Resumen: El ensayo reconstruye, desde un punto de vista histórico-teórico, el desarrollo de la teoría del autoritarismo en el pensamiento de Gino Germani e identifica en su cabal comprensión del problema del peronismo (que se produjo en 1961 cuando identificó la categoría de “nacional-populismo” como la más adecuada para definir aquel fenómeno) el pasaje que le permitió elaborar una verdadera teoría general del autoritarismo moderno. Al interior de la reconstrucción de los diversos pasajes de la teoría del autoritarismo de Germani, el texto tiene el objetivo específico de conceptualizar y tematizar la génesis de dicho punto de inflexión, que se rastrea hasta la crucial “Ficha 39”, escrita también en 1961, en la que Germani problematiza y cuestiona su forma habitual de concebir la relación entre ideologías políticas y estructura económico-social. Esta reproblematización tendría efectos sustantivos e inmediatos en su análisis del peronismo, que, no por azar, como señalamos, encuentra una sistematización nueva y más satisfactoria precisamente en 1961, cuestión que permite un salto adelante en toda su teoría del autoritarismo.
Palabras clave: Gino Germani, autoritarismo, peronismo, Ficha 39.
Resumo: O ensaio reconstrói, do ponto de vista histórico-teórico, o desenvolvimento da teoria do autoritarismo no pensamento de Gino Germani e identifica em sua compreensão aprofundada o problema do peronismo (ocorrido em 1961 quando ele identificou a categoria de - populismo” como o mais adequado para definir aquele fenômeno) a passagem que permitiu elaborar uma verdadeira teoria geral do autoritarismo moderno. Na reconstrução das diversas passagens da teoria do autoritarismo de Germani, o texto tem como objetivo específico conceituar e tematizar a gênese da referida virada, que remonta à crucial “Ficha 39”, também escrita em 1961, na qual Germani problematiza e questiona sua forma habitual de conceber a relação entre as ideologias políticas e a estrutura econômico-social. Essa reproblematização teria efeitos substantivos e imediatos em sua análise do peronismo, que, não por acaso, como apontamos, encontra uma nova e mais satisfatória sistematização justamente em 1961, questão que permite um salto em toda a sua teoria do autoritarismo.
Palavras-chave: Gino Germani, autoritarismo, peronismo, Ficha 39.
Abstract: This essay reconstructs, from a historical-theoretical point of view, the development of the theory of authoritarianism in Gino Germani´s works and identifies in his thorough understanding of the problem of Peronism (which occurred in 1961 when he identified the category of “national- populism” as the most adequate to define that phenomenon) the passage that allowed him to elaborate a true general theory of modern authoritarianism. Within the reconstruction of the various passages of Germani’s theory of authoritarianism, the text has the specific objective of conceptualizing and thematizing the genesis of that turning point, which is traced back to the crucial “Ficha 39”, also written in 1961, in which Germani problematizes and questions his habitual way of conceiving the relationship between political ideologies and economic-social structure. This reproblematization would have substantive and immediate effects on his analysis of Peronism, which, as we pointed out, finds a new and more satisfactory systematization precisely in 1961, an issue that allows a leap forward in his entire theory of authoritarianism.
Keywords: Gino Germani, authoritarianism, peronism, Ficha 39.
ARCHIVO
Autocrítica del marxismo y nueva definición del peronismo: el lugar de la Ficha 39 en el modelo constitutivo de Gino Germani
Autocrítica do marxismo e uma nova definição do peronismo. O lugar da Ficha 39 no modelo constitutivo de Gino Germani
Self-criticism of Marxism and a new definition of Peronism. The place of the Ficha 39 in the constitutive model of Gino Germani

Germani, como he intentado reconstruir en varias ocasiones, se ha ocupado siempre del tema del autoritarismo moderno (Serra, 2016; 2019). Desde el principio hasta el fin, por así decirlo. Este ha sido no sólo el tema central de su investigación, sino algo mucho más envolvente para su propia existencia, pues entre el fascismo y el peronismo (Germani, 1978, p. VII; 2004 p 11-17), e incluso después, hasta el final, y, aunque bajo otras formas, Germani vivió en primera persona todos aquellos aspectos contradictorios y oscuros del proceso de modernización, sobre los que, siguiendo la estela de Max Weber, inscribiría su “ciencia de la crisis” (Germani, 1964, pp. 104-105; 1967) o “ciencia de las épocas críticas” (Germani, 1962, p. 136),1 con el fin de comprender, precisamente, esa realidad en crisis, y en rápida y profunda transformación, y, al mismo tiempo, para obstaculizar, rompiéndola, toda relación entre modernidad y autoritarismo. Aquí es donde se encuentra el centro, y el corazón, de la investigación de Germani, y aquí es donde su investigación ha sido verdaderamente crucial, porque en más de una ocasión ha sostenido que la modernidad, más allá de sus variaciones estructurales, necesita siempre de la secularización. Esa secularización, por su parte, más allá de un cierto umbral, en una cierta gradación, no sólo tiende a socavar el conjunto de normas y valores que mantienen unida a una sociedad, y que hacen posible la integración, sino que también puede producir una crisis de la democracia, o al menos una profunda tensión entre “el proceso de desarrollo y modernización, por una parte, y la supervivencia de la democracia, por otra” (Germani, 1985, p. 3). Esto es, propende a soluciones autoritarias, que son, según Germani, posibles y, en determinadas condiciones, probables, en cualquiera de las crisis generadas por las tensiones estructurales implícitas en la sociedad moderna, que todo proceso de secularización siempre puede reactivar (Brasil, 2013, p. 165). ¿Cómo puede romperse esta relación? ¿En qué condiciones puede sobrevivir la democracia? Estas son las preguntas fundamentales de Germani, desarrolladas a partir de los años cuarenta, en “Anomia y desintegración social” de 1945, en el prólogo de 1947 a la edición castellana de The Fear of Freedom de Eric Fromm. Pero también antes, en sus primeros artículos publicados en periódicos antifascistas de Buenos Aires y, de otra forma, en sus primeras contribuciones científicas aparecidas en el Boletín del Instituto de Sociología,2 luego retomadas y repropuestas en diversas ocasiones, hasta sus últimos grandes y dramáticos escritos, en Autoritarism, Fascism and Modernity de 1978,3 y en Autoritarismo e demomcrazia nella società moderna, un escrito también de 1978 que representa una verdadera síntesis de todas sus investigaciones sobre las contradicciones estructurales de la modernidad, y el destino de la democracia.4 El análisis de la modernidad deviene más dramático, pues su crisis y vulnerabilidad pueden, según Germani, poner de nuevo en grave peligro la democracia y las libertades.
Este es el tema fundamental de la investigación de Germani, que es toda ella, como hemos visto, una investigación en torno al tema del autoritarismo, aunque sólo comenzara, con dificultad y con diversas oscilaciones, a aproximarse a una ordenación rigurosa de este tema y, por tanto, a una teoría general del autoritarismo moderno, tras su encuentro con el “problema del peronismo”,5 que representó realmente el punto de inflexión de toda su construcción científica y especulativa. Ello, aunque, en sus primeros escritos sobre ese fenómeno siguiera utilizando de manera intercambiable y, en conjunto, genérica, los conceptos de autoritarismo, totalitarismo y fascismo sin ninguna distinción precisa y clara entre ellos, siendo que, a final de cuentas, en su perspectiva de entonces era siempre el concepto de fascismo el que dominaba, y tendiendo siempre, aunque entre incertidumbres y oscilaciones, a reducir todas estas categorías distintas a aquel único denominador común.6 De hecho, el encuentro de Germani con el peronismo fue difícil, muy problemático, porque Germani, al igual que los marxistas, establece una relación muy estrecha y “expresiva” entre la realidad y la conciencia, entre la posición que se ocupa en la realidad histórico-social y las formas de conciencia, entre las ideologías políticas y la estructura económico-social, relación que complica la comprensión del peronismo dentro de este esquema, es más, que hace del peronismo un fenómeno indescifrable, un verdadero enigma. De ahí, como Amaral (2013) ha señalado repetidamente en sus escritos,7 la necesidad de encontrar otra categoría para definir al peronismo, algo que Germani hizo, introduciendo, como hemos visto, la categoría de “nacional-populismo”, de “movimiento nacional-popular”, en el texto “De la sociedad tradicional a la participación total en América Latina”, de 1961 (1962), a través del cual por primera vez el peronismo encontró una definición específica. Tal vez sea todavía una definición demasiado amplia, o imprecisa, pero no deja de ser una definición que representa un punto de inflexión (en esta obra, de hecho, se articula por primera vez, y se funde, el pasaje que elaboró de la teoría general del fascismo a la teoría general del autoritarismo moderno, con un análisis diferenciado del autoritarismo moderno y, por lo tanto, con un análisis específico del peronismo). Y es necesario comprender bien la génesis de este punto de inflexión, que, según mi hipótesis, se encuentra en esta importante Ficha 39, escrita también en 1961,8 en la que Germani problematiza –y cuestiona– su forma habitual de concebir la relación entre las ideologías políticas y la estructura socioeconómica,9 problematización que tendrá inmediatamente enormes efectos en su análisis del peronismo, que, no por casualidad, como hemos visto, encuentra una nueva y más satisfactoria ordenación precisamente en 1961. En definitiva, es difícil entender el giro que Germani da a su análisis del peronismo en aquel año si no se comprenden los cambios que se producen en su concepción del marxismo, de cuya filosofía Germani era evidentemente fuerte y espontáneo deudor. Ello explica por qué Germani, para desentrañar su dificultad para comprender cabalmente al peronismo, sintió la necesidad de reconciliarse con su vieja conciencia filosófica que, tal vez inconscientemente, venía arrastrando desde los años de su educación juvenil, acrítica y sin mayores comprobaciones posteriores. Existe, por tanto, un fuerte vínculo constitutivo entre los cambios que se produjeron con este texto en la forma de entender el marxismo por parte de Germani y los profundos cambios que Germani introdujo en 1961 en el análisis del peronismo, cambios que no hubieran podido producirse si no hubiera cambiado su forma “normal”, verdadera “filosofía espontánea”, de configurar las relaciones entre ideología y realidad. Y es necesario comprender acabadamente la génesis y la forma de esta nueva lectura del marxismo, porque es exactamente a partir de ese cambio que se mueve y toma forma el nuevo análisis del peronismo, como movimiento nacional-popular, que representa el “modelo constitutivo” de Germani sobre este tema y, por lo tanto, también de toda su teoría general del autoritarismo.
El marxismo y la idea de “proceso histórico” es un texto de extraordinaria sofisticación teórica, muy elaborado, pero también un texto misteriosamente nunca publicado, nunca citado por Germani, y nunca incluido en las diversas bibliografías de sus escritos que periódicamente compilaba. Se trata, por tanto, de un texto que se parece mucho a una pausa, a un alejamiento provisional de una realidad que no conseguía descifrar del todo, con el fin de verificar sus herramientas analíticas, y sentar así las bases de una obra por venir, que de hecho llegó, casi simultáneamente con este mismo texto. En este escrito, Germani reconstruye en primera instancia algunos rasgos esenciales del pensamiento de Marx, empezando por la relación que establece entre el movimiento de la realidad y la dialéctica10, entre una concepción de la realidad como movimiento y una concepción de la dialéctica como ciencia de la realidad en movimiento,11 de la que deriva una nueva configuración de la relación entre el hombre y la sociedad, porque el hombre, para Marx, no es el resultado de la esencia del hombre o de una idea de la naturaleza humana en general, sino de las relaciones sociales dentro de las cuales se encuentra operando, y no es concebible –como argumentaba, en cambio el contractualismo– “un hombre anterior a la sociedad”, “absolutamente independiente de ella, y lógicamente anterior” (Germani, s/d, p. 3).12 Luego, expone críticamente tanto la interpretación determinista, “la forma más corriente de exponer el materialismo histórico” (Germani, s/d, p. 10), interpretación que distingue la base “material” que es la “producción y reproducción de la vida” de la base “ideológica”, constituida por las ideas que los hombres conciben acerca de su situación en el mundo social, la estructura de la superestructura (Germani, s/d, p. 12), como la interpretación dialéctica, que es la que asumen “los estudiosos más serios del marxismo [...] Labriola, Mondolfo, y para citar estudiosos más recientes Della Volpe in Italia” (Germani, s/d, p. 16),13 según la cual la actividad humana no se limita a repetir la situación dada, sino que la modifica, porque la relación entre estructura y superestructura debe entenderse como una acción recíproca (Germani, s/d, p. 18)14 , un “flujo continuo del proceso histórico” (Germani, s/d, p. 24), antifinalístico.15 Germani opta por esta segunda interpretación, porque sólo a través de ésta puede fundamentarse una relación dialéctica entre estructura y superestructura, y replantearse la relación entre la situación social y la ideología, pues “no solamente la situación social produce la ideología, sino que también ésta contribuye a modificar ulteriormente la situación social y constituye pues una condición de la primera. Hay un condicionamento mutuo, una acción recíproca” (Germani, s/d, p. 8).
Pero esa adhesión se explica también, según mi hipótesis, porque ella hace posible entender el peronismo en un sentido pleno, y elaborar una teoría completa de tal fenómeno. He aquí la importancia de la Ficha 39: la definición del peronismo como movimiento nacional-popular que Germani introduce en 1961, tiene que ver directamente, orgánicamente diría, con la redefinición de la relación entre ideología y estructura, entre realidad y conciencia, que se consuma enteramente dentro de este texto, y es inseparable de él.
Por último, vale señalar que la cuestión crucial de la génesis de esta nueva lectura de Marx, y del marxismo, de las fuentes e influencias que la hicieron posible (¿Gramsci? ¿Mondolfo? ¿El renacimiento argentino de Gramsci?) sigue completamente abierta, y necesita ser reconstruida. Pero se trata de una tarea demasiado compleja para abordarla aquí, en estas palabras de cierre de la reconstrucción que se acaba de proponer de la posición de Germani sobre Marx en la Ficha 39. Ciertamente, lo que se puede argumentar razonablemente, sin forzar, creo, la lectura que Germani hace del texto, es que aquí, en este texto, hay mucho del esquema analítico de Mondolfo, y también de la forma en que Mondolfo, en la redición de su libro sobre Engels de 1956, lee a Gramsci.16 Por lo tanto, es posible conjeturar que, directa o indirectamente, quizá haya también algo de ese Gramsci en Germani, y también de su tema crucial de lo nacional-popular,17 aunque ni en sus escritos, ni en su Archivo ni en su Biblioteca18 haya evidencias significativas de su relación con ese Gramsci, ni con el tema de lo nacional-popular, tal y como lo estructura y articula el propio Gramsci. Sin embargo, tal vía de indagación, como he intentado argumentar en otro lugar, en el estado de la investigación documental sobre Germani (aún, creo, no del todo concluida), quizás no pueda abandonarse nunca del todo.19