semana Santa cubano-haitiana en Báguanos, teniendo como base una metodología que permitiera la recolección de elementos propios de una cultura extranjera.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Durante el desarrollo del estudio se empleó el método etnográfico, para lograr la reconstrucción e interpretación de leyendas, tradiciones y escenas culturales relacionadas con la celebración de la Semana Santa por los inmigrantes haitianos y sus descendientes en Báguanos. Dicho método posibilitó además, el rescate, preservación y valorización de elementos identitarios de este grupo étnico a través de acciones implementadas por el proyecto sociocultural ¨La ruta del azúcar¨.

Se utilizó la observación participante y las entrevistas en profundidad. La primera se realizó en diferentes momentos; en el marco de las actividades desarrolladas durante la celebración de la Semana Santa desde el 9 hasta el 16 de Abril 2017, y en otros escenarios participativos para constatar el estado actual de las tradiciones haitianas y las acciones implementadas para su preservación. Los modos de actuación, preparativos aparejados a la celebración de la Semana Santa, así como el rescate de los recorridos desarrollados dentro de la misma. También se observaron las reacciones, expresiones de aceptación o desagrado del público ante las propuestas culturales desarrolladas dentro del recorrido desplegado por el casco urbano de la cabecera municipal de Baguanos para el rescate de las tradiciones haitianas en dicha semana.

Las entrevistas se efectuaron de forma estratificada a portadores culturales y descendientes de haitianos para lograr la reconstrucción analítica de sus tradiciones mediante la descripción densa de sus experiencias; y la otra de forma aleatoria para compilar las leyendas y tradiciones acumuladas en la conciencia popular de los y las baguanenses, así como la interpretación de las mismas. Fueron entrevistados además, investigadores, historiadores, especialistas y promotores culturales del territorio.

3. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

El municipio Báguanos se encuentra situado al centro- noroeste de la provincia de Holguín, en la República de Cuba. Es una extensa llanura bordeada por la Sierra de Nipe y el grupo Maniabón. Limita al norte con los municipios Freyre y Banes, al sur con los municipios Cueto y Urbano Noris, al este con el municipio Mayarí y al oeste con los municipios Holguín y Cacocúm. Cuenta con dos centrales azucareros y se divide en 11 consejos populares: La Esperanza, Tacámara, La Caridad, Los Haticos, El Manguito, Potrerillo, Tacajó, Alcalá, San Jerónimo, Bijarú, Unión 6 y Báguanos, cabecera municipal donde se realizó la investigación.

Ubicación
de Báguanos por consejos populares.
Mapa Nº 1.
Ubicación de Báguanos por consejos populares.

Posee una extensión territorial de 185,5 hectáreas y 8 606 habitantes distribuidos en 8 repartos (La Represa, La Pelota, Flora, La Valla, La Curva, Canta rana, Herradura y el centro de la ciudad). En la cabecera municipal funcionan varias instalaciones culturales: una casa de la cultura, un cine, dos salas de video urbanas, una librería, una biblioteca, una galería de arte, un Museo de Historia y Ciencias Naturales, una Casa del Joven Creador de la Asociación Hermanos Saíz y dos Joven Club de Computación y Electrónica. Es un territorio eminentemente agrícola cuya actividad fundamental es la producción de azúcar, lo que propició la migración de españoles, jamaiquinos, libaneses, alemanes, polacos y haitianos en mayor cuantía, todos como mano de obra en las plantaciones de caña y los ingenios -hoy centrales azucareros- a partir de 1918.

Ubicación de la provincia
Holguín y el municipio Báguanos en el territorio de
la República de Cuba.
Mapa Nº 2.
Ubicación de la provincia Holguín y el municipio Báguanos en el territorio de la República de Cuba.

4.TRADICIONESRELIGIOSASDELOSINMIGRANTES HAITIANOS DURANTE LA CELEBRACIÓN DE LA SEMANA SANTA CUBANO-HAITIANA

A partir de que la cultura está estrechamente relacionada con lo popular, se percibe que en la cultura popular tradicional de Báguanos existen tradiciones socio culturales que definen su identidad cultural, entre las más consistentes se encuentra la celebración de las tradiciones religiosas haitianas durante la Semana Santa por los inmigrantes haitianos y sus descendientes, que realizaban un grupo de recorridos por las guardarrayas de distintos pueblos rurales del actual municipio en un festejo que en ocasiones duraba hasta cinco días. Su celebración se efectúa entre los meses de marzo y abril.

Recorrido de los descendientes
haitianos por el casco urbano de Báguanos durante la
celebración de la Semana Santa.
Foto Nº 1.
Recorrido de los descendientes haitianos por el casco urbano de Báguanos durante la celebración de la Semana Santa.

Durante los recorridos de la Semana Santa, los haitianos tenían varias normas de organización y símbolos que empleaban los participantes durante sus desplazamientos. Dentro de la ubicación de los integrantes, primeramente, se encontraba el explorador o centinela alerta, encargado de avisar en caso de ver otro grupo en la misma dirección.

A continuación, se ubicaban las banderas blancas que significaban la paz, ya que, cuando el Gagá1 salía por los caminos y se encontraba otro grupo con la bandera blanca enarbolada, se evitaban las posibles disputas entre sus integrantes. Seguidamente se situaba un individuo que sostenía un marco con un espejo por ambos lados nombrado La Cuá2, el mismo se adornaba con cintas de colores, seguido por las banderas azules y el jefe del Gagá José Días Fleimont acompañado de la reina y esposa María Guillén Cadet; a este también se le atribuía el nombre de presidente por los grados o charreteras que lucían los hombros de su camisa, denominados galeón3.

Al igual que los demás integrantes del grupo, se vestía combinando los colores rojo y azul que son los colores representativos de la bandera haitiana, y del mismo modo constituía una forma de identificarse y diferenciarse de los demás grupos étnicos que convivían en las zonas rurales de todo el oriente4 del país.

Además, lucía una gorra con un espejo en la frente del cual se desconoce su significado, y un bastón en la mano, después marchaban los tocadores de los tambores y se percutían con dos palitos de cualquier madera, funcionando como baquetas de fabricación casera. Dichos instrumentos eran confeccionados con tablas de barriles de manteca, para sacarles sonido, se forraban en sus dos extremos con cuero de vaca; y para dar el acabado final, se amarraban con sogas de algodón y bejucos de guaniquí5 para tensar y apretar las bocas de los tambores. Se empleaba también una lata de aceite vacía como instrumento de percusión, y un caracol de mar (guamo) para avisar a los demás grupos ante el posible encuentro, o cuando se aproximaban a los pequeños poblados en los que hacían escala.

El Baksín6 es otro de los útiles partícipes dentro del conjunto músico-danzario que se confecciona del tronco ahuecado de caña brava, cañambú o bambú como también se le conoce en otros lugares, se sopla con la boca al mismo tiempo que se percute por el costado con una baqueta para lograr el sonido deseado por su ejecutor. Igualmente formaba parte el llayad7, y por último, se llevaba el cobey8 que está confeccionado con un palo que lleva una lata de metal en la punta; este, se pintaba de azul y se decoraba dándole algunas vueltas al palo con cintas de colores blanco y azul. Su ejecutante era Caridad Martínez (Tifan), la que funcionaba como una suerte de limosnera o recaudador de dinero ubicándose a la vanguardia del Gagá cuando llegaban a uno de los poblados, para ir de casa en casa y recoger el diezmo o donativos, mientras que Luís Martínez Guillen (Brun) realizaba sus juegos acrobáticos con el machete.

En la parte trasera del conjunto, se desplazaba el centinela perdido, su función era la de acarrear a los que se quedaban rezagados durante los fatigosos desplazamientos, y reunir al grupo cuando se daba la orden de continuar la marcha en los breves descansos que se tomaban en las guardarrayas, bateyes o la sombra de los escasos árboles que se topaban en el transcurso del camino.

Las ganancias obtenidas por este medio, generalmente se empleaban en la realización de una gran fiesta en la que participaban todos los integrantes del grupo junto a sus familiares y demás miembros de las comunidades cubano- haitianas. Cuando sobraba algo de este dinero, se dejaba en fondo para otra celebración o se llegaba a un consenso y se dividía en porciones iguales entre todos los participantes de la celebración.

Según Emilia Díaz Guillén descendiente de haitianos en su segunda generación, la celebración de la Semana Santa estaba rodeada de varias tradiciones que prohibían barrer la casa en esos días, alegando que esta se llenaba de hormigas; además de esto, no se podía comer todo tipo de carne en esos días, sólo la de pescado (bacalao), acompañado con viandas, sopa, congrís y se tomaba el tifei9 que es una bebida caliente preparada entre otras cosas hiervas, corteza de naranja, ajo, azúcar, algunos granos de maíz y hojas de tifei.

En la actualidad muchas de estas tradiciones se mantienen vivas por la influencia que ejercen las diferentes religiones universales, respecto a esta celebración religiosa. Al terminar la Semana Santa, se confeccionaba un muñeco o especie de espantapájaros de paja que se vestía igual que a una persona, y el domingo, (domingo de resurrección), fecha en que termina esta festividad después de las 10 de la mañana se procedía a la quema del muñeco; al que llamaban Juda10, que según la informante; este muñeco era sometido a un grupo de castigos, y al unísono de la quema se le daban palos y cantaban canciones de repudio. En referencia a esta ceremonia, uno de los informantes planteó lo siguiente:

Después que lo quemaban se cogía un poco de esa ceniza, se mezclaba con Tifei y José Días Fleimond le daba a beber una cucharada de esa bebida a cada uno de sus descendientes y no descendientes que participaban de esas ceremonias; porque según él decía, Dios volvió a resucitar después de las 10 de la mañana. (…) para mí, esto se realizaba como una tradición haitiana para perpetuar la raza y darle vida eterna a los haitianos y sus descendientes porque Cristo nació o resucitó ese día.

Resulta importante conocer que algunos descendientes baguanenses definen el Vodú como un baile y al mismo tiempo como la principal ceremonia religiosa de los haitianos, y algunos plantearon que el Vodú es el sustratum de todas las celebraciones religiosas haitianas. Según se pudo constatar, mediante el criterio de los descendientes de haitianos nacidos en Báguanos, estos recibieron el legado cultural y religioso, gracias a la transmisión oral caracterizada por el bilingüismo propio de estos inmigrantes. El Vodú, es una creencia que está presente con mucha fuerza en la vida del inmigrante haitiano y su descendencia, trasciende los marcos puramente religiosos, impregnados en su espiritualidad y cultura en general. Es por ello, que entre los rasgos culturales seleccionados de manera consciente o no por los grupos de haitianos llegados a los poblados rurales de Báguanos, para identificarse entre ellos y diferenciarse a su vez del resto de los grupos antillanos presentes en el nuevo contexto, inmediatamente reprodujeron todas sus tradiciones y prácticas mágico-religiosas. Los inmigrantes haitianos, en comparación con los inmigrantes antillanos de habla inglesa, en especial los jamaiquinos asentados en Báguanos, no fueron muy favorecidos en la construcción de instituciones socioreligiosas, aunque, tanto en un caso como en otro, ambos reprodujeron sus tradiciones culturales.

Los haitianos por su parte continuaron con la práctica de sus conciencias mágico-religiosas durante la ya mencionada Semana Santa con todo el proceso de preparación y ejecución de la festividad que atraía a cientos de personas cada año.

El inmigrante jamaicano, por el contrario, gozaba de una situación envidiable por el resto de los inmigrantes antillanos pues llegaron a tener varias instituciones, sus propias iglesias y una sociedad de instrucción y recreo.

En el barrio La Valla se asentaron la mayoría de los jamaiquinos, desarrollando las festividades propias de su país en un salón ubicado en la calle XX Aniversario (…) En el año 1930 un jamaiquino cedió un lateral de su patio para la construcción de la Iglesia (…) Realizaban cultos, los domingos escuela dominical donde enseñaban el fundamento de la fe cristiana, cánticos y por la noche el ritual. (Álvarez, 2003:1)

Esta institución religiosa se convirtió en un importante centro para la vida sociocultural de este grupo étnico asentado en algunos lugares de las localidades rurales baguanenses.

Como se puede apreciar a lo largo de todo el documento, en muchas de las tradiciones religiosas haitianas en Báguanos, se perciben algunos elementos de transculturación, tomando como referencia que se asumen varios elementos de las religiones universales, tal es el caso de la celebración de la Semana Santa que es una tradición traída desde Haití por los ancestrales originarios11; que por su magnitud y significación histórica y social constituyó un medio de inserción sociocultural al panorama de la población rural no solo de Báguanos, sino de todo el oriente del país de este grupo étnico. A estas celebraciones se le imbrican los elementos de la cultura propia. Galván (2016) aborda este proceso de transculturación cuando describe un altar vudú en Cuba con imágenes y pictografías católicas.

5. LEYENDAS Y TRADICIONES QUE GIRAN ALREDEDOR DE LA SEMANA SANTA CUBANO-HAITIANA EN BÁGUANOS

Autores como Gennep (1943), Bayard (1957) y Bueno (1978) han emitido sus criterios sobre el término leyendas desde diferentes perspectivas. Las leyendas no surgen de la nada. Siempre tienen su dosis de realidad. Los argumentos de las historias en ocasiones se basan en una fusión entre la verdad y la fantasía. La investigadora Víctori (citada por Merino, Quintana, Benítez y Bodaño, 2012) plantea que:

Las leyendas recogen y registran fabulaciones o simples historias sobre algún suceso o hecho, o sobre alguna que, por motivos históricos o sociales, se encontrara en una posición, actividad o una situación susceptible por su condición de trascender en el recuerdo de una colectividad.” (Merino y otros, 2012: 3).

En el caso específico de Báguanos, la población en general, tiene arraigado en sus recuerdos las tradiciones y costumbres de aquellos inmigrantes que sazonadas con una dosis de imaginación dan vida a su patrimonio sociocultural y reafirman la identidad cultural del territorio y de ese grupo étnico. El pueblo se identifica con ellas a tal punto que, se manifiestan en sus modos de actuación, la trasmiten a sus hijos, nietos y otros familiares como parte del patrimonio cultural de los baguanenses, lo que se concreta en la celebración de la Semana santa cubano – haitiana año tras año.

La historia del pueblo de Báguanos no podría escribirse sin hablar de esa semana que es todo un acontecimiento para el baguanense, pues son muchas las leyendas que permanecen vivas en la conciencia popular de sus habitantes relacionadas con las creencias religiosas e imaginario popular vinculadas a los escenarios participativos donde tuvieron su protagonismo los haitianos originarios y sus descendientes.

Desde nuestro punto de vista, las leyendas son aquellas historias que trascienden como un derecho consuetudinario de una generación a otra, son construcciones colectivas que mucho tienen que ver con la historia de la comunidad o grupos portadores; con las formas en que los actores sociales, sienten, viven y reproducen su propia conciencia histórica, cultural, normas de vida y modos de actuación.

Latradición oral juega un importante papel enla salvaguardia de la leyenda, al consolidar en ella, su memoria colectiva. Pues, cuando esta forma parte de la oralidad se convierte en cimiento de identidad sociocultural. Al respecto, los investigadores Merino, Quintana, Benítez y Bodaño (2012) plantean que:

Las leyendas corresponden a historias populares que abarcan un gran número de temas: los santos, hombres lobo, aparecidos y otros seres fantásticos o recuerdos personales. Se diferencian de la historia formal en su estilo de presentación, énfasis y propósito. Algunos investigadores las han clasificado en tres grandes grupos: estrechamente relacionadas con las apariciones sobrenaturales, seguidas de las que tratan sobre sucesos históricos y por último, las concernientes a elementos sagrados.(Merino y otros, 2012: p.3)

Aunque se adorna con la fantasía tiene como base hechos y personas reales. Sus atributos, causas y demás circunstancias varían por lo que le aportan fantasía popular.

Entre las creencias o leyendas más conocidas están aquellas que versan sobre los siete años de mala suerte que caerán sobre aquel que rompa un espejo, la misma suerte correrá aquel que se cruce con un gato negro en su camino; así como la de poner los zapatos en forma de cruz delante de la cama cuando se tiene miedo a la hora de dormir, esto último, se realiza con la finalidad de alejar los malos espíritus.

El uso de ciertos símbolos como talismanes y medallas religiosas, y la narración de ciertas historias que generalmente están basadas en hechos verídicos, adornados con un poco de imaginación (realismo mágico), viven fuertemente ligados a estas creencias supersticiosas, ya que algunos de estos objetos se les atribuyen la capacidad de atraer la fortuna y alejar la mala suerte.

Como se mencionaba, anteriormente, los cubanos, haitianos y descendientes de esta localidad tenían varias tradiciones y restricciones dentro de su régimen alimentario que se mueven en torno a la celebración de la Semana Santa. Muchas de esas tradiciones continúan impregnadas en la conciencia de los descendientes y fueron recogidas textualmente para este artículo. Según uno de los informantes, durante el curso de esta semana “No se barre la casa y no se come todo tipo de comida, porque según decían los viejos, al barrer la casa, esta se llenaba de hormigas12”.

En relación con las variaciones del régimen alimentario durante el transcurso de esta semana Amalia Fiss planteó:

Esta es una tradición que mis abuelos trajeron desde Haití (…) de acuerdo con la tradición, en esos días no se podía comer todo tipo de carne, sólo se podía comer el pescado acompañado con viandas, sopa y congrís. Además, tampoco se toma todo tipo de bebida, únicamente el Tifei que es una bebida caliente que lleva corteza de naranja, ajo, azúcar, hojas de Tifei y entre otras muchas cosas ron y algunos granos de maíz. (Amalia Fiss, 42 años de edad. Descendiente de haitianos en su tercera generación.)

Son muchas las creencias y tradiciones en torno a esta fecha y este tema. Según el testimonio de otras personas:

(…) en esta semana no se puede comer carne porque según ellos13, Jesús Cristo murió un día Viernes Santo y de acuerdo con las creencias de los viejos no se podía sacrificar ningún animal porque para los haitianos esa sangre que corría cuando se mataba algún animal era la sangre de Jesús Cristo. (Rosa Díaz Guillen, 79 años, Descendiente de haitianos en su segunda generación.)

Al referirnos a este tema otra de las entrevistadas nos comentó una de sus experiencias:

(…) Viernes Santo, cuando eso yo trabajaba de cocinera en el pelotón de combinadas cañeras, y los muchachos compraron un ovejo entre todos para comérselo (…) en el momento en que lo iban a colgar para cortarle el cuello, el dichoso animalito se tiró en el suelo y comenzó a bramar, parecía que sabía que lo iban a matar y se tiró en el piso con la cabeza en el suelo, como quien pide clemencia, y las lágrimas le empezaron a correr como a un cristiano; aquello me impresionó. Yo no me lo comí porque uno tiene sus creencias y la tradición de mi papá, muchos de los muchachos tampoco comieron. Yo lo cociné, pero no me lo comí, porque eso como quien dice, es un pecado. (Emilia Guillen, 77 años. Descendiente de haitianos en su segunda generación.)

En la actualidad continúan vivas otras tradiciones religiosas vinculadas al entorno natural y las expresiones culturales de los inmigrantes haitianos y sus descendientes en la localidad objeto de estudio. La perdurabilidad de estas expresiones se debe, por encima de todas las cosas, a la consistencia de las transmisiones orales de este grupo étnico. A una de esas tradiciones se refiere otro de los informantes:

(…) los haitianos viejos de la zona de allá de Bagá decían que hay lechuzas que son buenas y otras que son malas. Las malas son personas que se convierten en lechuzas para hacer daño, es por eso que muchas personas pichonas cuando se topan con una lechuza inmediatamente gritan ¡solabaya!, esto es una forma de decir; como quien dice “que se vaya lo malo” o “Aléjate de mí”, en patuá los haitianos decían “satán bunochú”14 que es casi lo mismo que en castellano* “que se pierda lo malo” o como quien dice vaya San Alejo que se vaya” (…)

6. CONCLUSIONES

  1. 1. La variedad y riqueza de leyendas y creencias supersticiosas presentes en la conciencia popular de los baguanenses, enriquecen el patrimonio cultural inmaterial local y consolidan la identidad del territorio.
  2. 2. La combinación de los métodos empíricos de investigación, con la realización de abundantes entrevistas a profundidad y la observación participante, permitió la recogida de una cantidad significativa de informaciones, hechos y datos de altísimo interés sociocultural e histórico. Esto facilitó la descripción de sus actividades socioculturales durante la Semana Santa, así como la reconstrucción rescate, preservación y valorización mediante acciones implementadas como parte del proyecto sociocultural “La ruta del azúcar” en la comunidad de Báguanos.
  3. 3. La conservación de las memorias socioculturales de los inmigrantes haitianos y sus descendientes se debe, a la solidez de las transmisiones orales de este grupo étnico.

7. BIBLIOGRAFÍA

ÁLVAREZ, Leticia. 2003. “Iglesia Metodista Juan Wesley (Báguanos)”. Enciclopedia Colaborativa Cubana en la Red [versión electrónica]. La Habana: Empresa Nacional de Software (DESOFT). Disponible en: https://www.ecured.cu/Iglesia_Metodista_Juan_Wesley_%28B%C3%A1guanos%29

ARÉVALO, J. M. 2004. “La tradición, el patrimonio y la identidad”. En: Revista de estudios extremeños, 60 (3), pp. 925-956.

BAYARD, J. P. 1957. Historia de las leyendas. Vergara Editorial S.A, Barcelona.

BUENO, Salvador. 1978. Leyendas Cubanas. Editorial Arte y Literatura, La Habana.

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MERINO, Y., QUINTANA, P., BENÍTEZ, I., y BODAÑO, J. 2012.“Mitos y leyendas en la décima tunera”. En: Contribución a las Ciencias Sociales. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/20/tpsg.pdf

GALVÁN, J. A. 2016. “Entre la sanación y el vudú en Cuba: Semblanza y Recuerdos sobre Lydia Moya Salvador”. En: Revista Batey, 8 (8), pp. 5-36.

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Notas

1. Baile folklórico haitiano; denominación que se le otorga a los grupos músico-danzarios de origen haitiano.
2. Esta expresión está escrita teniendo en cuenta una aproximación fonética de la pronunciación de los informantes.
3. Según algunos informantes son unos grados militares que otorgaban cierta jerarquía al presidente del Gagá.
4. Oriente del país, zona ubicada en el extremo este de Cuba por donde sale el sol, que comprende las provincias de Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, provincias más cercanas al Triángulo de las Bermudas y a la República de Haití.
5. Bejuco que crece en las sierras, de hojas alternas, apuntadas, flores sin co- rola, antenas prolongadas y cuyos tallos, por su flexibilidad, se usan principalmente para hacer cestos.
6. Esta expresión está escrita teniendo en cuenta una aproximación fonética de la pronunciación de los informantes.
7. Esta expresión está escrita teniendo en cuenta una aproximación fonética de la pronunciación de los informantes.
8. Esta expresión está escrita teniendo en cuenta una aproximación fonética de la pronunciación de los informantes.
9. Según los informantes desconocen cual es el verdadero nombre de esta hoja o planta.
10. Hombre alevoso, traidor. Según el Nuevo Testamento, el apóstol que traicionó a Jesucristo ante el tribunal supremo nacional de los judíos (Sanedrín), establecido en la época de los Macabeos.
11. Hoy en día muchas de las comunidades haitianas han desaparecido. Las inmigraciones de años atrás han cesado y los actuales inmigrantes son de avanzada edad, tal es el caso de Belisario Poll Vitalé que de acuerdo con las investigaciones realizadas es el único sobreviviente en el municipio y cuenta en la actualidad con 103 años de edad.
12. Todas las palabras que aparecen en con letra cursiva constituyen palabras textuales de los informantes.
13. Al informante utilizar este término es obvio que se está refiriendo a sus ancestros.
14. Esta expresión está escrita teniendo en cuenta una aproximación fonética de la pronunciación de los informantes.
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