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Sobre Jennifer Josten. Mathias Goeritz. Modernist Art and Architecture in Cold War Mexico. Connecticut: Yale University Press, 2018
Alejandro Tovar Cabrera
Alejandro Tovar Cabrera
Sobre Jennifer Josten. Mathias Goeritz. Modernist Art and Architecture in Cold War Mexico. Connecticut: Yale University Press, 2018
NIERIKA. Revista de Arte Ibero, núm. 20, pp. 256-261, 2021
Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana
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Reseña

Sobre Jennifer Josten. Mathias Goeritz. Modernist Art and Architecture in Cold War Mexico. Connecticut: Yale University Press, 2018

Alejandro Tovar Cabrera
Universidad Iberoamericana Ciudad de México, Mexico
NIERIKA. Revista de Arte Ibero, núm. 20, pp. 256-261, 2021
Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana

A mediados del siglo pasado la política industrializadora que impulsaron los gobiernos de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés repercutió directamente en el crecimiento de las ciudades mexicanas. El caso más notorio fue la expansión urbana del Área Metropolitana del Valle de México, pero este fenómeno también se visualizó en otras localidades del país, como fue el caso de Monterrey y Guadalajara. Particularmente en Guadalajara, y en contraste con la planificación estratégica que se desarrolló en el Distrito Federal,1 no existía un proyecto urbanizador que se alineara con el discurso modernizador que los gobiernos alentaban, así como tampoco había una Escuela de Arquitectura que cimentara las bases del proyecto. Estos factores fueron determinantes para que el arquitecto Ignacio Díaz Morales, acompañado del ingenio de Mathias Goeritz, orquestaran la creación de la primera Escuela de Arquitectura en la Perla Tapatía. Desde entonces Mathias Goeritz desplegó una enorme carrera en México, que se reflejó principalmente en sus proyectos megaescultóricos y su idea de “arte total”.2

La vida y obra de Goeritz han sido discutidas y analizadas desde diferentes perspectivas historiográficas. Tras el fallecimiento del artista, en 1990, se han realizado destacadas aportaciones para el entendimiento de su obra, empezando con el catálogo de la exposición de 1997 en San Ildefonso, curada por Ferruccio Asta, hasta llegar a algunas publicaciones monográficas.3 Una de las más recientes investigaciones, que destaca por ser una perspectiva desde la mirada estadounidense, es el libro de Jennifer Josten Mathias Goeritz. Modernist Art and Architecture in Cold War Mexico, editado en octubre de 2018 por la Universidad de Yale, y presentado en el Instituto de Investigaciones Estéticas en mayo de 2019.

Josten, doctora en Historia del Arte y profesora asociada de la Universidad de Pittsburgh, trabajó durante 10 años en la realización de este libro, el cual tiene, entre otros méritos, haber explorado a profundidad el Fondo Documental Mathias Goeritz del cenidiap (CDMX), así como la colección archivística de Mathias Goeritz en el Museo Cabañas (Guadalajara). Gracias a esto, la autora responde varias interrogantes no resueltas en la trayectoria profesional del artista, al tiempo que explora la relación que existió entre la creación arquitectónica mexicana y la Guerra Fría. En otras palabras, el libro desentraña los patrones migratorios que definieron la vida de Goeritz, patrones que no sólo se refirieren al cambio de un país a otro, sino también a la capacidad de trasladar el lenguaje entre disciplinas como la pintura, la escultura, la pedagogía, la arquitectura y la crítica. Por tanto, la investigación también se adentra en la discusión de lo que Mathias con tanta insistencia llamó “la obra de arte total”; sin embargo, a diferencia de las interpretaciones hechas por otros autores, Josten nunca pierde de vista el pasado europeo que atravesó el artista, algo que indudablemente se gestó a raíz de su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial y que se vio reflejado en su accionar artístico en México.


Figura 1
Portada de Mathias Goeritz: Modern Art and Architecture in Cold War Mexico de Jennifer Josten.

A lo largo de siete capítulos, fundamentados en fuentes primarias y una extensa bibliografía, Jennifer Josten analiza la creación artística de Goeritz, así como sus formas y motivaciones; su simbología e intención, así como su surgimiento, estudiado desde el tiempo político y social en el que desarrolló sus propuestas. El libro toma como punto de partida la labor profesional de Goeritz en Guadalajara y posteriormente ahonda en la creación del Museo Experimental el Eco; la construcción de las Torres de Satélite; la realización de las obras del artista con orientación devocional (o litúrgica); y concluye con el proyecto de la Ruta de la Amistad. La investigación acierta cada una de estas etapas, con propuestas sumamente originales. La observación que hace, por ejemplo, de las Torres de Satélite, se aleja de los puntos de vista que constantemente hacen comparativas con las torres de San Gimignano, o de la controversia existente con Luis Barragán respecto a la autoría. En cambio Josten se centra en el doble discurso que encarnan el sitio arquitectónico dentro del desarrollismo mexicano: el que es modernizador, impecable y futurista, y por otra parte, el que no oculta los changarros de tabicón a la orilla de la carretera, ni otros elementos que evidencian una ciudad en vías de desarrollo. Esta perspectiva de la autora se visibiliza a lo largo del libro, pues la autora no sobrepone su pasión por la obra de Goeritz por encima de un análisis crítico bien documentando.

La investigación de Josten es exhaustiva, pero no sólo se centra en la obra de Goeritz, sino que también recupera una parte importante de la vida del artista, llenando así una laguna importante de lo que anteriormente sabíamos. La autora también deja claro el deseo de trascendencia que acompañó a Goeritz a lo largo de su vida; así como su deseo de cambiar el mundo y dar alternativas ante lo que consideraba la fealdad arquitectónica. El libro reconstruye la personalidad del artista en permanente movimiento, por lo cual recupera sus constantes viajes a Nueva York, París y Alemania, así como las relaciones que entabló con diversas personalidades, entre las que se encontraban directores de museos y galerías, y con los artistas más vanguardistas de su tiempo. En la publicación se integran por primera vez agendas, notas y recados para tratar de entender a Goeritz mediante sus materiales de trabajo; en ese sentido, problematiza el proceso creativo que siguó el artista y no oculta que sus esculturas las hacían Romualdo de la Cruz, José González y una extensa relación de herreros, carpinteros y talladores de piedra que aparecen en sus cuadernos de trabajo. Dicho de otra forma, Josten señala el método de trabajo de Goeritz, que es semejante a la construcción ideológica del artista conceptual, donde éste es más un jefe de proyecto que un trabajador manual.

Si bien es cierto que las contribuciones de Josten se perciben principalmente en la esfera historiográfica, también debe reconocerse que el libro aglutina un material visual imponente, puesto que muchas de las imágenes son desconocidas. Destacan las ilustraciones alusivas a las esculturas del artista, y a éstas se suman las notas, panfletos y dibujos de obras desaparecidas, como es el caso de un mural que Goeritz pintó para un casino en Guadalajara.

La investigación de Josten es precisa y clamente escrita, con desarrollo de problemas claves en la obra del artista, sobre todo en el aspecto espiritual que se percibe en su trabajo, así como en su carácter cosmopolita. Por otro lado, la autora expone una nueva manera de percibir a Goeritz, y del mismo modo, ejemplifica una vía para hacer aportaciones en la historia del arte. El hecho de ser una publicación editada por una institución extranjera, así como de la autoría de una estadounidense, amplía la perspectiva internacional en el entendimiento de la obra de Goeritz, algo que puede resultar a favor o en contra (según la postura crítica con la que se mire), pero que sin duda enriquece la discusión académica y capta la atención de los lectores.

Material suplementario
Bibliografía
Eder, Rita. “Los íconos del poder y el arte popular”. En Helen Escobedo (coord.). Monumentos mexicanos. De las estatuas de sal y de piedra. Ciudad de México: Conaculta / Grijalbo, 1992.
Garza Usabiaga, Daniel. Mathias Goeritz y la arquitectura emocional: una revisión crítica (1952-1968). Ciudad de México: Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, 2012.
Josten, Jennifer. Mathias Goeritz. Modernist Art and Architecture in Cold War Mexico. Connecticut: Yale University Press, 2018.
Reyes Palma, Francisco. El retorno de la serpiente. Ciudad de México: Fomento Cultural Banamex, 2014.
Tudelilla Laguardia, Chus. Mathias Goeritz. Recuerdos de España, 1940-1953. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2014.
Notas
Notas
1 En el caso específico de la Ciudad de México, la planeación urbana se diseñó de acuerdo con la funcionalidad industrial, conectando vías de ferrocarril y cables de luz en áreas estratégicas. Con igual importancia se distribuyó el espacio público, dándole prioridad a la conectividad y características que cada lugar tendría; esto conllevó a la creación de zonas educativas, como Ciudad Universitaria; zonas residenciales, como fueron la colonia Narvarte, Del Valle y Ciudad Satélite; zonas industriales (principalmente en la zona norte, como Vallejo y Azcapotzalco), y así sucesivamente. Las calles y avenidas también sufrieron transformaciones: mientras que algunas como Fray Servando Teresa de Mier, el Anillo de Circunvalación y Alfonso Herrera fueron ampliadas a costa de la demolición de vecindades y construcciones antiguas, otras se crearon con miras en el desarrollo vehicular masivo, como el Anillo Periférico y el Viaducto Miguel Alemán.
2 Este concepto ha sido ampliamente debatido en la historiografía, y aunque en primera instacia se refiere a la integración de diferentes disciplinas artísticas en favor de un lenguaje estético-visual común, quiero citar el manifiesto de Goeritz cuando se inaguró el Museo Experimental el Eco, una de sus primeras obras de “arte total”. En 1953 Mathias Goeritz expresaba: “El Eco fue comprendido como una arquitectura cuya principal función es La Emoción. El arte en general, y naturalmente también la arquitectura, es un reflejo del estado espiritual del hombre en su tiempo […] En este experimento, la integración plástica no fue comprendida como un programa, sino en un sentido absolutamente natural. No se trata de sobreponer cuadros o esculturas al edificio, sino había que comprender el espacio arquitectónico como un elemento escultórico grande, sin caer en el romanticismo de Gaudí o en el neoclasicismo vació alemán o italiano… Repito que toda esta arquitectura es un experimento. Un experimento con el fin de crear nuevamente, dentro de la arquitectura moderna, emociones psíquicas al hombre, sin caer en un de-corativismo vacío y teatral”. Para más información, puede consultarse el manifiesto completo, disponible en https://eleco.unam.mx/manifiesto-de-la-arquitectura-emocional-1953/.
3 Principalmente han destacado, por sus aportaciones y alcance, el libro de Chus Tudelilla Laguardia, Mathias Goeritz, recuerdos de España (2014); el libro de Daniel Garza Usabiaga, Mathias Goeritz y la arquitectura emocional (2012), y el catálogo de la exposición en el Museo Amparo y el Reina Sofía, curada por Francisco Reyes Palma: El retorno de la serpiente. Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional (2015).

Figura 1
Portada de Mathias Goeritz: Modern Art and Architecture in Cold War Mexico de Jennifer Josten.
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