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Recepción: 23 Enero 2024
Aprobación: 27 Septiembre 2024
Publicación: 01 Octubre 2024
Resumen:
Conocer a los alumnos que ingresan en el Plantel Cuauhtémoc de la Universidad Autónoma del Estado de México, permite establecer un perfil, que genere y mejore estrategias de enseñanza y servicios de ayuda al estudiante con el objetivo de disminuir el rezago educativo, la reprobación y la deserción escolar.
Desde hace años los estudiantes de nivel medio superior al ingresar al Plantel “Cuauhtémoc” de la Escuela preparatoria de la UAEM completan un estudio socioeconómico en el SITAA, y dicho sistema contiene los resultado obtenidos en el examen del EXANI-I, los resultados de ambos, es visualizado de forma individual por los tutores asignados a los estudiantes, sin embargo, resulta crucial analizar el conjunto de datos y elaborar un perfil del estudiante del Plantel, con la finalidad de conocer de manera global sus características tanto en los ámbitos económicos, sociales, familiares, culturales, hábitos de estudio, habilidades e incluso conocimientos, por género, como factores predictivos de su rendimiento escolar durante su permanencia en el nivel medio superior, el conocimiento sobre los estudiantes permitirá, establecer estrategias de reforzamiento, no solo individuales sino grupales desde la tutoría académica, así como la implementación de nuevas formas de abordaje y canalización a los demás servicios que se ofertan en apoyo a los estudiantes, privilegiando la atención con calidad, eficiencia y equidad.
Para este perfil de estudiantes se analizaron los resultados de una investigación tipo documental-descriptiva, donde participaron 1105 dicentes, inscritos en el tercer y quinto semestre en el Plantel Cuauhtémoc de la UAEM, durante el periodo 2021B, con edades entre 15 y 18 años, ambos turnos, e identificados con el género femenino, masculino, no binario y fluido.
Palabras clave: Perfil, Género, Nivel Socioeconómico, Desempeño Académico.
Abstract:
Knowing the students who enter the Cuauhtémoc Campus of the Autonomous University of the State of Mexico, allows establishing a profile, which generates and improves teaching strategies and student support services with the aim of reducing educational lag, failure and school dropout.
For years, upper secondary level students, upon entering the "Cuauhtémoc" Campus of the UAEM Preparatory School, complete a socioeconomic study in the SITAA, and said system contains the results obtained in the EXANI-I exam, the results of both, is visualized individually by the tutors assigned to the students, however, it is crucial to analyze the data set and develop a profile of the Campus student, in order to know their characteristics in a global way, both in the economic and social spheres. , family, cultural, study habits, skills and even knowledge, by gender, as predictive factors of their school performance during their stay in the upper secondary level, knowledge about students will allow establishing reinforcement strategies, not only individual but group from academic tutoring, as well as the implementation of new ways of approaching and channeling Other services are offered to support students, prioritizing care with quality, efficiency, and equity.
For this profile of students, the results of a documentary-descriptive investigation were analyzed, where 1105 students participated, enrolled in the third and fifth semester at the Cuauhtémoc Campus of the UAEM, during the period 2021B, aged between 15 and 18 years. both turns, and identified as female, male, non-binary, and fluid.
Keywords: Profile, Gender, Socioeconomic Level, Academic Performance.
Introducción:
La transición de un nivel educativo a otro conlleva una serie de cambios que juegan un papel importante en el desempeño académico de los que ingresan a bachillerato. Es crucial identificar de primera instancia sus características sociales, culturales, económicas, así como sus habilidades, desempeño, escuelas de procedencia, entre otros, así como las diferencias de género desde el inicio del ingreso, que permitan establecer un perfil a fin de proponer estrategias de intervención desde la tutoría académica, encaminadas a disminuir el riesgo de rezago y abandono. Así como romper las posibles brechas de desigualdad ocasionadas por las diferencias en los factores antes mencionados.
Entre los requisitos para ingresar a la educación media superior es indispensable contar con el certificado de secundaria; además, la mayoría de las escuelas -privadas y públicas- exige la presentación del Examen Nacional de Ingreso a la Educación Media Superior (EXANI I) que está a cargo del Centro Nacional de Evaluación (CENEVAL) El CENEVAL diseña, elabora y aplica exámenes que miden y evalúan los conocimientos y habilidades que son resultado de la formación académica de diversos programas educativos. Con ello, informa acerca de los resultados en la formación académica de los profesionales que prepara la sociedad; evalúa la calidad de la educación y permite determinar acciones eficaces para mejorarla; da a conocer al sustentante el nivel de formación que ha alcanzado; desarrolla instrumentos de evaluación de uso particular y exclusivo, y establece convenios de evaluación con instituciones educativas y organismos públicos y privados (SEP, 2000) mismo que evalúa las habilidades y competencias fundamentales, así como los conocimientos indispensables que debe tener quien ha concluido la educación básica y aspira a continuar sus estudios de educación media superior, el EXANI-I que se concretan en medir:
Por otra parte, los estudiantes al ingreso y ser registrados en Sistema Institucional de Tutoría Académica y Asesoría (SITAA) de la Universidad Autónoma del Estado de México, deben completar el estudio socioeconómico que abarca los apartados:
Para conocer y explicar el fenómeno del desempeño académico, es necesario definir el término y determinar las variables que influyen para que un estudiante logre éxito o fracaso en la escuela. En ese sentido, de acuerdo con Alves y Acevedo (1999, p. 81) se entiende por desempeño académico “el resultado del proceso de aprendizaje, a través del cual el docente en conjunto con el estudiante puede determinar en qué cantidad y calidad, el aprendizaje facilitado, ha sido interiorizado por este último”. Por su parte Retana (2006) lo conceptualiza como una nota numérica que obtiene un estudiante como resultado de una evaluación que mide el producto del proceso enseñanza- aprendizaje en el que participa.
Ahora bien, el conjunto de características totales nos permitirá contar con un perfil de los estudiantes y al respecto caben señalar investigaciones relacionadas con esta temática la apertura de la oferta y obligatoriedad de la educación conlleva diferentes problemáticas que se relacionan con las características sociales de los estudiantes, así bien la expansión de la cobertura redujo las brechas de género en ambos niveles: en el nivel medio superior la proporción de mujeres representa el 64.1% para el ciclo escolar 2016-2017 (INEE, 2017); mientras que, en el superior, alcanza un 50.3% en el ciclo 2017-2018 (ANUIES, 2018). A pesar de este incremento, resulta difícil alcanzar la universalización en el nivel medio superior para el ciclo 2021. Entre los factores que obstaculizan el ingreso destacan determinantes territoriales, de origen social y sociodemográficos (Solís, 2018)
La trayectoria escolar a través del rendimiento académico previo puede mediar los efectos de los orígenes sociales sobre las transiciones educativas. Al respecto, García Castro y
Bartolucci (2007) señalan que “el desempeño escolar previo actúa poderosamente en afianzar o inhibir la aspiración educativa del alumno, al fundamentar la autopercepción de competencia” (García Castro y Bartolucci, 2007:1283).
En la Investigación sobre los factores asociados al rendimiento académico de alumnos 225 de preparatoria de segundo semestre del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, en el semestre enero –junio 1999, en donde se estudiaron las variables aptitud académica y habilidades sociales por medio del test de personalidad de Milton, escuela de procedencia, y examen de admisión, se encontró un índice elevado de dispersión en los puntajes verbal y matemático de la prueba de aptitud académica lo cual se explica a través de dos situaciones: la primera relacionada con la probabilidad de que los alumnos contesten el examen al azar, en virtud de que la prueba lo permite, y la segunda relativa a la institución educativa de procedencia, es decir si el alumno cursó sus estudios de secundaria en una escuela de gobierno, estatal o privada, así como el nivel educativo en cualquiera de esos casos.
Asimismo, encontraron una correlación moderada entre el puntaje de admisión de matemáticas y el promedio de calificaciones del primer año de preparatoria.
De igual manera se relacionó el promedio de secundaria con el rendimiento académico y habilidad social que se midió a través de inventario de Personalidad de Millon, permite explicar que el rendimiento académico se ve afectado por el desarrollo de habilidades sociales de los alumnos, es decir que denota, una importancia significativa para el éxito escolar, de manera paralela al de habilidades verbales y matemáticas. Por otro lado, se determinó que el puntaje verbal de la prueba de admisión al sistema ITESM no se relaciona con los estilos cognitivos de los alumnos, lo que significa, que el resultado del examen de admisión no se ve afectado por el estilo de aprendizaje de los alumnos.
Así mismo, se ha encontrado los resultados de investigaciones actuales que indican aspectos como el tipo de secundaria, la modalidad y el turno delimitan la progresión y el desempeño en los exámenes de ingreso a la educación media superior (Muñoz Izquierdo y Solórzano, 2007; Cárdenas, 2011, Solís, 2013; Rodríguez Rocha, 2014).
Hoy día abundan estudios particulares que establecen el interés en las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres, sin embargo, pocos de ellos han conseguido superar la desarticulación del caso para plantearse preguntas relativas a las formas de conocimiento.
Eminentemente empíricos en la mayor parte de los casos, estos estudios responden, probablemente, a la urgencia social y política de hacer visibles a las mujeres, de rescatar del olvido sus voces, nombrándolas, reconociéndose como actores sociales y políticos, gastadoras de movimientos y cambios que obligan al sentido de la ciencia social, mirar con nuevos ángulos y establecer nuevas formas de interpretar su realidad.
De tal manera que se propone hacer estudios de ese carácter desde la enseñanza oficial, pudiendo ser el Bachillerato elemento clave para comprender esas diferencias culturales y sociales que son muestra de construcciones sociales, de pautas de comportamiento, las cuales generan una discusión alarmante.
Estas responden a una urgencia de visibilidad, a estas alturas valdría la pena preguntarse si hoy esa tarea inicial no es resultado de la inercia de nuestras instituciones y de su resistencia a incorporar nuevos desarrollos teóricos.
Se dice por todas partes que, en cuestión de género, ha ocurrido un cambio de prioridad, y que, a partir de la década de 1990, el interés, la presencia femenina ha ido cediendo para dar prioridad a las relaciones de poder, al examen de las instituciones y al análisis de las categorías sociales de “hombre” y “mujer”. Se dice que en estos últimos años se ha pasado de la historia de las mujeres a la historia de género.
Según Joan Scott (2006), historiadora especialmente conocida en México, el deseo de los ochenta de sacar a la luz la experiencia de las mujeres en un intento por escribir su historia, cedió ante el interés por el género, una categoría de análisis que busca recuperar una postura. En México hace falta analizar si ese cambio ha sido pertinente, sabemos que nuestra historia es distinta y que, pese a los avances, difícilmente podemos afirmar que el género haya conquistado una presencia institucional relevante.
En este caso es difícil determinar bien a bien dónde estamos situados, y si realmente las instituciones se interesan en la perspectiva de género. En este sentido, varias historiadoras y feministas mexicanas reconocen la ausencia de reflexión teórica. Mary Goldsmith citado en Scott (2006) por ejemplo, señala que en América Latina “los estudios de género y de la mujer se encuentran en otro momento; no obstante, su aparente proliferación, estos estudios están todavía en una etapa inicial de corte más pragmático”; Teresita de Barbieri, por su parte, sostiene que en “los espacios académicos latinoamericanos los debates han sido más laterales, aunque no inexistentes. Problema que deberá ser analizado en el futuro; y Elí Bartra no puede dejar de reconocer que es “probable que en algunas cuestiones nosotras, en México y América Latina, apenas vamos cuando ellas, en los Estados Unidos y Europa, ya vienen de regreso”.
Sin que podamos determinar con precisión el porqué de la ausencia de debate, aquí en México esa perspectiva envuelve la maquinaria cultural, como lo decía García Canclini, la cultura de consumo trastoca y construye nuevas formas de conciliar las masas operantes.
Por otro lado, asegurarnos de estar haciendo un análisis de una perspectiva de género, insistimos en la necesidad de introducir las nuevas perspectivas, pero la tarea aceptada institucionalmente es aquella encaminada a definir una identidad de género. Reivindicamos una mirada, otra desde la cual analizar los fenómenos de perfil de género contemporáneos, pero resulta difícil explicar en qué consiste esa mirada, esa es la cuestión. Se pretende una mirada distinta cuando no es posible decidirse por cuál es el punto de vista feminista. Se busca en el pasado las voces de las mujeres, pero no se cuestiona la posibilidad misma de ese acceso. Se intenta un análisis minucioso de las distintas concepciones y miradas de género; categorías, estructuras, instituciones, además de las educativas.
Es como si viviéramos dentro de un paréntesis que no distingue etapas, según dice Bartra (2002) refiriéndose al movimiento feminista mexicano: estamos pasando a una nueva etapa sin haber cumplido con los requisitos de la previa: de una etapa profeminista, “aquella que ignora las diferencias jerárquicas entre hombres y mujeres”, hemos pasado a otra posfeminista en la que ya se ha “amasado lo combativo del movimiento feminista”, se ha alcanzado la institucionalización y han surgido feminismos “marginales” que cuestionan al “dominante”, y ello sin haber transitado por la etapa “plenamente feminista” en que se descubre la opresión y se lucha por la emancipación (…).
Pero más allá de las etapas que Bartra distingue, su percepción es interesante en tanto que presenta, casi con una imagen, la manera ambigua y difusa cómo nos situamos frente a los saberes. La cita habla de cómo en México hemos sido víctimas de las paradojas que engendra el choque violento entre los discursos; cómo la ausencia de reflexión nos ha hecho repetir confusamente esquemas ajenos a nuestras necesidades y nuestra historia.
En los programas de estudio, en las disciplinas, en las instituciones universitarias, es o será suficiente para modificar la política universitaria. Tampoco nos hemos preguntado, junto con Scott, si la tarea de hacer visible lo invisible, ha llevado a crear presencias, identidades finales, de las cuales precisamente se requiere la libertad.
Lo femenino, en este caso, constituirá un elemento que forma parte de los sistemas discursivos mismos pero que simultáneamente los trastoca, algo que emerge justo en el momento en que se desarma la posibilidad misma del discurso. De ahí que la invisibilidad de lo femenino pueda tener el poder de trastocar las líneas gubernamentales de la educación oficial.
Es importante considerar que la perspectiva de género puede incidir en el desempeño académico de los estudiantes de nivel medio superior, por lo que a continuación se presentan la revisión de algunos resultados de investigaciones relacionadas directamente con la variable de este estudio (Desempeño Académico) con objeto de asentar el estado del conocimiento del mismo. Los reportes de investigación consultados son trabajos recientes, en ellos se citan datos bibliográficos correspondientes al tema en cuestión.
Son múltiples las investigaciones que se han realizado con respecto al desempeño académico en los diferentes niveles del proceso educativo. A continuación, se hace referencia a las que se relacionan con los factores que inciden en esta investigación.
De acuerdo a Musitu, García y Gutiérrez (1997) el auto-concepto puede entenderse como la percepción que el individuo tiene de sí mismo, basado en sus experiencias con los demás y en las atribuciones de su propia conducta. Involucra componentes emocionales, sociales, físicos y académicos. Se trata de una configuración organizada de percepciones de sí mismo, admisible a la conciencia y al conocimiento. Es un esquema cognitivo muy complejo construido a través de experiencias previas con respecto al mundo que lo rodea.
En esa misma dirección, un estudio realizado por Au (1995) sobre el efecto del fracaso académico y las atribuciones causales sobre la desesperanza aprendida de quienes tienen bajo desempeño académico, indicó que los varones tienen más experiencias de fracaso académico y desesperanza aprendida que las mujeres. Por el contrario, los resultados de Rothenberg (1995) sugieren que, para las niñas, los grados medios pueden ser ocasión de una significativa disminución de su autoestima y desempeño académico. Las razones de ello no están claras, pero involucran a varios factores. Uno de ellos, sería el trato preferencial que los varones reciben en la clase. Comparadas con los varones, las adolescentes padecen mayores niveles de estrés, tienen mayor probabilidad de ser depresivas y de cometer suicidio. La depresión en las jóvenes se halla asociada a sentimientos negativos acerca de su cuerpo y apariencia. Es evidente que la comunicación, la familia y la educación conforman una triangulación que a través de un proceso dinámico, cohesionado y coherente contribuyen al desarrollo de la sociedad. (Guzmán, Et al. 2014).
De igual manera, los estudios de Papalia, Wendkos y Duskin (2005), Pérez (1996) y Polainom (2004) hacen referencia al desempeño académico como factor asociado al fracaso o éxito escolar. Otro aporte desde el escenario cultural se encuentra en Harris (2004), quien señala que no hay duda de que las mentes se llenan paulatinamente de instrucciones culturales y normas, que condicionan el comportamiento para la vida en los contextos académico, social, cultural y familiar.
Al momento de las definiciones, Palacio y Andrade (2007) precisan que estas pueden ser clasificadas en dos grandes grupos: las que consideran el desempeño/rendimiento como sinónimo de aprovechamiento y las que hacen una clara distinción entre ambos conceptos. Para estos investigadores, el desempeño puede ser expresado por medio de la calificación asignada por el profesor o el promedio obtenido por el alumno que resume el rendimiento escolar.
No obstante, conceptualizar el rendimiento académico se torna complejo, pues en ocasiones las denominaciones aptitud escolar, desempeño académico o rendimiento escolar, incluyen toda una compleja gama de conceptos y conocimientos, generados por la realidad y los contextos que sintetizan las variables o categorías de cantidad o cualidad, según el caso, como factores de medición y predicción de la experiencia educativa, y que no lo reducen a un indicador sino que se considera una constelación dinámica de atributos cuyos rasgos característicos distinguen los resultados de cualquier proceso de enseñanza aprendizaje (Navarro, 2003).
De acuerdo con González (2002), las definiciones de desempeño académico pueden ser clasificadas en dos grupos, aquéllas que lo definen como sinónimo de aprovechamiento y las que hacen una clara distinción entre ambos conceptos y consideran el aprovechamiento como una medida o manifestación de desempeño académico.
El desempeño académico es un factor íntimamente relacionado con el aprendizaje escolar de los estudiantes y es producto fundamental de la instrucción. El aprendizaje es un cambio en el comportamiento, el cual es relativamente permanente en el tiempo, resultado de la experiencia (Feldman, 2006; Santrock, 2004). En virtud de que el aprendizaje no puede observarse directamente, se requiere que el estudiante demuestre la competencia aprendida, la cual se evalúa de acuerdo a una rúbrica y se traduce en calificaciones que miden su desempeño académico.
La relación del perfil de género con el rendimiento académico desde la perspectiva de la tutoría académica muestra relevancia cuando se conoce el propósito de tutoría, el cual es; la tutoría es prevenir problemas futuros de adaptación al escenario educativo e intervenir en cuestiones de desempeño académico. La tutoría se ocupa de atender problemas relacionados con la eficiencia terminal, reprobación, habilidades de estudio, dificultades de aprendizaje, ansiedad ante los exámenes, estabilidad emocional, actitudes hacia la profesión y opciones de trayectoria, entre otros (Cruz, Echeverría y Vales, 2008).
Metodología:
La metodología empleada en la presente investigación fue la siguiente:
Objetivo general: Analizar el perfil por género de los estudiantes del Plantel Cuauhtémoc a partir del estudio socioeconómico y los resultados del EXANI-I
Objetivos específicos: Describir la condición socioeconómica por género de los estudiantes del Plantel Cuauhtémoc.
Describir las habilidades por género de los estudiantes del Plantel Cuauhtémoc por medio de los resultados del EXANI-I.
Predecir el desempeño académico por género de los estudiantes del Plantel Cuauhtémoc con base en el estudio socioeconómico y el resultado de EXANI-I.
Método:
Universo: 2197 estudiantes inscritos en el tercer y quinto semestre en el Plantel Cuauhtémoc de la UAEM durante el periodo escolar 2021B, con edades de 15 a 18 años, ambos turnos.
Muestra: 1105 dicentes, de los cuales el 61% femenino, 38.1% masculino, 0.72% fluido y 0.18% no binario, 46.61% inscritos en tercer semestre y 53.39% en quinto, el 9.86% tiene 15 años, 44.34% 16 años, 43.98% 17 años y 2.44% 18 años.
Diseño de la investigación: investigación tipo mixto documental-descriptiva (Baena, 1985).
Según Baena (1985), la investigación documental es una técnica que consiste en la selección y compilación de información a través de la lectura y crítica de documentos y materiales bibliográficos, bibliotecas, bibliotecas de periódicos, centros de documentación e información.
Los estudios descriptivos “pretenden medir o recoger información de manera independiente o conjunta sobre los conceptos o las variables a las que se refieren. Son útiles para mostrar los ángulos o dimensiones de un fenómeno, suceso, comunidad, contexto o situación” (Hernández, 2008, p.102).
Descripción y operación de las variables: Discretas (Berenson, 2001) y Categóricas (Kerlinger, 2002).
Discretas son aquellas que producen respuestas numéricas de un conteo (Berenson, 2001, p.9).
Categóricas: Estas pertenecen a una clase de medida nominal en donde se categoriza o se asigna un objeto o una subclase o subconjunto de una clase o conjunto (Kerlinger, 2002, p. 41).
V1 Género: conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres o las mujeres (OMS, 2018).
V2 Perfil de alumno: conjunto de aspectos particulares que describen las características, las cualidades y rasgos de un conjunto de personas (Concepto/definición, 2021).
Procedimiento: en la fase uno se revisaron los resultados del EXANI-I, así como los datos registrados en el estudio socioeconómico ubicado en el SITAA durante el semestre 2021B.
Durante la fase dos se realizó un procesamiento de la información mediante la elaboración de una base de datos en Excel.
Para la tercera fase se analizó la información, describiéndola e identificando la relación que guardan entre ellas.
Alcances: institucional, facilitando habilitar estrategias para mejorar su desempeño escolar.
Resultados:
Los resultados obtenidos por esta investigación fueron los siguientes:
Condición económica:
El 70% tiene un ingreso menor a $10,000 por mes, unido a esto el número de cuartos que tienen en su vivienda (incluyendo baño y cocina) es de 3 (74.84%), viviendo entre 3 y 4 personas por hogar (69%), su actividad laborar se encuentra centrada en servicios terciarios (36.03%), sólo el 0.63% se dedica a labores primarias.
Alimentación: se identificó baja ingesta de proteínas y fibra, tales como: huevo, leche, verduras, cereales y pan, se consumen 3 veces por semana (55%).
Estructura familiar:
La mayoría de los estudiantes viven con ambos padres: 42.99% femenino, 27.78% masculino, 0.18% fluido y 0.18% no binario. Los que viven solo con la madre: 3.08% femenino y 1.54% masculino. Los que viven solo con el padre: 0.18% femenino y 0.18% masculino.
La gran mayoría de los padres son casados: 38.19% femenino, 24.34% masculino, 0.27% fluido y 0.18% no binario.
Entre uno y dos hermanos: 46.79% femenino, 30.14% masculino, 0.54% fluido y 0.18% no binario).
La edad de los padres se ubica entre los 36 y 50 años: 44.44% femenino, 27.15% masculino, 0.45% fluido y 0.18% no binario.
La escolaridad de los padres: 14.87% bachillerato, 48.7% primaria hasta secundaria.
Aspectos culturales:
El 80% no asiste a eventos culturales (conciertos, teatro, música, eventos relacionados a instituciones educativas).
Situación Laboral
Estudiantes que trabajan: 11.22% femenino y 9.14% masculino. Trabajan para apoyar la economía familiar: 7.24% femenino y 4.98% masculino. El resto lo hacen para cubrir necesidades personales.
Lectura:
Cantidad de libros en su casa: el 79.19% tienen menos de 100 libros (48.51% femenino, 29.86% masculino, 0.72% fluido y 0.09% no binario), el 20.36% poseen más de 100 libros (12.22% femenino, 8.05% masculino y 0.09% no binario) y el 0.45% no tiene libros en su casa (0.27% femenino y 0.18% masculino).
El 56.47% manifiestan que la lectura es su pasatiempo favorito: 38.46% femenino, 17.56% masculino, 0.36% fluido y 0.09% no binario.
El 55.39% comentan libros con otras personas: 37.74% femenino, 17.29% masculino, 0.36% fluido y 0.09% no binario.
El 64.61% disfrutan de visitar librerías o bibliotecas: 44.52% femenino, 19.55% masculino, 0.36% fluido y 0.18% no binario.
Formas de aprendizaje:
El 60.63% trabaja colaborativamente: 35.57% femenino, 24.7% masculino, 0.27% fluido y 0.09% no binario.
El 42.62% se reúne con sus compañeros para preparar un examen: 23.08% femenino, 19.28% masculino, 0.18% fluido y 0.09% no binario.
El 83.98% confían en que pueden entender lo que estudian: 51.22% femenino, 32.04% masculino, 0.54% fluido y 0.18% no binario.
El 80.27% tienen dominio en las habilidades que les han enseñado: 49.41% femenino, 31.31% masculino, 0.54% fluido y 0.09% no binario.
El 76.92% aprenden rápidamente en la mayoría de las asignaturas: 45.61% femenino,30.68% masculino, 0.45% fluido y 0.18% no binario.
El promedio general oscila entre 8.0 y 8.9: 36.38% femenino, 21.63% masculino,0.27% fluido y 0.09% no binario.
El 79.73% han reprobado por lo menos un examen en su bachillerato: 50.41% femenino, 28.69% masculino, 0.45% fluido y 0.18% no binario.
El 51.85% estudian para obtener un buen trabajo: 18.82% femenino, 32.49% masculino, 0.36% fluido y 0.18% no binario.
El 88.59% estudian para aprender más: 55.38% femenino, 32.58% masculino, 0.54% fluido y 0.09% no binario.
El 88.56% estudia para vivir mejor: 54.93 femenino, 3303% masculino, 0.45% fluido y 0.18% no binario.
El 81.9% resuelven bien sus exámenes de la mayoría de las asignaturas: 48.87% femenino, 32.49% masculino, 0.45% fluido y 0.09% no binario.
El 90.5% identifico lo que necesita estudiar y elabora un plan: 55.84% femenino,33.94% masculino, 0.54% fluido y 0.09% no binario.
El 94.75% revisa lo que recuerdan de lo estudiado: 58.19% femenino, 35.84% masculino, 0.54% fluido y 0.18% no binario.
El 97.47% cuando no entienden algo buscan información: 59.82% femenino, 36.92% masculino, 0.54% fluido y 0.18% no binario.
95.57% estudia principalmente con sus apuntes: 59.28% femenino, 35.66% masculino, 0.45% fluido y 0.18% no binario.
95.48% estudia principalmente con el libro de texto: 59.28% femenino, 35.38% masculino, 0.63% fluido y 0.18% no binario.
El 92.22% utiliza computadora o internet para estudiar, hacer tareas y contestar exámenes: 56.38% femenino, 35.02% masculino, 0.63% fluido y 0.18% no binario.
EXANI-I
Pensamiento matemático: el 67.23% se ubican con calificaciones menores a 60: 44.52% femenino, 22.17% masculino, 0.63% fluido y 0.18% no binario.
Estructura de la lengua: el 58.37% obtuvo calificaciones menores a 60:36.92% femenino, 21% masculino, 0.27% fluido y 0.18% no binario.
Comprensión lectora: el 57.91% se localiza con calificaciones menores a 60: 37.1% femenino, 20.27% masculino, 0.36% fluido y 0.18% no binario.
Inglés: el 64.16% accedió a un puntaje menor a 60: 42.17% femenino, 21.36% masculino, 0.45% fluido y 0.18% no binario.
Discusión:
Los estudiantes del Plantel Cuauhtémoc tienen diferentes características y con base en los resultados que se analizan del estudio socioeconómico y el SITAA enfocados en la perspectiva de la Tutoría Académica se puede argumentar lo siguiente.
Existen dificultades para lograr un desempeño académico exitoso, más si se busca argumentarlo por cuestiones de género. Ya que es común que exista una competitividad para sobresalir académicamente. Si nos enfocamos en algunas dificultades que tienen los estudiantes al momento de presentar el examen de ingreso y una vez estando en el bachillerato las nuevas dificultades que se presenten, los estudiantes encuentran diversas maneras de cómo lograr un desempeño académico exitoso.
Las dificultades académicas, en lagunas ocasiones hacen que los alumnos experimenten insatisfacción personal, desmotivación o baja autoestima. El bajo rendimiento se convierte en un proceso circular en el que la desmotivación hace que no tengan buen rendimiento y esto desmotiva más a los alumnos. Aunado a ello como menciona (Solis, 2018) algunos de los factores que obstaculizan el ingreso al bachillerato destacan determinantes territoriales, de origen social y sociodemográficos. Y cuando se analizan los resultados de la investigación se puede apreciar que en la condición económica una parte de la mayoría de las familias cuenta con ingresos mensuales menores a los diez mil pesos. Esto refleja que la gran mayoría de los estudiantes viva con sus padres y que las condiciones económicas tengan también un impacto en la recreación de los estudiantes, al no permitirles que puedan asistir a eventos culturales, como ir al cine, teatro, etc. A pesar de que pocos alumnos trabajen para realizar esas actividades que de alguna manera pueden contribuir para un rendimiento académico satisfactorio.
Sin duda el ingreso económico de las familias también es un gran soporte para que el alumnado continúe sus estudios y es considerado como factor que contribuye a un buen rendimiento.
Por otra parte, al analizar los datos que corresponden a los aspectos de lectura existen una gran cantidad de estudiantes que cuenta con menos de 100 libros en casa. Y como lo menciona García Castro y Bartolucci, 2007. “el desempeño escolar previo actúa poderosamente en afianzar o inhibir la aspiración educativa del alumno, al fundamentar la autopercepción de competencia”. Si un alumno cuenta con herramientas desde casa y se le van inculcando, tiene grandes posibilidades de seguir avanzando y tener un rendimiento académico satisfactorio. La trayectoria escolar a través del rendimiento académico previo desde el núcleo familiar puede mediar los efectos de los orígenes sociales sobre las transiciones educativas.
Respecto a las formas de aprendizaje, de acuerdo con Alves y Acevedo (1999, p. 81) se entiende por desempeño académico “el resultado del proceso de aprendizaje, a través del cual el docente en conjunto con el estudiante puede determinar en qué cantidad y calidad, el aprendizaje facilitado, ha sido interiorizado por este último”. Y los resultados de la investigación arrojan que el promedio general de los estudiantes oscila entre 8.0 y 8.9, una calificación no tal alta para el contexto y el perfil de los alumnos. Por lo que su desempeño si refleja el aspecto numérico en términos generales. Además del trabajo colaborativo que realizan, las reuniones con los compañeros para preparar un examen, el dominio en sus habilidades respecto de lo que les han enseñado y lo que aprenden rápidamente en las asignaturas que se imparten es compatible con la reflexión teórica que realiza Retana (2006) respecto del desempeño, ya que lo conceptualiza como una nota numérica que obtiene un estudiante como resultado de una evaluación que mide el producto del proceso enseñanza- aprendizaje en el que participa. Y se complementa con la definición de auto-concepto que propone Musitu (1997) puede entenderse como la percepción que el individuo tiene de sí mismo, basado en sus experiencias con los demás y en las atribuciones de su propia conducta. Involucra componentes emocionales, sociales, físicos y académicos. Se trata de una configuración organizada de percepciones de sí mismo, admisible a la conciencia y al conocimiento, ya que los resultados analizados arrojan que una buena parte de los estudiantes han reprobado por lo menos un examen en su bachillerato y más del ochenta por ciento, concibe la idea de que estudian para vivir mejor.
Conclusiones:
Los estudiantes del Plantel Cuauhtémoc se ubican en un nivel socioeconómico bajo, por lo que algunos de los estudiantes tienen que trabajar para apoyar la economía familiar o para poder cubrir necesidades personales.
La mayoría de los dicentes viven en una familia nuclear, cuyos padres tienen un nivel educativo bajo.
Probablemente el bajo nivel educativo de los padres genera que los estudiantes no asistan a eventos culturales y posean pocos libros en casa.
A pesar de que los alumnos tengan una buena actitud ante la lectura, su desempeño en el EXANI-I en las áreas de estructura de la lengua y comprensión lectora es baja.
Les es difícil trabajar y estudiar de forma colaborativa.
La mayoría de los dicentes tienen una buena actitud ante el estudio, a pesar de que hayan tenido por lo menos un examen reprobado y su promedio oscile entre 8.0 y 8.9.
Las principales fuentes de estudio son sus apuntes y el libro de texto.
La mayoría de los estudiantes se identifican con el género binario, pero existen alguno que se identifican con algún otro género, por lo que es necesario que se puedan proponer algunas estrategias de intervención donde los profesores sean capacitados en estos temas, ya que se tiene una convivencia diaria con los estudiantes y se requiere que predomine la armonía escolar.
Las estudiantes femeninas tienen resultamos más positivos en las formas de aprendizaje que el resto de los géneros, esto nos indica que se están empezando a romper las brechas de desigualdad educativa.
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