COMENTARIO
DOI: https://doi.org/10.58172/ajrpt.v6i1.301
Palabras clave: Medicina deportiva, Acondicionamiento físico, Ejercicio, Kinesiología, Lesiones, Correr
Keywords: Sports medicine, Physical conditioning, Exercise, Kinesiology, Injuries, Running
Llevamos más de 40 años buscando la receta que mantenga a los corredores libres de lesiones.1,2 Esta revisión aporta una recopilación de artículos que ayuda a ampliar nuestro conocimiento sobre la prevención de lesiones asociadas a la carrera y nos guía a una práctica basada en evidencia. Sin embargo, nos hace reflexionar sobre si nos estamos acercando al objetivo final de ayudar a la comunidad de corredores o si estamos dando vueltas en el mismo lugar, a pesar de contar con mayor información.
Felicito y agradezco a los autores de esta revisión por el trabajo realizado. La reflexión que deseo plantear es un punto en el que considero que estamos fallando. Todos los estudios asociados a la carrera resaltan los beneficios de correr, el crecimiento de este deporte y la alta tasa de lesiones. Sin embargo, si no cambiamos nuestro enfoque, seguiremos en el mismo camino: sumando conocimiento, pero sin alcanzar claridad. En muchas ocasiones, como profesionales, tendemos a simplificar el problema y buscamos una causa común para todas las lesiones y/o una misma solución para los problemas de todos los corredores. Al mismo tiempo, agrupamos en la categoría de corredores a sedentarios que comienzan a correr, atletas jóvenes mujeres, corredores de montaña, maratonistas, entre otros. Es evidente que necesitamos comprender mejor que cada corredor es único, y el contexto en el que corre cambia cada día (por ejemplo, zapatillas, terreno, entrenamiento previo, dieta, sueño). En resumen, todo influye en su probabilidad de sufrir lesiones.3) Entonces, por más que sigamos intentando encontrar las mejores zapatillas, la mejor técnica y el mejor plan de ejercicios o de entrenamiento para disminuir la tasa de lesiones, no nos estamos acercando a la solución del problema.
Otro punto para debatir es lo que denominamos lesión asociada a la carrera, entendida como aquel «dolor musculoesquelético relacionado con la carrera (durante el entrenamiento o la competición) que afecta las extremidades inferiores y provoca una restricción (distancia, velocidad, duración) o interrupción de la carrera durante al menos 7 días o 3 sesiones de entrenamiento programadas consecutivas o requiere que el corredor consulte a un médico u otro profesional de la salud».4 Es necesario realizar, al menos, una subclasificación según la cual las lesiones leves sean consideradas como parte de la actividad o del deporte y las lesiones graves sean aquellas que deban evitarse. Considero totalmente lógico que un corredor, en algunas ocasiones, reduzca la carga de entrenamiento por una semana debido a una molestia. Correr es un deporte en el que el principal rival es uno mismo y, para superarse, es necesario entrenar llevando el cuerpo y la mente al límite. El dolor y el cansancio son las principales alarmas que, justamente, marcan el límite para evitar que el corredor llegue a problemas mayores, como enfermedades, lesiones o, incluso, la muerte.5) Lo más inteligente que uno puede hacer ante esa señal es realizar varios días de entrenamiento más lento y/o más corto de lo habitual y permitir así que el cuerpo sane y vuelva a estar listo para continuar con el entrenamiento y la progresión de carga. (5,6,7 Correr se trata de aprender a escuchar y manejar el cuerpo y la mente. Aquí es donde entran en juego el rol del entrenador, el del kinesiólogo y/o el del corredor más experimentado, quienes deben guiar al corredor principiante a interpretar las señales de su cuerpo y actuar de manera inteligente y saludable. Por lo tanto, tomarse una semana de ajuste en el entrenamiento y luego seguir adelante debería considerarse un éxito, o al menos una lesión leve. De ninguna manera debería equipararse a un mal manejo de la situación que pudiera llevar al corredor a una lesión grave que le impida continuar con la actividad. El objetivo debería ser minimizar el riesgo de lesiones graves y ayudar a que los corredores se mantengan corriendo. El dolor y su manejo deberían considerarse parte de este deporte. Estoy seguro de que el correspondiente ajuste nos ayudará a cambiar la visión y mejorar la situación.
En este nuevo paradigma, deberíamos centrarnos en la prevención individualizada, haciendo hincapié en el momento y la aplicación de las medidas preventivas. Las primeras medidas deberían dirigirse a mejorar las capacidades del corredor y disminuir los factores predisponentes de lesiones. Esto se logra mediante intervenciones relacionadas con programas individualizados y multicomponente, enfocados en el control neuromuscular y la corrección de la técnica de carrera. Estos programas, monitoreados regularmente por profesionales, mostraron tener mejores resultados en la revisión sistemática comentada. Sin embargo, aunque mejoremos el valgo dinámico de la rodilla, la fuerza de los músculos intrínsecos del pie, la técnica de carrera y otras condiciones, el corredor siempre llegará a un punto en el que su propia exigencia, en combinación con cargas no deportivas y otros factores externos, pondrá al límite la capacidad específica de alguna estructura (capacidad del sistema musculoesquelético para soportar la carga sin sufrir lesiones)8. En este momento, dependerá de lo que realice o no realice, ya que esto determinará si se encamina o no hacia una lesión grave.3 Hreljac afirma que las lesiones asociadas a la carrera por uso excesivo podrían deberse a errores de entrenamiento y, por lo tanto, podrían prevenirse.6 Por ello, es importante aplicar medidas de intervención educativa específicas e individualizadas para que el corredor sepa qué hacer en esta situación, ajuste su carga de entrenamiento y prevenga posibles lesiones. De hecho, las estrategias de los corredores campeones de larga distancia, para controlar los síntomas de lesiones y enfermedades y mantenerse corriendo, consisten en haber aprendido a prestar atención a los síntomas de mala salud, seguir los consejos médicos y realizar rápidos ajustes en la carga deportiva.7
Destaco nuevamente el excelente trabajo realizado por los autores de la revisión sistemática comentada y remarco la importancia de apuntar a la individualización, considerar modelos biopsicosociales, brindar educación, ofrecer acompañamiento y empoderar al corredor para lograr un cambio en la manera en que los ayudamos.
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