Resenhas

Descolonizar la universidad: el desafío de la justicia cognitiva global

Decolonizing the university: the challenge of global cognitive justice

Descolonização da universidade: o desafio da justiça cognitiva global

Mariah Oyarzabal da LUZ
Universidade do Vale do Rio dos Sinos, Brasil
Eloisa de Souza SANTOS
Universidade do Vale do Rio dos Sinos, Brasil
Maria das Graças de ARAÚJO
Universidade do Vale do Rio dos Sinos, Brasil

Descolonizar la universidad: el desafío de la justicia cognitiva global

Reflexão e Ação, vol. 31, núm. 3, pp. 155-160, 2023

Universidade de Santa Cruz do Sul

Recepción: 20 Marzo 2023

Aprobación: 12 Enero 2024

Descolonizar la universidad: el desafío de la justicia cognitiva global es el título del trabajo publicado en Buenos Aires, en 2021, y disponible en Archivos Digitales, de Boaventura de Souza Santos, el portugués nacido en Coímbra. Sus libros son utilizados en Brasil por académicos en el análisis crítico de los problemas que enfrenta la sociedad. Sus obras abordan temas relacionados con el conocimiento sociológico del derecho, la política, la epistemología, los estudios poscoloniales y temas de movimientos sociales, globalización, entre otros con el mismo contenido.

El libro es organizado en tres partes compuestas por siete capítulos. La primera parte, titulada “Preparar el escenario para el debate y la segunda, se presenta con el siguiente título: “La universidad como terreno en disputa”. Ambos están divididos en dos capítulos cada uno. En la tercera parte, Santos llamó “Los caminos de la pedagogía para la liberación: de la universidad a la pluriversidad y subversidad”, y fue organizada en tres capítulos.

En la elaboración de cada parte, Santos responde preguntas centrales que plantea para señalar su capacidad crítica de lectura del mundo y los aspectos de las relaciones de dominación por lo que enfatiza la dominación entre países y el predominio de las ideas de los colonizadores para garantizar la sumisión de estas naciones colonizadas y la población de estas naciones a los pilares de sustentación del Estado, las cortes, de los ministerios, de las fuerzas armadas, etc., sujetas también a los dictados del capital.

Santos evoca a Paulo Freire, Frantz Fanon, Baruch Spinoza, David Hume, Ibn Jaldún, Steve Biko, Mahatma Gandhi y Nelson Mandela, para defender que en tiempos pasados el pensamiento innovador tuvo lugar fuera de las universidades y que hoy no es diferente.

Él nos hace reflexionar sobre lo que hacemos como docentes y estudiantes dentro de las universidades de hoy y lo que hacemos fuera de ellas que sea válido para la construcción del conocimiento científico. Santos utiliza a Piaget para decir que el conocimiento avanza en fases de crisis y que, en realidad, las crisis nos interpelan y así provocan, por tanto, nuestro pensamiento, lo que él llama un conflicto mental que puede llevarnos a una mayor comprensión en torno al pensamiento que nos desafió.

Así, el texto presenta aportes para que los lectores puedan identificar las bases epistemológicas que nos ayuden a avanzar en la comprensión del sentido auténtico del conocimiento científico libertador y autónomo que conducen las acciones de la mayoría explotada para que pueda luchar contra tal explotación y propone lo que conceptualizó como una “hermenéutica crítica de la epistemología dominante” y, entre otros, Santos destaca a Freire y Fanon y aborda el problema de la preconcepción.

El autor critica esta imposición del conocimiento de las universidades y su supuesta superioridad científica, especialmente de los pensamientos del Norte, Occidente, países de economía capitalista avanzada y que inferioriza al Sur, donde se concentran los países de economía capitalista atrasada, donde están los países de América Latina y África.

También llama la atención sobre los movimientos estudiantiles reivindicativos. Estos indican que las universidades siguen caminos que pueden colaborar con los dominados y no en lineamientos que facilitan el saqueo de las riquezas naturales y la degradación de estas riquezas según los intereses del mercado y la concentración de la riqueza en los países del Norte.

Santos presenta razones para defender el radicalismo frente al paradigma epistemológico dominante y presenta elementos que guían pautas para la creación del paradigma que llamó emergente, que es capaz de develar las intenciones que plantean las imposiciones de saberes con supuesta superioridad sobre quienes se ven obligados a aceptar esos saberes como superiores. Para eso recurre a estudiosos ya señalados y a sus propios escritos para ayudarnos a indagar en las crisis de paradigmas en valoraciones de crisis pasadas para que podamos entender el presente y que la universidad pueda estar al servicio de beneficiar el aprendizaje de los privilegiados del Norte de la tierra, pero puedan ponerse al servicio de quienes forman la mayoría en el planeta y que nacieron y residen en la región sur de la tierra. Son los oprimidos quienes deben ver reconocidos sus saberes y este logro de reconocimiento vendrá de la lucha por el respeto a la epistemología del Sur. Solo así podremos acabar con la hegemonía del saber del Norte y posibilitar la visibilidad y la importancia del saber de los pueblos que se destacan frente al poder cognitivo eurocentrista y norteño.

Santos aborda la universidad en el siglo XXI, volviendo al deseo de una reforma universitaria democrática y emancipadora. Él identifica tres crisis que enfrenta la universidad. La crisis de la hegemonía, que es el resultado de contradicciones entre las funciones tradicionales de la universidad y las que se le atribuyeron a lo largo del siglo XXI. Después, la crisis de legitimidad, provocada por el hecho de que la universidad dejó de ser una institución consensuada, en vista, por un lado, de la contradicción entre la jerarquización del conocimiento especializado mediante restricciones de acceso y la acreditación de competencias y, por el otro, de las demandas sociales y políticas de una universidad democratizada e igualdad de oportunidades para los niños de la clase trabajadora y otros grupos sociales históricamente excluidos de la educación superior. Por último, la crisis institucional, que fue, entre otros, el resultado de la creciente presión para mantener los mismos criterios de eficiencia, productividad y, más en general, de relevancia y responsabilidad social. La universidad tendió a manejar sus crisis de manera formulista para evitar que crecieran de forma descontrolada.

Recuerda que el inicio de la crisis institucional es consecuencia de la crisis financiera, aunque no podemos reducirla a esta única causa. La pérdida de prioridad de la universidad pública en las políticas públicas del Estado fue, en primer lugar, el resultado de la pérdida general de prioridad de las políticas sociales inducida por el modelo de desarrollo económico conocido como neoliberalismo o globalización neoliberal, que se impuso en todo el mundo a partir de los ochenta. Santos identifica dos fases en el proceso de mercantilización de la universidad pública: ampliación y consolidación del mercado universitario nacional y emergencia del mercado transnacional de la enseñanza superior y universitaria con gran vitalidad. O sea, la globalización neoliberal de la universidad estaba totalmente en marcha, lo que es un fenómeno nuevo. Él dice que, en el siglo XXI, la universidad ciertamente será menos hegemónica, pero no menos necesaria que en siglos anteriores y que la única manera de evitar la rendición es crear las condiciones para una universidad cooperativa en solidaridad con su propio papel global.

Santos destaca que la universidad está atravesando, tanto como el resto de las sociedades contemporáneas, un período de transición paradigmática, explicando de la siguiente manera: nos enfrentamos a problemas modernos para los que no existen soluciones modernas. Las preguntas paradigmáticas indican que no hay una sola anticipación o visión consensuada que dar por sentada, y por eso las preguntas invitan a una reflexión profunda. También menciona que nada de lo anterior tiene que suceder, que existe otra visión retrospectiva, y deberíamos empezar por reconocer y denunciar que la supuesta nueva normalidad de la situación en la descripción anterior es, de hecho, una aberración moral y que supondrá el fin de la universidad tal como la conocemos.

También discute los caminos de la pedagogía para la liberación: de la universidad a la pluriversidad y la subversidad; y cita a los reconocidos fundadores de las Ciencias Sociales, los clásicos Max Weber, Comte, Durkheim y Marx. Sin embargo, aún después de cien años del surgimiento de las Ciencias Sociales Modernas, existen fundadores desconocidos, como Ibn Jaldún. Se sabe que las ciencias sociales surgieron en el contexto de los problemas sociales derivados de la Revolución Industrial, problemas que no eran ni filosóficos ni teológicos y que la incipiente disciplina vino a ayudar a resolver. Si nos fijamos en los reconocidos fundadores de las ciencias sociales modernas, veremos que son hombres y proceden de tres países europeos: Francia, Alemania e Inglaterra. A ellos se unieron italianos y estadounidenses. Todos del Atlántico Norte. La nueva ciencia social surgió de la realidad del Norte Global y se extendió por todo el mundo à medida que el sistema universitario público la propagaba.

Ibn Jaldún es conocido en Europa desde mediados del siglo XIX, cuando su obra comenzó a traducirse a los idiomas europeos. Su trabajo fue visto como materia prima para el estudio de los científicos sociales europeos en lugar de un cuerpo de trabajo científicamente válido para aprender, pero esta visión se modificó por el hecho, primero, de que el mundo se expandió considerablemente en el siglo XX, con las antiguas colonias. convirtiéndose en estados independientes. Con la independencia se empezaron a valorar otros saberes y otros autores.

Después de muchos viajes, Jaldún se retiró a un santuario para escribir un análisis de lo que estaba pasando en la sociedad, su agitación y estancamiento. Así surgió la obra Muqaddimah, en que Jaldún tuvo una actitud muy similar a la de Weber y Durkheim. Queda claro que Durkheim conocía a Ibn Jaldún, pero ¿por qué nunca lo mencionó a pesar de que usó sus conceptos? Lo más probable es que las ciencias sociales del norte se basaran en autores distintos a Weber, Durkheim y Marx, aunque no reconocen sus influencias.

Este autor musulmán nos permite entender que las herramientas que utilizamos no son específicas del Norte Global, sino de otras sociedades. Jaldún siempre ha estado presente en el mundo islámico. El mundo de las ciencias sociales es ahora más intercultural y diverso, y esta diversidad puede generar grandes beneficios. Santos sostiene que hay que contextualizar a los autores en un marco mucho más amplio, para que podamos ser más conscientes de algunos de los hechos que identificamos en las sociedades modernas, pero que no podemos explicar. El enfoque dado a Jaldún es una forma de descolonizar las ciencias sociales.

A seguir, Santos se centra en el impacto de las articulaciones entre capitalismo y colonialismo en el sistema universitario. En los últimos años, se han observado dos movimientos aparentemente contradictorios. La primera, de abajo hacia arriba, implicó la lucha social por el derecho a la educación universitaria. A partir de ahí, nuevos estratos sociales ingresaron a la universidad, fomentando la heterogeneidad social y la diversidad cultural del estudiantado, lo que no afectó la facultad, el currículo ni los planes de estudio.

Otro movimiento, de arriba abajo, presiona a las universidades para que encajen en los criterios de pertinencia y eficacia del capitalismo global, profundizando la dimensión capitalista de la universidad y agravando la crisis de hegemonía de la universidad, al mismo tiempo que acentúa la crisis de legitimidad. La lucha por la descolonización de la universidad sólo tendrá éxito si se articula con la lucha por la desmercantilización y despatriarcalización de la universidad.

También ejemplifica los problemas que surgen de la articulación cada vez más estrecha o visible entre capitalismo y colonialismo en diferentes regiones del mundo. En el Sur global, el colonialismo epistémico y cultural continúa reproduciéndose de múltiples maneras. En América Latina, los pueblos indígenas y afrodescendientes continúan siendo víctimas de diferentes formas de colonialismo. La mayoría de las universidades continúan reproduciendo los patrones teóricos y metodológicos heredados del proyecto colonial.

Después presenta el tema de la descolonización del currículo, en que saca a la luz la ecología del saber y la pedagogía de las ausencias y emergencias. Ambos apuntan a la epistemología del Sur, cuya idea central es: no hay justicia social global sin justicia cognitiva global. En la secuencia, presenta los desafíos que enfrenta una pedagogía guiada por la idea de ecología del conocimiento y afirma la necesidad de refundar la universidad hacia una pluriversidad, comprometida con las luchas sociales por una sociedad más justa. La universidad polifónica puede verse tanto como una estrategia defensiva como ofensiva, porque resiste mejor a las fuerzas que quieren capturarlo o desmantelarlo y porque tiene una manera de reinventar su lugar en la sociedad, tomando partido por quienes luchan contra el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado mientras reivindican la autonomía de su compromiso.

El objetivo de la universidad es construir la subversidad, término que capta tanto el carácter subalterno de los grupos sociales muchas veces involucrados en sus iniciativas, como la forma subversiva en que interviene en la idea convencional de universidad.

Las epistemologías del Sur están en el corazón de la pluriversidad. Las alianzas políticas del futuro tendrán una dimensión epistemológica. Esta dimensión se caracterizará por una articulación o combinación de diferentes tipos de conocimiento y de distinta relevancia. Las complejas tareas que implicará esta articulación o combinación son la razón de ser de las epistemologías del Sur.

La nueva universidad polifónica será un terreno donde las ecologías del conocimiento encontrarán un hogar, donde académicos y ciudadanos interesados en combatir el capitalismo cognitivo, el colonialismo cognitivo y el patriarcado cognitivo colaborarán para acercar diferentes saberes con pleno respeto a sus diferencias, buscando la convergencia y la articulación. Santos expone la distinción entre universidades polifónicas de tipo 1 y 2 y las ejemplifica para dejar en claro la factibilidad de tal propuesta para descolonizar las universidades.

La universidad pública es, por tanto, un bien público en constante amenaza, lo que no quiere decir que la amenaza venga sólo de fuera, sino que también puede venir de dentro. En consecuencia, la lucha por una universidad anticapitalista, una universidad descolonizada y despatriarcalizada, una universidad libre de ataduras autoritarias, religiosas o políticas, e involucrada activamente en las epistemologías del Sur, debe llevarse a cabo tanto dentro como fuera de la universidad.

REFERÊNCIAS

1. SANTOS, Boaventura de Sousa. Descolonizar la universidad: El desafío de la justicia cognitiva global. [Tradução de Paula Vasile] Ciudad Autonoma de Buenos Aires: CLACSO, 2021. Disponible em: https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2021/09/Descolonizar- universidad.pdf. Acesso em 29 mai. 2022.

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