Reseña Bibliográfica
Esta reseña señala la forma como Raúl Fornet-Betancourt describe una historia alternativa a la filosofía europea, resaltando la historia de la filosofía china, latinoamericana y africana, por ejemplo. Tres son los puntos fundamentales de este escrito: 1) la concepción de la filosofía sostenida por el autor, 2) la teoría de la historia de la filosofía que sustenta la reflexión de Fornet-Betancourt, 3) los modelos de teoría liberadora en la historia de la filosofía europea.
La primera parte del libro del Prof. Fornet-Betancourt está centrada en la concepción filosófica que permite pensar otras perspectivas de la historia de la filosofía. Esta concepción está sustentada básicamente en tres pilares: a) la idea proveniente de la filosofía platónica y aristotélica, según la cual el asombro es un estado propio del quehacer filosófico; b) la idea de la afección, que surge de la experiencia humana en el marco de problemas sociales y políticos tales como la libertad, la justicia, la igualdad, etc.; c) la idea de que la filosofía es confrontación crítica con la historia y la realidad. El autor resalta en este contexto que los problemas sociopolíticos han estado presentes a lo largo de la historia y siguen siendo una problemática vigente en la Europa actual. Guiado por esta realidad, Fornet-Betancourt tiene como objetivo concebir la filosofía a través de la figura "responsiva" del pensar filosófico, lo que quiere decir que mediante el discurso se pretende responder a algo o a alguien, y que mediante la búsqueda de respuestas a los interrogantes, también la réplica y contradicción se expresan como formas de inconformismo y como maneras de reconstruir otra perspectiva de la historia.
Tomando la afección como un nuevo hilo conductor en la concepción de la filosofía, se indica cómo dicha idea posibilita rastrear y traer a presente una historia alternativa de la filosofía. Esto es posible en la medida en que la afección abre un camino nuevo para poder observar, por ejemplo, que los textos antiguos son el resultado de un contexto crítico de la realidad y de la historia en que viven los hombres. Con este marco de referencia, el autor resaltará la existencia de dos contextos de carácter hermenéutico, que permitirán la búsqueda de un nuevo modelo de historia de la filosofía: a) el contexto del lugar en que se vive, b) el contexto de lo transmitido por medio de la escritura.
En la segunda parte del libro se presenta con claridad la teoría de la historia de la filosofía que sustenta el trabajo del autor. Se parte de la aclaración de que la propuesta no busca establecer una historia de la filosofía en tanto disciplina o fenómeno historiográfico en el que se suplante la historia ya existente, sino que pretende reconstruir una historia de la filosofía en tanto problema y reflexión filosófica, en la que la misma filosofía cumpla el rol de problematizar la historia y, de esta manera, dé un paso necesario para el reconocimiento de sí misma.
A lo largo de esta obra de Fornet-Betancourt se puede apreciar cómo la historia de la filosofía, concebida desde su carácter problematizador, permite concebir el ejercicio del filosofar como un proceso de comprensión y transformación de la realidad, que posibilite afrontar los problemas marcados por el tiempo y el contexto. Se propende, entonces, por un filosofar en torno a perspectivas marginadas o excluidas, y en el marco de una reflexión que sea la expresión del postulado kantiano de "pensar por sí mismo", lo que podría facultar la interpretación y reflexión del filósofo desde su propio apropiamiento de la historia.
Esto no quiere decir que el autor se incline por una especie de aislamiento o intento arbitrario de establecer una historia "subjetiva" de la filosofía, sino que busca, de manera diferente, que en ésta pueda evidenciarse un modo diferente de pensar la realidad, en contraposición a la historia lineal en la que diversas tradiciones filosóficas se superponen hasta resultar en la historia de la filosofía hasta hoy transmitida en Occidente. De esa manera, sería posible evitar el marginamiento de otras posibilidades de ver e interpretar nuestro presente.
Es por todo esto que se intenta mostrar la historia de la filosofía como un momento de liberación en la reflexión filosófica, tradicionalmente sumergida y subordinada al abordaje disciplinar de dicha historia, que tal como ya ha sido señalado se mueve alrededor de ideas, argumentos y obras filosóficas que no pretenden ser realmente liberadoras. Ahora bien, una historia de la filosofía, que desde una comprensión histórico-contextual permite el desarrollo sistemático y metodológico alrededor del "pensamiento responsivo" ya mencionado, debe buscar como in la apropiación de tradiciones filosóficas que incidan en la construcción de una realidad transformadora y, por ende, liberadora.
Continuando con la segunda parte del texto, que expone la concepción de filosofía abordada por Fornet-Betancourt, el autor aborda la teoría hegeliana de la historia de la filosofía, la cual se manifiesta como la continuación y sistematización de la propuesta kantiana: el "pensar por sí mismo" es concebido, en el pensamiento de Hegel, como la realización filosófica. Posteriormente se llevará a cabo un debate y una crítica a la propuesta hegeliana de la historia, para abrir paso a la perspectiva del autor.
Siguiendo el principio kantiano de "pensar por sí mismo" (filosofar), se da paso a los postulados de Hegel y del propio autor del texto aquí reseñado. Kant pretende que la historia de la filosofía sea un lugar de reflexión filosófica para aquellos que busquen servirse de las fuentes mismas de la razón, ya que, como es sabido, el filósofo de Königsberg ve en aquellos que hacen uso de la razón, la más clara posibilidad de redactar una historia de la filosofía que no esté bajo la imposición de un orden cronológico rígido, sino que esté basada en la sucesión natural de las ideas (conceptos) que surgen del desarrollo de la razón humana.
Por otra parte, continuando con esta idea de estirpe kantiana, Hegel considera también la necesidad de que la historia de la filosofía esté inmersa en la dinámica de realización de la razón filosófica, y no que simplemente se limite a ser una disciplina reducida a un relato de opiniones casuales y ociosas, que en lugar de otorgar un carácter positivo a la filosofía, la convierta en lo contrario, y que de esta manera la determine como algo inútil y carente de sentido. Es por esta razón que el autor retomará el fundamento base de la teoría hegeliana acerca de la historia de la filosofía como realización de la razón filosófica, pero sostendrá que solo abordará esta concepción, y no otros aspectos de la filosofía hegeliana como la crítica o la reconstrucción de una historia de la filosofía.
Más allá de la mencionada propuesta de Hegel en la que se fundamenta el escrito, es preciso describir de qué manera, posteriormente, y mediante una confrontación con el propio Hegel, el autor tomará distancia de éste con el ánimo de postular y precisar su propia concepción. Cabe resaltar que Hegel muestra la historicidad de la filosofía como algo externo, en donde la historia es subordinada a la razón pensante, concebida por él como el verdadero sujeto de la historia de la filosofía. El filósofo plantea, además, que el contenido de tiempo, contexto e historia real, son elementos que dan sustento a su postulado filosófico. En este sentido, Fornet-Betancourt señala que la razón pensante solo es una parte del carácter interno de la filosofía, que busca articularse como un pensamiento crítico-liberador y responsivo de cada época.
Otra concepción que será criticada por el autor, es la de la razón pensante concebida por Hegel como verdadero sujeto de la historia de la filosofía, en el que la historia se convierte en una disciplina que busca sustentar la lógica interna de la razón en un orden lógico que asegure la continuidad de ésta en la marcha histórica de la filosofía. La crítica de Fornet-Betancourt a este planteamiento surge en la medida en que él percibe que en dicha historia de la filosofía el establecimiento de ésta como disciplina traería consigo una negación de la cultura filosófica de la reflexión. Adicionalmente, Fornet-Betancourt considera que la razón pensante se despliega en contra del verdadero carácter de la filosofía, puesto que no permite una cultura de reflexión que posibilite abordar la realidad de cada época mediante la lucha de sistemas, sino que intenta describir un sucesión de épocas conectadas, cuya única misión sería la de transmitir el desarrollo de la idea absoluta, y con ello, tal como ya ha sido afirmado, la configuración de una disciplina que oculta la auténtica historicidad de la filosofía.
Con este marco de reflexión se entra también en discordia con la perspectiva hegeliana de excluir algunas posturas filosóficas que, por el contrario, podrían ser realmente una alternativa en el desarrollo de la historia de la filosofía (como lo era, por ejemplo, la filosofía popular), dado que Hegel se inclina, finalmente, hacia su concepción del desarrollo monológico de la historia de la filosofía. Esto propicia que Fornet-Betancourt señale que las filosofías marginadas o rechazadas pueden salir de esa concepción monológica hegeliana, y tienen el poder de hacer parte del intercambio y de la controversia filosófica que faculta el desarrolla de una historia de la filosofía en tanto diálogo interfilosófico.
Más adelante, el autor rechaza tanto la idea hegeliana del inicio de la filosofía en occidente -que niega de manera rotunda la posibilidad del nacimiento de la misma más allá de los límites del mundo occidental- como la adaptación de este inicio en el mundo helénico a la estructura monológica de la historia de la filosofía ya propuesta por el pensador alemán, puesto que termina siendo una imposición que rechaza el diálogo necesario entre diversas filosofías.
En la tercera parte del libro se traerán ejemplos de modelos de teoría liberadora en la historia de la filosofía, como una contribución a la reconstrucción de una historia alternativa de la misma. No se pretende, sin embargo, substituir la historia hasta ahora conocida, sino que se intenta indicar la complementariedad y el significado propio que las tradiciones olvidadas pueden tener en el desarrollo de una nueva configuración de la historia de Europa, en contravía a lo establecido y a las filosofías dominantes.
La filosofía liberadora busca, entonces, tomar distancia de aquellas tradiciones que se han impuesto desde siempre, pues contrariamente a éstas brinda la oportunidad de pensar desde una opción de filosofía alternativa, que desde una tradición de filosofía política busca reconocer la opinión pública en un momento histórico determinado. De este modo, se indaga por el desarrollo de una filosofía liberadora que atraviese la escena pública y la transforme en una praxis pública de la razón filosófica.
Para finalizar, se presentan los modelos de teoría filosófica liberadora, que pese a haber influido en su momento histórico, han sido posteriormente marginados o abandonados:
En conclusión, el autor busca reconocer la pluralidad histórica en la historia de la filosofía, esperando que a través de ésta surja una mayor autocrítica que permita transformar el pensamiento y liberarlo de aquellas tradiciones que limitan el desarrollo filosófico. Asimismo se espera que sea posible reconocer la limitación ínsita de no ver lo que hay más allá de aquello que los sentidos simplemente muestran. Esta actitud abriría la posibilidad de un diálogo que se pueda llevar a cabo con la filosofía de otros contextos y lugares.
Notas