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Propuesta para diseñar instrumentos y evaluar la práctica profesional

Proposal to design instruments and evaluate professional practice

Vianey Sariñana Roacho
Escuela Normal Rural Guadalupe Aguilera, México

Propuesta para diseñar instrumentos y evaluar la práctica profesional

Revista RedCA, vol. 1, núm. 2, pp. 123-141, 2018

Universidad Autónoma del Estado de México

Recepción: 31 Agosto 2018

Aprobación: 24 Septiembre 2018

Resumen: El presente documento se deriva de una propuesta de intervención realizada en una institución formadora de docentes, con un grupo de asesores de séptimo y octavo semestres de la Licenciatura en Educación Primaria, plan 2012; esta consistió en la implementación y seguimiento de un Taller en el que se construyera en colectivo uno o varios instrumentos de evaluación, que permitiesen identificar fortalezas y áreas de oportunidad del desempeño en la Práctica Profesional de los estudiantes normalistas del cuarto grado, desde tres perspectivas: asesor, tutor y el practicante. El propósito de esta presentación reside en compartir la experiencia de intervención y el impacto que esta ha tenido en dicha institución, en intención de que otras se sumen a la dinámica de sistematizar y unificar criterios que permitan a la vez, establecer contrastes entre momentos, contextos, actores educativos y situaciones.

Palabras clave: Instrumento de evaluación, práctica profesional.

Abstract: This document derives from a proposal for intervention made in a teacher training institution, with a group of advisors from the seventh and eighth semesters of the Bachelor's Degree in Primary Education, plan 2012; this consisted of the implementation and follow-up of a workshop in which one or several evaluation instruments were built collectively, which would allow identifying strengths and areas of opportunity for performance in the Professional Practice of normal fourth grade students, from three perspectives: advisor, tutor and the practitioner. The purpose of this presentation is to share the intervention experience and the impact it has had on this institution, with the intention that others join the dynamic of systematizing and unifying criteria that allow at the same time, establish contrasts between moments, contexts, educational actors and situations.

Keywords: Assessment tool, professional practice.

Introducción

En las instituciones formadoras de docentes, se desarrolla el Plan y Programas de Estudios vigentes, en busca de desarrollar las competencias profesionales que deben tener los alumnos normalistas, una vez que culminan sus estudios en ellas; en el trayecto de ocho semestres de la licenciatura, se trabaja con 56 cursos, distribuidos en los cuatro años de estudio. De esos cursos, 8 corresponden al trayecto de práctica, de aquí, se consideraron los que se abordan en el último año de estudios, cuyo nombre es Práctica Profesional.

En los dos últimos semestres de la licenciatura, los estudiantes acuden a la comunidad de origen preferentemente, para llevar a cabo un total de 22 semanas de práctica durante el ciclo escolar; para cada ruta se asigna un maestro que funge como asesor del curso de Práctica Profesional, en los dos semestres, mismo que realiza visitas de orientación pedagógica por lo menos una vez a la semana, para revisión de materiales de apoyo, planeación didáctica, entre otros instrumentos y elementos requeridos por el asesor y en algunos casos del tutor, con el fin de coadyuvar en el buen desempeño del practicante.

De manera particular, en las visitas de orientación y asesoría pedagógica, el maestro realiza anotaciones o se basa de algún instrumento para evaluar la práctica del estudiante normalista. A partir de esto, se corroboró con entrevistas y pláticas informales, que tanto asesores como tutores, utilizan instrumentos e indicadores que más les agradan o les convencen, lo cual indica que cada quién tiene instrumentos diferentes y en raros casos son similares.

Después de diseñar e implementar instrumentos basados en las competencias planteadas en el Plan de Estudios y en el Perfil, Parámetros e Indicadores (PPI) del Servicio Profesional Docente (SPD), ambos vigentes, se aplicaron para identificar las fortalezas y limitantes de los practicantes, solamente desde dos perspectivas: la del asesor y la del tutor. Sin embargo, debido a que se pretendía unificar no solo el instrumento, sino también los indicadores, al menos en la Escuela Normal Rural J. Guadalupe Aguilera, para 7º y 8º semestres, se buscó diseñar e implementar un Taller en el que se involucraran los asesores para la construcción o mejora de un instrumento que utilizaran todos para evaluar el desempeño de los estudiantes, mismo que fue el producto final del Taller.

Una vez que se logró diseñar un instrumento, se continuó con la aplicación del mismo en las diferentes escuelas y comunidades de práctica, orientado a los jóvenes normalistas de 7º y 8º semestres, a sus asesores y a los tutores de práctica. Con ello se favoreció la unificación del instrumento y sus indicadores, además del análisis que la mayoría realizaron respecto a las ventajas y desventajas del instrumento, los resultados arrojados con la aplicación, indicadores y dimensiones en donde hubo mayor coincidencia de las tres partes evaluadoras (asesor, tutor y practicante), aspectos con mayor y menor dificultad para ser evaluados al momento de la observación, entre otros como las recomendaciones y sugerencias hacia ciertos indicadores, desde el punto de vista y experiencia de los asesores, con el fin de que fuesen más precisos.

Diseño metodológico

Para identificar los distintos modelos de la Investigación Acción, fue necesario investigar y seleccionar información, de tal manera que se encontró que:

El iniciador del proceso de la IA fue Lewin en 1946; este propuso ciclos de acción reflexiva, cada uno compuesto de la planificación, la acción y la evaluación de la acción. Otro de los modelos que se apoyó en Lewin fue Kemmis (1988), el cual aplicó su modelo en la enseñanza, organizando el proceso en dos ejes: el estratégico y el organizativo, estableciendo una dinámica de contribución para resolver problemas y comprender las prácticas.

Por su parte, Elliot (1993), desarrolló los ciclos de la IA en forma de diagrama de flujo, tomando como punto de partida el modelo de Lewin; este diagrama comprendía tres etapas: elaborar un plan, ponerlo en marcha y evaluarlo.

Los momentos de la investigación-acción de Kemmis (1989, citado en Latorre, 2002)
Figura 1
Los momentos de la investigación-acción de Kemmis (1989, citado en Latorre, 2002)

De los modelos citados, se retoma el de Kemmis, principalmente porque su orientación se inclina hacia el ámbito educativo; en el sentido estratégico consideró la acción y la reflexión; en el eje organizativo, la planificación y la observación; por lo que el proceso está integrado por cuatro momentos:

El Taller: elemento importante en el proceso de intervención

El taller es un grupo de personas, en este caso de docentes, que desarrollan actividades y tareas relacionadas con la temática a tratar; la intención no solamente reside en la enseñanza, sino en el aprendizaje y fortalecimiento de saberes, mediante diversas acciones por parte de quienes participan.

Se destacan los planteamientos de Schön (1987, citado en Meneses, Toro y Lozano, 2009) quien, en su reflexión sobre la formación de músicos y arquitectos, propone el taller como un escenario educativo privilegiado para el aprendizaje de quienes se forman en estas áreas artísticas, debido a que ofrece condiciones particulares para aprender haciendo en escenarios guiados y colectivos. En este caso, se retoman dichos planteamientos porque los participantes son docentes en busca de privilegiar su aprendizaje y experiencia tanto individuales como colectivas, bajo la orientación e intervención del encargado del taller.

Maya (1996), en su texto “El taller educativo”, hace un análisis respecto a los principios pedagógicos que debe seguir un taller, además de las ventajas que este proporciona; una de ellas se refiere a la estructura participativa, el rol del grupo, además de la oportunidad que se tiene para establecer vinculación entre la intención personal, la profesional y la grupal. Asimismo, Ander Egg (1991), define el Taller como un espacio “donde se trabaja, se elabora y se transforma algo para ser utilizado” (p.10). Menciona además que es una forma para enseñar, principalmente de aprender haciendo “algo” de manera conjunta o en grupo, que es la esencia del taller.

Elementos pedagógicos del taller.

El taller como parte fundamental en la propuesta de intervención, se caracteriza por una serie de aspectos de los que ya se hace mención en el párrafo anterior; aunado a esto, también existen principios que lo identifican como tal. Bajo esta premisa, se retoma nuevamente a Ander Egg (1981), el cual destaca ocho aspectos que caracterizan un taller como modelo para la enseñanza y el aprendizaje:

Los elementos anteriores, posibilitan la comprensión de las implicaciones del Taller, en el diseño, en la implementación y en la evaluación para mejorar y reflexionar sobre la propia práctica docente. Por lo tanto, el Taller está determinado por un proceso de acción y de reflexión que permite su validación como una estrategia con la que se puede avanzar de lo particular a lo general o viceversa.

El taller aporta experiencias de vida que exigen la relación de lo intelectual con lo emocional, tanto en los aspectos mínimos, como en los máximos, es decir, el todo en las partes y las partes en el todo. En el taller se fusiona el potencial individual y colectivo al momento de intentar solucionar problemas reales. (Tobón, 2007, citado en Meneses, Toro y Lozano, 2009, p.85)

Ruta metodológico de la Investigación

Considerando que se trabajó bajo el Modelo de Kemmis de acuerdo con las fases de la IA: Planificación, Acción, Observación y Reflexión, dicha ruta consistió en primer lugar, la realización de una planificación de actividades y estrategias que se llevaron a cabo en el ámbito de acción, con la finalidad de tener mayor conocimiento del mismo y reconocer las necesidades de los participantes.

Las actividades y estrategias previas al diseño e implementación del Taller consistieron en primer lugar, con el diseño de un instrumento para presentarlo al colectivo docente encargados de la práctica profesional de los estudiantes de 7º y 8º semestres de la LEP; una vez presentado, se utilizó para evaluar la primera jornada de práctica, desde la perspectiva de los titulares de los grupos de práctica (tutores), en el ciclo escolar 2016-2017. Posterior a ello se dieron a conocer los resultados a los estudiantes de la academia, luego a los docentes que la conforman, para enseguida hacer las reflexiones respectivas para la secuente modificación o replanteamiento del instrumento.

El instrumento se aplicó una vez más con las modificaciones necesarias en función de los primeros resultados, pero en el siguiente ciclo escolar y a partir de la segunda jornada de práctica de 7º semestre para hacer una nueva reflexión.

Luego de haberse implementado el instrumento de evaluación de la práctica con las adecuaciones pertinentes, además de haber reflexionado en conjunto con el subgrupo de seis estudiantes, se replanteó su utilidad y rediseño a partir del desarrollo de un Taller de 40 horas dirigido a los asesores de la PP, con la intención de que la construcción del instrumento se hiciera en colectivo y tuviera mayor impacto y aceptación entre los docentes de la academia, buscando a la vez que evaluaran el desempeño del estudiante en su PP, se consideraron tres perspectivas: la de los tutores, la de los asesores y la de los jóvenes practicantes.

Con lo anterior, se posibilita el contraste de información con la registrada en las visitas de orientación y asesoría pedagógica semanales, en la búsqueda de llegar a establecer un Modelo de evaluación de la PP de los alumnos inscritos en el último año de la LEP, no solo de la Escuela Normal J. Guadalupe Aguilera, sino del resto de las Instituciones Formadoras de Docentes, logrando con ello el uso de un instrumento para evaluar diferentes dimensiones de la práctica docente, y a la vez, identificar fortalezas y áreas de oportunidad desde las tres perspectivas, incluso, desde las diferentes instituciones, estableciendo en colaboración, mecanismos de intervención para contribuir a mejorar el desempeño en la PP; todo esto, a partir del diseño, desarrollo y seguimiento del Taller.

Se hicieron entrevistas a directivos, tutores y encargados de la PP, considerando los indicadores relacionados con la evaluación de la jornada de práctica, del instrumento que sirve para ello, de la utilidad y pertinencia del mismo, fortalezas y limitaciones. Todos estos, son aspectos que permiten analizar y reflexionar para poder reformular indicadores y acciones, por ende, transformar y mejorar la situación en la que se interviene.

Para lograr lo anteriormente dicho, fue necesario el uso de técnicas e instrumentos de recopilación y registro de la información, aspectos que se abordan en los siguientes párrafos.

Técnicas e instrumentos de recogida de datos

Las técnicas e instrumentos son procedimientos diseñados según la finalidad, el contexto y la situación, con ello se tiene evidencia clara y contundente que permita dar una justificación de los resultados e información de la investigación. En este sentido, se recurrió a la observación y a las entrevistas, con la finalidad de identificar la pertinencia que tendría el instrumento de evaluación de la práctica docente, de los estudiantes normalistas en su papel de practicantes, para los tutores y para los titulares del curso de práctica docente.

La observación y las notas de campo

La observación de las prácticas escolares, utilizada como técnica de investigación educativa, debe tener un carácter intencionado, específico y sistemático que requiere de una planificación previa que posibilite recoger información referente al problema o la cuestión que nos preocupa o interesa (Fuertes, 2011).

Existen varios enfoques de la observación, en este caso se recurrió a la observación directa y la observación participante; la primera se hizo en el desempeño de la PP por parte de los estudiantes normalistas, la cual no interfirió ni alteró la dinámica de trabajo.

La segunda, de acuerdo con Latorre (2002), es adecuada para estudiar situaciones que requieren que el investigador se implique y participe para comprender en mayor medida el fenómeno estudiado; además, es una técnica inherente a la IA y a la enseñanza, esta se hizo en el desarrollo del Taller dirigido a los docentes asesores de la PP.

Particularmente se recurrió a las notas de campo, ya que además de ser el punto fuerte de la IA, también lo son por su apertura y su flexibilidad, permitiendo al investigador abrirse a lo imprevisto. El objetivo de las notas de campo consiste en disponer de la información que se produce en el momento exacto, además de que se interactúa con las personas y las acciones que ahí se suscitan (Latorre, 2002). Las notas de campo se hicieron de manera descriptiva y reflexiva de acuerdo con las situaciones observadas en el momento.

Entrevista

Otra de las técnicas a utilizar fue la entrevista, pues además de proporcionar mayor flexibilidad, son útiles para reunir información de situaciones que se están estudiando; las entrevistas pueden ser no planificadas, planificadas, estructuradas, no estructuradas, abiertas.

Hernández, Fernández & Collado (2010) definen la entrevista semiestructurada como una técnica en la que el entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información sobre los temas deseados (p.418). En este caso se recurrió a la entrevista semiestructurada, en la que el entrevistador prepara una serie de cuestionamientos, controlando la conversación en caso de ser necesario, según las respuestas que obtiene del entrevistado.

Instrumentos de evaluación (rúbricas y escalas estimativas)

El instrumento esencial con el que se busca generar un Modelo de evaluación de la práctica docente en primer lugar fue toda una rúbrica de los elementos a considerar, partiendo de los “Estándares de Desempeño Docente en el Aula, para la Educación Básica en México” (2010) versión preliminar, para posteriormente hacer una modificación y convertirla en una escala estimativa; lo anterior, porque para los tutores y observador requería de mucho más tiempo para su llenado, terminando por atender más a este que a la propia observación de situaciones más particulares.

Retomando a Toranzos (2000), en la evaluación es importante considerar que una de las tareas del evaluador es la construcción de instrumentos, por lo que se debe orientar su selección a partir de las competencias y propósitos de la evaluación. En este sentido, se diseñaron diversos instrumentos, sin embargo, el énfasis se hizo en la evaluación de la práctica docente, específicamente en el curso de Práctica Profesional correspondiente al 7º y 8º semestre del Plan de Estudios de la LEP 2012.

La encuesta

De acuerdo con Kerlinger (1988), la encuesta permite identificar patrones y relaciones entre características y variables, además de dar seguimiento a los resultados, validarlos y profundizar en las razones de la respuesta de las personas. En este sentido, la encuesta solamente fue aplicada a los docentes asesores de la PP, una vez que se culminó con la fase presencial del Taller, cuya intención fue conocer la percepción de estos respecto al contenido, desarrollo y productos, incorporando un espacio para recomendaciones y sugerencias de manera abierta.

Resultados de la propuesta de intervención

Después de implementar una serie de acciones, actividades, estrategias, entre otros, derivados de una propuesta de intervención, evidentemente que existen resultados, independientemente del nivel o valor de estos, y a partir de ellos, se tiene la posibilidad dar seguimiento oportuno con la intención de mejorar. En este sentido, se hace una descripción y análisis de los alcances.

Cumplimiento de metas y logro de objetivos

Una de las metas consistió en efectuar tres reuniones con los directivos de la institución para dar a conocer el proyecto, los avances y los resultados de la investigación; se llevaron a cabo solo dos de ellas, en la primera se dio a conocer el proyecto, y en la segunda se compartieron alcances.

Respecto a la intervención en tres reuniones de academia de 7º y 8º semestres, cabe mencionar que se logró la meta. En la primera reunión se dio a conocer la intención del proyecto a los docentes, quiénes serían los involucrados, intencionalidad, tiempo de desarrollo, productos, entre otros; en la segunda reunión se hizo la presentación del instrumento en su versión final, en donde se puso a consideración para mejorar el contenido y congruencia con lo que se pretendía evaluar; finalmente en la tercera reunión, se compartieron los resultados de la aplicación del instrumento a los estudiantes, tutores y asesores del semestre en mención, se retomaron aspectos de coincidencia y discrepancia entre las tres perspectivas en las diferentes dimensiones e indicadores, reflexiones en torno a las aportaciones académicas y didácticas de los resultados derivados del instrumento, para la mejora y seguimiento del desempeño en la práctica profesional de los jóvenes normalistas, incluso se consideraron aquellos con mayor dificultad para ser evaluados, ya sea por la ausencia o por el corto tiempo en que se efectuaron por los practicantes; claro que no puede faltar la recomendación de los asesores para continuar mejorando el instrumento, pues si bien participaron en su elaboración, las perspectivas en ocasiones son distintas una vez que se aplica.

La academia de 7º y 8º semestres está conformada por 15 docentes, mismos que fueron considerados para la participación en el Taller y sus derivados; no obstante, solamente se contó con la asistencia, permanencia y participación de 14 docentes, de los cuales solamente 10 continuaron con la última fase del taller, que consistió en la aplicación del instrumento, además del análisis y reflexiones de los resultados desde las diferentes perspectivas.

Otro de los logros evidentemente se encuentra no solo en el diseño del Taller, sino en la implementación del mismo, de los productos y resultados derivados de ello; fueron jornadas extensas, en las que surgieron puntos de acuerdo pero también de desacuerdo e inquietud, que con la intervención y participación de algunos maestros, estos puntos fueron definiéndose poco a poco, hasta finalmente darle forma al instrumento, que fue el producto del taller en sí.

Con relación al objetivo de la propuesta, se destaca que el alcance fue notable, pues además del diseño de un instrumento, se lograron unificar criterios e indicadores que posibilitaran evaluar la práctica docente de los estudiantes normalistas, para identificar avances y áreas de oportunidad, posibilitando con esto la toma de decisiones pertinente.

Fortalezas, debilidades y áreas de oportunidad.

Conclusiones y reflexiones

Después de la implementación de la propuesta de intervención, se alcanzaron resultados en su mayoría favorables, mismos que se reflejaron en el producto final, en su aplicación y análisis de la información que de ahí se derivó.

Fue elemental identificar si se realizaba una evaluación de la Práctica Profesional en 7º y 8º semestres, además de conocer cuáles eran los momentos, las formas e indicadores de evaluación que utilizaban tanto los asesores como los tutores respectivos.

En primer lugar, todos realizan una evaluación, sin embargo, casi todos en distintos momentos, con diferentes instrumentos e indicadores. En segundo término, la intención de evaluar desde la perspectiva del asesor y del tutor, es también con diferente intención, lo cual hacía más complejo identificar puntos de coincidencia para establecer contrastes en busca de la intervención para mejorar la práctica docente.

Luego que se denotó la necesidad de diseñar una propuesta para lograr en conjunto con los asesores de 7º y 8º la construcción y unificación de un instrumento de evaluación como producto final de un Taller, se dio comienzo con dicho diseño. Lo que enseguida se hizo, fue la convocatoria para participar en el Taller, con la aclaración que en esa etapa se orientaba a los docentes que atendían en su momento a los semestres antes citados, particularmente con el curso de Práctica Profesional. Por fortuna, casi todos estuvieron presentes.

Respecto a la implementación, la cual fue de 40 horas en total, considerando 20 presenciales y el resto para trabajo individual o de campo, fue muy enriquecedora porque no solo se hizo la revisión y contraste de documentos y textos normativos, oficiales y los propuestos por los mismos participantes, sino que, a pesar de algunas diferencias ideológicas, personales y profesionales, finalmente se logró construir un instrumento de evaluación de la práctica.

En cuanto a la aplicación o puesta en marcha del instrumento, con fines de evaluar el desempeño de los estudiantes en la práctica, desde la perspectiva del asesor, del tutor y del practicante, se destaca que cuatro docentes no llevaron a cabo la segunda parte del Taller, se desconocen los motivos. El resto, sí continuaron con la aplicación del instrumento, además de que realizaron un análisis y reflexiones respecto al instrumento, a los indicadores con menor y mayor dificultad para evaluar, los hallazgos, y algunas recomendaciones hacia el contenido de pocos indicadores del instrumento, para que este fuese más preciso.

Con lo anterior se destaca que la propuesta de intervención tuvo un impacto favorable, ya que se llevaron a cabo una serie de actividades y estrategias para conocer el tipo y momentos en que los asesores y tutores evaluaban el desempeño de los jóvenes normalistas de 7º y 8º semestres; de igual forma, se diseñó un Taller dirigido a los docentes que atendían la práctica en los mencionados semestres; posterior a ello se hizo la convocatoria a los maestros correspondientes para participar en el Taller; luego se procedió a desarrollar los temas y contenidos durante 20 horas presenciales; se continuó con las 20 restantes para la aplicación del instrumento que se derivó del Taller.

Aunado a lo anterior, se promovió el trabajo colaborativo, así como la responsabilidad, tolerancia y compromiso, en el desarrollo de las distintas actividades del Taller; incluso, pudiera considerarse que hubo aprendizajes en los docentes, pues la mayoría desconocía el documento referente a los PPI vigentes; pocos recordaron todas o gran parte de las competencias profesionales planteadas en el Plan de Estudios de la LEP 2012.

Cabe reiterar que uno de los propósitos planteados en el Taller fue la elaboración de por lo menos un instrumento que permitiera identificar las fortalezas y áreas de oportunidad en los practicantes, tomando en cuenta tres perspectivas con solamente un instrumento; aspecto que favorece la participación de otros actores educativos, así como la identificación de lo que cada uno percibe al momento de evaluar.

Como fortalezas en la propuesta de intervención se tiene que:

Para finalizar, es preciso señalar que la aportación que se tiene con la presente investigación, se da principalmente en el campo de la educación normalista y para las instituciones formadoras y actualizadoras de docentes; posteriormente a los estudiantes y a las escuelas primarias donde realizan las jornadas de práctica. Esto, porque se cuenta con un Taller que fue diseñado con base en las experiencias y en las distintas implementaciones de instrumentos de evaluación; asimismo, se logró construir un instrumento que permite evaluar el desempeño de la práctica, mismo que puede ser utilizado en diferentes momentos según la intención del asesor o del tutor. Además, aunque es solamente un instrumento para evaluar desde tres perspectivas diferentes, posibilita la identificación de aspectos que cada uno de estos percibe, y por ende, es posible realizar contrastes entre la información de las dimensiones, los indicadores, docentes, de acuerdo a lo que se desea analizar.

Solo falta continuar implementando el Taller y sus derivados en otras instituciones formadoras de docentes o escuelas normales, en busca de generar un modelo de evaluación de la práctica profesional en el 7º y 8º semestres, solo es cuestión de tiempo

Referencias

Ander-Egg, E. (1991). El taller una alternativa de renovación pedagógica. Editorial Magisterio Río De La Plata. Buenos Aires.

DOF (2012). Acuerdo número 649 por el que se establece el Plan de Estudios para la Formación de Maestros de Educación Primaria. México: Autor.

Fuertes, T. (2011). La observación de las prácticas educativas como elemento de evaluación y de mejora de la calidad en la formación inicial y continua del profesorado. REDU: Revista de Docencia Universitaria, 9(3), 237.

Hernández R., Fernández y Collado (2010). Metodología de la Investigación. Ed. Mac Graw Hill, Chile.

Kerlinger, F. N. (1988). Investigación del Comportamiento, 2ª ed. México: McGraw-Hill.

Kemmis, S. & McTaggart, R. (1992). Cómo planificar la Investigación Acción. Ed. Laertes, Barcelona, España.

Latorre, A. (2002), La Investigación Acción, conocer y cambiar la práctica educativa, Ed.Graó,1a. ed. Barcelona, España.

Maya, A. (1996). El taller educativo. Cooperativa editorial magisterio, Bogotá, Colombia.

Meneses, D., Toro, G., Lozano, D. (2009). El taller como estrategia didáctica para la enseñanza del diseño arquitectónico. Revista Actualidades Pedagógicas No. 53. Enero – junio 2009.

SEP (2012). El enfoque formativo de la evaluación. Serie: Herramientas para la evaluación en Educación Básica. México

SEP (2013). Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde un enfoque formativo. Serie: Herramientas para la evaluación en Educación Básica. México.

SEP (2017). Perfil, Parámetros e Indicadores para Docentes y Técnicos Docentes en Educación Básica. Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente. México, Autor.

Toranzos, L. & Nydia E. (2000). Evaluación educativa: una aproximación conceptual. Buenos Aires, Argentina: OEI

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