RESEÑAS
Vernik, Esteban e Ignacio Aranciaga (comps.) (2022). El Numen de la Patagonia: Nación, tiempo y territorio.Río Gallegos: Universidad Nacional de la Patagonia Austral. 207 páginas.
Vernik, Esteban e Ignacio Aranciaga (comps.) (2022). El Numen de la Patagonia: Nación, tiempo y territorio.Río Gallegos: Universidad Nacional de la Patagonia Austral. 207 páginas.
Revista Tramas y Redes, núm. 3, pp. 361-364, 2022
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

![]() | Vernik Esteban, Aranciaga Ignacio. El Numen de la Patagonia: Nación, tiempo y territorio. 2022. Río Gallegos. Universidad Nacional de la Patagonia Austral. 207pp. |
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Recepción: 19 Octubre 2022
Aprobación: 30 Noviembre 2022
Una serie de ponencias comunicadas en las 3° Jornadas Nación, Tiempo y Territorio (Santa Cruz, Argentina, 2018) devinieron en los capítulos del libro aquí reseñado. Sus autorxs, incitados a la lectura de “El numen del paisaje. Los signos rúnicos del silencio” de Carlos Astrada (en Tierra y figura, 1963), se nutren del ensayo del filósofo argentino para legarnos respuestas y nuevos interrogantes a numinosas preguntas astradianas. ¿Qué nos inspira un horizonte natural o cultural, pretérito o actual, a quienes nos afanamos en descifrarlo? ¿Por qué y cómo interpretar las voces, cantos, cuadros, pintadas y silencios del sujeto popular y su reverso?
La primera parte del libro, “El conflicto por la Nación”, abre con palabras de Esteban Vernik. Su aproximación cualitativa a trabajadorxs petroleros en el Sur argentino observa la manera en que los contenidos ideales del trabajo se ven crecientemente cooptados por el dinero. Hoy, a diferencia del pasado, según el autor, trabajar en la principal industria nacional pareciera señalar más una estrategia de acumulación privada de capital que un aporte efectivo a una causa nacional. Esta observación fáctica implica una forma de alienación contemporánea, en la que el ser social padece un borramiento de identidades culturales, quienes ceden ante una identificación con elementos utilitarios del aparato productivo.
Mônica Dias Martins y Daniel Gomes enfocan la “cuestión regional” que representa a nivel nacional el noreste brasilero. Región de resistencias, insurrecciones y violentas represiones, la forma-nación Brasil pretende negar el pasado y presente combativo del noreste (esfumado en apariencias de “atraso”, “subdesarrollo” y “fanatismo”), lo cual permite a lxs autores impulsar una buena memoria del territorio, cuya cultura y organización siguen poniendo en cuestión a la mencionada nación.
Lo territorial es también objeto de Guillermo Fernández, quien realiza un análisis histórico sobre la articulación político-literaria del problema del latifundio en la Patagonia austral. A partir de propuestas afines y contrarias a la regulación estatal del reparto de tierras en este territorio, el autor muestra no solo la relevancia que tenía sino también los contenidos particulares que hacían a esta disputa; eficaz, aunque no definitivamente resuelta durante el primer gobierno peronista en Argentina.
El conflicto nacional que analiza Jorgelina Loza constituye para la socióloga feminista un “objeto incómodo”: el vínculo entre género y nación en expresiones militantes contra la legalización del aborto en Argentina. La lectura cualitativa de perfiles, pancartas y slogans “pro-vida” permite a la autora mostrar cómo el patriarcado tiene en “lo nacional” una fuente de legitimación de una visión del mundo conservadora, poco democrática y renuente a otorgar derechos a mayorías.
La primera parte del libro se cierra con el análisis de Carlos Pérez Rasetti sobre Malvinas. El autor se enfoca los inconvenientes observados en la narrativa gráfica contemporánea a la guerra para representar (y configurar cómo será recordado) lo acontecido en este trágico episodio argentino. Revisando todas las producciones del género sobre el tópico, el texto señala cómo sus contenidos se reflejan en la sucesión de la contienda, yendo de la épica inicial, al horror observado en la posguerra.
La segunda parte se titula “Silencios rúnicos”, y comienza con la propuesta de Ignacio Aranciaga. A partir de la hipótesis de que cada región tiene su letra (La Pampa tiene al Martín Fierro, etcétera) este ensayo se cuestiona cuál podría ser el texto de la Patagonia. Recuperando la idea de que a través de la palabra el pueblo performa, Aranciaga propone que Los vengadores de la Patagonia trágica (Osvaldo Bayer, 1972-1974) sea tenido como letra patagónica, la cual permite y permitirá a aquel sujeto social constituir renovados horizontes de sentido, desde los más cotidianos hasta los definitivamente transformadores.
La pregunta que se hace Milton Riquelme (¿qué ofrece un sistema educativo a lxs jóvenes que se sirven de él, y qué pueden aportarle estos al primero?) deriva en un enfoque en el que dialogan el carácter paradojal de la ciencia (que al tiempo que eleva nuestro saber, nos somete a un mecanismo desdiferenciador de individualidades) con la dimensión territorial de la sociedad, revelando que lo que a cada una le interesa conocer depende de su posición en un contexto más amplio que la determina. Es en cierto punto del recorrido de estas conexiones donde el autor ubica al problema de la pedagogía, dando pie no solo a aquel interrogante, sino, incluso, a sus posibles respuestas.
María Rigi Luperti también se cuestiona por las representaciones de trabajadorxs petroleros, revelando que en estas no se observan vinculaciones afectivas con la posibilidad de contribuir a los marcos más amplios a los que se orienta la actividad productiva (el desarrollo de la Nación). El trabajo en el petróleo se conectaría más bien con el Estado, quien obtiene un beneficio económico por este. Si es en estos señalamientos que la autora observa manifestaciones subjetivas de un capitalismo globalizado, es también relevante el poder que expresa el dinero en estas coordenadas, al cual lxs petrolerxs tienen como objeto central de sus actividades, no solo en términos de posibilidades de reproducción vital, sino del estatus social al que conduce su ganancia.
Por su parte, Eduardo Rinesi enfoca el problema de la universidad, la nación y el territorio, bosquejando un entrecruzamiento de tales conceptos no menos en términos teóricos que políticos: la pretensión universal de la educación debe pensarse no solo como derecho humano, sino también como pregunta-problema sobre los alcances y limitaciones de la universidad dentro de un territorio dado y también en el marco más amplio de la nación a la que sirve –e incluso del continente– cuyos intereses populares aquella está llamada a defender.
La “Conferencia de clausura” del libro está a cargo de Horacio González. Titulada “Mito y sujeto popular”, la misma navega por incontables tópicos histórico-políticos nacionales y latinoamericanos que entrecruzan al territorio, a la lengua y al Estado, destacando la importancia que tienen los mitos para nosotrxs, en tanto conciliadores de diferencias y superficies fértiles desde las que constituir una subjetividad plebeya y emancipadora. Es ante estos señalamientos que González brega por escuchar las voces del pasado, buscando y descifrando a lxs “mejores del género humano”. Y si es cierto que a partir de este intento podemos “apropiarnos” de nuestra historia, también deberá serlo el que incluyamos dentro de este legado a Horacio, uno de lxs “mejores”, a quien no cesaremos de intentar interpretar.
A modo de balance, El numen de la Patagonia nos invita a recuperar la importancia del territorio como fuente de inspiración crítica: mientras enlazamos sus efectos telúricos sobre la vida humana con su paso en el tiempo, nos sentimos interpelados a abordar la multiplicidad de dimensiones territoriales que configuran político-culturalmente a los lugares, regiones, continentes y naciones.