Bienestar Psicológico explicado a través de las Competencias Emocionales y las Estrategias de Afrontamiento en estudiantes universitarios

Psychological Well-Being as Explained through Emotional Competencies and Coping Strategies in College Students

Alejandra Moysén Chimal

Universidad Autónoma del Estado de México, México

Diana Eliether Figueroa Mora

Universidad Autónoma del Estado de México, México

Delors et al. (1996), enfatizan que la educación no sólo se debe enfocar en la adquisición de conocimientos sino en desarrollar competencias que le permitan mejores oportunidades en la vida, mediante la paz, la libertad y la justicia social. En ese sentido señalan que las políticas educativas son un proceso continuo de los conocimientos, capacidades técnicas, la estructuración del individuo y de su relación con el otro. La educación superior tiene como uno de sus propósitos el contribuir a la sociedad con profesionistas altamente capacitados y con un gran sentido humanista. La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES, 2000) refiere que la educación debe de pasar de métodos lineales y tradicionales a formadores integrales que incluyan variables culturales, psicosociales y afectivas en todos los niveles educativos.

Anabalón-Anabalón y Vega (2023) mencionan que en la educación superior debe de ir acompañado de conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes para la vida y el ámbito laboral. Así mismo refieren que los estudiantes tienen mayor autonomía emocional y competencia social, lo que conlleva a que pueden valerse por sí mismos y relacionarse con sus pares.

El bienestar psicológico es la percepción respecto a los logros y su grado de satisfacción personal con sus acciones pasadas, presentes y futuras (Velázquez et al., 2008). De acuerdo con Harvey Narvaéz et al. (2021) el bienestar psicológico se va construyendo a través de un conjunto de vivencias positivas o negativas, además del vínculo con otras personas y las redes de apoyo.

Las competencias emocionales, de acuerdo con Bisquerra Alzina y Pérez Escoda (2007), son el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales. Las competencias emocionales surgen de la educación emocional, y tienen mayor aplicación en el contexto educativo, ya que se encuentran relacionadas con la medición de logros (Fragoso Luziaga, 2015). López-Cassá et al. (2018) mencionan que las competencias emocionales se relacionan con las capacidades afrontamiento en situaciones adversas e impactan en la satisfacción con la vida.

Fragozo-Luziarga (2015) y Suriá Martínez et al. (2021) refieren que el potenciar las competencias emocionales en los universitarios se asocia con la interacción social de los futuros profesionistas, las personas que tienen mayor competencia social tienen mayores habilidades para lidiar con los problemas emocionales y por ello experimentan un mayor bienestar. Anabalón Anabalón et al. (2024) mencionan que, en el caso de los universitarios de Chile a mayor nivel de logro en autonomía emocional y competencia social, los jóvenes cuentan con mayores habilidades para desarrollarse por sí mismos y para establecer relaciones positivas.

Por otra parte las estrategias de afrontamiento que son las habilidades cognitivas y conductuales usadas para enfrentarse a las demandas internas y ambientales percibidas como estresantes (Lazarus & Folkman, 1984, Lazarus, 2003), y que como se puede observar, sí las personas cuentan con estos elementos, serán individuos satisfechos con su historia de vida y sus logros conscientes de sus conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes que les permite comprender, expresar y regular sus emociones, contando con las habilidades cognitivas y conductuales necesarias para enfrentarse a las demandas que se le presentan. Las estrategias de afrontamiento constituyen recursos que las personas emplean para hacer frente a demandas específicas, lo que puede afectar a su bienestar. (Harvey Narváez et al., 2021).

Diener (1984, 2009), considera que la personalidad ayuda a predecir el bienestar subjetivo, ya que las personas que presentan más altos niveles de felicidad son joviales, optimistas y quienes mejor manejan las preocupaciones. Las creencias espirituales, la resignificación de eventos normales a positivos, también se relacionan con el bienestar subjetivo. Este último está en función de la experiencia interna de las personas; se enfoca en la presencia de aspectos positivos y la ausencia de factores negativos y, por último: la evaluación global que cada individuo tiene sobre su vida.

Advíncula (2018), Khalil et al. (2020) refieren que el bienestar psicológico en la población universitaria supone una preocupación creciente debido a la exigencia académica que propicia el desarrollo de patologías, y encontraron que mientras más regulación emocional mejor es su bienestar, Cejudo (2017) refiere que en el caso de los jóvenes que identifican sus sentimientos y regulan sus emociones tienen mejor funcionamiento social.

Gutiérrez Cervantes et al. (2024) mencionan que la capacidad en los universitarios para afrontar situaciones aumenta cuando se comprenden las emociones involucradas, y esto es un factor protector en personas con competencias emocionales, lo que conlleva a ser autónomos y con autorregulación, lo cual es crucial en su desarrollo profesional y personal. Harvey Narváez et al. (2021) refieren que las estrategias de afrontamiento y el bienestar tienen una asociación directa, en los factores de solución de problemas, búsqueda de apoyo social, religión, evitación cognitiva, relación positiva y negación. Así mismo refieren que los universitarios tienen diferentes formas de afrontar.

De acuerdo con los estudios antecedentes se observan evidencias de que el bienestar psicológico se encuentra relacionado con variables de competencias emocionales y estrategias de afrontamiento, pro lo que el presente estudio tiene como propósito el identificar si el bienestar psicológico puede ser explicado a través de estas variables.

Tipo de Investigación y Diseño. Se realizó una investigación empírica cuantitativa, con un diseño transversal. De acuerdo con Ato et al. (2013) y Hernández Sampieri y Mendoza Torres (2018), estos estudios se emplean para conocer el estado de las variables, a través del empleo de datos numéricos y el uso de análisis estadísticos.

El tipo de investigación es explicativo, porque busca exponer el fenómeno, desde sus causas y las circunstancias como se relacionan las variables.

Variables: Las variables independientes de estudio fueron las competencias emocionales, las cuales son un cojunto conjunto de conocimientos, capacidades y ahbilidaddes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada las emocionaes (Bisquerra & Pérez Escoda, 2007). Y las estrategias de afrontamiento consideradas como las habilidades cognitivas y conductuales con que cuentan las personas para responder al estrés que les causan los sucesos de la vida diaria, estás estrategias son acciones que realizan, y pueden centarse en el problema o la emoción (Lazarus y Folkman, 1986). La variable dependiente fue el bienestar psicológico es un estado de cremiento personal y de desarrollo que conlleva emociones positivas y una percepción de sucesos positivos (Díaz et al., 2006).

La muestra que se empleo fue no probabilística por conveniencia, teniendo algunos criterios de inclusión como ser estudiante formalmente inscrito, aceptar formar parte del estudio, manifestado a través de una carta de consentimiento. Se aplicaron los instrumentos a 935 estudiantes universitarios de licenciatura de una institución pública del Estado de México. 355 hombres y 580 mujeres, con un rango de edad de 17 a 29 años. Se revisó la base de datos en cuanto a casos perdidos y datos atípicos considerando algunas características como la edad y el estado civil. y las variables de estudios. Se procedió a eliminar los datos atípicos quedando la población con 840 casos. De los cuales 522 son mujeres y 318 hombres, todos ellos solteros, con un rango de edad de los 18 a los 24 años, 395 no realizan actividad física y 445 sí (Ver la Tabla 1).

Tabla 1
Características de los estudiantes universitarios de una institución pública

Elaboración propia, derivada de las repuestas de los participantes en la investigación

Para medir el Bienestar Psicológico se empleó la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff, que fue adaptada el español Díaz et al. (2006). Consta de 39 ítems en una escala Likert con seis opciones de respuesta que va de totalmente de acuerdo a totalmente en descuerdo. De acuerdo con Figueroa Mora (2022) la escala para estudiantes universitarios tiene una varianza total de 49.747%, dividido en seis factores: Propósito de Vida, Relaciones Interpersonales, Crecimiento Personal, Autoaceptación, Dominio del Entrono y Autonomía; y un alfa total de .925. Para fines de la presente investigación se consideró el total del Bienestar Psicológico, que de acuerdo con Díaz et al. (2006) se obtiene de la suma de todos los reactivos, y a mayor puntuación mayor bienestar.

Para medir las competencias emocionales se utilizó la Escala de Desarrollo Emocional de Adultos (CDE-A), consta de 48 ítems y se compone de cinco dimensiones: Consciencia Emocional, Regulación Social, Competencia Social, Regulación Emocional y Red Social. El instrumento cuenta con una varianza total de 45.414%, un alfa total de .895 (Figueroa et al., 2022).

Para medir las estrategias de afrontamiento se empleó la Escala Multidimensional de Evaluación de las Estrategias Generales de Afrontamiento COPE, el cual es un cuestionario autoinforme elaborado por Carver et al. y adaptada al castellano por Crespo y Cruzado (1997). Validada para jóvenes mexicanos por Moysén Chimal y Figueroa Mora (2021). El instrumento se conforma de 9 factores: Planeación y Afrontamiento Activo, Apoyo Social, Consumo de Alcohol y Drogas, Humor, Centrado en las Emociones y Desahogo, Creencias y Religión, Negación, Aceptación y Evitación, con 50 reactivos. La varianza total del instrumento es de 44.364%, el alfa total de .895

Los datos obtenidos en la presente investigación forman parte de la investigación realizada por Figueroa Mora (2022). Se aplicaron los instrumentos a través de formulario de Google, donde inicialmente se les explicaba que los datos se utilizarían para una investigación y se analizarían de manera grupal. Se les solicito que manifestaran si estaban o no de acuerdo en participar en la investigación. La liga para acceder a los instrumentos y dar respuesta a los mismos estuvo durante seis meses y se compartió a través de las autoridades académicas de los diferentes Organismos Académicos de un Universidad Pública del Estado de México. Una vez que se tuvieron las respuestas se procesaron los datos en el paquete estadístico SPSS 27, se exploró la base de datos en cuanto a los descriptivos y la distribución normal de los datos, para eliminar los casos que tenían datos perdidos y los casos atípicos de las diferentes variables.

Se realizó un Análisis de Regresión Lineal de prueba de significancia, con el propósito de evaluar la importancia de cada variable independiente en el modelo, obteniendo el valor de R para establecer la relación entre las variables, R² con el propósito de establecer el ajusta de la VD sobre las VI, y establecer el porcentaje en que influyen las VI sobre la VD, el valor de Durbin-Watson, para establecer el supuesto de independencia, el ANOVA con el propósito de verificar que el modelo sea adecuado, el valor B, t y significancia para establecer el peso de cada una de las variables y la probabilidad, la Tolerancia y el VIP.

La Tabla 2 muestra los resultados obtenidos de la Regresión Lineal jerárquica del bienestar psicológico a través de las competencias emocionales y las estrategias de afrontamiento. El modelo final, reporta una R de .757, lo cual establece una buena relación entre las variables. Las variables que influyen en el Bienestar psicológico son evitación, regulación emocional, competencia vida bienestar, competencia social, planeación de afrontamiento activo, apoyo social, centrado en emociones desahogo, las cuales en conjunto explicar el 56.6%. El valor de Durbin-Watson está entre los valores permitidos por lo que se establece la interdependencia.

Tabla 2
Análisis de Regresión del bienestar psicológico con competencias emocionales y estrategias de afrontamiento en estudiantes universitarios

Resumen del modelo^b

La elaboración de la tabla se realizó con n=840, de las respuestas proporcionadas por los participantes a los instrumentos aplicados

• Predictores: (Constante), Evitación, Apoyo Social, Regulación Emocional, Competencia Social, Centrado en las Emociones Desahogo, Competencia Vida Bienestar, Planeación y Afrontamiento Activo

• Variable dependiente: Bienestar Psicológico

En la Tabla 3 se presentan los resultados obtenidos del ANOVA del Modelo, se observa que existe una significancia menor a .05, por lo que el modelo puede ser considerado.

Tabla 3
Resultados del ANOVA del Bienestar con respecto a las Competencias emocionales y las estrategias de afrontamiento

La elaboración de la tabla se realizó con n=840, de las respuestas proporcionadas por los participantes a los instrumentos aplicados

• Variable dependiente: Bienestar Psicológico

• Predictores: (Constante), Evitación, Apoyo Social, Competencia Social, Regulación Emocional, Centrado en las Emociones y Desahogo, Planeación y Afrontamiento Activo, Competencias para la Vida y Bienestar

En la Tabla 4 se observa los resultados de Beta y los valores de t y la significancia de cada una de las variables que quedaron incluidas en el modelo para predecir el Bienestar Psicológico. La Regulación emocional tiene un valor B mayor de .336, seguido de competencias para la vida bienestar (B=.219), evitación que tiene un valor negativo (B= .217). Así mismo se observa que los valores de tolerancia van de .633 a .781, y el VIF de 1.280 a 1.579, lo que permite verificar la colinealidad de las variables.

Tabla 4
Resumen del Análisis de Regresión para el Bienestar Psicológico con respecto a las competencias emocionales y las estrategias de afrontamiento

La elaboración de la tabla se realizó con n=840, de las respuestas proporcionadas por los participantes a los instrumentos aplicados

El bienestar psicológico es considerado como la percepción que se tiene hacia uno mismo, tomando en cuenta aspectos positivos de la persona. En el estudio realizado por Velázquez et al. (2008), encontraron que entre los predictores del bienestar psicológico se encuentran el género y la personalidad, específicamente en crecimiento personal, propósito en la vida y autoaceptación.

Para Sánchez Cánovas (2013), el bienestar psicológico va en el sentido de la felicidad o también llamado bienestar. Considera que es una percepción subjetiva porque va en función de cómo cada uno evalúa su vida y el grado de satisfacción que consideran, con relación a la ausencia de depresión y experimentar emociones positivas. En el presente estudio se encontró que el bienestar psicológico en jóvenes universitarios puede ser explicado a través de los factores de estrategias de afrontamiento de evitación, planeación y afrontamiento activo, apoyo social, centrado en las emociones y desahogo,

Para Lazarus y Folkman (1986), el afrontamiento centrado en el problema son los recursos cognitivos y/o conductuales de los individuos para enfrentar los detonantes estresores, como son elaborar un plan de acción, buscar recursos y ayuda, así como reinterpretar el significado de un fracaso, entre otros. Por otra parte, el afrontamiento centrado en la emoción, la persona emplea estrategias que le ayuden a reducir su sentir (distress) emocional con la situación estresante. Para Lazarus (1999) y Lazarus y Folkman (1986), las personas usan más las estrategias centradas en el problema cuando la situación podría tener solución y las centradas en la emoción cuando no hay nada que hacer.

El afrontamiento activo se centra en analizar todas las posibilidades y herramientas con que se cuenta para solucionar o eliminar el problema, mientras que la planificación, como su nombre lo dice se enfoca en evaluar las opciones que se tienen para resolver el problema.

En el caso del bienestar y las estrategias de afrontamiento que lo explican se encuentran los estilos centrados en el problema como planeación y afrontamiento activo y apoyo social, los cuales impactan de manera positiva, es decir entre más empleen estás estrategias los jóvenes universitarios, mayor bienestar van a experimentar. Y en el caso de la evitación y centrarse en las emociones y desahogo impactan de manera negativa, es decir, entre más empleen estas estrategias el bienestar va a disminuir.

Por otra parte, las competencias emocionales, de acuerdo con Ruvalcaba et al. (2018) son la capacidad emocional, individual e interpersonal del individuo, para enfrentar las presiones de su entorno. Bar-On (2006), precisa que ser emocional y socialmente inteligente significa gestionar el cambio personal, social y ambiental, es decir, afrontar situaciones de manera inmediata y tomar decisiones y solucionar los problemas, de manera optimista, actitud positiva y automotivación. Murillo García et al. (2018), señalan que las competencias socioemocionales contribuyen a la adaptación al medio en el que se vive, logrando relaciones interpersonales favorables, permitiendo el equilibrio emocional y estados de salud y bienestar satisfactorios.

En el caso del Bienestar para poder explicar se encuentran las competencias emocionales de regulación emocional, competencia social, competencias para la vida las cuales impactan de manera positiva. Es decir, entre más competente emocionalmente sean los jóvenes universitarios, impactara en su bienestar.

La Regulación Emocional está relacionada con la capacidad de conducir las emociones favorablemente, así como el correcto uso de la relación entre la emoción, la cognición y el comportamiento, desarrollar estrategias de afrontamiento y la capacidad de generar las emociones propias. Incluye el manejo apropiado de las expresiones emocionales, es decir, el tener la habilidad de entender que el estado emocional interno puede ser uno y el externo, otro. Así como gestionar los sentimientos propios y las emociones de manera correcta, desde regular la impulsividad, ira, violencia, comportamientos riesgosos, tolerancia a la frustración, manejo del estrés, ansiedad, depresión. También la habilidad de enfrentar situaciones que generan conflicto. La habilidad para autogenerar emociones positivas como son alegría, amor, buen humor, fluir y disfrutar de la vida. Autogestionar el bienestar subjetivo para una mejor calidad de vida (Pérez-Escoda, 2016).

Por otra parte, las Competencias sociales es el poder relacionarse con el entorno de una forma positiva, con un dominio de las habilidades sociales básicas, la comunicación eficaz, el respeto, asertividad y las actitudes prosociales. Incluye el dominio de las habilidades sociales más elementales como son la escucha, el saludar, despedirse, pedir por favor, agradecer, ofrecer disculpas, siempre buscar el diálogo. (Anabalón Anabalón et al., 2024). El respeto por los demás, entender las diferencias personales y grupales y respetar el derecho que cada uno tiene. La comunicación receptiva, incluyendo la comunicación verbal y no verbal para que el dialogo sea claro y preciso. La comunicación expresiva, que está relacionada con el poder iniciar una conversación y sostenerla, poder expresar los pensamientos y sentimientos y que a los otros les quede claro que fueron comprendidos. Compartir emociones, tener reciprocidad o simetría en la interacción. Comportamiento prosocial y cooperación, apoyar a los demás sin que lo soliciten. Asertividad, tener un comportamiento equilibrado entre la agresividad y la pasividad. Saber decir que no cuando no se desea algo. Prevención y solución de conflictos, identificar situaciones, evaluar riesgos, obstáculos y fortalezas. Teniendo en cuenta los sentimientos de los demás y la capacidad de negociación. Así como la capacidad de gestionar situaciones emocionales. (Pena & Repetto, 2008).

Las Competencias para la Vida y el Bienestar, es el tener comportamientos apropiados en la solución de los problemas que pueden ser personales, familiares, sociales o profesionales. Organizar la vida de manera sana y equilibrada, obteniendo con ello satisfacción o bienestar. Fijar objetivos positivos y realistas. Tomar decisiones éticas, sociales, de seguridad y asumir la responsabilidad. Buscar ayuda y recursos apropiados. Ciudadanía activa, cívica, responsable, crítica y comprometida. Reconocer los derechos y deberes propios, con sentimientos de pertenencia, solidaridad y compromiso. (Pérez Escoda et al., 2001).

De acuerdo con el propósito de la presente investigación, se puede concluir que el bienestar psicológico en el caso de los estudiantes universitarios puede ser explicado a través de las competencias emocionales de regulación emocional, competencias sociales, competencias para la vida y de las estrategias de afrontamiento de planificación y afrontamiento activo y apoyo social, todas ellas de manera positiva. Por lo que, si los jóvenes tienen la capacidad de manejar sus emociones, de establecer relaciones positivas, y de manejar el estrés centrados en el problema tendrán mayor bienestar psicológico. En el caso de las estrategias de evitación y centrado en las emociones y desahogo tienen un peso negativo, por lo que deben de emplear poco estás estrategias para incrementar su bienestar.

Con los resultados de esta investigación, se considera que se puede continuar trabajando con los jóvenes universitarios en la importancia del desarrollo de sus competencias emocionales y la selección de las estrategias de afrontamiento para un mejor bienestar psicológico, lo que indudablemente favorecerá el rendimiento académico.

Así mismo se propone seguir realizando investigación para realizar la integración de un modelo psicoeducativo que combine el fortalecimiento de competencias emocionales (regulación emocional, autoconocimiento), sociales y para la vida, con el desarrollo de estrategias de afrontamiento activas y de apoyo social, para mejorar el bienestar psicológico y el rendimiento académico simultáneamente.

Así mismo se sugiere que a través del programa como tutoría se implementen talleres orientados a la autogestión emocional y manejo del estrés centrado en el problema, que incluyan técnicas prácticas para reducir el uso de estrategias de evitación y desahogo, las cuales en esta investigación se han identificado con efectos negativos en el bienestar psicológico, fomentando el bienestar entre las habilidades para la vida y el bienestar psicológico aportando una gran relevancia social.

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