Reseña
El 15 de noviembre de 2012 inició actividades el Cuerpo Académico (CA) “3x4 ARQ: Teoría, Historia y Crítica de la Arquitectura, de la Ciudad, del Arte y de la Cultura”. Adscrito a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el CA centra sus estudios en tres enfoques (teoría, historia y crítica) para cuatro aplicaciones (arquitectura, ciudad, arte y cultura), líneas de estudio que dictan su nombre y que presenta en este primer trabajo colectivo, coordinado por quien fuera también el primer coordinador del ca, José Manuel Prieto González.
Arquitectura, arte y cultura contemporánea. Visiones desde la periferia está dividido en dos partes bien diferenciadas una de la otra: la primera, “Investigación”, reúne nueve estudios críticos que integrantes y colaboradores del ca realizaron en torno a temas tan diversos y variados como vivienda social, transporte público, arquitectura patrimonial, cine, identidad industrial y violencia, pasando también por la obra de Le Corbusier, el indiscutible arquitecto del siglo XX, o la espectacular huella de Tadao Ando en la ciudad de Monterrey; la segunda parte, “Crítica aplicada (Arte y Cultura)”, presenta una serie de cuatro ensayos críticos en torno a tres expresiones de arte: pintura, documental y literatura.
Aunque en la introducción del libro se menciona la intención del ca de presentar una obra colectiva desde tiempo atrás (recordando que se fundó hace ocho años), lo cierto es que este primer esfuerzo llega en un momento ideal. Más allá de la crisis provocada por la covid-19, y que por temporalidad no se aborda en ninguno de los estudios presentados (a excepción de uno, donde el contexto actual sirve de introducción), los temas desarrollados en cada uno de los escritos han acaparado atención y reflectores en discusiones públicas y privadas de los últimos años en Monterrey, en virtud de un fenómeno de gentrificación sin precedentes en el centro de la ciudad; una apuesta por la vivienda vertical que ha puesto sobre la mesa (y en jaque) temas como patrimonio cultural, vivienda social, violencia en el espacio público, transporte colectivo (o servicios en general) y claro está, la eterna identidad industrial de la ciudad que alguna vez fue catalogada como la “ciudad del acero”. Así, la actualidad del trabajo que se presenta es indiscutible.
La primera parte del libro abre con un escrito de Juan Calatrava Escobar que se relaciona con el ca al fungir como su representante ante el Consejo Consultivo Internacional de la Facultad de Arquitectura-UANL. Su texto es el único que podríamos calificar de foráneo, tanto por no ser miembro formal del ca como por abordar un tema extranjero a la localidad de Monterrey: la obra plástica de Le Corbusier, o lo que el autor denomina (y titula) el otro Le Corbusier. Así, Calatrava somete a revisionismo la figura mítica del arquitecto referente de la modernidad ortodoxa para analizar su obra plástica y la relación estrecha de ésta con la historia, lo que redimensiona la personalidad hasta entonces estudiada de Le Corbusier. El segundo texto, a cargo de Prieto González, inaugura las aportaciones de miembros y colaboradores del ca y presenta un análisis crítico del edificio del Centro “Roberto Garza Sada” de Arte, Arquitectura y Diseño (2008-2013), propiedad de la Universidad de Monterrey (UDEM) y cuya autoría recae en el arquitecto autodidacta Tadao Ando, figura consolidada del star system. Mediante el evento que significó aquel inmueble, el autor estudia y cuestiona la originalidad de la obra al tener un “desconcertante” parecido con un proyecto (anterior) fallido de Ando: el Museo Marítimo de Abu Dhabi en los Emiratos Árabes Unidos y presentado en 2006. Con ese parecido como punto de partida, el autor aborda otros temas como la funcionalidad del edificio en un contexto como el regiomontano o la inversión millonaria practicada en plena crisis mundial, invitando así al lector a no dejar que la marca anule su juicio crítico.
Como tercera aportación se encuentra “Tradiciones futuras: repensando las identidades ‘híbridas’ en el lado sur de la frontera México-Estados Unidos”, de Diana Maldonado. Con un repaso del concepto frontera a manera de introducción, la autora nos recuerda a lo largo de su texto que América Latina es la región más urbanizada del mundo, pero también la más desigual por la proliferación de asentamientos informales que dentro de su cosmovisión son fronteras, lugares que conviven con la dualidad de la formalidad e informalidad. En seguida y trasladándonos de las periferias al centro de la ciudad, se presenta un estudio sobre los torreones de Monterrey, elemento arquitectónico identificable en algunas casas (particularmente) de principios del siglo XX. De acuerdo con los autores, Humberto Montemayor, Nuria Castillo y Miguel Román, el analizar un fragmento de la arquitectura contribuye a un entendimiento más amplio del lenguaje arquitectónico de cualquier época y para este caso, la torre atestigua las tendencias de principios del siglo XX por lo que su identificación, documentación y análisis son primordiales para su futura conservación como patrimonio cultural. Por lo pronto, esta primera aproximación queda como promesa de un estudio más amplio.
Del patrimonio cultural se pasa al patrimonio familiar con el tema “El tortuoso camino de la vivienda social en México: la dimensión de la Arquitectura para los más desfavorecidos” de Prieto González y Diana Karina Padilla Herrera. Éste es el único trabajo que menciona la crisis sanitaria como actualización de lo expuesto, pues la pandemia provocada a escala mundial por la covid-19 evidenció, más que nunca, las deficiencias del sistema de vivienda social con las famosas minicasitas, donde resulta toda una odisea el #quédateencasa. El trabajo resulta ambicioso al abordar la problemática de vivienda social desde diferentes escalas, pasando de México (como escenario global) a Nuevo León y otros estados, hasta ejemplos fuera de nuestras fronteras, como Chile, además de guiar al lector por tiempos pasados y presentes para tratar de comprender de dónde viene este modelo de casa mínima que gobiernos propios y ajenos han replicado hasta conformar verdaderos paraísos siniestros.1
Como sexta colaboración se encuentra “¡Espacios, cámara, acción! Representaciones de la arquitectura y la ciudad desde la perspectiva cinematográfica” de Alberto Canavati Espinosa y Ángeles Castillo Soriano. Siguiendo la línea de Calatrava, los autores presentan un tema global, como lo es el cine, para abogar por su importancia como documento al inmortalizar entre sus fotogramas arquitectura de todas las épocas, reales o creadas (escenografías); así, mediante el análisis de películas selectas de cineastas como Allen, Wenders o Hitchcock en el ámbito de lo internacional, y Cuarón (Roma) y el debutante Fernando Frías de la Parra (Ya no estoy aquí) en el ámbito de lo nacional, los autores discuten los diferentes usos de la arquitectura (y el espacio urbano) en el cine, que pueden ir desde el turismo, el proselitismo, el individualismo, hasta la crítica social (como lo es en el caso de los filmes mexicanos).
De vuelta en la ciudad de Monterrey, León G. Staines Díaz nos habla de “La identidad industrial de Monterrey y su derivación en los planteamientos urbanos”, en cómo aquella obsesión con la grandeza regiomontana (relacionada íntimamente con la industria) explica la preferencia de la ciudad por lo privado (automóvil) y el escaso desarrollo o interés por lo público. En los últimos años el Área Metropolitana de Monterrey ha registrado niveles preocupantes de contaminación; sin embargo, no se han implementado hasta la fecha estrategias para su reducción o control y el automóvil continúa como especie dominante. Complementa la tesis de Staines el texto de Humberto Montemayor, en su segunda colaboración. En el trabajo titulado “La interacción obligada entre el sistema vial y el transporte urbano público masivo como axioma para gestionar el conflicto de la movilidad urbana”, el autor critica precisamente el favoritismo que el traslado individual o personal -es decir el automóvil- ha tenido en las políticas urbanas de la ciudad a lo largo de su historia, lo que satura la ciudad y entorpece el desarrollo del transporte colectivo, sistema al que el autor apuesta con seguridad, pero no sin antes aceptar (y poner sobre la mesa) la imperiosa necesidad de reformar la vialidad.
Como cierre de la primera parte (“Investigación”) viene la tercera contribución del coordinador del libro, Prieto González, con el tema “Cuando la violencia desacredita lo icónico sin renunciar al espectáculo: la imagen urbana en contextos de criminalidad”. El punto central de este último trabajo es el contraste irónico que resultó la organización del Fórum Mundial de las Culturas en 2007, que según el plan maestro (que involucró macroproyectos como el Paseo Santa Lucía) catapultaría a Monterrey como la “ciudad internacional del conocimiento”, pero dos años después la ciudad entró en un ciclo de violencia sin precedentes que echó por tierra las pretensiones de ciudad icónica y reveló otro tipo de espectacularidad: la violencia. Con un repaso por la guerra de imágenes que desató la prensa de aquel momento (ya histórico de la ciudad), el autor termina por cuestionar la persistencia del despilfarro en macroproyectos cuando otras necesidades básicas, entre ellas la seguridad, continúan en segundo (o tercero, o cuarto) plano, aun después de la experiencia vivida.
La segunda parte del libro, “Crítica aplicada (Arte y Cultura)”, inicia con un ensayo crítico sobre la serie pictórica “Contemporáneos” de Simón Velázquez Herrera (Sbarsiniestro en el mundo artístico). La colección se presentó por vez primera ante el público en la Galería de Arte Contemporáneo en el centro de Monterrey, entre noviembre de 2019 y febrero de 2020. De acuerdo con Prieto González -en quien recae la responsabilidad total de esta segunda parte- la obra de Sbarsiniestro es una crítica a características de la sociedad actual (contemporánea) como la obsesión por la tecnología, el individualismo, el egocentrismo, el consumismo y la sobresaturación de deberes escolares, que ha ocasionado un fracaso de la educación (evidenciado, una vez más, por la pandemia), así como a particularidades del regiomontano, como la mencionada obsesión por la grandeza. De esta colección de que se habla se desprende precisamente la imagen que ilustra la portada del libro, titulada elocuentemente “En nombre de la ciudad, del progreso y del futuro” (Figura 1).

En seguida, y muy de la mano con la obra crítica de Sbarsiniestro, se aborda el documental Distrito olvido del joven realizador Thom Díaz (estrenado en 2019). Con la atención centrada en un grupo de jóvenes de colonias de dos municipios periféricos, Guadalupe y Juárez, Díaz recorre junto a ellos su día a día a través de sus testimonios que, a su vez, reviven experiencias crudas que van desde el consumo de sustancias adictivas hasta violación y embarazos prematuros. Lo que Prieto González destaca en su crítica es precisamente el lenguaje crítico del documental que se percibe desde el título (Distrito olvido) como referencia directa al proyecto urbano de alta exclusividad Distrito Tec. El trabajo de Díaz recuerda a lo dicho en este libro compilatorio por Diana Maldonado -y que alguna vez expresó también Jordi Borja- acerca de que en Monterrey “se mantiene una fuerte segregación social […] y especialmente en la periferia, en cuyos municipios se concentran los sectores populares en un entorno urbano extremadamente deficitario, en territorios de exclusión”.2
Finalmente, como cierre de la segunda parte y del libro en general, se presentan dos reseñas bibliográficas sobre Dinero para la cultura, de Gabriel Zaid, y Armada de palabras. Provocaciones arquitectónicas, de Denise Scott Brown, ambos publicados en 2013 (el primero en su versión original y el segundo, en su traducción al español). De acuerdo con la reseña del autor, el primero recoge breves artículos y ensayos de Zaid, que a la sazón es regiomontano y su principal crítica recae en la poca (nula o escasa) importancia que se le da a la cultura en este país y por qué no decirlo, en Nuevo León; mientras el segundo reúne también diez ensayos de la arquitecta Scott Brown, elaborados de 1969 a 2007, con la provocación (e invitación) a la escritura, sobre todo del arquitecto, figura que al parecer ha dejado de escribir para dedicarse sólo a construir (¿y destruir?).
Al ser el primer trabajo colectivo del ca, el libro que se reseña es un aporte importante a la academia especializada (o no) en arquitectura y urbanismo; incluso, como historiadora de formación, me atrevería a decir que hasta para la historiografía regional, por el abordaje de temas culturales desde la visión particular de un grupo de arquitectos-urbanistas. Queda pendiente observar el impacto regional que tendrá esta obra, pues como se reconoce en la introducción el trabajo académico suele ser para sí mismo, es decir, para especialistas (el lugar periférico), pero los temas abordados no lo son y competen a toda una sociedad la responsabilidad igual por encontrar soluciones o mejores alternativas. Por lo pronto queda el compromiso que ha asumido el ca “3x4 ARQ”: “Nuestra tarea, a través de la investigación, no sólo consistirá, por tanto, en identificar las urgencias y necesidades de los ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos, sino también en alentar y promover la responsabilidad social de los profesionales de la arquitectura. Urge que éstos recuperen el prestigio social perdido desde hace décadas”.3
Bibliografía
Borja, Jordi. Revolución urbana y derechos ciudadanos: Claves para interpretar las contradicciones de la ciudad actual. Madrid: Alianza editorial, 2013.
Prieto González, José Manuel (coord.). Arquitectura, arte y cultura contemporánea. Visiones desde la periferia. Monterrey: UANL, 2020.
Taboada, Jorge. “Alta densidad”. Bitácora arquitectura, núm. 38 (2018). Disponible en http://dx.doi.org/10.22201/fa.14058901p.2018.38.67066.
Notas