Fotografía etnográfica

Los rostros del saber. El trabajo de las y los curanderos otomíes en la Sierra Norte de Puebla

The wisdom’s face. The work of male and female Otomies healers in the Northern Sierra of Puebla

Jorgelina Reinoso Niche
Instituto Nacional de Antropología e Historia

Los rostros del saber. El trabajo de las y los curanderos otomíes en la Sierra Norte de Puebla

Antrópica revista de ciencias sociales y humanidades, vol. 2, núm. 4, pp. 145-150, 2016

Universidad Autónoma de Yucatán

Recepción: 04 Agosto 2016

Aprobación: 17 Septiembre 2016

La siguiente muestra fotográfica tiene su temática en la Sierra Norte de Puebla, en el municipio de Pantepec, perte- neciente a la comunidad de Ixtololoya. El objetivo de la presente es mostrar, a través de la labor ritual de Mary, el trabajo de los y las curanderas otomíes, quienes son reconocidos como sabios por toda toda la sierra.

Para los otomíes, el cuerpo (jäi), es el primer referente del mundo. Este aparece como un microcosmos del universo, además lleva en sí múltiples funciones y alberga varias energías vitales; en otras palabras: es el motor-cen- tro del mundo. El gran conocedor del jäi (cuerpo), dentro de la cultura otomí, es el bädi (curandero). Galinier (1987) señala que el bädi es “el que sabe”.

Son varias las cualidades del curandero otomí, de hecho, las características cambian según si es hombre, mujer, joven o viejo. Sin embargo, la actividad por excelencia del bädi es recortar el mundo en cuerpos de papel, que son llamados por los otomíes “papel brujo”. Los curanderos adquieren esta habilidad cuando se encuentran en el período de mayor poder y sabiduría, para así realizar su trabajo y curar a las personas. Cuando el curandero sabe recortar los antepasados llamados antiguas, ya tiene amplio conocimiento de su poder. Esto es un acto trascendental dentro de las prácticas terapéuticas, ya que el curandero no solo adquiere este don, sino también la capacidad de recortar al cuerpo jäi en una figura de papel y con esto sanar a las personas.

Esta capacidad es de suma importancia, pues el bädi también crea cuerpos mientras crea conceptos. Galinier (2009) ha propuesto esta idea: «El bâdi, “el que sabe”, en el momento del recorte de los ídolos, se dedica a una operación que no dudo en calificar como una verdadera producción de conceptos» (p.14). El bädi tiene el don de recortar todo lo que existe en el cosmos como: las personas, los animales, las plantas, el sol, la luna, las antiguas… todo lo que puebla el cosmos otomí. Estamos ante una relación creadora del mundo y la cultura. La relación entre el cuerpo, el curandero y los recortes de papel brujo, la cual crea la cultura otomí.











Bibliografía

Galinier, Jacques (1987). Pueblos de la Sierra Madre. Etnografía de la Comunidad Otomí. México: INI.

Galinier, Jacques (2009). El espejo otomí. De la etnografía a la antropología psicoanalítica. México: CEMCA, INAH, Comi- sión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

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