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Las fake news sobre la COVID-19 en Latinoamérica 2020-2022. Una revisión sistemática
Fake news about the COVID-19 in Latin America 2020-2022. A systematic review
Las fake news sobre la COVID-19 en Latinoamérica 2020-2022. Una revisión sistemática
Innova research journal, vol. 9, núm. 1, pp. 147-167, 2024
Universidad Internacional del Ecuador
Recepción: 09 Noviembre 2023
Aprobación: 03 Enero 2024
Publicación: 10 Enero 2024
Resumen: Desde que la COVID-19 llegó a Latinoamérica en el 2020, los rumores y las noticias falsas se empezaron a propagar de forma indiscriminada, creando en los ciudadanos miedo e incertidumbre. El objetivo del estudio es analizar las evidencias empíricas de las fake news sobre la COVID-19 en Latinoamérica, entre los años 2020 y 2022. Se realizó una revisión sistemática a través del método PRISMA y se recogieron 12 investigaciones publicadas en las bases científicas de EBSCO y ProQuest. La investigación reveló que las fake news en cuanto a la COVID-19 destacan en el impacto negativo en la salud colectiva, la propagación de desinformación a través de emociones y su relación con la inestabilidad social y política durante la pandemia.
Palabras clave: Fake news, COVID-19, medios de comunicación, desinformación.
Abstract: Since COVID-19 arrived in Latin America in 2020, rumors and fake news began to spread indiscriminately, creating fear and uncertainty among citizens. The objective of the study is to analyze the empirical evidence of fake news on COVID-19 in Latin America, between 2020 and 2022. A systematic review was conducted using the PRISMA method and twelve research studies published in the EBSCO and ProQuest scientific databases were collected. The research revealed that fake news regarding COVID-19 stands out in the negative impact on collective health, the propagation of disinformation through emotions and its relationship with social and political instability during the pandemic.
Keywords: Fake news, COVID-19, mass media, disinformation.
Introducción
En diciembre del 2019, el Centro de Epidemiología de China identificó el primer caso de una infección respiratoria con un nuevo virus (CoV) en Wuhan, capital de la provincia Hubei, en China (Alves et al. 2020). Según lo señalado por Maguiña et al. (2020), la infección viral SARS-CoV-2 o también conocida como COVID 19 es un virus altamente contagioso y su transmisión de persona a persona es rauda por secreciones respiratorias. A causa de que no se dictaminó a tiempo aislamiento social y cuarentena, la enfermedad se comenzó a esparcir de forma indiscriminada. Asimismo, los impactos perjudiciales de la repentina aparición de la pandemia se manifestaron de numerosas formas, tanto en cambios económicos como sociales (Wang & Wang, 2020).
En el caso de Latinoamérica, el virus llegó principalmente a través de personas que viajaron en las fechas mencionadas con anterioridad a las áreas afectadas por el brote inicial en China, así como por personas que viajaron a Europa, Estados Unidos y otros lugares donde el virus se volvió endémico pues las rutas de transmisión incluían vuelos internacionales como conexiones locales. El caso índice confirmado de COVID-19 en Latinoamérica fue reportado en Brasil el 26 de febrero de 2020 y desde esa fecha el virus comenzó a proliferarse de forma fugaz en la región a medida que las personas infectadas entraban en contacto con otras. Los gobiernos en varios países latinoamericanos implementaron medidas de contingencia, como cierres de fronteras, cuarentenas y restricciones de circulación con la finalidad de contrarrestar la propagación del virus.
En marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud informó el estado de pandemia mundial debido a la gran cantidad de casos registrados en casi todos los países. Hasta abril Latinoamérica sumaba más de 25.000 casos de infección y llegaba a los 800 fallecidos. El país más damnificado fue Brasil con más de 10.000 contagiados, seguido de Chile, Ecuador, Perú y Panamá (Pierre & Harris, 2020). En el mes de junio, la cifra de fallecimientos en América Latina superó los cuatro millones, lo que correspondió al 27% del total de muertes causadas por el virus a nivel global (Pablos-Méndez et al. 2020).
En el contexto de la pandemia, era crucial mantenerse informado acerca de diversos aspectos relacionados con la misma. Explicar los medios de comunicación no se limita únicamente a abordar los aspectos de la información compartida, porque implica comprender todo el proceso mediante el cual esta se difunde hacia el público. Los medios juegan un papel de suma importancia porque son los responsables al momento de informar a una sociedad sobre los eventos de interés común o de importancia. Aunque, dicho filtro y validación de la información no se podrá observar en todos los medios puesto que en el mundo digital los filtros son muy limitados teniendo en cuenta que la persona de a pie puede difundir lo que considera conveniente.
Los medios de comunicación, en la configuración y estructuración de la percepción de la realidad de los públicos, son un componente esencial (Ángulo & Bolo, 2021). Por ende, existe responsabilidad en los medios de información en el desarrollo del sentido crítico de una población (Suing et al. 2021). Es decir, pueden influenciar en la sociedad de tal manera que existe confianza hacia ellas en la medida que pueda comprobarse.
Teniendo en cuenta el contexto de la pandemia, los medios tradicionales son los principales pedagogos en la educación sanitaria de aquellos públicos con poco o nulo acceso a internet (Costa & López, 2020). En este caso, existe mayor cargo de consciencia en estos medios si se desinforma a sus oyentes o televidentes según sea el caso.
En dicha situación, la constante necesidad de mantenerse informados hizo indispensable el uso de recursos tecnológicos y la digitalización. En esa línea, los medios de comunicación digitales son cada vez más, pues están los cuales son totalmente virtuales y no realizan ninguna publicación en los tradicionales. Así como, medios que ya se encontraban en el mercado se han adaptado a la creciente revolución digital. Sin embargo, los medios digitales tienen un inconveniente en el proceso de validación de información, la inmediatez. La redacción digital y por ende la producción de los medios cuenta con ciertas limitaciones relacionadas a las fuertes exigencias por economizar el tiempo donde los propios periodistas pueden ser polifuncionales (Retegui, 2017). Sin embargo, los medios de información formales fueron claves durante la pandemia porque facilitaban la difusión de mensajes masivos con medidas respecto a la pandemia de manera más eficiente que, acompañado de la digitalización se alcanzaba a mayor audiencia más fácilmente (Campillay et al. 2021).
Las fake news resultan un problema importante dentro de cualquier país dado que impide que las personas conozcan su realidad y en su defecto, no permite que la sociedad se desarrolle en diferentes aspectos. En estos tiempos, el valor de la información es cuestionado pues, en una sociedad digital donde hay saturación de información y donde cualquier persona de a pie tiene voz dentro de las redes sociales, la desinformación crece con mayor rapidez (McNair, citado en Cerón et al. 2021). Sumado a ello, la desinformación que se genera tiene mayor implicancia cuando el acceso a la información y la escasez de competencias digitales juegan un rol tan importante al procesar de manera crítica toda información que llega a las personas (Alonzo & Ramírez, 2022).
La idea de que la digitalización expone a la sociedad a estar más propenso a encontrar noticias falsas se hace, cada vez, más notorio. La actividad comunicativa ha incrementado exponencialmente debido a las nuevas características de los entornos digitales y, por ende, la posibilidad de difundir noticias falsas (Arrojo, 2020). En una línea similar, la consolidación de las redes sociales ha generado el incremento de noticias falsas y más aún, la verificación de lo que se difunde por medio de estas (López et al. 2018). Asimismo, Jones et al. (2020) aseguraban que el alcance de mensajes o noticias falsas se ha amplificado debido a la alta producción y circulación de diversas informaciones en las redes sociales e internet. El mundo digital está en una saturación de divulgación de noticias e información que, no necesariamente, se han verificado con un proceso exhaustivo. Estamos ante una devaluación en el proceso de seguimiento de la verdad, esto podría llevar a que todas las informaciones sean tomadas como afirmaciones autoritarias de la verdad (Bradford, 2018). En consecuencia, la sociedad se ve gravemente afectada al caer en un limbo de desinformación lo cual causa alta preocupación.
En relación con los medios de comunicación, las fake news pueden perjudicar gravemente su reputación y confiabilidad. Los medios de comunicación han perdido influencia en la población (Barrientos et al. 2022). Ello se explica en que ha habido casos en donde los medios han podido difundir noticias falsas en el afán de difundir la información del “último minuto” y no realizar el proceso de verificación necesario.
No obstante, hablar sobre fake news no es algo nuevo, en el siglo XX los totalitarismos usaban los bulos y libelos como instrumento de desinformación propagandística (López & Fernández, 2009). Un ejemplo histórico es el “Great Moon Hoax” en 1835, en el que The New York Sun publicó diversas entregas en el que advertían sobre la posibilidad de vida en la Luna. Un ejemplo más reciente aconteció en el año 2006, el denominado “Flemish Secession Hoax”, un medio de comunicación público belga informó que el parlamento flamenco había declarado que Bélgica era independiente, este hecho generó que diversos espectadores malinterpreten esto como cierto (Allcot & Gentzkow, 2017).
Así como estos ejemplos, han existido años tras años nuevas situaciones de fake news; sin embargo, según Parra y Olivieira (2018) el punto más crítico se dio en el año 2016 con dos acontecimientos específicos: el abandono del Reino Unido de la Unión Europea o también conocida como Brexit y las elecciones presidenciales de Estados Unidos que ganó Donald Trump.
Durante la campaña del Brexit las fake news fueron empleadas de forma estratégica por sus alentadores para manipular al electorado y conseguir su objetivo. Gracias a ello, el 23 de junio de 2016 casi un 52% de ciudadanos sufragaron a favor de la salida del país de la Unión Europea. Durante la campaña del referéndum británico existieron tres fuentes de desinformación que según Sixma (2023) fueron: Rusia y su actuación por medio de las redes sociales y la directa financiación de ciertos medios que propagaban el Brexit; en segundo lugar, algunos poderes públicos de Reino Unido y, en tercer lugar, ciertos agentes del sector privado que buscaban influenciar a través de redes sociales y comprando periódicos sensacionalistas.
Por otro lado, durante la campaña electoral norteamericana se crearon un total de 115 noticias falsas que favorecían considerablemente al expresidente Donald Trump, estas se compartieron un total de 30 millones de veces en Facebook; asimismo, en beneficio de su contrincante, Hillary Clinton, se compartieron 41 fake news unas 7.6 millones de veces (Allcott & Gentzkow, 2017).
La difusión de las fake news ha impulsado una transformación cultural de suma importancia en el ámbito de la información y comunicación (Cosentino, 2012). Además, las redes sociales han cambiado por completo el patrón del consumo de noticias (Cardoso et al. 2018). Esta situación ha provocado que año tras año la población de diversos países consuma noticias de diferentes fuentes debido a que existe el temor de caer en informaciones falsas.
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, tenemos como objetivo general analizar las evidencias sobre las fake news emitidas en Latinoamérica en el contexto de la pandemia 2020-2022 y como objetivos específicos contamos con tres: analizar las premisas conceptuales, la metodología y las conclusiones.
Metodología
En la línea de poder comprender las fake news sobre la Covid-19 en Latinoamérica durante el 2020-2022, se realizó una revisión exhaustiva de diferentes artículos científicos. Con el fin de alcanzar los objetivos de la investigación, se emplearon métodos sistemáticos para seleccionar y, posteriormente, analizar la información recopilada. Por ello, se emplea el método PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses) (Page & Moher, 2017). Este es un proceso de revisión sistemática centrado en la identificación, selección y evaluación de estudios (Page et al. 2021).
La revisión sistemática se efectuó en las siguientes bases de datos: Proquest y EBSCO. Se escogieron las investigaciones con más relevancia que cumplían con nuestros objetivos y que se encuentren publicadas en revistas académicas de Latinoamérica.
Se establecieron inicialmente los términos de búsqueda, incluyendo sus sinónimos y opciones, con el objetivo de ampliar la búsqueda y recopilar la mayor cantidad de información posible durante la revisión de los artículos. Se conceptuaron un conjunto de terminaciones utilizando el operador Booleano (AND) (Cronin et al. 2008). De esta manera, se asegura poder obtener fuentes que contengan información relevante a nuestras palabras claves empleadas en las combinaciones y, así, emplear los criterios de inclusión apropiados.
Al llevar a cabo la investigación, se dará prioridad a la inclusión de información proveniente de estudios que hayan sido publicados en revistas científicas, garantizando así la calidad y validación por expertos en el campo. Se enfocará particularmente en investigaciones publicadas en Latinoamérica, destacando la relevancia de obtener perspectivas específicas de esta región. Además, se considerarán estudios con ubicación geográfica en Latinoamérica. El rango temporal de inclusión abarcará desde el año 2020 hasta el año 2022, con el propósito de garantizar la relevancia y actualidad de la información seleccionada. Asimismo, se limitará la búsqueda a investigaciones publicadas en el idioma español o portugués.
En consecuencia, se establecieron las siguientes combinaciones de búsqueda para ser utilizadas en las bases de datos especificadas. En cuanto al español se utilizó “fake news” AND “Covid-19”, “fake news” AND “pandemia” y, “noticias falsas” AND “Covid-19”. Respecto al portugués se empleó “fake news” AND “Covid-19”, “fake news” AND “pandemia” y, “noticias falsas” AND “Covid-19”. De tal forma que, se pueda rastrear e identificar la mayor cantidad de información relevante para la investigación.
La primera búsqueda dio como resultado 38051 investigaciones, de las cuales 37044 fueron excluidas debido a que no pasaron el filtro de la temática y publicación en una revista académica o científica. Se revisaron las 1007 investigaciones restantes y se excluyeron las que no fueron realizadas en Latinoamérica, dando como resultado 161 artículos. Tras ello, se verificó el acceso completo al texto, quedando 143 para la realización de la revisión sistemática. Sin embargo, se descartaron 130 investigaciones debido a que no existía una relación clara con las fake news sobre la COVID- 19. Finalmente, los 12 artículos restantes fueron incorporados en la presente revisión sistemática (Tabla 1).
Base de datos | Primera Etapa (Identificación) | Segunda Etapa (Screening) | Tercera Etapa (Elegibilidad) | Cuarta Etapa (Elegibilidad) | Quinta Etapa (Incluidos) |
Proquest | 31931 | 969 | 128 | 118 | 7 |
EBSCO | 6120 | 38 | 33 | 25 | 5 |
A través del método PRISMA, observado en la Figura 1, se puede garantizar la recopilación útil y planificada de toda información (Page et al. 2021). En busca de identificar artículos científicos que se alineen con nuestros objetivos, el enfoque de la revisión y los criterios de segmentación en el tema, se realizó un análisis minucioso con la cual se pudo encontrar 12 artículos científicos.
Identificación | En las dos bases de datos: EBSCO y Proquest se registraron | ||||||
38051 | |||||||
artículos, todos ellos referidos a las fake news y COVID - 19 dentro del periodo 2020 - 2022 | |||||||
Revisión | De los | ||||||
38051 | |||||||
artículos, solo quedaron | |||||||
1007 | |||||||
por estar dentro del tema | |||||||
Elegibilidad | De los | ||||||
1007 | |||||||
artículos, solo quedaron | |||||||
161 | |||||||
que se encontraban dentro de la región de Latinoamérica | |||||||
Inclusión | De los | ||||||
161 | |||||||
artículos, solo cumplieron con los objetivos | |||||||
12 | |||||||
artículos | |||||||
Resultados y discusión
Características
Los artículos revisados sistemáticamente fueron analizados de forma rigurosa pues se pudieron evidenciar en ellas información y conocimiento que contribuye con la investigación. En esa línea, en la tabla 2 se observan las principales características de los artículos seleccionados.
Repositorio | Autor, Año | País |
EBSCO | (Tarullo y Gamir, 2022) | Chile |
Proquest | (Pereira et al. 2022) | Brasil |
EBSCO | (Pichihua, 2022) | Perú |
EBSCO | (Palomino et al. 2021) | Perú |
EBSCO | (Gutemberg, 2021) | Brasil |
Proquest | (Nieves-Cuervo et al. 2021) | Colombia |
EBSCO | (Mullo et al. 2021) | Ecuador |
Proquest | (Elías et al. 2021) | Brasil |
Proquest | (Santos et al. 2021) | Brasil |
Proquest | (Herrero y Pérez, 2021) | Colombia |
Proquest | (Gutiérrez et al. 2020) | Colombia |
Proquest | (Fachin et al. 2020) | Colombia |
Así se evidenció que un 58.3% de investigaciones publicadas fue en el 2021 (7). A diferencia de los años 2020 (2) y 2022 (3), quienes registraron un 16.7% y 25.0% respectivamente (Figura 2). Adicionalmente, los países donde se realizaron mayor cantidad de publicaciones fueron Brasil (4) y Colombia (4) con un 33.3% cada uno; seguido de Perú (2) con un 16.7%. Por último, las publicaciones realizadas en Chile (1) y Ecuador (1) con apenas un 8.3% (Figura 3).
De esta forma, se puede inferir que la mayor cantidad de investigaciones publicadas en el 2021 se pueda deber al desarrollo del coronavirus. Es decir, el año 2020 que fue donde se observó el mayor apogeo de los efectos de la Covid-19 en la sociedad y donde múltiples actividades se tuvieron que paralizar debido a las nuevas normativas sanitarias; como lo fueron los diferentes ajustes a medidas sociales y de la salud pública acompañado de la restricción de movilización (Organización Mundial de la Salud, 2020). Además, el 2022 fue un año en el que las consecuencias de la pandemia ya se encontraban más controladas y el comportamiento de los ciudadanos respecto de la enfermedad ya eran más conocidos. Además, se trató de un tiempo en el que la sociedad tuvo que enfrentar la nueva normalidad a la que la Covid-19 la obligó a vivir.
Esto difiere de lo que el 2021 significó para la población mundial en sí. Se observaron los primeros avances para combatir la pandemia con la primera vacuna contra la Covid-19, la Pfizer/BioNTech (Organización Mundial de la Salud, 2020a) el cuál fue anunciado a puertas del 2021. De esa forma, se abrieron se pudo investigar en mayor profundidad sobre las SARS-COV-2 en diferentes índoles desde la social hasta la sanitaria.
En cuanto a los países de publicación, la mayor participación de Brasil (33.3%) y Colombia (33.3%) en las investigaciones seleccionadas se debe a que fueron los países que lideraron en incidencia de casos de contagio por Covid-19. Por un lado, Brasil llegó a convertirse en el tercer país del mundo con mayores contagios a mediados del 2021 (Moya et al. 2022). Además, este mismo país fue el primer país en registrar un caso de coronavirus en Latinoamérica (Organización Panamericana de la Salud, 2020b). Esto les permitiría tener un mayor acercamiento a la evolución de la enfermedad y la reacción de la sociedad respecto a la misma.
Resultado 1: Premisas conceptuales
Los referentes teóricos empleados en cada uno de los artículos seleccionados se observan en la tabla 3.
(Tarullo y Gamir, 2022) | (López y Vicente, 2021) | Las fake news son aquellas noticias en las cuales la información que contiene no ha atravesado por la rigurosidad periodística necesaria pues su costo de producción es menor. |
(Palomino et al. 2021) | (Aparici et al. 2019) | Las fake news son aquellos mensajes falsos que tienen la intención de generar un estado de opinión. |
(Gutemberg, 2021) | (Recuero y Gruzd, 2019) | Las fake news no son solo noticias falsas, sino que tienen el propósito de engañar pues han sido creadas intencionalmente para favorecer a un grupo o individuo. |
(Nieves-Cuervo et al. 2021) | (Hartley y Mu, 2020) | Las noticias falsas son creadas en colaboración con la audiencia, dado que su grado de falsedad está en gran parte determinado por si la audiencia percibe lo que es falso como verdadero. |
(Gutiérrez et al. 2020) | (Allcott y Gentzkow, 2017) | Señales distorsionadas y sin correlación con la verdad y surgen dado que es más sencillo proporcionarlas. |
(Pichihua, 2022) | (Wardle, 2019) | La información falsa exhibe la ausencia de veracidad durante la propagación de contenidos. Sin embargo, no tiene una intención de mentir a la población. Por esta razón, se puede describir como "contenido falso". |
(Mullo et al. 2021) | (Andreu-Sánchez y Martín-Pascal, 2020) | La información falsa es referente a mitos, rumores y bulos sobre un tema en específico. |
(Pereira et al. 2022) | (Recuero y Gruzd, 2019) | El término fake news se usa libremente para indicar tanto rumores como informaciones falsas presentadas en formato de “noticia”, y se comparten principalmente en las redes sociales |
(Elias et al. 2021) | (Kita, 2018) | Las fake news son las noticias o información falsa que, usualmente, ocasiona miedo y ansiedad en los ciudadanos. Asimismo, pueden tener intereses políticos o financieros o contener elementos de control social. |
(Santos et al. 2021) | (García, 2018) | La expresión fake news es empleada para aquella información que ha sido descontextualizada y difundida de manera masiva. |
(Herrero y Pérez, 2021) | (Han, 2020) | Las noticias falsas o deepfakes son generadores de desconfianza en la era de la digitalización pues fomenta cierto rechazo hacia la realidad. |
(Fachin et al. 2020) | (Silva et al. 2020) | Las noticias falsas son aquellas que su contenido proviene de fuentes anónimas en redes sociales, difundiendo información a menudo engañosa en Internet, perjudicando a personas y organizaciones. |
A partir de lo anterior, se ha identificado ciertas similitudes en algunos de los conceptos acuñados. Por ejemplo, hay quienes detallan que las fake news tienen el propósito de engañar y favorecer a algún poder político y social. Adicionalmente, estos pueden contener falsedad o no necesariamente relacionarse con la verdad. Sin embargo, si tomamos en cuenta los diferentes referentes teóricos se puede conceptualizar que las fake news o noticias falsas son aquellas informaciones que contienen falsedad o engaños debido a la falta de rigurosidad en su proceso de elaboración. Esto genera descontextualización y desconfianza a lo que acontece en la realidad de las personas. Aunque, el efecto puede ciertamente variar del nivel de instrucción de la audiencia y producir opiniones diferentes entre sí.
Resultado 2: Análisis de metodología
Adicionalmente a esto, en la tabla 4 se detalla la metodología utilizada en las investigaciones escogidas donde se muestra el enfoque, el alcance, el instrumento empleado y, la unidad de análisis.
(Tarullo y Gamir, 2022) | Mixto | Correlacional | Análisis de contenido/ Prueba de Fischer | 548 noticias falsas publicadas en medios | ||
(Palomino et al. 2021) | Cuantitativo | Descriptivo | Encuesta | 60 profesionales de la salud | ||
(Gutemberg 2021) | Cualitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | 100 publicaciones de Instagram (50 con #cloroquina-salvavidas y 50 con #cloroquinanãoprevinecovid19) | ||
(Nieves-Cuervo et al. 2021) | Cuantitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú hasta el 29 de noviembre del 2020 | ||
(Gutiérrez, et al. 2020) | Cualitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | 371 noticias falsas, previamente verificadas por fact-checkers | ||
(Pichihua, 2022) | Mixto | Descriptivo | Análisis de contenido | 80 contenidos virales de desinformación | ||
(Mullo et al. 2021) | Cuantitativo | Descriptivo | Cuestionario | 2090 ecuatorianos, entre 18 a 65 años | ||
(Pereira et al. 2022) | Cuantitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | 253 reportes de noticias falsas sobre la vacunación y la COVID 19 en la app Eu Fiscalizo | ||
(Elias et al. 2021) | Cualitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | Publicaciones del portal "Saúde sem Fake News" del Ministerio de Salud de Brasil, ocurridas entre diciembre del 2019 y marzo del 2020 | ||
(Santos et al, 2021) | Cualitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | Noticias falsas en las redes sociales | ||
(Herrero y Pérez, 2021) | Cualitativo | Descriptivo | Análisis de contenido | 708 informaciones falsas identificadas por maldita.es y colombiacheck | ||
(Fachin et al. 2020) | Cualitativo | Exploratorio - Descriptivo | Análisis de contenido | Informaciones compartidas connotadas como noticias falsas |
A partir de lo anterior, se observó que un 50.0% de las investigaciones emplea un enfoque cualitativo (6). Mientras que, los enfoques cuantitativos (4) y mixto (2), registran un 33.3% y 16.7% respectivamente (figura 4). La diversidad de enfoques nos posibilitó una mayor comprensión al combinar datos cuantitativos y cualitativos, lo que fortaleció la solidez de las conclusiones (Creswell et al. 2007). Además, la unidad de análisis más recurrente se relaciona con medios tradicionales (7) con una incidencia del 58.3%. A diferencia de aquella unidad de análisis relacionada a las redes sociales (3) que acumula un 25.0% y, otro (2) tipo de unidad de análisis apenas tiene un 16.7% (figura 5).
Por el lado del enfoque metodológico cualitativo, se entiende su importancia en el análisis de las personas y su comportamiento respecto a su entorno y a las relaciones (Cadena et al. 2017). Por otro lado, el enfoque cuantitativo, tienen una fuerte validez pues deja de lado las creencias y se basan en datos reales reduciendo el riesgo y el azar (Calero, 2000). La mayor empleabilidad del enfoque cualitativo se encuentra explicado en que las diferentes unidades de análisis priman el factor y comportamiento de las personas respecto a las fake news.
En línea con lo anterior, se ha distinguido los medios por los cuales la sociedad se ha encontrado expuesta a las noticias falsas como se observa en la Figura 5. En ella se observa la mayor recurrencia de fake news en medios tradicionales por las cuales se encuentran expuestos gran parte de la población, en su mayoría, adulta. Pues, se tiene en cuenta que los medios digitales tienen una mayor preferencia de uso en la generación Z, es decir, audiencia de entre los 13 y 25 años (Cortés et al. 2022) A pesar de ello, los medios tradicionales han identificado la necesidad de adaptarse a las necesidades actuales de la audiencia y acercarse al diseño 360° (Ruiz et al. 2016). Su mayor presencia en investigaciones se debe a la facilidad de acceso sobre un hecho a diferencia de las redes sociales que son más volátiles y que son sumamente masivas. Pues, las redes sociales son utilizadas por los más jóvenes (Ramírez et al. 2021). Además, existen fact checkers que ayudan a los usuarios digitales a poder desmentir o identificar noticias falsas con un proceso bastante simple. Ufarte et al. (2022) resaltan la importancia del proceso de verificación en las noticias compartidas pues genera confianza hacia los medios y, es una tendencia de los usuarios preferir textos periodísticos contrastados.
Resultado 3: Análisis de hallazgos
Dentro de la revisión realizada de la literatura, cada investigación plantea sus propias conclusiones en cómo, las fake news, tienen diferentes comportamientos y finalidades dentro de la sociedad. Para ello se observa la tabla 5.
(Tarullo y Gamir, 2022) | Las principales repercusiones observadas, por la desinformación, están relacionadas a desestabilizar el sistema de salud y, sobre todo, afectar el lado emocional de las personas pues incurren en la ira y la desesperación. | ||
(Palomino et al. 2021) | En cuanto al personal de la salud, tienden a confiar más en sus propios conocimientos que a la información compartida en redes sociales o medios digitales. Sin embargo, se puntualiza la necesidad de capacitación informacional para poder desechar este tipo de noticias. | ||
(Gutemberg, 2021) | La desinformación respecto de la pandemia conlleva que la discusión en la sociedad no solo se centrará en temas científicos relacionados a la salud. Esto se debe a que entra en relevancia los aspectos económicos, sociales y políticos, A pesar de ello, aún se sostiene que la ciencia es la mejor herramienta para la búsqueda de respuestas. | ||
(Nieves-Cuervo et al. 2021) | Los países que menos usan las redes como único soporte de información y tienen menos confianza en su contenido, las tasas de mortalidad son menores. | ||
(Gutiérrez et al. 2020) | La desinformación se manifiesta a través de la filtración y manipulación, aprovechando la afinidad ideológica y emocional que comparten los grupos que difunden estas falsedades. | ||
(Pichihua, 2022) | Se concluye que la aplicación más usada para la divulgación de fake news fue WhatsApp; además, otras redes sociales. Los principales tópicos de desinformación fueron la crisis sanitaria, los bonos ofrecidos por el gobierno, las restricciones sociales y los mitos sobre el virus. | ||
(Mullo et al. 2021) | La población se inclina más por informarse sobre el coronavirus en las plataformas de la Web 2.0. Además, se ha perdido la credibilidad hacía los medios de comunicación tradicionales. | ||
(Pereira et al. 2022) | El fenómeno de las noticias falsas ayudó a desmotivar a los brasileños de consentir el aislamiento social y las campañas de vacunación contra la COVID-19. | ||
(Elias et al. 2021) | Las fake news con relación a la COVID-19 son una amenaza para la salud individual y colectiva, tratan una variedad de problemas y pueden causar daños potenciales a la salud física y mental. | ||
(Santos et al. 2021) | Las noticias falsas, en el contexto de la pandemia, no solo han generado confusión respecto al tema sanitario. Es decir, estas también tienen fuertes impactos en el ámbito político, económico y social. Esto se encuentra explicado en el avance tecnológico y la falta de alfabetización en el mismo pues las personas no están preparadas para enfrentar la sobreinformación que se encuentra en las plataformas digitales. | ||
(Herrero y Pérez, 2021) | La infodemia y, por ende, la desinformación influye en las actitudes y emociones pues fomentan el miedo y la polarización. Esto toma mayor notoriedad cuando tiene consecuencias graves en la salud. Por eso, resulta necesario que los medios de comunicación y, en especial, los expertos deben combatir esta latente amenaza informativa. | ||
(Fachin et al. 2020) | La proliferación de información falsa en la web resalta la importancia de verificarla. El fact-checking es un proceso confiable indispensable pero lento mientras que la rápida difusión de contenido poco creíble es el desafío principal en la era digital. |
La desinformación en torno a la pandemia de COVID-19 ha generado repercusiones significativas en diversos aspectos de la sociedad. Se ha observado que la difusión de noticias falsas ha desestabilizado el sistema de salud y ha impactado negativamente en el bienestar emocional de las personas, incitando sentimientos de ira y desesperación (Tarullo & Gamir, 2022). En un sentido similar, se considera a las fake news como un riesgo para la salud individual como colectiva con posibles daños en el aspecto físico y psicológico (Elias et al. 2021). Además, se identifica una influencia fuerte en las emociones debido al miedo y a la polarización generada (Herrero & Pérez, 2021).
En otros aspectos, la propagación de información errónea ha generado discusiones que trascienden los límites de la ciencia y la salud, influyendo en aspectos económicos, sociales y políticos (Gutemberg, 2021). En ese sentido, la influencia de la desinformación se exhibe por medio de la manipulación de datos y el aprovechamiento de vínculos emocionales e ideológicos, lo que fomenta la polarización en la sociedad (Gutiérrez et al. 2020). Lamentable, esta situación es aún más perjudicial por la falta de preparación de la población para enfrentar la sobreinformación en las plataformas digitales (Santos et al. 2021). Esta situación se torna más preocupante, dado que plataformas de medios digitales como WhatsApp son propensas a la constante aparición de noticias falsas (Pichihua, 2022). Lo cual deja expuestos a todo tipo de usuarios frente a esta problemática.
Ante esta situación, es fundamental fortalecer las estrategias de verificación de información y promover el proceso confiable del fact-checking como una herramienta esencial en la lucha contra la proliferación de noticias falsas (Fachin et al. 2020). Los medios de comunicación y los expertos desempeñan un papel crucial en la tarea de contrarrestar la desinformación, con el fin de mitigar los efectos negativos en las actitudes y emociones de la población, así como en la salud pública en general (Herrero & Pérez, 2021).
Como se puede observar en la figura 6, la mayoría de los artículos (41.7%) concluye que las fake news atentan contra la salud dado que influyen de forma perjudicial en las personas que las consumen. Según Pereira et al. (2020), el fenómeno de las noticias falsas divulgadas en Brasil contribuyó a la desmotivación de respetar el aislamiento social y a la deslegitimación de la efectividad de la vacuna contra el coronavirus. Asimismo, el 25% de los artículos identificó el sesgo político asociado a las fake news que se han difundido durante la pandemia, generando un fuerte impacto en el ámbito económico y social.
Conclusiones
La propagación de información falsa existe desde hace muchos años y ha sido generada con fines sociales o políticos al difundir propagandas y bulos, para informar, desinformar o solo entretener. Actualmente las fake news, intencionadas o no, se han transformado en una cuestión de alcance global, que ha sido potenciada por la presencia generalizada de la internet, debido a su facilidad de viralización y el hecho de que un gran número de individuos obtiene la mayor parte de información noticiosa a través de las plataformas de redes sociales y no tiene conocimiento de cómo discernir información inexacta.
En el presente trabajo se elaboró una revisión sistemática de la literatura para analizar las fake news sobre la COVID-19 en Latinoamérica, durante los años 2020 hasta 2022. Al realizar el análisis de la premisa conceptual “fake news” en los artículos, se logró conceptualizar que las noticias falsas son las informaciones que poseen contenido fraudulento o engañoso por la falta de rigurosidad en el proceso de elaboración. Por otro lado, la metodología empleada en el 50% de las investigaciones fue cualitativa, utilizando enfoques descriptivos y exploratorios, que permitieron mayor solidez en los estudios. La revisión permitió acrecentar la comprensión del tema y determinar que las fake news, pueden ser una amenaza para la salud individual y colectiva, generando desconcierto, miedo y desesperación.
La difusión de fake news emplea el miedo para crear inestabilidad, y utiliza el enojo y la ira para promover la polarización y usa emociones positivas como la sorpresa para lograr objetivos informativos. Asimismo, la desinformación emitida sobre el coronavirus se ha incrementado a un volumen exponencial que ya se describió como una infodemia (Tarullo & Gamir, 2022). En el presente estudio un 41,7% de los artículos analizados considera que la desinformación atenta de forma exponencial la salud de los individuos que la consumen. Por otro lado, un 25% asegura que no solo genera problemas en la salud pública; sino que, también contribuye a la desestabilización de las relaciones políticas, económicas y sociales (Santos et al. 2021).
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