Resumen: Este artículo analiza las principales estrategias de intervención de las organizaciones sociales de Atlas Network en los sistemas educativos de América Latina, con el fin de construir una aproximación sistematizada a un actor complejo que ha logrado impactar y en el panorama regional de las derechas. Además de analizar el proyecto educativo de Atlas, se discuten tres estrategias de intervención cuyo fin es avanzar en la agenda de privatización educativa: a) promoción de mercados educativos; b) oferta de servicios educativos “liberales”; y c) activismo universitario. De esta forma, se muestra la capacidad de articulación e incidencia de dichos grupos, así como la importancia de construir conocimiento sistematizado que fortalezca la lucha en defensa del derecho a la educación.
Palabras clave: Atlas Network, privatización, redes, educación, nueva derecha.
Resumo: Este artigo analisa as principais estratégias de intervenção das organizações parceiras da Atlas Network nos sistemas educativos latino-americanos, a fim de construir uma abordagem sistematizada de um ator complexo que tem conseguido ter impacto no panorama regional da direita. Para além da análise do projeto educativo da Atlas, são discutidas três estratégias de intervenção destinadas a fazer avançar a agenda da privatização da educação: a) promoção de mercados educativos; b) oferta de serviços educativos “liberais”; e c) ativismo universitário. Desta forma, evidencia-se a capacidade de articulação e advocacia destes grupos, bem como a importância da construção de conhecimento sistematizado para fortalecer a luta em defesa do direito à educação.
Palavras-chave: Atlas Network, privatização, redes, educação, nova direita.
Abstract: This article analyzes the main intervention strategies of Atlas Network’s partner organizations in Latin American educational systems, in order to build a systematized approach to a complex actor that has managed to impact the regional right-wing landscape. In addition to analyzing Atlas’ educational project, three intervention strategies aimed at advancing the educational privatization agenda are discussed: a) promotion of educational markets; b) offering “liberal” educational services; and c) activism in universities. In this way, the capacity of articulation and advocacy of these groups is shown, as well as the importance of building systematized knowledge to strengthen the struggle in defense of the right to education.
Keywords: Atlas Network, privatization, networks, education, new right.
DOSSIER
Nuevas derechas y disputas políticas del derecho a la educación : Atlas Network y la privatización educativa en América Latina

Recepción: 04 Marzo 2024
Aprobación: 14 Mayo 2024
El triunfo electoral de Javier Milei en Argentina ha sido recibido con gusto por un conjunto de organizaciones e instituciones que desde hace décadas se han dedicado a promover políticas de mercado y de privatización a nivel global, entre las cuales Atlas Network (en adelante Atlas o la Red) ocupa un lugar central. Líderes promercado como Brad Lips y Alejandro Chafuen (los dos últimos CEO de Atlas) así como Wolf von Laer, CEO de Students for Liberty (SL), han manifestado agrado y buenas expectativas respecto de un cambio de rumbo en Argentina. Para los campeones de la libertad, como se reconocen a sí mismos, el presidente paleolibertario representa una oportunidad para hacer avanzar su programa político no solo en ese país, sino en toda América Latina.
No obstante, el júbilo del mercado tiene como contraparte la incertidumbre respecto del presente y porvenir del derecho a la educación en el campo popular y las comunidades educativas de la región. Al igual que para los líderes de Atlas, para el presidente argentino la educación “no es un derecho, porque alguien tiene que pagar”. Lo anterior ha quedado de manifiesto con sus primeras iniciativas de reforma en educación, mediante las cuales ha buscado pavimentar el camino hacia la creación de un mercado educativo cristalizado en la elección escolar, el financiamiento a la demanda e incluso la creación de escuelas chárter. Propuestas todas que, como veremos, han sido esbozadas desde hace años por organizaciones vinculadas a Atlas en la región latinoamericana y en la misma Argentina, lo cual forma parte de un proceso de reorganización de las distintas fuerzas que coexisten en el campo político.
Lo anterior ha dado pie a la conformación de una nueva derecha que, partiendo de determinados principios del liberalismo clásico, ha optado por asociarse con otras formaciones políticas con quienes comparte posturas individualistas, antifeministas, antiecologistas y muy críticas con la interculturalidad y la organización autónoma del trabajo, lo cual ha generado también un correlato educativo. No obstante, la expansión de las iniciativas y políticas promercado en educación no es solo un asunto de afinidad ideológica entre determinados gobiernos, organizaciones y grupos académicos. El avance de las políticas de privatización y el cuestionamiento al derecho a la educación responde también a la conformación de lazos orgánicos, de creación de espacios de encuentro, desarrollo de propuestas y de diseño de una agenda mínima a seguir a través del tiempo.
Con el fin de generar conocimiento que permita replantear las estrategias en defensa del derecho a la educación, este artículo busca realizar un esbozo de las principales estrategias de intervención de las organizaciones de Atlas en los sistemas educativos de América Latina, con el fin de construir una aproximación sistematizada a un actor complejo. Con el presente análisis, nos distanciamos de una visión simplista de las organizaciones promercado en tanto integrantes de un “complot” planificado y organizado de forma univoca, totalmente centralizada. Lo que mostramos a continuación es la capacidad de dichos grupos articulados mediante redes de colaboración para lograr convertirse, con el paso del tiempo, en actores centrales en distintos procesos políticos, y de toma de decisiones sobre la política educativa, con alianzas potenciales con otras formaciones como grupos neofascistas y ultrarreligiosos.

Atlas Network, originalmente denominada Atlas Economic Research Foundation, es una organización creada en 1981 por Anthony Fisher, un seguidor de las ideas de Friedrich Hayek, con el fin de difundir las ideas del liberalismo a nivel internacional. Fue constituida inicialmente por una docena de organizaciones afines a dicho programa político. Actualmente cuenta con más de 500 organizaciones socias1, y colabora además con proto-partners, que son esencialmente organizaciones aliadas (Lips, 2020). Dichas organizaciones llevan a cabo distintas acciones: producen conocimiento orientado políticas públicas, hacen lobby por determinadas causas, organizan eventos, publican materiales, participan en la “guerra de las ideas” contra la izquierda e incluso participan en convocatorias políticas.
Los resultados de su trabajo sistemático resultan significativos. No son pocos los socios de dicha red que han llegado ocupar una posición relevante en el debate público nacional y regional, tales como Cato (Estados Unidos); México Evalúa (México); Libertad y Desarrollo (Chile); Instituto Millenium (Brazil); Libertad y Progreso (Argentina), etc. Además de estar presentes en coyunturas políticas clave, han logrado impulsar ideas en el espacio público, con el fin de disputar la hegemonía a plataformas progresistas y movimientos sociales.
Los líderes de Atlas afirman que su organización encabeza globalmente lo que denominan “movimiento de la libertad”. Este movimiento parte de una noción liberal clásica que busca un mundo libre [para el mercado], próspero [para los emprendedores] y pacífico [para los negocios], donde los principios de libertad individual, derechos de propiedad y gobierno limitado, junto con mercados libres sean garantizados por esa parte del gobierno que se mantendría [seguridad y militar] y que quieren reforzar (Lips, 2020; comentarios nuestros).
La red ha llevado a cabo distintas acciones para hacer avanzar las ideas de la libertad a nivel global. a) impulsar políticas públicas favorables a la reproducción ampliada del capital; b) intento por construir un consenso social en torno a los beneficios del mercado y c) desarrollar una estrategia de golpeteo político y mediático contra gobiernos de corte progresista o con tintes izquierdistas, utilizando distintos medios, como la crítica académica, las campañas de fake news, escraches y tomas de las calles, lo cual ha resultado útil en el despliegue del lawfare (Tirado, 2021; Walker, 2023; Smith; Thompson y Lee, 2017).
La batalla de las ideas y la resignificación de términos como libertad2 ha sido un elemento importante en el trabajo de la Red. Una tarea fundamental que han tenido sus organizaciones es replicar la hazaña lograda por el Institute of Economic Affairs (IEA) en Gran Bretaña: promover las ideas de libre mercado con el fin de cambiar la cultura y la opinión pública, favoreciendo el éxito electoral de Margaret Thatcher, quien reconoció que los fundadores del IEA, a pesar de ser pocos, habían estado “del lado correcto de la historia” (Atlas Network, 27 de abril de 2015). Es de subrayar que para Raisbeck (2023) en una publicación en el blog de Cato Institute, en Argentina el “Mileismo” probablemente inició hacia 1957, con el trabajo del economista Alberto Venegas Lynch.
En la expansión ideológica de Atlas, han resultado cruciales los programas de capacitación para el liderazgo y los Foros de discusión (Fischer y Plehwe, 2013; Vidal, Lópes y Blum, 2020). The Atlas Leadership Academy es pieza central en los programas de capacitación para el liderazgo (Fischer y Plehwe, 2013) destinados a las nuevas generaciones de gerentes y ejecutivos –intelectuales– que promocionarán las ideas del libre mercado en la región. Por otro lado, el Foro de la libertad, evento anual organizado por el Instituto de Estudos Empresariais, un “partner” de Atlas, es considerado “el más importante evento para la discusión de ideas en América Latina” según la revista Forbes (Vidal, Lópes y Blum, 2020). Además del perfil masculino y gerencial de los ponentes, estos suelen ser mayoritariamente de Estados Unidos, y promueven una agenda radicalmente neoliberal.
Como parte de su política de alianzas para el siglo XXI, Atlas ha generado importantes vínculos con la derecha y la extrema a nivel regional y global, con lo cual pretenden que el neoliberalismo recupere la hegemonía y vuelva a conquistar los gobiernos que perdió por la ola de victorias electorales de la izquierda registradas en los últimos años. Dentro de estos grupos se encuentran la fundación FAES del expresidente Jose María Aznar en España, la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el escritor Mario Vargas Llosa, la Fundación Pensar del expresidente Mauricio Macri o la fundación Ecuador Libre del también expresidente Guillermo Lasso.
Para Lips (2020) al interior de la organización existe el deseo creciente de un “ecosistema de grupos libertarios” que opere en cada país y región. Ese deseo, al parecer, se está logrando poco a poco. El entramado de Atlas Network está compuesto actualmente por 502 organizaciones de 98 países diferentes, de las cuales 204 están en EEUU y Canadá, 135 en Europa, 93 en América Latina y Caribe, 42 en Asia y el Pacífico y 28 en África y Medio Oriente. Además de otros 45 países donde Atlas Network tiene uno o más “asociados potenciales y aliados”. Su proyecto de expansión es además habilitado por una gran cantidad de recursos económicos, según Albin (2021) “el presupuesto anual agregado” de su “universo de socios” ronda los 909 millones de dólares y la “media del presupuesto: de las fundaciones que forman parte de Atlas, 479.000 dólares.
La educación es un derecho básico, un bien común y esencial, que debería estar garantizado por los estados como representantes de la comunidad social que aseguran el acceso de toda la población a este derecho desde la educación infantil a la educación superior. Frente a esta concepción de la educación como derecho universal y un bien público, el neoliberalismo la entiende como un bien individual con valor económico.
En este sentido, un elemento fundamental de la impronta de Friedrich Hayek en las actividades de AN, es su interés en llevar a cabo actividades educativas, con el fin de influir e intervenir en el debate público y de construir un sentido común afín a ese modelo neoliberal marcado por la “libertad de mercado”. De hecho, al menos el 89% de los socios de la Red afirman que las actividades educativas son parte de su agenda cotidiana (Lips, 2020). Estas abarcan desde la organización de foros públicos con speakers de renombre, la presencia en medios de comunicación de forma regular y su intervención directa en los sistemas educativos a través de la influencia y el cabildeo en las políticas educativas de los países donde operan.
Aunque el proyecto social y político de Atlas no está enfocado específicamente y de manera principal en temas relativos a la educación y la escolaridad, sus socios han desarrollado una serie de propuestas en el sector como parte de un programa más amplio de reforma, que busca moldear a la sociedad bajo criterios de mercado. Lo anterior se ha nutrido de una lectura sistemática, de un conjunto de autores clave en la tradición liberal-libertaria, pero también de un consenso tácito en torno a lo benéfico de sus ideas, que puede no ser necesariamente producto de una reflexión profunda. Entender qué busca la Red en educación requiere recuperar algunos elementos de tres autores que han resultado pilares del pensamiento promercado, sobre los cuales se han construido nuevas aproximaciones teóricas: Milton Friedman (1955), Edwin West (1998) y Murray Rothbard (1999).
El ideario educativo de Atlas se configura desde la oposición radical a lo que ellos denominan “colectivización” de los sistemas educativos, entendida esencialmente como la educación pública con un Estado garante de dicho derecho, la cual se financia con carga fiscal. Su programa –en teoría– conduce a cuestionar la educación en tanto un asunto del Estado y no de elección en libertad (West, 1965; Rothbard, 1999), como forma de inversión individual de cara al futuro que se aspira y de cara a impulsar la competitividad del país. También buscan la “gestión eficiente” de las empresas educativas (Friedman, 1955; West, 1998); el incremento del nivel de autonomía de la gestión en educación (proponiendo buscar fuentes privadas de financiación y la colaboración público-privada), así como el reconocimiento e impulso de modelos de éxito educativo basado en “talentos” individuales (Rothbard, 1999).
West (1965), un miembro destacado de la Mont-Pelerin Society (MPS), cuestiona que la educación deba ser un “asunto de Estado”. Considera que la educación “estatal” ha desincentivando la participación de otros actores en la educación, como los grupos religiosos o las empresas y las organizaciones privadas. Critica esa “colectivización” de la educación “en manos del Estado” por el poder monopólico que ejerce en las escuelas públicas. Lo que se necesita, dice, es “libre elección” en educación. Esta postura le permitió coincidir con Milton Friedman, quien 1955 escribió su famoso artículo “On the role of Government in education”, a partir del cual se ha montado gran parte del andamiaje de las políticas de financiamiento a la demanda y elección de centro en educación. Friedman (1955) plantea que tanto la imposición de un nivel mínimo requerido en educación, así como su financiación por parte del Estado resultan justificadas, pero que no resulta igual de justificable la administración de las instituciones educativas por el gobierno, lo que él denomina “nacionalización” de la educación. Plantea que los vouchers o cheques educativos son una forma de organizar la financiación educativa, atendiendo a la “demanda social”. El rol del gobierno estaría principalmente enfocado en garantizar un nivel mínimo de estándares, contenidos comunes en sus programas, y fomentar una mayor libertad de elección a las familias que seleccionarían aquel centro educativo que más les interesase en función de sus aspiraciones de futuro y en él invertirían esa financiación del cheque o voucher.
La propuesta de voucher fue también discutida por West (1998) en un estudio publicado originalmente por el Banco Mundial y traducido después al español por el programa educativo del Diálogo Interamericano, un think tank clave en la difusión de planteamientos gerenciales en educación (Jarquín, 2022). En este, menciona que los vales buscan aumentar las posibilidades de elección de las familias y fomentar la competencia entre las escuelas, lo cual permitiría teóricamente a las familias de bajos ingresos el acceso a escuelas privadas (1988). Con este esquema, plantea, las escuelas “buenas. atraen a muchos alumnos-clientes, por lo que reciben muchos vouchers y prosperan. Mientras que las escuelas de “inferior calidad”, al ser evitadas por las familias, se ven estimuladas a mejorar y competir o deben cerrar (West, 1988).
West (1988) asegura que las escuelas privadas y gestionadas como empresas son más eficientes en la producción de beneficios privados, a través de una enseñanza supuestamente más eficaz. Argumenta que se debe a que las escuelas públicas son monopolios estatales y no están sujetas a la competencia.
Una veta muy importante, pero menos discutida que los promotores de la privatización exógena y la promoción de políticas de elección escolar, es la crítica paleolibertaria a la educación pública, impulsada principalmente por Murray Rothbard (1999). Para el autor, el Estado ha incrementado la centralización de los asuntos educativos, quitando así poder a las familias, lo cual ha permitido políticas de “estandarización” que no permiten el desarrollo individual. Rothbard terminó siendo un importante promotor del homeschooling, en una veta ahora recuperada por ciertos grupos ultraderechistas en Estados Unidos, impulsados por actores ligados a la extrema derecha, como Steve Bannon.
Un problema que encuentra con la escolarización es el impulso a la igualdad. Considera al entusiasmo por la igualdad como “anti-humano”: el “credo de la igualdad” es un credo de “muerte y destrucción” (Rothbard, 1999). Por lo anterior, Rothbard consideraba a la escuela formal como “inmensamente inferior” a la instrucción individual, la cual sin embargo, está garantizada por el “despotismo” del control estatal de la educación. Otro argumento “poderoso” contra la educación pública, es que, según el autor, en ella se encuentran la mayoría de quienes no estarían si no fuera por su condición de obligatoriedad, lo cual incluye a los niños subnormales e incultos y a varios tipos de “delincuentes juveniles y matones” (Rothbard, 1999, p. 13).
El autor hace algunas consideraciones generales sobre la educación estatal, las cuales puede resultan transversales al paleolibertarismo y otras corrientes promercado, y han sido adoptadas, con menor o mayor ahínco, por las organizaciones de Atlas: a) la escuela busca “destruir el pensamiento”; b) la igualdad y uniformidad de la escuela pública supone una terrible desventaja para estudiantes “brillantes” y concede privilegios a los “imbéciles”; c) la individualidad se suprime por una enseñanza “ajustada al grupo”; y d) la escuela fomenta la dependencia del individuo respecto del grupo y del Estado.
Estas ideas han articulado un programa de cambio educativo que da forma a una nueva derecha en educación, asociada a los principios mencionados previamente, y que, además de intentar cambiar los sistemas educativos a través del impulso a políticas de mercado, busca incidir más allá de la política pública como tal. Por un lado, han promovido políticas de voucher escolar y elección de centro, que promueven prístinamente el ethos capitalista de la competencia en educación, con lo cual se promueven opciones privadas y se amplía la posibilidad de “libre elección” de los consumidores y consumidoras (Díez Gutiérrez, 2018). Pero también, han impulsado otras políticas más “suaves”, como la adopción de esquemas de nueva gestión pública en educación y evaluaciones estandarizadas de alto impacto. Además, promueven la formación del sujeto neoliberal mediante la estimulación de una competencia delirante (Alemán, 2017) que moldea la experiencia individual en función de lo que el individuo considera es una inversión en promover y promocionar su “talento” en un nuevo ciclo competitivo, donde solo prosperan quienes son “mejores”.
América Latina ha sido un espacio fundamental para el desarrollo de políticas educativas de mercado en educación (Verger; Moschetti y Fontdevila, 2017). Su despliegue ha sido producto de procesos complejos donde intervienen factores locales, regionales y globales, así como distintas fuerzas políticas y agendas. Sin embargo, cuando hablamos de la promoción de políticas de privatización y de mercado en educación, las organizaciones asociadas y aliadas de Atlas son un driver indiscutible.
La intervención de think tanks, fundaciones, institutos y otros tipos de asociaciones abiertamente promercado-neoliberales en el debate educativo ha sido cada vez más recurrente en la región. Lo anterior ha permitido la consolidación de una agenda de reforma educativa trasnacional que, aunque comparte la matriz ideológica, previamente expuesta, se expresa in situ de forma descentralizada, a partir de la operación de organizaciones sobre un contexto nacional o regional, y en función de la correlación política de fuerzas en un momento determinado. Mediante la intervención de dichas organizaciones, los socios de la Red han logrado posicionar narrativas favorables sobre el mundo privado en educación, así como habilitar cambios relevantes.
Persisten 3 estrategias de intervención de Atlas en la educación regional: a) promoción de mercados educativos; b) oferta de servicios educativos “liberales”; y c) activismo universitario. Mencionaremos solo algunas experiencias impulsadas por organizaciones integradas en el directorio de Atlas en la región latinoamericana:
Promoción de mercados educativos (vouchers-escuelas chárter) (Chile, Argentina, Perú)
Tradicionalmente, y hasta la fecha, las organizaciones pertenecientes a Atlas han promovido las políticas de elección de centro, la creación de escuelas chárter y el uso de vouchers educativos como mecanismo de financiamiento a la demanda en educación.
Resulta importante destacar al respecto la participación del think tank Libertad y Desarrollo (LyD) cuya agenda de promoción a la creación de mercados educativos, competencia y rechazo al “adoctrinamiento estatal” ha resultado significativa en el debate educativo chileno. LyD fue una organización presente en las discusiones educativas en tiempos de la Concertación (1990-2010). Durante ese periodo, de un total de 37 procesos de discusión parlamentaria sobre educación, representantes de LyD participaron en 14 (Corbalán y Corbalán, 2012). Más aún, el think tank tuvo un papel relevante en los acuerdos de preservación del modelo de mercado educativo heredado de la dictadura, mediante su incorporación a la denominada “Comisión Brunner” en 1994. Su representación también puede encontrarse en el denominado Consejo Asesor Presidencial de 2006 así como en “todas las comisiones de negociación que crearon los gobiernos de la Concertación entre 1990 y 2010” (Corbalán y Corbalán, 2012). Durante ese periodo, la organización logró generar un contrapeso a las iniciativas progresistas que buscaban enfocar la educación en clave de un derecho social.
No obstante, la promoción de los mercados educativos por parte de Atlas no es solo una experiencia en Chile. Organizaciones y liderazgos vinculados a la Red han impulsado propuestas similares en otros países de la región. En 2022, la Fundación Libertad y Progreso en Argentina presentó su documento “Reformas para construir nuestro futuro”, donde esbozaba una serie de propuestas de cambio estructural, de libre mercado. Las propuestas educativas fueron elaboradas por Edgardo Zablotsky, miembro de MPS y vinculado a Atlas. El gran problema educativo respondía a que “los padres han perdido el control y la responsabilidad sobre la educación de sus hijos” (Libertad y Progreso, 2022, p. 184) dicho control había sido tomado por burócratas y sindicalistas del magisterio, lo cual había conducido a que el sistema educativo fuera un “sistema de adoctrinamiento estatal”.
La educación debería orientar a los jóvenes a aprender “a cooperar libremente en la creación de todo tipo de emprendimientos” (Libertad y Progreso, 2022, p. 184). Expone que hacia la segunda mitad del siglo XX “la izquierda fue infiltrándose en los establecimientos educativos y religiosos” (Libertad y Progreso, 2022, p. 187) muestra de lo cual es la “invasión” de las ideas de Paulo Freire en las escuelas, cuya pedagogía “consiste en enseñar a los niños a sentirse oprimidos por el sistema capitalista, para generar una emoción, con el objeto de poner en movimiento la lucha de clases que los liberará colectivamente” (Libertad y Progreso, 2022, p. 187).
La organización proponía una serie de cambios en el sistema educativo argentino, recientemente discutidos a la luz del triunfo de Milei: a) La publicación de los resultados de logro educativo por escuela, la cual “despertaría a los padres, los movilizaría, los convertiría en el contrapeso necesario para luchar por un cambio al que naturalmente se oponen sindicatos docentes (2022, p. 189); b) Declaración de la educación como un servicio público esencial; c) Impulsar evaluación de estudiantes secundarios antes de ingresar a la universidad; y d) Establecer sistema de escuelas charter. Además, propusieron “erradicar el adoctrinamiento en las escuelas”, sin decir abiertamente a qué se referían con ello.
La reforma “más ambiciosa” de la organización es el impulso a la creación de mercados y cuasi-mercados educativos por medio de un cambio en el gasto público en el sector. Pasar del subsidio a la oferta, al subsidio a la demanda. Resulta interesante plantear el nivel de coincidencia entre la agenda de la organización, y las iniciativas lanzadas por el nuevo gobierno “libertario” en Argentina.
El impulso al voucher también se ha llevado a cabo en Perú, por parte de actores cercanos a Atlas. En septiembre de 2022, el congresista peruano Alejandro Cavero, cercado a SL Perú, lanzó un proyecto de ley que “crea sistema de vouchers y mejora la calidad educativa nacional” (Cavero, 02 de septiembre de 2022). Buscaba que el Estado tuviera “mecanismos más sólidos” mediante una colaboración más estrecha con el sector privado”. Nuevamente, su sustento teórico es el trabajo de Friedman. Menciona como experiencia exitosa los centros “concertados” en España, que han sido cuestionados a partir de sus efectos sobre la segregación escolar (Díez Gutiérrez, 3 de julio de 2023). El proyecto fue apoyado mediáticamente por Lucas Ghersi, hijo de Enrique Ghersi, investigador de Cato Institute. Lucas Ghersi es parte del alumni de Students for Liberty (SFL Author, 8 de diciembre de 2022) y lidera el think tank Instituto de Libertad y Acción para el Desarrollo (ILAD) aliado estratégico de SL Perú. En el contexto de la discusión de dicha iniciativa, el ILAD organizó una charla en apoyo del voucher educativo. Sin embargo, la respuesta del sindicalismo docente a dicho proyecto dificultó su realización, y dicha iniciativa no ha prosperado hasta el momento. De cualquier forma, los centros neoliberales en Perú siguen atentos el proceso argentino, ya que según han escrito algunos de sus integrantes, Milei es un “titán de la libertad” (28 de noviembre de 2023).
Las organizaciones de Atlas han optado también por crear opciones educativas de educación superior abiertamente alineadas con su causa. Además de ofrecer certificaciones y capacitaciones útiles para los mercados de trabajo, dichas instituciones cumplen una función de difusión ideológica y son además espacios de encuentro donde se realizan eventos en los que se debate la agenda de cambio liberal en la región.
UFM es una importante universidad privada en Guatemala. Ha formado parte del directorio de Atlas y es, además, un espacio constante de reunión entre integrantes y aliados. En 2016 fue el escenario del Foro Latinoamericano de la Libertad, organizado por Atlas. La UFM también impulsa otro tipo de actividades como la Antigua Forum, presidido en 2024 por el propio Brad Lips. La UFM impulsa en el ámbito académico el ideario liberal la organización.
El Centro forma parte de la UCEMA, la cual es dirigida por Alejandro Zablotsky. Tiene como fin la “promoción del liberalismo clásico como piedra angular de una sociedad libre y abierta” y tiene como miembros plenos, entre otros, a Alberto Vengas Lynch (hijo) y a Martin Krause. Parte de su Consejo Internacional son Alejandro Chafuen, CEO de Atlas durante 1991-2018 y a Roberto Salinas León, actualmente Director del Centro para América Latina de Atlas. El Center ofrece un diplomado en Economía Austriaca y auspicia la Cátedra Naumann, en alianza con la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad. Es integrante de Atlas Network y de la Red Liberal de América Latina (Relial).
El proyecto más reciente de su tipo, es la Universidad de la Libertad (UL), impulsada en México por Grupo Salinas. Fue presentada por el CEO de Atlas, quien asegura que en el paisaje de la educación superior, hay mucho “pensamiento viejo”, algo diferente a la UL donde estudiantes pueden comprometerse con los temas más importantes. Además, asegura, dicho proyecto “tiene mucho potencial para hacer una diferencia en México” (Universidad de la Libertad, 13 de noviembre de 2023). La Universidad firmó una asociación con Atlas en marzo de 2023 (Atlas Network, 2 de marzo de 2023).
Entre las organizaciones integradas al directorio de la red o aliadas, es SL la entidad dedicada a la promoción del pensamiento liberal en las universidades, públicas o privadas del mundo, con una presencia cada vez mayor en América Latina. Parte de su abanico de intervenciones es la organización de seminarios, encuentros, debates, foros, así como, incluso, la movilización política a favor de políticas de mercado o en contra de gobiernos progresistas (o “estatistas-colectivistas”) en determinadas coyunturas. SL ha sido un espacio de desarrollo de cuatros políticos de promoción de libre mercado en la región, entre los cuales se encuentra una nueva generación de liderazgos regionales como Kim Kataguri (Brasil), Antonella Marty (Argentina) o Enrique Ghersi (Perú) quienes se encuentran en espacios estratégicos del debate público.
Probablemente el caso más discutido de protagonismo de SL sea el brasileño (Coggo y Pavan, 2022). La subsidiaria nacional de SL ha desarrollado un programa de formación considerable en las universidades brasileñas mediante un conjunto de proyectos que busca educar y mobilizar a favor del proyecto liberal. SLB logró saltar al debate público nacional a partir del protagonismo que Kim Kataguri, una “estrella libertaria en ascenso”, logró con la conformación del Movimiento Brasil Libre (MBL), del cual “muchos” miembros habían pasado por el programa de entrenamiento (Academy) de la Red (Atlas Network, 1 de abril de 2015). Desde 2013, el Movimiento articuló a distintos sectores liberales y conservadores en torno a una plataforma de oposición al gobierno del Partido de los Trabajadores (Kraus, 2022) y “contribuyó a legitimar el golpe político contra Dilma Roussef en 2016” (Coggo y Pavan, 2022, p. 83).
A la luz de las transformaciones del capitalismo actual, la experiencia de gobiernos progresistas y la difusión global de nuevos planteamientos políticos, el espectro de las derechas en América Latina está cambiando, y en ello, Atlas ocupa un lugar central. Las “oligarquías de siempre”, así como nuevos sectores dominantes, han optado por incorporar elementos aparentemente novedosos a su narrativa, así como construir otro tipo de organizaciones que, desde una perspectiva civil y académica, intervienen en la vida pública y se relacionan entre sí a nivel local, regional y global. Como hemos mostrado, las implicaciones educativas de ello son ya explícitas, en distintos lugares, bajo distintas circunstancias. Se han construido así dos modelos radicalmente diferentes de entender la educación.
El primer modelo considera que la educación es un derecho al que todos los ciudadanos y ciudadanas han de tener la garantía de acceder y frente al que la Administración tiene el deber de garantizar en condiciones de calidad y de igualdad. Este modelo considera que la educación es un factor de desarrollo personal, de emancipación social y una de las herramientas para hacer posible una sociedad cohesionada, inclusiva y justa. Dicho modelo se enmarca en todas las tradiciones que defienden una escuela pública, laica e inclusiva, que ofrezca una verdadera igualdad de oportunidades y que trate de formar personas con capacidad para vivir y participar en una sociedad democrática. Y centra su preocupación en buscar los contenidos, valores y metodologías para una educación crítica e inclusiva.
El otro modelo es el que se deriva de la progresiva imposición del neoliberalismo a escala mundial, y viene avalado por las directrices de los organismos supranacionales, como el Banco Mundial, el FMI, la OMC y la UE, que han asumido y abrazado con entusiasmo las nuevas derechas. Este modelo parte de la base de que la educación es un bien individual y su valor es básicamente económico y que, por lo tanto, debe estar sujeto a las leyes del mercado, como cualquier otra mercancía. La educación, así entendida, pasa a estar al servicio de la economía en su doble vertiente: por un lado, debe ser “adaptada” a las necesidades de las empresas y del mundo laboral y, por otro, debe ser “rentable”, o sea, gestionada con criterios empresariales y ser susceptible de negocio privado. Son las personas individuales, interesadas en ello, las que deben “invertir” en educación, con lo que se convierten en los nuevos “clientes”, con derecho a elegir y a exigir resultados satisfactorios que rentabilicen su “inversión”. Los profesionales de la educación estarían al servicio de las demandas del mercado, limitándose a implementar currículos, metodologías y reválidas que los “expertos/as” decidieron y que los gestores de los centros llevan a la práctica de forma “eficaz”: más resultados con menos recursos.
Es por ello que la defensa del derecho a la educación requiere: a) la generación de un mayor conocimiento respecto a quienes desde las comunidades y el profesorado, se debe combatir políticamente; b) el fortalecimiento de las redes regionales y globales de cooperación educativa en clave democrática; c) el apoyo y sistematización de las experiencias de educación comunitaria y anticapitalista y d) la apuesta por consolidar un movimiento pedagógico-popular latinoamericano.
