Resumen: La empatía es una habilidad social necesaria para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, porque facilita el desarrollo del comportamiento pro-social, asociado a la prevención de comportamiento agresivo, antisocial y delictivo. El objetivo de la investigación es analizar diferencias estadísticamente significativas en función del sexo y del nivel educativo en la variable empatía. Es una investigación cuantitativa, con estudio descriptivo, con diseño no experimental, transversal. Participaron 208 estudiantes con rango de edad de 9 a 15 años, de ellos 104 son de quinto y sexto grado de primaria, (51 alumnas y 53 alumnos), y 104 alumnos de secundaria de primero y segundo grado (51 alumnas y 53 alumnos), ambas escuelas son públicas del centro del Estado de México. Se recolectaron los datos a través de la Escala de Empatía para niños y adolescentes mexicanos, α=0.80. Para cumplir con el objetivo, se realizaron dos contrastes de medias a partir del análisis estadístico t de student para muestras independientes. El primer contraste comparó a los participantes en función del sexo, el segundo contraste se realizó para contrastar al alumnado en función del nivel escolar: primaria y secundaria. Los resultados obtenidos identificaron que no existe diferencia entre los grupos comparados en función del sexo y nivel escolar, por lo que se discuten los resultados a partir del avance en la equidad de género al demostrarse que los niños y los adolescentes tienen niveles de empatía iguales al de las niñas y adolescentes sin importar la etapa de desarrollo.
Palabras clave: Empatía, Conducta social, equidad de género.
Abstract: Empathy is a social skill necessary for the development of children and adolescents, because it facilitates the development of pro-social behavior, associated with the prevention of aggressive, antisocial and criminal behavior. The aim of this research is to analyze statistically significant differences according to sex and educational level in the empathy variable. It is a quantitative study, with a descriptive study, with a non-experimental, crosssectional design. A total of 208 students aged from 9 to 15 years old participated, of which 104 are fifth and sixth grade students (51 male and 53 male students), and 104 secondary school students in first and second grade (51 female and 53 male students), both of which are public schools in the center of the State of Mexico. Data were collected using the Empathy Scale for Mexican children and adolescents, α=0.80. To meet the objective, two means contrasts were performed using the student's t-test statistical analysis for independent samples. The first contrast compared the participants according to sex, the second contrast was carried out to contrast the students according to the school level: primary and secondary. The results obtained identified that there is no difference between the groups compared according to sex and school level, so the results are discussed based on the progress in gender equity by demonstrating that children and adolescents have levels of empathy equal to those of girls and adolescents regardless of the stage of development.
Keywords: Empathy, Social behavior, gender equity.
Artículos
Empatía en niños, niñas y adolescentes, descripción en función de sexo y nivel educativo
Empathy in children and adolescents, description according to sex and educational level

Recepción: 15 Marzo 2023
Aprobación: 15 Septiembre 2023
Publicación: 01 Octubre 2023
La empatía es una habilidad comunicativa que desarrollan los seres humanos, a partir del reconocimiento de las emociones durante intercambios sociales (Muñoz y Chaves, 2013), ayudando a comprender las conductas que se manifiestan en las interacciones cotidianas (Garaigordobil y García, 2006).
La Agenda de la UNESCO 2030 determina el urgente desarrollo de habilidades socioemocionales, especialmente la empatía con el objetivo de impulsar la cultura de paz en espacios de desarrollo para la niñez, como los educativos para crear espacios sanos que generen ambientes de aprendizaje libres de violencia, que fomenten el respeto a la libertad, desarrollo de valores y de diversidad cultural, para prevenir episodios agresivos entre escolares (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 2017).
La última consulta Infantil y Juvenil en México, investigó acerca del comportamiento empático de la niñez, identificándose que el 6% de niños y niñas de 3 a 5 años señalan haber cuidado de sus hermanos, mientras que un 3% de niños y niñas, indicaron que cuidan de su abuelito o abuelita, demostrando su empatía en el contexto escolar al exponer su deseo por convivir con niños y niñas con discapacidad, en la misma consulta se demuestra también la empatía que expresan sentir hacia los animales (Instituto Nacional Electoral [INE], 2021). En documentos nacionales como la Ley General de Educación (2019), se establece la importancia de desarrollar en los niños en edades tempranas el comportamiento empático, por ejemplo, en el Artículo 16 se establece fomentar el cariño y respeto por la dignidad de las personas, promoviendo la igualdad de derechos y de la convivencia humana, es este mismo artículo refiere que se deben desarrollar habilidades cognitivas, socio-emocionales, que contribuyan a lograr el bienestar y al desarrollo social, y en el Artículo 18 de la misma Ley, se puntualiza que los escolares deben desarrollar en los espacios educativos habilidades emocionales, destacando el desarrollo de empatía.
La empatía surge en el ser humano a partir de edades tempranas, la edad varía de acuerdo con la cultura, por lo que el comportamiento empático se desarrolla en las personas a través de la socialización (Takamatsu, 2022), por lo que es una habilidad necesaria para el desarrollo de niños y adolescentes, ya que facilita el desarrollo del comportamiento pro-social en estas edades (Mendoza et al., 2015; Mendoza y Pedroza, 2015; Mendoza y Maldonado, 2017; Férriz et al., 2018), de hecho, el comportamiento empático se asocia con las conductas prosociales, altruistas y de ayuda (Alvarado, 2012; Carpena, 2016) y forma parte de las habilidades socioemocionales (Mendoza, Domínguez, et al.,2020; Mendoza, 2023b). La empatía al ser una habilidad para comprender lo que otros piensan y necesitan, promueve la percepción de lo que otras personas desean comunicar, facilitando la ayuda hacia los otros, obteniendo consecuencias positivas de sus acciones empáticas como la satisfacción personal y conductas de aceptación entre pares (Carpena, 2016; Mendoza, 2017;Mendoza, 2018; Mendoza, 2023a), se clasifica en diferentes tipos: Empatía cognitiva (percibir la perspectiva del otro individuo), Empatía emocional (reconocer lo que la otra persona siente (Merino, 2018).
Se ha identificado que los factores que determinan la empatía son procesos cognitivos como el reconocimiento de las emociones y la capacidad de tener la perspectiva de las emociones de otros y la propia (Oros y Fontana, 2015; Mendoza et al., 2021), lo que permite actuar, reaccionar y tomar decisiones en bienestar del grupo al que se pertenece (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF], 2019).
Los estudios desarrollados en empatía en niños han demostrado que los niveles elevados de empatía, se relaciona con alta aceptación entre pares, motivando al desarrollo de socialización positiva y funcional (Maldonado y Barajas, 2018; Wang et al., 2019), se relaciona con comportamiento pro-social y bajo nivel agresivo (Wang et al., 2019), es decir, mientras más empáticos son los niños exhiben menos mentiras en sus interacciones sociales (Demedardi et al., 2021) y demuestran menos comportamiento agresivo hacia pares y profesorado (Mendoza, et al., 2021; Morales, et al., 2021; Mendoza, et al., 2022).
Los estudios en el área han determinado que existen diferencias de género en el comportamiento empático, identificándose que las mujeres son quienes muestran más empatía que los hombres (Tur-Porcar et al., 2016; Navarro et al., 2016), exponiéndose por qué las mujeres poseen mayor preocupación y cuidado hacia los otros (Urquiza y Casullo, 2006).
El planteamiento del problema se sustenta en la revisión de la investigación del comportamiento empático que señala que el déficit de este, se asocia con comportamiento agresivo, delincuencia, comportamiento antisocial, acoso escolar y criminal (Nolasco, 2012; Samamé, 2016; Cuenca y Mendoza, 2017; Scribano, 2021), comprobándose que su identificación en edades tempranas es un factor que protege a la niñez de participar en conductas riesgo, permitiéndole facilitar comportamientos pro-sociales, como ayudar, cuidar de otros, mostrar solidaridad y trabajo en equipo (Cardozo, 2012; Mendoza, 2015; SánchezQueija et al., 2014; Richaud y Mesurado, 2016).
En la línea de investigación del comportamiento empático se han desarrollado estudios que describen la empatía en la niñez, por ejemplo, en Japón se realizó un estudio con niños con edades entre 4 y 6 años, con el objetivo de investigar la respuesta empática entre los niños y niñas de educación primaria, la investigación demostró que los niños de 5 a 6 años tienen una mayor toma de perspectiva afectiva que los niños más pequeños, los niños de todas las edades mostraron una menor preocupación empática (Takamatsu, 2022).
En España, se realizó una investigación con adolescentes y jóvenes de 13 a 23 años, el objetivo fue identificar la diferencia entre hombres y mujeres en los factores cognitivos y afectivos de la empatía, evaluando si existían cambios en función a la edad, los resultados arrojaron que las mujeres demuestran más empatía que los hombres, identificando que la empatía se consolida a medida que se desarrollan las personas, ya que se identificó un incremento en la toma de perspectiva (habilidad para comprender al otro en su punto de vista) y preocupación por los otros (Retuerto, 2004).
Otro estudio también en España en el que participaron niños con edades entre 10 y 12 años, cuyo objetivo fue identificar si existían variables que predecían la empatía en función del género, se demostró que la empatía se predice a partir de: conductas sociales asertivas, concepto positivo elevado y bajos niveles de conductas agresivas, identificándose diferencias en la predicción de acuerdo al género, las mujeres presentaron mayor puntuación en empatía que los varones (Garaigordobil y García, 2006).
En Venezuela, se realizó una investigación con adolescentes de 16 a 18 años, con el objetivo de identificar diferencias de género en función de la empatía. Los resultados demostraron que el nivel más elevado de empatía se encuentra en las mujeres, mientras que los hombres tuvieron una menor puntuación a la de las mujeres (Serrano y García, 2008).
En España se realizó una investigación en la que participaron adolescentes de 13 a 16 años, con el objetivo de identificar las diferencias de género en el comportamiento empático, los resultados indicaron que las adolescentes son más empáticas que los adolescentes (Mestre et al., 2009).
La revisión anterior demuestra que los reportes de investigación señalan que existe diferencia entre los géneros respecto al comportamiento empático en niños y niñas, especialmente en la primera infancia, en la adolescencia y juventud, demostrándose un vacío en el estudio de niños escolares (educación primaria), motivo por el cual se considera pertinente realizar un estudio que aborde la edad escolar, por lo que esta investigación pretende analizar si existen diferencias significativas de la variable empatía entre el alumnado en función del sexo y del nivel escolar en educación básica.
Participantes
Participaron 208 estudiantes de educación básica, con rango de edad de 9 a 15 años, de dos escuelas públicas, localizadas en el municipio de Toluca, Estado de México. Una escuela fue de nivel educativo primaria, por lo que participaron 104 alumnos de quinto y sexto grado (51 sexo femenino y 53 sexo masculino, respectivamente), la otra escuela participante fue de nivel secundaria, participaron 104 alumnos de primero y segundo grado (51 sexo femenino y 53 sexo masculino). El alumnado participó de forma voluntaria, sus padres firmaron un consentimiento informado en el que se les notificó los objetivos de la investigación y la confidencialidad de la información proporcionada.
Criterios de Inclusión y Muestreo
Ser alumnos de primaria y secundaria de las escuelas participantes, que desearan participar de forma voluntaria y cuyos padres firmaron un consentimiento informado.
Se uso un muestreo no aleatorio debido a que los participantes se seleccionaron al encontrarse fácilmente disponible y no fueron seleccionados mediante un criterio estadístico (Argüeso et al., 2017; Loureiro, 2015), es por conveniencia ya que los participantes se seleccionaron al contar con la facilidad de la aplicación por tener los permisos y apoyo de los directivos escolares.
Instrumento
Se empleó la Escala de Empatía para niños y adolescentes mexicanos (Manson et al., 2019), el cual es una adaptación mexicana del instrumento “A questionnaire to assess affective and cognitive empathy in children (Zoll y Enz, 2010). Evalua el nivel de empatía de los niños y niñas en, su aplicación está diseñado para niños de 8 a 13 años, se aplica de manera individual y colectiva, se responde a lapíz y papel, con duración aproximada de la aplicación de 10 minutos.
La escala de empatía tiene un índice de confiabilidad α = .80, cuenta con 28 reactivos, la forma en contestar cada situación es de forma dicotómica con las opciones “si” y “no”. El instrumento se compone de tres subescalas, que se describen a continuación:
Subescala 1. Empatía cognitiva la cual mide la perspectiva que se tiene del otro, se tiene un α = 0.599, con 12 ítems (4, 5, 6, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20 y 21), algunos de sus reactivos son: “Creo que las personas tienen diferentes opciones para resolver algunas situaciones”, “Puedo decidir por la cara de mis padres, si es un buen momento para pedirles algo”.
Subescala 2. Empatía afectiva las cual mide la percepción que se tiene del otro, de acuerdo a sus pensamiento, conducta y actitudes, se tiene un α = 0.599, se conforma por 12 ítems (7, 8, 9, 10, 12, 22, 23, 24,25 y 26), algunos de sus reactivos son: “Al ver a otro niño llorando me dan ganas de llorar” “Me molesta ver cuando regañan a un niño”.
Subescala 3. Preocupación por el otro (Empatía de Eisenberg´s), la cual mide la comunicación emocional que permite manifestar hacia el otro un contagio emocional, con un α = 0.631, se conforma por 6 ítems (1, 2, 3, 11,27 y 28), algunos de sus reactivos son: “Cuando veo a alguien sufriendo un niño que la está pasando mal, me siento mal por él” “No siento lastima ni “feo” cuando veo que lastiman o molestan a otros niños”.
Procedimiento
Se presentaron los objetivos de la investigación a las autoridades académicas de las escuelas participantes. Debido a que la gestión se hizo durante la pandemia (en el proceso de regreso a clases presenciales), se acordó con las autoridades escolares realizar la recolección de la información de manera presencial. Al momento de obtener la aprobación se procedió a acordar los días y el horario de asistencia para la recolección de datos, y se hizo la gestión necesaria para proporcionar a cada alumno un consentimiento informado, solicitando que sus padres lo firmaran para conceder la autorización para participar en el estudio. Las autoridades escolares asignaron los grupos escolares y aulas en las que se realizaría la aplicación de los instrumentos, las aulas proporcionadas tenían ventilación e iluminación adecuada. Se realizó la aplicación de la Escala de Empatía para niños y adolescentes mexicanos, bajo la dirección del aplicador, con la supervisión del docente titular. Durante la aplicación, la escuela verificó que el alumnado tuviera el kit de sanidad (gel desinfectante y cubre bocas), así como la firma de consentimiento de los padres.
Procedimiento y análisis estadísticos de datos
Par dar respuesta al objetivo general se empleó el programa estadístico SPSS 20.0 y se realizaron los siguientes análisis estadísticos que a su vez dan respuesta a cada objetivo específico:
Contraste de la empatía en función del sexo
A continuación, se presenta el contraste de medias realizado para los factores: empatía cognitiva, empatía afectiva y empatía de Eisenberg, en función del sexo (ver tabla 1).

La prueba t de student demostró que estadísticamente sí existen diferencias significativas (p<.05) en los tres factores, pero al realizar un análisis más detallado al analizar el valor de la media para el sexo femenino y masculino, se identifica que responden ambos sexos en el número uno, que en la escala de respuesta significa sí, lo que ocurrió para los tres factores: cognitivo, afectivo y en la escala de Eisenberg.
Contraste en función del nivel educativo, a partir de los factores del instrumento
En la tabla 2, se describen los contrastes de medias del alumnado de primaria y secundaria, en función de los tres tipos de empatía: Cognitiva, Afectiva y Empatía de Einsenberg.

La prueba t de student demostró que cada uno de los factores del instrumento que describen los tres tipos de empatía: Cognitivo, Afectivo y de Einsenberg, estadísticamente demuestran diferencias significativas (p<.05) en los tres factores, pero al realizar un análisis más detallado, se identifica que tanto alumnado de primaria como alumnado de secundaria responden “sí”, es decir número 1 en la escala dicotómica para los tres factores de Empatía: cognitiva, afectiva y en la escala de Eisenberg.
Se da respuesta al objetivo general de la investigación al analizar las diferencias significativas de la variable empatía entre el alumnado en función del sexo y nivel educativo.
Las conclusiones derivadas de los contrastes estadísticos señalan que no hay diferencias entre niños, niñas y adolescentes en función del sexo y el nivel educativo, por lo que tienen un nivel de desarrollo de empatía equilibrado.
Se cumplió con el objetivo de la investigación al analizar las diferencias estadísticamente significativas de la variable empatía entre el alumnado en función del género y del nivel escolar en educación básica.
Derivado de los resultados del estudio se concluye que en función al género no predomina ningún tipo de empatía: Cognitiva, Afectiva o de Eisenberg, ya que no se muestran diferencias en función del sexo, resultados inconsistentes con los reportados por Garaigordobil y Maganto, (2011), Hernández, (2012), Paez y Rovella (2019), Suriá et al. (2021) quienes identificaron que las mujeres son más empáticos que los varones, por lo que las mujeres generalmente obtienen un nivel mayor en habilidades para la resolución pasiva de conflictos, mientras que los varones tienden a resolver los conflictos de forma agresiva.
La diferencia del comportamiento empático en hombres y mujeres se debe fundamentalmente al aprendizaje de respuestas más estereotipadas de las mujeres al responder con mayor afectividad que los varones, que aunque se ha demostrádo que ambos tienen la misma capacidad cognitiva de procesar y comprender la situación de otras personas (Retuerto, 2004), su diferencia de respuesta empática se debe principalmente al aprendizaje social asociado a los estereotipos de género existente en la cultura y sociedad.
Los resultados del estudio señalan que no hay diferencias en función del sexo en la empatía afectiva y cognitiva, es decir, niños, niñas y adolescentes han aprendido a demostrar de igual manera sin distinción de sexo, preocupación, compasión y manifestando soluciones ante cualquier situación conflictiva (Rueda, 2021).
Los resultados de esta investigación son opuestos a lo que generalmente se ha reportado en la línea de investigación de la empatía, resultados que pueden deberse a los avances sociales y culturales que se han establecido desde las agendas nacionales e internacionales. Por ejemplo, en el ámbito escolar, los planes y programas de educación han realizado esfuerzos por brindar una educación integral con perspectiva de género en la que desaparezca la dicotomía que engloba a ciertos comportamientos únicamente para las mujeres, como es el caso de la empatía. En el ámbito internacional la Agenda UNESCO 2030, ha determinado que se realicen acciones para erradicar los comportamientos estereotipados como asumir que únicamente las mujeres son capaces de cuidar y comprender los sentimientos de otros (Mendoza y Mendoza, 2023), es decir, se está rompiendo las barreras psicosociales, a través de los cuales las mujeres aprender a tener un determinado autoconcepto social caracterizado por la conducta sumisa y tímida (Cardozo et al., 2011), se está logrando terminar poco a poco con comportamientos machistas dispuestos generalmente para los hombres, a quienes se les ha castigado culturalmente por mostrarse atentos, empáticos, y por cuidar de otros (Lara, et al., 2021; Serrano, et al., 2021).
Históricamente las mujeres se habían caracterizado por tener habilidades y capacidades que denotaban mayor atención a las emociones y sentimientos de los otros, por lo que tenian la habilidad para reconocer los sentimientos de los demás y también de los propios, teniendo caracteristicas singulares de la empatía (Giménez-Espert y Prado-Gasco, 2017), por lo que los resultados demuestran que tanto alumnos como alumnas han avanzado de manera equitativa para ser empáticos, por lo que se demuestra que las acciones que se han tomado siguiendo la Agenda UNESCO 2030, ha dado resultado al tener un desarrollo integral en las personas rompiendo la dicotomía sexista señalando ciertos comportamientos para hombres y otros para mujeres, basados en estereotipos tradicionales, por lo que la sumisión caracterizaba a las mujeres y el machismo a los hombres, quienes demostraban su poder, especialmente sin el cuidado hacia los otros (Mendoza, et al., 2020).
Desde una perspectiva evolucionista, los actos altruistas, así como la empatía, el cuidado a los otros, las conductas cooperativas, se han caracterizado por ser distintas para hombres y mujeres, determinando a las mujeres un rol de cuidado y de mayor emotividad al destinar a este sexo la expresión de emociones, mientras que a los hombres se les ha inculcado culturalmente el papel de protector, reprimiendo sistemáticamente sus emociones, determinando así el actuar en la sociedad de hombres y mujeres (Burges, 2014), por lo que los resultados, demuestran que tanto alumnos como alumnas se encuentran en el mismo nivel de manifestación de empatía, es decir, del cuidado y atención hacia los otros.
Derivado de los resultados del estudio se plantea una hipótesis explicativa, que podría ayudar a comprender los hallazgos, determinándose que el ámbito educativo ha sido un contexto que facilita equidad de género e inclusión (Mendoza y Mendoza, 2023), por lo que los resultados permiten hipotetizar que las actividades lúdicas que el alumnado tiene en el contexto escolar poco a poco dejan de ser sexistas, dando la posibilidad de jugar sin distinción de sexo en juegos que no se adecúan para un sexo específico. De hecho en México desde el 2004 instituciones como Inmujeres, solicitaron la erradicación de juegos sexistas, debido a que se demostró que el desarrollo de la empatía en la niñez se logra a través de interacciones lúdicas, a partir del juego, promoviéndose en ellos la posibilidad de representar planes y dinámicas sociales que les hacen reflexionar, ya que a través de los juegos los infantes aprender y generalizan información acerca de su ambiente y su cultura, permitiendo establecer relaciones entre ellos, libres de estereotipos (González-Moreno, 2015).
Otra hipótesis que se hace a partir de los resultados, es que los profesores y padres de familia como agentes de cambio han contribuido para que exista un avance para erradicar comportamientos sexistas, específicamente el considerar que la empatía es únicamente un comportamiento para las niñas y adolescentes, lo anterior se debe a que el proceso de socialización en el que se desarrollan niños, niñas y adolescentes es determinante para la existencia de diferencias entre el sexo para la realización de tareas, actividades y labores, este proceso social empleara las diferencias o igualdades entre hombres y mujeres (Aguirre et al., 2015; Cuenca y Mendoza, 2023).
Con respecto a las diferencias en el nivel educativo entre el alumnado de educación primaria y los adolescentes de educación secundaria, se identificó que no hay diferencias entre ellos, resultados inconsistentes a los reportados con Zabala et al. (2018) quienes mencionan que la empatía tiende a incrementar con la edad, sin embargo, para su desarrollo en las diferentes etapas escolares, la estimulación, el aprendizaje y la calidad del contexto en el que se desarrolla el alumnado, es de vital importancia para adquirir empatía (De la Caba-Collado y López-Atxurra, 2017).
Conviene destacar que no se evaluaron otras variables asociadas a la empatía, lo que imposibilita explicar por qué el alumnado de secundaria no demostró mayor empatía que el alumnado de primaria, sin embargo, a manera de hipótesis se establece otros factores de riesgo que afectan el desarrollo de empatía como el maltrato, abuso o negligencia, que afecta de manera importante el desarrollo de conductas prosociales especialmente el de empatía (Gómez y Narváez, 2022).
A manera de prospectiva se destaca la necesidad de desarrollar programas integrales que fomenten el desarrollo de empatía, así como actitudes, habilidades, destrezas y hábitos que faciliten la convivencia sana, pacífica respetando los derechos de todos y todas.
Una de las limitantes del estudio fue el tamaño de la muestra, considerando una escuela de nivel primaria y otra de secundaria, lo que impide metodológicamente que los resultados sean generalizables a otras poblaciones. Otra limitante fue considerar escuelas públicas, al no considerar las escuelas privadas, por lo que para futuras investigaciones se considera importante superar dichas limitaciones, así como estudiar al grupo de pares ya que al ser un grupo socializador influyen para el desarrollo de la empatía de los adolescentes (Boele et al., 2019), por lo que la calidad de las relaciones entre los adolescentes con sus iguales, así como el comportamiento que experimenten en sus actividades de ocio, será también determinante en el desarrollo de empatía.

