Artículo de Investigación

Heidegger y lo político: La vida y la obra1

Heidegger and the political: Life and work

Jesús Enrique Beltrán Virgüez
Fundación Universitaria Los libertadores, Colombia

Heidegger y lo político: La vida y la obra1

Cuestiones de Filosofía, vol. 9, núm. 33, pp. 77-100, 2023

Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC)

Recepción: 26 Enero 2022

Recibido del documento revisado: 10 Marzo 2023

Aprobación: 10 Marzo 2023

Resumen: La problemática que guiará la discusión en este artículo será la peculiar relación entre la obra y el autor, dando lugar a analizar qué tan adecuado sería involucrar en un análisis de carácter filosófico elementos que de entrada no harían parte de la "obra" de un pensador, como por ejemplo cartas, discursos, comentarios etc. Al mismo tiempo, este trabajo pone en consideración la pertinencia de incluir en un análisis filosófico acciones de carácter político o privado del pensador. En este contexto, cabe preguntarse qué daría a este tipo de referencias un carácter filosófico, mostrando las perspectivas a las que debe enfrentarse el lector que quiera acercarse filosóficamente al pensamiento de Heidegger y a su figura.

Palabras clave: Heidegger, política, vida, obra, nacionalsocialismo.

Abstract: The problem that will guide the discussion in this article will be the peculiar relationship between the work and the author, which will lead us to analyze how appropriate it would be to involve, in a philosophical analysis, elements that from the outset would not be part of a philosopher's "work", for instance letters, speeches, commentaries. At the same time, this paper considers the relevance of including in a philosophical analysis actions of a political or private nature of the thinker. In this context, it is worth asking what would give such references a philosophical character, showing the perspectives to be faced by the reader who wants to philosophically approach Heidegger's thought and his figure.

Keywords: Heidegger, politics, life, work, National Socialism.

La tensión entre la vida y la obra. Un punto de partida

Heidegger introduce en su alocución de 1955 en honor a Conradin Kreutzer (Serenidad), una expresión significativa para la orientación de este trabajo: "Cuanto más grande el maestro tanto más puramente desaparece su persona detrás de su obra" (2009, p. 16). Esta expresión ofrece una indicación precisa para mostrar cómo la obra termina restando importancia a los posibles desvíos políticos del autor, de tal suerte que en los análisis de carácter filosófico sea la obra el centro de la reflexión y no la persona en su esfera biográfica. La sentencia de Heidegger abre paso no solo a la clásica1 discusión en torno a la relación entre vida y obra de un filósofo, sino también al carácter problemático que puede surgir en la interpretación filosófica, en la medida que se cuestionen elementos a considerar cuando se interpreta el pensamiento de un filósofo. Lo que está en juego en esta discusión es el proceder mismo del intérprete y la importancia que se puede asignar a la vida de un pensador en el análisis filosófico2 de su obra.

La filosofía, como producto de un saber que recorre la historia, está necesariamente vinculada con la tradición conceptual de su mismo quehacer, bien sea para tomar distancia o para dar lugar a nuevos pensamientos, posiciones o perspectivas. Es preciso, entonces, dar un paso obligatorio: el diálogo con la tradición. Al considerar la relación entre vida y obra de un filósofo, no se puede entonces perder de vista la tradición filosófica en que éste está inmerso. En este contexto es importante considerar que una de las bases para hacer filosofía es reconocer las distinciones que existen entre diversos tipos de análisis e interpretación. Sólo es posible atender esta necesidad teniendo un amplio conocimiento de la tradición filosófica y de los conceptos fundamentales de esta disciplina. Adicional a ello, la misma forma en que un pensador desarrolla su trabajo debe dar indicaciones de un posible camino en el pensar filosófico.

La pregunta que surge es ¿qué debe tener en cuenta un filósofo para hacer un análisis filosófico? En sintonía con este cuestionamiento, las consideraciones acerca de la vida y la obra de un autor han tomado importancia en el siglo XX, ante todo en relación a la figura de Martin Heidegger3 (Collins, 2004, p. 9), al ser considerado como el filósofo más importante del siglo XX4, así como debido a la gran acogida que ha tenido su obra en el pensamiento filosófico contemporáneo. En este contexto es natural que su afiliación al partido Nacionalsocialista5, así como algunos sucesos de su vida durante el periodo 1931-1945 hayan llamado la atención de la comunidad académica mundial6.

Al respecto, Safranski, en Un maestro de Alemania. Heidegger y su tiempo, afirma que:

La historia de la vida y del pensamiento de Heidegger vuelve a ser una historia de Fausto. Es patente lo atractivo, fascinante y abismal de un especial camino alemán en la filosofía, de un camino que había de convertirse en acontecimiento europeo. Y finalmente, por sus andanzas políticas, Heidegger tenía también algo de aquel "maestro de Alemania" del que se habla en la poesía de Paul Celan (2000, p. 24).

Ante la majestuosidad de la obra y la figura misma de Heidegger, el reto para los intérpretes se centra en distinguir los distintos tipos de análisis posibles en el contexto del pensador y de su filosofía7. El presente trabajo pretende, por ello, llevar cabo un análisis de las perspectivas interpretativas acerca de Heidegger, que permita identificar las características de un análisis eminentemente filosófico, resaltando los elementos esenciales a considerar en este proceder. Es preciso indicar que no hay pretensión alguna en restar importancia a los diversos tipos de análisis, sino que en su lugar se procura contribuir a ampliar las perspectivas sobre las posibilidades que se ofrecen en la interpretación de los textos filosóficos de las obras de Heidegger.

En el contexto de la pregunta referida, surge otro elemento que evidencia el carácter problemático de muchos intentos de vincular aspectos biográficos con asuntos filosóficos: interpretar al filósofo desde las circunstancias culturales que determinaron su vida y vincularlas como fundamento de su pensamiento y obra8. Un ejemplo evidente de esta línea interpretativa lo encontramos en Farías:

Mi tesis central es la siguiente: cuando Martin Heidegger decidió ingresar al partido nacionalsocialista había recorrido ya un largo camino preparatorio, cuyo origen puede buscarse en el movimiento socialcristiano austriaco, de naturaleza conservadora y antisemita y en las expresiones que este movimiento encontró en la región donde nació Heidegger y donde comenzó sus estudios (Messkirch, Constanza) (1998, p. 30).

Este tipo de afirmaciones no va más allá de una condena al pensador, basada en su lugar y tiempo de nacimiento o en el contexto social al que pertenecía. Sin superar este tipo de modo interpretativo pueden surgir dos lecturas: 1) explicar la obra desde el contexto histórico-cultural del autor, lo que no tiene una directa conexión con la filosofía del pensador; 2) pretender defender aspectos de la vida de los autores (aunque sean indefendibles) desde la obra, realizando vinculaciones descontextualizadas o, simplemente, ignorando lo contenido en su pensamiento.

El grado de complejidad de la discusión en torno a los aspectos de la vida y la obra de Martin Heidegger involucra investigaciones y formas de interpretar dicha relación que siguen apareciendo en revistas especializadas y libros de filosofía9, lo que revela no sólo la pertinencia de la discusión, sino también las diversas posturas en torno a lo que sería la relación vida-obra del pensador. Los parámetros bajo los cuales se podría seguir el curso de una interpretación sólida y, ante todo, filosófica del pensamiento de Heidegger están todavía por establecerse definitivamente, debido al carácter hermético de muchos de sus escritos y a los diferentes registros de su vida personal10.

La obra de un filósofo y su vida contienen elementos que ameritan consideraciones interpretativas distintas: contexto, situación anímica, el espíritu de una época, la dificultad de estimar la verdadera naturaleza de un acto particular, de un comportamiento, y muchos otros asuntos que escapan a la percepción del intérprete. Esta diversidad de factores contribuye a las imprecisiones y, en un grado más amplio, a la especulación acerca de los posibles vínculos entre comportamiento cotidianos y el contenido de la obra, pues no hay un criterio único para analizar la vida de cada pensador. Sin embargo, aquello a lo que se puede otorgar un criterio claro de interpretación, con mayor rigurosidad disciplinar, es a las posturas filosóficas, a los conceptos11; en suma, a la obra en tanto expresión de un pensar.

Perspectivas de análisis y el denominado "caso Heidegger"

Las perspectivas de análisis del denominado "caso Heidegger" están determinadas básicamente por tres miradas, entre las cuales la tercera no ha tenido la misma resonancia que las primeras12: a) Los estudios histórico-documentales de la vida y obra de Heidegger, y b) la confrontación conceptual de la ideología nacionalsocialista con el pensamiento del filósofo (Rocha de la Torre, 2014). Estas posturas han llevado a distintas formas13 de concebir nociones de carácter socio-político en la interpretación del pensador alemán, en una dirección que sostiene una relación entre el pensamiento filosófico de Heidegger y las bases ideológicas del nacionalsocialismo. Se puede identificar también una mirada adicional14, que más allá de buscar una relación de la filosofía heideggeriana con el nazismo, pretende señalar el modo de responder filosóficamente a la pregunta por el sentido de la obra de Heidegger desde una perspectiva estrictamente conceptual.

Perspectiva histórico documental - los detractores de Heidegger

En las dos posturas principales, el análisis político de la obra se concentra en la afiliación de Heidegger al Partido Nacionalsocialista en 1933, así como en el periodo del rectorado y el respectivo discurso de asunción del cargo15. Estos sucesos de la vida del filósofo de Messkirch han suscitado diversas reacciones en el ámbito académico internacional; no todas, sin embrago, de orden estrictamente filosófico.

Los dos exponentes más sobresalientes de esta perspectiva son Víctor Farías y Emmanuel Faye, quienes en Heidegger y el nazismo y en Heidegger. La introducción del nazismo en la filosofía, respectivamente, desarrollan una postura considerada por muchos como desbordada y carente de análisis filosófico16. Las afirmaciones del autor chileno pueden reconocerse como apresuradas a la hora de confrontar las ideas filosóficas con las circunstancias históricas: presentan como argumentos vinculantes el aparente nazismo de Heidegger y el entorno social en el que éste creció. Al respecto Farias afirma, por ejemplo: "Cuando se estudia la relación entre un pensador y un sistema político, es necesario superar el cuadro de un análisis puro de las ideas y de las significaciones abstractas. En efecto, las ideas filosóficas y políticas, como tales, remiten no sólo al horizonte en que se presentan, sino también a la práctica objetiva de aquel que las defiende" (1998, p. 15).

A lo que parece referirse Farías con "el cuadro de análisis puro de las ideas y de las significaciones abstractas" es a la obra filosófica de Heidegger. En esta misma dirección, cuando agrega que "las ideas filosóficas y políticas no sólo remiten al horizonte en que se presentan", estima una relación presupuesta que se distancia hacia un ámbito ajeno a la filosofía, asignando un contexto político, en su sentido común, a las posturas filosóficas.

Resulta evidente el sentido que orientará gran parte del escrito de Farías: la vinculación del lugar de origen del pensador con el destino de su vida y obra. Lo que propone el autor chileno es establecer una ruta que vincule el contexto histórico de nacimiento y crianza del filósofo, con una postura filosófica determinada, que se encuentra en dirección opuesta a la apertura17 fundamental del pensamiento heideggeriano.

Faye, por su parte, interpela a Heidegger en la misma dirección de Farías, haciendo énfasis en el círculo de amigos de Heidegger y su correspondencia con ellos, así como en los vínculos entre algunos de ellos y el nazismo. Faye explica la forma de proceder de su perspectiva:

Nuestros análisis no se limitan a solamente los escritos de Heidegger, sino que se centran también en otros intelectuales comprometidos con el nacionalsocialismo con los que Heidegger intercambió correspondencia o mantuvo una relación particularmente estrecha (...) además, hemos estudiado los escritos de las personalidades que hasta el momento habían sido un tanto olvidadas, como Erich Rothacker, Rudolf Stadelmann, Erik Wolf y Oscar Becker (2009, p. 6).

La orientación de la cita se mantiene, en gran parte de la estructura, en concordancia con la intención general de Farías, quien se fundamenta en argumentos extraídos del ámbito personal de Heidegger, en el que se relacionan comportamientos de amigos, profesores y círculos sociales que rodeaban al filósofo, pero que no se refieren directamente a su filosofía. Faye concentra su atención, por ejemplo, en el aparente origen nazi de las regiones de donde Heidegger era oriundo, presentándolas como de indudable inspiración de ideales nazis. De manera insistente Faye recurre, tal como lo hace Farías, a cartas, discursos y actuaciones de colegas y amigos de Heidegger para señalar el "vínculo" de éste con el nacionalsocialismo.

Bajo esta misma perspectiva se encuentra Julio Quesada, quien critica a Heidegger asumiendo posturas muy cercanas a las de Farías y Faye. En una publicación de 2008 (el mismo año en que sale a la luz su Heidegger de Camino al Holocausto) Quesada sostiene:

No podemos, claro está, remitirnos en este corto espacio que dedicamos a un artículo a la médula de su investigación; pero sí queremos hacernos eco de algo realmente repugnante: 1) el flirteo filosófico de Heidegger con la eugenesia, y 2) la directa prohibición que como Rector acciona contra los académicos que no sean arios a la hora de participar en el volumen dedicado al homenaje-adhesión de la ciencia alemana al Führer (2008, p. 1).

En esta cita es posible identificar los lineamientos que rigen la interpretación de estos críticos, orientados fundamentalmente al aspecto biográfico y a rasgos particulares del desarrollo personal de Heidegger en determinados periodos de su vida. La principal fuente de interpretación de Quesada no es la obra filosófica de Heidegger, ya que se concentra principalmente en alocuciones y en palabras pronunciadas por el filósofo alemán en el Discurso del rectorado, para de esta manera construir vínculos entre otros personajes de la época y las ideas de Heidegger. Una muestra de este modo de proceder es señalada por Jacinto Choza en su análisis del cuadro expuesto por Quesada en su Formulaciones histórico-económicas, jurídicas y metafísicas:


Fuente: Quesada (2008, p. 37).

El cuadro permite apreciar la intención de Quesada de vincular a Heidegger con el Holocausto, y de esta manera desvalorar su filosofía insistiendo en las referencias a personajes cercanos al nazismo, y estableciendo cercanías en los términos utilizados. Sin embargo, es evidente que los nexos señalados están relacionados con aspectos biográficos y personales de Heidegger, que pueden invalidarse por sí mismos en la medida en que llegan a concluir un nexo del pensador con el Holocausto, que lejos de ser una posibilidad teórica, es una postura en contravía a una interpretación verdaderamente rigurosa: con este tipo de argumentos no es posible, procediendo filosóficamente, vincular la obra de Heidegger con el nazismo.

Las posturas filosóficas y el nazismo, ¿vínculos forzados?

El intento de encontrar nexos entre el nazismo y la filosofía heideggeriana se ha convertido en una tendencia, tal como refiere Trawny (2020, pp. 95-97). Recorrer el debate de los vínculos de Heidegger con el nacionalsocialismo se ha vuelto una necesidad para quien desee aproximarse al filósofo alemán. Una perspectiva que aporta a la comprensión de la relación de Heidegger con el nazismo es la que refiere al carácter mismo de la filosofía y de aquello que puede ser concebido como 'filosófico'. Como exponentes de esta línea interpretativa se encuentran Lacoue-Labarthe, Pöggeler, Zaborowski y Vattimo.

El aspecto más relevante de la controversia en torno al pensador alemán inicia con lo que Lacoue-Labarthe (citando a Heinrich W. Petzet18) denomina "la mayor estupidez" de Heidegger (2002, p. 25): afiliarse al Partido Nacionalsocialista en 1933. Lacoue-Labarthe señala la importancia de ser precavidos antes de emitir juicios en torno al 'caso Heidegger': preguntar por aquello que es concebido como filosofía (lo filosófico), así como por la posibilidad misma de ésta y, fundamentalmente, por qué es filosofía en Heidegger. Lacoue-Labarthe sostiene que en el pensador alemán hallamos un pensar que se encuentra más allá de la filosofía, no obstante el hecho de que Heidegger haya caído en el proceder metafísico cuando consideró en los años 1933/34 que el Partido sería el eje de transformación de la nación alemana. Lo señalado por Lacoue-Labarthe contribuye a sopesar la dificultad a la que se enfrenta un lector de Heidegger cuando debe poder diferenciar, además de las expresiones de su vida privada, lo filosófico en un sentido tradicional-metafísico y el pensar heideggeriano como algo que pretende superar la filosofía. Esto lo lleva a sostener que Heidegger se prestó19 a la filosofía en dos ocasiones:

La primera vez, de lleno y de un modo considerado absurdo, él lo sabía ya, por otra parte, y él mismo habló en privado de "la mayor estupidez" (die größte Dummheit) de su vida, fue precisamente en la circunstancia de su compromiso político de 1933-1934. La segunda vez, y ello no es quizá sino el reverso de este anverso, al servirse de Hölderlin y en menor medida de Trakl para dar el paso más allá del estricto cuestionar o del simple anuncio de "otro pensar", y llegar a producir los primeros esbozos de ese "otro pensar" (p. 25).

La manera en que el pensar de Heidegger pretende separarse de la forma tradicional de la praxis filosófica hace que su pensamiento sea difícil de localizar en las categorías filosóficas tradicionales, y hace aún mucho más difícil explicar un ámbito político en su proceder. Ahora bien, el mismo Lacoue-Labarthe afirma que "habitamos en tierra filosófica y no podemos sencillamente vivir en otra parte" (p. 17). Esta expresión, más que una respuesta, es la formulación de una dificultad evidente: no disponemos de otro lenguaje que no sea el filosófico para interpretar y reflexionar sobre las ideas expresadas por pensadores como Heidegger. La indicación de Lacoue-Labarthe permite pensar que Heidegger estaba obligado también a recurrir a conceptos filosóficos, si bien él mismo resaltaba los límites que el lenguaje imponía a su pensamiento20.

Lacoue-Labarthe señala la dificultad de considerar el pensamiento de Heidegger como una filosofía clásica de orden sistemático (como la de Hegel o Kant, por ejemplo), afirmando que las formulaciones heideggerianas no constituyen un sistema filosófico en sentido tradicional (p. 23). El pensar de Heidegger, que no se deja caracterizar simplemente como una filosofía o metafísica tradicional21, exige preguntar: ¿cómo es posible entonces analizar su pensamiento? ¿Qué es lo expresamente filosófico en él? ¿Qué elementos poseen carácter anecdótico o biográfico? Ante tales preguntas Lacoue-Labarthe afirma:

Mi hipótesis es ésta: por una parte, la envergadura y el estilo de su compromiso del 33 son, precisamente por tratarse de un compromiso, algo filosófico -incluyendo en ello enunciados de tipo filosófico y localizables como tales en la tradición. El compromiso del 33 viene de la idea de una hegemonía de lo espiritual y de lo filosófico sobre la hegemonía política misma (es el motivo de una Fükrung, o de los Führer), que nos conduce, al menos, hasta la basiléia platónica si no a Empédocles (p. 27).

La afirmación de Lacoue-Labarthe señala la caída de Heidegger en el tradicional proceder histórico del que él mismo quería tomar distancia. Esto permitiría apreciar una diferencia entre el pensamiento de Heidegger y su filosofía. Según el autor francés, lo esencialmente filosófico corresponde, a grandes rasgos, a lo sistemáticamente construido por la metafísica. Así se podría considerar un "Heidegger metafísico" que se dejó orientar por los ideales del Nazismo de 1933. Como afirmará Lacoue-Labarthe, habría una correspondencia entre las posturas "políticas" de Heidegger y la estructura metafísica tradicional, aunque por una vía diferente se podría encontrar el verdadero pensamiento del autor, quien en busca de lo "genuino" y lo "originario" propone una "destrucción" de la metafísica. Aquello que Lacoue-Labarthe denomina "el compromiso de Heidegger" asume un carácter metafísico-filosófico, que finalmente sería una clara indicación de la forma metafísica del pensamiento de Heidegger alrededor de 1933. Estas precisiones permiten identificar dos caminos diferentes en el proceder heideggeriano: por un lado el pensar y, por el otro, la tradición filosófica que refiere a la metafísica.

Heidegger, según Lacoue-Labarthe, cae en la metafísica al considerar que el programa nazi proporciona una orientación adecuada para salir de la decadencia en la que se encontraba el pueblo alemán, siguiendo una orientación hacia el fundamento que aparentemente brindaba el nazismo. En consecuencia, Heidegger consideraría, en la primera mitad de los años 30, que el nazismo sería el camino de Alemania y Europa para superar la decadencia y dar lugar a un nuevo inicio.

Para Lacoue-Labarthe, Heidegger estaba de alguna manera comprometido aún con la metafísica y consideraba, entonces, la ideología del Partido Nacionalsocialista como una concepción política viable que cumplía con su aspiración de cambio. Heidegger percibió, entonces, en el nazismo, una opción para el despliegue de sus ideales metafísicos, que fueron, sin duda, la razón principal de su error. El filósofo alemán erró, pero notó rápidamente su error: "En 1933, Heidegger no se equivoca. Pero sabe ya en 1934 que se ha equivocado. No sobre la verdad del nazismo sino sobre su realidad" (p. 36). Según esta postura, Heidegger tendría una concepción vinculada con ideales metafísicos22, que filosóficamente lo llevaron a considerar el nazismo como una alternativa. Lacoue-Labarthe insiste en afirmar que el periodo del "compromiso metafísico" fue corto y remite a una realidad social y política que podría ser analizada desde los preceptos y las convicciones comunes de la época. Con este contexto se puede considerar, entonces, que sus decisiones no denotan un error, sino una ilusión.

El filósofo francés sostiene, finalmente, que el compromiso de Heidegger está fundado esencialmente en la noción de "destino histórico"23. Bajo esta premisa es preciso considerar, entonces, la afirmación de Lacoue-Labarthe: "Estoy convencido, desde la lectura de los textos, que su compromiso político no procede ni del accidente ni del error y que hay que tratarlo en términos de falta -en el sentido de una falta, ante todo, pero no sólo, en relación con el pensamiento" (p. 149). Lo que presenta el filósofo francés ofrece una orientación clara en términos del talante del análisis, pues se concentra en la obra de Heidegger desde la cual identifica un caída en tanto que el filósofo alemán perdió el horizonte de su pensamiento fundamental: faltó al pensamiento al dejar atravesar ideas de corte político que desviaron su sendero fundamental.

Lo que exacerba aún más la posición de aquellos que asumen en Heidegger un "dolo", una filosofía al servicio de "la empresa más desalmada"24, como lo asevera Quesada (2008), un suicidio de la razón (según afirmará la teoría crítica), es la conexión directa con el Holocausto. El Holocausto añade al "caso Heidegger" un tinte aún más apasionado, ya que al pensar en la afiliación al Partido Nacionalsocialista del pensador alemán, se asocia con ello la función que cumplía un general de la Gestapo o de las SS. Está claro que Heidegger no tuvo un papel protagónico en las atrocidades que se llevaron a cabo en el nazismo, por lo que carece de base filosófica vincular los motivos que lo llevaron a afiliarse al partido y cumplir con sus cuotas, asistir a algunas reuniones etc.25, con el desarrollo de su pensamiento.

La interpretación de Lacoue-Labarthe evidencia otro importante elemento de análisis: el silencio de Heidegger en torno a la magnitud de los hechos y la responsabilidad atribuida por su condición de "intelectual" y pensador: "La cuestión es que dichos intelectuales, y en todo caso Heidegger, rechazaron admitir que, en el fondo, el deber del pensamiento incluía el afrontar esa cosa y el hacerse cargo de ella" (p. 48). Al respecto pregunta Lacoue-Labarthe: "¿Desde dónde podríamos criticar a Heidegger? ¿Desde qué punto de vista?" (p. 29). Que Heidegger no haya hecho referencia a su afiliación y a su periodo en el rectorado en 1934 ni ya finalizada la guerra, alimentó las suposiciones de seguir compartiendo el nacionalsocialismo con el que se relacionó en 1933. Este "silencio" es causa de múltiples reclamos dirigidos al pensador, y contribuyeron a alimentar supuestos26.

La forma en que Heidegger responde a su error político fue con acciones tales como, por ejemplo, de renunciar al rectorado. Conforme con Carrasco (2012), Heidegger expresa en Verdad y Provecho'"27 (Wahrheit und Nutzen) "con total nitidez" su consideración acerca de lo que terminó representando el partido político: "(...) el nacionalsocialismo de Hitler -o, para ser más precisos, cualquier nacionalsocialismo- al no estar fundado en ninguna idea que vaya más allá de la autoafirmación no tiene en realidad ninguna justificación" (p. 142). Al carecer de sentido y justificación, el nacionalsocialismo termina siendo otra forma de manifestación de la decadencia del mundo moderno, de la era de la técnica, del pensar calculador, en la medida en que termina siendo una postura sin fundamento, anclada en el olvido de la pregunta por el ser y en la concentración en la disponibilidad.

Resulta pertinente en este momento considerar el adagio de Valéry, usado por el mismo Heidegger en su correspondencia con Erhart Kästner: "Quien no puede atacar el razonamiento, ataca al razonador" (en Lacoue Labarthe, 2002, p. 28). Esta expresión tiene sentido explicativo para el "caso Heidegger"; su pensamiento es tan robusto y novedoso que resulta más fácil, y genera mayor visibilidad, discutir en torno a su biografía que hacerlo acerca de su obra, lo que lastimosamente termina siendo muy frecuente.

Lacoue-Labarthe ofrece importantes indicaciones para abordar y analizar el 'caso Heidegger'. Señala en una de ellas que es necesario examinar más cuidadosamente la obra del autor alemán y sus conceptos, máxime cuando se trate de abordar traducciones de su obra. Aunque el filósofo francés distingue entre lo anecdótico y lo filosófico, en algunos casos confiere carácter filosófico a elementos biográficos (la afiliación al Partido Nacionalsocialista, el discurso del rectorado, entre otros), afirmando que Heidegger se traicionó a sí mismo y se prestó a aquella filosofía metafísica que tanto despreciaba y refutaba. Del análisis de Lacoue-Labarthe destaca el reconocimiento del lugar del pensamiento de Heidegger en la historia de la filosofía, que le permite considerar los asuntos políticos en un nivel diferente al de su obra.

La política: Pöggeler

Otto Põggeler inicia su análisis considerando el papel de lo político en la actualidad y describiendo cómo ésta toma fuerza en tanto espíritu de la época: "En la actualidad hay poderosas tendencias que apuntan a aceptar el filosofar como algo politizado -sea como pionero o como acompañante en la lucha de las ideologías- o que tan solo se preguntan por la utilidad que quizás pudiera tener para la planificación y administración de nuestro mundo" (2006, p. 11).

Pöggeler sostiene que en la época actual se hace necesaria la toma de postura política por parte de los filósofos. Sin embargo, la dificultad en esta demanda radica en la forma de abordar lo político y establecer una participación de la manera más responsable: "El compromiso político fácticamente asumido por los filósofos, así como también la falta de compromiso de este tipo y sus consecuencias, plantean la cuestión de saber de qué manera la filosofía tiene que crear su relación con la política si desea asumirla responsablemente" (p. 12).

Lo que podría denominarse 'político' en Heidegger debe ser abordado de igual forma que ha sido tratado su pensamiento, es decir, indagando por su esencia, que no es más que seguir las indicaciones heideggerianas de atender al "fundamento" y la estructura constitutiva de los fenómenos. Esta consideración permite dar lugar a lo sostenido por Pöggeler: "Ya una primera mirada a la obra de Heidegger muestra que él no elaboró ninguna filosofía política pero que, sin embargo, dentro de los diferentes estadios de su pensamiento fue siempre, de variada manera, un filósofo políticamente comprometido" (p. 15). En este contexto se hace necesario aclarar que este compromiso no está directamente asociado con la noción contemporánea de política, que solamente logra distraer y banalizar el análisis de la concepción política en Heidegger. La 'política' por la cual Heidegger es juzgado y que está en el centro de variados análisis de su "caso" es de origen griego28, que es diferente a la noción de política de partidos y de pugna por el poder, enraizada en la modernidad.

Estas dos aristas de la noción de política, permiten establecer que el "engaño político" de Heidegger podría considerarse como un asunto al margen de su pensamiento si se tiene en cuenta que el corto periodo de rectorado no mantiene una coherencia con sus principales escritos posteriores. Siguiendo a Pöggeler se puede sostener que si bien Heidegger fue un filósofo políticamente comprometido, la noción de 'política' que determina dicho compromiso es mucho más esencial que aquella que rige en nuestros días.

Una visión más coherente de política en Heidegger se evidencia, por ejemplo, en lo afirmado por Rocha de la Torre: "Esta pregunta está inmersa, fundamentalmente, en la reflexión heideggeriana en torno al estado de la época moderna, caracterizada por el desarrollo acelerado de ciencia y técnica, y por el despliegue de un modo de pensar hegemónico determinado por el cálculo" (2004, p. 30). Esta concepción denota que Heidegger se distancia de la noción superflua de política establecida desde la época moderna, y desde la cual parece ser criticado.

Zaborowski: una perspectiva intermedia

Otra lectura de esta problemática es la realizada por Holger Zaborowski (2010), quien aboga por una doble constitución de la interpretación en torno a Heidegger: el acervo teórico-conceptual y el conocimiento histórico. Pero ¿estos elementos permiten realmente llevar a cabo una discusión filosófica? Frente a esta perspectiva Rocha de la Torre sostiene:

Se constituye en una muestra fehaciente del carácter aún abierto de la pregunta por la relación del filósofo con la ideología nazi y un llamado de atención a quienes -en uno u otro nivel- dan por cerrado el caso a través de veredictos formalmente incontrovertibles. No solamente el hecho de pasar por alto o no prestar la suficiente atención a una importante serie de matices del contexto social, cultural, político e incluso filosófico en el que se lleva a cabo la vinculación de Heidegger al partido, sino también en algunos casos la incomprensión de la complejidad del pensamiento heideggeriano y su desarrollo, así como el desconocimiento que se tiene, y que se tuvo en su momento, de importantes obras y documentos publicados tiempo después, o aún por aparecer a la luz pública (2014, p. 22).

Las precauciones y matices señalados tienden a perderse de vista por el apasionamiento que invoca la figura del pensador alemán y el contexto trágico del nacionalsocialismo. La relación que se espera entre la obra y las acciones políticas de Heidegger es de correspondencia; en general se esperaría que existiera una consistencia perfecta entre el pensador y sus acciones en diversos contextos; sin embargo, la complejidad de los diversos escenarios, tanto filosóficos como políticos, no puede ser obviada. Acudir a elementos biográficos en un análisis filosófico no resulta el camino más sensato, pues éstos pueden conducir en algunos casos29 a sostener la interpretación en argumentos "artificialmente" construidos, que incluso pueden ir en contravía de las afirmaciones más estructurales de la obra (por ejemplo, apertura, comprensión, verdad, etc.) en el caso de Heidegger.

Al respecto resulta útil discutir la posición de Gianni Vattimo cuando afirma (pensando en la defensa de Rorty a Heidegger) que: "(...) a mí no me parecía que la filosofía y quizá tampoco la misma ciencia fuera conocimientos objetivos de la 'realidad' existente ahí afuera, que pudieran separarse de la orientación existencial del filósofo o el científico" (2013, p. 15). Con esta afirmación el filósofo italiano concibe que no se busca retornar a una noción objetivista-moderna de la filosofía con la intención de defender a Heidegger, pretendiendo separar al científico de su objeto de estudio o de la misma "realidad". La postura de Vattimo refleja un grado de comprensión frente a las decisiones que rodearon a su maestro:

Ninguna simpatía por la opción nazi de Heidegger, obviamente. Pero total comprensión por su decisión de alinearse. Incluso en nombre de una errónea autointerpretación; Heidegger había visto correctamente las cosas al pensar la situación de su época como un encuentro entre potencias dominadas por el frenesí de la técnica, en versión capitalista o 'comunista' (p. 15).

La interpretación de Vattimo exalta la importancia de considerar la situación particular que atravesaba la época, a la vez que identifica a Heidegger como un filósofo comprometido con la transformación de la realidad, lo que lo condujo a tomar decisiones políticas no acertadas. Heidegger, acorde con el carácter de su filosofía30, estaba comprometido con encontrar un nuevo inicio para el pensar, y en este intento se apresuró a tomar decisiones sobre aquello que consideró una alternativa de trasformación, de la que rápidamente percibió que no tenía fundamento alguno.

Zaborowski asevera, en la misma dirección de Lacoue-Labarthe, que es inaceptable hacer afirmaciones sobre el 'caso Heidegger' desconociendo los postulados principales de su pensamiento, ya que es lo mínimo por hacer ante una obra voluminosa y compleja como la de Heidegger. Es por esto que se hace necesario el máximo de rigor a la hora de realizar asociaciones entre aspectos de la vida y las posturas filosóficas del pensador. Es mucho más consistente interpretar los sucesos objeto de discusión como una traición a su pensamiento, antes que pretender desvalorizar la totalidad de la obra a causa de un error político.

Lo que resulta muy cuestionable son algunas de las posturas de Faye y Farías, en las que no solo se distorsionan los ejes fundamentales de la obra del pensador alemán, sino también en las que se pretende vincular en su obra filosófica los rasgos criminales del nacionalsocialismo a partir del abordaje de situaciones políticas del momento, del lugar de crianza, del contexto familiar etc., hasta el extremo de concebir una tendencia histórica de la filosofía de Heidegger hacia ideales nazis31.

Los cuadernos negros

En el estudio de la polémica acerca de la vinculación de Heidegger con el nacionalsocialismo es inevitable referirse a los "Cuadernos negros", que sin duda producen un giro en la discusión, sin conducir, no obstante, hacia una versión final del llamado "caso Heidegger". Desde su edición alemana en 2014, los Cuadernos negros se convierten en fuente obligatoria de estudio de la obra del filósofo alemán y su relación con el fenómeno del antisemitismo. Pese a esta posible relación, es importante aclarar que esta serie de escritos abordan también temáticas ajenas al mencionado fenómeno, tales como el arte, la historia, la figura y comprensión de otros pensadores, la filosofía, etc. Esta amplitud temática permite considerar que el antisemitismo es solo un asunto más de la obra y no, como parecería en un primer momento, su núcleo. Los "Cuadernos negros" son, por tanto, en esencia, una obra de carácter eminentemente filosófico, por lo que deben ser tratados como tal, sin restar importancia a su alcance:

Não se trata de anotações descuidadas, de um conjunto de rascunhos de ideias a elaborar. Trata-se, antes, de um material acabado, cuidadosamente lapidado ao longo dos seus mais de quarenta anos de elaboração. Com efeito, os primeiros manuscritos datam de 1931, do início da fase caracterizada pelo pensamento onto-historial, e os últimos datam do mesmo ano de sua morte, em 1976. (Coli e Giubilato, 2021, p. 8).

Los "Cuadernos negros" son y deben ser considerados una obra filosófica, y en ese sentido interpretarse como tal, lo que implica que no representan de entrada la identificación de Heidegger con el nazismo ni que sus ideas puedan enmarcarse dentro del mismo horizonte de la política entendida por el Tercer Reich. Es cierto que los "Cuadernos negros" contienen expresiones que hacen referencia a la judaización y al nacionalsocialismo, lo que debe ser abordado cuidadosamente y contextualizado en un nivel acorde con la profundidad del pensador. Con este marco de referencia son relevantes las palabras de Donatella Di Cesare (2017), apoyadas en lo sostenido por Safranski en Un maestro de Alemania. Martin Heidegger y su tiempo:

El segundo argumento subraya la distancia de Heidegger respecto del "delirante sistema ideológico" de los racistas. Su nacionalsocialismo era, en palabras de Safranski, "decisionista". "Lo fundamental para él no era la descendencia, sino la decisión. El hombre no ha de juzgarse por su "estar arrojado", sino por su "proyecto". Al construir un "nuevo mundo espiritual" no se proponía "excluir" a los otros. Ninguna vecindad, pues, con el antisemitismo "grosero e ideológico". Y mucho menos con aquel antisemitismo "espiritual" al que le parecía percibir un "espíritu judaico" del que había que defenderse. Como mucho, una cierta propensión, sólo académica, a compartir el "antisemitismo de rivalidad" de quienes observaban con preocupación el peso aplastante de los judíos en las universidades y hablaban del peligro de una Verjüdung, una judaización (p. 18).

Conclusión

El propósito de este trabajo ha sido el de establecer un punto de análisis acerca de la discusión en torno a la relación del pensamiento de Heidegger con el nacionalsocialismo y con el antisemitismo, poniendo en duda algunas interpretaciones carentes de suficiente rigor filosófico. Resulta incomprensible que los aportes hermenéuticos, fenomenológicos y ontológicos realizados por Heidegger sean objeto de minusvaloración debido al carácter inquisidor de algunos trabajos como los realizados por Farías. Con este contexto es fundamental identificar con claridad cuándo se está haciendo un análisis filosófico y cuándo el estudio se convierte en un asunto de equivalencias arbitrarias o vínculos forzados.

El acercamiento a la obra de Heidegger, incluyendo especialmente los Cuadernos negros, debería conservar una perspectiva filosófica amplia que permita, además del estudio en torno al nacionalsocialismo, el acceso a la multiplicidad de riqueza interpretativa que poseen, garantizando la apertura suficiente ante lo que se expone en la obra, de tal suerte que sea el pensamiento el que guie la interpretación y no el apresuramiento ante un hecho polémico.

Con el pasar del tiempo la interpretación del "caso Heidegger" se ha tornado mucho más sensata en términos del nivel filosófico de la discusión, tanto en los argumentos a favor como en contra, sin que con ello se haya cerrado la controversia. En este sentido es fundamental que las futuras investigaciones tengan presente los antecedentes del debate, de tal suerte que puedan evaluar los puntos de vista que aportan al descubrimiento filosófico, distanciándose de la polémica momentánea: el pensamiento requiere de una actitud de apertura para descubrir el profundo valor que tiene la obra de Heidegger para la comprensión del mundo contemporáneo.

Referencias

Badiou, A. y Cassin, B. (2011). Heidegger: El nazismo, las mujeres y la filosofía. Buenos Aires: Amorrortu.

Beistegui, M. (2013). Heidegger y lo político. Distopías. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

Borrelli, M. (2020). La historia de la humanidad interpretada de manera humanista. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), 75-89. https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.11959

Carrasco, E. (2012). Heidegger y el Nacionalsocialismo. Santiago de Chile: Catalonia.

Choza, J. (2010). Heidegger y El Holocausto. Heidegger y el nazismo. Observaciones a Julio Quesada. Thémata. Revista de Filosofía, 43, pp. 555-573. https://revistascientificas.us.es/index.php/themata/article/view/541

Crowell, S. (2020). Nunca hemos sido animales. El posthumanismo de Heidegger. Cuestiones de Filosofía, 6 (26), pp. 165-193. https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n26.2020.11506

Coli, A. y Giubilato, G. (2021). A figura de Nietzsche nos Cadernos Negros (1931-1948) de Heidegger. Uma abordagem hermenêutica. Voluntas: Revista Internacional de Filosofia, 12 (1), e7. https://doi.org/10.5902/2179378664684

D'Alberto, F. (2005). Biografia efilosofia: la scrittura della vita in Wilhelm Dilthey. Milano: FrancoAngeli.

Escudero, J. (2014). Heidegger y los Cuadernos Negros. España: Herder.

Farías, V. (1998). Heidegger y el nazismo. Madrid: Akal.

Faye, E. (2009). Heidegger. La introducción del nazismo en la filosofía. En torno a los seminarios inéditos de 1933-1935 (O. Moro Abadía, Trad.) Madrid: Akal .

Heidegger, M. und Kästner, E. (1986). Briefwechsel 1953-1974. Frankfurt a. M.: Insel-Verlag.

Heidegger, M. (1994). La cosa (E. Barjau, Trad.). Conferencias y artículos (pp. 143-162). Barcelona: Ediciones del Serbal.

Heidegger, M. (1996). La autoafirmación de la Universidad alemana (R. Rodríguez, Trad.). Madrid: Tecnos.

Heidegger, M. (1997a). Besinnung. Frankfurt a. M.: Vittorio Klostermann.

Heidegger, M. (1997b). Ser y tiempo (J. Rivera, Trad.). Santiago de Chile: Editorial Universitaria .

Heidegger, M. (2000). Los problemas fundamentales de la fenomenología (J. J. García Norro, Trad.). Madrid: Trotta.

Heidegger, M. (2003a). ¿Qué es metafísica? Madrid: Alianza

Heidegger, M. (2003b). Aportes a la filosofía: acerca del evento (D. Picotti, Trad.). Barcelona: Biblos.

Heidegger, M. (2005a). Parménides (C. Masmela, Trad.) Madrid: Akal Ediciones.

Heidegger, M. (2005b). ¿Qué significa pensar? Madrid: Trotta.

Heidegger, M. (2007a). Los conceptos fundamentales de la metafísica: mundo, finitud, soledad; [curso de Friburgo, semestre de invierno 1929-1930]. Madrid: Alianza .

Heidegger, M. (2007b). Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo. Madrid: Alianza.

Heidegger, M. (2008). Ontología hermenéutica de la facticidad (J. Aspiunza, Trad.). Madrid: Alianza .

Heidegger, M. (2009). Serenidad (Y. Zimmermann, Trad.). Barcelona: Ediciones del Serbal .

Lacoue-Labarthe, P. (2002). La ficción de lo político. Heidegger, el arte y la política (M. Lancho, Trad.). Madrid: Arena.

Leyte, A. (2017). Heidegger: el fracaso del ser. Barcelona: Batiscafo.

Pöggeler, O. (2006). Filosofía y política en Martin Heidegger. México: Coyoacán.

Quesada, J. (2008). Heidegger de camino al holocausto. Madrid: Biblioteca Nueva.

Rocha de la Torre, A. (2014). Heidegger: ¿introducción del nacionalsocialismo en la filosofía? una reflexión en contravía. Franciscanum, 52 (162), pp. 19-49. http://www.scielo.org.co/pdf/frcn/v56n162/v56n162a02.pdf

Safranski, R. (2000). Un maestro de Alemania. Martín Heidegger y su tiempo. Barcelona: Tusquets.

Sloterdijk, P. (2011). Sin salvación: tras las huellas de Heidegger. Madrid: Akal .

Trawny, P. (2014). La fuga del error. Barcelona: Herder.

Trawny, P. (2015). Heidegger y el mito de la conspiración mundial de los judíos. Barcelona: Herder .

Trawny, P. (2020). Heideggers Denken. Anmerkungen zur Rezeptionsgeschichte der Philosophie. Cuestiones de Filosofía, 6 (27), pp. 91-109. https://doi.org/10.19053/01235095.v6.n27.2020.12021

Vattimo, G. (1987). Introducción a Heidegger. Barcelona: Gedisa.

Vattimo, G. (2013). De la realidad: Fines de la Filosofía. Barcelona: Herder .

Wolin, R. (1991). Herbert Marcuse and Martin Heidegger: An Exchange of Letters. New German Critique, 53, pp. 28-32. https://doi.org/10.2307/488243

Zaborowski, H. (2010). «Eine Frage von Irre und Schuld?» Martin Heidegger und der Nationalsozialismus. Frankfurt a. M.: Fischer.

Notas

Este artículo deriva del proyecto de investigación "La apertura y la posibilidad en Heidegger", realizado en el Grupo de investigación Diánoia.
1 Cfr. D'Albert (2005).
2 Quizás sea pertinente referir a la afirmación de Heidegger de que sus escritos no son solo obras, sino caminos (Wege, nicht Werke), tal como reza el lema de toda su Gesamtausgabe.
3 Véase, por ejemplo, Alain Badiou y Barbara Cassin (2011), y Sloterdijk (2011).
4 Cfr. Lacoue-Labarthe (2002, p. 9) y Vattimo (2013).
5 Por ejemplo, Zaborowsky (2010) y Lacoue-Labarthe (2002).
6 Ver Rocha de la Torre (2014).
7 Dado que es posible desarrollar también análisis de tipo histórico, antropológico, socioló gico e incluso psicológico, entre otros (Heidegger, 1997b, p. 33).
8 Como lo hacen Faye (2009), Farías (1998) y Quesada (2008).
9 Véase, por ejemplo, Rocha de la Torre (2014), Zaborowski (2010), Trawny (2014), de Beistegui (2013), Escudero (2014) y Leyte (2015), entre otros.
10 Como alocuciones festivas, correspondencia con su hermano Fritz, el discurso del Rec torado (1933) y el silencio ante las acciones del nacionalsocialismo.
11 Por ejemplo, Dasein, ser-en-el-mundo, cuidado, temporalidad, caída, autenticidad, tem poralidad y temporeidad.
12 Existe una tercera interpretación, que a diferencia de las primeras dos no ha tenido igual resonancia (cfr. Rocha de la Torre, 2014).
13 Como las ya mencionadas posturas de Farías, Faye, Quesada o, por ejemplo, las últimas publicaciones de Trawny (2015).
14 Entre ellos véase Rocha de la Torre (2014), la respuesta de Corti a Farías, y la concepción de un "Heidegger más allá del Nazismo" de Carrasco (2012).
15 Véase, Martin Heidegger (1996).
16 Al respecto, como Farías lo señala en su prólogo a la edición española de Heidegger y el nazismo: "H. G. Gadamer sólo pudo encontrar en mi trabajo 'ignorancia', 'superfici alidad grotesca', en resumen: un 'embrollo mental'. J. Derrida llegó a afirmar que yo no había leído a Heidegger 'ni una hora', algún crítico 'progresista' alemán me comparó con un 'perro de presa' y otro, que no lo era tanto, incluso con Judas" (1998, p. 4).
17 Cfr., por ejemplo, Parménides (2005a), Los conceptos fundamentales de la metafísi ca (2007a), ¿Qué es metafísica? (2003a), Prolegómenos para una historia del tiempo (2007b), Ontología. Hermenéutica de la facticidad (2008).
18 En su Prefacio a Martin Heidegger-Erhart Kästner (1986, p. 10).
19 Lacoue-Labarthe usa el término 'prestarse' para referirse a una caída de Heidegger en la metafísica que pretendía superar.
20 Es posible identificar esta dificultad ante todo en la etapa posterior a la Kehre, donde Heidegger se concentra en el lenguaje, y acude a expresiones como Ereignis, 'la cosa', el lenguaje mismo y su esencia etc. (Heidegger, 2003b; 1994).
21 Véase, por ejemplo, Fundamentos filosóficos de la mística medieval (1918/19), al cual siguen Introducción a la fenomenología de la religión (en 1920/21), posteriormente, Identidad y diferencia (1955) y, principalmente, Introducción a la metafísica (1935). A lo largo de su obra Heidegger plantea una diferencia radical ante la filosofía metafísica, a la que califica en términos de onto-teología.
22 Lacoue-Labarthe se refiere básicamente al ideal de historia, relacionado con la búsqueda de un fundamento o con la concepción de un destino histórico (2002, p. 47).
23 Esta no es solamente una concepción propia de Heidegger; expresa gran parte de la tradi ción alemana, incluyendo Hegel y Marx, por ejemplo (Lacoue-Labarthe, 2002, p. 156).
24 Efectivamente son innegables las atrocidades cometidas por el nacionalsocialismo, sin embargo, no por esto se puede vincular de manera directa la totalidad de la obra de un pensador con un hecho histórico trágico.
25 Esto es reseñado por Lacoue- Labarthe (2002), Põggeler (2006), Vattimo (2013) y Safranski (2000).
26 Marcuse, tal como lo expresa en la carta del 28 de marzo de 1947, esperaba de Heideg ger algún pronunciamiento sobre los acontecimientos fruto del nacionalsocialismo para que sus amigos y estudiantes pudieran tener alguna explicación sobre sus actuaciones (Wolin, 1991, p. 28).
27 Ver Carrasco (2012, pp. 139-141).
28 Cfr., por ejemplo, Borrelli (2020) para precisar detalles en torno a la noción de lo político en el mundo griego, en especial las pp. 78 y 79.
29 Como los ya expuestos por Faye, Farías y Quesada.
30 Vattimo resalta el carácter emancipador de la Hermenéutica, considerando que este sen tido emancipador se encuentra en Ser y tiempo (2013, p. 18). Puede sostenerse, entonces, que tal vez fue ese mismo pensamiento emancipador la que condujo a Heidegger hacia un error político.
31 Véase Farías (1998) y Faye (2009).
Cómo citar: Beltrán, J. (2023). Heidegger y lo político: La vida y la obra. Cuestiones de Filosofía, 9 (33), 77-100. https://doi.org/10.19053/01235095.v9.n33.2023.13912
HTML generado a partir de XML-JATS4R por