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Salvador Allende y el día de la dignidad nacional. Presentación del Archivo
Salvador Allende y el día de la dignidad nacional. Presentación del Archivo
Revista Tramas y Redes, núm. 5, pp. 381-384, 2023
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
Recepción: 07 Noviembre 2022
Aprobación: 09 Noviembre 2023
Medio siglo ha transcurrido desde la última gran catástrofe del pueblo chileno: el Golpe de Estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973. En medio de las conmemoraciones y, a pesar de los acechos del neofascismo, el espectro de Salvador Allende recorre el mundo, como si nunca se hubiese apagado el metal tranquilo de su voz. Engrandecido, su mensaje de emancipación social es cobijado por viejas y nuevas generaciones que en la actualidad reivindican el justo derecho de transformar todo lo que deba ser transformado. Como forjador del socialismo y una vida dedicada a defender las caudas del pueblo, su trayectoria inclaudicable lo llevó a convertirse en el primer presidente socialista en llegar al poder por la vía democrática. La originalidad de su proyecto que anudó el socialismo y la democracia que, tuvo su punto más alto en los mil días de la Unidad Popular, nos legó miles de imágenes y discursos que proyectan la riqueza de su praxis revolucionaria.
Una de las grandes preocupaciones del ideario político de Salvador Allende fue la nacionalización de los recursos estratégicos frente al saqueo sistemático del imperialismo norteamericano. En la campaña presidencial de 1964 se preguntaba “¿Puede un país débil como Chile drenar permanentemente sus recursos en beneficio de empresas particulares de la nación supercapitalista del mundo?”. Si no existía plena soberanía nacional, para Salvador Allende la independencia política era una mera ilusión. Lograr la estatización de los minerales no solo constituía una tarea estratégica para el desarrollo nacional, sino que significaba que la dignidad se cristalizaría en el seno del pueblo. Tras décadas de lucha, el 15 de julio de 1971, con acuerdo unánime del parlamento, se decretó sin derecho a indemnización la nacionalización del cobre; y, esa jornada histórica, fue bautizada por Salvador Allende como el “Día de la Dignidad Nacional” (Cabaluz, Rozas y Olivares, 2023).
Ese 15 de julio de 1971, Salvador Allende proclamó uno de sus discursos más significativos en la Plaza de Los Héroes de Rancagua, lugar de importantes batallas en la lucha por la primera independencia. Gracias a las fotografías del portugués Armando Cardoso, a modo de imágenes dialécticas (Traverso, 2023), podemos inferir la atmosfera de aquella jornada. El pueblo humilde de todas las edades se hizo presente para escuchar a su compañero presidente: niños jolgoriosos se encaramaban entre los árboles, camiones y hombros de sus padres; los rostros cansados de los más viejos, hombres y mujeres de campo y fábrica, demostraban incredulidad –como si una vida de explotación no pasara en vano–; los mineros con sus cascos miraban cautelosos, mientras se asomaba un cartel que decía “Por fin el cobre será de Chile”; las banderas chilenas no dejaban de flamear, como señal de que se encontraba en curso una revolución de corte nacional-popular. Todos aplaudieron cuando Salvador Allende terminó su discurso con las siguientes palabras: “El futuro de la patria, el sueldo de Chile, está en las manos de ustedes. A trabajar más, a producir más, a defender la revolución desde el punto de vista político con la Unidad Popular y defender la revolución con la producción que afianzará el Gobierno del pueblo”.
Al regresar a Santiago, lo primero que hizo el presidente fue pasar por la casa de su hija Beatriz, quien por esos días se encontraba en Cuba. Tati, como todos la conocían, era la hija revolucionaria de Salvador Allende y una de sus más estrechas colaboradoras en La Moneda, empujando siempre por la profundización del socialismo a la chilena. Años después, Tati recordará:
Recuerdo que a él le gustaba mucho la pintura. Era un admirador de la pintura cubana y le gustaban los cuadros de Portocarrero, Víctor Manuel, Amelia Peláez y otros. Me habían regalado un cuadro muy bello de Portocarrero y siempre que iba por casa me decía que se lo regalara. “Muy bien. Yo te lo regalo, pero será el día que nacionalices el cobre y que no se le indemnice a los americanos”. Yo veía como muy lejano ese día; pensaba que era muy difícil que llegara. Él me dijo: “Muy bien. Ese día me lo voy a merecer”. A mí se me olvidó. Pasó el tiempo. Un día regreso a casa y el cuadro no estaba. Pero había un papel que decía: “Vine a buscar mi cuadro, porque el viernes se nacionalizó el cobre y sin indemnización para los americanos. Cumplí” (Álvarez, 2017, p. 145).
Este dossier está dedicado a dialogar tanto con el proceso de nacionalización del cobre en Chile, como con el discurso que pronunciara Salvador Allende el 15 de julio de 1971. El primer texto que presentamos en este dossier se intitula “El día que Chile rompió con el pasado”. Sin embargo, su autor, el historiador Javier Larraín, también nos habla de un pasado de luchas del pueblo chileno que retoma Salvador Allende para cristalizarse en las profundas transformaciones que promovió la Unidad Popular (UP). Larraín sitúa la nacionalización del cobre como parte de un reordenamiento económico integral encaminado al socialismo y, por ello, nos dirá que “el acto del 11 de julio no responde a una política pública antojadiza, sino al primer paso en dirección al desmantelamiento del sistema capitalista y el tránsito al sistema socialista”. Asimismo, destaca el carácter pedagógico del discurso y de la praxis política en general de Allende, que constituyó entre él y las y los humildes de Chile una conexión política genuina. Por último, en una valoración de la actualidad del pensamiento allendista, desmonta la anacrónica dicotomía entre reforma o revolución que primó en los debates estratégicos de las izquierdas del siglo XX.
El segundo artículo, de la historiadora chilena Francisca Reyes Faúndez, versa precisamente sobre las diferencias estratégicas de las izquierdas en la Unidad Popular. Tales estrategias tienen como base interpretaciones disimiles sobre la realidad y sobre el pasado colonial, lo que tendría implicancia en el campo de la estrategia política a seguir. La autora postula que el gobierno de Salvador Allende no habría valorado las contribuciones analíticas y políticas en materia económica del principal referente de la izquierda radical chilena: el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Este análisis comparativo la lleva a analizar el discurso sobre la nacionalización del cobre de Salvador Allende en relación con los proyectos estratégicos que sostuvieron las izquierdas en los mil días de la Unidad Popular.
El tercer y último artículo, escrito por Miguel Urrutia, se propone analizar desde una perspectiva materialista el discurso de nacionalización del cobre de Salvador Allende, bajo la hipótesis que este texto estaría signado por un marxismo antidogmático de un carácter nacional-popular y desarrollista. Su autor, enfatiza que la noción de soberanía nacional y popular constituye el eje movilizador del discurso que, a su vez, tendrá conexión histórica no con la concepción de la modernidad europea, sino con la tradición democrática chilena que se remonta al gobierno de José Manuel Balmaceda. La apuesta de Urrutia es retomar de la discursividad allendista la centralidad de la política como práctica estratégica en el seno de las izquierdas latinoamericanas.
Referencias
Álvarez, Marco (2017). Tati Allende. Una revolucionaria olvidada. Santiago: Editorial Pehuén.
Cabaluz, Fabian; Rosas, Pedro y Olivares, Cristian (2023). Allende, el revolucionario. Santiago: Editorial Pehuén.
Traverso, Enzo (2023). Revolución. Una historia intelectual. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Información adicional
Marco Álvarez Vergara : es sociólogo, historiador y escritor chileno. Doctorando en Estudios Latinoamericanos (Becario ANID). Es director de la colección editorial Cuadernos Memoria y Utopía. Es coordinador del Diplomado “Historia política. Revolución, dictadura y democracia en el Chile contemporáneo (1957-2019)” de la Universidad de Chile. También es integrante del Grupo de Trabajo de CLACSO “Historia y coyuntura: perspectivas marxistas”.