Artículos

Orientación vocacional y Hebegogía; rumbo a una analogía postmoderna generativa disciplinar

Vocational guidance and Hebegogy; towards a disciplinary generative postmodern analogy.

Julio César Alvarado-Cortés
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Rocío Isabel Ramos-Jaubert
Universidad Autónoma de Coahuila, México
Irving Ernesto Cuellar-Pacheco
Universidad Autónoma de San Luis Potosí, México

Orientación vocacional y Hebegogía; rumbo a una analogía postmoderna generativa disciplinar

Revista RedCA, vol. 07, núm. 20, pp. 84-99, 2024

Universidad Autónoma del Estado de México

Recepción: 30 Octubre 2023

Aprobación: 27 Septiembre 2024

Publicación: 01 Octubre 2024

Resumen: Disertar sobre la educación en una edad “complicada”, o más bien el afrontar una etapa de vida exacerbada, el presente sucinto cavila entre lo inflexivo, reflexivo y sencillo acerca de la necesidad de integrar ciertas teorías y prácticas en la labor docente dirigida a la orientación vocacional, esta revisión de consideración crítica que no omite ni deja de lado su coyuntura ontológica es con el propósito o la pretensión de dirigir el conocer de los principales objetivos que tiene la orientación vocacional en concomitancia con la Hebegogía en el ímpetu de educar de manera generativa y responsable los retos a los que se enfrenta, la comprensión del mundo, percepción de los adolescentes y la manera en la que el docente los enfrenta, no soslaya un hito humanista, ni el devenir del tropos o retórica, concatenando la palabra implícita de educación, adolescente, generatividad y postmodernidad, posesionando elementos que el orientador atribuye a su perspicacia, eficacia, atención y conducción que debe de retribuir “deber ser” por aristas emancipadoras orientativas hacia un nuevo sendero “saber hacer” en la etapa considerada “difícil” desde el espectro o alusivo postmodernista fragmentada hacia una reconfiguración curricular y formación en una era del ser humano connotado - adolescente.

Palabras clave: Orientación, vocacional, hebegogía, generatividad, postmodernidad.

Abstract: Discussing education at a “complicated” age, or rather facing an exacerbated stage of life, the succinct present ponders between the inflective, reflective and simple about the need to integrate certain theories and practices in the teaching work aimed at vocational orientation, this review of critical consideration that does not omit or leave aside its ontological situation is with the purpose or intention of directing the knowledge of the main objectives that vocational orientation has in concomitance with Hebegogy in the impetus to educate in a generative and responsible the challenges faced, the understanding of the world, the perception of adolescents and the way in which the teacher faces them, does not ignore a humanist milestone, nor the future of tropes or rhetoric, concatenating the implicit word of education, adolescent, generativity and postmodernity, possessing elements that the counselor attributes to his insight, effectiveness, attention and leadership that must reward "should be" by emancipatory edges guiding towards a new path "knowing how to do" in the stage considered "difficult" from the fragmented postmodernist spectrum or allusive towards a curricular reconfiguration and training in an era of the connoted human being - adolescent.

Keywords: Orientation, Vocational, Hebegogy, Generativity, Postmodernity.

Introducción

El hito de Educere para el adolescente, como característica social de índole “compleja” y existencial surge a partir de la posesión de necesidades y posibilidades de desarrollo personal y el interés de seguir participando de manera activa, entrelazando a posteriori en la educación del adulto a partir de la Andragogía de Alexander Kapp en 1833 (citado por Knowles, y Halton III, 2001), esboza ciertos elementos de análisis y reflexión teórica sintética acerca de los apartados de la orientación vocacional, sus componentes y algunos aspectos acerca de la necesidad de una Hebegogía generadora establecida como principio educativo para la intervención directa con escenarios educativos de guía y enseñanza orientativa. Es necesario recalcar que la orientación vocacional cumple con un objetivo en el trabajo de formación de los adolescentes con los que se trabaja dentro de los escenarios educativos y como lo menciona Escamilla (2013), referente a la existencia de jóvenes que se encuentran confundidos, que no saben que estudiar o que solicitan un cambio de carrera, que los deja desconcertados y viviendo en carne propia lo que significa estar encerrado entre ideas que pueden llegar a ser abrumadoras, por lo que lo que se necesita para hacer frente a esto es un entendimiento adecuado de los procesos de orientación vocacional y aquellos procesos por los que atraviesan los adolescentes, propiciando que estos tengan el mejor resultado de su proceso educativo y orientativo vocacional, por medio de un sustento teórico adecuado que genere condiciones praxeológicas en su status quo por medio de necesidades de aprendizaje y búsqueda deconstructiva cognoscitiva hacia una Hebegogía generadora, lo expuesto articula un aspecto que Holland (1990) en su inducida “teoría tipológica” sustrajo como un principio que considera el frenesís de la orientación vocacional en relación al discente adolescente como tal, personas pertenecientes a un determinado grupo vocacional, al tener personalidades similares, responderán a situaciones y problemas de manera similar creando ambientes interpersonales parecidos, en si refleja una generación de desarrollo perceptivo en su ámbito personal y académico a posteriori. Se establece una cavilación sobre la acepción posmodernista (Follari, 2006, p. 38), “lo postmoderno alude a un sujeto centrado sobre sí mismo”, concluyéndose en términos generales la existencia de una necesidad de locución incluyente en la futura enseñanza universitaria holística en una etapa denominada “complicada” en los adolescentes, contemplando factores como la juventud demográfica y las transiciones políticas que favorezcan este tipo de enseñanza (Hebegogía) encaminada a una nueva filosofía educativa de integración al nivel medio superior y más adelante la universidad y la importancia del orientador vocacional es perdurable. En sí, la alusión hacia la posmodernidad corresponde a una liberalización de la sociedad, a una emancipación implícita por la formulación de nuevas inquietudes, adyacente en el adolecer, y esas inquietudes deben de solventarse por el docente en apoyo del orientador (conducto) vocacional.

La Orientación vocacional.

Desde un plano histórico el origen de la orientación vocacional se ubica en 1909 en Estados Unidos con Frank Parsons, que incidió en la preocupación de los jóvenes con medios desfavorables pudieran elegir una carrera, más adelante se le connoto como orientación educativa (Gavilán, 2006). En sí, desde sus inicios hasta la actualidad, la Orientación Vocacional ha estado ligada a la idea de la toma de decisiones relacionadas únicamente con la elección laboral o educativa, a excepciones. Considerando vertientes conceptuales de Orientación Vocacional, Para Parsons (1909 citado por Bisquerra 1996), la orientación vocacional es una adecuada elección donde implica tres elementos importantes: 1) tener una clara comprensión de sí mismo, de sus aptitudes, intereses, ambiciones, recursos, limitaciones y sus causas; 2) reconocimiento de los requerimientos y condiciones de éxito, ventajas y desventajas, recompensas, oportunidades y perspectivas en diferentes líneas de trabajo; y 3) un genuino razonamiento sobre la relación entre estos dos grupos. (p. 149), en cambio Fitch (1935, citado por González, 2010), definió la orientación vocacional como un proceso de asistencia individual para la selección de una ocupación, preparación para la misma, el inicio y el desarrollo en ella. (p. 149), Germain (1980 citado por Castañeda et al., 2005, p. 29) análogo la orientación vocacional en nodo a orientación profesional, como una actuación científica integral, actual y persistente, consignada a que cada persona se dedique con libertad, pero con conocimiento, lo que desea alcanzar, pero con el máximo éxito en el ambiente social. La orientación vocacional se ha visto alimentada de un sinfín de teorías que han sustentado los objetivos que se tienen dentro de esta, sin embargo, poco se ha hablado acerca de técnicas y teorías específicas de la hebegogía, y la manera en la que esta beneficia en el trabajo de orientación vocacional en la labor de los psicólogos y docentes que quieren formar parte del proceso de elección de carrera.

Recapitulando, se puede definir como principales funciones de la orientación vocacional cuatro puntos esenciales en donde se dirigen los esfuerzos para enfatizar a directamente al beneficio de los estudiantes, basándose en los requerimientos necesarios para cumplir con las exigencias psicoeducativas de los estudiantes con los cuales interactuamos. Principalmente Guerra (2009, como se cito en Morales, 2017), estableció cuatro funciones básicas dentro de la orientación Vocacional:

  1. 1. Función diagnóstica. Dentro de esta función se trata sobre la valoración y el diagnóstico de las necesidades del sujeto o los sujetos para posibilitar y favorece el desarrollo de su autoconocimiento y la mejora o realización de un plan de vida.
  2. 2. Función de ayuda. En esta función su complejidad equivale (entrelazar) en acciones encaminadas al asesoramiento y el consejo personal al estudiante, la formación en la búsqueda y utilización de la información necesaria.
  3. 3. Función de planificación: Se busca que el orientador pueda generar herramientas psicopedagógicas para facilitar el aprendizaje, y el avance orientativo educacional.
  4. 4. Función de evaluación e investigación de la propia acción orientadora: Este rubro discierne un reto enorme para los educadores, puesto al finalizar el seguimiento se hace la evaluación correspondiente y s llega a interrogar a la misma acción orientadora para encontrar nuevas áreas de oportunidad con las cuales intervenir, sin embargo, esto es un trabajo arduo que se debe hacer en conjunto de otros educadores y orientadores expertos, y que requiere un seguimiento metodológico extenso.

La orientación educativa se vale de procesos de intervención basados en estrategias especificas tanto de psicología como de pedagogía enfocadas en el desarrollo de las habilidades de autoconocimiento de los estudiantes, con esto también se pretende incentivar la búsqueda de nuevas perspectivas que los lleven a crear nuevas conexiones socio cognitivas que le beneficien en la toma de decisiones para la creación de nuevas perspectivas que ayuden a co-crear en los estudiantes nuevas expectativas en su futuro y la elección de una profesión de acorde a sus necesidades en una etapa adulta.

Teorías del desarrollo vocacional.

El nexo importante de la orientación vocacional es su tropo denominado orientación Profesiográfica, el cual Colque et al. (2022, p. 1722) considera que es esencial en la etapa previa al bachillerato para que, de esa manera, los estudios superiores continúen en forma correlativa o asociada. También se le ha connotado Orientación Vocacional Profesiográfica (OVP), aunado a la orientación educativa, del cual se ha definido como el proceso que tiene como objetivo describir y analizar intereses, aptitudes, actitudes, capacidades, destrezas y competencias de un estudiante para facilitar la toma de decisiones más acertada acerca de su carrera profesional (Medrano, 2008), adjunto a Bisquerra (2005) refiere que la OVP es un transcurso de orientación al estudiante en el cual además de diagnosticar sus potencialidades e intereses se le brinda información acerca de los perfiles profesionales de las diferentes carreras que están disponibles en las instituciones de educación superior de su contexto socioeducativo. Existen diferentes teorías que tratan de abarcar el complejo proceso del desarrollo de la madurez y la vocación, Tolbert (1982) menciona que este tipo de teorías son aún desconocidas en la mayoría de los países, y en la actualidad, el desarrollo que estas han tenido también otorgó un paso muy grande a la comprensión de dicha disciplina, gracias a la inclusión de nuevas teorías tanto humanistas, conductistas y cognitivas. Cites, (1977, como se cito en Tolbert, 1982) menciona diversas teorías que se relacionan con la orientación vocacional, de la cuales atribuye dos en específico al tópico: Teoría basadas en necesidades y la Teoría relacionada con el desarrollo.

La profesora Anne Roe (1980, como se citó en Rimada, 2003a), es considerara la principal exponente de la teoría basada en necesidades, fue una psicóloga estadounidense, cuya principal área de estudio está en el área clínica, y cullo principal aporte a la orientación vocacional está centrada en la explicación del desarrollo y evolución de los perfiles vocacionales.

Roe aporto una primera forma taxonómica acerca de las ocupaciones, y menciona que las labores se pueden dividir en dos, la primera centra estas labores en aquellas que están orientadas a las personas y la segunda se encuentra focalizada en las labores que se encuentran orientadas a las personas y a la interacción social. La diferencia de entre una y la otra son los tipos de ambientes, en el primero que está orientado hacia las personas, se describen con ambientes más cálidos y amorosos, por lo cual este tipo de personas tendrá mayor inclinación a trabajos sociales mientras que en el otro tipo de ambiente, más frio y distante se inclinara por trabajos más fríos, pero la misma autora señala que estos últimos pueden también encontrar placer en trabajos sociales como mecanismo de compensación (Rimada, 2003b).

La teoría de John Holland (1985, como se citó en Rimada, 2003c) y su propuesta hacia la elección vocacional y el desarrollo, menciona que la elección vocacional está completamente ligada a la personalidad del individuo, que incluye la motivación de este y la integración de sus capacidades, este autor habla acerca de la necesidad de logro y el desarrollo de la orientación vocacional a partir de la satisfacción del individuo con su interacción con el medio ambiente. Al mismo tiempo, el autor clasifica en seis tipos la personalidad de los sujetos para la elección de carrera; estos seis tipos son:

Tabla 1
Tipos de personalidad de los sujetos para la elección de carrera
Personalidad Descripción
RealistaPersonas cuya inclinación va hacia los trabajos mecánicos y manuales.
CientíficoPersonas con mayor inclinación a la observación e interpretación.
ArtísticoPersonas que se sienten mayormente orientadas hacia la creación de formas, sonidos y colores.
SocialSon individuos que prefieren la interacción social, la enseñanza o la asistencia al prójimo.
EmprendedorPersonas con rasgos que benefician el manejo y control de otras, enfocadas a las organizaciones.
ConvencionalPersonas con mayor capacidad para generar confort en distintos ambientes, como ordenar libros.
Rimada (2003).

Es necesario hacer mención que la tipificación propuesta por Holland (1985) no se presenta de manera pura en el individuo, pues para cada individuo las experiencias son únicas y estas pueden desarrollase de manera distinta para cada uno, por lo que es natural tener o poseer varias de las características mencionadas, sin embargo, también pueden existir una o dos características predominantes sobre las otras.

La Hebegogía como perspectiva educativa de necesidad.

Respecto a la disciplina o ciencia denominada Hebegogía, es de considerar las pocas aportaciones teóricas, en menos escala de índole metodológica que coadyuven a comprender la manera en la que se conectan los esfuerzos. Disgregar desde la etimología griega, ahijando el término de Hebegogía (Hebe: joven y agogós: conducir), esta palabra conjuga la denominación que se adapta explícitamente a la etapa educativa del ser humano que exige mayor atención por la forma poderosa en que avanza la existencia del joven, en la mitología griega, Hebe (en griego antiguo Ἥβη Hêbê) era la personificación de la juventud, se creía que era la hija de Zeus y Hera”. (León, 2022, p. 118).

Doubront (2021a) comprende la Hebegogía:

“En una reflexión que se desarrolla en la praxis educativa dentro del sistema de educación media (secundaria) sobre todo en la preocupación de que se siga tratando como niños a los adolescentes a través de la pedagogía, en ese sentido se dará definición a la Hebegogía pero de la misma manera entendiendo el mundo en su complejidad se propone el forjamiento de una Hebegogía transformacional orientada a que el educando sea un participante activo en su proceso constructivo de su aprendizaje” (p. 177 )

En sí, la interpretación del autor es la dignificación de una praxis educativa encaminada a la orientación, reflexión y coproducción de los aprendizajes y conocimientos entre el docente y el educando, percibiendo que en esta etapa el estudiante comienza a percibir y desarrollar cambios en su ser de mañera integral, siento estos tantos fisiológicos como psíquicos, por lo tanto no hay que olvidar de que incluso a la edad adolescente está dentro de en un proceso de construcción ontológica, un estado de rebeldía y de constante cambio, por lo que, ¿para que ir en contra de la naturaleza del adolescente?.

En su propuesta Gastelún (2014a), delimito la Hebegogía en una ciencia que estudia la educación de los adolescentes, se encuentra dentro de las ciencias agógicas, las cuales articulan la conformación del individuo en la integración progresiva que le servirá para todo su tiempo de vida (niñez, adolescencia, adultez y madurez) en este punto es necesario analizar la Antropogogía (tópico a desarrollar a posteriori); vista de otra manera no soslaya o entrevé una etapa tormentosa y estrés marcada por la maduración sexual y el conflicto generacional, refiriéndose a la búsqueda de identidad, madurez y diversos conflictos.

Adicional a lo descrito, en los modismos de lenguaje coloquial o popular es muy común en señalarlo o nombrarlo púber, muchacho, imberbe, pocas veces joven. González (2000), quien difiere de la condición de dialecto e idiolecto frónesis, explicita que el ser humano posee 11 edades: prenatal, infante, niño, adolescente, joven, adulto, señor, anciano, entre las ocho primeras. Como se advierte, el adolescente- efebo (aunque los griegos lo equiparon con el adulto), pertenece a su edad, la cuarta ascendente a joven y adulto. Es decir, la simbología del lenguaje semiótico impera en la sociedad de manera errónea, por lo que lo ideal sería designarlo en adolescentes, dependiendo de la perspectiva educativa y social de cada persona.

Complementando lo anterior, según Gastelún (2014b) converge que los jóvenes viven una adolescencia que, según estudios de la neurociencia, empieza en el cerebro, y fluctúa en el rango de edad de los 10 o 12 años a los 25 o hasta los 28 años, ya no son niños, ni son adultos todavía. Son de una naturaleza psiconeurobiológica distinta pero igual en la nomenclatura humana. Se sienten autónomos e independientes, pero no lo son. Más bien, el eslabón de la cadena humana más desprovisto de comprender su propia existencia

Diseccionando / delimitando la inclusión semántica del adolescente, educación, generatividad y postmodernidad.

Para comprender y clarificar los aspectos lingüísticos o de “metalenguaje” es importante establecer los vestigios de cada argumento etimológico de alcance hermenéutico y tratar el <> satisfactoriamente y, explícito al tópico central.

Roberts y Pastor (2022a) presentan una visión etimológica indoeuropea de la lengua española, en significados semánticos articulados en pro de socavar particularidades en asir a la revisión explicita. El alfabeto lingüístico concomitante al adolescente dirige al sentido o condición al- alter, el otro (alternar), alopatía - (gr)- afección, alotropía – alienar: convertir en otro. Situacionalmente el otro representa su par, o lo que representa el significado de su etapa, y las posibles interacciones sociales e interpersonales desde una perspectiva plausible en entornos emocionales. El al-2 – andar, del latín ambulo- ambi: caminar y ander – evolución / preámbulo (prep, prae). Adyacente a los supuestos del inicio de su andar yoico en senderos diversos a la dichosa frase “se quieres comer el mundo” por el hecho de adolecer (acepción tradicional) y a la vez posible generador de pensamientos a posteriori, no obstante, a su preparación de su libre albedrío ((Roberts, et al., 2022b p. 7). Puede radicar su yo social, conducir a una o varias crisis de identidad, o aun, recriminar el ausentismo paternal o parental, estos rubros o variables, fueron los primeros referentes de Erickson (2000). El eg – yo, gr.: yo, hilado eg- carecer (nord. Ant ekla: ´necesidad¨ ekorodo – ´solo´ con el sufijo *eg-e latín egeō: tener necesidad, carecer, egeno ´escaso´ (Roberts, et al., 2022c p. 49), al-3 – crecer, ēlska: vivir, ālym: vida, del latina alo: alimentar, posteriormente alumno propte – que es alimentado-. Adolescente (prep. ad, alescō: crecer hacía, adulto ´crecido´, coalición (prep cum, y alescō: crecer con) prolifero (latín feró: llevar) prolífico (latín fació: hacer). El devenir de los cambios fisiológicos (necesidades introspectivas, interoceptivas y exteroceptivas) que inevitablemente vivirán, su crecimiento, rasgos, apertura a diversos conocimientos procurando no tergiversar su cinética sensorial, al contrario, abducir la etapa adulta en hacer y saber llevar, es el momento idóneo de educere o educare por vía del docente u orientador. (Roberts, et al., 2002d, p. 8)

Educar – deuk: conducir, llevar, del latin duco, ductil – (ductos: conducido) ductor – guía (Roberts, et al., 2002e, p. 40). Explicita de manera simple el propósito asertivo de la educación aunado a sus aristas de ex ducere, educere o educare. Relativamente las ciencias agógicas en las etapas del ser humano. El gno –conocer, got. kunnan: saber, sufijo – gnō - sko- latin (g) ṅosco, - ere: aprender a conocer (a través de los sentidos). Gnosis- conocimiento absoluto a intuitivo, del latin gṅaros: conocedor (Roberts, et al., 2002f, p. 67). La capacidad de conocer es natural y progresiva, no obstante, alude el sa-pé-re (atribuir los “pilares de la educación) y la sophia (esta última como sendero relevante en la toma de decisiones y sus aspiraciones).

La generación (análoga generatividad) – gen – dar a luz, del latin genus – linaje, origen, grado pleno y sufijo *gen-es. Genial, genialidad del latín genius: genio (divinidad particular de cada persona, que la acompañaba desde el momento de nacer) la acepción de ´gran ingenio, inteligente´ procede del francés: genial, genialidad (Roberts, et al., 2002g, p. 57). La inteligencia es detonante de aspectos generativos en cualquier edad o etapa de vida.

Para concluir el tropo vigía indoeuropeo, la denominada postmodernidad- su abreviatura de raíz post. – posteriormente, su índice alfabético de la palabra moderno o modernidad abduce en med., prus, ant: año; let ´un periodo temporal´, la abreviatura se traduce en mod. (Roberts, et al., 2002h, p. 102). Los signos utilizados, los significados de las preposiciones en griego, latín y abreviaturas referidas en el texto fueron tomados de Roberts, et al., (2022i, pp. XVII-XX)

McAdams y de St. Aubin (1992, p. 1005) sostienen que la generatividad es una constelación de deseos internos, demandas culturales, intereses, creencias, compromisos, acciones y narraciones que giran en torno al objetivo psicosocial último de proveer lo necesario para la supervivencia, el bienestar y el desarrollo de la vida de las generaciones sucesivas.

Un aspecto importante de las actividades generativas es que, además de contribuir al bien común y al desarrollo social, implican un componente de satisfacción personal y estimulan también el desarrollo de la persona (Villar, 2012).

Erikson et al., (2000, como se citó en Sandoval et al., 2022) en su trabajo, añadieron una triple acepción de la generatividad: como contenido, como proceso (definiendo qué es un cambio generativo) y como contexto que tiene lugar en entornos colaborativos y dialógicos.

Zacarés y Serra (2011) cuando afirmaban que “el logro de la generatividad en la adultez puede ocupar el lugar conceptual central que en la adolescencia tiene la consolidación de identidad” (p. 75).

La verdadera Hebegogía, tiene que ver con un enfoque educativo adaptado a los retos que se viven dentro de la adolescencia, enfocada en los procesos nuevos cognitivos y los estados de cambios físicos y ambientales por los que se enfrente el adolescente. Por lo tanto, una Hebegogía exitosa y generadora deberá de cumplir con dichas necesidades psicobiológicas del adolescente, analizar las áreas de oportunidad de la educación para formalizar los procesos educativos que se ven en el aula.

La orientación vocacional y la necesidad de una hebegogía establecida.

La orientación vocacional se ha sustentado en varias teorías que parten de la psicología y la pedagogía, (no así de las ciencias agógicas) y que, al mismo tiempo, cumple con objetivos claros dentro de la práctica docente y metodológica. Entonces la constelación conceptual clave, gira alrededor de la palabra Hebegogía; este término preside la educación a esa edad que duele porque declina la niñez, y angustia porque todavía no alcanza la adultez (Gastelún, 2014c).

Es necesaria una Hebegogía transformadora de las aulas, de las perspectivas psicodinámicas y educativas con las que se abordan las maneras en las que se tratan los problemas dentro de los espacios educativos en los salones de clase. Uno de los ejemplos que se tienen de dichos cambios que podría traer una hebegogía completa e integrada es la transición que puede llegar a tener los esfuerzos docentes dentro de las aulas, y con esto, Doubront (2021b), afirmo:

“De la misma manera, dicho docente debe adentrarse desde una visión sinérgica el cual permita no solo para el reconocimiento de las potencialidades del educando sino el aprovechamiento de estas, entendiendo que la educación hebegógica como antesala a la Andragogía, debe centrarse en la búsqueda y construcción del aprendizaje y no en la enseñanza dogmática” (p. 191)

La nueva generación en atención a Paymal (2010), la despliega en sentido de “naturaleza precoz, madura, extremadamente sensible y empática, autorrealizada y autodidáctica, a la vez espiritual y pragmática” (p. 30). En sí, demanda nuevas necesidades de aprendizaje, nuevos métodos “pedagógicos” y nuevas didácticas. Los adolescentes requieren de ambientes de aprendizaje emocionalmente estables, afectivos, creativos, imaginativos para fomentar la multiculturalidad e inteligencias múltiples; demandan múltiples métodos “pedagógicos” hebegógicos asociados a las formas diversas de aprendizaje, posiblemente necesitan didácticas lúdicas, cooperativas, empáticas, que desarrollen su autoestima, autoconocimiento y su educación autodidáctica (Castillo, 2018). La orientación vocacional como ruta directriz debe proponer diversas áreas de oportunidad que reestablezca y de construya las variables mencionadas que enaltecen las necesidades intrínsecas de desarrollo hacia un conocimiento generativo hilando la siguiente preposición – hebegogeo - conducir al adolescente pre adulto- desde el constructo postmodernista.

A manera de conclusión.

La Hebegogía es un tópico vertiginoso que, pese a no ser muy conocido o investigado, forma parte de los puntos de prioridad en la investigación científica en la práctica educativa, psicológica y orientativa, y es en este último punto en donde prefiero hacer un énfasis, puesto que a mi consideración, y tomando de referencia los deberes y metas que cumple el trabajo de orientación, la hebegogía como una ciencia establecida en la especificidad de los retos propios de la edad en la que la adolescencia se presenta, el trabajo orientativo podrá estar mejor enfocado, mejorando así, cada proceso creativo e innovador para hacer intervenciones educativas.

Así mismo, la Hebegogía deberá fortalecer los procesos propios de los entornos educativos dirigidos a la adolescencia, por lo que, de manera indirecta, podrá beneficiar en el desarrollo de otras habilidades necesarias para el autoconocimiento de los estudiantes y creadores de ambientes educativos.

La mirada posmodernista no dista de las transiciones políticas, sociales, culturales, etc., que favorezcan este tipo (disciplina) de enseñanza, más bien se propone fortalecer una nueva filosofía educativa de integradora ascendente a sus metas, proyecto de vida, aspecto personal, profesional en instituciones de educación superior; es decir, la Hebegogía diseña cómo debe ser el ser humano en la edad que corresponde a la adolescencia, su finalidad educativa (por ello se debe considerar como una estrategia), mientras la didáctica constituye los medios para lograr tal finalidad (tiento o procedimiento). Esta enseñanza, teoría o modelo en los adolescentes demanda a la universidad nuevas líneas de investigación e innovar modelos educativos que desarrollen métodos y técnicas orientadas a una Cognosis dirigida en esta etapa. En este sentido, la Hebegogía encausada por la orientación vocacional cobra vital importancia como disciplina interdisciplinar cuyo objeto de estudio establece situaciones educativas demandantes.

Se retoma la propuesta de Gastelún (2014d) en cuanto al “modelo” hebegógico en sus cultivos con relación a la formación continúa de educadores hebegógicos: desarrollo personal y profesional con sentido humano, actitud proactiva y visión transdisciplinaria. Se agrega el marco multidisciplinario.

El constructo hebegógico reseña un hilo específico de la enseñanza del adolescente; se debe revalorar y es actualmente una necesidad, ello con la pretensión de destacar que las características del orientador vocacional en situación educativa interactúan en igualdad de circunstancias ante cualquier contexto o nivel académico, y en la adolescencia no es la acepción. Los jóvenes son vulnerables per se, pueden vivir vicisitudes adversas como personas, ignorancia de las asignaturas iniciáticas y precariedad en las condiciones socioculturales de su desarrollo para enfrentar cordialmente la vida futura. A partir de esta vulnerabilidad es preciso comprender sus necesidades y reconocer el compromiso que como educadores u orientadores vocacionales complementarios a la familia se debe asumir: un compromiso con la sustentabilidad humana de los hombres y mujeres de manera holística- perspectiva postmodernista a favor del adolescente.

Las nuevas generaciones de jóvenes poseen dos características esenciales, que se entrelazan a un comportamiento fundamentalmente individualista y lo de actual, una desmedida dependencia tecnológica. Por ende, es común o habitual observar a los jóvenes adolescentes estudiantes que prefieren la noción personalista sobre el colectivo, la dependencia en ellos mismos que en los demás y, por qué no, hacer de la tecnología su mejor aliado para tener menos dependencia de las personas, no es tendencioso a un supuesto postmoderno, sino más bien a una “modernidad” mal encausada; objeto de estudio para el orientador vocacional, educador o hebegógo.

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