Artículos

Recepción: 23 Julio 2023
Aprobación: 27 Septiembre 2024
Publicación: 01 Octubre 2024
Resumen: El presente artículo surge como primer ejercicio entorno a una de las categorías principales de la investigación que se realiza en doctorado dentro del Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México (ISCEEM). Su objetivo es mostrar cómo se está aproximando la Cultura de paz en una escuela primaria del Estado de México, si se está construyendo y significando en la comunidad escolar. La investigación se plantea desde lo cualitativo para mayor claridad acerca de las observaciones del mundo social, se posiciona desde la fenomenología con el fin de estudiar los fenómenos sociales incorporados a los discursos y las acciones y la etnometodología para que el conocimiento de los asuntos cotidianos pueda ser revelado en forma de razonamientos prácticos (Schutz, 2003, Garfinkel, 2006). Los instrumentos aplicados en esta investigación son entrevistas a profundidad y entrevistas grupales, a doce docentes de una escuela primaria del turno vespertino, con mayor acercamiento a tres, mismos que permitieron ver que la Cultura de Paz, es vista, solo como contenido curricular. Los Manuales proporcionados por el consejo de convivencia escolar, no son conocidos y trabajados por los docentes. Es así como se concibe la paz como un constructo, necesario en la sociedad que va entrelazada de la convivencia en valores y principios de respeto y tolerancia. Sin embargo, tendría que ser significada por todos, no solo por el actor que lleva el contenido curricular como la promotoría de salud y valores. Debe ser pensada como consecuencia de la acción humana. El reto en las escuelas es que se signifique dicha cultura, y sea vivencial para maestros, alumnos, autoridades y padres de familia y con ello tome mayor sentido como un proceso desde el individuo para la comunidad.
Palabras clave: Cultura de paz, Educación para la paz, violencia, convivencia pacífica, conflicto social.
Abstract: This article arises as the first exercise around one of the main categories of research carried out in a doctorate within the Higher Institute of Educational Sciences of the State of Mexico (ISCEEM). Its objective is to show how the Culture of Peace is approaching in a primary school in the State of Mexico, if it is being built and meaning in the school community. The research is considered from the qualitative for greater clarity about the observations of the social world, it is positioned from the phenomenology in order to study the social phenomena incorporated into the speeches and actions and the ethnomethodology so that the knowledge of daily affairs can be revealed in the form of practical reasoning (Schutz, 2003, Garfinkel, 2006). The instruments applied in this research are in-depth interviews and group interviews, with twelve teachers of a primary school in the afternoon shift, with a closer approach to three, which allowed us to see that the Culture of Peace is seen only as curricular content. The Manuals provided by the school coexistence council are not known and worked by teachers. This is how peace is conceived as a construct, necessary in a society that is intertwined with coexistence in values and principles of respect and tolerance. However, it would have to be understood by everyone, not only by the actor who carries out the curricular content, such as the promotion of health and values. It must be thought of as a consequence of human action. The challenge in schools is to make this culture signify, and make it experiential for teachers, students, authorities and parents, and with it make more sense as a process from the individual to the community.
Keywords: Culture of peace, Education for peace, violence, peaceful coexistence, social conflict.
Introducción
La violencia ha estado presente en la cotidianidad humana, se puede encontrar en textos bíblicos, narraciones de la edad media y periódicos (Patou,2020). Al observar el entorno social que actualmente se experimenta, es notorio que tiene tintes y matices de violencia debido a los asaltos, secuestros, homicidios, extorsión, robos y violencia de género o familiar. Estos temas, llegan a conocerse por los medios locales o diálogos entre la comunidad, arriban en el interno de las escuelas. El medio señala que aún existe lejanía entre lo implementado políticamente y la realidad de la comunidad escolar. Dentro de ella, no solo surgen las conversaciones de lo ocurrido fuera de la escuela, también se expresan por alumnos y docentes las cuestiones conflictivas de violencia en el contexto o dentro de la institución.
De lo anterior, se considera necesario reflexionar sobre la propuesta de la cultura de paz en las escuelas mexiquenses de nivel básico, esto como parte del primer acercamiento a una de las categorías a investigar en el programa de doctorado que se realiza. En el Estado de México, desde el año 2017 dentro del Programa Sectorial Pilar Social (2018), se implementa en el sistema educativo el compromiso con la construcción de la cultura de paz, derechos humanos y equidad. Plantea la adopción de mecanismos para la mediación y solución de conflictos dentro de las instituciones escolares por medio del Consejo para la Convivencia Escolar, por sus siglas CONVIVE (Salazar,2018).
Por su parte, la institución educativa implica que estudiantes, padres de familia, autoridades y maestros coexistan en ella estableciendo, en el mejor de los casos vínculos, que pueden ser positivos o negativos. Debido a estas relaciones la escuela puede integrar diferentes actitudes, valores, visiones o personalidades en cada miembro; lo que trae consigo manifestaciones sociales dentro del contexto escolar, que llegan a terminar en conflictos o violencias entre los miembros de la comunidad.
En la educación básica se está promoviendo la convivencia escolar pacífica; por esta razón, se piensa hacer un análisis de la cultura de paz, que se está vivenciando actualmente en las escuelas primarias. Por otro lado, la cultura de paz implementada desde el currículo plantea que sea desarrollada por el maestro en la escuela pública. Habrá que pensar más allá de la implementación curricular de la cultura de paz, examinar qué necesita el maestro para promover la cultura de paz en la escuela, pero sobre todo la construcción de esta.
Es primordial, tener en cuenta que la cultura de paz es el estado de ausencia o disminución de todo tipo de violencia, sea directa, física, verbal, estructural o cultural, dirigida a mente, cuerpo o espíritu de cualquier sujeto (Galtung, 1996). Resulta relevante replantear la cultura de paz, dado a que no debe ser trabajada como una asignatura o una actividad complementaria para los alumnos; la cultura de paz podría ser significada por los miembros que conviven dentro de una institución, introyectada con el fin de mediar, solucionar conflictos y evitar la violencia escolar.
Uno de los objetivos de la cultura de paz es instaurar la convivencia y minimizar los conflictos, para favorecer lo colectivo (Galtung, 1996, Jares, 2005). Si la cultura de paz se dirige principalmente a cuerpo o espíritu y reduce los conflictos internos, se debe mirar al sujeto, la forma en que piensa, cómo regula sus sentimientos y su comportamiento con los demás. El sujeto es inseparable de sus contextos de pertenencia, estos lo hacen ser, dentro de estos contextos permanece atado, subordinado o alienado, pero, al mismo tiempo le, permiten observar cómo vive y contribuye a modificar esas formas de vida (Morin, 1999).
Es así como los sujetos, pertenecen a una nación, a una generación, tiene un pasado histórico, una clase social, una familia y una corriente filosófica. Esa sujeción define la condición encarnada que tiende a entender de lo que se observa (Morin, 1999). Este sujeto complejo sigue atado a su forma de sistemas que lo mantienen integrado, o lo absorben, pero también, pueden inclinarlo a ser crítico, para ser un sujeto activo, que reflexiona y se deconstruya. De este modo un sujeto complejo podrá reproducir o elegir, para confrontar lo contradictorio (Morin, 1999) como es la cultura de paz y la violencia.
De esta forma, la cultura de paz puede ser, eso que se tiene, cuando es posible transformar los conflictos de forma creativa y no violenta (Galtung, 1996). Por lo antes dicho, para llegar a este acercamiento es necesario entender de donde surge esta cultura. En principio la cultura de paz surge en julio de 1989, en el Congreso Internacional “La Paz en la Mente de los Hombres” en África, donde, la UNESCO expone por primera vez el concepto de cultura de paz (Santos, 1989).
En el congreso se invita a varios Estados y organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, comunidades científicas y educativas del mundo y a todos los individuos para contribuir en la construcción de la concepción de la paz. Lo que debe realizarse, con un desarrollo de una cultura de la paz, se funda en los valores universales como es el respeto a la vida, a la libertad, a la justicia, la solidaridad, tolerancia, los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres (Santos, 1989).
Este encuentro, genera un movimiento a nivel mundial a favor de la cultura de paz; por eso, el 2000 se proclama como “Año internacional de la cultura de paz” (Santos, 1989). Para la ejecución de la cultura de paz, en 1999 dentro de la “Declaración y Programa de Acción sobre una cultura de paz” por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Santos, 1989) se expresa que, la cultura de paz es un conjunto de valores y comportamientos donde se refleja el respeto al ser humano a su vida y su dignidad (UNESCO, 2022).
Pone en primer plano los derechos humanos; rechaza la violencia en todas sus formas; la idea es alcanzar la adhesión a principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, para tener una comprensión entre pueblos, colectivos y personas (UNESCO, 2022). En la asamblea general, dentro del Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo; se proclama un periodo comprendido desde los años 2001 al 2010 a fin de promover la ejecución de actividades a nivel, local, regional y nacional; incluidas las instituciones de enseñanza a favor de la cultura de paz y la no violencia (UNESCO, 2021).
Años más tarde, en México 2011, con algunas reformas constitucionales en materia de Derechos Humanos, se propone una “nueva” forma de vida, se establece la internacionalización de la cultura de paz y su relación directa con la educación. Para el 2021, la Comisión Nacional de Derechos Humanos fomenta la participación de la juventud en la construcción de una cultura de paz y respeto a los Derechos Humanos con el Programa Piloto para la construcción de una Cultura de Paz; en planteles del CONALEP del estado de Tlaxcala (CNDH, 2021).
Por su parte, el Estado de México, inicia esta promoción, por medio del Consejo para la Convivencia Escolar por sus siglas, CONVIVE, (Rivero, 2018), donde se implementa el “Manual para Docentes Mexiquenses. Aprender a Vivir en una Cultura de Paz” (Rivero, 2018). Su fin, es prevenir y atender las violencias escolares, fomentar la paz en las aulas y escuelas mexiquenses, bajo el objetivo de promover el respeto a los derechos humanos, los valores para la convivencia pacífica y la cultura de paz.
El manual expone que se forma a docentes, por medio de la sensibilización, capacitación, formación y desarrollo de habilidades en beneficio de una cultura de paz. La finalidad de este programa es principalmente fomentar la cultura de paz y señala que, para incidir de manera social el maestro es una pieza fundamental que permite contribuir en la formación y orientación del alumno para que inserte en su vida social cotidiana la perspectiva de la educación para la paz.
El Manual para Docentes Mexiquenses. Aprender a Vivir en una Cultura de Paz, lo asignan como “herramienta para que los docentes reflexionen sobre la importancia que tiene el rol de constructores de paz a través de procesos de formación” (Rivero, 2018, p. 11). Por ese motivo, resulta preciso investigar estos procesos, además de las actitudes y aptitudes con las que cuentan los maestros y cómo las van desarrollando dentro de su contexto escolar para ser constructores de paz.
Discurrir en la cultura de paz, que presupone, es trabajada por el maestro dentro del aula, da pauta para observar si en su conducta cotidiana transita con valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida basado en el respeto a la vida, para el fomento y la práctica de la no violencia, además de la mediación de conflictos.
Para finalizar, el propósito de este artículo es mostrar la significación, acercamiento o construcción de la cultura de paz en la educación básica, el fin es identificar si se está construyendo y significando por los actores que conviven dentro de la comunidad educativa. La importancia de hacer un análisis de esta cultura aparece por los contextos difíciles, donde está enmarcada la escuela por las realidades violentas de la sociedad. La institución escolar permite desarrollar relaciones de convivencia culturales, posibilita desarrollar capacidades cognitivas, valores y creencias (Morin, 1999). El individuo nutre la colectividad y su cultura y a su vez, la cultura alimenta al individuo; estas correlaciones son inseparables una de la otra, lo que conduce una convivencia social pacífica.
Cultura de paz y escuela es un tema ya investigado por citar algunos trabajos Ventura y Torres (2018) aluden que las escuelas pueden ser espacios para la construcción de una cultura de paz y que esta responde a una necesidad que existe ante los cambios de la convivencia que se tiene dentro y fuera de ella, además que sirve para fortalecer un papel social e individual expresan que los docentes pueden dar pauta, para ser promotores de la cultura de paz, pero para ello, hay que centrar la construcción de esta en los maestros y con ello sean capaces de transformar su entorno inmediato.
Por su parte Mayor (2003) dice que aún queda aprender a comportarse para favorecer la transición de una cultura de guerra a una cultura de paz y que la educación para la paz es más que el curso o la materia de valores. Pero este cambio no viene por sí solo, tampoco tendrá un impacto real de cambio; se dará solo por la voluntad política, decidida y expresa, de los gobiernos. En este mismo sentido debe actuar las familias, los medios de comunicación y la sociedad en general para que la paz sea el comportamiento y poder traducir a la práctica principios de convivencia, de solidaridad, y de fraternidad.
Dentro de la Nueva Escuela Mexicana (2022) por sus siglas NEM; plantea la Cultura de paz como una nueva forma de ver, entender y vivir el mundo, alude a que se origina en el interior de cada individuo y lo que busca es poder contagiar a los demás de ese sentir, pensar y actuar para formar redes sociales pacíficas. Esta cultura debe de comenzar en la familia, puede llegar y construirse en la escuela, repercute en la comunidad y pretende llegar a la sociedad local. Para esto es necesario, participar con cultura de paz, por ello apunta a una educación donde se valore lo humano y busque la justicia social, es decir, una educación para la paz.
También Bahajin (2018) menciona que es necesario una educación para la paz, esta debe promover lo material y lo técnico, pero sobre todo lo humano, que sea transversal y que su finalidad sea el desarrollo humano. Para esto es necesario movilizar a las personas a ser actores, no espectadores, donde utilicen la fuerza de las palabras, sus ideas, sentimientos con ello en sus acciones fomenten la cultura de paz.
Rojas (2018) sugiere que la Cultura de paz se presenta como un reto para una comunidad educativa, pues ver sus diferentes componentes resulta complejo para que se pueda transformar la sociedad. Esto permitirá al ser humano encontrar soluciones que le permitan enfrentar los conflictos que se le presenten sin violencia. Para este autor es imprescindible desarrollar en los alumnos procesos pedagógicos que lleven a formar una cultura de paz. La finalidad es que, facilite la comprensión del proceso que lleva a la realización de una sana convivencia, en conjunto con la resolución de conflictos.
Para finalizar Cerdas (2015) aborda el tema de la educación para la paz en conjunto con los desafíos que esta enfrenta, indica las manifestaciones de violencia. Además, refiere la necesidad de un proceso de transformación, principiando por lo individual, y que con ello se pueda renovar la esperanza, reconocer la autonomía del sujeto, pensar en la ternura y ser personas solidarias. Enfatiza sobre vivir en comunidad, en comprensión, con la búsqueda de mejores oportunidades, para una mejor calidad de vida y que la paz este en constante construcción.
Metodología
El proceso de investigación planteado, parte desde lo cualitativo, ya que permite informar con mayor claridad acerca de las observaciones del mundo social y la experiencia de los sujetos. Desde esta perspectiva, el maestro ofrece la información sobre sus propias experiencias y opiniones. La investigación se posiciona desde la fenomenología, apoyada en la etnometodología ya que, la primera pretende estudiar los fenómenos sociales incorporados a los discursos y las acciones a través del análisis de las actividades humanas dentro de la escuela (Schutz, 2003, Garfinkel, 2006); y la segunda entiende como el conocimiento de los asuntos cotidianos puede ser revelado en forma de razonamientos prácticos (Garfinkel, 2006).
Se realizó observación participante que permitió obtener la comprensión sobre el contexto educativo, sus acciones, lenguaje y comportamientos del día a día, brindó la posibilidad de construir conocimiento sobre la cultura de paz. Las entrevistas a profundidad y entrevistas grupales apoyaron la introducción de dicha cultura, en la cotidianeidad de los sujetos con el fin de entenderla, enfocándose a la construcción de esta.
Los participantes observados fueron 12 maestros de una escuela primaria, del turno vespertino. Sin embargo, se utilizaron a 3 maestros, a razón de que uno es el que “trabaja” los contenidos de la Cultura de Paz, por ser promotor de salud; mientras que los otros dos, fueron seleccionados, porque a decir de ellos, tuvieron antecedentes y acercamiento sobre esta cultura. Con los instrumentos antes mencionados se recuperó los significados que se tiene en torno a la cultura de paz. Durante la recolección de datos siempre se salvaguardó la integridad de cada uno, por ello se les asignó un seudónimo que ellos mismos se otorgaron y más adelante se expondrán.
El proyecto de cultura de paz tiene referentes indispensables como son el conflicto, la violencia y la mediación. Galtung señala que el conflicto es inherente a la vida, es decir no hay vida sin conflicto (Galtung, 2000, Salazar, 2020). Surge a partir de la incompatibilidad de metas y atenta a las necesidades básicas materiales, como es la supervivencia y las no materiales que es parte del bienestar. Ambos, la cultura de paz y el conflicto pueden garantizar la vida biológica y espiritual de un sujeto. También se concibe como la divergencia de intereses, pensamientos, actos y sentimientos entre personas al correlacionarse (Galtung, 2000, Salazar, 2020).
Por su parte la violencia puede tener diferentes tipos y modalidades; existe la violencia física, psicológica, estructural, cultural, simbólica patrimonial, económica, social, familiar, psicoemocional, espiritual, laboral, escolar, institucional, de género y sexual (Salazar, 2012). En la investigación se tomaron la violencia estructural, simbólica, psicoemocional, cultural y escolar. La violencia estructural, es aquella que genera la opresión e impide la libertad de un sujeto, en este caso podría ser el maestro o la autoridad educativa, pues a partir de su poder podría violentar al alumno o al docente, en el caso de las autoridades educativas. La violencia cultural por su parte tiene que ver con aquellos pensamientos, sentimientos e interacciones y prácticas de una comunidad, tiene tintes de racismo, exclusión, clasismo y la segregación, negando a lo diferente (Salazar, 2012). Esta violencia puede ejercerse entre alumnos al expresar las diferencias económicas o culturales que tienen entre ellos.
La violencia simbólica, también denominada como invisible, se liga con la violencia cultural y estructural, entre sus manifestaciones están los estereotipos, expresiones verbales, signos o símbolos, códigos, etiquetas, chistes, cuentos, leyendas y autoritarismo institucional, que discrimina o violenta las relaciones de género y sociales, somete y controla a los sujetos (Salazar, 2012). Esta violencia puede ejemplificarse cuando los docentes o alumnos se llegan a poner apodos entre ellos.
La violencia psicoemocional es cualquier acto u omisión que puede dañar al sujeto en su integridad, su autoestima o su desarrollo potencial. Se presenta en la hostilidad verbal como son los insultos, burlas, acoso, intimidación, criticas o amenazas y negación o bloqueo a las iniciativas de un sujeto. Además de ser indiferente al estado anímico o afectivo de la persona (Salazar, 2012), puede aparecer cuando se demerita el trabajo de algún sujeto sea profesor o alumno.
La violencia docente es ejercida en los contextos laborales, entre sus mismos miembros en las relaciones jerarquicas, sus manifestaciones tienen que ver con los abusos de poder que dañan la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad, tambien impide su desarrollo profesional, incluye el acoso y hostigamiento laboral o sexual (Salazar, 2012). Por último, la violencia escolar se produce en los marcos de una comunidad educativa, cuando se habla de comunidad se refiere a los actores de la escuela que coexisten en la institución como son los padres de familia, alumnos, maestros y autoridades. Cuando se habla de violencia escolar, se establece que en la escuela se esta constituyendo practicas violentas y puden resaltar situaciones de violencia social (Salazar, 2012).
Con referencia a lo anterior se realizaron diversas entrevistas a maestros donde se vislumbraron las percepciones que tienen sobre la cultura de paz. A su vez, se les pidió que eligieran a un dios griego conforme las características con los que ellos se identifican. El primer actor tiene como seudónimo Hermes, este docente se distingue por ser promotor de salud, esta característica le permite tener contacto con la mayor parte de los maestros en los diferentes grados, dentro de los contenidos que tiene que desarrollar, está la Paz, convivencia y mediación de conflictos y tipos de violencias.
El segundo actor tiene como seudónimo Hera, este maestro se caracteriza por ser aquel actor que tiene mayor acercamiento con la comunidad de docentes y es quien suele ser mediador entre los compañeros cuando existen diferencias entre ellos, el último actor lleva el seudónimo de Hades ya que se concibe a el mismo como complicado en sus relaciones con los pares e incluso con los estudiantes y padres de familia, los compañeros docentes, también lo identifican como conflictivo por la convivencia que se da dentro de la escuela.
Resultados
Al realizar las entrevistas sobre la cultura de paz, se encontró que difícilmente los maestros conocen temas sobre paz, esta última la piensan en paralelo de los conflictos y la violencia. A razón de esto se les pidió que describieran situaciones donde ellos pudiesen identificar las violencias o conflictos que les fueron significativos dentro de su comunidad educativa. Se pudo exteriorizar el sentir y pensar sobre la violencia que han vivenciado dentro de la institución, no solo por parte de los compañeros, sino también por los alumnos y los padres de familia.
Resalta entonces, el desgaste ocupacional del maestro cuando desarrolla su práctica; el cansancio emocional, actitudes indiferentes o la insatisfacción motiva al agotamiento profesional y en consecuencia ocasionan obstáculos para estar en paz o convivir en una Cultura Paz (Fernández, 2014).
Dicho esto, se efectuó el análisis teórico-empírico sobre la violencia para ver si reincide en la cultura de paz. A continuación, se presenta un análisis desde los conceptos de los tipos de violencia que pudieron ser identificados mediante el trabajo de campo con la observación participante en esta comunidad de maestros.

Al identificar los tipos de violencia que expresaron los sujetos observados y entrevistados se considera necesario mostrar los diálogos donde expresan dicha violencia o conflictos. La siguiente tabla presenta algunos extractos de estas.

Al realizar el primer acercamiento de lo expresado por los maestros, se muestra la percepción que tiene cada uno sobre su comunidad; en el análisis de la información obtenida. Los actores Hermes, Hera, Hades y Otro, revelan la experimentación de la violencia estructural dentro de la escuela, además el conflicto en sus relaciones entre maestros aparece inherente a ellas, perciben violencia simbólica y violencia psicoemocional por la actitud, el lenguaje en la convivencia donde se desarrollan en comunidad. En tanto la violencia docente, escolar que se infringe desde las relaciones jerárquicas que dañan la autoestima e integridad pueden impedir de cierto modo lo profesional de la práctica docente. Comunican acoso laboral, mismos que nos refieren a la violencia de género y que pueden incitar a reproducir violencias a otros actores como son los alumnos y padres de familia. A razón de esto se presenta el siguiente esquema que permite ver las correlaciones que nutren el trato entre los sujetos.

Con el esquema anterior se puede observar como las violencias, el conflicto, el sujeto y la comunidad están inmersas; son construcciones constantes y coexisten nutriéndose unas de otras en el día a día mediante la convivencia continua. Del mismo modo, se les realizó el cuestionamiento ¿conoce usted la cultura de paz? ¿qué sabe sobre ella? Hermes, comentó que escucho algo de esa cultura a partir del programa de equidad de género que se está implementando actualmente. Hades refirió que escucho sobre el día de la paz, más no de la Cultura de paz y Hera, dijo que alguna vez en el programa de convivencia escolar, leyó sobre la paz, pero no concebía como tal la Cultura de paz. Cuando se juntaron a estos tres actores para una entrevista grupal, se percibieron incómodos, sin embargo, aceptaron la dinámica que se efectúo. Estando en grupo, se preguntó nuevamente sobre los manuales de la Cultura de paz, para maestros, estudiantes y padres de familia, todos ellos comentaron que ignoraban la existencia de dichos manuales, además se introdujo al concepto de cultura de paz, su historia y cómo se implementó en el Estado de México desde años anteriores.
Todos ellos no sabían que se había implementado en temporadas pasadas. Coincidieron que estos temas eran desarrollados por la promotoría de salud y valores, no por ellos. Por su parte el promotor de salud comentó que el tema de cultura de paz está dentro de su programa a desarrollar, refirió sobre el día internacional de la paz y que este si es acercado a los estudiantes, pero los aprendices, a su parecer, no le toman importancia.
Cuando se les preguntó si la institución contaba con promotoría de valores, Hera y Hermes, ignoraban sobre esta promotoría, Hades comentó que en otras instituciones donde ha laborado, si había, pero siempre se enfocaba en la convivencia, la educación socioemocional y en el día de la paz, más no, en la Cultura de Paz. Además, se externó que el turno vespertino no contaba con este promotor, lo que impedía tener un conocimiento con mayor especificación.
Al preguntarles si, en su parecer, la institución y comunidad donde se encuentran se convivía con miras o cercanía a la Cultura de paz, los actores sonrieron y asintieron de manera negativa con las cabeza y manos. Hermes comentó que en la escuela aún faltaba mucho sobre la Cultura de paz, tendría primero que enseñársela a todos los maestros, para que a su vez pueda darse a los niños. Hera por su parte expresó que la institución aún está muy lejos de tener una cultura de paz, no sabía si las escuelas podrían concebirla, o realizarla, debido a los problemas que hay en la sociedad. Hades consideró que la Cultura de Paz, era utópica, porque no se trabajaba y actualmente, a su parecer, el respeto se ha perdido entre compañeros, padres de familia, autoridades y alumnos. Por lo que no creía que esta cultura podría tener algún acercamiento a la realidad actual.
Discusión.
Las entrevistas realizadas a los actores muestran como la Cultura de Paz, es vista posiblemente, solo como contenido curricular y es aproximada por ciertos actores como es la promotoría de salud o valores. A pesar de que están los manuales para docentes, padres de familia y alumnos, no son conocidos por ellos. En las páginas de internet de Gobierno del Estado, se descargan, dichos textos, sin embargo, aún hay poca aproximación a los mismos. Por otro lado, sobre la cultura de paz están personajes importantes en lo social que se han expresado a favor de la paz, Martin Luther King, Mahatma Gandhi, Rigoberta Menchú, entre otros, los que han expresado su idea sobre la paz; aluden a los principios y valores en las relaciones entre personas que pueden propiciar la paz.
Jesús Jarex (2004), Forero (2016), Galtung (1996), Amstutz (2009), entre muchos otros, brindaron propuestas sobre educación para la paz, cultura de paz o pedagogía de la paz. La mayoría concibe la paz como un constructo, necesario en la sociedad que va entrelazada de la convivencia en valores y principios de respeto y tolerancia. No la exponen como la ausencia total de guerra o conflicto, más bien como una posibilidad de ser mediada por los sujetos, no es quitar o castrar la violencia o el conflicto de tajo, porque depende de la mente de cada sujeto, la enfocan como una posibilidad de mediación para resolver los conflictos que trasladan a la violencia. Postulan un pensamiento crítico sobre las realidades que se viven y sobre esas realidades posibilitan el proceder para no repetir violencias de cualquier tipo. Galtung (1996), Jesús Jarex (2004), Amstutz (2009), Forero (2016), figuran la construcción de un imaginario hacia la no violencia, la empatía para ser reconfigurada constantemente por los sujetos.
Conclusiones
Mediante el análisis de entrevistas individuales y grupales a los maestros se evidencia la Cultura de Paz y su forma de acercarla a los alumnos. De cierta forma muestra como el conflicto aparece de forma negativa, limitando las relaciones sociales, no es planteado como oportunidad para aprender y conocer al otro. Partir de la idea, que el conflicto no es bueno ni malo, traza la oportunidad para transformar el pensamiento y la acción hacia los otros, desde el acto individual. Mirar el entorno donde se convive y naturalizan violencias sea estructural, psicoemocional, simbólica, laboral o escolar y construir la cultura de paz en la comunidad educativa, resulta una tarea inmensa para el docente. Cierto es que la violencia se da por la escala del conflicto y la Cultura de paz tendría que ser significada por todos, no solo por el actor que lleva el contenido curricular como la promotoría de salud y valores, de ahí que la Cultura de paz debe ser pensada como consecuencia de la acción humana.
Desde esta perspectiva, el camino para la cultura de paz es aún una tarea ardua para trabajar, desde la escuela, pues el individuo y la reflexión sobre las configuraciones personales y culturales con las que carga, dotan la importancia de mediar los conflictos, para que a su vez estos no escalen a la violencia.
Concientizar el entorno donde ya se ha naturalizado la violencia o el conflicto permite la reflexión de lo que como sujetos es posible realizar. Hoy no se puede negar que los entornos sociales son inseguros y violentos, y son estos mismos los que hacen anhelar una cultura de paz, profundizar en estos aspectos lleva a la reflexión sobre la importancia de la Cultura de paz, como una necesidad social. El reto es que en él proceso educativo se signifique dicha cultura, y sea vivencial para maestros, alumnos, autoridades y padres de familia.
La cultura de paz tendría que ser vista como un proceso desde el individuo para la comunidad, pero para llegar a eso primeramente el sujeto debe de replantearse las intenciones, acciones y empatía que se tiene con los más cercanos, como la familia, las amistades o los compañeros de trabajo. Hay que reconocer que el entorno debe ser sustancioso de manera positiva para el individuo, deja ver que cada sujeto debe cooperar y concientizar los conflictos y violencias de las que son parte y con ello construir mejores condiciones para acercar la Cultura de Paz.
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