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La teoría crítica social y política del Movimiento Zapatista
A teoria crítica social e política do Movimento Zapatista
The critical social and political theory of the Zapatista Movement
Revista Tramas y Redes, núm. 6, pp. 409-421, 2024
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

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Recepción: 22 Marzo 2024

Aprobación: 17 Mayo 2024

DOI: https://doi.org/10.54871/cl4c600w

Resumen: El Movimiento Zapatista es una de las luchas populares contemporáneas más expresivas del mundo. Desde la aguda denuncia de la reconfiguración del capitalismo por despojo a la construcción y consolidación de la autonomía popular y de clase, el zapatismo revigorizó el debate teórico-político al ser parte, él mismo, de la elaboración de una teoría social y política crítica. En este escrito planteamos las contribuciones que emergen de esa teoría zapatista, destacando aquellas que nos parecen más significativas en la fundamentación de su autonomía, y que están relacionadas con: a) el indígena como una categoría política en la teoría de la clase social; y b) la teoría del Estado, del poder y del capitalismo.

Palabras clave: zapatismo, teoría social y política, autonomía, praxis.

Resumo: O Movimento Zapatista é uma das lutas populares contemporâneas mais expressivas do mundo. Da denúncia contundente da reconfiguração do capitalismo por espoliação à construção e consolidação da autonomia popular e de classe, o zapatismo revigorou o debate teórico-político ao fazer parte, ele próprio, da elaboração de uma teoria social e política crítica. Neste artigo, apresentamos as contribuições que emergem dessa teoria zapatista, destacando aquelas que nos parecem mais significativas para a fundamentação da sua autonomia e que estão relacionadas: a) ao indígena como categoria política na teoria da classe social; e b) a teoria do Estado, do poder e do capitalismo.

Palavras-chave: zapatismo, teoria social e política, autonomia, práxis.

Abstract: The Zapatista Movement is one of the most emblematic contemporary popular struggles in the world. From the sharp denunciation of the reconfiguration of capitalism by dispossession, to the construction and consolidation of popular and class autonomy, Zapatismo has reenvigorated the theoretical-political debate by being part, itself, of the elaboration of a critical social and political theory. In this paper we present the contributions that emerge from this Zapatista theory, highlighting those that seem most significant to the foundation of its autonomy, and which are related to: a) the indigenous as a political category in the theory of social class; and b) the theory of the State, power and capitalism.

Keywords: zapatismo, social and political theory, autonomy, praxis.

A modo de introducción: 40, 30 y 20 años de la teoría política en clave indígena

El Movimiento Zapatista constituye una de las más emblemáticas luchas de los siglos XX y XXI, tanto por poner en el centro del debate teórico-político contemporáneo la cuestión indígena y la cuestión agraria como problemáticas históricas de América Latina como por, sobre todo, revigorar los senderos analíticos de la teoría crítica con respecto al desarrollo del capitalismo, a la concepción de la democracia, a la histórica lucha de clases y a la naturaleza del sujeto revolucionario.

Desde la insurgencia armada a la autonomía popular y de clase, el Movimiento Zapatista ha impulsado un verdadero proceso educativo y pedagógico hacia adentro y hacia afuera de sus territorios autónomos. El proceso de conformación del sujeto histórico-político zapatista es fruto de esa formación educativa y política en que se reivindica un paradigma de pensamiento alterno y revolucionario, y de vínculo indisociable entre la cosmovisión, la cultura, los saberes ancestrales, el territorio y una praxispolítica que son parte constitutiva de su historia.

En la trayectoria política del zapatismo vemos emerger la elaboración de una teoría social y política crítica (Barbosa y Rosset, 2023), enmarcada en la praxis en tanto método de análisis y de organización política en la construcción diaria de la autonomía en sus territorios. La teoría social y política zapatista está presente en sus diferentes documentos, comunicados y eventos políticos como, por ejemplo, en el Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y el Neoliberalismo (EZLN, 1996), la Escuelita Zapatista (EZLN 2013a; EZLN, 2013b; EZLN, 2013c; EZLN, 2013d) y el Seminario Internacional el Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista (EZLN, 2015), todos con publicaciones que condensan elementos centrales de la teoría social, política y de la praxiszapatista.

De ahí emerge una “teoría de la selva”, según González Casanova (1997), para problematizar y teorizar desde otro lugar la misma teoría política, a partir de categorías genuinas propias de la filosofía y lingüística mayas, es decir, de ontologías y epistemologías propias y en diálogo con la teoría social crítica. Se trata de un proceso de elaboración conceptual indisociable del pensar lo real concreto de aquello que representa la “hidra capitalista” y de cómo situar una praxispolítica de carácter antisistémico y anticapitalista.

En cuarenta años de la conformación del EZLN, treinta años de insurgencia armada y veinte años de la creación de los Caracoles Zapatistas y la consolidación de la autonomía radical, esa teoría social y política ha posibilitado fructíferos diálogos con una serie de intelectuales, un desarrollo teórico y metodológico para el abordaje crítico de nuevas (o, más bien, no prioritarias) y antiguas problemáticas sociales. Quisiéramos destacar –por cuestiones de espacio– aquellas que nos parecen más significativas en la fundamentación de la autonomía zapatista, y que están relacionadas con: a) el indígena como una categoría política en la teoría de la clase social; y b) la teoría del Estado, del poder y del capitalismo.

El indígena como una categoría política en la teoría de la clase social

Un marco en la teoría social y política zapatista es la transición del “indígena”, como una categoría vinculada a una vertiente únicamente étnica al indígena en tanto sujeto histórico-político. Ello conlleva poner en el centro del debate teórico y político contemporáneo la cuestión indígena como una problemática no solo nacional1, sino regional y global. Si bien en muchos documentos y comunicados del zapatismo está presente la denuncia de la histórica exclusión social y política de los pueblos indígenas, la reivindicación de fondo no se limitaba a un reconocimiento étnico por parte del Estado mexicano. Al contrario, desde los Acuerdos de San Andrés a la declaración de la autonomía radical, el zapatismo demanda el reconocimiento del Estado a su existencia política y territorial. Esa reivindicación expresa un posicionamiento político de impronta, al demarcar que los territorios de interés del capitalismo financiero y transnacional2no son una tierra nullius; son territorios habitados desde antes de la “larga noche de los 500 años”, por la existencia milenaria de “pueblos originarios” con una forma ontológica y epistémica de habitar y cuidar estos territorios. Y claramente ubican a estos pueblos no tanto en términos meramente étnicos, sino de clase: “los de abajo” y “rebeldes,” frente al Estado occidental. Veamos: “Y con lo de ‘pueblos originarios’ nos referimos no solo a los mal llamados ‘indígenas’, sino a todos los pueblos que originalmente cuidaban los territorios hoy bajo las guerras de conquista, como el pueblo kurdo, y que son subsumidos, por medio de la fuerza, en los llamados Estados Nacionales” (EZLN, 2018).

Reconocer la lucha zapatista en el marco de la teoría social de clase nos permite comprender, desde su teoría social y política, cómo se caracteriza la lucha de clases en el contexto de América Latina, sobre todo en la forma contemporánea de reproducción ampliada del capital. Luego de la insurgencia en armas, las y los zapatistas tenían claro el punto de inflexión del capitalismo con la creación de los acuerdos trilaterales: el interés del capital en los territorios con riqueza hídrica y mineral. En ese sentido, en la economía política zapatista comprenden que en la nueva etapa de reproducción del capitalismo se profundiza la mercantilización de la naturaleza: “los cerros, las montañas, ahí está otra mercancía para ellos, que ya lo han dicho varias veces acá, es la riqueza de la naturaleza. […] empiezan a organizarse para volver a desalojarnos […] O sea, hacer el despojo, el desalojo, porque quieren esa riqueza” (EZLN, 2015, p. 79).

De un análisis de la cuestión nacional, relacionada con Chiapas, se desprenden dos cuestiones fundamentales para una interpretación crítica integral: a) que el desarrollo del capitalismo en escala global requiere profundizar la expropiación de la tierra y el territorio en el sur global, en contextos nacionales y regionales, condición imprescindible para su reproducción ampliada; b) que la lucha de clases en el sur global no se limita a los términos del marxismo clásico, del antagonismo entre el proletariado (obrero industrial) y el burgués (propietario de la fábricas), sino entre “los de arriba” y “los de abajo”. Tampoco se limita a un abordaje identitario, de reconocimiento de los “pueblos indígenas” en una perspectiva multicultural.

En la historia contemporánea, es un hecho que los territorios de interés del capitalismo por expoliación son habitados por una diversidad de pueblos no solo indígenas, sino campesinos, de comunidades tradicionales, de pescadores, entre tantos otros que son expropiados de su forma de existencia por el avance del acaparamiento de la tierra y el territorio. En ese marco, la denuncia del capitalismo por expoliación y la defensa de la autonomía territorial en la praxispolítica zapatista, argumentamos, nos permite comprender la trascendencia de un abordaje de la cuestión étnica a la cuestión de clase y popular. En nuestra opinión, dialoga igualmente con Mariátegui y con el concepto, en el pensamiento africano, del Working People, o pueblo trabajador, que abarca igualmente a los trabajadores formales como los vendedores de calle, trabajadores rurales, campesinado, etc. (Shivji, 2017).

En el 2007, durante el II Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo, profundizan ese análisis, en perspectiva marxista, al destacar que la defensa de la tierra constituye la estrategia de impronta al capitalismo, en el camino de la emancipación humana. En las palabras del entonces Teniente Coronel Insurgente Moisés:

La tierra donde están ahora los compañeros es propiedad de ellos y ellas, la recuperamos. Descubrimos que, para ir destruyendo a los capitalistas, es hacernos dueños de donde trabajamos, porque así funciona el capitalismo. Trabajas en fincas, en fábricas y la ganancia no es para el pueblo trabajador. En nuestra práctica la estamos descubriendo más el modo de cómo atacar el sistema capitalista. Como ustedes la verán en estos días de este segundo encuentro de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo. Tendrán mucho que contarles las experiencias de los compañeros y compañeras, porque ahora están en sus manos su medio de producción, LA TIERRA. Es la base fundamental de la vida de ellos y ellas, también se entiende que el capitalismo es la base de ellos para explotar, en los medios de producción. Los compañeros y compañeras de los pueblos zapatistas, cuando tomaron de sus manos ese medio de producción o sea la tierra, empezaron a trabajarla de manera comunal, local, regional, municipal, o sea en colectivos, sociedades, cooperativas. Esto se ha logrado, gracias a la recuperación, la toma de las tierras, sin eso, no estaríamos como estamos ahora. Esta clara para nosotros las y los zapatistas, que a la hora que pasó a sernos dueños de esas tierras, como nuestro medio de producción, fue y es la base principal, para atacar el capitalismo, aunque nos hace muchas cosas por falte de hacer. Pero nuestro caminar ya sabemos por dónde ir. Todo esto nos dimos cuenta a la hora que las quitamos las tierras de los mal llamados patrones, los terratenientes o latifundistas. Los corrimos, con nuestra lucha del 1 de enero del 94, la historia que ya ustedes ya conocen (EZLN, 2007, [s.p.]).

Asimismo, en la perspectiva zapatista, hay un modo de ser, de estar, de vivir; es decir, una sociabilidad política indígena con profundo arraigo territorial. El territorio es comprendido como la vivencia histórica de la existencia de pueblos con historia, con cultura y en coexistencia con otros seres, como podemos observar en las palabras de la Comandanta Keli durante la Campaña Mundial por la Defensa de Tierras y Territorios Indígenas y Campesinos Autónomos: “Para los pueblos indígenas, campesinos y rurales, la tierra y el territorio son más que sólo fuentes de trabajo y alimentos; son también cultura, comunidad, historia, ancestros, sueños, futuro, vida y madre” (EZLN, 4 de abril de 2007). De igual manera para el Comandante Tacho:

Los pueblos indígenas y campesinos, tenemos históricamente nuestras raíces en estos territorios, nos relacionamos con ellos, a través de la Madre Tierra. Ahí producimos nuestros alimentos para vivir, ahí nacimos, ahí nos desarrollamos, en ella nos multiplicamos y convivimos, con las montañas, con los ríos, con el aire, con la vida de la misma naturaleza, los mares, los manantiales, así como también en ella viven todos los seres vivos con derecho a la vida, así como los recursos del subsuelo. Nosotros, los indígenas, campesinos, la cuidamos y la amamos nuestra Madre Tierra y lo hemos demostrado por siglos (apud Rosset, 2007, p. 159).

En la historia reciente de México, las y los zapatistas han sido una voz fundamental en la denuncia permanente de ese modelo predatorio del capitalismo por expoliación, que sigue su curso en México contemporáneo con los megaproyectos del Tren Maya y del Corredor Transístmico, ampliamente denunciado por el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el EZLN (CNI, 2019; EZLN, 2020; La Jornada, 2020).

La teoría del Estado, del poder y del capitalismo

Si bien algunas y algunos intelectuales interpretan la teoría social y política del zapatismo como una ruptura con el marxismo, en realidad, consideramos que hay, en ella, una teoría del Estado, del poder y del capitalismo muy acorde a los términos analizados en la teoría marxista, distinguiéndose en la ruptura con el vanguardismo y con los partidos electorales, y en el horizonte emancipatorio articulado por la autonomía de la comunidad. Al reconocer el legado de las luchas populares y de la teoría crítica, las y los zapatistas consideran que lo fundamental es identificar cuáles son las problemáticas del presente que todavía no fueron abordadas, o aún, cómo actualizar aquellas de carácter histórico todavía irresueltas:

[…] habría que volver a pensar a Marx, Lenin, Gramsci, Mao, Trotsky, Che Guevara y otros revolucionarios, porque ninguna propuesta de cambio radical en nuestra época puede ignorar el análisis y las enseñanzas de esos revolucionarios y de los movimientos que encabezaron. […] Sin embargo, habrá que abrir las mentes a los nuevos problemas (EZLN, 1996, p. 51).

En el Seminario Internacional el Pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista, se profundiza el análisis sobre las diferentes dimensiones del capitalismo por expoliación, con el fin de dilucidar, desde la perspectiva de la economía política, sus diferentes etapas e impactos en los territorios indígenas y campesinos. Al hacer alusión a la mitología griega de la Hidra de Lerna, para referirse a las muchas cabezas del capitalismo, evocan los desafíos que se plantean a todas las luchas articuladas en las zonas rurales latinoamericanas para enfrentar un modelo económico cada vez más arraigado en el capital transnacional y en un marco jurídico que institucionaliza y legitima el proceso de expropiación territorial y del extractivismo capitalista depredador. Por cierto, una de las principales denuncias del zapatismo constituye la modificación del Artículo 27 de la Ley Agraria, considerado “la trampa que hizo el sistema capitalista […] para que entonces se pueda privatizar los ejidos, porque lo que quieren es que ahora sí se pueda vender o rentar a la madre tierra” (EZLN, 2015, p. 79).

En el primer tomo del libro (EZLN, 2015), fruto de este Seminario, identificamos la elaboración de una teoría del Estado y del poder. Lo mismo en la serie de comunicados titulados “300” (EZLN, 2018), en diálogo con la teoría de la dependencia, sobre todo al identificar la integración dependiente y subordinada de los países periféricos al capitalismo globalizado, con particular atención a los y las gobernantes “progresistas” que, en realidad, no rompen con estas estructuras. El método dialéctico de análisis es preciso: “Nosotros empezamos por analizar qué pasa en el mundo, luego nos bajamos a qué pasa en el continente, luego nos bajamos a qué pasa en el país, luego en la región y luego en lo local. Y de ahí sacamos una iniciativa y la empezamos a subir de lo local a lo regional, a lo nacional, al continente y al mundo entero” (EZLN, 2018).

En esa teoría se señala el papel histórico del Estado como administrador de la política imperialista y capitalista en los contextos nacionales y como instancia de legitimación del aparato legal y militar que garantiza los mecanismos para la reproducción plena del capital. Un argumento central del Seminario (EZLN, 2015) fue la reafirmación de que la genealogía de la hidra capitalista se basa en la guerra como estrategia para que el capitalismo mantenga, históricamente, su hegemonía ideológica y político-económica, ya sea en contextos nacionales, imponiendo violentamente los nuevos patrones de acumulación del capital, como, por ejemplo, las concesiones a las empresas mineras, eólicas u otros megaemprendimientos, con los sucesivos despojos, desplazamientos, desapariciones y asesinatos provocados en territorios indígenas y campesinos; o incluso en la geopolítica internacional, en las constantes guerras impulsadas por la política imperialista, especialmente en el Oriente Medio.

Asimismo, durante el mismo Seminario, se advierte sobre el gran error, común entre las izquierdas progresistas, de confundir “gobierno” con la toma del poder: “tal vez conviene que estudien un poco y aprendan que ser gobierno no es tener el Poder” (EZLN, 2015, p. 348). La cuestión de la (no) toma del poder fue un debate fértil en los años de la Revolución Soviética, encontrando en la voz y la pluma de Rosa Luxemburgo cuestiones nodales sobre el curso mismo del proceso revolucionario. “¿Reforma o revolución?”, era la inquietud que latía en las reflexiones políticas de Luxemburgo y que instigó escritos capilares para el proceso de construcción del socialismo. La misma inquietud latía en el Seminario El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista.

En el emblemático comunicado “300 –Primera Parte– Una finca, un mundo, una guerra, pocas probabilidades” (EZLN, 2018) la teoría social y política zapatista arroja luces a las dinámicas de las estructuras de dominación y poder de un capitalismo imperialista y neocolonial en su faz internacional, y en los contextos nacionales. En el ámbito nacional, la “forma Estado” preserva su naturaleza capitalista y de integración subordinada y dependiente. Por otro lado, la “forma gobierno” constituye la instancia de irradiación del poder en dos perspectivas: a) de una forma más autoritaria, militarizada y represiva, o, b) de amortiguación de la lucha popular por la vía de la conciliación de clases. Nuevamente haciendo uso de un lenguaje meta-teórico, el zapatismo acude a la metáfora del “mundo como una finca” y al “buen o mal capataz”, para explicar, en un lenguaje campesino, cómo opera el carácter imperialista y neocolonial del capitalismo y el papel que juega el gobierno nacional en contextos de economía periférica, como es el caso no sólo de México, sino que de muchos países de América Latina, África y Asia. Veamos, en sus propias palabras, cómo analizan la dinámica imperialista del capitalismo: “Entonces así lo vimos, que sigue eso. Hoy pensamos que así está el capitalismo ahora. Quiere convertir en finca el mundo. O sea, pero son los empresarios trasnacionales: ‘Voy a mi finca La Mexicana’, según lo que le antoja; ‘voy a mi finca La Guatemalteca, La Hondureña’, y así” (EZLN, 2018).

En la teoría social y política zapatista, la permanente reconfiguración del capitalismo obedece a algunos patrones de explotación, dominación y poder que son constitutivos de su histórica naturaleza: la expropiación violenta de los territorios; la sobreexplotación de la fuerza laboral; la mercantilización de la naturaleza para la maximización de las ganancias; la búsqueda de nuevos mercados; el enaltecimiento del consumo; las sucesivas guerras; la imposición de la racionalidad capitalista como paradigma civilizatorio; la profundización de la exclusión y la miseria. En sus palabras:

El sistema capitalista está avanzando en la forma de conquistar territorios, destruyendo lo más que pueda. […] El sistema avanza en su reconquista del mundo. No importa lo que se destruya, quede o sobre: es desechable mientras se obtenga la máxima ganancia y lo más rápido posible. La máquina está volviendo a los métodos que le dieron origen –por eso nosotros les recomendamos leer la Acumulación Originaria del Capital–, que es mediante la violencia y mediante la guerra que se conquistan nuevos territorios. Como que el capitalismo dejó pendiente una parte de la conquista del mundo en el neoliberalismo y que ahora tiene que completarlo. En su desarrollo, el sistema “descubre” que aparecieron nuevas mercancías y esas nuevas mercancías están en el territorio de los pueblos originarios: el agua, la tierra, el aire, la biodiversidad; todo lo que todavía no está maleado está en territorio de los pueblos originarios y van sobre ello. Cuando el sistema busca (y conquista) nuevos mercados, no son sólo mercados de consumo, de compra-venta de mercancías; también, y sobre todo, busca y trata de conquistar territorios y poblaciones para extraerles todo lo que se pueda, no importa que, al terminar, deje un páramo como herencia y huella de su paso. […] El “desarrollo” y el “progreso” que ofrece el sistema, en realidad esconden que se trata de sus propios desarrollo y progreso; y, lo más importante, oculta que esos desarrollo y progreso se obtienen a costa de la muerte y la destrucción de poblaciones y territorios. […] “Civilizar” una comunidad originaria es convertir a su población en fuerza de trabajo asalariada, es decir, con capacidad de consumo. Por eso todos los programas del Estado se plantean “la incorporación de la población marginada a la civilización”. Y, en consecuencia, los pueblos originarios no demandan respeto a sus tiempos y modos de vida, sino “ayuda” para “colocar sus productos en el mercado” y “para obtener empleo”. En resumen: la optimización de la pobreza (EZLN, 2018).

La crítica a los límites políticos de los gobiernos se asienta en una premisa marxista fundamental: en una sociedad capitalista, el Estado constituye una institución que opera las estructuras de reproducción del capital y los gobiernos son elegidos para cumplir un papel regulador de las dinámicas de funcionamiento del sistema capitalista. El zapatismo lo explica con la analogía de una mega-finca –el mundo–, con un dueño –el Capital–, en donde los países son las fincas individuales que constituyen la mega-finca global. Los presidentes de los países-finca son los capataces, buenos o malos, que administran cada finca para el dueño, garantizando el pleno funcionamiento de una política económica dependiente y periférica. Obviamente hay una disputa hegemónica, en los términos gramscianos.

No obstante, en una sociedad capitalista, el Estado es capitalista, las fuerzas políticas y económicas detienen la hegemonía de clase y la dirección política del modelo de desarrollo capitalista y su superación requiere un proceso revolucionario. Por eso la crítica provocadora de los zapatistas: “¿Será que se conforman con un cambio de capataz o de patrón, o es que lo que quieren es la libertad?” (EZLN, 2018). En otras palabras, en el sentido de la clásica pregunta zapatista: ¿Qué significa la libertad para los zapatistas?, ¿te conformas con quitar al mal capataz y reemplazarlo con un buen capataz? Y dicen: nosotros, los zapatistas, no queremos tener ningún capataz.

Al señalar la falacia de la democracia burguesa y la persistencia de un Estado capitalista bajo gobiernos progresistas, las y los zapatistas demuestran el riesgo inminente de asumir una posición de gobierno, por la ruptura de un sincronismo entre la preparación de la correlación de fuerzas para un proceso revolucionario y la construcción de una verdadera hegemonía popular. Por lo tanto, revigorizan las posibilidades de la lucha emancipatoria por medio de la revolución, aunque sea la revolución de la autonomía, algo que debe ser valorado en un momento político en el que el capitalismo celebra “la muerte del socialismo como proyecto político”. Cuando toman las armas lo hacen inspirados en el legado revolucionario, una demostración de que la revolución es obra de los oprimidos del mundo, condición que no se limita al trabajador urbano.

Reflexiones finales

Una aportación fundamental de la teoría social y política zapatista constituye la centralidad de la praxiscomo elemento medular de una teoría revolucionaria y del proyecto mismo de la autonomía. En el caso del zapatismo, la praxisconlleva al principio pedagógico freiriano de la reflexión-acción-reflexión, de “caminar preguntando”, muy claro en los sentidos de la autonomía como coherencia teórica y práctica:

Ni teoría sin práctica, ni práctica sin teoría, hemos dicho. […] lo que estamos señalando es que quien hace teoría debe hacer práctica, casi diríamos que por método científico. […] y quién hace práctica, debe reflexionar sobre ella, no sólo porque, si depende de que un teórico le explique y le dirija, terminará por: ¿cómo se lo diré, bueno, terminará angustiado por si vota o no vota; también y sobre todo porque debemos pensar que nuestra lucha no tiene un plazo definido y, en cambio, abarca generaciones completas (EZLN, 2015, pp. 213-214).

Al presentar la mirada de las comunidades zapatistas en clave de economía política, el Subcomandante Insurgente Moisés destaca que, en el quehacer cotidiano de la autonomía, es fundamental consolidar una praxis política que parta del vínculo indisociable entre reflexión- acción-reflexión, un principio también presente en la teoría política marxista y de la educación popular. En sus palabras, la concepción misma del proceso organizativo: “[…] está en idea, cuando está en el cerebro está en idea. Ahora cuando mueves tu lengua ya está en palabra. Falta la acción, o sea, la de organizarse.” Para las y los zapatistas, no hay teoría vaciada de un accionar concreto, porque es en el contexto de la resistencia que se da la práctica, no la teoría: “en la práctica lo sacamos lo poco de la teoría que estamos compartiendo” (EZLN, 2015, pp. 97-98).

La teoría social y política zapatista parte de un riguroso método de análisis de su propia existencia como pueblos, y de la identificación de las problemáticas que han enfrentado y que conforman las contradicciones inherentes al proceso histórico del colonialismo, del patriarcado y del capitalismo. Desarrollan un trabajo teórico que nos permite acceder a un horizonte explicativo de tales problemáticas, no restringido a un enfoque analítico de aquello que se vivencia de forma localizada, como territorios ubicados en una región específica de México, sino más bien enfatizando que, en realidad, son problemáticas de carácter histórico y dialéctico vivenciadas en las escalas local, nacional, regional y global, una vez que el capitalismo, el patriarcado, el imperialismo y los colonialismos son fenómenos de magnitud global. El carácter original de la experiencia cultural y política del zapatismo conlleva a que la teoría social y política zapatista tenga una gran capacidad creativa, de elaboración de categorías explicativas propias para pensarnos dialécticamente y vinculados a las culturas globales.

Por lo tanto, la teoría social y política del zapatismo nos hace un permanente llamado a la capacidad creativa para pensar y construir otros mundos posibles, el “inédito viable” según lo plantea Paulo Freire (2018) y que es un arte de la resistencia de los pueblos oprimidos. Frente a los desafíos de la contrainsurgencia, destaca el Subcomandante Insurgente Moisés: “tuvimos que inventar, tuvimos que imaginar, tuvimos que crear” (EZLN, 2015, p. 86). Que esta creatividad que, en definitiva, constituye una dimensión ontológica del ser, siga inspirando aquellas y aquellos que recogemos los caminos de la praxis política de las luchas populares de nuestro tiempo histórico y que también sea nuestra la teoría social y política que emerge de estas luchas, como la zapatista.

Referencias

Barbosa, Lia Pinheiro y Rosset, Peter Michael (2023). Aprendizajes del Movimiento Zapatista. De la insurgencia armada a la autonomía popular. Buenos Aires: CLACSO / Chiapas: ECOSUR.

Congreso Nacional Indígena (2019). En defensa de la Madre Tierra no al tren maya y el corredor transísmico, no a la guardia nacional.http://www.congresonacionalindigena.org/2019/02/12/en-defensa-de-la-madre-tierra-no-al-tren-maya-y-el-corredor-transismico-no-a-la-guardia-nacional/

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2020). Diversos colectivos promueven acción virtual contra proyecto de despojo nombrado tren maya. https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2020/05/12/diversos-colectivos-promueven-accion-virtual-contra-el-proyecto-de-despojo-nombrado-tren-maya/.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2018). 300. Un continente como patio trasero, un país como cementerio, un pensamiento único como Programa de Gobierno, y una pequeña, muy pequeña, pequeñísima rebeldía. Subcomandante Insurgente Moisés, SupGaleano.https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2018/08/21/300-segunda-parte-un-continente-como-patio-trasero-un-pais-como-cementerio-un-pensamiento-unico-como-programa-de-gobierno-y-una-pequena-muy-pequena-pequenisima-rebeldia-subcomandante-insurgent/>.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2015). El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista I. Participación de la Comisión Sexta del EZLN, México.

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2013a). Gobierno Autónomo I. Cuaderno de texto del primer grado del curso “La Libertad según l@s Zapatistas. México.

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Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2013c). Participación de las mujeres en el Gobierno Autónomo. Cuaderno de textos de primer grado del curso de “La Libertad según l@s Zapatistas”. https://radiozapatista.org/?page_id=20294

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (2013d). Resistencia Autónoma. Cuaderno de textos de primer grado del curso de “La Libertad según l@s Zapatistas”. https://radiozapatista.org/?page_id=20294

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (4 de abril de 2007). EZLN: apoyo a la Campaña Mundial en defensa de la tierra y el territorio. Biodiversidad LA. https://www.biodiversidadla.org/Noticias/EZLN_apoyo_a_la_Campana_Mundial_en_defensa_de_la_tierra_y_el_territorio

Freire, Paulo (2018). Pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e Terra.

González Casanova, Pablo (5 de marzo de 1997). La Teoría de la Selva. Contra el neoliberalismo y por la humanidad (Proyecto de Intertexto). La Jornada, jornada.com.mx/1997/03/06/perfil.html.

La Jornada (2 de enero de 2020). “Hasta morir si es preciso”, luchará el EZLN contra los megaproyectos, https://jornada.com.mx/2020/01/02/politica/006n1pol#:~:text=Morelia%2C%20Altamirano%2C%20Chis.%2C%20Al%20cumplirse%2026%20a%C3%B1os%20de,la%20que%20defenderemos%20hasta%20morir%20si%20es%20preciso.

Rosset, Peter Michael (2007). La guerra por la tierra y el territorio. Primero Coloquio Internacional in memoriam Andrés Aubry. San Cristóbal de las Casas: Universidad de la Tierra, Rebeldía.

Shivji, Issa G. (2017). The Concept of “Working People”.Agrarian South: Journal of Political Economy,.(1), 1-13.

Notas

1 Esta reflexión ya estaba presente en la producción intelectual de José Carlos Mariátegui, pero fue demarcada como una problemática peruana.
2 El levantamiento armado zapatista acontece en el día de entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de las Américas (TLCAN), un marco del interese estratégico del capital en los territorios indígenas.


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