Reseñas

Susana Gazmuri Stein. El imaginario clásico de la República en Chile: griegos, romanos y letrados, Santiago de Chile, Instituto de Historia, Editorial Universitaria, 2023, 212 págs.

Jorge Orellana Billiard
Universidad San Sebastián, Chile

Susana Gazmuri Stein. El imaginario clásico de la República en Chile: griegos, romanos y letrados, Santiago de Chile, Instituto de Historia, Editorial Universitaria, 2023, 212 págs.

Autoctonía (Santiago), vol. 8, núm. 2, pp. 1267-1271, 2024

Universidad Bernardo O'Higgins, Centro de Estudios Históricos

Gazmuri Stein Susana. El imaginario clásico de la República en Chile: griegos, romanos y letrados. 2023. Santiago de Chile. Instituto de Historia, Editorial Universitaria. 212pp.

Susana Gazmuri Stein nos presenta una versión más reposada de su tesis doctoral, un trabajo que intenta comprender por qué y de qué maneras la historia de Grecia y Roma influyó en los patriotas letrados y que relaciona diversas áreas, la antigüedad clásica, la cultura intelectual de la Ilustración europea y los letrados chilenos de comienzos del siglo XIX.

Basado en un amplio y profundo conocimiento de la historia clásica en la independencia chilena, la autora tiene la capacidad y arrojo de romper con una cierta lógica que se había hecho anteriormente con María Gabriela Huidobro Salazar. Ahí radica, quizás, el gran atributo del texto: el hacerse cargo, de manera crítica, de demostrar la función que tuvo el conocimiento del mundo clásico en la cons- tracción de los discursos con los que se discutieron y legitimaron esos procesos. Tal como propone la autora, la familiaridad con la antigüedad se debía a su formación universitaria, la que les permitió acceder a lecturas personales de los historiadores clásicos que no formaban parte del currículo, como Tácito o Plutarco, y también por los relatos de los historiadores modernos de la antigüedad clásica, y escritos de pensadores ilustrados como Rosseau y Montesquieu. Desde esta perspectiva, el imaginario clásico se constituyó en uno de los lenguajes políticos con los que fue avalado el proceso revolucionario que llevó a las colonias hispanoamericanas a separarse básicamente del Imperio español y a establecer gobiernos republicanos (Gazmuri, p, 16).

En este libro, Susana Gazmuri vuelve sobre los motivos y algunos de los documentos y fuentes que integran su tesis doctoral e incorpora nuevos diarios y revistas para delinear aspectos del imagi- nario de los primeros republicanos chilenos. A través de los distintos capítulos que lo conforman, puede observarse cómo el lenguaje republicano, la historia clásica y los personajes de la antigüedad fueron una fuente importante de modelos y ejemplos que ayudaron a dar forma a las aspiraciones e ideales de quienes intentaban dar con la forma adecuada de gobierno para la nueva república chilena.

Los ejemplos e ideas de la antigüedad clásica en los discursos, sus formaciones intelectuales, la que muchas veces fue completada con sus lecturas personales de los historiadores grecorromanos y las referencias que aparecen en los escritos públicos y discusiones parlamentarias a la historia de las repúblicas antiguas, sus héroes y legisladores. De esta manera, el relato que la autora bosqueja del imaginario clásico de la república en Chile modela esta obra y permite comprender cómo fueron utilizados para discutir y distinguir los principios y objetivos de los letrados y pensadores políticos que ayudaron a configurar y legitimar el proyecto revolucionario.

Susana Gazmuri Stein revisó, entonces, varios artículos que escribió sobre la historia clásica en la independencia chilena; en este libro ofrece una nueva mirada renovadora, recientes preguntas y conjeturas que los documentos de las prensas y manifiestos suscitaron en ella. Así, mientras se recorre en la lectura se adivina cómo la función que ocupó el vocabulario republicano y el imaginario de la antigüedad en los debates y discursos de este periodo tuvieron la capacidad de crear un diálogo entre los letrados de la revolución, los autores de la antigüedad clásica, los escritores modernos que interpretaron y discutieron la antigüedad grecorromana y fueron leídos por los patriotas letrados. Estos diálogos, como propone la historiadora, permitieron hacer referencia a un conocimiento común, un imaginario que hizo posible transmitir y debatir un cierto ideario político al momento de la revolución de la independencia y de la discusión del proyecto republicano.

En los distintos capítulos, la autora analiza la historia clásica en la cultura chilena, para luego reconstruir la trama ordenada en que los hombres del periodo revolucionario en Hispanoamérica entendieron los sistemas políticos de la antigüedad clásica, la imagen que tuvieron de Esparta, Roma y Atenas, la lectura de las historias modernas de Grecia y Roma, tanto de aquellas que eran tributarias de la traducción anticuaria, ayudaron a formar las nociones que tuvieron del pasado grecorromano y sus posibles usos en el discurso político.

Susana Gazmuri traza una investigación interesante entre la literatura romana y la construcción del discurso republicano. Se produce porque muchos de los textos políticos del periodo revolucionario y los primeros años de la república están salpicados de referencias a Virgilio, Horacio y Cicerón, entre otros autores de la Antigüedad. Estos mismos son retratados en las alusiones que aparecen en los trabajos de Juan Egaña, Camilo Henríquez, Manuel de Salas, Antonio José de Irisarri y Bernardo de Vera y Pintado, entre otros. Analizar esto le permitió llegar a la conclusión que fue una práctica habitual en la Colonia, lo que adquirió un nuevo uso y significado en el contexto de las discusiones políticas durante la revolución de la independencia.

Esto la llevó a demostrar que la costumbre de insertar frases latinas en los argumentos provenía de los ejercicios de latinidad y retórica que se realizaban en las aulas coloniales. Este recurso represen- taba la continuidad del estilo erudito de la escritura colonial, en el que el uso de citas de autores clásicos era un índice de educación y cultura. Por ejemplo, durante la Colonia se solía traducir menciones a textos latinos en las tesis de grado, a veces en el cuerpo de la composición, o en las dedicatorias o introducciones (Gazmuri, p, 109).

Es tras el ejemplo de estos autores que puede demostrar cómo eran entendidos los escritos romanos y cuál fue su función en el discurso republicano. Desde el recurso a referencias de obras clásicas e ideas y conceptos desarrollados por los latinos, la autora señala que esos usos no cumplieron un solo objetivo. La alusión a autores de la antigüedad clásica no fue tan sólo una fuente de inspiración para el pensamiento republicano decimonónico sino, también, una herramienta en la elaboración del discurso republicano.

Es un estudio especializado, se refleja en cómo le da importancia al argumento de los autores y de sus obras y que la tradición clásica era bien conocida por los patriotas letrados. Esos autores conocidos durante la etapa colonial sirvieron para crear un discurso e ideología republicana de inspiración clásica que servía para responder a las necesidades y escenarios.

Los letrados del siglo XIX tuvieron una imagen de la antigüedad clásica que unificaba la historia y las ideas de Grecia y de Roma. Esto les permitió mencionarlos en sus diversas publicaciones para crear un debate sobre los fundamentos de la comunidad política no sólo en términos históricos sino también metafísicos y normativos. Este hecho facilita su adopción en el periodo de la independencia, pues muchas de las democracias griegas, de manera similar a las repúblicas modernas, tuvieron orígenes revolucionarios (Gazmuri, p, 151).

Otra arista de la historia clásica en la independencia chilena proviene de los fundamentos de las repúblicas antiguas y las modernas ya que permiten explicar las particularidades del republicanismo del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Así, reconoce que hubo un rechazo a los gobiernos populares que están presentes en los escritos políticos del periodo. Esto se fundamenta en el ejemplo de las referencias y el papel que jugaron los modelos de las repúblicas de la antigüedad en las principales líneas de los discursos republicanos del periodo en estudio. La autora concluye que los usos y alusiones a Grecia y Roma cuentan una cierta historia del republicanismo chileno, que comienza por considerar sus repúblicas como verdaderos modelos de gobierno y virtudes o vicios políticos, ya sea para aceptarlos o rechazarlos.

Un último argumento interesante que se discute al finalizar el libro es el de cómo la historia clásica fue desplazada por un nuevo orden institucional durante 1823-1826. El análisis de esta sección es sugerente, el modelo gubernamental de los Estados Unidos fue observado con admiración por los chilenos desde comienzos de su historia republicana junto a los antiguos. La autora demuestra con argumentos que la historia clásica no ofrecía soluciones durante esta nueva década. Por ejemplo, la constitución de Juan Egaña aparecía como un esfuerzo por integrar las instituciones y equilibrios que había sido exitosos en la antigüedad a la situación política contemporánea. Sin embargo, a mediados de la década de 1820, los artículos de prensa y las discusiones parlamentarias consideraron que las repúblicas antiguas eran incompatibles con la realidad política, social y cultural de Chile.

En conclusión, el extenso trabajo de revisión de fuentes que conforma este libro demuestra su ambición a través del planteamiento de numerosos temas de interés que logra tocar y responder en cada uno de los capítulos. Como expuso en el prólogo de este libro la historiadora Elisa Cárdenas Ayala «es un placer navegar por estas páginas finamente enlazadas, que hacen presente un mundo ido, en donde se buscaba en el pasado el poder ser de la república» (Gazmuri, p, 13)

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