Recension: Laurajeane Smith, 2006. Use Of Heritage

María Angélica Rivas Carrero
Universidad Santo Tomás, Colombia

Recension: Laurajeane Smith, 2006. Use Of Heritage

Boletín Antropológico, vol. 38, núm. 100, pp. 606-609, 2020

Universidad de los Andes

Laurajeane Smith. Use Of Heritage.. 2006. UK. Routledge, Taylor & Francis Group, Abingdon. 369pp.

Laurajane Smith es originaria de Sydney, Australia, donde trabajó como consultora de patrimonio durante la década de los ochenta; además de docente en universidades australianas y del reino Unido también es editora de la Revista Internacional de Estudios patrimoniales (Routledge). El énfasis crítico en sus investigaciones constituye un desafío hacia la nueva forma de re-teorización del patrimonio. Entre sus importantes y diversas aportaciones, nos ocuparemos de su primera publicación: Los Usos del Patrimonio del año 2006. Este texto en su estructura reúne diferentes corrientes de pensamiento e incentiva el debate sobre la naturaleza del mismo, al abordar los conceptos de intangibilidad, identidad, memoria-recuerdos, interpretación, lugar y disonancia, junto a otros temas que aportan interesantes ideas para explorar diferentes aspectos de los usos del patrimonio.

Sus posturas nos acercan al entendimiento del patrimonio no tanto como una “cosa”, sino como un proceso social y cultural, tomando en cuenta las nociones que han comenzado a surgir en el campo interdisciplinario de estudios patrimoniales. Dentro de esta área relativamente nueva, una serie de disciplinas se han unido para usar la idea de “patrimonio” y formular preguntas interesantes relacionadas con las prácticas modernas de conservación y visitas a sitios. De hecho, su trabajo parte de la premisa de que todo patrimonio es intangible, sin embargo, no descarta lo tangible o prediscursivo, simplemente lo desliga y desnaturaliza en la forma y esencia evidentes del mismo. Son estos procesos los que los identifican a modo de símbolos físicos de eventos culturales y sociales particulares, y así les dan valor y significado.

En la primera parte del libro nos percatamos de un “Discurso patrimonial Autorizado”, que naturaliza las prácticas que giran en torno a los aspectos de conservación del patrimonio, promoviendo ciertos valores culturales de las “élites occidentales”, que terminan siendo universalmente aplicables. Aunque, este discurso inevitablemente cambia y se desarrolla en diferentes momentos y contextos; hay un enfoque y énfasis particular, principalmente en la atención que presta a la materialidad. Por consiguiente, está institucionalizado e incorporado en los principales documentos provenientes de las convenciones y los estatutos promulgados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y otras Organizaciones No Gubernamentales (ONG): el Comité Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), entre otros, que son Organismos internacionales encargados de velar por el patrimonio cultural.

En ese sentido, reconocemos la existencia de un discurso hegemónico, el cual actúa para constituir las formas en que pensamos, hablamos y escribimos acerca del patrimonio. Consideramos entonces, que valida un conjunto de prácticas en la construcción del mismo; pero a la vez amplía la mirada hacia otras maneras de actuación; así, el trabajo que éste realiza como práctica social y cultural está opacado por los efectos neutralizantes del Discurso Patrimonial Autorizado.

Los especialistas en su mayoría, tenemos cierta dificultad sobre la idea de descentrar el objeto y ocuparnos de los procesos reales; siendo vital las posturas de Smith para acercarnos a reflexionar y entender el patrimonio como un proceso cultural que reconoce esas cosas y lugares, reflejando los significados en cuanto a los usos del patrimonio; basándose en una gama de innovaciones teóricas interdisciplinarias, en particular ideas de lugar, recuerdo y actuaciones o interpretaciones donde interviene la memoria, los afectos y emociones de los individuos, la historia viviente más allá de su materialidad en la forma en que refleja enlaces vitales, tangibles e intangibles en la creación de identidad.

Estamos de acuerdo que existen otras formas alternativas de concebir el patrimonio desde un discurso crítico; tomando en cuenta los procesos sociales y culturales en la construcción de significados e identidad, que incluyen en las prácticas los aspectos más representativos de la vida, que muchas veces no dependen del discurso dominante. A lo largo del libro vamos explorando la idea de que el patrimonio se entrecruza con una serie de debates que legitiman ciertos valores e identidades, pero sobre todo el papel que juega en su validación, negociación y regulación. Son posiciones que nos conducen a explorar los usos que se le da al patrimonio fuera del campo de la gestión y la conservación.

Enfrentamos y reconocemos las consecuencias del Discurso Patrimonial Autorizado y como éste influye perpetuándose en las prácticas de los profesionales del patrimonio. Concretamente, la autora, expone un examen crítico del discurso del ICOMOS y de las Cartas y Convenciones de la UNESCO, resultando muy enriquecedor para desde la academia propiciar la construcción de nuevos discursos.

Otro punto clave en el texto, es destacar las formas en que la experiencia performativa del patrimonio se relaciona con la creación, la recreación y la legitimación de los vínculos de identidad en el presente, siendo vital salir a realizar trabajo de campo con la gente de las comunidades. En esta sección del libro se argumenta que las prácticas de gestión y conservación son en sí mismas representaciones constitutivas del patrimonio, y que la autenticidad de este reside en última instancia, en los significados que las personas construyen en su vida cotidiana.

Finalmente, en la última parte, encontramos aportes significativos sobre los claros propósitos de la autora, con relación a la naturaleza del patrimonio, dónde a través de un diverso campo interdisciplinario; nos invita a tomar partido de los conceptos presentes en el debate actual como memoria, recuerdos, intangibilidad, identidad, performatividad (actuaciones o interpretaciones), lugar, autenticidad, afecto y emoción; entre otros, que contribuyen a estructurar temas y explorar diferentes aspectos que traten específicamente con este tipo de teorías emergentes. Podremos entonces, desde la academia asumir posiciones en cuanto al entendimiento y compromiso con el patrimonio, y fundamentalmente qué nuevo modelo de pensamiento necesitamos aprehender en lo inmediato, y más interesante aún, comenzar a descubrir y describir experiencias afectivas, especialmente aquellas que se toman y se expresan en momentos y espacios que pueden ser a veces intensamente personales.

En resumen, el libro nos invita a asumir el cambio cultural hacia la reelaboración de significados del patrimonio como construcción social, destacando que éste se construye desde la base de las comunidades, por tanto, el texto es una provocación que incita a rehacer los conceptos y las metodologías en la forma como hemos venido trabajando, en especial comprender las relaciones contemporáneas y los compromisos con el mismo, para construir el patrimonio en función de nuestras realidades e individualidades

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