Reseñas
Davide Maffi. Los últimos tercios. El ejército de Carlos II, Madrid, Desperta Ferro Ediciones, 2020, 356 páginas
Davide Maffi. Los últimos tercios. El ejército de Carlos II, Madrid, Desperta Ferro Ediciones, 2020, 356 páginas
Autoctonía (Santiago), vol. 8, núm. 2, pp. 1301-1306, 2024
Universidad Bernardo O'Higgins, Centro de Estudios Históricos
| Maffi Davide. Los últimos tercios. El ejército de Carlos II. 2020. Madrid. Desperta Ferro Ediciones. 356pp. | 
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Dentro de la dinastía de los Habsburgo no existió un rey español tan criticado por la historiografía clásica como Carlos II, «el hechizado» (como se le dominaba en la época). Su gobierno fue categorizado de forma peyorativa, siendo considerado una época en constante decadencia, plagado de corrupción, con funcionarios ineptos o demasiado avariciosos, entre muchos otros calificativos negativos. Parte de esto ocurrió, según autores como Maffi, porque los historiadores especializados en la dinastía borbónica se guiaron de las fuentes producidas en el siglo XVIII sin criticarlas y para justificar el cambio de dinastía, las cuales describen de manera injusta o imprecisa lo que ocurrió durante el reinado del último de los Austrias. Aunque los investigadores especialistas en la época de Carlos II coinciden en que su periodo estuvo marcado por un declive, por problemas económicos dentro de la Real Hacienda y de constantes conflictos bélicos que la monarquía tuvo en varios frentes. Ponen un especial énfasis en que estas declaraciones negativas están sobredimensionadas, y que sólo es posible comprender mejor los acontecimientos acaecidos en estas décadas por medio de estudios particulares. De esta línea de investigación sobresalen algunos autores como Adolfo Carrasco Martínez, Antonio Terrasa Lozano y Juan Sánchez García.
Davide Maffi es un historiador italiano con una amplia trayectoria de investigación especializado en los estudios de la nueva historia militar en la época de Carlos II. Con una rápida búsqueda por las redes sociales, uno se puede percatar de la gran cantidad de artículos que tiene en esta materia, así como de la variedad de revistas y de idiomas (español, inglés e italiano) en los que ha podido publicar. Su obra está caracterizada por una revisión exhaustiva de fuentes documentales consultadas en diversos archivos de España e Italia, las cuales no se toma al pie de la letra, sino que utiliza diversas técnicas de análisis cualitativos y cuantitativos, donde contrasta declaraciones emitidas por nobles dentro y fuera de la Corte española, con relaciones de méritos de servicios elaborada por los militares en función, cifras emitidas por miembros del ejército, entre muchos otros. Es decir, sus trabajos están nutridos por un gran corpus documental que le han auxiliado a tener un análisis crítico más amplio. Eso sin incluir el enorme bagaje de investigadores especialistas de la época, a los que ha consultado de forma crítica, siempre con una mirada revisionista donde aprecia, pero cuestiona lo trabajado anteriormente.
El libro que aquí se presenta es continuador de la línea de estudios de la nueva historia militar, la cual está caracterizada por evitar hablar sólo de forma cronológica de los hechos bélicos en un determinado periodo, sino que también, incluye otros elementos de análisis para comprender más este proceso, como lo es analizar el desarrollo de ingeniera bélica (armamentística y de fortalezas), las tácticas de guerras, la cantidad y tipos de unidades militares (infantería, caballería y artillería), el origen de los soldados del ejército (conformado por españoles, italianos, alemanes, irlandeses, etc.), por mencionar sólo alguno de los puntos que se consideran. Es de esta forma que, dentro de las 356 páginas distribuidas en una introducción, cuatro capítulos y la conclusión, el autor nos redacta una investigación atractiva, descrita con una pluma ligera, pero con un análisis contundente y bien sustentado, donde nos sumerge en el intrincado mundo de la conformación del ejército de Carlos II, cuerpo militar que tuvo la responsabilidad de proteger los intereses de la Corona en diferentes frentes como Cataluña, el Franco Condado de Borgoña, Países Bajos o el noreste de África.
Sin más dilación, la obra comienza con una breve introducción donde el autor comenta que la historiografía tradicional ha retratado a los ejércitos de Carlos II de manera peyorativa e injusta. Posteriormente, plantea el objetivo principal de su investigación, el cual consiste en demostrar cómo el cuerpo militar, a pesar de estar en un periodo crisis, fue lo suficientemente sólido para ser tomado en cuenta por los reinos adversarios. Por último, pasa a hacer una descripción sintética del contenido de lo que el lector encontrará en las siguientes páginas. No existe una descripción amplia del estado de la cuestión, ni de la metodología o de la teoría utilizada dentro de la obra, aunque esto probablemente se debiera a limitaciones editoriales que le impidieron ser más amplio en esta parte.
De aquí, se hace la apertura al primer capítulo titulado «La monarquía en guardia: Las guerras europeas», el cual se dedica a narrar los acontecimientos acaecidos en las cinco guerras en las que estuvo involucrado el ejército hispano durante el reino de Carlos II. Se relatan aquí los conflictos bélicos en los que estuvo involucrada la monarquía en contra de reinos como Portugal o Francia, profundizándose en las diferentes estrategias que tuvo que implementar para poder sobrellevar estos conflictos, principalmente los que fueron en contra de los ejércitos de Luis XIV, donde no sólo se adentra en analizar las diferentes estrategias militares utilizadas, sino en la conformación de alianzas con diferentes reinos o principados que realizaron los Habsburgo y que jugaron un papel importante para tratar de favorecer su política internacional y obtener potenciales aliados, así como las negociaciones realizadas para tratar de consolidar pactos de paz que evitaron la prolongación de conflictos costosos y desgastantes.
Maffi continúa su obra con el segundo capítulo, titulado «Los ejércitos reales», donde comienza narrando la evolución o «revolución» militar (como se denomina en el libro) que hubo en Europa a lo largo del siglo XVI y XVII. Después matiza afirmando que la Corona española supo mantenerse a la vanguardia de todos estos desarrollos. Pero para poder explicar mejor este último punto, el autor divide el capítulo en subtemas. En primera instancia, menciona cómo existían diversos emplazamientos españoles con buenas capacidades militares a lo largo de Europa, describe la plaza de armas de Flandes, los ejércitos de Milán, la plaza de Cataluña, los presidios de África y las fortalezas de los territorios americanos, recopilando no sólo una gran cantidad de fuentes cuantitativas para presentar amplios cuadros con cantidades de unidades que conformaron cada uno de estos emplazamientos. También menciona la relevancia, la funcionalidad e importancia que tuvieron, así como las ventajas o vicisitudes a las que se vieron afectados durante la segunda mitad del siglo XVII. Posteriormente, se enfoca en describir las diferentes unidades con las que contaban estos ejércitos, enfocándose particularmente en la infantería, la caballería y la artillería, donde no sólo se enfatiza en la importancia que tuvo cada uno de estos cuerpos, sino en el proceso de modernización ingeniera por el que transcurrieron.
De ahí la investigación transcurre al tercer capítulo, al que pone por título «Los soldados del rey» donde comienza describiendo las dificultados que tuvo la Corona para tratar de reclutar soldados. Esto se debió a que los distintos territorios que conformaron la monarquía hispánica en Europa presentaron una disminución demográfica importante, provocando que se tornase más laborioso el tener que reclutar soldados de manera voluntaria para conformar un cuerpo militar eficiente. De esta forma, describe cómo se comenzaron a recurrir a otros métodos como el de la leva forzosa, aunque aclara que este era un escenario poco deseado por los nobles, quienes preferían figuras más disciplinadas para conformar las tropas. Sin embargo, en tiempos de crisis recurrieron a la integración de la población marginada como vagabundos, gitanos, entre otros. Como un agregado adicional, también se incluye el territorio de origen de los soldados que conformaron los ejércitos, así como la importancia o relevancia que tenía cada uno para la monarquía española, donde se menciona la trascendencia de los soldados italianos, quienes tenían un nivel de fiabilidad equiparable con las tropas de la península ibérica; la integración de hombres del Franco Condado de Borgoña y los Países Bajos, que jugaron un papel importante para la protección de los territorios contra las invasiones francesas; la implementación de mercenarios alemanes y suizos que tenían un gran valor para pelear en las guerras acaecidas en los Países Bajos, así como la participación de tropas irlandeses que emigraron de Inglaterra.
Así es como se llega al cuarto y último capítulo titulado «La carrera de las armas», donde comienza describiendo cómo algunos investigadores afirman que, en los primeros decenios del XVII, la venta de títulos ocasionó un paulatino alejamiento de los nobles españoles de la carrera militar, así como una desaparición de los antiguos valores marciales de la nobleza castellana. Aunque coincide en que hubo una disminución importante de la participación nobiliaria en estos puestos, se percató que la alta y media nobleza todavía continuaba conformando parte de la gestión y mando de las huestes reales. Cuestión que fue completamente contraria en el caso italiano, donde la carrera de las armas era una de las formas más rápidas de poder ascender o ser promocionado a un mayor rango o título. Por su parte, los nobles de los Países Bajos también tuvieron una participación considerable, aunque esta varió según la época, siguieron manteniendo presencia como dirigentes de los ejércitos flamencos y como reclutadores de hombres para la causa.
Como cierre, se recalca cómo en el periodo de Carlos II se empieza a contemplar una etapa de declive, más que de decadencia. A través de su investigación, explica cómo se fueron cumpliendo los puntos acerca de la importancia de la maquinaria militar y su adaptación a las necesidades de cada momento. Después pasa a explicar por qué a pesar de todo este contexto de innovación la monarquía perdió sus guerras, cuestión que se lo atribuye a la constante movilización de tropas de un territorio a otro y el déficit económico que se fue agravando con el pasar del tiempo; cuestiones que no fueron particulares de su periodo, sino que existían desde décadas atrás y este monarca heredó.
El platillo que se obtiene de todos los ingredientes incluidos en esta investigación son muy variados y de gran calado. No sólo es una obra que es de lectura agradable y cuyas páginas se van pasando con tranquilidad. También es una investigación que ilumina en muchos puntos oscurecidos o no tan explorados por la historiografía, donde se recupera un periodo poco trabajado como lo fue el reinado de Carlos II desde la perspectiva militar, con un enfoque novedoso con una perspectiva global, pues, aunque se enfoca mayoritariamente en Europa, no ignora otros espacios que también conformaron a la monarquía; como los presididos en el noroeste de África o las fortalezas de sus posesiones americanas. Otro punto importante a considerar es que nos invita a reflexionar sobre la forma en el que se utilizan las fuentes documentales, pues al observar el modo exhaustivo y meticuloso en que revisa las fuentes nos hace cuestionarnos cuántos trabajos no existen que hayan llegados a conclusiones apresuradas por lo mismo.
Una de las carencias que se puede encontrar dentro del libro podría ser la poca atención que les dedica a los territorios más periféricos de la monarquía. Aunque se mencionan los espacios geográficos de América, no se entra en muchos detalles, dedicando unas cuantas páginas para hablar del Caribe, la Nueva España o Chile. Por otra parte, ignora completamente la situación de los territorios más alejados como las Filipinas. Sin embargo, se comprende que esto llevaría a una investigación que ampliase su contenido al doble. Cabe aclarar que estas observaciones no tienen por propósito demeritar su trabajo, que se considera muy bueno, sino incentivar a los posibles lectores a consultar esta obra y continuar expandiendo las investigaciones en este periodo y enfoque.