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EL SEÑOR DE LOS HELADOS. DESCRIPCIÓN ETNOGRÁFICA SOBRE LA INFLUENCIA DE LAS REDES MIGRATORIAS EN LA COTIDIANIDAD DE LOS INMIGRANTES HAITIANOS EN VENEZUELA
THE ICE CREAM`S MAN. ETHNOGRAPHIC DESCRIPTION ON THE INFLUENCE OF MIGRATORY NET WORKS ON THE DAILY LIVES OF HAITIAN IMMIGRANTS IN VENEZUELA
Boletín Antropológico, vol. 37, núm. 98, pp. 372-398, 2019
Universidad de los Andes

Artículos


Recepción: 25 Febrero 2018

Aprobación: 16 Abril 2019

Resumen: El artículo que comienza intenta demostrar la influencia de las redes migratorias sobre la vida cotidiana de los inmigrantes haitianos en Venezuela. Para esto, la investigación se apoyó en la observación participante y en entrevistas a profundidad, como herramientas centrales de exploración en campo. Los resultados dejan ver la ascendencia que tienen los diferentes tipos de redes migratorias sobre ámbitos esenciales de la cotidianidad de los inmigrantes tales como: el espacio laboral, la vivienda y la integración cultural.

Palabras clave: Migración, redes migratorias, haitianos en Venezuela.

Abstract: These article aims to demonstrate the influence of the migratory networks on the daily life of the Venezuela`s Haitian immigrants. In this regard, this research was based on participant observation and on the deep interviews as central tools of fieldwork exploration. These results show the sway that different types of migratory networks have on essential areas of Haitian immigrant`s daily life, such as: work spaces, housing, and cultural integration.

Keywords: Migration, migratory networks, Haitians in Venezuela.

1. INTRODUCCIÓN

Los estudios antropológicos de la migración conciben al individuo en su contexto social, con énfasis en su ámbito familiar. Esta perspectiva usualmente ha separado a la disciplina de otras ciencias que también intentan explicar al fenómeno migratorio. Como elemento preponderante, el enfoque antropológico ha intentado relacionar la bipolaridad de las sociedades de salida y las sociedades receptoras; hecho éste que siempre le permitirá hablar al antropólogo desde una perspectiva social particular.

Un concepto analítico proveniente de discusiones teóricas con perspectiva antropológica fue el de transnacionalismo. Por medio de esta categoría las migraciones internacionales empezaron a ser entendidas desde la lógica de la articulación. Por consiguiente, éstas se alejaron diametralmente de otros conceptos tomados de la ciencia económica, que de cierta manera limitaba y cuarteaba la comprensión de un hecho tan multifactorial como la migración internacional (Giménez, 2008).

A partir de este concepto apareció la categoría de las redes migratorias. Como esquema teórico conceptual, ésta categoría surgió en el momento más intenso de la discusión interdisciplinaria de los estudios de migración. Su capacidad para explicar procesos micro-estructurales le permitió convertirse en una de las teorías más autorizadas sobre movimientos migratorios y sobre de todo, de los inmigrantes y sus contextos.

Por medio de la teoría de las redes migratorias, la antropología encontró la oportunidad para hacer notar lo fundamental que es reconocer la perspectiva del sujeto para conocer a profundidad todas las implicaciones socioculturales de un proceso migratorio.

2. REDES MIGRATORIAS

En las Ciencias Sociales de principios de la década 1980 se comienza a desmoronar el gran paradigma que auspiciaba una lectura cuantitativa de las ciencias sociales. Las grandes teorías de fundamento estadístico comenzaron a darle paso a planteamientos antropológicos orientados a retomar la perspectiva del sujeto. De tal forma se retornó al actor social y se recuperó la función explicativa de una perspectiva con la cual “(…) los protagonistas habían vivido el proceso en el cual se encontraban involucrados; este hecho se vincula con el estudio de las relaciones sociales y las estrategias llevadas a cabo por los propios individuos” (Devoto, 1991 citado por Pedone, 2002: 224). En este contexto, y con la intención de unificar los núcleos centrales de las diferentes propuestas teóricas para comprender las migraciones internacionales, surge la teoría de las redes migratorias.

Las redes de migración, proponen Massey y otros autores (2000), deben ser entendidas como un conjunto de relaciones interpersonales soportadas en el parentesco, la amistad o algún tipo de vinculación sociocultural, que enlaza a los migrantes, migrantes pioneros y no migrantes con los posibles lugares de origen y destino. Así entendida, la migración entonces se interpreta como un proceso colectivo que abarca a núcleos bastante amplios de personas (Mata, 2015: 94), y que además multiplica las posibilidades de acción de los futuros migrantes (Arango, 2000).

Estos lazos interpersonales ofrecen la ventaja de bajar los costos y los riesgos a la hora de participar en un movimiento migratorio internacional. Mientras más personas se movilizan, la red se expande y se fortalece, a la vez que se minimiza los riesgos y los posibles obstáculos de un viaje transfronterizo. Con el tiempo, esta estrategia de migración se expande hasta abarcar grandes segmentos de la sociedad expulsora (Massey y otros, 2000).

Uno de los elementos a destacar en la dinámica de las redes migratorias es la capacidad que tienen para solidificar la dirección de los flujos migratorios, así como también establecer lugares persistentes de origen y destino. Esto se debe a que, al articularse una ruta migratoria, inmediatamente comienzan a funcionar sus redes, generando a su vez, dos aspectos inalterables:

a) la continuidad de flujos migratorios y b) la difusión de la red migratoria (García, 2003).

De tal manera, la propia lógica de la red migratoria hace aumentar las probabilidades de migración; es decir, cada migrante al concluir su viaje deja abierta una puerta para que sus compatriotas le sigan. Desde aquí se puede establecer que “(…) las redes no son ni espontáneas ni efímeras, cambian y se complejizan con el tiempo debido a las relaciones que genera la entrada de otros actores dentro de su estructura” (Pedone, 2002: 44).

Esta influencia ejercida por los migrantes sobre los que todavía residen en su país de origen se conoce en las teorías de migración internacional como stock-effect. Con este término se quiere hacer notar la dinámica de atracción que se genera desde el país de llegada sobre el país de salida por medio de los primeros migrantes. La atracción se vehicula a través de la información o el ejemplo; ver como un migrante supera obstáculos, logra enviar remesas a sus familiares, cumple objetivos personales, se convierte en una influencia llamativa a la hora de tomar la decisión de movilizarse a otro país o quedarse en el propio (Arango, 1985). El aspecto central en la conformación de una red de migración es la información; es decir, la circulación de noticias, datos, descripciones u opiniones, forman parte vital de esta metodología migratoria. Sin este elemento, la estructuración de una red transfronteriza no tendría sentido. Aún más, debido a este constante intercambio de información, se puede conocer en el habitual país de salida las ventajas y desventajas que existen en el posible país de llegada (Pedone, 2002; Martínez, 2000).

Otro efecto interesante de los lazos que se tejen dentro de las redes migratorias es la acumulación de experiencia. Una demostración clara de esto es que las personas que provienen de una misma comunidad siempre están más dispuestas a migrar que otras que quizás pertenezcan al mismo país, pero hacen vida en diferentes espacios comunitarios. Mientras el cúmulo de experiencia va creciendo, “(…) la migración llega a ser progresivamente menos selectiva y se esparce de los segmentos medios de la jerarquía socio-económica a los segmentos bajos” (Massey y otros, 2000).

En la propia comunidad, la migración se convierte en una posibilidad cercana a todas las familias; de hecho, los valores asociados a ella se convierten en parte de los valores de la comunidad. A este respecto el investigador Reichert (1982) nos advierte que:

(…) para los hombres jóvenes y en muchos escenarios también para las mujeres jóvenes, la migración se vuelve un rito de madurez, y aquellos que no intentan elevar su status con este movimiento internacional se le consideran flojos, no emprendedores e indeseables”. (Reichert, 1982 citado por Massey y otros 2000: 32).

Las redes de migración, a diferencia de otros enfoques teóricos, permiten dar cuenta de cómo el flujo de información proveniente de los países de destinos se difunde velozmente en los países de origen, dando a conocer a los potenciales migrantes las opciones de empleo en el exterior, las posibilidades de desarrollo personal; e incluso se llega a transportar rápidamente los comportamientos y las costumbres características de las sociedades receptoras (Massey y otros 2000). Este hecho condiciona las decisiones en los migrantes debido a que generan en ellos “(…) representaciones sobre los lugares de origen y destino (…) y en los aspectos materiales y simbólicos de la movilidad” (Dillon, 2009 citado por Martínez, 2000: 34).

Justo por este tipo de análisis es que el enfoque de las redes migratorias se ha convertido en la teoría más convincente para hacer investigaciones sociológicas y antropológicas en el campo de las migraciones internacionales. Esta propuesta permite tener una concepción dinámica de las migraciones, y además es una especie de punto de encuentro entre las posiciones teóricas micro y macroestructurales.

3. HORIZONTE METODOLÓGICO

En la última década el proceso migratorio haitiano ha generado varias y diversas investigaciones científicas. Desde la perspectiva institucional, por ejemplo, el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos, adscrito al MERCOSUR, publicó un texto (2017) dedicado exclusivamente al estudio de las trayectorias migratorias de este colectivo en la región. En Estados Unidos y Canadá, países receptores de miles de inmigrantes haitianos, se han reportado investigaciones que dan cuenta del impacto social y económico de esta migración (Migration Policy Institute, 2014; Pierre-Louis, 2013; Silva, 2017).

Asimismo, destacamos trabajos de investigación recientes que se han publicado con perspectiva latinoamericana (Audebert, 2017; Pedemonte y Koechlin, 2017) especialmente textos enfocados en la migración haitiana en Chile (Navarrete, 2015; Pedemonte y otros, 2016; Sánchez y otros, 2018; Vásquez, 2018), en Brasil (Nieto, 2014; Organización Internacional para las Migraciones, 2014) y en la República Dominicana (Wooding y Moseley-Williams, 2004; Canales, Vargas y Montiel, 2010; Lippmann y Marcelino, 2014; Schwarz, 2019).

En Venezuela, son pocas las investigaciones que se han ocupado de estudiar la migración haitiana en el país. De hecho, sólo el texto citado en páginas anteriores, titulado “Migración haitiana en Venezuela”, del investigador Jesús Machado (2009), y el artículo “Voy después de ti. Aproximación etnográfica a las redes migratorias de haitianos en Venezuela” (2007) de este servidor, son los únicos documentos que se podrían considerar antecedentes directos del presente estudio.

El proceso de observación participante duró aproximadamente catorce meses. El principal nicho de estudio fue la iglesia de Testigos de Jehová ubicada en “Los Magallanes de Catia”, en una zona popular caraqueña conocida como “La recta de la Laguna”. Al respecto, destacamos que Catia, sector inserto en la parroquia Sucre, representa uno de los espacios urbanos más notorios de la ciudad capital, su extensa población, la más numerosa de Caracas, también cobija una importante cantidad de inmigrantes provenientes de países suramericanos, especialmente peruanos y ecuatorianos.

Las entrevistas en profundidad se llevaron a cabo en un periodo de tres años, desde el 2012 al 2015, permitiéndonos tener un margen comparativo histórico entre cada entrevista. Se realizaron quince entrevistas en total. Nuestros informantes1 fueron seleccionados teniendo en cuenta sobre todo dos elementos: edad y años en Venezuela. Para finalizar diremos que más allá de realizar preguntas abiertas y esperar respuestas, intentamos que nuestros entrevistados articularan relatos sobre las categorías teóricas que proponíamos.

4. REDES MIGRATORIAS EN VENEZUELA

En un trabajo anterior informamos sobre la presencia de cuatro (4) tipo de redes migratorias de haitianos en Venezuela (Romero, 2017). La primera de ellas la podríamos catalogar como una red familiar. Evidentemente su elemento esencial es que está conformada única y exclusivamente por personas de un mismo núcleo familiar.

En principio y cómo rasgo característico, este tipo de red generalmente ofrece la posibilidad del financiamiento del viaje; elemento este que no conseguiremos en otros tipos de redes de migración. De hecho, esta realidad fue corroborada por 10 entrevistados que utilizaron este tipo de red, pues en todos los casos los recursos económicos para emprender el viaje de Haití a Venezuela fueron provistos por algún familiar.

Otro de los elementos definitorios de las redes migratorias familiares es la posibilidad de brindar hospedaje. Esta característica es una de las ventajas más importantes que ofrece este tipo de red, pues tener un lugar a donde llegar es el primer paso para consolidar un movimiento migratorio exitoso. (Romero, 2017).

Igualmente, en las redes familiares, el hospedaje que se brinda es dentro del domicilio de los parientes que ya se encuentran instalados en el país de destino, lo que además genera una sensación de seguridad y confianza muy difícil de obtener mediante otro tipo de redes que brindan hospedaje, pero en condiciones no tan favorables(Romero, 2007). Las redes familiares si bien no tienen la misma dinámica en cuanto a flujo de migrantes en relación a otras redes, si posee una estabilidad en el tiempo y una fortaleza orgánica como para mantenerse funcionando continuamente. Esta característica se pudo apreciar en la red familiar construida de Haití a Venezuela a través de procesos de reunificación familiar. (Romero, 2007).

Como su nombre lo indica, las redes de migración religiosa están articuladas a partir del fundamento religioso de alguna institución en específico. Por ejemplo, la investigación realizada por Alberto Hernández y Mary O’Connor (2010) da cuenta de una red establecida a partir de varias iglesias pentecostales consolidadas en las zonas agrícolas de California en Estados Unidos. En este caso los migrantes mexicanos se apoyan en las iglesias pentecostales en su país para coordinar su viaje migratorio hacia California. Por medio de estas instituciones los posibles migrantes conocen los riesgos, las ventajas y las posibilidades de emprender un viaje hacia el país del Norte.

En el proceso etnográfico se logró identificar una red bien articulada de perfil religioso que sale de Haití y llega a Venezuela. De hecho, el trabajo de observación se realizó en una de las iglesias de Testigos de Jehová en Caracas, y allí se pudo identificar la lógica interna que rige a este tipo de red.

Las ventajas que ofrece esta de red son múltiples. En principio, el sólo hecho de saber que se cuenta con el apoyo de una institución formal internacional garantiza una estructura de apoyo jurídico en caso de obstáculos legales en el país de llegada (Pedone, 2002). Además de esto, si bien la iglesia de Testigos de Jehová en Venezuela no cuenta con refugios para migrantes haitianos, es prácticamente una obligación de los hermanos de fe que residen en el país recibir y darle la mayor atención al recién llegado (Romero, 2017).

En la perspectiva laboral, las redes de fundamento religioso tienden a brindarle al recién llegado una amplia gama de posibilidades de empleos. Esto debido a que cada integrante de la red tiene la “obligación moral” de ubicar rápidamente a su nuevo hermano de fe en algún empleo formal (Romero, 2017).

Por su parte, las redes de amistad son aquellas que se encuentran articuladas a partir de la confianza mutua de sus integrantes, generalmente provenientes de una misma localidad y con las mismas pautas culturales (Fernández, 2013). Por tanto, este tipo de red se fundamenta en una profunda dimensión social, pues compartir las mismas pautas socioculturales es el requisito principal para participar en ellas.

Al igual que los dos tipos de redes explicadas anterior- mente, este tipo de red también brinda la garantía de hospedaje al llegar al a país. En la mayoría de los casos los recién llega- dos viven sus primeros días o incluso meses en las habitaciones de los paisanos haitianos. Además, como elemento fundamental, reciben las primeras indicaciones y señas sobre Venezuela y los venezolanos.

Siguiendo a Massey y otros (2000) podemos afirmar que una de las características esenciales de este tipo de red es que provee un acceso expedito al mercado laboral local. En nuestro caso de investigación, generalmente los haitianos recién llegados al país ya cuentan con un empleo gestionado previamente por los paisanos o amigos radicados desde hace algún tiempo en Venezuela. Si bien las redes familiares y las redes religiosas también generan facilidades a la hora de buscar empleo en el país, no son tan operativas y efectivas como las redes fundamentadas en la amistad. Por esta específica razón las redes de amistad son las que más movilizan inmigrantes de Haití a Venezuela (Romero, 2017). Por último destacamos la existencia de lo que hemos decidido llamar redes irregulares de migración. En esta estructura los potenciales migrantes “contratan los servicios” de algunos compatriotas haitianos que mediante caminos fraudulentos logran trasladarlos hasta Venezuela por una cantidad específica de dinero. Este “servicio” forma parte de una plataforma ilegal que opera en el país de manera clandestina.

A diferencia de las redes detalladas anteriormente, las redes irregulares solo cumplen con la función de trasladar al posible migrante de Haití a Venezuela. Para ello se despliega un andamiaje delictivo que garantiza boletos aéreos, acompañamiento desde el aeropuerto de salida hasta el de llegada y documentos de identidad falsos2.

En Venezuela las redes irregulares de migración siguen funcionando en la actualidad, sin embargo, su dinámica de movilidad ha descendido notablemente, esta realidad puede estar vinculada al fortalecimiento y expansión de las otras modalidades de redes presentes en Venezuela, pues, de acuerdo a los datos recabados en campo, mientras más flujo de personas utilizan las redes familiares, religiosas y de amistades, menos es la demanda de redes migratorias relacionadas al tráfico de inmigrantes (Romero, 2017).

5. EL SEÑOR DE LOS HELADOS

Seguramente para los habitantes de la ciudad de Caracas, se asume que la totalidad de los inmigrantes haitianos desempeñan la labor de vendedores de helados ambulantes. Sin embargo, tanto en los datos cuantitativos presentados por Jesús Machado (2010), como en los resultados de nuestra etnografía, esta aserción común pareciera estar errada.

Las fuentes laborales de los inmigrantes haitianos en Venezuela son múltiples. Por ejemplo, para el año 2010, el 5% desempeñaba funciones en el campo de la mecánica automotriz, el 3% laboraba en el campo de la salud, el 4 % trabajaba como docente en instituciones educativas, generalmente como profe- sores o profesoras de inglés o francés; otro 3 % se dedicaba al área de la costura y confección, un 4% trabajaba en el campo de la cosmetología, un 4 % laboraba en los diferentes espacios de la gastronomía, un 3 % se desempeñaba prestando servicios como chofer, en su mayoría como taxista; otro 4 % estaba trabajando en albañilería y un grueso de 40 % se agrupaba en el comercio informal (Machado, 2010).

Como podemos observar, el comercio representa para los inmigrantes haitianos el mayor espacio laboral en Venezuela. Esta característica no simboliza algo novedoso para los haitianos, pues el mayor contexto laboral en Haití se encuentra justamente en el comercio informal. A este respecto comenta un informante:

(…) lo que pasa es que nosotros tenemos problemas serios laborales allá, el haitiano no vive del gobierno, sino de su día a día. Entonces casi todo el mundo en el país son vendedores ambulantes, entonces la gente está acostumbrado a resolver los problemas por si solos sin gobierno (Saint Louis, Fritz3. Julio 2012).

Además de esta característica intrínseca, existen diversos factores que impiden la inserción de los inmigrantes haitianos en empleos formales en el país. En primera instancia, hay un grupo importante de inmigrantes que no cuenta con documentación legal, lo que sin duda les imposibilita la obtención de un empleo estable. Otro punto tiene que ver con que un gran número de inmigrantes haitianos no poseen formación académica, pues si bien en el país residen inmigrantes con estudios universitarios, no representan un porcentaje elevado si se realiza una comparación estadística.

El idioma también representa para los inmigrantes haitianos una gran barrera para obtener espacios en el mercado laboral formal venezolano. Este obstáculo, muy complicado para casi todos, es superado por pocos. De hecho, la mayoría de los informantes considera que este elemento es definitorio para entender las limitaciones laborales de sus compatriotas. En relación a este punto una informante refiere lo siguiente:

(…) es que no saben hablar en español, nada, ni una palabra, quizás dice hola, gracias, y cosas así. Y tampoco entienden en español, y cuando andan por ahí vendiendo helados no les hace falta decir nada, ¿entiende? Solo cuentan el dinero y ya. Además es fácil, cualquiera puede agarrar un carrito y vender helados. (Bisoneaux, Doraly. Febrero 2013) .

En el campo del comercio informal, la venta de helados ambulantes es el oficio que mas practican los inmigrantes haitianos. Según se pudo evidenciar en el trabajo etnográfico, las empresas que expenden este tipo de helados, generalmente identificados con la marca Tio Rico y EFE4, no solicitan ninguna documentación legal para trabajar en este medio; no solicitan ninguna formación académica, y no exigen el manejo del español como requisito. Si se suma toda esta laxitud jurídica-laboral es entonces entendible el porqué trabajan tantos inmigrantes haitianos en este tipo de “empresas”.

Como dato etnográfico relevante, destacamos que estas reconocidas empresas de venta de helados no les garantizan a los inmigrantes haitianos ningún beneficio establecido por las leyes laborales venezolanas. De hecho, la remuneración es obtenida individualmente sobre la venta de los productos. Al momento de realizar la investigación de campo, cada vendedor obtenía el 20 % de la ganancia sobre cada producto vendido. Un informante que desempeña este oficio comenta:

Es muy duro, horas y horas trabajando, caminando, mucho sol. Y esto es pesado (risas). Pero como digo, es el trabajo que hay aquí. No se gana mucho dinero, y no hay respeto con el dueño del depósito, te insulta y grita mucho, groserías, y te roba, yo debería ganar lo del 20 % de los helados pero no es así, el dueño te da lo que quiere, tú no sabes cuánto ganas (JayAndoux Octubre, 2014).

A pesar de estas condiciones laborales, el flujo de inmigrantes haitianos que trabaja en este oficio es significativo. Este hecho no sólo es comprensible por la facilidad del trabajo, sino que también es un medio expedito para conseguir dinero. En un trabajo formal, se debería esperar por lo menos quince días para obtener la remuneración. Al decir de los informantes, esta cantidad de tiempo es muy extensa, pues normalmente es necesario enviar dinero consecuentemente a los familiares en Haití. El mismo informante citado anteriormente explica lo siguiente:

(…) en otro trabajo hay que esperar mucho, diez o quince días. O un mes. Así no se puede, hay que mandar dinero para allá, rápido, ¿entiendes? Aquí en los helados se gana un poco más y más rápido. Por eso tantos haitianos trabajan aquí, más rápido el dinero (Jay Andoux Octubre, 2014).

En relación a este mismo tópico, la informante Doraly Bisoneaux manifiesta que:

(…) porque a los obreros le pagan cada cierto tiempo ¿no? mensual, y uno aquí necesita dinero en mano, si se enferma alguien allá en Haití tienes que mandar allá ¿ves? Entonces con los helados se tiene dinero todos los días para mandar rápido para alguna medicina o algo, no tienes esperar un cheque o deposito o algo (Febrero, 2013).

Un punto importante que es necesario hacer notar es que debido a la gran cantidad de inmigrantes haitianos que trabajan en la venta ambulante de helados, pareciera que la sociedad venezolana asumiera que este es un oficio destinado únicamente a los inmigrantes de este origen. En relación a este escenario laboral Michael Piore (1979) manifiesta lo siguiente:

Dentro de las sociedades receptoras, una vez que los migrantes han sido reclutados en ocupaciones particulares en número significativo, esos empleos son etiquetados como “empleos de inmigrantes” y los trabajadores nativos son reacios a ocuparlos, reforzando la demanda estructural de inmigrantes. La inmigración cambió la definición social del trabajo, haciendo que cierta clase de empleos se definan como estigmatizadores y culturalmente inapropiados para los trabajadores nativos (Piore, 1979 citado por Massey y otros, 2000: 32).

Esta vinculación laboral también es entendible a partir del funcionamiento efectivo de las redes migratorias. Es decir, “(…) cuando las redes están bien desarrolladas ponen puestos de trabajos al alcance de la mayoría de los miembros de la comunidad y hacen de la migración un recurso confiable y seguro como fuente de ingreso” (Massey y otros, 2000: 27-28).

De tal forma que las redes migratorias instaladas en Venezuela por inmigrantes haitianos tienen una relación directa con los oficios desempeñados por éstos. Por ejemplo, la venta de helados está íntimamente relacionada a las redes de amistad y las redes vinculadas al tráfico de personas.

Esta vinculación laboral también es entendible a partir del funcionamiento efectivo de las redes migratorias. Es decir, “(…) cuando las redes están bien desarrolladas ponen puestos de trabajos al alcance de la mayoría de los miembros de la comunidad y hacen de la migración un recurso confiable y seguro como fuente de ingreso” (Massey y otros, 2000: 27-28).

De tal forma que las redes migratorias instaladas en Venezuela por inmigrantes haitianos tienen una relación directa con los oficios desempeñados por éstos. Por ejemplo, la venta de helados está íntimamente relacionada a las redes de amistad y las redes vinculadas al tráfico de personas.

En el caso de las redes de amistad el recién llegado no tiene que hacer mucho esfuerzo en conseguir empleo, la misma persona que le sirvió de puente para llegar a Venezuela le presenta las posibilidades de trabajar en la venta ambulante de helados. Generalmente los nuevos migrantes que llegan por esta vía comienzan a desempeñar este oficio unos pocos días de haber llegado al país. Además, como elemento a destacar, cuenta con la asesoría inmediata del o los amigos que forman parte de la red, pues éstos le dan la información necesaria para desempeñar tal oficio.

En el caso de la red de tráfico de inmigrantes, el recién llegado debe explorar por sí mismo la posibilidad de emplearse en algún oficio. Sin embargo, la búsqueda no lleva mucho tiempo, pues al entrar en contacto con sus compatriotas recibe la información relacionada a la venta de helados ambulantes. Como se detalló anteriormente, este oficio no requiere ningún tipo de requisitos formales.

En el caso de las redes familiares y de las redes religiosas se pudo notar que su relación con los espacios laborales nacionales es mucho más amplia. A diferencia de las redes de amistad, estas redes no tienen vinculación directa con un tipo de oficio en especifico, en este caso cada nuevo inmigrante examina las posibilidades de empleo a través de los miembros de su familia o de sus compatriotas miembros de la iglesia en común.

6. EN “VISTA AL MAR” ESTÁ HAITÍ

En Caracas, la inmigración haitiana fundamentalmente ha establecido tres espacios de hábitat: Catia, El Junquito y Carapita5. Como se mencionó en el apartado metodológico, el trabajo de campo se realizó en su totalidad con inmigrantes residentes de Catia o que en algún momento vivieron en esta zona. A partir de las entrevistas se logró conocer que la llegada de inmigrantes a Catia comenzó a mediados de la década de 1970. Al parecer, los bajos costos de los alquileres de vivienda fue la causa principal que motivó la alta presencia de haitianos en esta zona capitalina. En relación a este punto un informante comenta lo siguiente:

Si, si, si, aquí cuando llegué [1978] ya había uno que otro haitiano por aquí [Catia] pero poco poco, no ese montón que hay ahora, Catia era muy tranquilo, entonces eso gustaba, porque tampoco era muy caro, además, aquí alquilaban casas completas para la gente, no eran como pensiones, ¿sabes? Esas que la gente vive en cuartos pequeños en el centro; entonces los haitianos y también muchos colombianos se venían a Catia, y estaban en un casa. Yo me vine por aquí creo que ya en los ochentas, por ahí cerca de la funeraria “la fé” (Izidore, Gustav, Noviembre 2013).

Mediante observación directa se identificó que la mayor concentración de inmigrantes haitianos se encuentra en un sector conocido como “Los Magallanes de Catia”, específicamente en un barrio popular llamado “Vista al mar”. En esta barriada, de calles estrechas y casas humildes, se puede visualizar una gran cantidad de inmigrantes saliendo a tempranas horas de la mañana y regresando apenas comienza a caer la noche.

En “Vista al Mar” aunque las casas son similares y los inmigrantes proceden de un mismo país existen dos maneras de residir. Vale destacar que estas formas de vivir están relacionadas íntimamente con las redes migratorias en la cual se participa. Generalmente los inmigrantes que llegaron utilizando una red de amistad se alojan en cuartos compartidos con otros compatriotas. En algunos casos se puede observar habitaciones compartidas por dos personas, en donde además de pagar el alquiler se comparten gastos relacionados a la alimentación.

En medio de la observación participante, logramos visitar la vivienda donde se hospedaba Carl Duvengé, uno de los informantes claves. Allí pudimos observar que residían cinco inmigrantes haitianos más, y que vivían tres en casa habitación. La vivienda pertenece a una familia de origen haitiano que según nuestro informante tienen más de diez años en Venezuela y se ayudan económicamente alquilando habitaciones a compatriotas migrantes. Esta forma de vivir es de las más comunes, de hecho, en el barrio “Vista al Mar” muchas casas pertenecen a familias haitianas residentes en el país desde hace muchos años y que se sustentan gracias a los alquileres de habitación. Vale destacar que no logramos avistar cuartos en alquiler en viviendas pertenecientes a familias venezolanas, al parecer la barrera idiomática y otros aspectos socioculturales imposibilita este posible acuerdo comercial.

Otro grupo de inmigrantes, vinculados también a redes de amistad y posiblemente a redes irregulares de tráfico de personas, se encuentran alojados en dos casas de tres pisos que cumplen la función de pensiones. Lamentablemente nos fue negado el acceso, sin embargo por medio de un entrevistado logramos conocer que las viviendas cuentan con alrededor de veinte cuartos y que en cada uno de ellos viven aproximadamente seis personas. Un informante relata lo siguiente:

Yo vivo con seis otros más, en un cuarto, es pequeño pero ahí estamos, no está muy grande, no tenemos televisión y a veces se va la luz (risas), pero yo estoy en la calle, llegó allá a las siete de la noche y dormir. Al otro día lo mismo, bajar buscar el carrito y vender lo más he- lados (Jay Andoux Octubre, 2014).

Este mismo informante manifestó que todos sus compa-ñeros de residencia trabajan en la venta de helados y que todos en la vivienda tienen la misma rutina de salir a las 05:30 am y volver a las 07:00 pm. De igual forma comentó que ésta vivienda no tiene espacios comunes, por lo que para conversar y compartir con otros compañeros se deben reunir en una de las habitaciones de la casa.

Otro informante, que no reside en esta vivienda, pero que ha ingresado en varias oportunidades narra lo siguiente:

(…) si tú ves en donde viven, y tú dices oye, como una persona que te trabaja de lunes a lunes, como es posible que no puedan rentar un sitio mejor, tu vas a esos sitios y viven cinco o seis en un cuarto, en el cuarto tienen la cocina, la neverita, en Carapita lo he visto, y aquí en los Magallanes, exactamente en Vista al Mar, ahí hay dos residencia de haitianos que son conocidas como las embajadas, por la cantidad de haitianos, eso tiene haitianos para tirar al aire6 pero las condiciones de vida allí son condiciones infrahumanas, y a veces tu le preguntas como pueden vivir así, por ejemplo tu llegas a esta hora [08:00pm] y en esas escaleras no hay luz, tiene humedad, y ahí el calor es como si estuvieras en Maracaibo7 de lo caliente que es, y ellos viven ahí, pero todo para mandar a su país. (Dumont Donald, enero 2014).

A diferencia de este modo precario de habitar, los integrantes de las redes familiares y religiosas se ubican en condiciones más favorables de alojamiento. A pesar de que muchos viven en este mismo barrio, procuran para sus integrantes espacios de hábitat más convenientes y cómodos. En el caso de las redes familiares, se evidencian espacios mucho más estructurados, pues generalmente se alquilan casas completas o anexos independientes que permiten un despliegue casi total de la vida familiar. Esto se debe a que en este tipo de red los pioneros intentan establecerse de la mejor manera posible antes de recibir a migrantes de su familia.

Por su parte, los integrantes de las redes religiosas también se asocian para garantizarse espacios de hábitat más confortables. Se logró observar que muchos de ellos también viven en el barrio “Vista al Mar”, sin embargo están ubicados en viviendas completas o alquilan habitaciones entre varios sin llegar a estar hacinados. Igualmente en algunos casos familias establecidas en el país le brindan hospedaje en sus viviendas a migrantes recién llegados que forman parte de la misma iglesia.

Un punto sin duda interesante es que a pesar de residir de forma diametralmente distinta, una gran cantidad de haitianos siguen viviendo en esta zona especifica de Caracas, esto, más allá de una razón económica, muy posiblemente tenga que ver con una tradición establecida y una extensión de la ruta migratoria que vincula a Haití y Venezuela.

7. TAN CERCA Y TAN LEJOS

Mediante el trabajo de campo también se logró identificar que es poco común observar inmigrantes haitianos compartiendo en diversos contextos con ciudadanos venezolanos. Mucho más excepcional es ver a una familia compuesta por un venezolano o venezolana con un haitiano o haitiana. Los elementos para analizar este fenómeno son diversos, se podría hablar de la barrera idiomática o quizás de las marcadas diferencias étnicas entre haitianos y venezolanos; sin embargo, para ello habría que profundizar en la dimensión sociocultural de ambos colectivos, y esa discusión sobrepasa los límites de este trabajo. Lo que sí destacaremos, utilizando nuestro planteamiento teórico, es que las redes migratorias juegan un papel crucial en este escenario.

Como se mencionó anteriormente, pertenecer a una red migratoria garantiza diversas ventajas que difícilmente se consigan a la par de éstas. No obstante, las redes en sí mismas fomentan una dinámica de distanciamiento cultural que podría derivar en un aislamiento total en relación a la sociedad receptora, en tal sentido:

Las redes pueden generar una ralentización de la integración y asimilación de las nuevas estructuras en el destino, al prolongarse las relaciones y las estructuras del origen, pudiendo producir incluso un efecto de segregación de los inmigrantes, cuyo más claro ejemplo es el alto porcentaje de endogamia (García, 2003: 348).

Sobre este tema el investigador Jesús Machado (2010) apunta que la endogamia en la comunidad haitiana en Venezuela es incuestionable. A partir de sus estudios cuantitativos afirma que más del 75% de los inmigrantes haitianos mantiene relaciones conyugales con personas del mismo origen. De tal forma que la misma estructura de las redes migratorias no permite el contacto cultural con la sociedad receptora. Los inmigrantes, al estar rodeados continuamente de compatriotas, no sienten la necesidad de entrar en contacto con el “Otro” más allá de lo estrictamente necesario. Las redes, a través de sus integrantes, brindan la posibilidad de refugiarse culturalmente y evitan una potencial integración entre inmigrantes y sociedad receptora.

Sin embargo, por medio de la observación participante se lograron reconocer algunas excepciones que permiten entender que dependiendo del tipo de red migratoria se establece una vinculación de cercanía o alejamiento con los miembros de la sociedad receptora. Por ejemplo, los inmigrantes que integran las redes de amistad se encuentran diametralmente alejados de una posible integración cultural. Si bien su vida cotidiana transcurre entre venezolanos no mantienen ninguna interacción transcendental con ellos. En la mayoría de los casos sólo se vinculan a partir de la jornada laboral y necesidades vitales puntuales.

En el caso de las redes familiares, la vinculación con los espacios institucionales venezolanos es un poco más cercana. Esto se puede reconocer en aquellas familias que tienen hijos en edad escolar, lo que los obliga a interactuar con instituciones como escuelas y hospitales; además de espacios recreacionales y deportivos. Un ejemplo de este caso se logró identificar a través del relato de uno de los informantes:

No, mis padres no son mucho de relacionarse con venezolanos, mayormente con haitianos, con otras familias, cuando yo llegué duré mucho tiempo para conocer de venezolanos, sólo veía, siempre estábamos en casa con mis hermanas y mis padres. Cuando entré a la escuela con mis hermanas allí si empecé a tratar con los venezolanos (…) si fue complicado porque no sabía hablar español, pero los profesores me ayudaban, y siempre hay unos buenos amigos que te ayudan y te dicen cómo es que tiene que hablar. (…) y después mis padres no le gustaba que tuviera amiguitos venezolanos, no sé, les costó mucho, ya después si aceptaban y hasta medio hablaban con ellos y con sus padres (Malary Chilet, Julio 2015).

A pesar de la aproximación que tienen algunos integrantes de este tipo de red con la sociedad venezolana, el elemento endogámico sigue siendo muy fuerte, de hecho, tanto el informante Chilet Malary, como sus dos hermanas se encuentran en relaciones conyugales con personas oriundas de Haití.

El caso de las personas que integran las redes religiosas se presenta de manera diferente. En la iglesia, donde tuvimos la oportunidad de realizar la observación participante, se logró evidenciar la relación íntima que existe entre los inmigrantes haitianos y los venezolanos que asisten a este tipo de reunión religiosa. Tan cercana es esta relación que es muy normal ver parejas conyugales conformadas por venezolanos o venezolanas y haitianos o haitianas. Para nuestros informantes esta realidad tiene mucho que ver con los principios que profesa la iglesia de Testigos de Jehová, pues bajo esta fe no deberían existir diferencias entre venezolanos y haitianos. Más allá de la discusión religiosa, es evidente como este espacio permite un escenario de encuentro cultural entre inmigrantes haitianos y venezolanos.

8. CONCLUSIONES

La experiencia de la migración haitiana en Venezuela deja ver la intima relación que existe entre las redes migratorias y las posibilidades de acceder a distintos espacios relacionados a la vida cotidiana en el país receptor. Si bien se conoció de casos en donde algunos inmigrantes haitianos burlaban esta dinámica, es posible dar fe que la gran mayoría desarrollaba su vida cotidiana a la par de las opciones que le brindaran la redes a la cual estaban afiliados.

Un ejemplo claro de este tipo de dinámica lo muestra la relación existente entre el oficio de vender helados ambulantes en las calles de Caracas y las redes migratorias de amistad e irregulares. De hecho, en el trabajo de campo no se evidenció otro espacio laboral en donde se desempeñaran los inmigrantes haitianos que utilizaron estos dos tipos de red.

Por el contrario en las redes familiares y las redes con fundamento religiosos los inmigrantes ya establecidos en el país colaboran en la búsqueda de empleo, pero siempre teniendo presente el perfil profesional del recién llegado. Esto es importante aclararlo pues es evidente que estas redes no se encuentran adscritas a un ámbito laboral en específico.

En cuanto a la forma de habitar sucede algo similar; los inmigrantes que llegaron a Venezuela utilizando redes de amistad y redes irregulares generalmente viven en cuartos compartidos con cinco, seis o incluso siete compatriotas más. Al contrario de lo que se pudiera pensar, las habitaciones son normalmente muy pequeñas y con pocas comodidades; es decir, se podría afirmar que viven en situación de hacinamiento.

En el caso de las redes familiares y con fundamento religioso la forma de habitar es diametralmente diferente, pues los inmigrantes que forman parte de ellas tienen acceso a hospedajes más cómodos. Si bien generalmente viven en la misma zona popular que los integrantes de las otras dos redes, en la mayoría de los casos residen en anexos individuales, en viviendas de algún familiar o hermano de fe.

En términos de acercamiento cultural se hace notorio que la red con fundamento religioso es la que más colabora con la integración entre venezolanos y haitianos. Esto, debido a que el discurso desplegado dentro de estas instituciones religiosas no rconoce las diferencias culturales tanto como las de fe.

En torno a las redes de amistad y las redes irregulares la relación con la venezolanidad es casi nula, la única relación existente pareciera ser la comercial, es muy poco común observar a inmigrantes afiliados a este tipo de redes relacionándose con venezolanos o con algunos elementos culturales del país.

En síntesis diremos que las redes migratorias de haitianos en Venezuela existen y están muy relacionadas con el despliegue de algunos elementos de la vida cotidiana, si bien no aseguramos que las redes determinan todas las interacciones de los inmigrantes en el país, si diremos que de cierta manera condicionan las posibilidades de acceder a algunos espacios sociales.

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Notas

1 Luego de una detallada explicación de los objetivos propuestos por la presente investigación, los informantes estuvieron de acuerdo en mostrar su identidad. Por tanto, los nombres utilizados aquí son reales.
2 Si bien nuestra investigación de campo no arrojó información concreta sobre casos de trata de personas, es importante señalar que algunos de nuestros informantes destacaron una situación de este tipo en el año 2007. En esa ocasión se realizó un procedimiento policial donde resultaron capturados varios ciudadanos haitianos que trabajan para diferentes empresas de venta de helados ambulantes. Luego de algunos meses los ciudadanos fueron liberados. Hasta la fecha no hay un documento oficial que explique tal incidente.
3 Asesinado en extrañas circunstancias el día 26 de marzo del año 2016. Según comunicado oficial de las autoridades policiales, varios sujetos entraron a su vivienda y sin mediar palabras le dispararon en varias ocasiones. Hasta la fecha no hay responsables en el hecho. Fritz Saint Louis fue un activista por los derechos de los inmigrantes en Venezuela y dirigente notable del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
4 Por distintos medios se intentó conversar con los directivos de estas reconocidas marcas de ventas de helado, sin embargo, nunca accedieron a facilitarnos información relacionada a su trabajo con inmigrantes haitianos.
5 Al igual que “Catia”, “El Junquito” y “Carapita” son zonas urbanas populares, conocidas como “barriadas”, conformada en su gran mayoría por las familias más humildes de Caracas.
6 Expresión venezolana que hace referencia a exceso de algo o tener mucha cantidad de alguna cosa.
7 Capital del estado Zulia. Luego de Caracas, es la ciudad más poblada del país. En sus adyacencias se encuentran los pozos petroleros más grandes de Venezuela. Una de sus principales características es su alta temperatura durante todo el año.


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