Resumen: Los psicodélicos son psicoactivos que alteran la percepción, el estado de ánimo y la cognición del ser humano. Desde la década de los 50 se ha estudiado su relación molecular con el sistema serotoninérgico, lo que se ha evidenciado a través de la neuroimagen. El objetivo de esta revisión es realizar una evaluación de la interacción y la potencia de los psicodélicos en diferentes dimensiones (molecular, subjetiva, física y neurobiológica). Para ello, se llevó a cabo una revisión de artículos (PRISMA-ScR) publicados entre 1950-2024, en bases de datos como PubMed, Medline, PsycINFO y Embase, en inglés y español. En los resultados se da cuenta de los desafíos a los que se enfrenta la investigación interdisciplinar de la acción de estas sustancias a nivel molecular (psicofarmacología), estructural y funcional (neurobiología) y subjetivo (psicológico), y más que dar respuestas específicas, proporciona una visión panorámica del fenómeno estudiado: sus hallazgos históricos, los nuevos conocimientos mediados por la tecnología actual, la comparación sintética de los efectos subjetivos, una breve descripción de las hipótesis neurobiológicas actuales e identifica los vacíos de conocimiento sobre el tema.
Palabras clave: Receptores serotonina, psicodélicos, afinidad, efecto estérico.
Abstract: Psychedelics are psychoactive substances that alter perception, mood, and cognition. Since the 1950s, their molecular relationship with the serotonergic system has been studied, as evidenced through neuroimaging. The objective of this review is to evaluate the interaction and potency of psychedelics across different dimensions (molecular, subjective, physical, and neurobiological). To achieve this, a review of articles (PRISMA-ScR) published between 1950 and 2024 was conducted, searching PubMed, Medline, PsycINFO, and Embase in English and Spanish. The results highlight the challenges faced in interdisciplinary research on the action of these substances at the molecular (psychopharmacology), structural and functional (neurobiology), and subjective (psychological) levels. Rather than providing specific answers, this review offers a panoramic view of the phenomenon under study: historical findings, new insights facilitated by current technology, a synthetic comparison of subjective effects, a brief description of current neurobiological hypotheses, and an identification of knowledge gaps on the topic.
Keywords: Serotonin receptors, psychedelics, affinity, steric effect.
Resumo: Os psicodélicos são psicoativos que alteram a percepção, o humor e a cognição. Desde a década de 1950, sua relação molecular com o sistema serotoninérgico tem sido estudada, o que tem sido evidenciado por neuroimagem. O objetivo desta revisão é avaliar a interação e a potência dos psicodélicos em diferentes dimensões (molecular, subjetiva, física e neurobiológica). Para isso, foi realizada uma revisão de artigos (Prisma-ScR) publicados entre 1950 e 2024, pesquisando em PubMed, Medline, PsycINFO e Embase em inglês e espanhol. Os resultados fornecem um relato dos desafios enfrentados pela pesquisa interdisciplinar sobre a ação dessas substâncias nos níveis molecular (psicofarmacologia), estrutural e funcional (neurobiologia) e subjetivo (psicológico); em vez de dar respostas específicas, fornece uma visão geral do fenômeno estudado: suas descobertas históricas, os novos conhecimentos mediados pela tecnologia atual, a comparação sintética dos efeitos subjetivos, uma breve descrição das hipóteses neurobiológicas atuais e a identificação de lacunas no conhecimento sobre o assunto.
Palavras-chave: Receptores de serotonina, psicodélicos, afinidade, efeito estérico.
Artículos
Efecto y potencia de los psicodélicos a nivel psicofarmacológico, psicológico y neurobiológico: una revisión de alcance
Effect and Potency of Psychedelics at the Psychopharmacological, Psychological, and Neurobiological Levels: A Scoping Review
Efeito e potência dos psicodélicos nos níveis psicofarmacológico, psicológico e neurobiológico: uma análise de escopo
Recepção: 11 Agosto 2023
Aprovação: 15 Dezembro 2024
Desde los inicios de la investigación con psicodélicos clásicos en los 50, el interés por la acción psicofarmacológica, psicológica y neurobiológica de estas sustancias ha tenido un protagonismo importante. A nivel molecular, los estudios han identificado que la afinidad de los psicodélicos con los receptores serotoninérgicos o 5-hidroxitriptamina en su subtipo 2A (5HT2AR), se correlacionan con la potencia alucinógena y sus efectos (Titeler et al., 1988); y que existe una estrecha relación entre la potencia de las drogas psicodélicas y sus configuraciones moleculares (Snyder & Merril, 1965). A nivel psicológico, el interés ha estado presente desde la concepción como psicoticomiméticos (modelos de psicosis) y herramientas para el tratamiento de diversos trastornos mentales. A su vez, se han diseñado pruebas para medir los efectos subjetivos de los psicodélicos en las personas como la Hallucinogen Rating Scale (HRS), el Mystical Experience Questionnaire (MEQ) y el Addiction Research Center Inventory (ARCI) (Bouso et al., 2016; Vollenweider & Kometer, 2010). A nivel neurobiológico, a pesar del avance de las tecnologías de neuroimagen, estas técnicas han tenido dificultad en replicar experiencias previas (Poldrack et al., 2017), y aunque se ha hecho el uso de radioligandos y biomarcadores, no se conoce con exactitud la relación de sus mecanismos y los efectos psicológicos de los psicodélicos en la consciencia humana (Tagliazucchi et al., 2016; Vollenweider & Preller, 2020).
Dentro de los psicodélicos clásicos o alucinógenos serotoninérgicos existen tres clases químicas principales: las indolaminas como la N, N-dimetiltriptamina (DMT) (McKenna & Riba, 2018), la psilocibina (4-PO-DMT) y su metabolito activo la psilocina (4-HO-DMT) (Hofmann et al., 1959); las fenilalquilaminas como la mescalina (Schultes & Hofmann, 1980) y las ergolinas semisintéticas, como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD) (Nichols, 2004). En general, todos producen profundas alteraciones en la percepción, la cognición, la emoción y la autoconciencia (Millière, 2017). Actualmente, existe el consenso de que los psicodélicos son agonistas completos o parciales de los 5-HT2AR, con particular importancia en los que se expresan en las dendritas apicales de las células piramidales neocorticales en la capa V. Además, se ha sugerido que existen 14 tipos diferentes de 5-HTR en el cerebro, muchos de los cuales aún han sido poco estudiados y no se conoce mucho de su interacción con estas sustancias (Preller et al., 2016).
En cuanto a localización de los receptores, a diferencia de los 5-HT1AR, los 5-HT2AR no se localizan presinápticamente en cuerpos celulares, sino que se encuentran en regiones postsinápticas. Estudios han detectado la presencia de 5-HT2AR en múltiples regiones del cerebro, incluido el bulbo olfatorio, el claustro, el núcleo accumbens, el tubérculo olfatorio, el núcleo facial y tractus solitarius, ubicados con mayor preponderancia en la corteza cerebral (Lépez-Giménez et al., 1997). Asimismo, se ha demostrado una densidad particularmente alta de 5-HT2AR en las dendritas apicales de las células piramidales corticales (Jakab & Goldman-Rakic, 1998).
Por otro lado, y en relación con la cero tonina (5- HT), este neurotransmisor se sintetiza en el sistema gastrointestinal y las neuronas serotoninérgicas, las cuales tienen una alta concentración de 5-HT en comparación con otros tejidos (Squire et al., 2012). De acuerdo con Deakin (2013) , una de las funciones clave de la 5-HT es moderar la ansiedad, el estrés, promover la calma y el afrontamiento a través de la señalización (postsináptica) de 5-HT1AR (Miyazaki et al., 2012). Una segunda función del 5-HT es abrir una ventana de plasticidad para una mayor adaptación, mediada en gran parte por la señalización de 5-HT2AR (Branchi, 2011). En este sentido, los 5-HT1AR y 5-HT2AR muestran respuestas diametralmente opuestas a la 5-HT siendo la señalización, respectivamente, inhibidora y excitadora (Carhart-Harris & Friston, 2010).
En consecuencia, los psicodélicos poseen la capacidad de afectar vías alternas de señalización celular en el cerebro en relación con la 5-HT (Fantegrossi et al., 2008; Martin & Nichols, 2018). Sin embargo, la activación de los 5-HT2AR ubicados en estructuras corticales y subcorticales parecen ser un mecanismo clave en la mediación de muchos de los efectos psicológicos y conductuales de los psicodélicos (Preller et al., 2017). Además, es interesante resaltar que, aunque la 5-HT en sí misma no es capaz de penetrar la barrera hematoencefálica, los psicodélicos sí tienen mayor facilidad (Halberstadt et al., 2020; Squire et al., 2012).
Teniendo esto como contexto, el objetivo de este trabajo es realizar una revisión de los estudios relacionados con la interacción y potencia de los psicodélicos en diferentes dimensiones: psico-farmacológico, psicológico y neurobiológico, en articulación con dichas dimensiones.
En este escrito se siguieron las pautas correspondientes para el informe de revisiones de alcance (PRISMA-ScR), que ofrecen una lista de verificación y un diagrama de flujo para mejorar la calidad de las revisiones (Tricco et al., 2018). El periodo de tiempo de la búsqueda incluyó estudios y artículos publicados entre 1960 y 2022. Se realizaron búsquedas exhaustivas en las bases de datos PubMed, Medline, PsycINFO y Embase, utilizando combinaciones de términos de índice (Medical Subject Headings [MeSH] en PubMed, Emtree en Embase y Thesaurus en Psy- cINFO). Los términos de búsqueda se aplicaron con la metodología de texto libre en dos niveles: el primero incluyó una amplia gama de sustancias psicodélicas, incluidas las fenetilaminas y, el segundo, involucró el tipo de datos recogidos (ej. “acciones sobre el sistema serotoninérgico*”, “afinidad”, “efecto estérico*”, “efectos subjetivos*”, “efectos subjetivos*”, “potencia*”, “neurobiología*”). Además, se realizaron búsquedas utilizando relaciones booleanas. Esta se complementó manualmente, incluyendo las referencias de artículos identificados, así como capítulos de libro. Un solo autor extrajo los datos y otro evaluó los artículos y textos incluidos. En caso de desacuerdo, se consultó al tercer autor.
Los criterios de inclusión de los estudios analizados para esta revisión de alcance fueron los siguientes: (1) el título, el artículo y el resumen debían estar publicados en inglés; (2) el artículo debía publicarse en una revista académica revisada por pares o libros académicos; (3) se debían centrar en estudios relacionados con la interacción y potencia de los psicodélicos en diferentes dimensiones: a nivel psicofarmacológico, psicológico y neurobiológico; (4) publicado desde 1960, dado que las primeras investigaciones sobre los psicodélicos se publicaron en esta década; (5) los estudios elegibles incluyeron investigaciones realizadas en animales, sujetos de estudios clínicos o autoadministraciones, encuestas, informes de casos, series de casos, estudios abiertos y estudios aleatorizados entre 1960 y el 2022. El proceso final de selección se llevó a cabo de acuerdo con los criterios de elegibilidad presentados en el diagrama de flujo de la metodología PRISMA-ScR. La evaluación crítica de fuentes de evidencia individuales es opcional en la lista de verificación de la extensión PRISMA para revisiones de alcance y se omitió para esta revisión (Tricco et al., 2018). La inclusión se basó en un marco PICO (población, intervención, comparación, resultados), modificado para revisiones cualitativas (Methley et al., 2014). Se excluyeron los artículos sin acceso a texto completo y aquellos psicoactivos distintos a las triptaminas (psilocibina, DMT, 5Meo-DMT), ergolinas (LSD) y las fenetilaminas (Mescalina y MDMA), así como aquellos que no incluían los efectos subjetivos y no dieran cuenta de la neurobiología. En total, fueron incluidos 102 artículos (véase figura 1).
En la primera etapa, se revisaron los artículos seleccionados para identificar los receptores serotoninérgicos afectados por los psicodélicos, su densidad, efectos subjetivos, potencia e hipótesis neurobiológicas relevantes. En este estudio, los términos psicológico y subjetivo se usarán como sinónimos para referirse a las experiencias internas y cambios mentales percibidos bajo efectos psicodélicos. Esta unificación facilita el análisis al tratar ambos aspectos de manera integral, dada su naturaleza interdependiente. A continuación, se revisará la interpretación de los datos y asignación de códigos primarios, mientras los coautores aportan comentarios y reflexiones. En la segunda etapa, se examinaron los códigos buscando similitudes y diferencias, y se reescribieron de forma más abstracta. Finalmente, se agruparon los temas según similitudes conceptuales y se les asignó una categoría de análisis. Se estudiaron las similitudes y diferencias entre cada sustancia para afinar las categorías.
Los resultados principales de la revisión fueron agrupados en diferentes apartados temáticos: interacción de los psicodélicos con las dianas farmacológicas, serotonina y psicodélicos, efecto estérico y afinidad, efectos subjetivos y físicos de los psicodélicos, e hipótesis neurobiológicas para explicarlos.
Las dianas farmacológicas son los sitios específicos donde las sustancias ejercen su acción. En los estudios revisados se identificó que los psicodélicos tienen una afinidad por ciertos receptores de neurotransmisores en el cerebro, lo que les permite producir sus efectos psicoactivos. En el caso de los psicodélicos, su acción es en los 5-HT2AR, que se ubican principalmente en las neuronas piramidales apicales en la capa V, las cuales están más densamente agrupadas en la corteza cingulada posterior, la corteza prefrontal, la corteza prefrontal medial y las cortezas de asociación (Carhart-Harris & Nutt, 2017). Además de los efectos serotoninérgicos, los 5-HT2AR modulan los sistemas glutamatérgicos y GABAérgicos (Müller et al., 2017); asimismo, algunos autores demostraron que las interrupciones de los receptores de glutamato (mGlu2) desactivan cualquier actividad neuronal de los alucinógenos clásicos (Moreno et al., 2011).
Las investigaciones coincidieron en que los 5-HT2AR aumentan la tasa de activación tanto de las neuronas glutamatérgicas, como de las interneuronas GABAérgicas y las neuronas piramidales, lo que genera efectos excitatorios e inhibitorios en redes cerebrales. Además, las neuronas piramidales se proyectan a áreas subcorticales como el tálamo, los ganglios basales, la amígdala y los núcleos del rafe en el tronco encefálico produciendo una amplia gama de efectos subjetivos que, dependiendo de la sustancia y de los receptores específicos, varían sus efectos (Smigielski et al., 2019).
Sumado a esto, los textos se refieren al tipo de selectividad de los psicodélicos. Este es el grado en que una sustancia actúa sobre un sitio dado, en relación con otros, y depende en gran medida de la unión fisicoquímica del fármaco con los receptores celulares. En este nivel, las sustancias pueden ser no selectivas, selectivas, o altamente selectivas, dependiendo del grado de actuación en los receptores o dianas específicas.
En la tabla 1 se refleja la diversidad de acción de los psicodélicos en el sistema nervioso, se enumeran las dianas reportadas en los artículos revisados, se evidencia la acción en otros sistemas de neurotransmisores y neurohormonas, y su tipo de selectividad.
En definitiva, las indolalquilaminas son parcialmente selectivas para los 5-HTR, mostrando una afinidad moderada-alta por los subtipos 5-HT1 y 5-HT2 (Blair et al., 2000). Al revisar las fenetilaminas, la mescalina ha demostrado ser altamente selectiva para los 5-HT2R, pero también existe evidencia in vivo de que esta sustancia puede activar o deprimir las neuronas corticales serotoninérgicas y noradrenérgicas (Bradshaw et al., 1971; Cassels & Sáez-Briones, 2018). En cuanto a la MDMA, pese a ser nombrado como “pro-serotoninérgico” (Brouwer & Carhart-Harris, 2021), su afinidad química es más bien heterogénea, pues se relaciona con varios transportadores, receptores serotoninérgicos, dopaminérgicos, adrenérgicos y otras neurohormonas (Reiff et al., 2020).
En farmacología, los investigadores han hipotetizado que las similitudes moleculares entre determinadas sustancias confieren una mayor afinidad por los receptores donde actúan y el complejo “droga-receptor” hace variar sutilmente los efectos subjetivos (Zamberlan et al., 2018). De este modo, para comprender la relación de potencia entre los psicodélicos y el sistema serotoninérgico, es necesario retomar el concepto de efecto estérico, que es la forma en que la molécula tiene influencia en sus propiedades fisicoquímicas, de reactividad y de actividad biológica (Kotz et al., 2014; McMurry, 2014). Por otro lado, la afinidad es definida como la fuerza de atracción entre el fármaco y su receptor, donde, por tanto, una alta afinidad generalmente se asocia con un requerimiento de dosis más bajo o un mayor efecto, en comparación con una baja afinidad por el mismo receptor (Rang et al., 2015).
Al considerar lo anterior, en algunos de los textos revisados se hace referencia a la estrecha relación entre la potencia de las drogas psicodélicas y sus configuraciones electrónicas (Snyder & Merril, 1965). Así, se sabe que las indolalquilaminas comparten la fracción indol (estructura bicíclica con un anillo de seis miembros -benceno- y otro de cinco -pirrol-), que las acerca a la forma estructural de la 5-HT e influye en su afinidad y el efecto estérico de las mismas (Nichols, 2016). Por su lado, las fenilalquilaminas tienen como única característica estructural común a las indolalquilaminas el anillo del benceno (véase la figura 2, la estructura del indol y benceno).
Con relación a la potencia de los psicodélicos, esta describe la relación entre la dosis del fármaco y la magnitud del efecto (Golan et al., 2011), en otras palabras, una alta potencia induce un fuerte efecto con una dosis baja de fármaco. Al respecto, Szára (1957) ha encontrado que existen marcadas diferencias en la potencia psicodélica entre las triptaminas. La DMT es eficaz en humanos en dosis bajas, con una potencia de aproximadamente 4 unidades de mescalina (Snyder & Merril, 1965). La psilocina, por su parte, también es activa en dosis bajas, con una potencia de aproximadamente 31 unidades de ratón (mouse units o MU), una medida que refleja la cantidad mínima necesaria para producir efectos observables en estudios con ratones (Wolbach et al., 1962).
A continuación, se muestran las similitudes de las estructuras químicas de los principales psicodélicos y su semejanza con la 5-HT:
Como puede verse en la figura anterior, la psilocibina (fórmula 2) se trata de un alcaloide de la familia de las triptaminas, derivado del triptófano indólico, con una amina (etilamina) como radical sustituyente, siendo muy similar a la 5-HT (fórmula 1), pero con un radical fosfato. Por otro lado, la psilocina es un derivado químico producido al ser metabolizado por el organismo, perdiendo el grupo fosfato y siendo realmente psicoactivo (Joyce, 2017).
Con relación al LSD, este consta de un sistema de indol con un anillo tetracíclico. La psilocibina y el LSD-25 comparten un esqueleto de indolamina común dentro de sus estructuras, y ambos provocan respuestas psicológicas similares. En el caso del 5MeO-DMT es estructuralmente similar a la DMT y la psilocibina, pero tiene átomos adicionales unidos a su estructura (Reckweg et al., 2022). En cuanto las fenetilaminas, la mescalina tiene similitud molecular con la dopamina y la noradrenalina, y los efectos farmacológicos de la MDMA son una mezcla de las anfetaminas y la mescalina, debido al grupo metilenedioxi (-O-CH2-O-) unido a las posiciones 3 y 4 en el anillo aromático de la anfetamina, por lo cual, es semejante a la fórmula de la mescalina. Igualmente, es importante destacar que este psicodélico tiene diferencias estereoisoméricas, siendo el S (+)-MDMA el que tiene los efectos más distintivos del éxtasis. Sin embargo, otros autores relacionan el S (+)-MDMA con efectos más “anfetamínicos” y el R (-)-MDMA más parecidos a la mescalina y el LSD (Kalant, 2001).
Después de analizar los aspectos moleculares de los psicodélicos, surge un desafío central: traducir estos mecanismos bioquímicos en efectos subjetivos. Sin embargo, la complejidad de la conciencia y el conocimiento limitado sobre cómo se genera la experiencia subjetiva, dificultan esta traducción en efectos psicológicos concretos. Además, existe una gran variabilidad en la experiencia subjetiva, influenciada principalmente por dos factores extrafarmacológicos: el set (estado mental previo al consumo) y el setting (entorno físico y de apoyo psicológico) (Carhart-Harris et al., 2016; Carhart-Harris & Nutt, 2017; Gukasyan & Nayak, 2021).
Estudios recientes sobre tratamientos experimentales con psicodélicos han resaltado esta complejidad al intentar medir los efectos psicológicos derivados de experiencias subjetivas. Costa Escobar y Roazzi (2010), por ejemplo, destacan los beneficios terapéuticos potenciales de la ayahuasca y la psilocibina, señalando que la naturaleza subjetiva de las experiencias inducidas dificulta su cuantificación. De manera complementaria, Loizaga-Velder (2023) enfatiza que estos efectos subjetivos son fundamentales para la efectividad terapéutica en psicoterapia, subrayando la necesidad de comprenderlos para optimizar los beneficios clínicos. Además, Ona (2018) aborda sesgos y limitaciones metodológicas en este campo, como la dificultad de contar con grupos de control adecuados, el sesgo de expectativas y la variabilidad de dosis, proponiendo mejoras en estos aspectos para capturar con mayor precisión los efectos terapéuticos de los psicodélicos. Por último, Timmermann (2014) contribuye con una perspectiva neurobiológica, destacando que los psicodélicos, al interactuar con receptores como el 5-HT2A, producen cambios en la actividad cerebral que podrían subyacer a los beneficios terapéuticos observados en casos de depresión y ansiedad. En conjunto, estos hallazgos sugieren que los efectos subjetivos de los psicodélicos no solo son significativos en la experiencia del individuo, sino que también pueden correlacionarse con beneficios psicológicos cuando se aplican en tratamientos experimentales.
Para capturar y analizar estos efectos subjetivos en contextos experimentales y terapéuticos, se han desarrollado herramientas psicométricas específicas como la Hallucinogen Rating Scale (HRS) y el Mystical Experience Questionnaire (MEQ). La HRS, desarrollada por Strassman et al. (1994) y validada por Riba et al. (2001) , cuantifica efectos subjetivos en dimensiones como percepción visual, emocional y temporal. Por su parte, el MEQ, validado en su versión revisada por Barrett et al. (2015) , mide experiencias místicas como la disolución del ego, esenciales en estudios de psilocibina (MacLean et al., 2012). Estas escalas facilitan una comprensión profunda de los efectos subjetivos y su vínculo con posibles beneficios terapéuticos.
A continuación, en la tabla 2 se dará cuenta de los efectos subjetivos y físicos más típicos de los principales psicodélicos considerando su duración y dosis requerida:
Algunas comparaciones relevantes a considerar son, en primer lugar, los efectos subjetivos de las indolalquilaminas, que como se puede ver, son muy semejantes en el componente de alucinaciones visuales, aunque algunos estudios demuestran mayor potencia en los efectos del LSD, específicamente en la sinestesia audiovisual con relación a la psilocibina (Vollenweider & Kometer, 2010). En el caso de la 5MeO-DMT, ocasiona efectos parecidos a la psilocibina en dosis altas, con una duración más corta que produce mayor disolución del ego que el resto (Barker, 2018; Barsuglia et al., 2018; Reckweg et al., 2022). En contraparte, el MDMA produce mejores puntuaciones en efectos positivos y conexión (Liechti & Holze, 2021) y la mescalina tiene el efecto característico de “geometrización”, reflejado en el arte de los indígenas huicholes (Dinis-Oliveira et al., 2019).
En segundo lugar, dos factores farmacológicos desempeñan un papel clave en la diferencia de efectos psicológicos del LSD y la psilocibina. Por una parte, el LSD muestra afinidad de unión por una mayor cantidad de receptores de dopamina, en especial, su agonismo en el receptor D2, el cual se sospecha está relacionado con ciertas características de la esquizofrenia o la psicosis. Por otra parte, es interesante anotar que debido a la capacidad de la psilocina de unirse a los SERT, es que puede contribuir a algunos de los sentimientos abrumadores o incontrolables que evoca en comparación con el LSD (Joyce, 2017).
En tercer lugar, si se compara la duración de los efectos, se evidencia que el LSD es la sustancia con mayor duración en relación con la dosis (Carhart- Harris & Friston, 2019). Del mismo modo, es importante mencionar que la mescalina, el LSD y la psilocibina tienen tolerancia cruzada, es decir, sus consumos reiterados afectan el umbral de dosificación necesaria para obtener efectos subjetivos (Appel & Freedman, 1968). Sin embargo, se ha encontrado que el DMT es el único que puede ser redosificado sin producir tolerancia, es decir, no genera resistencia farmacológica (Strassman, 1994).
Con respecto a los efectos psicológicos, se han construido varios modelos de explicación (véase la tabla 3 para ver los modelos sintetizados). Uno de ellos, ha sido utilizar las técnicas de neuroimagen, como el flujo sanguíneo cerebral, medido a través de la resonancia magnética funcional (fRM), donde se ha identificado una menor actividad de la Default Mode Network (DMN), o red neuronal por defecto, la cual tiene la función de informar sobre el ser, pensar sobre los otros, dar cuenta de la memoria autobiográfica y realizar simulaciones futuras. Se ha encontrado que la desactivación de dicha red está relacionada con la “muerte del ego” (Zhu et al., 2012).
Por otro lado, al estudiar la Resting State Functional Connectivity (RSFC), la cual mide la conectividad tanto dentro como entre las redes neuronales, se observa que, tras la administración de psicodélicos, la conectividad entre la corteza prefrontal y el giro cingulado posterior disminuye drásticamente, mientras que la RSFC aumenta entre diferentes redes. Por ejemplo, la psilocibina aumenta la interconectividad entre la DMN y la WMN (red neuronal orientada a la tarea), disminuyendo su relación inversamente proporcional (Carhart-Harris et al., 2013). Esto se ha podido evidenciar a través de magnetoencefalografía, donde se ha encontrado una actividad más desorganizada (Atasoy, 2018) y una conectividad funcional aumentada entre: la corteza retroesplenial, parahipocampal y el área lateral orbitofrontal, que están relacionadas con la experiencia espiritual y la introspección (Kometer et al., 2015).
En cuanto a la amígdala, la cual está relacionada con la modulación de las cogniciones a partir de las emociones (principalmente negativas), se ha descrito una disminución de la influencia arriba-abajo de esta hacia la corteza visual a la hora de evaluar la agresividad de varios rostros después de administrar psilocibina, conservándose la capacidad de distinguir entre caras con emociones positivas y neutras, pero no entre negativas y neutras (Preller et al., 2016). Estos hallazgos coinciden con un cambio hacia actitudes más prosociales, que ha sido observado durante y después de las sesiones con psilocibina y MDMA, lo que ayudaría a pacientes con ansiedad y depresión a reconectar con su entorno social y restaurar el procesamiento de recompensa social en casos de trastornos adictivos (Preller & Vollenweider, 2019).
De otro lado, en consonancia con la teoría del procesamiento predictivo, la cual asegura que el cerebro realiza inferencias activas sobre lo que percibimos, los psicodélicos desensibilizarían por medio de los 5-HTR de capa V de las neuronas piramidales, las cuales son encargadas de realizar retroalimentación de predicciones, una forma importante en la que el cerebro procesa información y se adapta al entorno cambiante. En consecuencia, las señales se harían más desincronizadas, generando un aumento de las correlaciones psicológicas desestimadas anteriormente y un menor retorno en percepciones habituales, en otras palabras, una flexibilización de las creencias y asociaciones establecidas internamente (Shipp, 2016). Esto incrementa tanto la diversidad de posibles modelos internos que ya tenemos de la realidad, como los externos, que normalmente son ignorados. Las predicciones serían menos detalladas, precisas y, por lo tanto, generarían menos confianza subjetiva, conduciendo a menos correspondencia entre los datos externos y estas predicciones. Así, muchos efectos como el continuo de distorsión-alucinación, la asignación de nuevos valores al yo y al mundo, se explicarían como un intento de compensar la sorpresa continua que supone tantos errores de predicción (Carhart-Harris & Friston, 2019).
También, se ha propuesto una disminución del filtrado de las aferencias sensitivas por parte del tálamo o teoría talámica, lo que justificaría la disminución de flujo sanguíneo observada de este. Esta ha sido soportada con estudios de neuroimagen con LSD, en los cuales se llega a la conclusión de que es posible que dichos estados alterados de consciencia sean producto de un patrón de mayor información que fluye hacia áreas particulares de la corteza, mientras la conectividad con otras áreas corticales se reduce, pudiéndose así explicar los efectos paradójicos inducidos por psicodélicos como excitación-onirismo, deterioro cognitivo-claridad mental y efectos psicóticos-experiencias felices (De Gregorio et al., 2016). En resumen, una incapacidad para filtrar la información innecesaria junto a unas predicciones distorsionadas, garantizaría experimentar una percepción nueva no precondicionada por el aprendizaje (Tylš et al., 2014). En esta misma línea, la disolución del ego permitiría que el sujeto no solo use la atención para las percepciones útiles, sino también que fuera consciente de lo que está más allá de sus objetivos egocéntricos (Swanson, 2018).
Por último, a nivel global cerebral, Carhart- Harris y Friston (2019) establecieron la teoría del cerebro anárquico para explicar el comportamiento caótico de las redes neuronales bajo los efectos de los psicodélicos. Así, se ha descrito cómo la entro- pía aumenta durante los efectos, lo que significaría una mayor diversidad de estados metaestables colectivos, que son estados en los que el cerebro se encuentra en un equilibrio delicado entre la estabilidad de un patrón de actividad y la capacidad de cambiar a un estado diferente. En resumen, el cerebro, concretamente el hipocampo y la corteza cingulada anterior, buscaría un repertorio mayor de estados posibles. Como plantea el autor, se observa una mayor ‘criticalidad’, un estado límite en el que el cerebro se encuentra entre la activación total de sus neuronas (como en una crisis epiléptica) y la inactividad extrema (como en la muerte cerebral), lo que permite mayor flexibilidad y variedad en los estados mentales. En este sentido, los estados mentales humanos actuales estarían comúnmente en el rango subcrítico (que favorece la conservación a la adaptación), mientras que el estado mental psicodélico sería crítico o ligeramente “supercrítico” (Carhart-Harris & Friston, 2019).
Complementariamente, otros autores han propuesto la Teoría de la Información Integrada, la cual describe la conciencia de forma cuantitativa como aquellas redes con causa-efecto intrínseca que se componen de la información recolectada por estados pasados y las nuevas experiencias que acontecen con el tiempo, sugiere que otra forma de representar al cerebro anárquico es a través de la disminución de la capacidad de causa-efecto, aumentando la asociación de eventos de probabilidad baja o nula (Swanson, 2018).
Como resumen, se ha propuesto la hipótesis REBUS (Relief Believes Under Psychedelics), como un intento de integración de las teorías del cerebro entrópico y predictivo. A nivel predictivo, se propone que los psicodélicos provocarían una desintegración temporal de las predicciones (aumentadas en estados obsesivos y depresivos) y, por tanto, una menor confianza en las creencias preestablecidas sobre el mundo y la propia identidad, sumado a un aumento de las señales abajo-arriba (cerebro anárquico o de entropía alta) por falta de inhibición talámica. Al respecto, se ha encontrado que dosis bajas de psilocibina producirían este efecto, mientras que dosis más altas afectarían incluso la integridad del yo. A nivel entrópico, el cerebro pasaría más tiempo en un estado crítico o “supercrítico” de coherencia e integración global, que eclipsaría el resto de las funciones específicas y rompería la integridad dentro de las redes en favor de una dinámica global cerebral con un repertorio mayor de conectividades funcionales posibles (Lord et al., 2019). Este estado sería incompatible con la vida cotidiana, pero los psicodélicos lo generarían durante unas horas, para que el cerebro a largo plazo, se reconfigurara en sus conexiones y retornara a un estado de preeminencia predictiva. Este “reset” se realizaría principalmente en la DMN y las proyecciones de la amígdala, que después del efecto agudo de desorganización, aumentarían su actividad y reconfiguración de la conectividad (Carhart-Harris et al., 2017).
En esta revisión se evidenció que, pese a los avances en el conocimiento de la neurobiología del sistema serotoninérgico y de la química molecular, aparecen retos importantes, pues todavía se conoce poco la función de la serotonina, los 5-HTR y la interacción de este sistema con los otros neuro-transmisores, neurohormonas y neuromoduladores (Carhart-Harris et al., 2017; Lowe et al., 2022).
A nivel psicofarmacológico, la similitud de las sustancias con la 5-HT apoya la hipótesis de que existe una relación entre la forma molecular de estas con la potencia, los efectos perceptuales, cognitivos y emocionales. En este sentido, Nichols (2018) señala que las sustancias más semejantes a la 5-HT y con mayor amplitud de efectos son las triptaminas. Acerca de la interacción de las dianas farmacológicas y los psicodélicos según su efecto estérico y afinidad, se encuentra que el benceno e indol son claves para entender los efectos de estas sustancias en los 5-HTR; sin embargo, los diferentes grupos radicales que se adhieren a estas estructuras básicas son importantes porque son los que producen las diferencias de los efectos característicos de cada sustancia. Por otro lado, la interacción con los distintos receptores ubicados en varias áreas del encéfalo permite concluir una afinidad no selectiva (Dos Santos et al., 2021; Halberstadt & Geyer, 2018); siendo el DMT y LSD las de mayor afinidad a diversos 5-HTR (Barker, 2018; Gouzoulis-Mayfrank et al., 2005).
A nivel psicológico, los efectos de los psicodélicos, especialmente de las indolalquilaminas y ergolinas son muy similares en forma, ya que sus características sensoriales tienden a producir efectos semejantes de distorsión del tiempo, visual y propioceptiva, pero se diferencian en la intensidad de la experiencia. Cabe aclarar que existen diferencias entre estos: en primer nivel, una diferencia en la duración y dosis de estas sustancias -por ejemplo, el LSD es más potente en este sentido, actuando en microgramos y con duraciones de hasta 12 h-. En segundo lugar, la potencia de acción se relaciona con la interacción específica en algunos receptores, respectivamente: el 5MeO-DMT/5HT1A; el DMT, psilocibina y LSD/5-HT2A, la mescalina/5-HT2C y, finalmente, el MDMA/SERT (Barker, 2022; Halberstadt & Geyer, 2011; Preller et al., 2018). Asimismo, el factor extrafarmacológico dificulta la sistematización de las variables, y al respecto de esta situación, los efectos se han asociado con la naturaleza ambiente-dependiente de los 5-HT2AR (Brouwer & Carhart-Harris, 2021; Carhart-Harris & Nutt, 2017).
En la evaluación de los efectos psicológicos de los psicodélicos, los test psicométricos como la Hallucinogen Rating Scale (HRS) y el Mystical Experience Questionnaire (MEQ), han demostrado ser herramientas valiosas para cuantificar experiencias subjetivas intensas, como la alteración perceptual y la disolución del ego. Estas experiencias se han relacionado con beneficios terapéuticos en el tratamiento de trastornos mentales, particularmente en casos de depresión resistente y estrés postraumático, donde los enfoques convencionales pueden no ser efectivos (Carhart-Harris et al., 2016; MacLean et al., 2012; Mithoefer et al., 2018; Strassman et al., 1994). Aunque estas escalas facilitan la captura estructurada de efectos subjetivos, la variabilidad en la respuesta individual plantea desafíos en la estandarización de los tratamientos. La investigación futura debería centrarse en perfeccionar estas herramientas psicométricas y en investigar cómo los efectos subjetivos capturados pueden predecir o potenciar los beneficios clínicos en distintos trastornos, optimizando así el uso de los psicodélicos en entornos terapéuticos.
A nivel neurobiológico, las neuronas piramidales de capa V son un punto clave de investigación. Por otra parte, el impacto de los psicodélicos en la DMN es importante para entender su potencia en términos de efectos subjetivos, como la “muerte del ego”. En el caso de áreas neurobiológicas específicas importantes están: la amígdala (implicada en la dimensión emocional), y el tálamo (los efectos paradójicos experimentados) (Carhart-Harris & Friston, 2019; Preller et al., 2017; Schartner et al., 2017). En este sentido, pese a que la teoría unificada de REBUS y cerebro anárquico de Carhart-Harris (2017) ha sido acogida por la comunidad académica, algunos autores creen que es una explicación parcial, pues varios de los efectos no son mediados por la DMN (Noorani & Alderson-Day, 2020).
En el caso particular de la potencia de los efectos, se evidenció una dificultad para relacionar la potencia farmacológica con los resultados de las pruebas psicométricas. Por lo tanto, aunque todavía explicar la cadena de efectos desde las vías de señalización hasta los efectos subjetivos de cada molécula está más allá de nuestras capacidades actuales (Nichols, 2018), es necesario desarrollar un constructo que relacione las variables psico-farmacológicas con las mediciones psicológicas, ya que estas no han sido establecidas y estandarizadas en un mismo modelo, lo que estaría relacionado a su vez con el problema mente-cuerpo. En consecuencia, pese a los diversos intentos por establecer comparaciones de los efectos subjetivos de los diferentes psicodélicos, existen sesgos presentes como las diferencias entre dosis, dimensiones psico-métricas estudiadas y la difícil cuantificación de estos efectos. Al respecto, Zamberlan et al. (2018) , desarrollaron un método para relacionar los efectos subjetivos reportados, la similitud molecular y la afinidad farmacológica, combinando métodos de procesamiento del lenguaje natural de reportes anónimos con información de similitudes moleculares del ChemTools y correlaciones lineales. Así, ellos sugieren que la selectividad de los 5-HTR no son “el único contribuyente de la variedad de efectos subjetivos” y enfatizan que los valores de afinidad pueden no ser directamente proporcionales a la potencia de los efectos (Barsuglia et al., 2018; Liechti & Holze et al., 2021; Wolbach et al., 1962). Por otra parte, los efectos residuales psicológicos y neurológicos han sido poco estudiados (Dinis-Oliveira et al., 2019).
En cuanto a las limitaciones de este trabajo, al tratarse de una revisión de alcance sobre la interacción y potencia de los psicodélicos a nivel psicofarmacológico, psicológico y neurobiológico, no se analizaron las metodologías, lo que impide estandarizar los resultados sobre los efectos subjetivos. En segundo lugar, no se profundizó en la explicación de los efectos visuales específicos, como las alucinaciones o distorsiones perceptuales, que suelen acompañar la experiencia psicodélica. Además, el marco referencial -cultura, educación e ideologías- de los sujetos, los investigadores y el contexto son variables cruciales en el estudio de los psicodélicos, ya que sus características extrafarmacológicas pueden hacer que los efectos subjetivos varíen significativamente. Por ejemplo, los efectos y su interpretación pueden ser diferentes para un indígena, un usuario recreacional o un paciente en un contexto clínico. Esto, a su vez, dificulta la comparación entre los diferentes niveles abordados en esta revisión.
A modo de corolario, está investigación da cuenta de los desafíos a los que se enfrenta la investigación interdisciplinar de la acción de estas sustancias en lo molecular (la psicofarmacología), lo estructural y funcional (la neurobiología) y en lo subjetivo (lo psicológico), y más que dar respuestas específicas, proporciona una visión panorámica del fenómeno estudiado: sus hallazgos históricos, los nuevos conocimientos mediados por la tecnología actual, la comparación sintética de los efectos subjetivos, una breve descripción de las hipótesis neurobiológicas actuales e identifica los vacíos de conocimiento sobre el tema.
La correspondencia concerniente a este artículo debe ser enviada a Guillermo Castaño. Correo electrónico: gacastano@ces.edu.co