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EL CULTO A HUGO CHÁVEZ EN VENEZUELA: ¿SANTO, SER VERGATARIO O MUERTO PODEROSO?
Luis Alonso Hernández
Luis Alonso Hernández
EL CULTO A HUGO CHÁVEZ EN VENEZUELA: ¿SANTO, SER VERGATARIO O MUERTO PODEROSO?
THE CULT OF HUGO CHÁVEZ IN VENEZUELA: ¿HOLY, IS VERGATARIO THE MUERTO POWERFUL?
Ciencias Sociales y Religión / Ciências Sociais e Religião, vol. 20, núm. 28, pp. 114-128, 2018
Universidade Estadual de Campinas
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Resumen: El presente artículo corresponde a una investigación en curso que pretende describir y analizar las prácticas de sacralización en torno a la figura de Hugo Chávez en Venezuela, para comprender las distintas formas de expresión devocional que establecen sectores populares urbanos con seres considerados excepcionales. En este sentido, tras una visita de cuatro meses al sector 23 de Enero en la ciudad de Caracas, se evidenció etnográficamente el sostenimiento de un culto que cuenta con oraciones propias, una capilla y toda una reconfiguración de iconos del catolicismo adaptados a esta manifestación religiosa. Además, desde la relación que establecen los nativos con el comandante Chávez, se observa que estamos frente a una entidad polisémica, es decir, para ciertos devotos es un santo, para la guardiana de la capilla es un ser vergatario que está sentado con Dios, mientras que para un sargento de la Milicia Bolivariana que sostiene una relación de confianza con el expresidente, es un muerto poderoso. El Santo Hugo Chávez del 23, como es conocido, ya tiene una lista de milagros que fortalecen su presencia y potencia en términos de Peter Brown (1982), además, gran parte de sus devotos expresa compromisos con la revolución bolivariana que se fusionan con sus formas de vivir lo religioso, lo que da indicios de un fuerte isomorfismo entre política y religiosidad popular que resulta de interés para las ciencias sociales.

Palabras clave: Chávez, sacralización, entidad polisémica, seres excepcionales, 23 de Enero, Venezuela.

Abstract: This article corresponds to an ongoing research that aims to describe and analyze the practices of sacralization around the figure of Hugo Chávez in Venezuela, to understand the different forms of devotional expression established by popular urban sectors with beings considered exceptional. In this sense, after a fourmonth visit to the sector January 23 in the city of Caracas, it was evidenced ethnographically the support of a cult that has its own prayers, a chapel and a whole reconfiguration of icons of Catholicism adapted to this religious manifestation. In addition, from the relationship established by the natives with Commander Chávez, it is observed that we are facing a polysemic entity, that is, for certain devotees it is a saint, for the guardian of the chapel it is a “ser vergatario” that is seated with God, while for a sergeant of the Bolivarian Militia that maintains a relationship of trust with the former president, he is a powerful dead man. Santo Hugo Chávez del 23, as he is known, already has a list of miracles that strengthen his presence and power in terms of Peter Brown (1982), in addition, many of his devotees express commitments to the Bolivarian revolution that merge with their ways of living the religious, which gives indications of a strong isomorphism between politics and popular religiosity that is of interest to the social sciences.

Keywords: Chavez, sacralization, polysemic entity, exceptional beings, January 23, Venezuela.

Carátula del artículo

Article

EL CULTO A HUGO CHÁVEZ EN VENEZUELA: ¿SANTO, SER VERGATARIO O MUERTO PODEROSO?

THE CULT OF HUGO CHÁVEZ IN VENEZUELA: ¿HOLY, IS VERGATARIO THE MUERTO POWERFUL?

Luis Alonso Hernández
Universidad de Carabobo, Venezuela
Universidad Nacional de San Martín, Argentina
Ciencias Sociales y Religión / Ciências Sociais e Religião, vol. 20, núm. 28, pp. 114-128, 2018
Universidade Estadual de Campinas
1. El contexto

El 23 de Enero es una populosa parroquia ubicada en uno de los cerros del Oeste de Caracas conocida por su irreverencia. En este lugar abundan los murales en honor al Ché Guevara, Simón Bolívar, el comandante Hugo Chávez y hasta una plaza se inauguró para recordar a Manuel Marulanda, alias Tirojifo, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Además, es el epicentro del culto al líder de la Revolución Bolivariana, a quien se le erigió una capilla que lleva por nombre Santo Hugo Chávez del 23 1, lo que evidencia que en Venezuela, al igual que en otros países de América Latina, es común apreciar la construcción de altares populares para venerar a difuntos considerados excepcionales por la gente.

Estos personajes en vida e indistintamente de la esfera en la que se desenvolvieron, ejercieron un poder e influencia considerado fuera de lo común, en la que se pliega la excepcionalidad de sus propias áreas con lo sagrado, como es el caso de Evita Perón ( Taylor:1981); la cantante de cumbia argentina Gilda (Martin: 2007); el ícono del tango Carlos Gardel ( Carozzi:2003- 2004) o en el campo de la medicina venezolana, el doctor José Gregorio Hernández 2 (Ferrandiz:2004).

Sobre el caso de Hugo Chávez en particular, esta textura sagrada que tuvo en vida se afianzó tras su fallecimiento, en especial, por las acciones que emprendió en beneficio de los más pobres y excluidos, lo que parece ser una constante en algunas elevaciones populares venezolanas, como el caso de Jacinto Plaza 3, muerto en 1901 y considerado padre de los pobres ( Franco:2011) y Machera 4, especie de Robin Hood criollo que robaba casas de gente rica para ayudar a los más necesitados en su comunidad.

Volviendo a Hugo Chávez, la forma peculiar en la que apareció en la esfera pública, tras protagonizar un intento de Golpe de Estado contra el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez el 4 de febrero de 1992 -en momentos de fuerte crisis económica y sonados hechos de corrupción- representó para algunos una especie de Mesías 5. En términos de María Julia Carozzi, se trata de un ser excepcional que en parte del imaginario popular fue y sigue siendo único, insustituible, “con los que es posible identificarse, de los que es posible recibir desde favores, alegrías, a los que es posible imitar y cuyo contacto directo es considerado siempre numinoso” (2003: p.59-82).

Esta sacralización 6 temprana sobre la figura de Hugo Chávez fue vista por el antropólogo Michael Taussig, quien recorría Venezuela a principios de la década de 1990 y observó tras la insurrección militar y posterior encarcelamiento del líder rebelde, como se pronunciaba en las barriadas de Caracas una plegaria dedicada al teniente coronel Hugo Chávez:

Chávez nuestro que estás en la cárcel, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu pueblo, hágase tu voluntad, de la nuestro país, la de tu Ejército, danos hoy la confianza ya perdida y no perdones a los traidores, así como tampoco perdonaremos a los que nos traicionan, no nos dejes caer en la corrupción y líbranos del presidente. Amén (2015: p.128).

Tras su muerte siendo presidente se afianza el culto a Hugo Chávez Frías. Gobernó desde el dos de febrero de 1999 hasta que perdió la lucha contra el cáncer el 5 de marzo de 2013, apenas a tres meses de su reelección 7. Para sus seguidores no murió, sino fue “sembrado” 8, lo equivalente a las raíces que para ellos brotan del árbol que representa su legado. Además, se le llama el santo-presidente de los pobres, los desamparados, negros e indígenas, tal como me informó Elizabeth Torres, guardiana de la capilla ubicada en el 23 de Enero, específicamente en el sector La Planicie, a unos 200 metros del Cuartel de la Montaña 9, instalación militar donde descansan los restos de Chávez y que sirvió de cuartel para las tropas sublevadas en febrero de 1992.

2. Entidad polisémica

Como en otros casos de la llamada religiosidad popular en América Latina, el mundo de los muertos continua interactuando con el mundo de los vivos. En el caso de Hugo Chávez, esta devoción se expresa de distintas maneras. Durante mi estadía en el 23 de Enero 10 escuché a devotos y simpatizantes referirse al ex mandatario de diversas formas, lo que evidencia que estamos frente a una entidad que es polisémica.

Por ejemplo, la ya mencionada Elizabeth Torres, le llama un ser vergatario que está al lado de Dios con cierta licencia para interceder y actuar en el plano terrenal. En vocabulario venezolano vergatario representa a una persona excepcional, fuera de lo normal. La Real Academia Española la define como un venezolanismo para referirse a alguien que sobresale o destaca por alguna cualidad, sobre todo por su valor o fuerza. Incluso, la palabra fue popularizada por Chávez en vida cuando impulsó el ensamblaje nacional de un teléfono celular para competir frente a las grandes corporaciones mundiales. Este aparato ya fuera de circulación fue denominado “el vergatario”.

El ser vergatario entonces, es una categoría en la que la forma sacralizada de Hugo Chávez tendría cierta autonomía para actuar, de acuerdo a la cosmovisión de Elizabeth 11, quien reafirma que Chávez fue un ser divino enviado con permisología para “enderezar” a Venezuela , “para que el pueblo desprotegido despertara, así como Simón Bolívar fue enviado hace 200 años”. Igual, se nota un imaginario sobre la muerte en el que seres vergatarios no mueren, sino que siguen interactuando en la tierra así como algunos héroes patrios, entre ellos el Libertador, a quien se le rinde culto en algunos estados del país.

Adicionalmente, otro de mis informantes, un sargento de la Milicia Bolivariana - integrada por civiles- que le adjudica poderes sobrenaturales a Chávez lo denomina un muerto poderoso 12 que le ha hecho algunos favores pero que no tiene nada que ver con Dios ni la iglesia católica. Observo que por su condición de ateo se cuida de vincularlo a categorías propias del catolicismo. Mientras que devotas con quienes compartí en la capilla están seguras que Hugo Chávez es un santo mediador con facultad para obrar milagros, por lo que acuden en agradecimiento regularmente a rezar, llevar ofrendas y a “hablar con el comandante eterno”. Estas tres formas evidencian un imaginario en el que la muerte juega un rol importante en la vida de los vivos, estableciéndose una relación casi humana entre sujetos comunes y entidades con cierta textura sagradas.

Esa presencia impulsó como pude constatar en varias santerías de la avenida Baralt de Caracas, la proliferación de toda una cultura material-religiosa: bustos de la imagen del comandante Chávez elaborados con yeso vestido de civil y militar; rosarios católicos y estampitas con su rostro acompañadas de una adaptación del Padre Nuestro y una oración propia. Además de la capilla en el 23 de enero, también observé en hogares de algunas devotas, la imagen del mandatario colocada en altares al lado del Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María, el doctor José Gregorio Hernández y el Libertador Simón Bolívar, acciones que han sido condenadas por la Conferencia Episcopal Venezolana, instancia que acusa de idolatras a quienes veneran a esta controversial figura.

En estas prácticas se aprecian manifestaciones profundas en las que intervienen toda la subjetividad del devoto y/o simpatizante en relación al santo, muerto poderoso o ser vergatario, lo que implica procesos de identificación, auto-entrega, confianza y amistad entre los creyentes y esta entidad polisémica. Las descripciones y afirmaciones de los nativos, evidencian en este caso, como también lo muestran algunos trabajos recientes de la antropología latinoamericana tales como Carozzi (2003), Martín (2007), Menezes (2009) y Calavia (2009), que se va consolidando una forma devocional hacia la imagen de Hugo Chávez basada en la confianza, con potencia para operar en el mundo de los vivos y en algunos casos, interceder ante Dios para conseguir favores divinos. De esta manera, en términos de Renata Menezes, se consolida el prestigio de la figura sacralizada, por la manifestación de poder y la fe expresada por devotos y simpatizantes.

Esta confianza y expresiones de fe las detallé con las oraciones que se pronuncian en la capilla, en especial, la Oración al Comandante Chávez, quien María del Carmen 13, una de las devotas de Santo Hugo Chávez del 23, me invitó a repetir durante una de sus visitas semanales a la capilla y que en honor a la observación participante, acepté sin problemas:

Señor y Dios nuestro, tu escogiste a nuestro comandante Chávez como el hijo del pueblo de Bolívar, para que nos guiara hacia un futuro mejor. Fue hacedor de la patria socialista con espíritu justiciero y libertario, y nos lo presentas como Cristo de los pobres, el guerrero del amor, prócer de la nueva independencia. Ángel que bajó a estas tierras, a estos mares, a estos vientos. Creo en Chávez en comunión con todas las religiones. Creo en Chávez en comunión con todos los pueblos de Dios. Creo en su mano milagrosa, amiga y socialista, en su verbo santo que cura los males de los más pobres. Creo en Chávez y en el milagro de nuestra patria grande, por su sacrificio hoy es viento sabanero y nuestro protector eterno. Somos con él. Todos somos con Chávez. Creo en Chávez como hermano, él es mi comandante y yo también soy Chávez y tengo el poder del amor por la patria, por el prójimo. Creo en Chávez, creo en el pueblo, creo en Dios todopoderoso. Amén.

Pero no todos en el 23 de Enero consideran que la figura sacra del líder político obra para el bien. Al enterarse de mis indagaciones en esta barriada caraqueña, me abordó una anciana de unos 70 años. Muy enérgica me dice: “tengo que hablar con usted”. Le digo que me interesa escucharla. La anciana, una evangélica pentecostal se queja por la santificación popular de Chávez, a su juicio, se trata del “mismísimo demonio”. Interpreta bíblicamente lo que ocurre en Venezuela y advierte que las cosas se pondrán peor mientras el pueblo no rectifique, mostrando las tensiones que surgen en el lugar entre católicos practicantes y no practicantes que veneran a Santo Hugo Chávez; simpatizantes del chavismo -no católicos- que le adjudican cierto poder y, católicos practicantes y evangélicos que señalan al resto como idólatras.

En este sentido, la anciana evangélica me comentó:

Mire, Chávez fue puesto por Dios en la presidencia, yo voté por él, pero se alejó del camino de Dios, en el Palacio de Miraflores se hacía brujería, se invocaba el mal, por eso Dios lo quitó. Ahora pagamos el castigo. Claro que hace milagros, pero detrás de todo está el Diablo, agrega. (Nota de campo).

3. La capilla

La visibilización del culto a Chávez se dio tras la construcción de la capilla en el 23 de enero 14, apenas a 20 días de su muerte. Hasta ahora es la única que se conoce. De esta manera, el padre de la llamada revolución bolivariana hizo su aparición en el espacio público de otra forma muy distinta a la de 1992: revestido de cierta textura sagrada con licencia divina para actuar en el mundo de los vivos.

La pequeña instalación mide unos 4 por 4 metros aproximadamente. En sus inicios era azul, pero la pintaron de beige con ocre para estar en sintonía con los colores del Cuartel de la Montaña. En la parte externa tiene una pequeña cerca de unos 40 centímetros con una puertita. En las noches se cierra la puertita pero no es garantía de seguridad. Cualquiera la puede saltar. La idea es que esté abierta al público las 24 horas. Desde hace un año (marzo 2017) se colocó un nuevo busto del presidente Chávez. Lo tuvieron que pegar a una repisa de vidrio ya que el anterior se lo robaron. A los costados se colocaron dos palmas para adornar la entrada. Siempre han estado y lucen muy cuidadas. Del lado derecho de la entrada cuelga un cuadro con la imagen de Simón Bolívar que dice: 23 de Enero. Comuna Socialista Simón Bolívar.

En la parte superior de la capilla, el nombre que recibe: Santo Hugo Chávez del 23. Ya dentro de la capilla se evidencian formas propias del sincretismo religioso venezolano, es decir, rostros de Hugo Chávez entremezcladas con imágenes de santos y vírgenes propias del catolicismo oficial. Al fondo de la capilla una gigantografía impresa en vinil muestra a la izquierda la imagen del Nazareno de San Pablo, advocación de Jesucristo cargando la cruz en la séptima estación del viacrucis, venerado en Caracas en especial durante el miércoles santo en una procesión que dura unas cuatro horas. Del lado derecho está Hugo Chávez con uniforme y en saludo militar. Al fondo de ambas imágenes el 23 de Enero. En la parte superior con signos de admiración la frase: ¡Dios con nosotros! y seguidamente en pregunta ¿Quién contra nosotros?

De la parte superior cuelga un enorme rosario, hecho a mano por un artesano y donado a la capilla. Debajo de la gigantografía Elizabeth colocó una repisa de vidrio. Al centro de la repisa un cuadro de Hugo Chávez con uniforme. Delante del cuadro, la taza de café y un vaso de agua. Todas las mañanas Elizabeth le sirve café al comandante. También está un pequeño busto de Chávez con el uniforme del ejército venezolano. No hay imágenes del expresidente vestido de civil. De izquierda a derecha ocho vírgenes acompañan el busto y cuadro del comandante Chávez. Dos imágenes de la virgen del Carmen, en Venezuela esta advocación es la patrona del Ejército. Se dice que Chávez era devoto de la virgen del Carmen.

Al lado, una pieza de la virgen de Coromoto, patrona de Venezuela; seguidamente la virgen del Valle, patrona de los pescadores y cuya procesión congrega a decena de miles de personas en la isla de Margarita cada 9 de septiembre; la virgen de Fátima; el Divino niño de Atoche; la Virgen de la Paz y la Rosa Mística. Desconozco la advocación de la octava virgen. Debajo de la repisa hay varias plantitas, a los costados también hay jardineras con varias matitas ornamentales. Son cuidadas por Elizabeth. Me cuenta que a veces las vecinas le ayudan a mantener la capilla en orden, “pues los fines de semana sube mucha gente”.

En las esquinas de las jardineras se instalaron plataformas de metal en forma de escalera para que las personas enciendan sus velas. Sin embargo, Elizabeth es cautelosa para evitar incendios. En la plataforma del lado izquierdo quedó grabada con la cera de una vela derretida una curiosa imagen. Elizabeth y visitantes aseguran que es la Virgen María con la espada de Bolívar. Según ella, detrás de la virgen se aprecia también el rostro del Libertador. Al lado de la misma plataforma ubicada del lado izquierdo está un cuadro de Bolívar, pero no el clásico, este es el Bolívar con rasgos mulatos elaborado tras la exhumación de los restos del Libertador en el año 2010. Según los seguidores de Chávez, ese es el verdadero Simón Bolívar. Fue llevado por estudiantes de bachillerato que suben a pedir para aprobar los exámenes.

Elizabeth decidió colocarlo a la vista de todos. También colocó una cartulina con imágenes de Hugo Chávez, en especial de sus ojos vigilantes, muy usados en las campañas electorales del Partido Socialista Unido de Venezuela tras la muerte del presidente. Esta imagen de los ojos de Chávez se ha comercializado en Caracas, hasta en tazas de café aparecen. Pintado con creyones, dentro de la cartulina se ven varias banderas, entre ellas la venezolana, de Cuba, Ecuador, Argentina, Bolivia y Palestina. Sobre la cartulina, una especie de plato de metal con el escudo venezolano. Fue un regalo de Elizabeth a la capilla que cuida con tanto recelo. La cartulina la dejaron unos colegiales.

Del otro lado (derecha) la bandera Argentina, un regalo de una pareja proveniente de Buenos Aires que quiso pasar a saludar. Según Elizabeth, pidieron perdón a Chávez porque los argentinos se alejaron de su proyecto para unificar a la América Latina y escogieron a Mauricio Macri como presidente. Comenta que Diego Armando Maradona visitó la capilla y también dejó la bandera de su país, pero está guardada en la casa de Elizabeth. La expresidenta Cristina Fernández también habría pisado la capilla. Debajo de la bandera albiceleste, un recuadro hecho a mano dice : ¡Chávez vive, la lucha sigue! El gigante Chávez es nuestro líder mundial. Hasta la victoria siempre. Lo llevó un hombre del interior del país en agradecimiento por un favor recibido por Chávez. Le pregunto a Elizabeth sobre el milagro y me dice que le curó un cáncer de próstata y le consiguió una casa de la Misión Vivienda. Tenía dos años solicitándola y nada que le asignaban, pidió a Santo Hugo Chávez del 23 y a los dos meses le dieron apartamento en Fuerte Tiuna, instalación militar a la entrada de Caracas.

Sobre la bandera un pequeño recuadro o plaquita tiene la imagen de un Chávez pensativo, al lado un texto que afirma: Gracias mi presidente eterno Hugo Chávez por el favor concedido. Las siglas NYGV. 2014. Esta plaquita fue un obsequio de una devota, habitante del 23 de Enero y le adjudica a Chávez haberse levantado de la silla de ruedas, cuando el discurso biomédico la condenó a estar postrada el resto de su vida a consecuencia de un aparatoso accidente de tránsito. Cerca de la placa, otros recuadros de Chávez y una oración al Nazareno de San Pablo.

También cuelga una especie de manta del Movimiento Proyecto Popular. Elizabeth no me supo explicar de quienes se trata, igual dejaron ese obsequio. El techo de la capilla reafirma la mezcla de símbolos patrios y religiosos, lo engalana la bandera venezolana, el tricolor nacional: amarillo, azul y rojo.

A pesar de los señalamientos de algunos sectores conservadores sobre la presencia en el espacio público de la capilla, los devotos y simpatizantes afirman que este espacio es tan válido como la propia catedral o cualquier templo católico. Defienden el derecho que tienen de adorar y llevar al panteón de los santos a quien consideran el “comandante eterno y supremo”, retando las jerarquías institucionales y reconfigurando acciones religiosas consideradas anti-hegemónicas en términos de Otto Maduro (1977).

Elizabeth Torres cuenta que algunos sacerdotes del 23 han oficiado misas y que sube mucha gente a rezar y conversar con Chávez. No duda que el pequeño espacio es una especie de portal que facilita la comunicación entre el la tierra y el cielo, evidenciando el componente cosmológico que Pablo Semán (2001) adjudica a la religiosidad popular, pensada por el autor como expresiones en contraposición a la tendencia propia de la modernidad, que instauró categorías occidentales con carácter universal tal como lo ha expuesto Chakrabarty (2008). En el caso religioso, la modernidad legitimó a unos credos por encima de otros, específicamente aquellos que divorciaban a los hombres y los dioses.

En este sentido, Semán aclara que “la visión cosmológica está más acá de las distinciones entre lo trascendente y lo inmanente, entre lo natural y lo sobrenatural, y supone que lo sagrado es un nivel más de la realidad” (2001:54). Esta situación hace que en los sectores populares como en el 23 de enero, el contacto con lo divino forme parte de la cotidianidad y se establezca una relación menos rígida que las impuestas por las jerarquías institucionales que por lo general son inflexibles.


Foto 1:
La capilla en el 23 de Enero
Fotografía de Autor

4. Relación entre iguales

En las prácticas de sacralización en torno a la figura de Hugo Chávez, a pesar de los rangos militares jerárquicos que aún lo recuerdan como “ el comandante eterno y supremo”, devotos y simpatizantes lo ven como el presidente amigo que sigue gobernando desde el más allá, vínculo en el cual, las fronteras entre lo terrenal y celestial parecen desvanecerse.

Lo llamamos el santo presidente, el presidente amigo que sigue ejecutando desde el cielo las misiones que fueron creadas por la revolución en beneficio de los más pobres, nos sigue cumpliendo, nos concede lo que pedimos con fe, es nuestro comandante eterno y supremo, por eso defenderemos este proceso bolivariano hasta con la propia vida, la oligarquía jamás volverá a gobernar este país. Chávez vive y la lucha sigue.(Conversación con Elizabeth, 24 de enero de 2018).

Además del aspecto político de las afirmaciones de Elizabeth, vemos que se acorta esa distancia impuesta por las religiones hegemónicas en donde el contrato entre Dios y el creyente está a una distancia equivalente a la que existe entre sujeto-objeto como lo afirma en sus trabajos Oscar Calavia (2009), mientras que, por el contrario, en el culto a los santos -vistos históricamente con reticencia por la misma iglesia católica- se establece una relación con formas similares a las que rigen la sociabilidad común, es decir, entre sujetos sin la lejanía impuesta por la modernidad entre hombres y seres sagrados.

En esta relación pueden surgir rupturas del acuerdo tácito o expreso. La relación con Dios es distinta, está por delante un protocolo especial que marca su alejamiento con respecto a la sociabilidad común. Vemos entonces que los santos pasan a formar parte de un sistema de redes en donde el santo se convierte en una especie de mediador. En el caso de los institucionalizados el mismo clérigo les endosa “virtud divina”, principio activo que los fieles deben reconocer por las hazañas y favores concedidos.

En el caso de los santos populares, la convivencia rutinaria con los milagros le asigna ese principio o atributo sin la anuencia de la jerarquía eclesiástica, pues en los sectores populares se apropian y reinterpretan símbolos que de alguna manera quiebran el monopolio de la interpretación, llevando a los altares a sus propios santos o reconfigurando aspectos del catolicismo oficial como ocurre con Santo Hugo Chávez del 23, que como lo vimos anteriormente, tiene sus propias oraciones.

Desde esta perspectiva, Agamben citado por Calavia (2009) refiere que los santos estarían de lado de lo profano, es decir, no están al nivel sagrado de los objetos, están en el mundo relacional de los fieles. No obstante, los santos son los protagonistas más comunes en la creación constante de nuevas asociaciones, no solo en la construcción de santuarios, sino también como vínculo para la comunicación y el procesamiento de historias míticas, rituales y lógicas devocionales, por lo que estas figuras pueden contribuir a redefinir un campo religioso en el que los agentes no son las iglesias establecidas -tomando en consideración que la actividad religiosa ya no es un epifenómeno ideológico de su lucha por la legitimidad- sino el conjunto de todo lo que los nativos hacen en su acción religiosa.

En el caso que nos ocupa, observamos que los santos y en especial Santo Hugo Chávez del 23 se convierte en un actor dentro de un sistema de redes fugaces de actores que se centran en la mediación y en donde los objetos también tienen capacidad de agencia e interceden para conseguir favores de carácter divino pero que en la mayoría de los casos, tienen que ver con carencias de la población ante la crisis del Estado como veremos más adelante. Calavia explica que los santos son el ejemplo más fiel y clásico de objetos -de barro o madera, narrativas o fetiches- que se comportan como mediadores, a los cuales se les asigna la tarea de transmitir fielmente un mensaje, sus imágenes son activas, están ahí y tienen poder, facilitando de esta manera una lógica de reciprocidad santo-devoto.

En esta dirección vemos que se va consolidando un sistema de dones entre devotos simpatizantes y el comandante Hugo Chávez. El presidente en vida ayudó a la gente más humilde económicamente hablando, la misma que hoy día lo llevó a los altares populares y le devuelve el gesto con ofrendas, promesas, tatuándose el cuerpo, cuidando su capilla y manteniendo viva su memoria. A la vez piden favores y el santo cumple, estableciendo un régimen de confianza que fortalece la interacción entre fieles y figura sacralizada, lo que supone eficacia en la comunicación y una relación entre sujetos que también se va fortaleciendo con rituales públicos y privados de devoción 15. Se puede afirmar entonces que Hugo Chávez se ha convertido en términos de Turner (1999:30) en una figura que es “un símbolo, muchas cosas y acciones”.


Foto 2:
Elizabeth Torres es la guardiana de la capilla
Fotografía de Autor

5. Los milagros

Al comandante Chávez se le adjudican una serie de milagros en su mayoría vinculados a la curación de enfermedades, sin embargo también ha demostrado eficiencia principalmente en la adjudicación de viviendas y trabajo, por lo que decenas de personas suben mensualmente a dejar cartas en la capilla. Mis observaciones en el 23 de enero dan cuenta que para pedir un favor, es necesario subir a la capilla y estar en contacto con el presidente. María del Carmen (no es su nombre real), quien sufrió un accidente de tránsito que la dejó por meses en una silla de ruedas, afirma que el primer paso es creer ciegamente en el “ comandante eterno y supremo”, rezar la oración, visitarle en el 23 y prenderle una velita cada vez que se pueda.

Es necesario, según me cuenta, tocar el busto de Chávez que está en la capilla, el cual “ transmite una energía indescriptible”. Luego, es recomendable caminar unos 200 metros hasta el Cuartel de la Montaña, donde reposan los restos del presidente, pero en ese lugar está prohibido manifestar abiertamente devociones, no se pueden dejar flores ni encender velas. Relata su historia y milagro:

Los médicos me operaron varias veces, estuve años en silla de ruedas, me decían que yo no caminaba más nunca, aunque me mantenía en terapias. Dios mío no iba a caminar más nunca. Yo tengo dos hijos y dije no puedo estar postrada toda la vida. Siempre fui fiel creyente del comandante Chávez, fue mi líder político y ahora es mi líder espiritual. Había escuchado de la capilla pero nunca había venido, también escuché de varios milagros, así que le dije a mi esposo que me trajera. Conseguí la oración al comandante eterno y supremo y comencé a pedirle con mucha fe. Me traían todas las semanas, eso fue como en mayo de 2015. El accidente fue en diciembre de 2014. Siempre me mantuve positiva y asistía a mis terapias con los médicos cubanos que son muy buenos, ellos me alentaban, pero el resto me decía que yo no caminaba… A los tres meses dejé la silla de ruedas, me levanté y usé andadera. Ya eso fue un milagro. Reafirmé mi fe al comandante Chávez. Hablaba con él con mayor fuerza. A toda hora repetía su oración, me la aprendí de memoria. (Nota de campo. 26 de enero de 2018).

Elizabeth también cuenta que por dos años subió mensualmente al 23 de enero una señora colombiana, a dar gracias porque San Hugo Chávez del 23 le hizo un favor. Su hijo fue secuestrado por la guerrilla colombiana, no tenía como pagar rescate.

Ella le ofreció un corazón de rosas rojas si el muchacho llegaba sano y salvo a casa…y el muchacho llegó a la casa. Chávez le hizo el milagro”. (Entrevista a Elizabeth, 25 de enero de 2018).

Otros creyentes en la fuerza del comandante Chávez como el sargento de la Milicia, quien fue electo constituyentista en los comicios del 30 de julio de 2017 en representación de los jubilados y pensionados, no duda que llegó a esa instancia con la ayuda de Chávez, quien para él, es un muerto poderoso. Le adjudica poder pero se niega a llamarlo santo.

Te voy a decir una vaina, yo no quiero convertir a Chávez en un santo, pero tiene poder, es un muerto con poder. Siempre le pido en las mañanas, en las noches antes de acostarme, en todo momento. Yo le dije a Chávez que quería ser constituyentista, que me permitiera recoger las firmas para postularme como candidato a la Asamblea Nacional Constituyente y representar a las bases, al pueblo….En dos días recogí las 500 firmas que necesitaba para ser candidato. Soy representante de los jubilados y pensionados en la Asamblea Nacional Constituyente. Me puso ahí Chávez.(Nota de campo. 26 de enero de 2018)

6. Política y religiosidad popular

Algunas de las concepciones nativas sobre religiosidad en este caso están fuertemente articuladas con la política. La mayoría de los devotos y simpatizantes de Santo Hugo Chávez del 23 ven con buenos ojos el proceso revolucionario que emprendió el fallecido presidente y algunos como Elizabeth -la guardiana de la capilla- están dispuestos a dar su vida por defender el proceso bolivariano porque para ellos, Chávez no ha muerto y sigue siendo presidente desde otro plano, “ sigue pendiente de los pobres”, quizá esa sea la razón por la cual, muchos de los pedimentos están relacionados a la adquisición de viviendas, trabajo, operaciones quirúrgicas y hasta “ iluminación para Maduro para que no siga metiendo la pata y lo haga quedar mal16, como me lo manifestó Yolanda, una devota del 23 de enero que reza diariamente en su altar casero para que la revolución se “ enrumbe de nuevo porque tiene sus fallas”. De vez en cuando lo hace directamente en la capilla.

Flores Martos (2014) refiere que algunos cultos en América Latina tienen una especie de dimensión política. Afirma que los solicitantes 17 recurren al santo o muerto milagroso en momentos críticos de la vida para pedir favores, por lo que las cartas y pedimentos muchas veces parecen a la “retórica expositiva de una instancia u oficio administrativo que en realidad se podrían considerar servicios a prestar por un Estado convencional, en una lógica popular de la reciprocidad” (2014: p.17).

En el caso de Santo Hugo Chávez del 23, la capilla parece transformarse en la oficina presidencial en el Palacio de Miraflores 18, donde la gente deja cartas, solicitudes y regalos en agradecimiento a los favores concedidos. Si bien la mayoría de los devotos y simpatizantes afirman apoyar electoralmente al presidente Nicolás Maduro, algunos manifiestan que se están cometiendo errores graves y que ya el funcionamiento de las grandes Misiones creadas por Chávez para beneficiar al pueblo no funcionan como antes. La mayoría de los estudios sobre esta temática señalan que quienes piden favores a entidades canonizadas por el pueblo son personas precarizadas por gobiernos neoliberales, pero en este caso, las observaciones y/o críticas provienen de las mismos devotos/simpatizantes que apoyan a la revolución bolivariana, quienes también piden a esta entidad polisémica que “ayude a Maduro para que todo sea como antes”.

Vemos entonces, en términos de Pávez y Kraushaar (2010: p.447) como se va estructurando sobre la imagen milagrosa de Hugo Chávez, la de un presidente de una teocracia biopolítica que dispensa protección de la vida e interviene con milagros y favores sobre personas precarizadas que no están recibiendo atención “como antes”, pero se mantienen fieles al ideario chavista y firmes a pesar de las debilidades del propio proceso revolucionario y a las amenazas que han representado las protestas de sectores de oposición escenificadas en 2014 y 2017.

En este sentido y por lo inobjetable de la presencia de los muertos en la cotidianidad venezolana, cobra fuerza las apreciaciones de Morin (1994: p.46) quien afirma que “en el interior de esta patria, los muertos se hacen tan presentes como los vivos, más aun, los gobiernan. Son muertos consolidados, muertos que viven en el interior de los vivos, muertos que hablan”.

Y esta presencia en el caso de Chávez se afianza cuando en vida ya se le adjudicaba cierta textura sagrada y consideraba por sectores populares como un enviado de Dios para reparar los males que padecía Venezuela a principios de la década de 1990. Lo avisoró tempranamente Taussig y el español Francisco Ferrandiz, al etnografiar el culto a la reina María Lionza 19, durante su rastreo del espíritu del Libertador vio reflejado hasta qué punto la crisis económica, política e ideológica en la que estaba sumida Venezuela en esos años se filtró a la corporalidad del culto, convirtiendo el trance en un espacio de crítica social y de duelo popular por el desmoronamiento de un ideal político (2007: p.2728).

No es casual entonces, que las reflexiones del espíritu de Bolívar observadas por Ferrandiz, sirvieran de telón para que una vez materializado el intento de golpe por parte de Hugo Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez en 1992, se iniciara un proceso de sacralización en torno a la figura de Chávez, como lo reza la plegaria descrita anteriormente por Taussig, en la que se le pide que libere al pueblo del Presidente de la época. Volvemos a evidenciar esquemas en los que entremezcla la religiosidad popular y la política.

La etnografía hecha por Ferrandiz muestra cómo las diferentes tramas de los espíritus se activan, desactivan y transforman según la percepción popular de las circunstancias políticas y sociales del país. En relación a los escenarios políticos, que de acuerdo a Ferrandiz es la caja de resonancia más adecuada para examinar el espíritu de Bolívar, se pueden producir transferencias hacia el cuerpo de sentimientos colectivos de crisis, estabilidad, perplejidad o euforia.

Esto explica el por qué el espíritu de Bolívar tras la década de los 90` se manifestara a través de los médiums como un hombre angustiado y expresara críticas a un Estado venezolano que “ le había traicionado de nuevo”, preocupación que justifica la efervescencia que causó el intento de golpe de 1992 contra un gobierno neoliberal, cuyo protagonista, el Teniente coronel Hugo Chávez Frías, fue objeto de oraciones en las que se le ruega por recuperar la confianza en el país y castigo para los políticos del momento, manifestaciones que de alguna manera estaban en sintonía con el Bolívar visualizado por Ferrandiz en el cuerpo de los médiums, que se quejaba por la forma en que los políticos tradicionales habían deshonrado a la tierra venezolana, situación que “ le quemaba los pies” y le producía “ tos muy violenta, casi furiosa y un sentimiento generalizado de asfixia y enfermedad aguda. El trance quedaba dominado por síntomas de la tuberculosis” (2004:28).

Esta zozobra expresada por el espíritu de Bolívar, es vista por Ferrandiz como una expresión elocuente del descontento de las clases populares con la deriva del Estado venezolano en la década del 90´, asociada al retroceso temporal de su versión triunfante. El investigador deja como tarea pendiente, el análisis de la evolución de este espíritu tras la llegada de la revolución bolivariana y el arribo del espíritu de Hugo Chávez a la corte militar de la reina María Lionza, encabezada por Simón Bolívar.

7. Conclusiones

El culto a Hugo Chávez -aunque aún marginal en relación a otros expresiones populares en Venezuela- evidencia poco a poco cierta eclesificación que lo hace visible no solo por la capilla del 23 de Enero en Caracas, sino por la proliferación de toda una cultura material en relación a esta figura: rosarios con su rostro, oraciones propias, estampitas, bustos en yeso, remeras. Además, el 5 de marzo, día de la “siembra del comandante”, centenares de personas suben a la capilla a visitarle, orar, pedir favores, dejar una carta o llevar algún regalo, estableciendo una reciprocidad característica en las relaciones con los santos.

La misma polarización del país quizá impida la visibilización de otras capillas en el espacio público, pero hay evidencia empírica del crecimiento de altares familiares, lo que refuerza el culto en el ámbito doméstico en el 23 de Enero, en Caracas y otras poblaciones de país.

La figura sacralizada del presidente Chávez es polisémica. Los nativos la conciben de acuerdo a sus propias trayectorias. Es un ser vergatario, pero también un muerto poderoso y un santo tan oficial como los canonizados por el Vaticano, a pesar del conflicto que se ha generado con la Conferencia Episcopal Venezolana. Estas apreciaciones de nuestros interlocutores consolidan la presencia de los muertos en la vida de los venezolanos, tanto en lo público como en lo privado. Aunque la concepción de la muerte para los creyentes en el comandante Chávez en distinta, para ellos ¡Chávez vive!

Se aprecia un fuerte isomorfismo entre religiosidad popular y política. El compromiso de venerar al comandante Hugo Chávez se cruza en la mayoría de los casos, con el compromiso revolucionario. Se trata de una investigación en curso y próximas incursiones en el campo arrojarán datos de interés sobre este particular, en el que interesa la consideración de los creyentes de que Chávez sigue siendo el presidente, por eso la capilla se ha convertido en una especie de oficina del Palacio de Miraflores. Además, también se hace seguimiento a las intersecciones de raza y clase social observadas durante el trabajo de campo, las controversias generadas en el país y el propio 23 de Enero, así como los vínculos de esta veneración con otras expresiones populares como el culto a la reina María Lionza.

El culto resiste presiones desde las cúpulas eclesiásticas y los propios medios de comunicación social, frente a una veneración popular que les resulta incómoda, cuya trayectoria por la adjudicación de milagros, en especial, asuntos vinculados a la salud, cobra fuerza. Además, comienzan a visualizarse conexiones con otras expresiones devocionales como la reina María Lionza, lo que vislumbra un reto para los cientistas sociales: adentrarnos en estas cosmovisiones distintas y comprender otras formas de vincularse con lo sagrado fuera del ámbito oficial.

Material suplementario
Referencias
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Fuentes electrónicas:
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Notas
Notas
1 El 23 hace referencia a la populosa parroquia 23 de enero, ubicada en uno de los cerros que bordean la capital venezolana. Su nombre a la vez conmemora el 23 de enero de 1958, día en que fue derrocado el dictador Marcos Pérez Jiménez. En lo más alto del cerro está el Cuartel de la Montaña, instalación militar donde reposan los restos de Hugo Chávez. El 23 de enero pertenece al municipio Libertador, jurisdicción del Distrito Capital y para 2011 tenía una población de 77.434 habitantes, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas. Es considerado un baluarte revolucionario por las victorias electorales alcanzadas en ese lugar por las fuerzas que agrupan al chavismo.
2 El doctor José Gregorio Hernández es el santo popular más emblemático de Venezuela. Fue un médico venezolano nacido en el pueblo de Isnotú, estado Trujillo en 1864. Ferrandiz (2004: p.169) cuenta que se crió en una familia conservadora y rigurosamente católica. En 1888 se gradúa en Ciencias Médicas y se especializó en París en Histología Normal y Patológica, en Bacteriología y en Fisiología Experimental. En 1891, a su regreso a Caracas, asume las cátedras de Fisiología y Bacteriología en la Universidad de Caracas. El mismo Ferrandiz relata que en vida era considerado un médico piadoso o médico de los pobres. El 29 de junio de 1919 fue atropellado por uno de los escasos carros que circulaban por Caracas, conducido por un paciente suyo.
3 Vivió en la ciudad de Mérida. Era ateo y anticlero, por eso la iglesia católica le negó la santa sepultura pero sus devotos afirman que por un prodigio, su cuerpo fue depositado en el cementerio. Tenía una tienda, compraba a buen precio la cosecha de campesinos y pagaba entierros a los más pobres.
4 Muerto milagroso muy famoso en los Andes venezolanos. Murió el 1977 a los 21 años tras una fuerte persecución policial en la que le propinaron más de 30 balazos. Se hizo conocido por sus andanzas criminales, era temido pero bondadoso.
5 Una singularidad de algunos santos populares o muertos milagrosos en Venezuela es la rebeldía frente a poderes establecidos. En los casos de Plaza, Machera y Chávez, sus biografías míticas destacan su bravura y carisma, además del lugar de origen: familias pobres oprimidas por los ricos. En el caso de Chávez, su discurso tuvo un fuerte componente de lucha de clases en donde mezclaba pasajes bíblicos en los que los más precarizados eran los buenos, los que estaban con él y los malos, el demonio encarnizado en la oligarquía Pollak-Eltz (2000).
6 Tomo sobre prácticas de sacralización la posición de Eloisa Martín (2007) quien se refiere a prácticas que comprenden los diversos modos de hacer lo sagrado, de inscribir personas, lugares y momentos en esa textura diferencial del mundo habitado. La autora destaca que hablar de prácticas de sacralización nos permite: evitar las concepciones dualistas que dividen en sagrado y profano y definen lo popular en contraposición a lo institucional, lo oficial o lo dominante; eludir el innatismo apriorístico de las definiciones clásicas, focalizando en los procesos y no en ontologías; permite acceder a los híbridos: las prácticas nativas combinan religión con política, arte, música o economía, de forma que exceden al modelo modernocéntrico de división en esferas; volver visibles los conflictos, no apenas entre la iglesia y los laicos, sino con el propio núcleo de las prácticas de sacralización: así no es necesario descartar los casos que no se adecuan al modelo clásico de devoción ni imponerles definiciones o lógicas ajenas; designar una práctica específica (lo que es diferente a afirmar que “todo es religión”) pero no abstracta: su contenido es definido por los devotos (2007: p.78-79).
7 Algunos relatos nativos afirman que el cáncer del presidente fue inoculado por sus enemigos, lo que acentúa la muerte trágica y temprana, otra característica de muchos santos populares o muertos milagrosos en Venezuela.
8 Para los seguidores de Hugo Chávez el presidente tras su muerte fue sembrado, es decir, todo su legado echa raíces y se expande, lo que es interpretado por devotos y simpatizantes como una forma de energía viva que se mantiene operando entre los vivos. Durante el quinto aniversario de la muerte del comandante evidencié que en los espacios de la televisión pública venezolana, periodistas e invitados a programas se referían a este aniversario como el de la siembra del comandante eterno y supremo. Además, en la pantalla apareció durante todo el día la figura de un árbol con múltiples y profundas raíces.
9 Fue construido entre 1904 y 1906 entre los gobiernos de los presidentes Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Desde 1981 funciona el Museo Histórico Militar. En febrero de 1992 fue usado como cuartel de las tropas militares dirigidas por Hugo Chávez, que intentaron derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. En este lugar ícono de la revolución bolivariana está el mausoleo del expresidente Chávez. El sarcófago se encuentra en un monumento llamado “La flor de los cuatro elementos”, del arquitecto venezolano Fruto Vivas. La instalación abre al público de martes a domingo y se exhiben objetos relacionados al presidente Chávez. Hoy día también es la sede de la Fundación Comandante Eterno y Supremo Hugo Chávez Frías.
10 Estuve en el 23 de enero entre diciembre de 2007 y el primer trimestre de 2018. Para el último cuatrimestre de este año se tiene programada otra incursión.
11 Elizabeth se considera católica no practicante. Crítica a los curas y no va a misa porque según ella, se han politizado y la mayoría de los sacerdotes está en contra del ideal bolivariano.
12 Pollak-Eltz (1987) indica que en Venezuela un muerto milagroso -o poderoso- también conocido como ánimas, es una noción popular que se designa a aquellas personas que luego de su muerte hacen favores y milagros a los vivos, distinguiéndose así de los muertos comunes y de otros muertos públicos.
13 No se usa el nombre real. María del Carmen se considera una buena católica, va eventualmente a misa simpatiza con la revolución y cree que la iglesia no puede cuestionar la veneración pública a Santo Hugo Chávez del 23.
14 La capilla fue construida por vecinos con apoyo de los llamados colectivos. Los colectivos y grupos humanistas son agrupaciones vecinales que en teoría se encargan de profundizar el legado de Hugo Chávez en la promoción de la democracia, los grupos políticos y las actividades culturales. Igualmente prestan ayuda en programas educativos, centros de cuidado infantil, centros de rehabilitación de drogas y programas deportivos. También organizan a los vecinos para proteger a las comunidades de delincuentes comunes. Sin embargo, la prensa venezolana e instituciones como Human Rights Watch los catalogan de “bandas armadas que utilizan la violencia con impunidad y acosan a opositores políticos del gobierno venezolano”. Disponible en www.reuters.com/article/venezuela-protest-colectivos
15 La relación con Chávez no es exclusiva. En el caso de Elizabeth, se confiesa creyente de la virgen del Carmen. El sargento miliciano no cree en santos ni en Dios, sólo en Chávez y Bolívar. Las devotas Yolanda y María del Carmen, confiesan que también son devotas de José Gregorio Hernández.
16 Meter la pata en Venezuela equivale a cometer errores, faltas, equivocarse.
17 Flores Martos (2014) reemplaza la noción de fiel y devoto por solicitante. Considera que así se pone en primer plano la demanda, relación e intercambios pragmáticos establecidos con la muerte o los muertos.
18 Sede administrativa del Poder Ejecutivo en Venezuela.
19 Deidad popular venezolana, figura central del culto que lleva su nombre. Su existencia es incierta, pero se cree de acuerdo a la tradición oral, que fue una princesa indígena que habitó en la montaña de Sorte, epicentro de quienes la veneran e invocan. El culto se divide por cortes (médica, negra, militar, malandra, entre muchas otras), los espíritus son invocados en cada corte y toman el cuerpo de los médiums.

Foto 1:
La capilla en el 23 de Enero
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Foto 2:
Elizabeth Torres es la guardiana de la capilla
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