ARTÍCULOS

Recepción: 11 Febrero 2023
Aprobación: 24 Noviembre 2023
DOI: https://doi.org/10.54871/cl4c600l
Resumen: Para las personas transfemeninas, la trayectoria vital suele estar anclada a realidades de exclusión y marginación; la necesidad de aunarse con otras mujeres trans en este caso es fundamental. El presente trabajo explora una de estas dimensiones: el cuidado asociado a la figura del transparentesco que trasciende lo meramente biológico, para constituirse en una posibilidad instrumental, simbólica y afectiva que les permite acompañarse y apoyarse. Se realizó una investigación de metodología cualitativa, con diseño hermenéutico, contando con la participación de nueve mujeres adultas con distintos roles dentro del transparentesco: madres, hijas, hermanas, usando metodologías de recolección de datos como la entrevista en profundidad y la observación participante. Los datos se analizaron mediante el sistema de codificación de datos propuesto por Strauss y Corbin (2002). El propósito del trabajo es dar cuenta de la manera en que se perciben las dimensiones relacional y comunitaria del cuidado en la experiencia del transparentesco construido y vivido por un colectivo de mujeres trans de la ciudad de Bogotá
Palabras clave: mujeres trans, transparentesco, cuidado.
Resumo: Para as pessoas transfemininas, a trajetória de vida costuma estar ancorada em realidades de exclusão e marginalização. A necessidade de união com outras mulheres trans neste caso é fundamental. O presente trabalho explora uma dessas dimensões: o cuidado que será compreendido associado à figura do transparentesco que transcende o meramente biológico, para se tornar uma possibilidade instrumental, simbólica e afetiva que permite acompanhar e apoiar-se mutuamente. Foi realizada uma investigação metodológica qualitativa, com desenho hermenêutico, com a participação de nove mulheres adultas com diferentes papéis dentro do transparentesco: mães, filhas, irmãs, utilizando metodologias de coleta de dados como entrevistas em profundidade e observação participante. Os dados foram analisados utilizando o sistema de codificação de dados proposto por Strauss e Corbin (2002). O objetivo do trabalhoédar conta de como as dimensões relacionais e comunitárias do cuidado são percebidas na experiência de transparentesco construída e vivida por um grupo de mulheres trans da cidade de Bogotá.
Palavras-chave: mulheres trans, transparentesco, cuidado.
Abstract: For transfeminine people, the life trajectory is usually anchored to realities of exclusion and marginalization. The need to unite with other trans women in this case is fundamental. The present work explores one of these dimensions: the care that will be understood associated with the figure of trans kinship that transcends the merely biological, to become an instrumental, symbolic and affective possibility that allows them to accompany and support each other. A qualitative methodology investigation was carried out, with a hermeneutic design, with the participation of nine adult women with different roles within trans kinship: mothers, daughters, sisters, using data collection methodologies such as in-depth interviews and participant observation. The data was analyzed using the data coding system proposed by Strauss and Corbin (2002). The purpose of the work is to account for the way in which the relational and community dimensions of care are perceived in the experience of trans kinship constructed and lived by a group of trans women from the city of Bogotá.
Keywords: trans women , trans kinship, care.
Introducción
En el presente trabajo se pretende revisar un caso específico que implica una nueva configuración familiar. Las formas en que se han dado las prácticas de cuidado entre sus integrantes, sus dimensiones comunitarias y la manera en que el cuidado se reconoce al interior del modelo hacen indispensable la construcción de redes de apoyo y afecto para la sobrevivencia misma, la adaptación a territorios sociales complejos y el relacionamiento social. Muchas veces estos vínculos trascienden la relación amistosa, convirtiendo a sus integrantes en verdaderos referentes familiares (como madres, hijas o hermanas), lo que muestra nuevas formas de organización del parentesco que no se limita a lo biológico y lo consanguíneo. Esta configuración familiar puede comprenderse como una organización social del cuidado.
Este artículo cuenta la experiencia de haber realizado varias acciones de investigación e intervención durante los últimos seis años junto a un grupo de mujeres trans que se constituyen en una apuesta cultural llamada Red de apoyo y Afecto Mujeres T Diversas, organización social de base, que tiene como propósito la promoción de expresiones culturales y folclóricas. Esta red funciona en la ciudad de Bogotá, en un barrio de alta complejidad que se llama Santafé, perteneciente a la Localidad Mártires.
La zona que compone el territorio donde está centrado el análisis queda localizada en el centro de la capital, entre las calles 19 y 26, entre las carreras Caracas y 24, que como se explica más adelante se constituye como una de las zonas de alto impacto de la capital1. Es un territorio complejo, particular, denso y siempre en la mira de las autoridades y de la sociedad civil. Esta realidad hace que sea una de las zonas donde se presenta más marginación y dinámicas de exclusión que ponen a quienes moran allí en los límites simbólicos y efectivos del sistema social (Erazo, 2016).
Teniendo en cuenta lo anterior, vale la pena referir que en el presente texto se espera poder dar cuenta de la manera en que se perciben las dimensiones relacional y comunitaria del cuidado en la experiencia del trans parentesco construido y vivido por un colectivo de mujeres trans de la ciudad de Bogotá.
Recorrido metodológico
A continuación, se compartirán algunos elementos asociados a la metodología de investigación usada en el último ejercicio llevado a cabo con la comunidad. Luego de considerar aspectos como los antecedentes de trabajo en conjunto, la apropiación teórica, las necesidades y realidades de la comunidad y los intereses de la investigadora, se construyeron los objetivos de trabajo que guiaron el desarrollo del proyecto: profundizar aspectos relacionados con la construcción de las redes vinculares entre las integrantes del grupo y las prácticas de cuidado que se dan en su interior.
La pregunta de investigación para este caso fue: ¿cómo se da la construcción de la identidad de género de un grupo de jóvenes mujeres trans que habitan o transitan el barrio Santafé en la ciudad de Bogotá, a partir de la incidencia del rol de la madre trans? El objetivo del trabajo es, entonces, analizar la manera en que se perciben las dimensiones relacional y comunitaria del cuidado en la experiencia del trans parentesco construido y vivido por un colectivo de mujeres trans de la ciudad de Bogotá.
El tipo de investigación con la cual se decidió trabajar fue la metodología cualitativa (Flick, 2004) y se usó el diseño narrativo, en el que se recolectaron datos sobre las experiencias de las personas, describiéndolas y analizándolas. Es de igual interés en este diseño tanto la persona como su entorno y los acontecimientos (en tiempo, forma y lugar); las interacciones de la persona y la secuencia de eventos también resultan importantes (Salgado, 2007).
La población participante del presente estudio fue de siete mujeres trans jóvenes que habitan o transitan el barrio Santafé, en la ciudad de Bogotá (transformistas, travestis o transexuales) entre 18 y 28 años, que corresponden a la categoría de joven según la Ley 1622 de 2013: Estatuto de Ciudadanía Juvenil. Todas ellas reconocieron como referente a una mujer nombrada como “madre trans”. Vale la pena decir que se entrevistó también a tres madres identificadas para complementar la percepción de este rol.
La investigación usó la entrevista en profundidad como principal estrategia de recolección de datos y la observación participante Flick (2015). Para el análisis de los datos en esta investigación se utilizó el sistema de codificación de Strauss y Corbin que se define como un “procedimiento de análisis de datos, el cual consiste básicamente en un conjunto de operaciones por las cuales los datos se desglosan, conceptualizan y se vuelven a reunir de nuevas maneras” (2022). En este momento de la investigación se estudiaron de manera minuciosa las unidades de texto que corresponden a las transcripciones de las entrevistas, bitácoras de observación, escenarios de diálogo realizados durante la investigación. En un segundo momento, se hicieron comparaciones entre las unidades de texto, así como las unidades de sentido y posteriormente se pudieron establecer relaciones entre las categorías, las unidades de texto y el cuerpo teórico que dio encuadre a la investigación. Para complementar el trabajo se usaron técnicas de codificación como “el uso de preguntas”, el “análisis por medio de comparaciones” y el “microanálisis” (Ballas, 2008).
A partir de los datos recolectados y los distintos análisis que ellos permiten, pudo establecerse una categoría emergente de exploración de las “acciones de cuidado” que se llevan a cabo dentro del marco simbólico (e instrumental) del parentesco que viven estas hijas, madres y hermanas trans.
Reconocimiento de características sociodemográficas
En este acápite, vale la pena describir las características socio demográficas y otras categorías identitarias que se pudieron identificar en las personas que conformaron la población. Muchas de las mujeres trans con quienes se trabajó son migrantes internas. Cada una de ellas llegó a la ciudad de Bogotá, porque en sus imaginarios, consideraban que la capital del país podría traerles mejores oportunidades de desarrollo para sus vidas. Las condiciones socio económicas en el lugar de origen no les permitieron ubicarse en un lugar de privilegio, por ello, al ser muchas de ellas menores de edad, salieron de sus hogares para buscar “mejores oportunidades”. Para algunas de ellas, los oficios de “puta” o “peluquera” eran la única opción y prefirieron vivir en lugares distintos a los de su origen.
Especialmente quienes se dedicaron al trabajo sexual sentían que estaban menos expuestas a la sanción de la familia o comunidad de origen si lo hacían en una ciudad distinta. Otras razones de la migración a temprana edad están asociadas a la búsqueda de independencia y autonomía personales que facilitaran especialmente la construcción libre de la identidad de género y el encuentro de espacios donde expresarla. Para la mayoría de ellas, vivir el proceso de tránsito dentro de sus familias de origen resultó difícil por el rechazo abiertamente expresado a esta decisión. Esto, en muchos casos generó dinámicas familiares de violencia muy fuertes. Golpeadas, injuriadas, humilladas, minimizadas, salieron de lo que consideraban sus hogares huyendo de estas realidades.
La condición de migración determina profundamente la experiencia de ciudadanía de una persona, su tránsito por los territorios sociales, sus interrelaciones y afecta la percepción de sí misma y de los demás. Una de las áreas que más se impactan con la migración tiene que ver con la vincular. En una nueva ciudad, que puede ser bastante hostil, es necesario construir y reforzar redes de apoyo y afecto que faciliten la experiencia de la vida. Las personas trans, especialmente las mujeres en el territorio de Santafé, se encuentran y se vinculan muy intensamente, pues es necesario para la sobrevivencia misma.
Estos vínculos facilitan aprendizajes de elementos clave para moverse dentro del territorio (con quién se puede o no hablar; qué roles ejercen los diferentes actores sociales, qué riesgos existen, cómo gestionarlos o prevenirlos, qué zonas del territorio están habilitadas para ellas y qué zonas deben evitar, entre otros elementos que pueden ser clave para mantenerse a salvo). Así mismo los vínculos establecidos satisfacen las necesidades de pertenencia, membresía, intercambio de afecto y posibilidad de ejercer incidencia entre pares, que como refiere Montero (2004) son elementos mínimos en la construcción de la experiencia y el sentido de comunidad.
Para cerrar este apartado resulta necesario aclarar, es que se hace referencia a las mujeres trans usando pronombres femeninos, pues con quienes se ha trabajado, se identifican como mujeres, no como personas no binarias. Este es un asunto importante frente al reconocimiento de quienes desarrollaron el ejercicio y al propio lugar de enunciación.
Referentes teóricos
Familia
Ahora, para poder desarrollar el caso que se quiere en el presente texto, vale la pena revisar algunas referencias sobre la familia. “El concepto clásico de familia parte de un sustrato biológico ligado a la sexualidad y la procreación. La familia es la institución social que regula, canaliza y confiere significado social y cultural a estas dos necesidades” (Jelin, s.f., p. 2). Además de las dos dimensiones anteriores está la de la convivencia, que suele asociarse al concepto. Histórica y tradicionalmente se asoció la familia con la imagen y la lógica patriarcal, monogámica, de provisión masculina, compuesta por figura de padre, luego jerárquicamente situada la madre y en último lugar, los hijos y las hijas; ubicados en el escenario de acción lo doméstico y lo privado. Esta concepción remite a esa familia nuclear y neolocal “que conlleva una concepción particular de la moralidad (cristiana) y la normalidad” (Jelin, s.f).
Sin embargo, la misma autora plantea que “siempre existieron formas alternativas de organización de los vínculos familiares, otras formas de convivencia, otras sexualidades y otras maneras de llevar adelante las tareas de la procreación y la reproducción” (Jelin, s.f., p. 3), y esto resulta fundamental para comprender que existen otras formas de parentesco y organización familiar que se constituyen por las necesidades humanas instrumentales, las de intercambio de afecto, de apoyo mutuo y por supuesto, de cuidado.
Vale la pena tener en consideración que, si bien la familia nuclear tradicional era la forma socialmente aceptada, ahora ha pasado a ser sólo una de las diversas modalidades familiares existentes, ya que hay una gran pluralidad: la familia nuclear, extensa, familia de unión de hecho, familia reconstituida, adoptiva, subrogada, monoparental, homoparental, familias de acogida, sin hijos y otro tipo de familias (Aguado, 2010).
Resulta fundamental considerar que parte del hacer de distintas disciplinas es plantear alternativas para la comprensión de la filiación humana más allá de las ideologías, representaciones y prácticas reproductivas. John Borneman (1997) plantea la reivindicación del parentesco entendiéndolo como un proceso ontológico: “el cuidar y ser cuidado” que resulta además una necesidad humana fundamental. Sobre la línea anterior, Judith Butler explica: “las prácticas de parentesco serán aquellas que surjan para cuidar de las formas fundamentales de la dependencia humana: nacimiento, la cría de los niños, las relaciones de dependencia emocional y de apoyo, los lazos generacionales, la enfermedad, la muerte y la defunción” (Butler, 2006, p. 150).
Transgrediendo la figura de la familia: transparentesco
En estos vínculos estrechos que se establecen entre las mujeres trans con quienes se desarrolló el ejercicio de investigación se puede reconocer una figura denominada la “madre trans”. Butler en 1993 habla acerca de su experiencia frente a las nuevas configuraciones familiares en la escena trans del Nueva York de la década del 80. Ellas se organizan en colectivos que llaman “houses”. Sobre ello refiere: “las familias son encabezadas por alguien, no siempre más viejo, que adopta, cuida y vela por los demás. Viven en comunidades o no, pero cargan el apellido del jefe de la familia” (en Porchat, 2019). Sobre las constituciones familiares trans, Bastidas, Díaz y Villamarín refieren:
Inicialmente, las recién llegadas iban a casas administradas por trans cuya edad oscila entre los 50 y 60 años, a las que llaman madres, quienes gracias a su experiencia en el sector y en el trabajo sexual, saben muy bien como desenvolverse en la calle, con los clientes, frente a la delincuencia, las drogas, la policía y los transeúntes. Por eso ellas pueden proteger a sus hijas adoptivas y enseñarles cómo defenderse y qué hacer frente a la hostilidad de la ciudad, de la calle, y de la noche, pues paradójicamente. Dentro de la misma zona de tolerancia tampoco son completamente aceptadas (2018).
La familia trans es otra organización familiar de pertenencia, que cumple funciones de nutrición relacional, protección, cuidado e incluso, socialización. Es una familia elegida, a la cual se integran las jóvenes buscando ser contenidas y acompañadas en el proceso de tránsito. Una de las enormes ventajas y además, característica de estas configuraciones, es que está integrada por personas que comparten distintas identidades asociadas a la construcción y expresión de género, por lo que pueden entender con una perspectiva fenomenológica todo lo que ocurre en el proceso de las jóvenes (Erazo, 2021).
Si bien lo nutricio puede hacer referencia a temas de proveer lo necesario para la vida (en términos instrumentales), también cobra una dimensión simbólica poderosa, asociada a lo relacional. En el vínculo entre madres, hijas y hermanas hay una diversidad de saberes que se intercambian, que entran en diálogo para fortalecer la experiencia de la vida y del tránsito mismo. Las funciones asignadas a la familia de reproducción social y cultural se hacen muy claras en los trans parentescos.
La satisfacción de necesidades de protección y seguridad las suple el grupo al acompañar y apoyar a sus miembros cuando están en situaciones de vulnerabilidad, riesgo o carencia. En estas acciones se expresa entonces “el cuidado” en esta comunidad.
El cuidado
Las autoras Fisher y Tronto han definido el cuidado como todo lo que hacemos para reparar, mantener y continuar con nuestro mundo para que podamos habitarlo de la mejor forma posible. Este mundo incluye nuestro cuerpo, nuestro ser, nuestro ambiente, todo lo que buscamos entretejer en la compleja red que sostiene la vida” (1990) y la complejidad de esta definición muestra como el cuidado está inscrito en todas partes como lo refiere la misma Tronto.
Debe decirse que, romantizando el término, el cuidado es absolutamente necesario para sostener la vida, pero desde un punto de vista práctico tiene que ver con el sostén del sistema económico imperante y también con las estructuras sociales que nos soportan hasta ahora. Debe concederse que las acciones de cuidado y los agentes que pueden ser proveedores del cuidado aún no han desnaturalizado la condición de obligatoriedad del cuidado que recae sobre las distintas construcciones de lo femenino (mujeres, niñas y jóvenes cisgénero, pero también transgénero).
Como refieren Esquivel, Faur y Jelin:
A pesar de la diversidad de ámbitos y modalidades de recompensa existe un patrón social claro, basado en la división sexual del trabajo: sea en el hogar o fuera de él, sea sin remuneración o con ella, se espera que sean las mujeres las que se dediquen y se responsabilicen por las tareas del cuidado (2012, p. 20).
Las mismas autoras han señalado que las actividades de cuidado implican patrones de desigualdad social tanto en las relaciones de género como en las dinámicas del poder, que se puede evidenciar con toda claridad en las disparidades que puede implicar la categoría de clase.
Discusión
El cuidado como dimensión de fortalecimiento comunitario
La autora Arango-Gaviria, a partir de su trabajo investigativo sobre los trabajos estéticos como parte de las prácticas de cuidado, especialmente en mujeres afrodescendientes, facilita algunos elementos de análisis que en este texto son pertinentes. La idea de “reevaluar el cuerpo y la belleza de las personas afrodescendientes en la sociedad” puede estar asociada con las realidades de las mujeres trans y los procesos de cuidado que se dan en las configuraciones de trans parentesco.
La tensión que produce la corporalidad, el cuerpo y sus posibilidades resulta una constante en el proceso de reconocimiento y tránsito de género de las mujeres trans. Debe recordarse que la construcción de la identidad está íntimamente asociada a la corporalidad. El punto más importante de la comunicación y la socialización de su identidad es intervenir su propio cuerpo. En el diálogo de saberes que se establece entre ellas, para la socialización de prácticas estéticas, de belleza, de modificación corporal está sin duda implícito la reparación simbólica comunitaria de la identidad de género, la transmisión de información que más adelante permitirá a todas estas mujeres el poder transformar, transitar y construirse corporalmente de un modo que permita sentirse más cómodas e identificadas con su experiencia subjetiva.
Las acciones o tareas de cuidado corporal en la comunidad trans, que se extienden a una dimensión psicológica y subjetiva, además de la estética, (que implica una dimensión simbólica y de fortalecimiento de las identidades personal y colectiva) se constituye en un trabajo de cuidado que tiene una enorme potencia reparadora y reivindicadora para quienes lo viven.
Se puede referir que la dimensión simbólica implicada en las acciones de cuidado estético y corporal, tiene que ver el ejercicio que se gesta de manera colectiva para trasformar las representaciones negativas que se tienen sobre el colectivo, que pueden ser de orden individual o grupal y que están presentes en los tránsitos de género, pero también se movilizan las representaciones de otros actores sociales dentro del mismo territorio que ellas habitan y transitan y con otros sectores de la sociedad.
Sobre esta dimensión comunitaria y compartida del cuidado, expresada en la transmisión de saberes, prácticas conjuntas y compartidas para la modificación artesanal de los cuerpos, debe referirse, que esto va aparejado con la necesidad de la comunidad trans de “responder” a estereotipos de género que siempre están presentes y que atraviesan sus experiencias vitales. Arango refiere: “Así, el cuidado de la apariencia puede significar la afirmación de fronteras de género y fortalecer una clara delimitación entre las identidades masculinas y femeninas o propiciar la transgresión de las distinciones de género, edad, raza y sexualidad” (2015, p. 110). Acciones más puntuales asociadas al cuidado, desde estas aristas ética, comunitaria y vincular, tienen que ver con poder aunarse frente a categorías identitarias comunes, compartidas y reconocidas por los grupos y/o trans parentescos.
Experiencia feminizada del cuidado entre las mujeres trans
Una característica común a las realidades asociadas al cuidado es la feminización de las tareas y ocupaciones y a su vez, la idea de que cuando es no remunerado y en el escenario doméstico, es realizado por miembros de la familia, generalmente mujeres. Esta idea se traslada de una generación a otra y se convierte en mandatos sociales y familiares a los que resulta difícil renunciar. Se debe reconocer que esto se extiende también a las identidades transfemeninas, a quienes se les traslada en la familia de origen las tareas de cuidado, pues presentan “características femeninas”.
La asignación obligatoria de estas acciones de cuidado a las figuras femeninas y su naturalización justificada desde lo biológico ha devenido en la sacralización de la figura de la madre, quien se supone fuente de amor inagotable, quevoluntaria y gustosamente asume todos los esfuerzos que se requieran por el grupo familiar y sus miembros. Se puede observar entonces como pauta cultural sumamente enquistada que, quien resulta “mejor” para asumir los cuidados (sean ellos directos o indirectos) es una mujer. Bien lo señalan Esquivel, Faur y Jelin: “Como si el tiempo, la ‘devoción’ y el ‘amor’ de las mujeres fuera ilimitado y a la vez razón suficiente para asumir la responsabilidad del cuidado de todo/a aquel que lo requiere” (2012, p. 37). La forma en que se comprende y se organiza el cuidado invisibiliza las inequidades en las relaciones de género. En la mujer, operadora del cuidado en el ámbito privado y doméstico, se puede reconocer cómo se asigna a la familia la obligación del cuidado.
Algunas de ellas terminan ocupándose del cuidado de familiares cuando hay enfermedad o por otras necesidades, pues, a pesar de los conflictos que pudo generar esta construcción de la identidad de género, parece que los mandatos sociales correspondientes a los estereotipos de género se apropian fácilmente cuando de asuntos del cuidado se trata.
Ahora bien, dentro de los trans parentescos, también se instala con fuerza la familiarización del cuidado; esto implica asumir tareas domésticas no remuneradas al interior de hogares propios o ajenos, atendiendo a “hermanas, madres, hijas” que se encuentran enfermas, incapacitadas, discapacitadas o incluso en tránsito a la muerte. Acciones como la búsqueda de alimentos y elementos de sustento, la preparación de alimentos, higiene y saneamiento de la persona, el espacio y el vestuario, tareas de atención de la enfermedad y primeros auxilios están incluidas. Así mismo, se evidencian acciones asociadas a la dimensión relacional, emocional y psicológica, que contienen, acompañan y apoyan a sus “familiares” en los momentos en que deben ser acogidas y atendidas.
Una forma que extiende el cuidado es hacerse cargo de la persona que muere, de su cuerpo, de las acciones para dar sepultura (incluyendo las gestiones legales que eso implica), disponer de sus pertenencias, organizar y acompañar los rituales funerarios, y esto se realiza porque muchas veces la familia de origen no está o no le interesa hacerlo. Como refiere la maestra María Ángeles Durán: “lo que no cubre el Estado, lo cubre la familia y, por ende, no se ha podido desfamiliarizar y desfeminizar el cuidado” (2018).
No es un asunto menor que una persona heterosexual, binaria, que adhiere a la lógica patriarcal y que está inserta en el mercado formal del trabajo puede gestionar permisos para atender situaciones familiares de emergencia (en Colombia se denomina “permiso por calamidad familiar”); en el caso de las mujeres trans, esto no ocurre pues ellas no suelen estar insertas en el mercado laboral por líneas formales que les asignen esas licencias; por tanto, el dedicar un día al cuidado de una “hermana, madre o hija” implica no gestionar y recibir dinero “del diario” lo que las deja aún más marginadas, expuestas a las vulnerabilidades mayores que implica la pobreza. En todo caso, aún si alguna de ellas está vinculada a un trabajo formal, al no ser familia consanguínea de la “hermana trans” y no haber vínculos legales entre ellas tampoco se puede acceder a estos beneficios.
A modo de conclusión
El barrio Santafé de la ciudad de Bogotá reviste unas particularidades y realidades que deben conocerse y reconocerse para poder comprender de qué manera el territorio ejerce una influencia fuerte sobre sus habitantes y genera una impronta sobre la construcción de la identidad. Los vínculos en este territorio son sólidos y entre sus habitantes pueden verse acciones solidarias de cuidado. Resulta de mucho interés esta experiencia del cuidado de orden colectivo y común, ya que son formas de organización social del cuidado presentes en las diversas culturas de Latinoamérica.
En países de tantas desigualdades sociales como los latinoamericanos, los Estados no generan ni políticas públicas ni acciones afirmativas contundentes que balanceen la prestación de las acciones de cuidado. Lo refiere Faur: “las familias y las organizaciones sociales operan amortiguando los vacíos de la intervención estatal y los vaivenes del mercado (2014, p. 41). Se comparte con la autora que no es suficiente el análisis desde el “diamante del cuidado” (Razavi, 2007 citada en Rodríguez, 2016), sino que se requiere una mirada desde la “organización social y política del cuidado”, es decir, “entender la configuración que surge del cruce de las instituciones que regulan y proveen servicios de cuidado y los modos en que los hogares de distintos niveles socioeconómicos y sus miembros se benefician de las mismas” (Faur, 2009).
En un país tan profundamente conservador como Colombia, el movimiento emancipatorio de las de mujeres sigue avanzando de manera muy lenta. Se considera necesario seguir construyendo desde distintos escenarios sociales, comunitarios, académicos para que se visibilicen las profundas diferencias en los roles de género que son asignados y perpetuados, como bien se sabe, desde la socialización primaria. Es posible que, a través de procesos educativos, de diálogo, de reflexión entre mujeres (y hombres comprometidos con el proceso emancipatorio de las mujeres) puedan movilizarse estos elementos performativos característicos en la construcción de la identidad de género. Una vez puedan problematizarse prácticas sociales, culturales y políticas profundamente arraigadas, en los escenarios privados y también públicos, será posible la apropiación de una lógica del cuidado más equitativa, igualitaria y reivindicativa de quienes se ocupan de esta importante función social.
Se evidencian en esta comunidad fuertes redes de apoyo y cuidado que deberían ser valoradas y tenidas en cuenta también por el Estado para garantizar el bienestar de todas las personas; se hace necesario problematizar sus estereotipos y roles de género, cuestionar los privilegios de género y clase. Que la academia se apropie de estas reflexiones resulta un asunto innegociable.
Es necesario reconocer que las categorías de análisis en términos del cuidado son binarias, y esto hace que las reflexiones perpetúen las lógicas heteronormadas que han generado inequidades; por lo tanto, existe una enorme necesidad de ampliarlas, de modo que estas se ajusten a las realidades de los tiempos, de las comunidades, los territorios y las personas.
De igual forma, vale la pena tener en consideración en los análisis del cuidado, que no para todas las personas las acciones y tareas del cuidado implican una “sujeción” o una situación impuesta. Cuando se pone en juego la dimensión afectiva del cuidado, pueden observarse significados y re significaciones articulados al vínculo afectivo que dotan de un sentido amable y generoso a estas tareas.
Cuando el cuidado sea valorado y remunerado, cuando la
dependencia no sea una obscenidad y la interdependencia
sea la regla, solo entonces podremos hacer mella en la
pobreza
Fuente: (Fraser y Gordon, citado por Esquivel, Faur y Jelin, 2012, p. 19)
Referencias
Aguado, Lucía (2010). Escuela inclusiva y diversidad de modelos familiares. Revista Iberoamericana de Educación, 53(6). https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3696766
Arango-Gaviria, Luz Gabriela (2015). Cuidado, trabajo emocional y mercado: los servicios estéticos y corporales. Revista Latinoamericana de Estudios de Familia, 7, 99-120.
Alcaldía Mayor de Bogotá (2002). Decreto 188 de 2002: Por el cual se modifica el Decreto 400 de 2001, en lo relativo a las condiciones de localización y funcionamiento de los establecimientos destinados al trabajo sexual y otras actividades ligadas. https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=5149&dt=S
Bastidas, Luis; Díaz, Daniela y Villamarín, Valentina (2018). Entre la calle y el cementerio. Prácticas, rituales y religiosidad de las trabajadoras sexuales transgénero del barrio Santafé. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Borneman, John (1997). Cuidar y ser cuidado: el desplazamiento del matrimonio, el parentesco, el género y la sexualidad. Revista Internacional de Ciencias Sociales, 154.
Ballas, Claudia (2008). Análisis de datos cualitativos: Técnicas y procedimientos de Análisis de acuerdo con la Teoría Fundamentada. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Educación.
Butler, Judith (2006). Deshacer el género. Barcelona: Editorial Paidos.
CLACSO (2019). Curso Internacional Joan Tronto. https://www.youtube.com/watch?v=5e--Wf7FRLM&t=2s
Crenshaw, Kimberlé (1989). Demarginalizing the Intersection of Race and Sex: A Black Feminist Critique of Antidiscrimination Doctrine, Feminist Theory and Antiracist Politics. University of Chicago Legal Forum, 1, 139-167.
Departamento Nacional de Estadística (DANE) (2021). Boletín Técnico, Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2021.https://img.lalr.co/cms/2021/11/18163828/Bolet%C3%ADn-ENUT.pdf
Erazo, Ma. Isabel (2016). Representaciones sociales sobre ciudadanías diferenciadas en mujeres trans en ejercicio de prostitución. Bogotá: Corporación Universitaria Iberoamericana.
Erazo, Ma. Isabel (2021). “Madre no hay sino una”: estudio sobre la construcción de identidad de género de un grupo de jóvenes mujeres trans que habitan o transitan el barrio Santafé en la ciudad de Bogotá a partir de la incidencia del rol de la madre trans. Tesis de Maestría. Universidad de Buenos Aires.
Esquivel, Valeria; Faur, Eleonor y Jelin, Elizabeth (2012). Las lógicas del cuidado infantil. Entre las familias, el Estado y el mercado. Buenos Aires: IDES.
Faur, Eleonor (2014) El cuidado infantil en el siglo XXI. Mujeres malabaristas en una sociedad desigual. Buenos Aires: Siglo XXI.
Flick, Uwe (2004). Introducción a la investigación cualitativa. Buenos Aires: Ediciones Morata.
Jelin, Elizabeth (s.f.). Clase 2. Transformaciones en las familias. Desafíos para el cuidado. https://es.scribd.com/document/517442772/Clase-2-Transformaciones-en-las-familias-Desafi-os-para-el-cuidado
Jelin, Elizabeth (2017). Familia, un modelo para desarmar. En Faur, Eleonor (comp.), Mujeres y varones en la Argentina de hoy. Géneros en movimiento (pp. 51-73). Buenos Aires: Siglo XXI.
Montero, Maritza (2004). Introducción a la psicología comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Porchat, Patricia (2019). Elementos para reflexionar acerca del trabajo psicoanalítico con familias que “salen del armario”. Topia. https://www.topia.com.ar/articulos/elementos-reflexionar-acerca-del-trabajo-psicoanalitico-familias-que-salen-del-armario
Presidencia de la República de Colombia (2013). Ley 1622, Ley Estatutaria de Ciudadanías Juveniles. Diario Oficial de la República de Colombia 48776. http://www.colombiajoven.gov.co/atencionaljoven/Documents/estatuto-ciudadania-juvenil.pdf
Rodríguez Enríquez, Corina y Marzonetto, Gabriela (2016). Organización social del cuidado y desigualdad: el déficit de políticas públicas de cuidado en Argentina. Revista Perspectivas de Políticas Públicas 4(8), 103-145. https://www.researchgate.net/publication/303507166_Organizacion_social_del_cuidado_y_desigualdad_el_deficit_de_politicas_publicas_de_cuidado_en_Argentina
Salgado, Ana (2007). Investigación cualitativa: diseños, evaluación del rigor metodológico y retos. LIBERABIT, 13, 71-78. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2766815.pdf
Strauss, Anselm y Corbin, Juliet (2002). Bases de la investigación cualitativa. Técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada. Medellín: Universidad de Antioquia.
Notas